Caminó de manera tranquila por los pasillos de aquella casa. La sentía casi como su segundo hogar, había pasado mucho tiempo jugando entre aquellas paredes. Llegó hasta la habitación que estaba buscando y entró sin llamar. Se lo encontró tal y como se lo esperaba, jugando a la consola en aquella enorme pantalla.

Ni siquiera se enteró de su presencia pues los enormes auriculares le aislaban del ruido exterior. Zed se encontraba durmiendo junto a sus pies, quien levantó la cabeza al ver que la puerta se había abierto. Se acercó hasta a él y le quitó el aparato de la cabeza.

-¿Pero qué…?- se giró para ver quién era el causante de su interrupción, al verle puso una cara decepcionada.- Ah, eres tú.

-¿Qué quieres decir con "Ah, eres tú"?- imitó el mismo tono cansado que usó.- Podrías recibirme de otra manera.

Le quitó los auriculares que le había arrebatado de las manos y los puso alrededor de su cuello.

-¿A qué se debe tu visita, Ken?- le preguntó Devlin a su primo mientras guardaba la partida del juego que estaba jugando.

-Mi padre quería hablar con tu padre sobre algo y yo he venido a ver a mi primo favorito.

-¿Qué quieres?- cuestionó con una ceja alzada al conocer a la perfección ese tono de voz en su casi hermano.

Al igual que sus padres, ambos tenían un estrecho vínculo. Se habían criado prácticamente juntos desde que nacieron. Aunque se llevasen un año de diferencia, eso apenas tenía relevancia. Ken había pasado mucho tiempo en la casa de los Levin y Devlin en la casa de los Tennyson. Además, muchas veces hacían pequeños viajes con su bisabuelo cuando los padres de ambos estaban en alguna misión y el anciano se tenía que hacer cargo de ellos.

-¿Está tu madre en casa?

-No, se fue a hacer una misión al planeta Zoroaster persiguiendo al dragón rojo de la octava fosa de Navato y tardará en volver.- respondió el Levin con un tono un tanto decepcionado. Le encantaba estar con su padre, pero debía admitir que cuando su madre estaba algunos días fuera, su casa se volvía un descontrol.

Ken puso una mano en su barbilla y meditó la respuesta. Aquello podía ser algo bueno.

-Tu madre te estaba enseñando a usar hechizos y eso, ¿no?

Devlin puso un gesto un tanto extraño. Aun con todo lo que paso durante su embarazo y lo inviable que podía parecer la unión entre un osmosiano y una anodita, había nacido con los dos poderes de sus padres, los cuales en ocasiones chocaban y daban como resultado una mezcla rara de poderes o incluso efectos adversos en él. Se le hacía bastante sencillo absorber energía y expulsarla, pero el control de su maná estaba todavía en una fase muy… temprana.

Su padre le había mostrado cuando era más niño cómo usar sus poderes, advirtiéndole que no abusase de su poder porque podía ser un tanto peligroso. Mientras que su madre cuando estaba en casa solía instruirle y enseñarle cómo usar su maná y algunos conjuros sencillos, pero, aunque podía llegar a hacerlos, le dejaban muy cansado. Por lo que al final, solía usar más su parte osmosiana.

-Más o menos. – respondió mientras se cruzaba de brazos.

-¿Sabes algún conjuro para volver al pasado?

-¿Al pasado?- repitió el osmosiano con duda. Él era el único que sabía de qué su primo tenía un alter ego llamado Spanner.- ¿El profesor Paradox no te había dado un cinturón para ir al pasado?

-Verás… La última vez que fui me golpearon y cuando volví de allí noté que una parte se había caído y yo…

-¿La dejaste allí? ¿Y se te hubiese averiado en el pasado y no pudieses volver?

-Tampoco sería tan malo, la tía Gwendolyn estaría allí y me podría mandar al presente.

-Te mandaría al presente de una patada…-Se agarró el puente de la nariz mientras analizaba la situación. -¿No sería mejor pedirle a Paradox que te diese otro aparato?

-¿Estás loco? No quiero que se entere. Mi padre me quitó el omnitrix y no quiero que Paradox me quite también esto.

-No deberían darte nada, eres demasiado irresponsable.

-La única razón por la que a ti no te quitan tus poderes es porque no pueden.- Devlin debía darle la razón ahí.

-Puede que en el libro de hechizos de Archamada de mi madre haya algo, pero no sé si podré usarlo.- se tomó el mentón mientras recordaba aquel libro.- Bueno, si hay una opción, hay que tomarla, ¿no?

El mayor simplemente se encogió de hombros tras decir eso. Salieron de la habitación y se dirigieron a la biblioteca de Gwendolyn, Devlin abrió la puerta dejando ver la enorme sala repleta de estanterías con miles de libros. El Levin entró seguido de Zed, pero Ken no pudo.

-¿Qué demonios es esto?- dijo Ken tocando la barrera invisible que le impedía avanzar.

-Debí haberlo supuesto. Mi madre pone muchos hechizos de seguridad.

-¿Y por qué tú puedes entrar?

-¿Por qué soy su queridísimo hijo quizás?- preguntó de manera retórica sonriendo.- Además, aquí es donde estudio con ella.

Avanzó mientras Ken se quedaba en la puerta y le veía acercarse hasta el atril donde estaba expuesto el libro. Devlin se puso frente a ese enorme libro meditando lo que hacer. Recordaba la cantidad de veces en las que su madre le había repetido que tenía prohibido tocar ese libro.

Sabía que, si se llegaba a enterar, sufriría la ira de Gwendolyn Tennyson-Levin. Estaba acostumbrado a que la pelirroja le regañase y le castigase, siempre decía que su comportamiento era muy parecido al de su padre, aunque a veces no sabía si lo decía en el buen o en el mal sentido.

Suspiró y se volvió a encoger de hombros, si no se enteraba, no le castigaría. Llevó el libro hasta la puerta donde le esperaba Ken y en el suelo de la biblioteca lo abrió y empezó a ojear las páginas.

-¿No sería mejor ir a tu habitación?

-Mi madre es muy precavida y este libro es muy importante para ella. Seguro que, si lo saco de la biblioteca, lo sabrá de alguna manera.

Siguió mirando entre las páginas, buscando el conjuro correcto. Ken miraba las runas del libro como si fuesen garabatos indescifrables para él. Devlin se quedó observando una página en concreto, pasó unos segundos memorizando ese hechizo que le había llamado la atención para luego volver a pasar de página. Tras unos minutos buscando se detuvo en una página.

-Este es.

-¿A qué esperas? Rápido, tenemos que ir por el aparato.

-El plan es llegar, encontrar la parte que te falta del cinturón, volver y dejarlo todo en su sitio. Y negarlo todo en caso de que sospechen algo.

Algo le decía que aquello iba a ser una muy mala idea, pero supuso que era algo necesario. Inspiró profundamente y alzó una mano hacia el pasillo, al lado de Kenny. Empezó a pronunciar unas palabras en latín inentendibles para el pequeño Tennyson. Y tras unos instantes, se abrió un portal.

-¡Genial!- expresó mientras pasaba a través del portal seguido por Devlin.

Tras atravesarlo, llegaron justo al sitio donde Ken, disfrazado de Spanner perdió la pieza. Por más que buscó, no la encontró por ningún lado.

-¿Qué extraño? Debería estar por aquí. Eh, Devlin, ayúdame a busca…

Ken dejó su frase a medio camino cuando se encontró a su primo tirado en el suelo. Se acercó rápidamente a él y se lo encontró seminconsciente, pálido y sudando mucho. El castaño entró un poco en pánico. Intentó despertarle y que recobrase el conocimiento, pero nada funcionó.

¿Qué podía hacer? No podía volver a su tiempo puesto que Devlin no estaba en condiciones de volver a lanzar el hechizo y tampoco tenía la parte restante del aparato. No sabía que era lo que le pasaba ni a quien llevarle. Por su cabeza pasó la que supuso que era la opción más acertada.

-Espero que sepa lo que tenemos que hacer.

Se puso su disfraz de Spanner y le tapó a su primo a cabeza con la capucha de su chaqueta gris. Estaban relativamente cerca de uno de los cuarteles de los fontaneros/plomeros, si iba allí había muchas posibilidades de encontrar a Ben o a Rook y que ellos le ayudasen. O por lo menos de encontrar a alguien que les dijese donde estaban. Así que, con el Levin en su espalda, se puso en camino.

Suspiró al llegar. Había tardado más de lo esperado y su primo no daba indicio de despertar. Entró por la puerta, pero antes de que siguiese caminando, alguien le cortó el paso.

-¿Spanner? ¿Qué haces aquí?- conocía esa voz. Al girarse se encontró con la versión más joven de Rook que le miraba entre sorprendido y preocupado.- ¿Qué le ha pasado a tu amigo?

-Oh, genial, Rook.- mencionó claramente aliviado de verlo.- ¿Dónde está Ben? Necesito hablar con él, es importante.

-Está en la habitación que usa para descansar cuando viene aquí después de alguna misión. Sígueme, te llevaré hasta a él.

Rook encabezó la caminata, subieron por uno de los ascensores y avanzaron varios pasillos hasta llegar a una puerta. El fontanero/plomero golpeó varias veces la puerta y tras escuchar la voz de Ben, abrió la puerta.

Se lo encontraron sentado en un sofá bebiendo un batido mientras pasaba de los canales alienígenas de la televisión. El portador del omnitrix se sorprendió de ver a Spanner allí.

-¿Qué haces aquí, Spanner?- cuestionó mientras se levantaba del sofá y se acercaba hasta ellos. El chico se tomó unos segundos antes de contestar.

-¿Podríamos hablar en privado?- pidió un tanto nervioso observando de reojo a Rook.

-Os dejaré solos. Si me necesitáis, avisadme.

Rook desapareció de la habitación. Al hallarse solos, Ken dejó a Devlin en el sofá donde antes había estado sentado Ben, quien siguió curioso todos sus movimientos.

-¿Quién es él?¿Qué le ha pasado? ¿Qué estás haciendo aquí?- siguió preguntando Ben sin comprender la situación.

-Esto va a ser complicado…-empezó a decir el más joven.- ¿Te acuerdas lo que te dije esa vez en el museo?

-¿Lo de que eras del futuro? Claro que me acuerdo. Además, me llevaste a luchar junto a mi versión adulta.

Finalmente era la hora de desvelar su identidad delante de la versión adolescente de su padre. Le dio a un botón que había en su muñeca y el traje que siempre le acompañaba en esa época desapareció frente a los ojos de Ben quien abrió la boca con sorpresa.

-Soy Ken, tu hijo.

Se tomó un tiempo antes de contestar. Aquello era innegable, el parecido entre ambos era más que evidente, lo único que cambiaba era el tono de su piel.

-Ahora entiendo por qué tenías tanto en interés en que Kai y yo estuviéramos juntos.- dijo con una sonrisa que fue emulada por Ken.- ¿Entonces él..?

Se acercó hasta el sofá seguido por la mirada verde de su padre y le quitó la capucha al chico inconsciente.

-Es Devlin, el hijo de…

-De Kevin y de Gwen.- terminó la frase de Ken. Se acercó hasta el que sería su sobrino y le analizó.- ¿Qué le ha pasado?

-Tenía que volver al pasado y la única forma de hacerlo era que él hiciese un hechizo. Al parecer ha tenido un efecto rebote o algo.

-Entiendo.- se puso la mano en la barbilla y después volteó para mirar a su hijo.- A Gwen también le pasaba en algunas ocasiones. Aunque nunca había visto este extremo.

-¿Y qué podemos hacer?

-Bueno, lo mejor será llevarlo con ella, sabrá lo que hacer.- dijo mientras empezaba a cargar al chico en su espalda.

-¿Con la tía Gwendolyn? No creo que sea buena idea…- dijo temeroso mientras juntaba sus dedos índices de manera tímida.

-Oh, vamos, ¿tan terrorífica es en el futuro?- Ben lo pensó fríamente, su prima sí que podía llegar a dar miedo en muchas ocasiones y seguro que no le haría mucha gracia que su futuro hijo haya hecho un conjuro de ese calibre.- Bueno, es nuestra única opción.

Ken se volvió a disfrazar de Spanner y volvieron a tapar el rostro de Devlin. Se parecían muchos a sus padres y en el cuartel tanto Ben como Kevin eran bastante conocidos y no querían que nadie les descubriese. Le pidieron a Rook que les llevase hasta la casa de Kevin.

-A estas horas Gwen estará aun en clase, pero lo mejor será esperarla allí.- explicó Ben mientras Rook conducía.

-¿Me podéis a explicar la situación?- preguntó Rook un tanto curioso mientras giraba el volante.

-¿De verdad quieres saberlo? Es un caso muy Tennyson.- comentó con gracia el chico.

-Mejor no.

Aparcó delante de la casa que tenía alquilada Kevin para vivir cerca de campus de su novia y se despidieron de Rook. Golpeó varias veces la puerta, pero nadie contestó.

-¿No sería mejor tocar el timbre?- dijo señalando el pequeño botón al lado de la puerta.

-Está roto. Oh, vamos. ¿En serio no está en casa?- volvió a golpear esta vez con más fuerza, y cansado de esperar, sacó su teléfono para marcar el número de Kevin.- Será un milagro que me conteste…

Como supuso no hubo ninguna respuesta. Por lo que llamó a su segunda opción. Gwen le colgó la llamada antes de contestar, Ben iba a decir algo, pero su móvil empezó a sonar tras recibir un mensaje.

-"Estoy en clase. Si necesitas algo, habla con Kevin."- leyó en voz alta en mensaje de su prima.- Eso es lo que quiero, Gwen.

Le contestó en voz alta, aunque no pudiese oírla. Miró la hora en la pantalla de su teléfono, si Kevin estaba en su trabajo, debería volver pronto. A menos que fuese a Friedkin para recoger allí a la pelirroja, lo que significaría que tardaría bastante en volver.

Tras pensarlo mucho, encontró la elección. Rook se había ido y no podrían ir al trabajo de Kevin y tampoco al campus donde estudiaba su prima, por lo que solo quedaría entrar a la fuerza en la casa y esperarles allí dentro.

-Bueno, si no hay otro remedio…- empezó a decir mientras buscaba en su reloj un alien adecuado para aquel trabajo. Pulsó el botón de su reloj y se transformó en aquel enorme ser de cuatro brazos.- Destrozaré la puerta y…

-Destroza la puerta y yo te destrozaré a ti.- escuchó tras su espalda. Al girarse vio a Kevin de brazos cruzados con una bolsa colgada del brazo y con cara de pocos amigos acompañado por Zed.

Se destransformó frente a los ojos de todos.

-Te he llamado, ¿sabes? Podrías por una vez haberme respondido la llamada. Es importante.

-Ya estoy aquí, ¿no? ¿Qué es lo que quieres?- preguntó mirando a los dos desconocidos junto a Ben.

-Mejor lo hablamos dentro.

Entraron en la casa tras el osmosiano, quien tras guardar los alimentos que había comprado, se quedó de pie mientras dejaban al chico inconsciente en el único sofá de la casa.

-¿Y bien?

Spanner empezó a balbucear mientras Kevin le miraba amenazante. Ben se cansó y resumió la situación.

-Kevin, él es Ken, mi hijo.- se limitó a decir. La mano del osmosiano golpeó su frente con frustración antes de hablar.

Kevin fijó su mirada en Spanner, quien ya se había quitado el disfraz para que le viese el rostro.

-Más problemas temporales no… - musitó en voz baja con hastío mientras bajaba la vista y se cubría el rostro.

-Espera, eso no es todo.- tras decir eso, Kevin levantó la vista. Ben le quitó la capucha al chico para que el osmosiano viese un rostro que le resultó sospechosamente conocido.- Kevin, él es Devlin, tu hijo.

Ben y Ken observaron como el osmosiano se tomó su tiempo para analizar al chico dormido. Le miraba de arriba abajo con una expresión difícil de descifrar hasta que por fin habló.

-¿Qué le ha pasado?- preguntó finalmente con un toque preocupado acercándose a su futuro hijo.

-Hizo un hechizo para venir al pasado y…

-Ah, entiendo. Resaca mágica.- para sorpresa de los Tennyson habló con bastante alivio en la voz.- A Gwendolyn le pasaba mucho. Aunque no a ese extremo.

-Hemos venido aquí porque Gwen es la que mejor sabe qué hacer en estos casos.

Kevin le dio la razón mentalmente a Ben. Gwen había sufrido bastante de resaca por hacer conjuros difíciles, en especial con el de teletransportación. Recordaba cómo se quejaba de cansancio y dolor de cabeza.

-A Gwendolyn no le va a gustar esto. Y seguro que encuentra la forma de echarme a mí la culpa. – comentó viendo de soslayo el estado de su hijo que no daba señales de despertar.

Por lo menos el estado de Devlin no parecía del todo grave, pero aun así a Kevin le preocupaba.

-Deberías haber encontrado a otra novia menos problemática…- dijo entre risas Ben.

-Oh, ¿quieres que informemos a Kai de la situación a ver qué piensa?- preguntó de manera irónica el Levin haciendo que la sonrisa divertida desapareciese de la cara del Tennyson.

-Mejor no. Debe estar ocupada…

-Bueno, quedaros aquí. Iré a recoger a Gwendolyn de clase.- tras decir eso, agarró las llaves de su coche para meterlas en el bolsillo de su pantalón y desaparecer de la casa junto con Zed.

La habitación quedó en silencio. Ni Ken ni Ben se atrevían a hablar.

-Así que… Ya estás saliendo con Kai, ¿no?- preguntó de forma tímida el pequeño Tennyson.

-Oh, sí. Después de aquella vez nos acercamos mucho y hemos estado quedando algunas veces…

-Entiendo…

Ambos se miraron y sonrieron con nerviosismo. Era extraño estar en esa situación. Decidieron encender la televisión para que hubiese algo más que el silencio en esa habitación. Los minutos pasaban y de un momento a otro, empezaron a escuchar la voz de Kevin y de Gwen fuera de la casa.

-Antes de que entres, quiero que te prepares mentalmente, cariño.- el osmosiano la detuvo antes de que abriese la puerta con la llave.

-Kevin, llevas todo el camino diciéndome que algo ha pasado, pero no me dices qué es.- paró de hablar al pensar que había dado con la respuesta.- Espera, ¿es otra de tus ex novias?

-¿Qué?- respondió rápidamente.- No, y Looma no fue mi novia, solo quería el motor para el…

-Lo que digas. Pero si nadie ha muerto, no ha aparecido un villano ni es una situación de vida o muerte, no entiendo qué es lo que… dijo la anodita mientras abría finalmente la puerta y pasaba a la sala de estar encontrándose a Ben junto a un niño ¿desconocido?

La pelirroja se quedó quieta en el marco de la puerta, pasando su mirada de Ben a la versión de piel más oscura de su primo. Tras eso, giró su rostro hacia Kevin, quien se había colocado al lado de ella.

-Creí que ya habíamos superado lo de tener un Ben de 10 años…

-Gwen, te presento a Ken, el hijo de Ben.- tras decir eso, dejó de mirar al osmosiano para mirar a Ken quien levantaba su mano saludándola de manera tímida.

-Hola, tía Gwendolyn.- saludó con una sonrisa y alzando su mano el pequeño Tennyson.

-Por lo menos conseguí que finalmente me llamarais Gwendolyn…- susurró para sí mientras se agarraba las sienes, aquella situación ya la estaba dando dolor de cabeza.

-Espera, espera… Hay más.-esta vez fue su primo quien tomó la palabra, se acercó hasta a ella para agarrarla de la mano y acercarla hasta el sofá.- Te presento a tu inconsciente hijo, Devlin.

Kevin se palmeó la cara tras escuchar el modo en el que le soltó la bomba. Vio como la anodita abría la boca con confusión e incredulidad y alternó la vista de Devlin a Kevin buscando una explicación quien únicamente levantó las manos de manera inocente. Le inspeccionó con esa mirada color rosa cargada de maná y rápidamente descubrió los síntomas y el estado de su hijo. Tomó aire intentando contenerse. Se giró hacia Ben y Kevin y tras poner sus manos en su cadera empezó a regañarles.

-Todo esto es vuestra culpa.

-¡¿Nuestra?!- dijeron al unísono mientras retrocedían y se alejaban de la anodita.

-Vuestra y de vuestros malditos genes. ¿Qué futuro me espera si mi hijo y mi sobrino se comportan como vosotros? - ambos chicos levantaron sus manos poniéndose a la defensiva al ver que los puños de la chica se llenaban de maná.- ¿Voy a estar toda la vida preocupada o intentando que no os matéis con vuestros estúpidos planes?

-Esto…- los tres adolescentes miraron a Ken quien se encontraba a una distancia prudente de la Tennyson.- ¿No deberíamos hacer algo con Devlin?

-Te dije que nos iba a echar la culpa.- le susurró Kevin a Ben a lo que el castaño llevó su dedo índice a sus labios para indicarle que se callase.

La pelirroja suspiró, al menos los dos niños habían heredado también la preocupación y la camaradería de sus padres.

-No hay nada de qué preocuparse. Es simple resaca mágica.- se acercó hasta el Levin y colocó su mano sobre su frente y dejó fluir su maná hacia a él.

Aquello no le quitaría todos los síntomas, pero por lo menos le aliviaría un poco. Para la tranquilidad de todos, vieron como el rostro del menor se relajó y mostraba simple serenidad, como si estuviese durmiendo de forma pacífica.

-Lo mejor será dejarle descansar hasta que se recupere.

Los tres chicos suspiraron aliviados, por la recuperación de Devlin y por dejar de ser víctima de la pelirroja.

-Así que… Ken, ¿no?- empezó a decir la anodita y el pequeño Tennyson tuvo un escalofrío que le recorrió toda la espalda. Simplemente asintió.- ¿Me puedes explicar por qué mi hijo ha usado el libro de Archamada, sin mi permiso, para venir al pasado?

-¿Cómo sabes que lo ha usado sin permiso?-cuestionó el portador del omnitrix con curiosidad.

-Es evidente.- le respondió Kevin mientras se apoyaba en la pared y se cruzaba de brazos.- Si nosotros pudiésemos hacer conjuros, no dejaría el libro a nuestro alcance porque sería un caos. Pues imagínate dárselo a estos dos.

-Entiendo.- tras decir eso, Ben se acordó de algo.- Es cierto, ¿para qué necesitabais un hechizo si tú ya puedes viajar en el tiempo?

-Bueno, eso… La última vez que vine antes del salto temporal se me cayó una pieza del cinturón. Hemos venido a por ella.

-¿Una pieza? ¿En forma de cilindro de color blanco?- dijo mientras la dibujaba con el dedo en el aire.

-¿Sabes dónde está?- miró esperanzado a su padre.

-La encontré después de la pelea y la guardé.

-¿Y por qué guardaste un trasto que no sabías ni lo que era?- preguntó Kevin mientras Ben solo se encogía de hombros.

-Y lo dice quien tiene el maletero del coche lleno de trastos alienígenas.- comentó risueña mientras se sentaba al lado de Devlin y le acariciaba la mejilla para notar si tenía fiebre.

-Pero yo por lo menos guardo cosas útiles o que se cómo funcionan. La mayoría de las veces…- la pareja empezó a discutir mientras Ken se acercó a su futuro padre.

-Entonces… ¿Tienes la pieza, Ben?- el Tennyson puso una expresión un tanto extraña.

-Sé que la guarde, pero…

-¿No sabes dónde? – completó Ken mientras suspiraba.

-Estoy seguro de que está en mi casa. Vamos a buscarla.

Se despidieron rápidamente de Gwen y Kevin y salieron disparados en dirección hasta Bellwood para buscar la pieza. Al quedarse solos, Gwen invocó su libro de hechizos y empezó a buscar entre las páginas mientras levitaba. Por su parte, Kevin se quedó sentado analizando al chico que dormía. Zed por su parte se había colocado al lado del sofá mientras se enfocaba en observar a Devlin.

En el silencio, Kevin empezó a meditar esa recién e inesperada visita. La verdad es que cuando Ben le presentó a su hijo y le vio tan parecido a él, sintió un pequeño malestar en el estómago al no ver características de Gwen en él. De manera fugaz, pasó por su mente que quizás no hubiese sido hijo de su novia, pero cuando escuchó que había hecho un hechizo para ir al pasado, sus dudas se resolvieron rápidamente. Sintió una enorme tranquilidad y alivio al saber de ese detalle.

Su mirada oscura cambió y se fijó en la pelirroja que estaba sentada en el aire concentrada en aquel enorme libro. Una sonrisa se adueñó de su rostro, nunca había pensado en tener hijos, pero se sentía muy feliz al saber que la madre de su hijo era esa chica que le había cambiado tanto a mejor. Siempre le había tenido cierto temor al futuro y a volver a perder el control, pero la intromisión de Ken y de Devlin le daba tranquilidad.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por unos pequeños quejidos. Gwen apartó la mirada de su libro y se fijó en el niño quien empezaba a mostrar signos de despertar. Vieron cómo se llevó su mano a su frente antes de abrir sus ojos esmeraldas.

-Menudo dolor de cabeza…- susurró mientras intentaba enfocar su vista. Poco a poco, sus ojos se adaptaron y vio que estaba siendo observado por la versión joven de sus padres. -Genial, ¿ya me he metido en problemas?

Gwen y Kevin sintieron bastante calma al ver que el chico se había despertado finalmente y no mostraba signos de enfermedad, solo simple jaqueca.

-Efectivamente, jovencito.-comenzó a decir Gwen con un tono duro mientras ponía sus manos en su cadera para regañarle. Kevin vio como una expresión de temor se alojó en el rostro del menor y tomó parte.

-Gwen, no le regañes demasiado. Piensa que tú ya le regañaras cuando vuelva a su tiempo.- intentó calmar la ira de su novia.

-¿Eso significa que en el futuro me voy a tener que encargar yo de los castigos y de los regaños?

Kevin pensó que debería haberse quedado con la boca cerrada al ver que ahora Gwendolyn se centraba en él. Devlin mentalmente le dio la razón, en su casa rara vez era Kevin quien le castigaba o ponía normas. Aunque fuese un padre bastante gruñón e impaciente, normalmente, era la pelirroja quien se encargaba de mantener el orden en su hogar.

Mientras Gwen se enfocaba en Kevin, Zed se acercó a él de forma curiosa y el chico empezó a acariciarla con confianza, a lo que la anubian baskurr se lanzó a sobre él para lamerle la cara a lo que el pequeño osmosiano empezó a reírse. Al escuchar sus risotadas, Gwen y Kevin detuvieron su discusión y miraron al chico que interactuaba con Zed, después sus miradas se cruzaron y ambos sonrieron.

Mientras tanto los Tennyson llegaron rápidamente hasta la casa de Ben en Bellwood al usar uno de los aliens. Entraron en la casa y fueron a la habitación del héroe. Ken se sorprendió del enorme desastre que era su habitación; ropa sucia tirada en el suelo, comic de Summo Slamers, batidos vacíos de Mr. Smoothy… Recordó con ironía las veces que le decía que ordenase su cuarto.

-Creo que lo guarde en el armario…- dijo para sí mientras se agachaba y sacaba algunas cajas pequeñas del mueble.

-¿Estás seguro de que lo guardaste?- preguntó un poco de forma temerosa.

-Sé que lo recogí del suelo, pero no sé dónde lo guardé…

Ken se puso a su lado mirando entre las cajas que sacaba. Cromos de Summo Slamers, zapatillas, figuras de acción, algún libro, ropa de cuando era niño…

-¡Lo encontré! Es esto, ¿no?- se lo enseñó al chico que rápidamente se le encendieron los ojos al verlo.

Su hijo se mostró bastante contento al ver la pieza que le faltaba a su cinturón. Cambió su ropa a la de Spanner e introdujo la pieza en su cinturón, viendo que encajaba a la perfección. Con satisfacción se miraron y se sonrieron, con eso, su misión estaba finalizada y podrían volver a casa.

-Bien, con esto ya podemos volver con…- empezó a decir Ben mientras abría la puerta de su casa para volver con sus amigos, pero tuvo una visita que no se esperaba.

-Benjamín Kirby Tennyson, ¿se puede saber dónde estabas y por qué llevas todo el día ignorándome? - la voz de Kai resonó de manera firme por toda la casa mientras Ben retrocedía.

En ese momento Ben Tennyson sintió el verdadero terror cuando vio el rostro enfadado de Kai.

-Así que esto es lo que siente Kevin cuando Gwen le llama por su nombre completo.- pensó de manera fugaz mientras sonreía hacia su novia para intentar sofocar su enfado.-Puedo explicarlo, Kai.

Ken estaba detrás de la versión joven de su padre, aún con su traje puesto, ocultando su rostro.

-Espero que tengas una buena explicación.- se apoyó en el marco de la puerta con los brazos cruzados cortándoles el paso hacia la salida.

-Bueno, Spanner vino a pedirme ayuda…- la chica miró detrás de su novio encontrándose con el chico que en varias ocasiones les había ayudado.- y yo he tenido que…Ya sabes, luchar contra los malos y…

Ante la penosa explicación que estaba dando Ben, Spanner puso su mano sobre el hombro para detener su discurso.

-Ben, creo que lo mejor será decirle la verdad.- no quería que su padre tuviera que mentirle a su madre por su culpa.

-¿Qué verdad?

Hicieron entrar a Kai en la casa y tras sentarla en el sofá de la casa de los Tennyson le explicaron la situación y Ken le mostró su rostro. Al igual que Gwen, la chica abrió la boca pasando su mirada entre padre e hijo.

Tras eso, los tres pusieron rumbo hasta donde estaba el resto. Gwen fue quien abrió la puerta, Kai entró en la sala y vio a Kevin junto a un niño muy parecido a él lanzándose una pelota mutuamente mientras Zed intentaba alcanzarla.

-Lo que está claro es que contigo nunca me voy a aburrir.- Kai comentó hacia su novio mientras le sonreía nervioso.

El pequeño Tennyson entró tras sus padres y no pudo controlar su sorpresa al ver a su primo despierto finalmente.

-¡Devlin! ¡Menos mal que no has muerto!- gritó mientras le abrazaba.-No quería tener que explicarle a tu madre que te había pasado algo. La tía Gwendolyn me hubiese aniquilado.

-Oh, vamos…- dijo la pelirroja con hastío mientras Kevin y Ben se reían.

-¿Y cuál es la razón por la que habéis tenido que volver al pasado?- preguntó Kai mirando a los dos niños.

-Porque Ken es idiota y se olvidó una parte del cinturón que le dio Paradox.- respondió Devlin con indiferencia mientras se deshacía del abrazo de Ken.

-¡Hey! No es mi culpa que te hayas desmayado.

-Yo solo soy una víctima.- dijo inocentemente el hijo de Kevin.

-Oh, vamos, eso no hay quien se lo crea.- participó Gwen en la conversación con un tono risueño. Conocía a su retoño hacía tan solo unas horas y aunque la mayor parte del tiempo, él había estado dormido, sabía con certeza de que había heredado demasiado de su padre.

-Entonces… ¿Solo puedes usar conjuros?- preguntó con curiosidad Kevin llamando la atención de su hijo que fijó su vista en él antes de contestar.

-No, también puedo usar la misma mutación genética que tú. Pero los conjuros se me hacen bastante difíciles, así que mamá me enseña a usar mi maná mientras tú estás en el null void.

El rostro de Kevin se desencajó al escuchar aquello, mientras que Gwen y Ben se sorprendieron. Aquella frase fue como soltar una bomba en el ambiente. Una indescifrable tensión se formó en la habitación.

-¿Kevin está en el null void?- la pelirroja tomó a su hijo de los hombros para que girase su rostro hacía a ella. Devlin la miró con confusión sin entender la razón del cambio en el ambiente.

-Sí, bueno…

-¿Qué os pasa? ¿Qué tiene de malo?- preguntó Ken sin llegar a entender la reacción de sus padres y de sus tíos.

-¿Que qué tiene de malo? ¡Está en el null void!

-¡Ben!- su prima le llamó la atención al ver la cara del osmosiano, al parecer aquella noticia le había hecho bastante daño emocional.

Su mente trataba de encajar los hechos que en aquel día se le habían presentado. Si los acontecimientos no se modificaban él tendría un hijo con Gwen, lo cual era algo maravilloso. La sola idea de tener a la pelirroja en el futuro era esplendida y más sabiendo que seguirían siendo pareja y tendrían un retoño. Pero… ¿Él volvería a acabar en el null void? Si eso era cierto, aquello significaría que… Habría vuelto a perder el control, Ben habría tenido que enfrentarse a él y tras su derrota le habrían conseguido encerrar en aquella prisión. Todo aquello le aterraba, pero…

Lo que más le dolía era el daño que le podría haber hecho a la pelirroja.

Gwendolyn miró con un toque de desesperación a su novio. ¿Acaso ella no había podido hacer nada otra vez? ¿No le había podido detener? Tras lo de Aggregor y toda la inestabilidad mental que había tenido Kevin tras eso, al punto que intentó romper su relación con ella y alejarse de ellos, tras todo eso, se prometió a sí misma que no dejaría que algo así sucediese de nuevo. No lo permitiría. Protegería a Kevin a cualquier costo.

Con lo de Servantis, tras encontrar la nota que le dejó Kevin, no se le hizo difícil ir a la acción y rescatar a su novio junto a su primo. No podría explicar la sensación de alivio al saber que todo había sido un plan del osmosiano para deshacerse del control mental que tenía Servantis en Helen, Manny y los demás.

Pero entonces, en el futuro…

-No entiendo que tiene de malo.- empezó a hablar Devlin con una sorprendente tranquilidad explicando la situación.- Mamá ayuda al tío Ben y tú eres el jefe de seguridad del Null void.

-¿Jefe de seguridad?- repitió de manera confusa sin procesar la información.

-Claro, eres quien se encarga de que nadie salga del null void.

Una sonora exhalación de alivio salió de los cuatro adolescentes. Devlin y Ken se miraron sin entender que era lo que pasaba.

-Menos mal, no quería pasar por eso otra vez.

-¿Pasar por eso otra vez?- repitieron los chicos venidos del futuro sin llegar a entenderlo del todo.

-¡Lo mejor será pedir algo para cenar! ¿Qué tal unas pizzas?- la pelirroja cambió rápidamente el tema de conversación levantándose de su asiento llamando la atención de todos.

Poco a poco, la tensión que había suscitado aquella revelación se fue diluyendo. Gwen empezó a discutir con su primo, quien abogaba por pedir comida a algún Burguer snack cercano. Kai por su parte se encargaba de llamar por teléfono mientras que Ken intentaba separar a los dos Tennyson.

Por su parte, Devlin se había quedado pensativo observando a su padre quien se había mantenido sentado en el sofá acariciando a Zed con tranquilidad. Se sentó a su lado buscando las palabras con las que empezar la conversación.

-Así que… ¿Estuviste encerrado en el null void?- empezó a hablar de manera casual. Sentía mucha curiosidad sobre aquello.

-Era de esperar que no supieses nada, ¿no?

-Bueno, ahora entiendo muchas cosas. Y conociendo al tío Argit no me sorprende tampoco.

-Pensaba que me habría librado de Argit en el futuro…- comentó con cierta molestia en su voz Kevin.- ¿Estás decepcionado?

-¿Debería estarlo?- cuestionó mientras le miraba fijamente. -¿Por qué te encerraron?

Kevin sintió un nudo en el estómago al ver esos ojos esmeraldas mirándole con tanta atención. Eran iguales que los de Gwen y cuando los vio por primera vez, se alegró de que su hijo tuviera esa característica de su novia. Aquellos ojos siempre le habían mirado con cariño y comprensión, incluso ahora que era su hijo quien le miraba.

-Hice muchas cosas de las que no estoy orgulloso, pero tanto Gwen como Ben creyeron en mí y me esforcé por hacer lo correcto. No sé qué fue lo que vio ella en mí, pero sentía que no podía defraudarla y quería hacerla feliz.

-Mamá siempre dice que aunque le damos muchos problemas, haría cualquier cosa por nosotros.- Kevin rio al escuchar eso, Gwen le solía decir algo parecido.

-Estoy seguro de que tu madre es muy fuerte, pero si no estoy yo cerca, encárgate de protegerla si pasa algo, ¿vale?- puso su mano sobre su cabeza y se la alborotó igual que hacía su padre en su tiempo.

Tras eso, Kevin se levantó y dejó solo a Devlin con sus pensamientos. Nunca le habían dicho directamente que su padre había estado encerrado en el pasado, pero a veces los adultos habían hecho comentarios que no había llegado a entender. Sabía que la niñez de su padre no había sido fácil, cuando le estaba enseñando a usar sus poderes, le había dicho que él no tuvo a nadie que le enseñase cuando su mutación apareció y tuvo que aprender de manera bastante brusca.

También le decía que sin su madre estaba seguro de que no hubiese escogido un buen camino y de lo de lo agradecido que estaba de tenerla en su vida. Además de eso, sus padres podían ser muy… amorosos para su incomodidad.

No le importaba si su padre estuvo encerrado en el null void. ¿Qué importaba eso? Había escuchado tantas historias de cómo él había salvado el universo junto a su tío Ben y a su madre. Ayudaba a mantener la paz y se esforzaba por criarle de la mejor manera. Aunque fuese un padre bastante gruñón, era su héroe y su modelo a seguir.

Además, su madre siempre le decía que no importaba los errores que cometiese, que lo importante era aprender de ellos.

Se levantó y siguió los pasos de Kevin y se sentó junto a Gwen en la mesa quien le ofreció un trozo de pizza. Agradecía que Ken hubiese tenido que regresar al pasado para conocer esas facetas de sus padres, aquello había hecho que incluso les admirase más.

La cena terminó con bastante tranquilidad. Kai miró con curiosidad a los dos niños para luego fijar sus ojos oscuros en la pelirroja.

-Gwendolyn.- la anodita se estaba terminando de limpiar la boca con la servilleta cuando la nombró.- ¿Podrás mandarlos a su tiempo?

-Oh, sí. Sin ningún problema.- aseguró con confianza y calma la Tennyson.- Aunque lo haré mañana en Friedkin. Aquí no tengo espacio ni puedo escribir las runas en el suelo.

-¿No basta con volver a hacer el hechizo que hizo Devlin?- la pregunta del pequeño Tennyson había pasado por la mente de todos.

-Para mandaros justo a vuestro tiempo lo mejor será hacer un contrahechizo. Un hechizo que sea capaz de leer el hechizo usado anteriormente y que pueda revertirlo. De esa manera será más seguro.

-Entonces, si mañana lo harás cuando vayas a Friedkin, ¿eso significa que pasarán la noche en este tiempo?- la pelirroja simplemente asintió con la cabeza, notando como las cinco personas en la habitación mantenían su mirada en ella.

-Estoy cansada de clase y encima toda esta situación me ha dado dolor de cabeza. No voy a arriesgarme mandando a mi hijo y a mi sobrino con un hechizo temporal estando cansada.

Tras decir eso, estuvieron un rato más hablando hasta que la que sería en la familia Tennyson en el futuro abandonó la residencia de Kevin. Ben y Kai, acompañados de Ken se fueron juntos para pasar la noche en otro lugar puesto que en el hogar del osmosiano no sobraba ni el espacio ni las camas. Kevin terminó durmiendo a regañadientes en el sofá de su propia casa mientras Gwen y el pequeño osmosiano ocuparían su cama.

A la mañana siguiente, todos se reunieron en Friedkin, específicamente en la biblioteca de Gwen. Empezó a hacer un círculo mágico para mandarles de vuelta a su casa. La despedida estuvo cargada de comentarios de Gwendolyn diciéndoles que no quería verlos de nuevo hasta que no saliesen de ellas misma o de Kai. La pelirroja estaba bastante cansada de tener que tratar con problemas temporales. Cuando la anodita activó el círculo se abrió un portal que los llevaría hasta su tiempo. Kenny fue el primero en pasar, mientras que Devlin antes de irse realizó un pequeño y sencillo hechizo para borrarles la memoria de lo acontecido en las últimas horas.

Sintió un pequeño malestar al cruzar el portal, pero nada comparado al estado de la última vez. Se agarró la cabeza notando que la jaqueca por haber lanzado aquel hechizo empezaba a formarse. Chocó contra la espalda de Ken que se había quedado parado al salir del portal.

-Ken, no te quedes…

Rápidamente se quedó mudo y entendió la razón por la que su primo no había seguido avanzando. Frente a él, con rostros bastante severos estaba su tío Ben, su padre y su madre, quien parecía especialmente molesta.

-¿Ya has vuelto del planeta Zoroaster, mamá? Pensé que tardarías algunos días más…- comentó con una sonrisa nerviosa intentando desviar la atención de los adultos.

-He tenido que volver cuando he sentido que alguien había tocado el libro de Archamada y que alguien había hecho un hechizo de espacio-temporal en mi biblioteca.- Devlin se encogía cada vez más sobre sí mismo conforme Gwendolyn iba hablándole.- ¿Algo que decir en tu defensa, jovencito?

Sabía que era inútil excusarse de alguna forma y que si mentía eso agravaría la situación, así que simplemente negó con la cabeza. Vio cómo su madre fruncía sus labios mientras lo miraba de manera seria, sabía que por la mente de su madre estaba cruzando el castigo que le impondría.

-No irás a la fiesta por el retiro del abuelo Max. Así tendrás tiempo de pensar en lo que has hecho.- sentenció de manera tajante mientras el pequeño intentaba hacer que entrase en razón.

-¿Qué? No puedes hacerme esto, mamá.

-Has desobedecido las normas, Devlin. Tienes que tomar la responsabilidad de tus acciones.- al escuchar eso, miró a su padre buscando ayuda.

-Ya has oído a tu madre.- se limitó a decir Kevin, por lo que Devlin bufó al escucharle.

Muchas veces, su padre intervenía cuando su madre le estaba regañando para ponerse de su parte y defenderlo o por lo menos hacer que su castigo fuese menor. Pero al parecer, esa vez no iba a tener tanta suerte.

Gwendolyn se agachó hasta su altura al ver el gesto molesto en su hijo. Sabía que era una decisión bastante cruel para el pequeño con lo mucho que quería a su bisabuelo, pero había cruzado un límite que la pelirroja no podía permitir.

-Escúchame, Devlin, en el libro de Archamada hay hechizos muy peligrosos y muy poderosos. Usarlos podía haberos puesto en una situación peligrosa o incluso perderos en el espacio-tiempo.- puso una mano en su hombro para que el niño la mirase.- Sabes que no me gusta castigarte, pero lo entiendes, ¿verdad?

-Sí, lo entiendo…- no podía refutar nada de lo que había dicho, sabía que tenía razón y más aún cuando le hablaba con ese tono dulce.- Te he echado de menos.

-Yo a ti también, pequeño travieso.- dijo mientras le atraía a su pecho y le abrazaba con fuerza. Daba igual lo mucho que creciese, para Gwen siempre sería su pequeño.