Era una noche clara y despejada, el bosque estaba durmiendo al igual que la aldea. La paz y el silencio reinaban en esas tierras, nada podía perturbar esa tranquilidad.
Pero detrás de la calma, el peligro asecha.
La gente comenzó a despertar por los ladridos de los perros, descubriendo la aterradora razón: un incendio en medio de la aldea. Rápidamente todos se pusieron manos a la obra, sacando a todo el mundo de las tiendas y trayendo agua del río. Pero poco sabían del verdadero peligro que les asechaba, en medio del caos comenzaron a escucharse gritos.
Una tribu de mercenarios había provocado el incendio como distracción, sólo para pasar a la siguiente fase de su plan: encontrar a la guerrera del tiempo y su desendencia. Sabían que se vería differente a las demás mujeres de la aldea y que tenía dos hijas como desendientes, así que comenzaron a raptar a todas las mujeres y niñas de la aldea para llevarlas al bosque y así identificarlas. Habían separado a Nita de los gemelos mientras Kenai luchaba contra uno de los mercenarios. Koda tartó de salvar a Sedna al verla siendo raptada por uno de los atacantes, pero fue superado en número y dejado semiconsciente en el acto. Sitka escondió a su esposa embarazada en el bosque, pero no sabía que los estaban siguiendo, lo tomaron del cuello por atrás al mismo tiempo que uno de los intrusos se llevaba a Arnaaluk mientras ella gritaba de miedo. En un insatante uno de los bandidos se topó con Meztli y Aleu, la chica sacó su cuchillo y puso a su herrmanita detrás de ella para protegerla.
-Valla valla, una chica con un cuchillo. ¿Qué piensas hacer con eso niña?-dijo el hombre confiado.
-No me das miedo-le respondió Meztli con toda seguridad. Estaba dispuesta a dar su vida por proteger a su hermana.
El hombre rió, enseguida se lanzó contra Meztli, pero ella actuó rápido empujando a Aleu a un lado y esquivando al hombre por el otro. Los adversarios se vieron a los ojos, Meztli tenía una mirada de odio mientras que el hombre sonreía perversamente.
-Creo que te subestimé.
-Me lo dicen mucho.
Meztli contra atacó a su adversario con su cuchillo, logró herirlo y golpearlo varias veces, esquivando sus golpes y ataques. EL entrenamiento con su madre había dado sus frutos, asta que en un momento perdió su cuchillo y el hombre la tacleó en el suelo.
-¡Meztli!
-¡Aleu vete de aquí!
-Quería esperar par esto, pero ya que estamos aquí...
El hombre estaba encima de Meztli, su mirada delataba sus pervertidas intenciones con la chica la cual las dedujo rápidamente. Haciendo que pasara de enojo a miedo.
- No, no ¡Suéltame! ¡No me toques! ¡Déjame en paz!
Aleu estaba viendo cómo ese hombre trataba de abusar de Meztli, en un momento su hermana la miró como pidiéndole ayuda. Pero Aleu no pudo hacer nada, se había petrificado otra vez. Con suerte Jet llegó al rescate, el perro se lanzó contra el brazo del mercenario liberando a Meztli, ahora era el hombre quien estaba gritando de dolor. Enseguida se oyeron dos disparos y el atacante se quedó quieto, Chayo había llegado a salvar a sus hijas con una 9mm en las manos.
-¿Meztli estás bien?
La chica asintió con la cabeza temblando.
-¿Aleu estás bien?
Aleu no respondió, seguía petrificada del susto.
-Aleu.
-¡Mamá detrás de tí!-gritó Meztli.
Chayo se dio la vuelta sólo para ser noqueada de un golpe.
Devuelta a los muchachos, Denahi había ido al rescate de Sitka. Logró vencer a los dos hombres que estaban por matar a su hermano por asfixia. En eso llegó Kenai junto a Koda, ambos hermanos llevaban a los gemelos en brazos.
-Se la llevaron-Sitka-Se llevaron a Arnaaluk.
-Tambien a Sedna-Koda
-Y a Nita-dijo Kenai mientras abrazaba a Koda jr.
Pero eso no era todo, Jet llegó corriendo con un colgante en la boca, Denahi lo tomó y vió que era el amuleto que le había dado a Chayo.
-No puede ser, Jet, busca.
El perro al oír la orden salió corriendo tras el rastro con los hermanos siguiéndolo por atrás.
...
Las mujeres capturadas habían sido llevadas al bosque, las habían atado de manos para evitar que escaparan, habían mujeres adultas, jóvenes, adolescentes y niñas.
-Las hembras que pidió jefe-dijo uno de los mercenarios a su supuesto líder.
De los árboles apareció un horrible ser, parecía ser un hombre con un craneo de carnero, vestía una túnica de pieles negras y botas del mismo color, sus manos, brazos y piernas estaban manchados de sangre. Este último detalle asustó más a las víctimas.
El misterioso hombre comenzó a caminar entre las mujeres, muchas madres abrazaban a sus hijas cuando la extraña figura ponía su mirada en ellas. Incluso llegaba a acosarlas acercándose demasiado, casi asechandolas, jugando con sus dedos en sus asustados rostros, tomándo mechones de cabello y oliéndolos. En un instante, el hombre se dió la vuelta y señaló a una de las mujeres.
-Levántate zorra-dijo uno de los mercenarios mientras le jalaba el cabello a la mujer, quien era nadie más que Chayo.
Nita, Sedna y Arnaaluk la miraron con temor a que le fuesen a hacer algo, pero Chayo sólo las miró negando con la cabeza. El misterioso hombre se le acercó, pero Chayo se mostró firme ante él. No iba a darle el gusto de verla asustada.
-¿Quién eres? ¿Qué quieres de nosotras?-le preguntó con autoridad.
-Haz crecido mucho desde la última vez que te ví niña.
El hombre entonces se quitó su máscara para revelar su identidad. Chayo no podía creer sus ojos, debía estar alucinando en ese momento.
-¿Keldysh?
-¿Qué? ¿Te dan miedo los fantasmas?
No podía ser cierto, Keldysh, el mercenario que se supone que asesinó hace años estaba parado frente a ella. Incluso concervaba el mismo físico de la última vez que se enfrentaron. Entonces Chayo remarcó el colgante en su cuello: una piedra de color morado con negro.
-Me creían muerto, pero gracias a esta piedra sobreviví.
-Usaste magia negra.
-Sí, y desde ese día te he estado observando. Sé todo sobre tu vida.
Keldysh hizo una seña, Chayo vio con preocupación como otros dos hombres tomaron del cabello a Meztli y Aleu y las colocaron a los lados de su madre.
-Pero no hago esto por tí, si no por tu esposo.
Keldysh se agachó entonces a la altura de Aleu.
-Hola linda.
Aleu estaba llorando tanto de miedo como de dolor por el jalón de cabello.
-No me tengas miedo pequeña, una niña tan bonita como tú no se ve bien con lágrimas en los ojos-le dijo Keldysh mientras le limpiaba las lágrimas.
El mercenario se puso de pie y caminó hasta Meztli, a diferencia de Aleu ella trataba de esconder su miedo. Trataba de mostrarse valiente mirándolo con odio y desprecio. Keldysh sólo le levantó delicadamente la barbilla.
-Tienes el rostro de tu padre. ¿Qué edad tienes jovencita?
-¿Debo responder a esa pregunta?
-Si te importan tu mami y tu hermanita sí.
-Quince.
-¡Quince! Pues la pubertad te favoreció bastante-le dijo Keldysh mientras deslizaba su mano por el cuerpo de la chica hasta tocarle la parte trasera.
Chayo al ver esto no lo pensó dos veces y le tiró una patada en el hígado.
-¡NO LA TOQUES MALDITO CERDO!
El hombre que sujetaba a Chayo la pateó detrás de la rodilla y le puso un cuchillo en el cuello.
-¡MAMI!-gritaron las niñas.
-No, déjala-Keldysh le dijo a su soldado mientras se ponía de pie-Aún no.
El hombre entonces retiró su cuchillo, lo último que quería hacer era enfadar a su jefe. Keldysh entonces dió la orden a los tipos que tenían a la familia, más otros dos, de llevarlas al punto de extracción. Pero en eso otro de los mercenarios se hacercó a su jefe.
-¿Qué hacemos con las demás?
-Cumpliré con mi parte del trato, hagan con ellas lo que les plasca.
El mercenario sonrió perversamente y regresó corriendo con sus compañeros.
-¡Hora de divertirnos muchachos!
Los hombres exclamaron ansiosos, uno de ellos tomó a Sedna del brazo y la arrojó contra el suelo. Enseguida se le subió encima razgándole la camisa mientras la chica gritaba y trataba de luchar.
"Porfavor no otra vez" penso Sedna al recordar lo que casi le ocurrió cuando era niña.
-¡QUÍTALE TUS SUCIAS MANOS DE ENCIMA!- dijo una voz al mismo tiempo que alguien jaló al pervertido por atrás.
Era Koda, los hombres de la aldea habían llegado a tiempo a combatir a los asesinos. Koda estaba parado entre su novia y el bandido con un cuchillo en la mano y determinación en la mirada. El mercenario se lanzó contra Koda, pero el chico lo ezquivó de un movimiento rápido y le enterró el cuchillo en la garganta.
-¡Sedna! ¿Estás bien?- le preguntó preocupado mientras la liberaba de sus ataduras.
-Sí estoy bien.
Sedna entonces tomó con sus manos la cabeza de Koda y lo besó en los labios.
Devuelta a la batalla, Kenai atravezó con su lanza a un pervertido que trató de bajarle los pantalones a su esposa mientras que Sitka y Denahi se volvieron modo berserker. Sitka encontró a Arnaaluk después de la batalla, no parecía estar herida y el bebé se veía en buenas condiciones. Kenai llevó a Nita al lugar dónde había escondido a los gemelos, los dos niños comenzaron a llorar de alegría al ver que su madre estaba bien, Nita tambíen comenzó a llorar al recibir a sus pequeños en sus brazos. Pero aún no era momento de celebrar, Denahi estaba buscando a su familia desesperadamente sin ningún resultado. Y cada vez se alteraba más.
-¡Chayo! ¡Aleu! ¡Meztli!
En eso vió un rastro que se dirigía al bosque, no perdió el tiempo y salió corriendo en busca de su familia. Cuando en un punto vió una extraña luz azul, se dirijo hacia esta y vió con horror a su familia en manos de un grupo de misteriosos hombres.
-No.
Chayo entonces vió en la distancia a su esposo.
-¡Denahi!
Denahi comenzó a correr hacia su familia, las chicas estaban luchando por liberarse mientras llamaban a su padre/esposo. Denahi estaba a punto de alcanzarlas, pero los hombres las arrastraron a la misteriosa luz, una vez la cruzaron...la luz desapareció.
-¡NO!
Denahi se derrumbó en el suelo, el dolor, la ira y el sentimiento de fracaso se apoderaron de él. Sintió lágrimas formarse en sus ojos mientras sus manos se volvían puños. Sólo para terminar liberando un grito de dolor hacia el cielo al mismo tiempo que un relámpago iluminó el cielo nocturno.
