El coche verde rompía el silencio de la oscura noche pasando a través de las calles. Kevin conducía en silencio hacia la casa de Gwen, quien también se había mantenido sin decir una sola palabra durante todo el viaje.

Apenas se había dirigido la mirada, Kevin concentrado en la carretera y ella en lo que se veía por su ventanilla. Sin embargo, en algunas ocasiones, él apartaba la vista para mirarla de manera furtiva y ella le echaba pequeñas miradas de reojo. A veces, llegaban a coincidir haciendo que ambos apartasen rápidamente la mirada y soltasen una risita nerviosa.

No, ese silencio no era incómodo. Únicamente, eran ellos ordenando sus pensamientos.

¿Cómo habían llegado a esa situación? Muy fácil, ese día había quedado los dos solos después de las clases de kárate de Gwen para ir a cenar algo. Kevin había pasado por ella y la había esperado en la puerta de su instituto y, tras haberse duchado y cambiado de ropa, Gwen había hecho su aparición.

El camino hacia la hamburguesería fue tranquilo, ellos dos hablando de cosas sin importancia y haciendo algunas bromas. Esa tarde, Ben no estaría con ellos porque había quedado con Julie para estudiar juntos, lo que le dio a Kevin una oportunidad de oro para estar con Gwen a solas.

El osmosiano no podía dejar de ver a la chica con una sonrisa en su rostro. Era una ocasión única para estar a solas y poder disfrutar de la compañía mutua. Además, de esta manera podía relajarse y no preocuparse de su molesto primo. Eran solo ellos dos juntos.

Por su parte, la Tennyson había agradecido a todos los dioses el hecho de que Ben no hubiese podido venir. Bendito examen de Física. Habían pasado mucho tiempo juntos y en ocasiones los dos solos, algunas tardes ella se iba a su garaje a leer sentada en una silla mientras él se ocupaba de su coche. Pero para esa noche, ella tenía un plan, o más que un plan un método para incitar a Kevin a pedirle salir de una vez por todas. Pero, aunque el chico había tenido varias ocasiones claras para pedirle ser su novia parecía que en el último momento se acobardaba, haciendo que la pelirroja se frustrase.

Si fuera por ella, ya le habría pedido para salir. Estaba más que claro que Kevin sentía algo por ella y por su parte tenía claros sus sentimientos, le gustaba Kevin Ethan Levin, de eso no tenía ninguna duda. El problema era que, si ella le pedía para salir, él volvería a decir algo como "Son los chicos los que hacen esas preguntas". ¿Qué demonios importaba eso? Ambos se gustaban y sentía que perdía el tiempo con cada oportunidad perdida. Aunque, debía admitir que esos momentos de tensión donde veía como Kevin dudaba y se sonrojaba hacía que se enterneciera e incluso le gustase más el chico.

Lo había decidido, ella no le presionaría, pero sí que le llevaría por el camino correcto para que finalmente aquel chico de fachada arrogante se decidiera a preguntarle aquello.

Al llegar al sitio de comida rápida hicieron su pedido y se fueron del lugar, su plan era irse a algún lugar con una buena vista para comer y ver las estrellas mientras hablaban tranquilamente. Se sentaron sobre el capó del coche, pusieron la comida entre ellos y empezaron a devorarla. Esa parte de la velada transcurrió de manera tranquila hasta que terminaron y apartaron los desechos y se tumbaron el uno al lado del otro, bastante cerca, pero sin llegar a tocarse. Hablaron sobre varios temas sin darse cuenta que pasaron un par de horas en esa posición.

-¿Crees que Ben estudiará algo con Julie alrededor?- preguntó Kevin en tono de broma mirando a la pelirroja.

-Bueno, le irá mejor que si estudia solo. Aunque me podía haber pedido ayuda a mí.

Kevin sonrió levemente, el portador del omnitrix le dijo que tendría un examen el día siguiente y que pensaba preguntarle a su prima si podría darle unas clases, pero fue él quien le dijo que podría preguntarle a Julie y así aprovechar y pasar tiempo con ella. Dejando libre a su prima para que pasase tiempo con él.

-Nah, así mejor. Ben puede pasar tiempo con Julie y yo contigo.

Gwen le miró un poco sorprendida. Aquella frase había formado un pequeño revoloteó en su interior y se preguntaba cómo podía decir aquellas cosas de manera tan seguida y no invitarla a salir o hacer algún movimiento que les acercase más.

Por su parte, Levin se sentía abrumado e… Indeciso. Sí, esa era la palabra. Tenía claro que la anodita le gustaba, y mucho, pero una cosa era bromear y otra cosa era formalizar la relación. Se sentía cómodo en esa dinámica que tenía ahora mismo con Gwen, algunas bromas, pequeños acercamientos, pero nada serio. No era porque no quisiese que la joven fuese su novia o únicamente quisiera jugar con sus sentimientos.

No, nada de eso. Profundamente sentía que quería ser su pareja, besarla, protegerla, pasar tiempo con ella y quererla, pero… Era él. Es decir, ¿quién en su sano juicio querría a un delincuente? Y más aún, aún estaba la posibilidad de volverse loco. Aunque hubiese entrenado sus poderes durante todos esos años y tuviese más control, siempre existía esa posibilidad. ¿Y si le hacía daño? No se lo podría perdonar jamás.

Al volver a mirarla, sus ojos se encontraron, quedándose ambos absortos en la mirada del otro. Kevin sintió como le costaba pasar la saliva por su garganta al ver como la pelirroja se acercaba hasta a él. Habían estado a punto de besarse en varias ocasiones, pero nunca ocurrió nada. ¿Hasta ese momento..? Fue acortando la distancia entre los dos, totalmente enfocado en ella, pero en el último instante se acobardó y se giró.

Se reprendió mentalmente por lo que acababa de hacer. O más bien de lo que acababa de no hacer. Una de sus manos fue a su cabeza, alborotándose su negro cabello mientras su cabeza intentaba prepararse para encarar a la chica. Si seguía así, con esa indecisión, Gwen se acabaría cansando de esperarle y frustrando hasta que un día decidiese olvidarse de él, lo cual él vería como algo normal, pero no por ello sería menos doloroso. Tenía demasiados pensamientos en su cabeza, demasiadas inseguridades que resolver antes de tener el valor de dar ese paso.

-Kevin…

Ante su llamado suspiró, únicamente deseando que la chica no se lo echase en cara como el día que conocieron a Michael Morningstar donde ella le preguntó por qué no la invitaba a salir.

Cuando finalmente se giró, no tuvo tiempo de pensar en nada ni siquiera de procesar lo que estaba pasando. Tras girarse hacia a ella, aprovechó para tomarle el rostro con sus manos y acortar esa distancia que él no se atrevió a cruzar antes. Los labios de la chica contra los suyos le pillaron con la guardia baja, sin saber al principio cómo reaccionar, no fue hasta después de unos instantes que cerró sus ojos y puso una de sus manos en la nuca de Gwen para profundizar el beso.

Estuvieron un rato así, besándose dulcemente sobre su coche, como si estuviesen dándose todos esos besos que antes no pudieron. Al separarse, ambos evitaron su mirada avergonzados y sonrojados.

Con timidez, miró de soslayo a la pelirroja que parecía brillar bajo la luz de la luna. Era preciosa, ese cabello color rojizo, esos ojos verdes brillantes y esa sonrisa tan encantadora. ¿De verdad esa chica tan bella tenía sentimientos por él? ¿Incluso conociendo su pasado? ¿Después de todo lo que había hecho?

Recordó las palabras de Ben "No me importa lo que hicieras en el pasado, lo importante es lo que harás a partir de ahora".

-Creo que es hora de que te lleve a tu casa, ¿no crees?- preguntó Kevin de manera casual bajándose del coche mientras le ofrecía una mano para ayudarla a bajar.

-Ehh…Sí, creo que es lo mejor. Mis padres se estarán empezando a preocupar.

Se montaron en el coche y así fue que llegaron a esa situación. Ellos dos en silencio en el coche. No tardaron en llegar a la casa de Gwen, Kevin aparcó su coche en la puerta e intentó balbucear una despedida.

Gwen sonrió, le gustaba verle así, torpe y sonrojado. Así que al ver que él no sabía cómo despedirse, habló ella.

-Entonces… ¿Nos vemos mañana?- susurró mirándole con esas bellas esmeraldas mientras su mano se dirigía hacia la puerta del coche.

-Eh… Sí, nos vemos mañana…

Fue lo único que se atrevió a decir y lo demás a sus ojos paso a cámara lenta, antes de salir del coche, la chica le dejó un suave beso en la mejilla para después sonreírle antes de salir del coche. Se tocó la mejilla con las yemas de sus dedos y luego miró a la anodita quien acababa de salir de su coche. No se lo pensó dos veces, salió de su coche y fue hasta a ella agarrándole la mano. La pelirroja le miró sorprendida y en silencio esperando para saber cuál sería su siguiente movimiento.

-¿Kevin?- preguntó en voz baja al ver que el chico seguía tomándola de la mano pero no decía nada.

-Quieres…- se maldijo internamente por no poder ordenar sus palabras y decirle lo que quería decir.- ¿Tú quieres…?

Gwen abrió los ojos al notar lo que estaba intentando decir. Tuvo que reprimirse para no contestar antes de tiempo, animarle y simplemente quedarse callada. En ese momento, Kevin era quien debía dar ese paso solo. Su único gesto fue el de apretar con firmeza la mano con la que le agarraba la suya.

Kevin sonrió ante ese gesto aún con el rostro sonrojado.

-Yo… Sé que no soy un chico ni bueno ni inteligente y que mi pasado deja mucho que desear, pero sé que siempre te protegería y que estaría a tu lado por siempre. Puede que no sea todo lo que mereces, pero te prometo que me esforzaré para serlo. Gwen… ¿quieres ser mi novia?

No pudo evitar que sus labios hiciesen un puchero ante esa declaración tan tierna. Sintió sus ojos cristalizarse y sus mejillas sonrojarse. Sonrió al notar como el osmosiano luchaba por no apartar su mirada.

-Sí, me encantaría, Kevin.

Un suspiro de alivio salió desde el fondo del interior de Kevin, algo que hizo reír a Gwen, luego se acercó tímidamente hasta a ella y puso su mano libre en la mejilla de la pelirroja para agacharse un poco y darle un dulce beso. Gwen recibió gustosa sus labios y le correspondió feliz. Al separarse se sonrieron y Kevin depositó un cariñoso beso en su frente.

-Nos vemos mañana, ¿vale?- se hubiese quedado toda la noche allí con ella, pero sabía que al día siguiente tenía clases y quería que la chica descansase todo lo posible.

-Hasta mañana.- dijo despidiéndose con la mano mientras abría la puerta de su casa y veía como él se iba hacía su coche.

…..

Pues hasta aquí este capítulo. Me alegra mucho que haya personas que se pasen por aquí a leer y dejen sus comentarios. La verdad es que pensaba que esto iba a ser más solitario y que no iba a haber gente que le gustase estos pequeños one-shot. Mil gracias a todos los que dejáis comentarios, de verdad, me animan mucho para seguir escribiendo sobre ellos. Quizás si me dejáis más comentarios suba antes el siguiente capítulo, quien sabe…

En fin, muchas gracias a maria tortella, estoy subiendo primero los capítulos que tengo escritos pero también quiero ponerles en situaciones límite, también esta bien hacerles sufrir un poco…

Lo dicho, espero que nos veamos pronto!