Draco Malfoy y el misterio de la lagrima de la sirena.

Capítulo 12: Las criaturas marinas odian a Draco, ¿cuéntame algo nuevo?

Draco vio el artículo sobre Hagrid como semigigante apenas pudo salir de su habitación sin sentirse desmayar en un pasillo, justo para inicio de clases; sus vacaciones las paso prácticamente en cama, pero ya estaba mejor de salud. Cuando bajo a desayunar y Merlín picoteo su cabeza para darle el profeta, vio el articulo con su nariz haciendo una mueca como todo su rostro, Rita realmente pudo ser una gran persona y unirse a él en su odio a Dumbledore; pero prefería lastimar a otros. Había algunos comentarios sobre el baile, la mujer no pudo hacer tanto escándalo sobre su persona, pero hubo un párrafo donde comentaba a Draco bailando con brujas y magos por igual; si alguien pensaba que eso podría ser una salida del armario, fallaba porque la mayoría de entrevistados parecía comentar que Draco era un mago raro.

No lo hizo titular por sus advertencias, pero Draco mastico una manzana con interés.

Su madre envió una carta para verlo en Hosgmeade en la próxima salida que hizo suspirar a Draco.

Quiere ver a su madre, pero tiene tanto en mente.

Voltea a ver a la mesa Slytherin, donde Theo come tranquilamente al lado de Blaise y Pansy, estos últimos lo saludan, pero Draco ve solamente fijamente a Theo; Theo sonríe como si nada hubiera pasado, lo saluda antes de volver al desayuno.

Draco quiere vomitar.

Esa normalidad no estaba antes del baile, pero ahora es como si quisiera olvidar el baile y lo que paso, lo cual Draco hubiera apoyado totalmente, si no lo hubiera besado.

Estúpido beso.

No quiere pensar en Theo, pero si este de alguna manera tiene sentimientos por él, hace que se sienta terriblemente culpable; otro motivo por el cual nunca se declararía a Harry, no se imagina lo incomodo que este podría estar por sus sentimientos. Aunque a diferencia de Harry, Draco es bisexual, Harry no necesita vivir con la sensación de que uno de sus amigos lo vea como algo más que platónico.

Estaría incomodo.

Tan incomodo como lo es ahora Draco cuando sabe que no puede corresponder los sentimientos de Theo.

Es lo último que Draco quisiera hacer, así que todo será platónico y con el tiempo, Draco lo olvidaría.

Cuando fuera mayor de edad y pudiera follar con quien quisiera, sería más fácil poder distraer sus hormonas, pero eso es tema de otro momento.

—¿Hiciste la tarea de pociones? —chillo Michael a su lado luciendo pálido, Draco lo vio incrédulo porque por supuesto que lo haría.

Severus estaba enojado con él, parecía particularmente molesto desde el baile, Draco no era tan idiota para no hacer la tarea; a diferencia de Michael.

Con un suspiro extendió su mano y Michael saco todo para poder hacer la tarea a su lado.

Si.

Esto es lo que hablaba, Draco tiene más cosas importantes que pensar que sobre sentimientos, sobre Theo o sobre Harry; es amigo de ellos dos y así se iba a quedar. No quiere pensar que el ensayo de Michael es más importante que sentimientos, pero tomara cualquier cosa que sirva como distracción por ahora.

—¿Por qué agregaste polvo lunar a esta pocion? —pregunta con voz fría y cortante a Michael, que comienza a llorar por piedad.

Si.

Iba a matar a Michael o este los mataría haciendo explotar una pocion, no tenía idea.

.

.

Draco logra acorralar a Anthony por fin la mañana de Hosgmeade, toda la situación era rara y Draco podía sentir la tensión en el ambiente, podía ver las miradas de Padma y Anthony así que no soporto más; también era algo chismoso, pero cualquiera con sus amigos en esta situación lo seria. El chico había parecido demasiado feliz cuando comento que iría a ver a su madre, Terry había decidido quedarse ese día en cama sin querer salir, Luna saldría con Ginny, por otro lado Michael con su cita del baile que parecía ir bien (milagrosamente); entonces ahora solo serian Padma y Anthony, los cuales en lugar de parecer tristes por perder la presencia de Draco sonrieron cómplices.

Eso sí que no.

No tomo mucho tiempo, acorralando a Anthony en un pasillo con mirada de muerte y este retorciéndose de la vergüenza.

Cualquiera podría malinterpretar la situación.

Draco no era un hombre muy paciente.

—Nos besamos en la noche del baile—admite con torpeza y las mejillas rojas, Draco lo ve unos segundos, antes de morderse los labios para no sonreír demasiado.

Anthony lo empuja cuando apenas puede contener la risa con una de sus manos, no es su culpa que tenga dos amigos tan adorables.

—Lo siento lo siento, es solo, pareces tan adorable al decir eso, mi pequeño Tony por fin tuvo su primer beso con una niña—ante esas palabras esta vez sí recibió un golpe de Anthony antes de comenzar a caminar molesto, aunque el rojo de sus mejillas era divertido.

—Usualmente no me importarían los detalles porque Padma es como una hermana, pero no puedo evitar quererlos—casi salta a su lado, encantado de una distracción de sus propios pensamientos.

Su amigo parece incrédulo.

—¿Qué quieres saber? —

—¿Hubo lengua? —

El grito casi animal e incrédulo de Anthony pudo haber sido entendido como un "no", o tal vez algo similar a un "no pienso decirte nada"; Draco frunció el ceño pensativo y su amigo solamente le saco el dedo del medio antes de apresurar sus pasos donde Padma los esperaba en la entrada del castillo. La chica vio entre ambos confundida cuando Anthony estaba rojo como un tomate, luego le dio una mala mirada a él como si tuviera la culpa, Draco solo levanto ambas manos en señal de no tener la culpa.

—Solo le pregunto si cuando te beso hubo lengua involucrada—Anthony lo ve con la peor mirada del mundo, Padma se sonroja ligeramente, pero a diferencia de Anthony tiene una sonrisa un poco más divertida mientras comienza a caminar con ellos detrás.

—Hubo un poco—acepta esta con una sonrisa aun en sus labios, Anthony se vuelve rojo mientras entierra su rostro entre sus manos.

Debe estar pensando en la forma más rápida de morir.

Draco hace un escalofrió por el viento aun algo helado, esta vez usando una bufanda que su madre le había regalado con un enorme abrigo y sombrero a juego; silba impresionado antes de ver con burla a Anthony.

—Por eso es que eres mi favorita Padma, si necesitas que sea bueno besando, puedo enseñarle—le guiña un ojo a Anthony, que intenta hacerlo caer, pero falla porque Draco lo anticipa alejándose a tiempo—no seas tímido Anthony, soy un gran besador—

—Gracias por ofrecerte Draco, pero si alguien le va a enseñar a besar bien soy yo—declara Padma quitándole importancia con una mano.

Anthony vuelve a gimotear patéticamente.

—Los odio a los dos—gruñe apresurando el paso haciendo que ambos rían divertidos.

El viaje a Hosgmeade es rápido, Draco le pregunta a Padma sobre Anthony como si este no estuviera, pero solo parece sentirse humillado cuando Padma relata de forma mucho más detallada la noche dándole un guiño a Anthony que solo se encoge en su lugar. Hay un momento donde tienen que dividirse claramente, Padma es quien toma la mano de Anthony, cuyo rostro deja de estar nervioso para verse ahora claramente emocionado y Draco quiere no ofenderse porque ambos prefieran pasar tiempo sin él.

Bueno.

La etapa de luna de miel siempre es adorable de ver.

Se despide de ambos y su claramente cita que nadie menciona pero todos lo dan por hecho, para caminar rápidamente a las 3 escobas, es muy temprano para que otros estudiantes estén por ahí; cuando entra inmediatamente Madam Rosmerta le hace indicaciones para que fuera a una habitación privada que no sabía que tenía el lugar.

Si.

Algo parece mal en todo el lugar.

Draco se mueve inquieto antes de entrar, su madre lo está esperando en lo que parece una habitación y al entrar, Draco no puede evitar notar un poco de magia a su alrededor; han puesto de alguna forma protecciones para privacidad, que no había sentido anteriormente con tanta fuerza. Mira a su madre en busca de preguntas, pero esta solamente se levanta con una expresión algo abierta y lo abraza con fuerza; es cálido. Draco se deja llevar por el abrazo regresándolo, sin saber cuánto necesitaba esto hasta que se le fue otorgado, no había abrazado a su madre desde su ida antes de vacaciones, pero aun con el resto de sus parientes, no eran su madre.

Al separarse esta le da una leve caricia en la mejilla, que Draco busca alargar como un gato.

—Has crecido un poco más todavía, sin duda vas a ser un hombre muy alto y apuesto—por dicha no agrega algo como: "serás como tu padre" ya que no es lo que necesitaba escuchar ahora—luego de que te vi en la prueba, estaba aterrada, pero mírate luciendo como todo un mago—comenta esta antes de invitarlo a tomar asiento.

No es un lugar muy elegante, pero solamente la presencia de su madre aumenta la imagen del lugar; los ojos de Draco se agrandan al ver un pie de manzana que rápidamente descubre es creado por Andrómeda y rápidamente todo se vuelve mucho más emocionante. Su madre comenta algo sobre visitar a su hermana hace algunos días, Draco quiere saber que hacen aquí exactamente, pero prefiere alargar un poco la charla con Narcisa porque no sabe cuándo volverá a verla.

Hay un comentario de su madre sobre un poco de dulce en sus manos, pero con un movimiento de varita de ella están limpios.

No va a preguntar.

No la va apresurar.

En el momento que ve a su madre suspirar y dejar su rostro en blanco, Draco solamente se tensa al saber que cualquier cosa que apremiara esta cita entre ambos, estaba por ser descubierto ahora.

—Hay una profecía a tu nombre, la recibí un año antes que nacieras, fue otorgada por Pandora Rosier; aunque es más probable que la recuerdes como Pandora Lovegood la madre de tu amiga—Draco agradece ahora no haber estado masticando nada, porque siente que de haber tenido el pie en su boca habría salido volando.

Su mandíbula cae ligeramente de sorpresa, antes de sentarse un poco más recto y mirar a su madre sorprendido.

—Espera, podemos ir un poco más lento—solicita aun en incredulidad.

Narcisa asiente con ese rostro serio que es un poco aterrador.

—Como puedes saber tu padre y yo intentamos tener hijos por mucho tiempo antes que nacieras, entre mis familiares era bastante cerca a Regulus Black, el hermano muerto de Sirius—hay dolor en su mirada, Draco no puede evitar pensar las veces que paso el nombre de Regulus sin darle importancia cuando leía el árbol genealógico—Regulus era bastante cercano a Evan Rosier y su hermana en sus años escolares, Pandora era una mujer excéntrica como su hija; nadie sabía que tenía el don de la profecía, pero lo hizo. El registro en el ministerio indica que fue otorgada en Francia para mantenerla a salvo, Regulus había pensado en que sería peligroso que otros se enteraran, a estas alturas incluso tu padre no sabe exactamente el contenido de la misma—

Si, eso era demasiado rápido.

Draco levanto una mano para detener a su madre, si bien cualquier otro día probablemente habría sido reprendido por su falta de modales, necesitaba un momento para procesar que mierda estaba pasando; ni siquiera había terminado de procesar lo sucedido en el baile de navidad, aparte de decidir que tendría solo una amistad con Harry y dejaría a Theo hacer lo que quisiera siempre que se mantuvieran en la línea de amigos. La idea de pensar en Esmeralda como si fuera una sirena, que tuviera que ver con Beauxbatons y que Orion Blake podría ser su primera vida; aún era suficientemente complicado como para agregar una profecía.

¿Por qué tiene una profecía?

Solo personajes principales como Harry deberían tener una profecía, él era solamente un extra en la historia que conocía y ahora no tiene tiempo para eso.

No sabe que es este mundo, si bien sus cambios hacen que la historia sea diferente a lo que recuerda, es demasiado similar a lo que recuerda en otra vida, como para que sea todo una coincidencia; se pregunta vagamente si en la historia original, si Draco no hubiera tenido sus memorias de su vida pasada, igualmente estaría relacionado con todo esto.

No.

Eso suena horrible.

—¿Qué dice la profecía? —pregunta sin saber si está listo para la información, su madre por otro lado esta lista cuando pasa una hoja de papel con una calibraría exquisita.

Es de ella.

Draco frunce el ceño al leerlo.

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"En los albores de la oscuridad, en el filo del destino pendiendo, Las piezas se ensamblan, el legado completo vislumbrando. Hijo de antiguos linajes, elegido por el tiempo, En su camino tortuoso, se enfrentará a pruebas sin clemencia.

En su corazón yace el dilema eterno, la sombra y la luz en pugna, El dragón dormido despierta, su esencia antigua se difunde. En sus venas fluye la pasión, herencia de la estirpe alada, Sabiduría ancestral, su guía en la jornada.

Sus decisiones forjarán el destino de muchos, Libertad o abismo, su nombre será el yunque. En el viaje, pasado y presente se entrelazarán, Misterios ocultos, secretos milenarios desvelarán.

En el punto culminante, cuando la oscuridad alcance su cumbre, El dragón y el león se alzarán juntos en deslumbre. En tus decisiones, pasado y futuro se reconciliarán, Un nuevo amanecer, el destino finalmente se revelará."

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Es bastante larga para recordarla tan perfectamente, se pregunta momentáneamente cuantas veces pudo escucharla su madre o como la memorizo, lleva años en su cabeza y es importante. Quisiera decir que son estupideces, pero su rostro no puede evitar volverse serio al leer cada línea; hay cosas interesantes en esta que no son tan figurativas y casi podrían parecer momentos que ha vivido, quizás.

Su dedo tamborilea sobre la mesa y una mano cubre parte de su rostro curioso.

—Siempre quise pensar que no tendría sentido, que todo sería solamente un secreto innecesario de rebelar—admite su madre con seriedad, a lo cual Draco levanta la mirada confundido.

¿Por qué ahora?

—No entiendo, ¿qué te hizo cambiar de pensamiento? —

El rostro de su madre ahora luce cansado.

A pesar de eso era tan hermosa que dolía, verla le hizo estar en casa, volver a ser un niño y ahora era un niño bastante asustado.

—El torneo, si bien durante estos años decidí ignorar las advertencias, tu obsesión por un mago oscuro que solamente queda el tabú, tus constantes pruebas cada año; pensé que ignorarlo lo desaparecería, pero verte sobre ese dragón—ahora hay una sonrisa casi triste, Draco sigue en shock, parece ser que ahora está siempre en ese modo—me hizo pensar que aunque siempre serias mi querido niño, ya no eres totalmente un niño y ocultarte información no te haría ningún bien; quiero que tomes tus decisiones y para eso te daré las armas para afrontarlas—

Mira nuevamente la profecía, sus manos aprietan un poco el papel viendo a Narcisa confundido, su mente viajando a muchos kilómetros por hora y sin poder asentarse a descansar.

—¿Qué crees que significa? —

—Que tu destino es más grande del que podemos imaginar—

Draco suspira viendo el papel con algo de molestia, sin llegar siquiera a pensar que tiene que ver la madre de Luna en esto, o su primo, o el puto Evan Rosier.

Solamente todo se complica más y más.

Quiere irse a una isla en las Bahamas y ocultarse hasta que todo acabe, pero con la estúpida profecía ahora en sus manos no cree que sea posible; tal vez nunca fue posible desde un inicio.

Sus decisiones forjarán el destino de muchos, Libertad o abismo, su nombre será el yunque.

Mira el papel con enojo, sin presiones supone con sarcasmo.

Levanta el rostro y ve a su madre.

—Supongo que también te he ocultado algunas cosas—no es que tenga nada que perder, aunque el rostro de su madre parece preocupado—soy bisexual, por cierto, Theo me beso en el baile de navidad y luego dijo que lo olvidaría; no me gusta así, pero fue jodidamente confuso—

Su madre lo ve en blanco un momento, luego pestañea tres veces, antes de tomar su té; por un momento Draco piensa que fue mucho más fácil para ella decirle sobre una profecía que parecía poner en perspectiva toda su vida en lugar de aceptar que su hijo es bisexual.

—No puedo decir que no lo sospechaba—inicia esta con tranquilidad y Draco solamente bufa.

—Por favor—

—Tu gusto exquisito por la moda parece venir no solamente de mi sangre—

Draco la ve incrédulo, antes de reír, porque todo es tenso y simplemente parece que más cosas ridículas se suman a su espalda; pero su madre también ríe, no parece odiarlo y comenta sobre como todos estos años sospecho que Theo podría haber tenido sentimientos por él.

Eso lo deja incrédulo.

¿Años?

Maldición, Draco debe ser la persona más ciega del mundo.

.

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Con más preguntas que respuestas Draco despide a su madre, que parece haber venido de incognito hasta aquí, no le revela a esta su interés por Harry, pero no lo hace porque piensa hacer que el interés muera y no ve necesario compartirlo con nadie hasta que desaparezca; en algunos años probablemente bromee con Harry algún día al respecto, un típico: "me gustaste un tiempo, fue tonto" y se reirían por lo que Draco sabe. Cuando sale de charlar con su madre la taberna de las tres escobas parece estar hasta el tope, Draco extraña a su madre y el haber hablado con ella lo tranquilizo; esperaba poder verla pronto, pero esta comento que era mejor mantener la distancia y no quiso hablar que podría estar haciendo su padre. Al salir la imagen de Anthony y Padma en una de las esquinas, lo hizo apretar los puños emocionado, giro a ver en todas direcciones cualquier rostro familiar y cuando diviso al trio dorado se replanteo seriamente buscar a alguien más.

No.

No iba alejarse de Harry, superaría estos sentimientos siguiendo su amistad, lo había decidido y era suficientemente terco para mantener su idea.

Es fuerte, son sentimientos infantiles.

¿Quién no tuvo un interés romántico a esta edad y lo supero?

Bueno, en su anterior vida Orion tenía otras prioridades, pero incluso aun así se interesó en algunas chicas y chicos, luego los supero por tener otras cosas que hacer.

Esto es lo mismo.

Toma asiento al lado de Harry, deteniendo la charla de los tres chicos, mientras se oculta detrás de Ron para ver en un mejor ángulo como Padma dice algo, que hace que Anthony ría y escupa algo de su bebida; aprieta los labios con fuerza y sujeta tan fuerte el brazo de Ron que este se queja.

—Miren a mis bebés, estoy tan orgulloso de ellos—bromea Draco limpiando una lagrima imaginaria.

Los tres voltearon a ver poco discretos, lo cual hace que Draco quisiera bajarle puntos a los Gryffindor por no saber disimular, pero entonces Anthony acomoda el cabello de Padma y Draco esta por entrar en modo fangirl moviendo sus pies emocionados.

—No pensé que fueras muy romántico—admite Hermione con clara burla, ganando una mala mirada de Harry que esta ignora.

Draco la ve de mala forma.

—No soy fanático de tener pareja, pero Anthony y Padma son el uno para el otro, estaba a unos minutos de encerrarlos en un armario; pero no es necesario, ahora están juntos, seré quien del discurso en su boda y sus hijos me llamaran tío Draco…los llevare hacerse su primer tatuaje—se encoge de hombros, mientras los tres chicos lo ven incrédulo.

Ron parpadea.

—Espera, ¿no quieres tener pareja? —habla casi incrédulo y con temor, Draco mantiene el rostro perfectamente serio.

No ve a Harry.

No piensa en cualquier sentimiento que pueda nacer, porque piensa aplastarlos hasta que se mueran, a veces queriendo ser como Terry y no sentir absolutamente nada por nadie.

Pone en práctica su nuevo mantra: "No me gusta Harry, no quiero ser su pareja, solo somos amigos".

—No—aunque siempre fue verdad, ahora suena un poco como mentira a sus oídos—no necesito pareja, ni siquiera sé si sobreviviré a la segunda ronda, por cierto, si muero quiero que Harry se quede con Merlín, le agrada a Hedwig—roba descaradamente de la bebida de Ron, quien se queja sobre que pida la suya.

Por fin ve a Harry, que parece muy pensativo al respecto, antes de sonreír con torpeza cuando se da cuenta que lo está viendo.

—No vas a morir, pero agradezco por Merlín, es una gran lechuza—

—Dices eso porque no sabes cuanto me odian las criaturas marinas y tengo una leve teoría que la segunda prueba es dentro de un lago—

Hermione salta ante eso curiosa.

—¿Cómo vas hacer entonces? —cuestiona la chica y Draco solamente gimotea sobre tener una idea para respirar bajo el agua, antes de voltear nuevamente como halcón para ver como sus dos amigos parecen en su propio mundo.

Salta un poco sobre su asiento viéndolos con intensidad.

—Lo voy a molestar tanto esta noche, tengo que hablar con Terry y Michael—asegura provocando que Hermione ruede los ojos.

Ron sigue viendo intensamente a Harry, que parece muy concentrado en la cerveza de mantequilla en sus manos, aunque luciendo algo desanimado.

Parece que su amigo pelirrojo se decide.

—Pero no tiene sentido, claramente te gusta lo que puedes notar de Anthony y Padma, seguramente si alguien estuviera muy enamorado de ti te gustaría—insiste Ron, ganando una mirada incomoda de Hermione y una seria de Draco.

Lo primero que piensa es en Theo y quiere decirle a Ron que no, no le gustaría ese sentimiento y que por más que quiera a su amigo, no quiere salir con él de esa forma.

Lo ve seriamente, Ron levanta la barbilla retándolo a decir algo.

—Ron—empieza Harry con advertencia, pero con una mano lo detiene y sonríe malicioso.

—Ronald Weasley, soy una persona amigable, pero no presiones tus botones o podrías arrepentirte—dice todo en una forma juguetona, pero con clara advertencia, Ron levanta una ceja como si lo retara y Draco sonríe dulcemente para ver a Hermione—Hermione tesoro, no te pregunte sobre tu noche con Viktor, debió ser espectacular—

—Bien no digo nada—gruñe Ron de brazos cruzados sin darle la oportunidad a Hermione de responder, quien voltea a ver a Draco cansada.

Se encoge de hombros, no fue su culpa.

A su lado Harry oculta una débil sonrisa detrás de su bebida, Draco hace un esfuerzo sobrehumano para no ver demasiado tiempo su sonrisa; al otro lado del bar puede ver a Ginny con Luna charlando, cuando sus ojos chocan con los de Luna señala descaradamente en dirección de Anthony, a lo cual esta asiente. Luna mueve a Ginny y Draco puede ver cuando la menor de los Weasley ve a la pareja, porque salta en su lugar levantando un pulgar en su dirección que imita.

El trio dorado ve todo con incredulidad.

—Los Ravenclaw son raros—expresa Hermione con seriedad, a lo cual Draco sonríe.

—Ron no deja de molestar y Hermione ofende mi casa, a este paso Harry terminara siendo mi Gryffindor favorito—esta vez Harry sonríe y Draco se disculpa para irse con Luna, porque no puede estar mucho tiempo cerca.

Si pasa o no al lado de Anthony y Padma para saludarlos, nadie puede culparlo, Padma suelta risas mientras que Anthony lo desecha rápidamente.

Vaya amigo.

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Draco visita a Hagrid luego de varios días, parece ser que ya se siente de buen humor y supone que fue causa del trio dorado. Sinceramente a una semana de la cita de Padma y Anthony comienza a sentirse, desplazado; no en el mal sentido, es solo que no quiere estar muy cerca de sus dos mejores amigos cuando claramente se están haciendo ojitos. Toda la situación solo le recuerda sus propias decisiones y eso no significa que quiera estar haciéndose ojitos con Harry. Pasa ahora su mayor tiempo libre con Luna, en clases se sienta con Terry y Michael; si bien Padma le dice que no debe exagerar, Draco prefiere pasar comiendo con los campeones que ver a sus dos amigos juntos.

Son adorables.

Pero es, son ellos, no ellos y Draco.

No quiere hacer de tercera rueda.

Blaise se ha burlado cuando lo comenta y Pansy lo patea diciéndole a Draco que es normal sentirse así, por eso aprovecha su tiempo libre para ir con Hagrid.

El gigante lo abraza con fuerza por sus palabras, por hablar de dragones y ambos se quejan que no necesitan amor, lo cual hace que Draco se sienta de mucho mejor humor al final del día. Camino a enviarle una lechuza a Sirius, nota a Cedric sentado en el suelo del lugar leyendo una carta con una sonrisa; cuando lo ve intenta ocultarla y eso solo hace que los ojos de Draco se estrechen antes de tomar asiento a su lado.

—Es una carta de un viejo amigo, hace mucho no hablamos, pero quería agradecerle por su ayuda cuando le pedí un consejo—Cedric era otra persona que parecía estar disfrutando del amor, no era tan afectivo con Cho como sus dos mejores amigos, pero era común ver a la pareja caminar por el castillo con sonrisas en sus rostros.

Draco asiente con interés.

—Seguramente es mejor que mi tío, este insiste en que debería hacerme un tatuaje, le dije que soy muy joven y que no pienso tener un tatuaje que combine con los suyos—piensa que es una broma de Sirius para Remus, que, aunque no suele enviarle cartas, le envió una carta diciéndole que no siga los consejos de este.

Ambos son, supone, una buena combinación de equilibrio.

—Charlie es un poco más responsable—musita Cedric con una sonrisa vaga, provocando que Draco lo vea confundido.

¿Cuáles son las posibilidades?

—Charlie, como… ¿Charlie Weasley? —pregunta incrédulo, Cedric lo ve fijamente, antes de toser y apartar el rostro levemente sonrojado.

No.

Maldita sea.

No.

Sus ojos brillan emocionados y tal vez si sea un poco chismoso como dice Terry, pero no pueden decirle algo como esto de esta manera y dejarlo sin toda la historia.

—Bueno, supongo que sabes que me gustan tanto chicos como chicas—Draco asiente, porque él es igual, pero tampoco importa mucho en esta historia, Cedric sonríe algo apenado—bueno Charlie era amigo de Nymphadora y, es ridículo porque claramente yo no le gustaba, pero quien decide quien le gusta a quien—

Duran una hora charlando y Draco llega tarde a clases, pero lo hace con una sonrisa y una mejor amistad por Cedric.

No es su problema que los Weasley sean tan atractivos, menos Ron…y Percy.

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Vodník

El Vodník también llamado vodyanoy en ruso, vadzianik en bielorruso, vodianyk ucraniano, wodnik en polaco, vodník en checo y eslovaco, vodnik en búlgaro y macedonio, vodanoj en croata, povodni mož en esloveno y vodenjak en serbio; es un espíritu acuático del folclor eslavo.

Vodyanoy aparece como un anciano desnudo con una cara de rana, barba verdosa y pelo largo, con su cuerpo cubierto de algas y lodo, generalmente cubierto de escamas de pescado negro. Tiene patas palmeadas en vez de manos, cola de pez y ojos que arden como brasas ardientes. Por lo general, monta a lo largo de su río en un tronco medio hundido, haciendo fuertes salpicaduras. En consecuencia, a menudo es llamado "abuelo" o "antepasado" por la gente local. Se dice que los ahogamientos locales son obra de los vodyanoy.

Cuando se enoja, el vodyanoy rompe diques, inunda los molinos, y ahoga a la gente y los animales. (Por consiguiente, los pescadores, los molineros y también los apicultores hacen sacrificios para calmarlo). Con frecuencia arrastra a la gente a su vivienda submarina para servirle como esclavos.

Vodník

En el folklore checo, esloveno y eslovaco las características del vodník son marcadamente diferentes a la concepción eslavo-oriental; Tiene una constitución y hábitos completamente humanos, salvo unas pocas diferencias. Los vodníci (plural de vodník) tienen branquias, membrana entre sus dedos y su piel es de color verde algas (así como su pelo, que es típicamente de verde pálido tono). Su vestido y apariencia general son extraños, a veces incluso parecido a un vagabundo; camisas llenas parches y (por los estándares modernos) sombreros raros. Pueden soportar permanecer durante horas fuera de sus estanques. Cuando lo hacen, se les puede distinguir inequívocamente por sus capas de abrigo húmedas de las que el agua está goteando en todas las circunstancias. El rostro del vodník generalmente no está afeitado y no es raro que un vodník tenga una barba grande, húmeda y enredada.

Los cuentos checos, eslovenos y eslovacos tienen vodníci malvados y buenos que en ocasiones tratan de ahogar a la gente cuando pasan a nadar en su territorio. Vodníci guardan las almas de los ahogados en tazas de porcelana tapadas. Consideran sus tazas como la herencia más valiosa y exhiben su "trabajo", y numeran estas tazas que ven como proporcionales a su riqueza o estatus entre otros vodníci. Cuando se retira la tapa de dicha copa, el alma dentro (en forma de burbuja) escapará y será liberada. Excepto por los peces (o espíritus de pescado), no tienen criados. De lo contrario, los vodníci pasan su tiempo corriendo su territorio o jugando a las cartas, fumando pipas o simplemente sentados en la superficie del agua (sobre rocas, sauces cercanos) y vagando. Los pescadores piden ayuda al vodník colocando una pizca de tabaco en el agua y diciendo: "Aquí está su tabaco, Señor Vodník, ahora dame un pez". En checo, eslovaco y esloveno cuentos vodníci viven en estanques o ríos; no tienen una vivienda en particular. Casi no hay referencias a vodníci en relación con el agua de mar, que se supone que sería peligroso, incluso mortal para ellos.

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Draco mueve su pie claramente no satisfecho con la información del libro de Orion, dado su tiempo libre, sus amigos con parejas y un aburrimiento que necesita aplacar para no pensar en cosas ridículas como sentimientos, se ha puesto mucho más activo con el libro de Orion; pensó que podría encontrar cosas sobre Sirenas, pero en su lugar encuentra cosas respecto a este hombre acuático de apariencia poco atractiva que lo hace suspirar confundido.

Le ha dado mucho énfasis a la escritura y no fue fácil de desarrollar.

¿Por qué Orion escribiría sobre esto?

También parece que el siguiente texto habla sobre las Rusalkas, que, dentro de la mitología eslava, una rusalka era un fantasma, ninfa del agua, súcubo o demonio que vivía en ríos y lagos. Tiene varios escritos de estas criaturas que ya ha leído del mismo libro.

Como si hablara de Sirenas.

Para que Orion tuviera lo que fuera con una sirena, hablar de esa forma de estas era curioso.

—No se ningún hechizo que podrías usar bajo el agua, aunque sería difícil con las criaturas marinas podrías intentar nuevamente el hechizo de ilusión que usaste durante tu primera prueba—irónicamente Draco había ido a consultar con un primer año, pero Fujiwara Megumi era su mejor opción ante las criaturas acuáticas.

Cuando fue con Severus, este había estampado el frasco de branquialgas que había logrado encontrar el día anterior, Neville confirmo emocionado con Draco sobre ser esta planta la que podría necesitar luego de explicar su situación; lo cual lo hizo sentir tranquilo. Snape estaba claramente en contra de ayudarlo, pero no menciono como sabía sobre la segunda prueba o tampoco señalo a otros sobre su ayuda; el frasco contenía al menos dos porciones por aquello que se quedara sin tiempo, esperaba que no fuera el caso.

Según lo que dijo Neville se dice que se asemeja a un manojo de colas de rata viscosas, de color gris verdoso. Cuando se come, le da al consumidor agallas, lo que le permite respirar bajo el agua, y membranas entre los dedos de las manos y los pies, lo que les permite nadar bajo el agua con facilidad. Las branquialgas son originarias del mar Mediterráneo.

También Neville comento que existe cierto debate entre los herbólogos sobre la duración de los efectos de las branquialgas en agua dulce frente al agua salada, pero en agua dulce, una ramita de branquialgas dura más de una hora.

Maravilloso.

El lago negro tenía una colonia de selkies y grindylows, sin contar al calamar gigante.

Si.

Estaba bien frito.

El enigma del huevo era el siguiente: «Donde nuestras voces suenan ven a buscarnos, porque en la tierra no se oyen nuestros cantos y estas palabras medita mientras tanto pues son importantes no sabes cuanto, nos hemos llevado lo que más valoras y para encontrarlo tienes una hora, pasado este tiempo negras perspectivas, demasiado tarde ya no habrá salida.»

¿Quién elegirían de sus amigos?

¿Cómo los elegirían?

¿Magia?

—Me gustaría tener un respaldo por si engañarlos no funciona, viste como me fue con el dragón, no puedo arriesgarme—farfulla Draco masticando el desayuno en la mesa Hufflepuff, Cedric lo saluda de largo y Draco regresa el saludo poco entusiasta.

Megumi se cruza de brazos pensativa.

—Si mi teoría de que eres un favorecido de la deidad Kagutsuchi, la deidad del fuego; podrías hacer hechizos que proporcionen calor, ya que estas aguas son frías y podría causar que las otras criaturas se alejen—comenta Megumi con un dedo en alto, lo cual llama su atención.

—Se el hechizo de aire caliente—al ser una persona friolenta lo había dominado con facilidad desde joven—pero es aire caliente, no que caliente todo a su alrededor—añade un poco desanimado a lo cual Megumi asiente nuevamente con aire de estar meditando.

—¿Un hechizo de velocidad? —cuestiona ahora la niña—si eres más rápido que las criaturas no necesitas pelear con ellas—

Draco frunce el ceño.

—No tengo un hechizo, aunque todos conocen el hechizo ralentizador desde segundo año; el problema es que no se con cuantos objetivos puedo usarlo al mismo tiempo—hablo ahora pensando sobre el encantamiento "Arresto momentum" que se enseñaba en Hogwarts.

La niña ladea el rostro.

—Pareces bastante fuerte para domar un dragón, supongo que este hechizo no debería ser tan difícil—

Tiene razón.

Steven que sale de su ropa, porque ha decidido pasar el día con él, se mueve hasta llegar a Megumi, la niña sonríe a la serpiente que parece encantada con la niña; ha pensado sobre entregarle Steven a Megumi para que la tenga de mascota, ambos parecen llevarse bien.

Megumi sonríe.

Draco tiene un ligero dolor de cabeza por eso, como si ya hubiera visto a la niña sonreír de esa forma antes, tal vez en su tiempo en Japón, aunque no suena correcto.

No importa.

Ahora tiene que entrenar.

Se lleva a Michael y a Terry apenas puede a la cámara de los secretos, porque ocupa sujetos de pruebas y si ellos lo usaron para practicar el escudo, sería bueno que pudiera regresarles el favor.

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El día de la prueba Draco se despierta de mal humor pensando seriamente en no participar, no sería nada malo, la segunda prueba no importaba tanto como la última; donde probablemente solo tenga que activar la copa traslador para que se vaya sin cualquier campeón (es un plan en proceso) y evitar el revivir del señor oscuro. Pero la segunda prueba habrían tomado alguno de sus amigos, aunque Draco no estaba seguro de cómo se elegiría cual y no podría dejar a quien fuera debajo del lago; aunque era tentador, no era tan mal amigo. Bajo a desayunar adormilado y si no fuera porque Padma literalmente arrojo el pan en su boca, probablemente no habría comido nada.

Su sueño había sido vago, pero la sirena no estaba en este y desde hace semanas que no parecía tener sueños, era raro, extraño; estaba acostumbrado a no dormir bien.

La falta de sueños significaba que algo había cortado su comunicación con quien fuera que se los había estado brindando.

Interesante.

No pensó que extrañaría nada de esto.

Todos en el comedor parecían ansiosos, pero Draco solamente gruñía cada que alguien se acercaba a felicitarlo, excepto que no pudo hacerlo cuando fue Ginny quien camino a su lado.

—¿Has visto a Luna?, ayer el profesor Flitwick pidió hablar con ella, pero no la he visto desde entonces—musitaba la niña con curiosidad, haciendo que toda la sangre se drenara de su rostro cuando Padma confeso no haberla visto.

No.

No.

No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no.

Sus manos se sujetaron con fuerza a la mesa, antes de ver por todo el comedor alarmado notando la falta de Hermione y Cho rápidamente, su frente comenzó a sudar frio cuando se puso de pie. Ginny pregunto sobre su situación, pero Draco prácticamente salió corriendo del lugar para llegar cerca del pasillo que daba vista al lado.

Su mano se apretó contra el muro.

Luna.

Luna fue la elegida de sus amigos.

¿Por qué ella?

Está claro que Luna era importante para él, era la primera persona fuera de su familia que admitía amar sin temor y que era parte de su familia; la familia que Draco había elegido. No es que tuviera algún amigo sobre otro, pero la idea de Luna en medio del lago lo hizo cari hiperventilar. Durante gran parte de su segundo y tercer año, había tenido sueños similares, con Selena en medio de un Lago y Draco sin poder rescatar a su hermana en otra vida; no había pensado en Selena en semanas y cada vez su recuerdo era menos doloroso.

Pero aquí estaba, Luna en el lago, probablemente se vería igual que Selena.

No creía que la dejaran morir, pero verla ahí, hizo que el cuerpo de Draco comenzara a temblar.

—Draco—llamo Anthony apresurándose a su lado, su mano en el hombro intento reconfortarlo, pero su rostro debía verse muy asustado.

¿Por qué no pensó en esto antes?

—Luna, tomaron a Luna, ella es la que está en el lago—susurra con gruñidos en voz baja, provocando que Anthony se vea un poco confundido antes de ver preocupado al lago.

—Está bien, eres fuerte, puedes rescatarla—

No.

Quiere decirle que no, no lo es.

Asiente con torpeza, porque ocupa creerlo al menos, sin poder comer más es Anthony quien decide acompañarlo al lado el día de hoy; su brazo lo sujeta fuertemente y es un ancla que acepta rápidamente. Traspasan las puertas de roble que los dirigen a la segunda prueba.

Algunos miran a Draco, pero este se sujeta con fuerza a Anthony para no saltar al lago ya mismo por Luna.

Al bajar la explanada, vio que las mismas tribunas que habían rodeado en noviembre el cercado de los dragones estaban ahora dispuestas a lo largo de una de las orillas del lago. Las gradas, llenas a rebosar, se reflejaban en el agua. El eco de la algarabía de la emocionada multitud se propagaba de forma extraña por la superficie del agua y llegaba hasta la orilla por la que Draco caminaba hacia el tribunal, que estaba sentado en el borde del lago a una mesa cubierta con tela dorada. Cedric, Fleur y Krum se hallaban junto a la mesa, y lo observaban acercarse.

Todos parecen llegar temprano, Anthony se despide asegurando que todo saldrá bien.

Draco no se siente así.

Toma asiento al lado de Viktor, quien lo ve confundido, aunque de reojo nota como Fleur y Cedric también parecen nerviosos.

—Veo que llegamos temprano, tendremos que esperar un poco antes de empezar—expresa Percy Weasley, que no es tan atractivo como sus hermanos mayores.

Draco deja caer su cabeza contra sus manos, el frasco con branquialgas está en su ropa y se había puesto su traje para el lago debajo de su uniforme; porque era temprano y estaba dormido, así que había querido ahorrar tiempo.

Su pie comienza a moverse viendo el lago.

Sin querer pensar en Luna inerte en medio de esas criaturas, si alguna de ellas le tocaba un solo cabello, Draco era capaz de bombardear el lago desde sus cimientos.

Miró hacia el lugar de Percy Weasley, sentado a la mesa del tribunal. Nuevamente faltaba el señor Crouch.

No importaba.

Ludo Bagman lo saludo amablemente y Draco lo ignoro.

Luna.

Ella está bien.

No quiso recordar como en su tercer año casi muere ahogado en este lugar, había jurado el alejarse y nunca entrar nuevamente; pero ahora Luna no estaba y Draco la quería de regreso, no importa que miedo tuviera, se arrojaría ya mismo por su amiga si se lo hubieran permitido.

Dumbledore le sonrió, pero Karkarov no parecían nada contentos de verlo, Madam Maxime por otro lado le dio una leve sonrisa que no pudo corresponder en su llegada.

Se inclinó hacia delante poniendo las manos en las rodillas, y respiró hondo. Tenía el frasco en el costado, que le dolía como un cuchillo clavado entre las costillas, pero no había tiempo para esperar a que se le pasara. Ludo Bagman iba en aquel momento entre los campeones, espaciándolos por la orilla del lago a una distancia de tres metros, señalando cuales serían sus salidas. Draco quedó en un extremo, al lado de Krum, que se había puesto el bañador y sostenía en la mano la varita.

Cerca de la hora Draco comenzó a quitarse la ropa nervioso.

La idea de quedar solo en unas bermudas con una camiseta dudosa no era algo que le gustara, demasiada poca cobertura para las garras afiladas de las criaturas marinas.

—¿Estas bien? —cuestiono Viktor a su lado, pero Draco no pudo contestar y no quiso imaginar que tan pálido se vería.

No.

No estaba bien.

Bagman volvió a la mesa del tribunal. Apuntó a la garganta con la varita como había hecho en los Mundiales, dijo «¡Sonorus!», y su voz retumbó por las oscuras aguas hasta las tribunas.

—Bien, todos los campeones están listos para la segunda prueba, que comenzará cuando suene el silbato. Disponen exactamente de una hora para recuperar lo que se les ha quitado. Así que, cuando cuente tres: uno... dos... ¡tres! —

El silbato sonó en el aire frío y calmado. Las tribunas se convirtieron en un hervidero de gritos y aplausos. Sin pararse a mirar lo que hacían los otros campeones, sacó del bolsillo el puñado de branquialgas, se lo metió en la boca y entró en el lago.

Sin pensarlo.

Sin dudarlo.

Temblando cuando sintió todo a su alrededor húmedo, muy diferente a volar o montar un dragón, esta sensación era incómoda para él. El agua estaba tan fría que sintió que la piel de las piernas le quemaba como si hubiera entrado en fuego. A medida que se adentraba, sus ropas empapadas le pesaban cada vez más. El agua ya les llegaba a las rodillas, y los entumecidos pies se deslizaban por encima de sedimentos y piedras planas y viscosas. Masticaba las branquialgas con toda la prisa y fuerza de que era capaz. Eran desagradablemente gomosas, como tentáculos de pulpo. Cuando el agua helada le llegaba a la cintura, se detuvo, tragó las branquialgas y esperó a que sucediera algo.

Se dio cuenta de que había algunas risas entre la multitud (imagino que serían de Zacharias porque era un idiota), y sabía que debía de parecer tonto, entrando en el agua sin mostrar ningún signo de poder mágico; aunque la mayoría parecía expectante. En la parte del cuerpo que aún no se le había mojado tenía carne de gallina. Medio sumergido en el agua helada y con la brisa levantándole el pelo, empezó a tiritar. Evitó mirar hacia las tribunas.

Entonces, de repente, sintió como si le hubieran tapado la boca y la nariz con una almohada invisible. Intentó respirar, pero eso hizo que la cabeza le diera vueltas. Tenía los pulmones vacíos, y notaba un dolor agudo a ambos lados del cuello.

Se llevó las manos a la garganta, y notó dos grandes rajas justo debajo de las orejas, agitándose en el aire frío: ¡eran agallas! Sin pararse a pensarlo, hizo lo único que tenía sentido en aquel momento: se echó al agua.

Maldición, Potter lo hizo ver fácil en las películas.

El primer trago de agua helada fue como respirar vida. La cabeza dejó de darle vueltas. Tomó otro trago de agua, y notó cómo pasaba suavemente por entre las branquias y le enviaba oxígeno al cerebro. Extendió las manos y se las miró: parecían verdes y fantasmales bajo el agua, y le habían nacido membranas entre los dedos. Se retorció para verse los pies desnudos: se habían alargado y también les habían salido membranas: era como si tuviera aletas.

El agua ya no parecía helada.

Pero no le agrado menos la sensación, apenas estuvo dentro fue como si todo en su interior gritara que algo estaba mal.

Que lo observaban.

Draco suspiro dentro del paisaje verdoso queriendo largarse, pero recordando a Luna se impulsó dentro del agua, asombrándose de lo lejos y rápido que lo propulsaban por el agua sus pies con aspecto de aletas, y también de lo claramente que veía, y de que no necesitara parpadear. Se había alejado tanto de la orilla que ya no veía el fondo. Se hundió en las profundidades.

Al deslizarse por aquel paisaje extraño, oscuro y neblinoso, el silencio le presionaba los oídos. No veía más allá de tres metros a la redonda, de forma que, mientras nadaba velozmente, las cosas surgían de repente de la oscuridad: bosques de algas ondulantes y enmarañadas, extensas planicies de barro con piedras iluminadas por un levísimo resplandor. Bajó más y más hondo hacia las profundidades del lago, con los ojos abiertos, escudriñando, entre la misteriosa luz gris que lo rodeaba, las sombras que había más allá, donde el agua se volvía opaca.

Pequeños peces pasaban en todas direcciones como dardos de plata. Una o dos veces creyó ver algo más grande ante él, pero al acercarse descubría que no era otra cosa que algún tronco grande y ennegrecido o un denso macizo de algas. No había ni rastro de los otros campeones, de sirenas ni tritones, de Luna ni, afortunadamente, tampoco del calamar gigante.

Pero no se confiaba.

No estaba seguro, lo sabía.

La varita estaba fuertemente sujetada en su mano mientras nadaba por el mar y toda la sensación era incorrecta.

Prefería mil veces el dragón de regreso.

¿Qué tan mal hablaba eso de él?

Unas algas de color esmeralda de sesenta centímetros de altura se extendían ante él hasta donde le alcanzaba la vista, como un prado de hierba muy crecida. Miraba hacia delante sin parpadear, intentando distinguir alguna forma en la oscuridad... y entonces, sin previo aviso, algo lo agarró por el tobillo.

Se retorció para mirar y vio que un grindylow, un pequeño demonio marino con cuernos, le había aferrado la pierna con sus largos dedos y le enseñaba los afilados colmillos.

Draco ni lo pensó con la varita lista en su mano.

—¡Relaxo! —gritó Draco, el hechizo de repugnancia que es un embrujo que obliga al objetivo a soltar su agarre sobre algún objeto.

Funciona tanto en objetivos vivos como inanimados, siempre que tengan algo en la mano.

Cho se lo había enseñado en su segundo año y nunca estuvo más feliz de hacer ensayo de pociones.

A pesar de sus ideas no salió ningún sonido de la boca, sino una burbuja grande, y la varita, en vez de lanzar chispas contra los grindylows, les arrojó lo que parecía un chorro de agua hirviendo, porque donde les daba les producía en la piel verde unas ronchas rojas de aspecto infeccioso.

Sin ningún resentimiento.

El problema es que cada vez más Grindylow aparecían cuando intentaba escapar, todos soltando horribles gritos mientras iban claramente en su ataque.

Se sintió algo personal.

Utilizo el hechizo de ilusión provocando que algunos se atacaran entre sí, era algo grotesco de ver, pero Draco no siente afinidad con las pequeñas bestias que siempre parecieron odiarlo; en su lugar comenzó a buscar a Luna de forma desesperada.

Aminoró un tanto, pero nunca guardó la varita en la túnica, y miró en torno, escuchando, mientras describía en el agua un círculo completo. La presión del silencio contra los tímpanos se había incrementado. Debía de hallarse a mayor profundidad, pero nada se movía salvo las ondulantes algas.

Nunca más volvería aquí.

Algo en su mente grito alarmada, alejándose el tiempo suficiente para no ser impactado por un objeto puntiagudo.

Las sirenas y los tritones tenían la piel cetrina y el pelo verde oscuro, largo y revuelto. Los ojos eran amarillos, del mismo color que sus dientes partidos, y llevaban alrededor del cuello unas gruesas cuerdas con guijarros ensartados.

Una de las sirenas, que se veía muy diferente a la de sus sueños, miraba fijamente a Draco casi con incredulidad.

Si.

Esa mirada no era muy agradable.

Draco lanzo un hechizo, no estaba seguro cual, pero esta rápidamente lo esquivo antes de atarlo con… ¿algas?; soltó un grito que se ahogó dentro del agua mientras esta se movía a una velocidad alarmante dentro del agua.

Intento luchar para soltarse, pero era imposible y antes de saberlo fue impactado contra el suelo del lugar, con dolor en su espalda y lo que parece una lanza sobre su cuello.

Si.

La película lo presento muy diferente.

—Tu eres uno de los humanos, el trato está roto, Dumbledore es un traidor…te trajo aquí, mereces la muerte—decía la mujer del mar, provocando que Draco se congelara un poco incomodo.

Volteo rápidamente inquieto para ver donde estaba.

Eran una roca grande que se alzaba del lodo. Había en ella pinturas de sirenas y tritones que portaban lanzas y parecían estar tratando de dar caza al calamar gigante. De la oscuridad que lo envolvía todo surgió un grupo de casas de piedra sin labrar y cubiertas de algas. Harry distinguió rostros en las ventanas, rostros que no guardaban ninguna semejanza con el del cuadro de la sirena que había en el colegio o sus libros.

Dos de aquellas criaturas, que enarbolaban una lanza, salieron de sus moradas para observarlo, mientras batían el agua con sus fuertes colas de pez plateadas.

Algunas chillaron espantadas al verlo.

Draco siguió, mirando a su alrededor con la lanza sobre su cuello, y enseguida las casas se hicieron más numerosas. Alrededor de algunas de ellas había jardines de algas, y hasta vio un grindylow que parecían tener de mascota, atado a una estaca a la puerta de una de las moradas. Para entonces las sirenas y los tritones salían de todos lados y lo contemplaban con mucho odio; señalaban sus branquias y las membranas de sus extremidades, y sus dientes destilaban cuando claramente lo veían.

Una multitud de sirenas y tritones flotaba delante de las casas que se alineaban en lo que parecía una versión submarina de la plaza de un pueblo pintoresco. En el medio cantaba un coro de tritones y sirenas para atraer a los campeones, y tras ellos se erguía una tosca estatua que representaba a una sirena gigante tallada en una mole de piedra.

Había cuatro personas ligadas con cuerdas a la cola de la sirena.

Finalmente.

Luna estaba atado entre Hermione y Cho Chang. Había también una niña que no parecía contar más de ocho años y cuyo pelo plateado le indicó a Draco que debía de ser hermana de Fleur Delacour. Daba la impresión de que los cuatro se hallaban sumidos en un sueño muy profundo: la cabeza les colgaba sobre los hombros, y de la boca les salía una fina hilera de burbujas.

La lanza en el cuello fue una advertencia para no moverse.

—Solo vengo por Luna—gimoteo en voz baja, aunque solo salía aire, pero la sirena solamente abrió su boca incrédula.

Sus garras cortaron su mejilla como una bofetada, a lo cual Draco gimoteo asustado, o eso le gustaría.

Quiere tener miedo.

Pero sus ojos no dejaban el cuerpo de Luna flotando como en sus pesadillas, Draco solo podía esperar que tuviera suficiente aire.

—Tu maldito bastardo, vienes aquí otra vez, como si fuera su terreno, maldita descendencia y maldito tu linaje Orion Blake—Draco dejo de luchar, sus ojos voltearon a la sirena sorprendidos y esta se vio ofendida—no me mires con esos ojos de idiota, a diferencia de los humanos, nosotros las sirenas recordamos y te recordamos muy bien—la lanza cerca de su cuello lo hizo tragar con dificultad—tu maldito bastardo de dos mundos, fuiste el primero en romper el tratado de las criaturas mágicas hace cientos de años y aquí nuevamente incumples tu promesa una vez más—

Se movió incomodo.

—No soy Orion Blake—quiso saber si le entendían, no salían palabras, solamente burbujas de aire, pero un corte nuevo sobre su pecho lo hizo gimotear.

Si.

Atado con algas no era la mejor forma para defenderse, las otras criaturas gritaban en coro que lo asesinara y la sirena al mando parecía muy dispuesta hacerlo.

—No mientas, tu apariencia y tu alma, tu maldita sangre, son exactamente la misma; una vez traicionaste al señor de los mares, pero no te lo perdonaremos otra vez…tu castigo es la muerte—

—No hice nada—

—¡SILENCIO! —

Draco comenzó a ponerse nervioso, muy nervioso. Aunque todos pensaron que era broma sobre morir dentro del lago, Draco o una parte grande de él nunca dejo de pensar que podría pasar; pero si tan solo pudiera liberar a Luna sería una buena forma de aceptar su muerte.

No quería morir.

Pero es el torneo de los 3 (¿4?) magos, cualquier cosa puede pasar.

—Yo no hice nada, no sé de qué hablas—esta vez la mano de la sirena cerro su boca, aunque quiso gritar estaba un poco asustado del rostro de la mujer del agua tan cerca.

Sus ojos llenos de veneno.

—Silencio humano, no importa si no eres él, si eres una rencarnación o si ustedes los humanos no guardan los recuerdos en su linaje—quiso rodar los ojos para decirle que no, así no funcionan los humanos; lo haría si no estuviera tan aterrado—Orion Blake rompió el trato, se robó a nuestra princesa y la condeno a muerte por sus acciones; fue maldito, fueron malditos y nuestro señor les ordeno alejarse del mar…pero volviste, tu miserable rencarnación va a morir de forma lenta como pago de sus acciones—susurro a su oreja, antes de incrustar dolorosamente sus uñas en sus mejillas.

Oh no.

Iba a morir.

Sabía que entrar en este lago era una mala idea.

Una explosión de agua caliente alejo a la sirena sobre él, los otros chillaron alarmados y rápidos dientes de tiburón cortaron sus algas cadenas; gimoteo cuando al levantar su rostro vio tanto a Cedric como un tiburón Viktor a su lado protegiéndolo de las sirenas.

Las cuales comenzaban a reagruparse, terriblemente rápido.

Las algas cayeron liberando sus manos y con un ágil movimiento, un buen Diffindo que también aprendió hace años, las cadenas que unían a los cuatro "tesoros" provocaron que estos comenzaran a flotar a la superficie; no es que eso importara a las sirenas y tritones que claramente gruñían por su sangre.

Bien.

Nuevo plan.

Empujando a Viktor y Cedric, quienes voltearon a verlo incrédulos, señalo con sus dos dedos a cada uno y luego a los cautivos; no podría hablar, pero esperaba que cada uno entendiera que necesitaba que se llevaran a todos los objetivos rápidamente.

Todas eran chicas, curioso.

Draco comenzó a nadar rápidamente lejos, al tiempo que una multitud de sirenas iba tras de él, si, un plan suicida ya que no conocía el lago. Esperaba que Viktor y Cedric pudieran con las chicas, no pensó que hacerse amigo de ellos fuera tan útil, pero al final del día no sabes para quien trabajas; ahora solo tiene que salir de este lugar cuanto antes.

Le importa una hectárea de rábanos si los jueces lo puntúan mal.

El sobrevivir es más importante.

Y con suerte con todas sus extremidades.

Luna estará más segura con Draco lejos de ellos llamando la atención de las estúpidas criaturas marinas.

Las sirenas nadan más rápido que él, toma entre sus bolsillos un poco más de la branquialgas para no quedarse como humano en medio de la horda; no sabe si hay una sobredosis, pero ahora no tiene tiempo para pensar mientras lanza hechizos en la locura hacía las criaturas estas.

Luego salió el calamar gigante de la nada.

Si.

Esto va salir mal.

¿Cuántas criaturas marinas lo quieren matar?

¿Importa?

Draco solamente se escabulle con mucha suerte y agilidad de los tentáculos del calamar gigante, golpea a una sirena con un puñetazo en la cara y corta los pies de una de sus mascotas antes de irse en lo que espera sea el viaje a tierra; si ese no fuera el caso estaba en muchos inconvenientes. Cada movimiento intenta que lo acerque a la superficie, para pedir ayuda, no importa que tan desesperado se vea; pero las sirenas parecen querer atraerlo a la oscuridad y es como si estuviera siendo casado más adentro del lago.

Una idea llega a su mente navegando por la desesperación.

Nunca hizo el hechizo.

Nunca lo practico realmente, solamente le consulto a Luna por curiosidad y no tenía idea si funcionaria.

Nuevamente como cuando estuvo sobre un dragón, momentos desesperados requieren medidas desesperadas; algo dentro de su mente le insto a relajarse y por más imposible que fuera, Draco lo hizo un poco mientras apuntaba su varita a la horda masiva de criaturas marinas a su espalda.

Los cuales intimidaban un poco.

—¡Reducto! —era el hechizo explosivo que uso Luna, que no debería funcionar y que efectivamente funciono mal.

Pero creo una honda explosiva que hizo que las criaturas salieran volando (¿muertas?) y que al mismo tiempo Draco fuera volando, pero debido a su posición antes de lanzar el hechizo, parece que Draco salió disparado a una velocidad mayor y de un momento a otro el agua desapareció de su alrededor; a pesar de su amor por el aire, cuando tienes branquias en tu garganta no es una sensación agradable.

Fue como entrar a una piscina sin tomar agua, volar en un arco perfecto, antes de caer con fuerza y de espalda nuevamente en el agua.

Doloroso.

Horrible.

Se habría reído de cualquier idiota que hiciera eso, pero vivirlo es una experiencia dolorosa.

Respiro.

No pensó que le alegraría tanto el agua en este momento, pero si mientras respirara y, todavía siente el aire cerca. Gimoteando de dolor y sintiendo arder su piel, noto que estaba cerca de una de las orillas del lago; lo suficiente para que cuando impactara su cuerpo se hundiera un poco en el agua y no morir, pero esperando que las criaturas marinas se mantuvieran lejos.

Posiblemente achicharradas.

Se acerco lo más posible a la orilla, recostándose de espaldas con las manos estiradas; su rostro sobre la superficie del agua y su cuello todavía dentro del agua. Eso fue una maldita locura.

—Orion Blake, seas o no seas yo, te detesto—musito en un susurro para nadie, antes de caer inconsciente nuevamente.

A este ritmo dudaba que sobreviviera a la tercera prueba.

Pero logro sobrevivir a esta.

Draco diría si pudiera, que eso merecía al menos 10 puntos para su casa.

Continuara…

Mientras escribo este capítulo apenas estoy publicando el tercer libro, donde muchos han preguntado si Draco estaría en la prueba; porque nadie en ese entonces sabía que Harry no sería un campeón. De una forma u otra Draco es el campeón y aunque algunos pensarían que Harry estaría adentro, no lo hizo. Hablando con una amiga sobre el tema del torneo y la segunda prueba, me mostro una teoría de que no hubo un vínculo mágico que eligiera quien era la persona más importante para el campeón.

Si bien Harry quiere mucho a Ron, ella defendió que era imposible que Viktor prefiriera a Hermione sobre alguien de su familia. Entonces la teoría muestra que el baile de navidad de los campeones, funcionaba para que Dumbledore viera quien era importante para que persona. No sé si la hermana de Fleur estaba ahí, pero me gusto esta teoría y dije yolo.

Entonces como vieron en el capítulo del baile, Draco bailo mucho con Luna escapando de Harry. Si hubiera sido, por el contrario, Dumbledore habría notado de inmediato que la persona más importante para Harry seria Draco; pero como es Draco el campeón, nuestro director tiene sentimientos encontrados para él.

Otro capítulo con mucho avance en temas de Orion, tan rápido que Draco se siente mareado. Y eso que no hemos llegado a la última prueba.}

Lamento el atraso del capitulo el día de hoy, llevo dos días con jornadas de 12 horas que me volvieron loca, pero hoy ya estoy normal.