Peace could be an option

Capítulo 68


Erik disminuyó la velocidad de la motocicleta cuando dobló en la calle de su casa y vio una patrulla estacionada. La sirena no estaba prendida, pero el buzón descansando sobre el suelo del jardín delantero, sumado al pavimento quebrado decorando la entrada del garaje, dejaba claro que algo había ocurrido.

El sonido de la motocicleta debió de haber revelado su llegada, ya que al instante en que abrió la puerta fue recibido por Hannah diciéndole que todo estaba bien, implorándole que no hiciera una locura. A Erik le tomó unos segundos percatarse del casi imperceptible temblor que estaba provocando en los objetos metálicos de la casa.

―¡Papi!

Edie pasó corriendo junto a su tía y abrazó a Erik, sujetándose con fuerza a su pierna. Antes de que pudiera hablar con la pequeña, Darryl también se acercó de forma apresurada y quedó colgado de su brazo derecho mientras lo observaba con ansiedad.

―¿Mamá está bien? ―preguntó el niño, notando rápido que Abby no había regresado a casa.

―Sí, sólo va a tomarse un poco más en regresar ―aseguró, dirigiendo la mirada a Hannah a espera de respuestas.

Ver a sus hijos a salvo permitió que una ola de alivio lo llenara, pero sabía que no era el final del problema. Ya había logrado distinguir que Hayden estaba dentro de su casa, observando con extrema curiosidad un par de adornos de metal decorando una estantería. Erik maldijo internamente, estaba seguro de que el hombre debía haber notado alguno de los objetos vibrar, pero ese pensamiento pasó a segundo plano al percatarse de las manchas húmedas dispersas sobre el uniforme del policía. Además, de que era la primera vez que veía a Hayden con la mano intranquila sobre la pistola que llevaba en su cinturón.

―Oficial Clancy ―llamó Erik, soltándose con cuidado del agarre de su hija y haciéndole una seña a Hannah para que se encargara de los niños.

―No empecemos con las formalidades ―replicó el hombre con una sonrisa afable.

―Pero esta no parece una visita informal.

―Lamentablemente no ―afirmó Hayden―. Hablemos afuera, necesito algo de viento para terminar de secarme.

Cerrando la puerta que daba de la sala al jardín trasero, ambos hombres avanzaron unos pasos sobre las planchas de madera de la pequeña terraza. El sol de verano aún brillaba tenuemente sobre el horizonte, pero el ambiente se sentía frío y pesado.

―Iba a preguntar qué había ocurrido con el desastre al frente de la casa, pero ahora estoy más consternado por esas manchas ―dijo Erik, prefiriendo tomar la iniciativa―. ¿Sangre?

―No es mía ―replicó de inmediato―. Bueno, la mayoría no es mía ―se rectificó, tenía algunos cortes menores―. Aún es pronto para saber qué ocurrió, pero los niños están bien que es la parte más importante.

Erik frunció las cejas, pero permitió que el sheriff le relatara lo ocurrido. Hayden inició con los reportes hechos por la señora Kravitz, aceptando que en un inicio no los tomaron de forma seria, pero que pese a todo eso les permitió movilizarse más rápido en cuanto otro vecino llamó; no necesitaron que terminara de explicar que algo había ocurrido para que las patrullas salieran de la estación.

Escuchar que Alexis se encontraba en el hospital siendo examinada le sentó mal, aunque al menos parecía que no se trataba de nada serio. Enterarse que el mejor amigo de su hijo de alguna manera quedó arrastrado en el conflicto le fastidió más de lo que debería, considerando que era un niño con el que no tenía ningún tipo de relación. Sin embargo, pese a que sus hijos salieron ilesos y poco le importaba que el mutante que mandó Siniestro estuviera muerto, Erik no podía relajarse.

―Vas a tener que disculparme, pero voy a tener que pedirle a Abby que me acompañe a ver el cuerpo ―dijo Hayden―. ¿Va a llegar pronto no?

―¿Ver el cuerpo? ¿Para qué? ―El comentario confundió a Erik al instante.

―Robert no lo reconoció, aunque tampoco es que el rostro haya quedado muy reconocible ―explicó, chasqueando la lengua, el disparo que acabó con el criminal fue directo al rostro.

―Sigo sin entender para qué quieres que Abby lo vea.

―El hombre ignoró por completo a Alexis y se internó en el bosque detrás de tres niños. Lo que no sé es si iba por tus hijos o por Phil ―dijo, pensativo―. No tengo pruebas aún, pero mi teoría es que se trataba de un exalumno de Robert o Abby. Un muchacho sin talento o disciplina que acabó en drogas, trabajando quizás en un circo y que de alguna manera decidió culpar a algún profesor por sus desgracias.

Erik observó a Hayden en silencio, incapaz de comprender si estaba hablando en serio o no. El sheriff solía ser un hombre relajado, aunque algo ruidoso, pero no por eso significaba que fuera estúpido y mucho menos incompetente. El que pudiera haber matado un mutante sin preparación previa, con el peso de tener a tres pequeños en peligro inminente, luego de conseguir predecir de forma correcta dónde encontrarlos dejaba claro que era un policía capaz.

―No me mires como si estuviera loco ―pidió Hayden―. Lo he visto dos veces, en una ocasión con un recluta que odiaba al instructor cuando comencé en el ejército, el desgraciado intentó ahorcarlo mientras dormía, creo que pensó que lo darían de baja o algo menor. Después en la academia de policía, ahí no fue tan serio, un candidato fue rechazado y no tuvo mejor idea que alcoholizarse e ir a patearle la puerta de la casa a uno de los instructores en plena madrugada.

―¿Secuestro de niños no sería un poco excesivo? ―preguntó Erik, aun indeciso sobre cómo manejar la situación.

―Quién sabe si un secuestro haya sido lo que tenía en mente. Cuando alguien llega a niveles extremos de desesperación siempre hay que tener en cuenta que puede que no vayan a actuar de manera lógica o medida.

―Evita decirle eso a Abby, ya va a estar bastante estresada con sólo lo que llegó a pasar.

―Por supuesto ―aseguró Hayden y Erik notó cómo sus dedos sujetaron con fuerza la empuñadura de la pistola―. Hay algo más, aunque en mi opinión no es relevante para el informe que debo entregar. ¿Conoces el viejo auto donde se escondieron los niños?

―Nunca he ido, pero Darryl me ha contado, tengo una idea de dónde está ―respondió, usando sus poderes de forma disimulada para asegurarse de que la pistola se trabara si Hayden decidía utilizarla.

―Es un auto bastante grande y pesado, pero lo encontré a varios metros de donde siempre ha estado ―explicó, dirigiendo la mirada hacia el cielo―. El hombre que persiguió a los niños era bastante fuerte, pero tengo mis dudas que haya podido arrastrarlo a tanta distancia.

La tensión que recorría el cuerpo de Erik cambió, no esperaba que fuera a decirle eso. Sabía que Darryl podía haber intentado defenderse, pero no tenía sentido que el auto se desplazara, quizás el mutante sí fue capaz de moverlo pese a las observaciones de Hayden.

―Pareces tenso ―dijo Erik, posando la mirada sobre la pistola del oficial.

―Pensé que viviendo en un pueblo mi mayor problema iban a ser adolescentes tratando de robar cervezas ―respondió, dejando de sujetar la pistola―. No es la primera vez que he tenido que dispararle a alguien, incluso dudo que sea la primera que haya matado, pero tuve la suerte de hasta ahora haber estado en la periferia de los combates que participé. Ver a los ojos a alguien segundos antes de tener que dispararles es una experiencia diferente.

Erik asintió y con el mismo cuidado con el que trabó el arma, la volvió a su estado original. Estaba mal interpretando las acciones de Hayden en ese sentido, no pensaba dispararle, simplemente estaba procesando la experiencia que tuvo. Aun así, no podía dar por terminado el problema, el sheriff sabía que algo inusual había ocurrido.

―El mundo está de cabeza, aunque en Old Town es fácil olvidarse de eso ―dijo Hayden―. Mantener esta comunidad a salvo es mi trabajo, eso incluye por sobre todo a los niños.

―Creo que en eso has hecho un buen trabajo ―intervino Erik, aun cauteloso―. Tengo que agradecerte lo rápido que interviniste.

―Pero hay cosas más difíciles de manejar que no son mi responsabilidad como policía sino como parte de la comunidad.

Erik lo observó en silencio a espera que explicara mejor de qué estaba hablando o, mejor aún, a que decidiera finalizar la conversación. Necesitaba comunicarse con Abby para que regresara y su ausencia no fuera demasiado extensa, sin contar que le preocupaba un poco que algo pudiera ocurrirle a pesar de que se encontraba en compañía de Alex.

―Esto también se lo dije a Robert ―explicó Hayden chasqueando la lengua―, aunque temo que no debí comentarlo durante el reconocimiento del cadáver, estaba más concentrado en tratar de no vomitar así que no sé si me escuchó.

―¿Y así quieres que Abby vaya a tratar de reconocerlo? ―No estaba seguro cuál era el punto al que estaba tratando de llegar el sheriff.

―Ya te comenté que hubo ciertas cosas fuera de lugar en el bosque y con todo lo que se muestra en las noticias no me es difícil imaginar ciertas posibilidades. Comprendo que es un tema que cada familia maneja cómo considera mejor, pero necesito que quede claro que a mí lo único que me importa es la calidad de carácter de las personas, eso incluye a los niños.

El mensaje no era sumamente específico, pero para alguien en la posición de Erik bastaba para entender a qué se refería. Hayden había notado las marcas dejadas por el uso de poderes mutantes y estaba tratando de presentar su postura sin tener que pronunciar las palabras en voz alta.

Erik no estaba muy seguro de cómo responder o si debía hacerlo. Por lo que podía deducir, el sheriff no sabía cuál de los tres niños era el posible mutante y simplemente estaba tratando de asegurar que no pensaba reaccionar de forma negativa. Era comprensible que esa conversación se diera, si bien los mutantes en ciudades no habían sufrido una masacre, las noticias de algunos pueblos pequeños, parecidos a Old Town, narraban historias completamente opuestas.

―(Lanzarle el pato a que se siente culpable por matar al tipo y que es mensaje de que está cuestionando su carácter xD) Con Erik pensando si a tener que encargarse de Hayden y las consecuencias de algo así.

. .

Abby avanzó con rapidez hacía el automóvil de alquiler que estaba esperándolos al lado del hangar donde Hank guio el pequeño avión privado en el que volaron. Se detuvo a mitad de camino al darse cuenta de que Charles no iba a poder bajar las escaleras con facilidad, pero al voltear notó que la silla del telépata estaba terminando de deslizarse por un riel añadido a las escaleras para facilitar su descenso.

Hank se encargó de llevar al hombro a Steven, quien seguía sumido en un profundo suelo, y lo acomodó como pudo en el asiento trasero. Sentarse junto a su primo hizo que Abby sintiera un escalofrío recorrerle la espalda, dormido podía reconocer en sus facciones el rostro de su tío Maxwell, algo que no fue capaz de percibir en los cortos momentos en que había estado consciente frente a ella.

―La casa con la patrulla ―indicó Charles con calma para que Hank encontrara un buen espacio donde estacionar y poder bajar su silla de ruedas―. Los niños están bien ―agregó al instante, asegurándose que Abby no se lanzara del vehículo en movimiento, podía sentir el estrés en las mentes al interior de la vivienda, pero sabía que los pequeños no estaban lastimados―. Hank, llama por la radio a Alex para que venga, no tiene sentido que siga esperando.

Abby bajó del automóvil y en un instante estaba frente a su puerta lista para entrar. Los minutos que tomó el camino desde el pequeño aeropuerto hasta su casa habían hecho un trabajo magnífico por devorar todo el autocontrol que logró mantener durante el vuelo.

La puerta de la casa se abrió de golpe y Hannah se apresuró a darle un fuerte abrazo, susurrándole al oído que los niños se encontraban a salvo, pero que Hayden estaba en el patio trasero hablando con Erik sobre lo ocurrido. Abby se tensó de inmediato, pero no tuvo oportunidad de hacer siquiera una pregunta ya que el mencionado sheriff debió haberla sentido llegar y había regresado al interior de la vivienda para darle el encuentro.

―¿Hayden? ¿Eso es sangre? ―preguntó Abby al instante en que notó las manchas mal limpiadas del uniforme del hombre.

―Todo está bajo control ―aseguró el sheriff―. No es mía, ni de nadie por quien debas preocuparte.

―Parece que es un mal momento para venir de visita ―intervino Charles, acercándose en su silla en compañía de Hank.

―Si iban a decidir venir a la hora que me fui pudimos haber regresado juntos ―comentó Erik, quien había seguido a Hayden―. Uno pensaría que personas con doctorado sabrían manejar mejor sus tiempos.

―¿Dónde están Darryl y Edie? ―cuestionó Abby con preocupación.

―Los mandé a descansar, aunque quisieron quedarse en el cuarto de ustedes ―respondió Hannah, observando a su hermana con algo de ansiedad―. Ya que están de vuelta voy a ir al hospital para ver cómo se encuentra Alexis.

―¿Alexis? ―repitió Abby confundida, el que debía tener el chequeo era Vincent.

―Está bien, es sólo una precaución, Hayden puede explicarte lo que pasó ―respondió Hannah, para después retirarse a paso rápido con dirección a su casa y a su camioneta.

Erik se acercó y abrazó a su esposa por un instante, dirigiéndole una mirada intensa que dejaba ver que, aunque no se encontraba tranquilo, las cosas estaban bajo control. La mención de una de las gemelas en el hospital no ayudó en absoluto a que Abby pudiera calmarse, pero no tuvo opción más que aceptar hablar con Hayden y escuchar el relato de lo ocurrido.

. .

Erik pudo ver en la terraza exterior cómo la expresión de horror se acrecentaba en el rostro de Abby conforme Hayden iba narrando los eventos ocurridos. Quiso quedarse con ella, pero comprendió con rapidez que el sheriff prefería hablar con cada uno por separado y lo aceptó, solo esperaba que Abby fuera capaz de responder coherentemente por qué se habían separado para regresar.

―Va a hacerlo bien ―comentó Charles, observando con cierto humor a su amigo―. Aunque no sé si sea motivo de alegría que haya aprendido a mentir bien.

―¿Leyendo mi mente?

―No es necesario. No es obvio a distancia, pero de cerca puedo ver lo estresado que estás.

―¿Cómo sabías que podían regresar? No tuve oportunidad de avisarles.

―No estaba completamente seguro, por eso dejé a Alex con una radio. Debe de estar regresando en estos momentos con tu camioneta y te recomendaría que en algún momento acomodes su motocicleta, si la ve olvidada en tu césped va a enojarse.

―¿Tienes a Steven en el auto con Hank? ―pregunto Erik en un tono bajo, recién considerando el motivo de que el otro mutante no hubiera ingresado a la casa con el resto.

―Está dormido y va a seguir así, pero es más seguro que alguien lo vigile.

―¿Seguro? ¿Tienes idea…? ―Erik no continuó, Charles elevó una mano para detenerlo.

―Lo sé por eso no está con nosotros en este momento. Maxwell sabe que voy a verme obligado a deshabilitar a su hijo, pero quiero que tengan una última conversación.

― Hubiera sido más piadoso que Abby no lo rescatara ―comentó, entendiendo que Charles pensaba usar su don para neutralizar a Steven de forma permanente.

―Tomó una decisión en un instante y normalmente su actuar sería considerado lo correcto.

―¿Qué hiciste con Frost? Dime que no la dejaste con Alex.

―Claro que no, Emma tiene su propio camino por encontrar.

―¿La dejaste ir? ―cuestionó, controlando su ira.

―Supongo que, al igual que Abby, puedo ver en ella algo que tu no ―respondió Charles encogiéndose de hombros.

Erik bufó con molestia, no era capaz de entender por qué estaba rodeado de gente que permitía exponerse a futuros peligros, uno no debía pasar por la vida generando flancos expuestos.

―A veces hay que dar oportunidades. Sé que nuestras filosofías chocan y con la visita de Logan he podido ver mis puntos débiles, pero también he visto hasta dónde nuestra naturaleza puede llegar para tratar de hacer las cosas bien.

―Y para hacer las cosas mal ―espetó Erik al instante, sintiendo un remolino de emociones que pensaba se habían apaciguado en el tiempo que llevaba viviendo con su familia―. A veces creo que tienes esa visión americana del héroe, que alguien va a aparecer para arreglar los problemas, pero puedo decirte por experiencia que los héroes no existen.

―Ese es un pensamiento oscuro, amigo mío ―dijo Charles con tristeza.

―No se lo comentes a Abby entonces, ya bastante ha tenido con lo de las últimas horas. ―Erik frunció la mirada y rebusco en su casaca―. Tomé unos papeles del laboratorio de Siniestro, parecen notas sobre algunos de sus experimentos, sólo pude mirarlos por encima, pero decidí tomarlos ―explicó, entregándoselos a Charles―. Fue un impulso de costumbre, no voy a investigarlo, pero quizás a ti te interese.

―Debo decir que me has tomado por sorpresa ―admitió el telépata, tomando los papeles―. Por un momento pensé que tratarías de ahondar sobre el trabajo de Siniestro.

―No, prefiero no levantar el polvo, espero que esto quede en el pasado.

―Y aun así puedo sentir que hay algo más.

―Siniestro nunca se refirió a sí mismo como mutante ―dijo Erik, pensativo―. Puede que haya sido su egocentrismo escapándose al hablar, pero el que haya sido un científico loco me deja pensando si no experimentó en él. Abby dice que lo citaste en tu tesis.

―Nathaniel Essex, sí. Uno de los pioneros en el trabajo sobre evolución humana, es un poco preocupante si realmente se trata del mismo hombre ―afirmó Charles, meditando las implicancias de la observación de Erik.

―Está en el fondo del lago, así que espero no resurja. ―Verlo muerto con sus propios ojos le hubiera dado más paz, pero tendría que conformarse―. ¿Crees que siga siendo seguro que nos quedemos aquí?

―Me gusta bastante la casa ―respondió Charles―, sería una pena que decidieran mudarse.

―Sabes a lo que me refiero ―insistió.

―Creo que están tan seguros como antes del incidente.

―¿Y el sheriff? ―cuestionó Erik, provocando que Charles llevara los dedos a su sien por unos instantes.

―Sospecha que alguno de los niños es mutante, pero creo en el fondo sabes que eso no es un problema. No voy a insistir con la charla para que veas al mundo con ojos completamente distintos, pero deberías permitirte algo de normalidad, es lo que has estado intentando de hacer ―pidió, dejando que una sonrisa se le escapara ―. Incluso Raven está tratando de encontrar un camino para ella, me mandó un mensaje desde Europa.

―¿Te dijo qué está haciendo? ―preguntó Erik con interés, recordando que previo a su encarcelamiento le había recomendado ir a Europa a dar a luz, pero desconocía si alguien más sabía que había tenido un hijo.

―Ayudando mutantes, pero tratando de hacerlo de forma pacífica.

―Voy a estacionar la motocicleta antes que Hayden termine de hablar con Abby ―interrumpió Erik, ganándose una mirada inquisitiva por parte de su amigo―. No estoy planeando nada, sólo que acabo de recordar que Siniestro tenía mi casco y no tuve mejor idea que recuperarlo, con algo de suerte nadie se percata que no es un casco de protección.

Erik aprovechó el momento para alejarse de Charles, no era su lugar contarle que quizás se había convertido en tío años atrás. Además, no mentía cuando dijo que dejó el casco abandonado, cuando regresó a casa el detalle quedó enterrado bajo la preocupación de saber que sus hijos estuvieran a salvo.

Un segundo pensamiento se coló con incomodidad en su mente en cuanto logró ocultar el símbolo de magneto en el ropero de la entrada, Moira. No sabía si debía comentarle a su amigo o no sobre la posibilidad de además de sobrino desconocido tuviera un hijo no reconocido. Si decidía hacerlo sería un tema delicado que desencadenaría que tuviera que abrir un portón similar consigo mismo. Siniestro le hizo recordar al joven que lo liberó de la prisión del pentágono y a diferencia de Charles, él no tenía excusa para no haberlo discutido con Abby en el tiempo en que se habían reunido.

. .

Cuando Hayden terminó de hablar con Abby, ella se apresuró a buscar a sus hijos, pero no tuvo que ir hasta las habitaciones, a media escalera los encontró tratando de escuchar lo que estaba ocurriendo en la casa. Los abrazó con fuerza y tuvo que pedirles que se detuvieran ya que no estaba comprendiendo qué trataban de decirle a la vez, era mejor que esperaran un poco más a que el sheriff se retirara.

El alboroto que se produjo momentos después viniendo desde la entrada de la casa ganó sentido cuando Abby logró reconocer la voz de Lindsay.

―Estoy profundamente apenado, pero los asuntos de admisión los ve en primera instancia el doctor McCoy ―se disculpó Charles, afable.

―Claro, así son todos. Igual que Abby se la pasan ninguneando al resto con sus grados académicos― se quejó la mujer.

―Le aseguro que las revisiones son cuidadosas.

―No le creo nada, seguro han venido a reclutar a alguno de los niños sólo por ser hijos de un conocido. ¡Nepotismo puro! ―chilló encolerizada.

―Lindsay qué demonios ―intervino Hayden, apresurándose para quedar en frente del hombre en silla de ruedas―. Es un pésimo momento para que estés aquí.

―Vine preocupada para saber qué había ocurrido y mira con lo que me encuentro ―explicó aún furiosa―. ¡Seguro que te tienen comprado! ¿Cuánto te van a pagar por ser guardia de seguridad?

―¿De qué estás hablando?

―Ese hombre no admitió a mi hijo a su escuela, dijo que no era talentoso y ahora está aquí repartiendo plazas como si fuera invitaciones de cumpleaños.

―Jamás me permitiría decir que un niño no tiene talento ―aseguró Charles, pensando para sus adentros que el mundo era realmente un lugar pequeño, recordaba que Hank le había hablado sobre una madre que tomó muy mal la respuesta negativa que le dieron―. Y mi visita es sólo un rencuentro de amigos, no un examen de admisión para los niños.

―Lindsay voy a tener que pedirte que me acompañes ―dijo el sheriff, la mujer no era su persona favorita, ganas de arrestarla nunca le habían faltado, y estaba haciendo alboroto cuando lo que se necesitaba era tranquilidad.

Erik dejó escapar un chasquido de la lengua cuando la puerta de la casa se cerró detrás de Hayden y Lindsay, dejando la casa en silencio.

―Es un vecindario interesante ―comentó Charles―. Espero que Hank se haya puesto a buen recaudo.

―¿Hayden arrestó a Lindsay? ―preguntó Abby, atreviéndose a bajar las escaleras con sus hijos acompañándola.

―Ni idea, pero al menos se la llevó ―respondió Erik con una gota de deleite escapando en su voz.

―presentar a charles

Charles sonrió ampliamente cuando ambos niños se acercaron a saludarlo, una parte de él consideraba extraño encontrarse en la presencia de los hijos de Erik. Sintió algo de satisfacción al ver una representación física de lo que sabía estaba oculto en el fondo de su amigo. Era un momento especial, ser testigo de cómo la disonancia entre el interior de Erik y el exterior desaparecía. Años cargando en lo profundo recuerdos y deseos de paz y una familia pudieron encontrar camino al exterior pese a las dificultades.

. .

Abby se dejó caer boca abajo sobre su cama y ahogó un quejido lleno de frustración. Alex llegó entrada la noche con la camioneta para reclamar su motocicleta y Charles aprovechó el momento para partir. Un aire pesado llenó la despedida, la siguiente parada para el telépata sería las afueras de Boston, la casa de Maxwell. No se atrevió a preguntar exactamente qué pasaría, pero comprendía que nadie acabaría feliz.

Los brazos de Erik la rodearon y obligaron a que girara hacia un costado.

―Los niños siguen en sus cuartos y estoy bastante seguro de que ahora sí están dormidos.

Abby asintió y de inmediato se acurrucó contra el pecho de su esposo. Su mente seguía intranquila, había demasiadas cosas por discutir.

―¿Hablaste con tu hermana? ¿Cómo está Alexis? ―preguntó Erik.

―Bien, un poco adolorida, pero nada que un par de días de descanso no sanen ―respondió y cerró los ojos con fuerza―. Si algo le hubiera pasado…

―No te atormentes pensando así ―pidió, tratando de seguir su propio consejo. Quizás no adorara a su cuñada, pero no podía negar que había llegado a apreciar a los primos de sus hijos.

―¡Y Hayden quiere que vaya a tratar de reconocer el cadáver mañana! ―La idea le aterraba, no quería ir a la morgue y ver el cuerpo con el rostro desfigurado del mutante que trató de secuestrar a sus hijos―. No tengo idea porque piensa que es un exalumno, la idea es estúpida.

―Viendo cómo reaccionó Lindsay con Charles por no admitir a su hijo, creo que sólo refuerza la idea en su cabeza del sheriff, lo cual es bueno por más ridículo que parezca.

―Charles insiste en que todo va a estar bien, pero siento que sería mejor que nos mudáramos, sólo por precaución. Estoy segura de que alguien podría decir que estuvimos husmeando por el orfelinato. ―Culpaba a Erik por la paranoia, si bien no dieron nombres y dudaba que alguien apuntara el número de placa de su camioneta, igual sentía que estaban expuestos.

―En eso estamos de acuerdo, aunque no tomemos ninguna decisión apresurada ―asintió Erik, conteniéndose el comentario de que parte de la inseguridad que podían tener provenía de haber dejar a Frost viva―. ¿Tú estás bien?

―Sí, sólo quiero dejar todo esto atrás, por un momento pensé que de alguna manera acabarías en las noticias de nuevo ―respondió abrazándolo con fuerza.

―Qué poca fe me tienes.

―Tengo esa imagen tuya levitando en el aire, rodeado de metal y asustando gente desde que cruzamos a Canadá años atrás.

―¿Desde ahí? Pensé que sería culpa del estadio.

―No, fue por Cuba.

―El submarino ―asumió riendo un poco.

―Pensaba que si algún día íbamos de vacaciones todo acabaría en desastre.

―Aún hay tiempo para algo así ―bromeó, pero su rostro tomó una expresión más seria―. Si Edie heredó mis poderes necesitamos que aprenda a controlarlos rápido.

―No sabemos si realmente fue eso lo que ocurrió.

Luego que todos los visitantes se retiraran de la casa no tomó mucho para que los niños explicaran los eventos del ataque desde su perspectiva. Que Edie fuera mutante sorprendió a sus padres, no había motivo para pensar que no lo sería, pero la noticia fue inesperada.

La niña trató de demostrar su habilidad cuando su padre se lo pidió, pero no fue capaz de reproducir la acción que hizo que el viejo automóvil destartalado volara por los aires, ni siquiera fue capaz de mover una cuchara. Erik decidió no presionarla, no pensaba imitar a Shaw por ver el don de inmediato, le creía y sabía que podrían trabajarlo con tiempo.

―Debemos tener cuidado con Edie ―dijo Abby―, es una niña centrada, pero puede que en algún momento debas intervenir para que no haga algo que la delate.

―Lo sé, esperemos que no suceda nada cuando esté en la escuela.

―También tenemos que esconder tu casco ―pidió ella―. Sé que lo debes tener en algún lado, no me he olvidado.

―Está en el ropero de la entrada, pensaba guardarlo en el ático mañana ―dijo y con cuidado la tomó del mentón para observarla a los ojos―. Esperaba que me pidieras que botara el casco en medio del océano o algo.

―Mientras nadie lo encuentre puedes guardarlo, no voy a quejarme. ―Le gustara o no, la única razón por la que pudieron salir ilesos de la guarida de Siniestro fue por el casco.

―No sé si este sea el momento adecuado, pero entre Moira y Siniestro hay algo que deberías saber ―soltó Erik, aun un tanto inseguro si debía traer el tema o no―. No tengo forma de comprobarlo, ni tengo interés en hacerlo… incluso ahora que Edie desarrolló su don me hace dudar si siquiera debería considerarlo.

―¿De qué estás hablando? No entiendo nada de lo que dices, ¿Moira y Siniestro?

―¿Recuerdas al muchacho que me rescató de prisión?

―Sí ―afirmó ella, cada palabra que salía de la boca de Erik la confundía más, no encontraba como relacionar las personas que estaba mencionando.

―En medio del rescate soltó un comentario que me dejó pensando ―explicó, alargando la conversación más de lo que debería―. Mencionó que su madre conoció a un hombre que movía metales.

―¿Su mamá te conoció?

―No hay mucha gente con ese conocimiento que estén vivos ―explicó él y decidió que era mejor soltarlo de una vez―. Magda, creo que debe de ser ella.

―La mujer que desapareció sin avisarte… ―Abby no llegó a decir más, por un momento clavó los ojos sobre Erik a espera que elaborara más lo que estaba tratando de decir.

―La edad encajaría, pero no tengo pruebas de nada, ni siquiera sé si el muchacho conoce a su padre ―agregó Erik a espera que su esposa decidiera dejar de mirarlo de forma intensa―. Con Moira y su hijo, Siniestro hablando de mi descendencia… El recuerdo regresó de forma incómoda a mi cabeza, pero ahora que Edie heredó mi don no sé qué pensar.

Peter tenía el don de la velocidad, algo que lo distinguía de Erik y de Magda que era hasta donde sabía una humana normal. Abby ya había hablado con él sobre cómo considerar a Darryl un mutante no era preciso ya que el gen lo había heredado de ella y el caso parecía darse de igual forma con Edie. Sin embargo, una mutación como tal podía haberse dado con Peter, esa era la forma más usual en la que los mutantes nacían.

―¿Me estás diciendo que crees que tienes un hijo perdido? ¿Lo crees desde que regresaste y nunca pensaste en decir nada? ―No elevó la voz o se separó físicamente de Erik, pero su tono sin dudas dejaba entrever que la noticia no era bien recibida.

―Fue un comentario que hizo el muchacho, aunque sí me generó ciertas dudas ―admitió él―. Magda se fue sin decir nada y yo seguí mi camino, nunca sospeché que estuviera embarazada, ni siquiera sé si es realmente la madre del chico.

―Pero la edad de Peter encaja.

―Sí. No te lo mencioné antes porque son sospechas sin mucho fundamento, pero viendo las cosas con Moira ya no pude sacudir el pensamiento.

―Edie y Darryl puede que hayan heredado nuestros dones porque ambos los tenemos, que Peter tenga otro no invalida nada.

―No voy a ir a buscarlo, tiene su propia vida y nosotros tenemos la nuestra.

―Entonces para qué lo mencionas ―susurró Abby. Sabía de la existencia de Magda y no podía acusar a Erik de infiel o de haber abandonado a un hijo, pero igual no sabía cómo reaccionar o qué sentir.

―Porque decidí no guardarte secretos y lo último que necesito es que un día aparezca tocando a la puerta y te tome por sorpresa―respondió Erik con sinceridad―. Sé que es un pésimo momento, pero si lo dejo ir nuevamente va a desaparecer en el fondo de mi mente, no es algo en lo que piense y si hay la posibilidad de que sea verdad prefiero que sepas lo mismo que yo.

―No vayas a expandir la honestidad con mi familia ―pidió negando con la cabeza, no quería empeorar las cosas en ese frente aún más―. Uno de estos días vas a matarme.

Erik no presionó más la conversación, ya había compartido loque sabía y no deseaba ir más allá de eso. El que Abby no lo hubiera pateado fuera de la habitación era un alivio, podía sentir que no estaba cómoda con la posibilidad que le acababa de presentar, pero al menos parecía no haberse dejado invadir por sentimientos de inseguridad. Erik jamás había sido infiel, no era siquiera un pensamiento que hubiese pasado por su mente en algún momento y al menos se sentía seguro de que su esposa reaccionó acorde a ello. Sin embargo, sabía que el tema resurgiría en algún momento cuando Abby tuviera tiempo de meditar las cosas más.

. .

Moira MacTaggert se encontraba terminando de alistarse en su cuarto de hotel cuando recibió una llamada. Un incidente había ocurrido en un pueblo en las montañas dentro de la reserva de Catskill y ella era la agente más cercana a la ubicación. No dudó en aceptar la asignación, pese a que se vería obligada a retrasar su regreso a casa, esperaba que Kevin comprendiera.

Lo que no esperaba era ver un pequeño destacamento de oficiales y peritos tratando de recuperar pedazos metálicos de un lago. Por un momento pensó que se trataba de un accidente de avión, pero los restos eran de gran tamaño y si se trataba de un avión comercial desaparecido todos los noticieros estarían transmitiendo y ese no era el caso.

―Un pescador dio el aviso hace dos días, pero aún no tenemos idea con qué estamos trabajando ―explicó el hombre a cargo de la operación―. Tengo un grupo de buzos, reportan los restos de una estructura submarina que parece se comunicaba tierra adentro en un punto.

―¿Alguna pista? ¿Estamos seguros de que no se trata de una de nuestras bases? ―preguntó Moira, no tenía idea cómo alguien podría haber construido algo así sin que el gobierno estuviera enterado.

―Hay varios cuerpos recuperados, niños y al menos un adulto, aun los identificamos ―informó―. Pudimos recobrar algunos documentos, pero son ilegibles. Sin embargo, hay un par de artefactos en buen estado que es lo que su agencia está priorizando.

―¿Artefactos?

―No sabemos que son, poseen una escritura similar a jeroglíficos egipcios, aunque no soy un experto. Lo interesante son las conexiones doradas, pareciera que se tratara de decoración, pero son conductores de energía, similar a nuestro cableado eléctrico, pero mucho más eficiente.

Moira asintió en silencio y esperó para poder ver los objetos. Si bien uno podría considerar el área del desastre y los fallecidos como algo más importante o llamativo, ella se encontró atraída por el misterio que acababa de aparecer frente a ella, como si se tratara de un rompecabezas para armar.


Notas de autora: Al fin legamos al final de este arco, que iba a estar unido al cap anterior, pero creció tanto que tuve que separarlo, y con todo eso aun ha sido un capítulo más extenso de lo usual y con mucho contenido. Actualmente quedarían once capítulos por escribir, ya los tengo bien delimitados, pero siempre puede suceder que al momento de escribirlos se inflen, o desinflen, y deba decidir si partir o combinar como ocurrió con este. Queda aún un par de capítulos antes que me lancé con Apocalipsis, pero quise tratar de hilar desde ahora un poco las cosas con Moira (En los comics Siniestro tiene relación con Apocalipsis)

Apocalipsis es la película que más cambios va a tener para poder adaptarla a la situación en la que están los personajes en el fic. First Class fue meramente insertar a Abby, pero todo ocurrió igual que en la peli, DoFP casi no la toqué y Fénix sólo voy a mencionarla cuando llegue su momento. ¿Cómo imaginan que voy a adaptar Apocalipsis? ¿A quién creen que mataré? Aún no están todas las cartas sobre la mesa para predecir, pero me da curiosidad saber cómo imaginan que va a ocurrir, ¿creen que va a haber una "Nina"?

Y en el tema de estar "cerca" de cerrar el fic, qué les parece el rumbo de no optar por enfocarme en las películas. Muchos de los otros fics que he leído siempre siguen a las películas, son como un retelling añadiendo a la OC, en sí el grueso de lo que cuentan son los eventos ya conocidos. ¿Hubieran preferido que me enfocara más en las películas? ¿Les hubiera gustado el otro clásico de los fics con OCs; con triángulo amoroso incluyendo a Charles? ¿O quizás el aspecto más diferenciable, les hubiera gustado que Abby no optara irse con Erik al final de Cuba y que se juntaran de otra manera? No es que sean opiniones que vayan a cambiar la historia, pero me da bastante curiosidad saber qué opinan.