LOS GRANDES ÉXITOS DE NIJIGAKU
Capítulo 4: El inquilino
Shizuku Osaka, una estudiante universitaria es acosada por su profesor Akio; decide denunciarlo y el docente es despedido. Cuando se va de vacaciones a la casa de veraneo de sus amigas, comenzará para ella una pesadilla de la que parece imposible librarse y que es consecuencia directa de haber hecho que castiguen a su victimario.
Texto reeditado y republicado.
El ámbito de los hechos paranormales parece no tener límites, no sólo por lo extenso y variado de sus formas, sino por lo caprichoso que a veces sobra. La certeza o no de estos acontecimientos depende o mejor dicho estar ligado íntimamente a las experiencias que viven sus protagonistas.
Esta es la historia de una joven que como tantas otras vienen de distintos lugares de un país a estudiar a la capital. Shizuku tiene 22 años y proviene de una familia acomodada de la zona central metropolitana, vive como es habitual en estos casos en una pensión cuando sus estudios se lo permiten viaja a ver a -algunas de- sus amigas con las cuales mantienen un estrecho lazo afectivo en su condición de hija única y colega ex idol.
Shizuku estudia Literatura y Teatro en la universidad y en esta época de exámenes, sus amigas Ai y Karin -que por diferencias de edad- son su más férrea compañía.
Ai: Sabes que, yo creo que no vamos a alcanzar en la materia. Además, alguien tiene idea cuántas preguntas viene en el examen.
Shizuku: No sé, no dijo. Pero entra todo.
Karin: Eso es lo que parece injusto, a mí me fue bien en los dos exámenes anteriores. Si me va mal en esta me jode.
Shizuku: Pero si te fue bien en los dos anteriores, por qué te vas mal en ésta, si es la misma materia.
Karin: Bueno, porque igual no se le olvida.
Shizuku: Pero la repasas, quedas lista.
Karin: Mira, de aquí el lunes con estos, terminamos de aprender todo eso.
Ai: Yo creo que Karin tiene razón en eso, además que es coeficiente va el examen.
Shizuku: Mira, entre más discutimos más tiempo perdemos para estudiar, así que estudiémonos.
Karin: Sabes qué, mejor me voy a conseguir un resumen.
Ai: Ya, buena idea. Yo te acompaño. Oye, ya, nos vemos más rato.
Shizuku: Ya, bueno.
Una vez que las dos chicas abandonaban el espacio, entra un profesor suyo, de nombre Akio quien fue a entregar un texto ilustrado; como era de imaginarse ve a su alumna Shizuku y lo aproxima.
Akio: ¿Puedo?
Shizuku: Sí, claro.
Akio: Veo que estás estudiando.
Shizuku: Así nos tiene a todas.
Akio: ¿Cuántas veces te tengo que decir que después de clases, tú me puedes ayudar?
Shizuku: Así somos en el campus.
Akio: ¿Y cómo estás? Quiero decir para el examen.
Shizuku: Bien, yo creo.
Akio: Te traje un regalo.
Shizuku: ¿Para mí?
Akio: *Abriendo su portafolio entregando un sobre misterioso* Toma, no se lo cuentes a nadie. Adiós.
Shizuku recibió de parte de Akio, su profesor, nada menos que el examen del día siguiente; lejos de entender aquello como un acto solidario se sintió intimidada y hasta avergonzada. Desde hace algún tiempo, Shizuku había notado que las miradas de su profesor hacia ella eran muy agudas y se negó a entender que esa conducta tuviera otra lectura que la natural empatía entre un maestro y su alumna.
En su pensión suena un teléfono siendo contestada primero por una compañera de piso.
Shioriko: ¿Bueno? ¿Sí? Hola señorita, ¿cómo está? No, debe estar en la universidad. Ah, justo aquí viene llegando.
Shizuku: ¿Diga?
Shioriko: Hola Shizuku.
Shizuku: Hola Shioriko. Hola, vengo recién llegando.
Shioriko: ¿Y cuándo vienes a la junta?
Shizuku: Mire, me quedan dos exámenes, así que yo creo que viajo el jueves o el viernes.
Shioriko: ¿Y cómo te ha ido?
Shizuku: Bien amiga, me eximí de tres ramos.
Shioriko: Kasumi y Rina no han llegado la hora que vengas.
Shizuku: Ah, yo creo que ahí los echo de menos.
Shioriko: Bueno, avísenos cuando tengas que sacar la reservación del alojamiento más el pasaje de autobús y así te vamos a buscar, ¿ya?
Shizuku: Ya, ya amiga, un saludo grande-
Shioriko: Gracias, igual para ti. Adiós Shizuku.
Shizuku: Los espero. Adiós Shioriko.
Al día siguiente, en plena clase, Akio alistaba los detalles de aquel examen de Literatura frente a sus alumnos.
Akio: Bueno, ustedes saben que no hay otra oportunidad. Yo les recomiendo que no contesten si no están seguros, porque las respuestas malas van a ser restadas de las buenas. Otra cosa que al que pille copiando, le voy a poner un cero y sin derecho a repetir el examen. ¿Estamos? Pueden comenzar.
Sin duda el examen era decidor para Shizuku, aun así, estaba confundida. La noche anterior, ni siquiera se atrevió a comentarles a sus amigas la situación que tenía entre manos; su angustia y nerviosismo eran notorios y finalmente, luego que una compañera entregara el primer trabajo terminado, se atrevió a hacer lo propio con el suyo. La reacción de Akio fue mayúscula al comprobar que ella había entregado el examen en blanco.
EN LA CAFETERÍA
Akio: ¿Qué pasó?
Shizuku: Oh, maestro. Si querías ayudar se equivocó.
Akio: Por supuesto que quería ayudarte. Es la primera vez que yo hago algo así por una alumna.
Shizuku: Sí, es que yo no se lo pedí.
Akio: Yo no sabía qué te iba a enojar así, que te iba a molestar.
Shizuku: No, es que lo encuentro poco ético, eso es todo.
Akio: Bueno sí, a lo mejor tienes razón. Bueno, va a tener que dar el examen oral mañana. Bueno, yo me estoy yendo, así que te encamine a tu residencial me queda la pasada.
Shizuku: ¿Cómo sabes dónde vivo?
Akio: Aquí todos se saben.
Shizuku: No, no. Tengo que hacer cosas acá. Permiso.
Definitivamente, Shizuku le pareció poco ético el comportamiento de su profesor, pero quedó muy preocupada al comprender que todo aquello obedecía una estrategia sentimental de él hacia ella que por cierto la perjudicaba, ya que jamás Shizuku lo había mirado con otros ojos que no fuera lo de una alumna. Era evidente que a partir de aquí hizo su relación con Akio cambiaba sustancialmente.
La castaña de ojos azules iba yendo a los casilleros de un pasillo oscuro, que a la suya encontró una carta anónima que textualmente mencionaba:
"Soy tu admirador secreto, haré todo lo necesario hasta conquistarte. Un beso"
El mensaje es su admirador secreto, dispuesta a conquistarla como diera lugar no dejó huellas, pero Shizuku intuyó casi por lógica que se trataba de su profesor. Ciertamente ese escrito era una evidencia que debía servirle a ella para establecer dentro de la universidad su condición de víctima si la situación lo ameritaba. Esa misma noche, muy enrabiada quiso dilucidar la situación y fue a su encuentro sabiendo que cualquier traspiés podría atentar en su contra.
Akio: ¿Y tú? ¿Qué estás haciendo aquí a esta hora?
Shizuku: Lo estaba esperando.
Akio: *Arreglando ficheros de su oficina* ¿A mí? Voy a ordenar aquí un poco y después podemos conversar.
Shizuku: ¿Siempre se queda a esta hora?
Akio: Mira, si sigues hablándome así me voy a sentir mucho más viejo de lo que soy.
Shizuku: Quiero que me escribas una autorización para ir a sacar unos libros de la biblioteca.
Akio: ¿Para qué? Si la biblioteca debe estar cerrada.
Shizuku: Es que son para mañana.
Akio: Ah, sí porque a esta hora ya no hay nadie.
Shizuku, haciendo gala de toda su agudeza e ingenio quiso lograr algún documento de puño y letra de su profesor para testearlo con aquella misteriosa misiva. Akio, seguro que la joven lo había esperado con otras intenciones no dudó en satisfacer sus requerimientos.
Shizuku: Gracias.
Akio: En serio, ¿no quieres que te lleve a tu casa?
Shizuku: No, me tengo que ir.
Akio: ¿Te puedo decir algo?
Shizuku: Sí.
Akio: Tú me gustas.
Shizuku: *Nerviosa* Ya, ya me tengo que ir.
Akio: Yo te cuido porque aquí ahora no hay nadie, podemos estar en privado, ¿ya?
Shizuku: Por eso maestro, yo prefiero irme.
Akio: No te das cuenta, yo a ti te amo. Te amo.
Shizuku: No, por favor, suéltame maestro. ¡Suéltame! *Él le da un beso en la boca -y en la lengua-, luego le da una cachetada al decano y sale despavorida*
ENTRE 03:58 Y 04:09 AM
Shizuku jamás se esperó una declaración así de su profesor, ni menos una reacción tan violenta. Esa noche se sintió sola y angustiada, y no encontraba salida a su problemática. Superada por los acontecimientos, no pudo conciliar el sueño; claramente este episodio tan inesperado y nefasto ponía en tela de juicio su condición de alumna de la universidad.
El maestro Akio fue citado por el rector universitario un día después del bochornoso incidente de acoso sexual.
Akio: Hola Miki.
Secretaria: Hola, ¿cómo estás?
Akio: Muy bien, gracias. Sabes, el Director me mandó a llamar.
Secretaria: Ya, espera un momento. Lo busca (…) Akio.
Rector: Ah ya, dígale que pase.
Secretaria: Permiso. Pase, por favor.
Akio: Gracias. ¿Cómo está, Director?
Rector: Buenos días, Akio.
Secretaria: ¿Desean tomar algo?
Akio: No, nada. Yo estoy muy bien.
Secretaria: ¿Usted?
Rector: Muchas gracias. *Sale la secretaria* Usted sabe por qué lo mandé a llamar, ¿no?
Akio: Eh, señor Director, no tengo idea.
Rector: Tengo una queja de acoso sexual contra usted, profesor.
Akio: ¿Y de quién? Si es que se puede saber.
Rector: Sí, por supuesto. La alumna Osaka Shizuku. Bueno, ella dijo que usted anoche se violentó con ella.
Akio: Ah, ella.
Rector: ¿Me quieres explicar cómo sucedió todo?
Akio: Claro, por supuesto eh, bueno, ella era una persona que siempre ha tratado de acercarse a mí. Y precisamente anoche eh, estaba esperando en el..., en realidad estaba haciendo guardia en la sala de profesores y esperó que no hubiese nadie. Entonces, se acercó y me preguntó si la podía ir a dejar a su casa.
Rector: Es decir, ¿que usted no la acosó físicamente?
Akio: Por favor, señor Director, usted me conoce.
Rector: ¿Reconoce esto, profesor? *Le muestra la carta de amor escrita supuestamente por él*
Akio: Primera vez que lo veo en mi vida.
Rector: ¿Y este otro?
Le exhibe el manuscrito de autorización como prueba figurando: "Autorizo a la alumna Osaka Shizuku de la carrera de Literatura y Teatro a retirar libros de la especialidad de la biblioteca. Profesor Coordinador de Carrera, (...) Akio".
Rector: Ese curioso, pero la autorización con su firma tiene exactamente la misma letra.
Akio: Sí, mire. Yo se lo puedo explicar, lo que pasa es que...
Rector: Por favor, discúlpeme profesor, pero no hay nada que explicar. Hay más que esto. *Éste le indica al docente otra nota escrita que decía "Un regalo secreto para ti"* Ahorre cualquier comentario. Por favor.
Dentro de la nota escrita abrió la hoja y le correspondió las respuestas correctas del examen dado ayer, esto lo agravó más la continuidad del facultativo.
Akio: Bueno, yo tal vez me equivoqué. Pero yo lo único que quería era ayudarla, apoyarla.
Rector: No quiero escuchar más, profesor. Estás despedido.
Evidentemente, el pobre académico no sólo le costó su empleo que dio vocación institucional, sino su propia vida en juego que, para el final de esta historia sabrán qué fue lo que pasó realmente. Efectivamente sería su última vez y ya no aparece más en este capítulo hasta el final de esta.
Shizuku sabía que tenía evidencias claras para defender su denuncia, pero jamás pensó que el director de la carrera la hubiese apoyado tanto al punto de despedir inmediatamente a Akio; con ese aliciente fue a visitar a sus viejas amigas.
Shizuku: ¡Hola chicas!
Mia: ¡Hello Shizuku! Pensamos que te habías arrepentido.
Shizuku: ¿Cómo se le ocurre? Si estaba enferma por venirme acá.
Shioriko: Oye. ¿Es idea mía o estás más flaca? Mira.
Shizuku: ¿Cómo que flaca?, si en época de exámenes engordo como puerca.
Mia: Bueno, vamos andando, debes estar cansada. Súbanse, let's go.
La vuelta a la casa de campo estival de Shizuku durante estas cortas vacaciones de una semana prácticamente era un acontecimiento muy esperado en la comunidad, lisa y llanamente porque ella era muy querida por todos. No obstante, Shizuku se hizo así misma la promesa de no contarle a sus amigas de preparatoria lo sucedido en Tokio para no preocuparlos, sobre todo ya que el problema se había resuelto en forma satisfactoria.
Ella llegó con ganas de descansar, de conversar con la gente y de ver a sus amigas, particularmente a Kasumi quien es siempre su fiel compañía cuando la actriz viene al campo; cuando estudiantes, Kasumi y Shizuku tuvieron un fugaz noviazgo, hecho que a ella le da cierta autoridad para plantearse de otra manera.
Kasumi: Bueno, y como ves todo sigue igual por acá.
Shizuku: Parece que el tiempo no pasara aquí en la casa de campo veraniego.
Kasumi: ¿Oye, y te acostumbras?
Shizuku: ¿A Tokio? Mire, me encanta allá porque aquí crecí, pero la vida está allá.
Kasumi: No te entiendo es ahí.
Shizuku: Eso, allá están las oportunidades, el trabajo, el futuro.
Kasumi: ¿Y el amor?
Shizuku: No seas tonta, no me refería eso. Tú también debieras irte.
Kasumi: No, este va a ser siempre el lugar.
Shizuku: Pero somos jóvenes, tenemos derecho a crecer.
Kasumi: ¿Y acaso no podemos hacer acá?
Shizuku: Sí también, pero ya no hay límite y aquí sí.
Kasumi: O sea, que todo lo que hablamos antes que te fueras a Tokio no corre.
Shizuku: No es eso, Kasumi. Esa era la promesa de pubertad, ahora ya no vale mucho.
Kasumi: Ya. Dime una cosa, ¿andas saliendo con alguien?
Shizuku: A ver, perdón. ¿Qué pasa, Kasumin?
Kasumi: Contéstame quieres.
Shizuku: No, no estoy saliendo con nadie, no me parece bien que tomes estas atribuciones, nosotras no somos parejas. Somos amigas.
De noche, Shizuku, Mia y Shioriko cenan un suculento platillo, cortesía de Rina quien fue la que preparó aquella comida bajo en grasas y calorías.
Rina: Te lo hice especialmente para ti.
Shizuku: ¿Cómo supiste que este era mi plato favorito?
Rina: Ah, cuando uno quiere alguien no se olvida nunca de lo que le gusta, pero vas a comer todo.
Shizuku: Gracias. Ya, vamos a poner empeño. *Sale Rina de escena*
Shioriko: La verdad es que te quería ver entregado otra cosa, pero ella insistió había que dejarla, ya.
Shizuku: Pero no importa, está exquisito. Además, en la pensión como pura comida local.
Mia: Bueno, pero tú tienes dinero para comer en la universidad. ¿Cierto?
Shizuku: Sí, pero en la universidad comen mal, pura comida chatarra y eso engorda.
Mia: No, no, no. ¿No me digas que estás a dieta?
Shizuku: Algo parecido.
Mia: Tenemos un problema, ¿viste? Es que la gente que te quiere y la que está esperando te va a hacer una fiesta de comida, tú sabes que lo primero que vas a hacer es una oveja encima de la parrilla, como Kanata.
Shizuku: A ver, pero yo no he dicho que estoy comiendo. Dije que estaba comiendo menos y yo no como como puerca.
Shioriko: Te veo y no lo creo.
Mia: ¿Y cuánto tiempo te va a quedar con nosotras?
Shizuku: Yo creo que, como unos seis días más o menos. ¿Por qué dices eso?, yo siempre estudio, es que este año tengo que hacer práctica teatral.
Mia: ¿Y eso qué significa?
Shizuku: Me tengo que quedar en Tokio, acá no puedo hacer nada. ¡Oh! Exquisito.
Sin duda este fue un día muy cansadora, pero la recepción de la gente y de sus amigas la alentó a mantenerse en pie hasta altas horas de la noche. Todo irradiaba paz y alegría para esta joven; no obstante, ignoraba que una misteriosa mirada la observaba con particular interés y no con muy buenas intenciones.
En plena lluvia, ella tenía un presentimiento desde el corredor del segundo piso de la casa como si alguien lo siguiera y no había nadie. Durante la siesta, un ser imaginario abrió la puerta del cuarto de la actriz como si se tratase de un fantasma; posteriormente manoseó debajo del pijama de la muchacha tocando en los pechos de aquella y se despertó asustada en la madrugada con un grito sin razón aparente.
Shizuku había sido víctima de una sensación tan inexplicable como espantosa, una mano había recorrido en su cuerpo y no logró percibir de quién se trataba, Kasumi hizo una profunda investigación entre sus pares.
Mia: Ay, no entiendo. Realmente no entiendo, hablé con todos (los empleados) y ninguno lo vio.
Shioriko: ¿Sigues pensando que pudo ser un extraño?
Mia: Ah sí, por supuesto. Te cabe la cabeza que alguien de la gente que trabaja con nosotros sería capaz de hacer una cosa así. ¿No es cierto?
Rina: Perdone que me metan, chicas, pero yo le encuentro toda la razón. Los trabajadores de aquí la conocen aquí desde que nos graduamos.
Shizuku: No puede haber sido un trabajador, Shioriko.
Shioriko: Pero, ¿cómo lo puedes asegurar, Shizuku?
Shizuku: No sé, tenía una mano suave.
Mia: Sírveme un café, por favor.
Rina: Perdone, es que con esto tengo la cabeza en la luna. ¿Café me dijo?
Mia: Sí con leche. La conclusión en la que llegamos con nuestro sirviente es que la persona que te hizo esto te tiene que conocer muy bien.
Shizuku: ¿Y por qué piensa eso?
Mia: En primer lugar, sabe cuándo llegaste y también sabe dónde queda tu dormitorio.
Shioriko: ¿Y cómo supo de eso? Si según tú no trabajarías con nosotras.
Shizuku: Ay, chicas.
Mia: No sé, lo hay que averiguar, pero yo no soy policía. ¿No?
La noticia corrió como reguero de pólvora en la zona, todos tenían sus teorías, pero nadie sabía con exactitud quién había sido el tipo que atacó a Shizuku. Sin duda, la situación era incómoda para esta joven, pero Kasumi se sentía la más ofuscada; se había hecho el propósito de despedir de inmediato al responsable, pero a esas alturas lo más probable es que se tratara de un vecino de otro sector.
Shizuku: Primera vez que me pasa algo así.
Kasumi: Pero tú sabes cómo son los extraños buenos para celebrar. A lo mejor algún allegado borracho que aquí se hizo el gracioso.
Shizuku: Sí, pero que no es gracioso. No sé, por último, hubiera sentido el olor a alcohol.
Kasumi: En todo caso, con el escándalo que armó Mia no creo que vuelva a pasar.
Shizuku: ¿Por qué nos trajiste acá?
Kasumi: Eh nada, que tenía que revisar unos cercos. ¿Por qué? ¿Acaso no te gusta?
Shizuku: Sí, cuando estudiaba antes de Nijigasaki, me sentía sola siempre venía allá. Podía pasar horas mirando este lugar.
Kasumi: ¿Y ahora? ¿Te sentís sola?
Shizuku: ¿Qué? No, ahora estoy contigo.
Kasumi: Tú sabes a qué te refiero.
Shizuku: No nos pongamos densos, Kasumi.
De repente, "Kasukasu" toma de los brazos de Shizuku manoseando en el pecho y esta estudiante, bajo un raro presentimiento se ve intimidada recordando aquella vez que aconteció.
Shizuku: Suéltame.
Kasumi ¿Qué pasa?
Shizuku: Vámonos.
A pesar de la situación de alerta que se creó en el sector, los más allegados a la junta de amigas y prácticamente todos los fanáticos de las idols, muchos de ellos que la conocen desde Nijigasaki se congregaron en la bienvenida. Por supuesto, nadie habló del asunto durante la fiesta; por su parte Shizuku no podía olvidar aquel incidente, lamentó que su mejor amiga Kasumi la hubiese tomado con sus manos generando una situación tan parecida la que vivió con aquel tipo noctámbulo que la violentó durante sus sueños.
Shizuku: *Recibiendo a un vecino anciano en plena fiesta* Siéntese como en su casa.
Durante la noche esta joven llegó a convencerse que todo pudo haber sido producto de su imaginación debido al cansancio del viaje.
En el baño, Shizuku ponía un camisón transparente que se mostraba toda su ropa interior blanca; antes de cepillar sus dientes alguien abrió la puerta creyendo que era el viento y en cierto momento, la segunda apertura fue ferozmente atacada siendo abusada sexualmente por aquel ser imaginario. ¿Será un fantasma o algo así?
Shizuku: ¡Ayuda! ¡Suéltame por favor! ¡MIA!
Mia: ¡Shizuku! ¿Qué pasó?
Shizuku: ¡Me volvió a atacar, Mia-senpai!
Mia: ¡¿Te hizo algo?!
Shizuku: *Sollozos* No, no.
Mia: Por aquí se arrancó. Ven, cálmate. ¡Te juro, te juro que voy a encontrar! Tranquila.
AL DÍA SIGUIENTE
Mia: Bien. Se lo prometí a Shizuku y ahora se lo repito a ustedes. ¡Esto no se va a quedar así! *Apunta a todos los empleados*
Sirviente: Yo no he sentido nada, patrona.
Mia: Ah, ¿y ustedes tampoco? Está claro entonces, eso significa que perfectamente bien puede ser una persona que trabaja aquí. A ver, muéstrame las palmas de las manos. *Ninguno de ellos tenían signos de marcas o heridas y todos con manos limpias* Bueno, vuelvan al trabajo.
EN EL VESTÍBULO DEL HOGAR
Rina: Shioriko, ¿usted no cree que puede haber sido un ladrón? Hay gente con tanta necesidad por aquí que puede hacer cualquier cosa para llevar un poco de dinero para la casa.
Shioriko: Lo pensé anoche, pero no se robaron nada y eso me tiene muy preocupada.
Rina: ¿Por qué tuvo que darle con Shizuku? Digo yo, ella no se merece todo esto.
Shioriko: ¿Te puedo hacer una pregunta?
Rina: ¿Y quién soy yo para no escucharla, Shioriko?
Shioriko: Pero eso tiene que quedar entre nosotras dos.
Rina: Es una pregunta tan rara.
Shioriko: ¿Quién sabe de Kasumi?
Rina: Bueno, la conozco antes que usted.
Shioriko: ¿Tú crees que Kasumi todavía ande detrás de Shizuku?
Rina: ¿Usted cree que Kasumi-chan...? Ay no, ella no sería capaz de semejante cosa.
Shioriko: No he dicho que sea de ella, pero hay que fijarse en todo. ¿No te parece?
Rina: El tablero de Rina-chan dice: Preocupación.
Mientras tanto, Shizuku estaba en el establo acariciando equinos que posee en aquella casa de campo, de la nada reaparece Kasumi con cara de pocos amigos enterada de los acontecimientos.
Kasumi: Qué bueno que te encuentro.
Shizuku: ¿Y quién te contó?
Kasumi: El mayordomo le contó a Mia.
Shizuku: Sabes, no quiero hablar más de eso.
Kasumi: Si esto parece una pesadilla.
Shizuku: Es qué es una pesadilla, no entiendo porque está pasando a mí.
Kasumi: ¿Acaso crees que puede ser personal?
Shizuku: Sí, no sé, como si alguien estuviera siguiendo.
Kasumi: ¿Cómo? ¿Acaso te pasó lo mismo en Tokio? Shizuko, tú dijiste que no tenías a nadie.
Shizuku: No tengo a nadie y no tengo ninguna relación sentimental si es que eso te preocupa.
Kasumi: Pero si antes alguien te podía estar siguiendo.
Shizuku: A ver, sabes qué, olvídate todo lo que te dije. ¡¿Por qué alguien me tendría que seguir, Kasumi-senpai, tendría que ser un enfermo?!
Kasumi: ¡Pues tendrías que tener buenos motivos para hacerlo! *Le toma los brazos a ella* Disculpa, disculpa. Yo, a veces pienso que puede haber un hombre en tu vida y siento celos.
Shizuku: ¿Celos de qué?
Kasumi: ¡Porque te amo! Acaso no te das cuenta. Shizuko, ya hablé con mi familia y aceptó ayudarme.
Shizuku: ¿De qué estás hablando?
Kasumi: De casarnos, de formar una familia.
Shizuku: ¡No, Kasumi! ¡No! ¡Nosotras tuvimos algo cuando éramos estudiantes idols! ¡Ahora somos amigas, entiendes eso! -Se enfadó la ojiazul yendo del establo.
En la cena, las chicas están desconcertadas de ese incidente planteando medidas drásticas inexplicables. Ninguna de ellas tenía apetito.
Mia: ¿Qué hiciste en la tarde?, no te vi.
Shizuku: Anduve a caballo.
Mia: Sabes que no puedes andar a caballo sola porque me preocupa eso.
Shizuku: No, no gracias.
Rina: Pero si no has comido nada y lo hice especialmente para usted.
Shizuku: No tengo apetito, gracias.
Rina: Le traigo un poquito de leche nevada, eso le va a hacer bien.
Shizuku: De verdad no tengo hambre, Rina. Gracias.
Shioriko: No quiso que hicieran la cama en su dormitorio.
Shizuku: ¡Shioriko, no quiero incomodar más!
Mia: ¿Pero de qué incomodidad está hablando? Por favor, Shizuku. Es más, en todo caso yo le dije al sirviente que se quedara con los perros y con una escopeta en la mano frente a tu dormitorio durante toda la noche y punto fijo.
Shizuku: Pero eso es injusto, él tiene que dormir, Mia.
Mia: Yo le di el día libre mañana, ¿de acuerdo? Además, es la única manera que tenemos que descubrir el degenerado dices.
Shioriko: Así es Shizuku y te advierto una cosa, si esto vuelve a pasar mañana a primera hora hago una denuncia en la policía.
Mia: Tampoco tengo ganas de comer.
Esa noche, el sirviente hacía guardia con escopeta en la mano y los perros sueltos afuera nada hacía presagiar la llegada del supuesto individuo que lo acecha; este ser imaginario reaparece como fantasma ignorando los ladridos de aquellos animales y del paso del empleado entró sin rastro alguno y procede a manosearla, desvestirla y hasta abusar de Shizuku quien estaba dormida. Lamentablemente, el acto fue bestial: al despertar la amordazó tomando de las muñecas y le tapó la boca como si la violaran; el sujeto le dio una golpiza a ella y esta llama a su empleado.
Shizuku: ¡Ayúdame! ¡NO!
El sirviente vio cómo la estudiante universitaria se movía sola semidesnuda, él divisaba pared a pared, lado a lado sin haber visto un rastro del supuesto ser mientras ese fenómeno seguía atacando a la pobre ex idol clamando ayuda; minutos más tarde fueron alertadas todas las chicas ante la confusa situación dejando a Shizuku con señales de violación y un ojo morado en su ojo izquierdo.
Shioriko: Mira cómo te dejaron.
Mia: Y a usted no te dejé cuidando la puerta, seguro te quedaste dormido.
Shizuku: No lo regañes, Mia. Él entró apenas me escuchó gritar. Éste lo vio encima mío por eso él se fue.
Mia: ¿Pero no me dijiste que no habías visto a nadie?
Shioriko: Lo extraño es que no escuché ladrar a los perros.
Mia: Ah bueno, seguramente esa "mierda" entró por la ventana y como los perros estaban todos aquí adentro.
Sirviente: No, patrona. Estaban conmigo afuera, como usted mandó.
Rina: Estas compensas le van a servir. Disculpe Shizuku, ¿pero usted cree es el mismo hombre que lo atacó?
Shizuku: Él mismo, Rina. No alcancé a ver la cara, pero la misma sensación.
Shioriko: Mañana a primera hora vas a poner una denuncia a la policía.
Shizuku: No Shioriko, no es necesario.
Shioriko: Pero, ¿cómo qué no? Cómo es posible como un psicópata entre en la casa. ¿Cómo se le ocurre? ¿Qué vamos a esperar a que te mate?
Shizuku: No, pero mañana me voy a Tokio. Si esta persona vino por mí ya no voy a estar. Mañana me voy a dar sin ustedes y se acabó el tema.
Estas frases de la actriz novata suenan como una suerte de despedida silente y aterradora.
Esta vez el ataque de aquel hombre no solo afectó a Shizuku, sino prácticamente a todos, ya que logró evadir sin problema a los celadores y en un acto que, dada la situación más bien parecía una burla. Quizás fue esta la razón que motivó a esta joven a regresar antes de tiempo a Tokio.
Shioriko: ¿Le llevaste el desayuno?
Rina: Dormía como un lirón, no me atreví a despertarla.
Mia: Sé lo que más me molesta es ese maldito dammit se ría nuestra propia cara.
Rina: Y menos mal que la cosa no pasó a mayores.
Shioriko: ¿Qué querrá?, eso lo tiene enferma.
Mia: Pero que no te das cuenta. Mira, yo al principio pensé que se trataba de un amor platónico, algo así, pero no ahora estoy convencida de que esto es una venganza.
Rina: ¿Venganza? Ay caray. Mia-san, si Shizuku-chan no puede haber hecho nada malo, ella es incapaz de hacerle daño a nadie.
Mia: ¿Y qué pasa si alguien le pidió noviazgo, compañía o casamiento y ella se negó?
Shioriko: ¿Tú crees?
MÁS TARDE…
Shioriko: Rina, dime la verdad. ¿Hablaste con el sirviente? Yo estoy segura que lo vio y como no reconoció no lo quiere denunciar.
Rina: Sí Shioriko, hablé con él. Usted sabe que el sirviente ni toma ni fuma.
Shioriko: Por eso qué tiene que ver con lo que estoy diciendo.
Rina: Que no anda viendo visiones.
Shioriko: Por eso pienso que está protegiendo a alguien.
Rina: Shioriko, dice que él entró al dormitorio de Shizuku en cuanto lo vio ahora y al encender la luz vio que ella se defendió de alguien.
Shioriko: O sea que tengo razón, ¿él no vio?
Rina: Pero dice él que Shizuku peleaba sola, por eso él no sabía qué hacer porque con ella no habría nadie.
Shioriko: ¿Tú estás pensando que yo lo voy a creer esas tonterías? Él se olvida que yo también nacía allí. Son puras excusas, nada más.
Rina: Ay Shioriko, es que si usted supiera las cosas que cuentan en el campo.
Shioriko: Ya Rina, yo no voy a seguir escuchando estupideces, le dices a el sirviente que si yo descubro que se quedó dormido o que esté encubriendo a alguien que se dé por despedido.
Rina: El tablero de Rina-chan dice: Decepción.
A pesar del interés de toda la familia y de las amigas de Shizuku, aquel hombre no pudo ser identificado ni tampoco dejó huellas. Claramente esa presencia misteriosa que atacó reiteradamente a la joven se enquistó en el alma popular e hizo crecer el mito de fuerzas malignas en el campo. Antes de partir a Tokio, Shizuku quiso hablar con Kasumi.
Kasumi: ¿Por qué me mandaste a llamar?
Shizuku: No quería irme sin despedirme.
Kasumi: ¿Te vas?
Shizuku: Mañana entro a clases.
Kasumi: Entiendo.
Shizuku: Mira, perdona si fue un poco dura contigo, Kasumi, Yo que aquí con la verdad por la vida y quiero que sepas que no te quiero perder como amiga.
Kasumi: Bueno, ya que estás hablando con la verdad, yo no quiero ser tu amiga.
Shizuku: ¿Te das cuenta lo que estás diciendo?
Kasumi: Perfectamente. Yo no creo nada en eso de la amistad entre el hombre y una mujer.
Shizuku: Pero, ¿qué hemos sido si no entonces?
Kasumi: Bueno, para mí tú eras... no sé, eras mi amor. ¿Te fuiste haciendo eso? Yo me quedé aquí esperando que volvieras y para que estuvieras juntas para siempre.
Shizuku: No, Kasumin no, no te estás pasando demasiado serio. Eso lo que tú pensabas, para tener una relación se necesitan dos. Qué cuando me fui a Tokio te dije y cuando me iba, ahí mismo se acababa todo.
Kasumi: No sé si para ti es fácil decirlo.
Shizuku: ¡No Kasumi, no es fácil! No te da cuenta la pena que me das saber que no has madurado lo suficiente para saber que vamos por caminos distintos.
Kasumi: Mira, ojalá que no te arrepientas.
Shizuku: ¿Qué te pasó en la mano?
Kasumi: Eso a ti no te incumbe. *Se aleja despreciada*
LUNES
El regreso a clases en cierto modo permitió que Shizuku se olvidara o, mejor dicho, aminorara su preocupación por lo sucedido. Si bien ella tenía muchísima confianza en Ayumu y Kanata, no se atrevió a contarle lo que había sucedido en el campo.
Pero, aunque ella creyó que evadiendo el problema todo se acababa tuvo que distraer más energías aún, ya que aquel misterioso personaje que la acosaba continuó su escalada de terror.
Su felicidad se agotó antes de tiempo: cuando iba a buscar sus cosas en su casillero luego de separar de sus compañeras, ahí salió de la nada un papel en el suelo. Al recoger tenía una nota impresa que redactaba: "Shizuku-chan, te he esperado mucho tiempo, y ya es hora que me acompañes en mi mundo, te vendré a buscar". La ojiazul estaba amenazada nuevamente.
Esta nueva y misteriosa misiva más provocativa que el anterior le dio las primeras luces a esta mujer sobre su profesor, quién presumiblemente habría vuelto al ataque, o mejor dicho incluso, pudo hacer aquel visitante nocturno en casa de sus amigas. El solo pensar en aquella posibilidad llenó de pánico a esta estudiante.
Sin duda esta vez, el profesor habría tomado algunas providencias: escribió un mensaje en computadora para no correr riesgo de ser encontrado como la vez anterior, pero Shizuku quiso ir más allá y enfrentarlo, estaba dispuesta a correr todos los riesgos con tal de terminar esta pesadilla. Ella esperó no ser vista y fue hasta la administración del afán de encontrar el domicilio de su ex profesor.
DE NOCHE
Esta vez Shizuku también tomó precauciones y tuvo la buena idea de dejar una constancia en la policía metropolitana como víctima de una flagrante amenaza. De aquel cuartel policial se dirigió a la dirección de Akio con la íntima esperanza de encontrar algún testimonio que le sirviera de evidencia para señalar al culpable; ciertamente tenía miedo, pero también la certeza de que sólo ella podía llegar a la verdad. Shizuku, una vez más no comunicó a nadie sus movimientos y solo la convicción que estaba bien orientada por su íntima intuición le permitió no echar pie atrás.
Shizuku: *Marcando su teléfono móvil* Hola, buenas noches. Hace una hora fui a dejar una constancia con una carta anónima de la que me amenazaba, sí, sí claro. Osaka Shizuku. Sí entiendo, lo que pasa es que di con la dirección de la persona que me escribió, absolutamente segura que es esta persona; esto es (...) departamento 222. Ok, yo lo esperó acá, ¿ya? No se demoren, gracias. *Cuelga la llamada*.
Hasta ahí todo estaba bien, una oportuna constancia y la compañía de la policía serían sus mejores aliados para dar con la captura del presunto culpable. Pero algo más allá de su razón empeoró el escenario y la condicionó a continuar sola con aquella investigación, fue así como Shizuku, alimentada también por su natural curiosidad fue en busca de aquel misterioso atacante.
La pelicastaña ingresó al edificio sin que nadie lo vieran y fue al departamento con la cerradura abierta, al entrar la habitación estaba oscura y deshabitada, pero un vuelco inesperado causó el inicio de su fin: la puerta se cerró sola con ella adentro y nadie sabe nada que fue lo que pasó.
Como era de esperar la policía no tardó en acudir al llamado de la joven, por cierto, se extrañaron de no verla en la puerta y como tenía los datos supusieron que la encontrarían en su interior. Fue aquí donde su olfato policial les hizo suponer que la joven podría estar en problemas.
Sin embargo, ese fue el comienzo de un hecho particularmente increíble, Shizuku tampoco se encontraba en la puerta del departamento y todo se hacía pensar que habría entrado.
Los policías abrieron la puerta del departamento que no estaba sin cerrojo, la habitación está oscura y ellos usaron sus linternas; recorrieron cada cuarto solo con muebles intactos y en uno de ellos había algo entre unas cajas y un camarote: hallaron muerta a aquella protagonista de esta historia boquiabierta y con las pupilas dilatadas de sus ojos azules abiertos. Ya era demasiado tarde y se desconoce cómo falleció realmente.
El rostro del cadáver de Shizuku dejó anonadados a los policías quienes no solo encontraron horrible y gratuito el crimen, sino que no hallaron al culpable en su departamento, porque habían llegado a juzgar por los exámenes periciales algunos minutos tarde al tormentoso acto criminal.
Inspector Shiratori: (...) llama a la Central y diles que se terminó el procedimiento. ¿Ah?
Policía: Sí, señor.
Inspector Shiratori: Eh, disculpe señora. Que el detective Takagi lleve las muestras al laboratorio rápido. Señora, quisiera hacerle una pregunta. ¿Usted sabe quién vive en el departamento 222?
Vecina: Sí, lo conocí. Murió hace dos semanas.
Inspector Shiratori: ¿Murió? ¿Y cómo se llamaba?
Vecina: Se llama Akio, no recuerdo su apellido, pero él era profesor.
Inspector Shiratori: ¿Vivía solo?
Vecina: Sí, vivía solo, era muy buena persona. Lo echaron de la universidad y se encerró dos días en su departamento y, se suicidó.
Inspector Shiratori: ¿Está segura?
Vecina: Sí, yo misma llamé a la misma policía uniformada, el olor se sentía en todo el piso. Lo encontraron muerto, se ahorcó.
Forense: Permiso. *Les da espacio a ellos mientras cargaban el cuerpo sin vida de la actriz protagónica envuelta en un saco*
El caso que pareció simple para el inspector Shiratori ya que tenía identificado perfectamente al supuesto criminal tomó un giro inesperado: luego de cerciorarse que él había muerto días antes. Se hicieron todos los esfuerzos para encontrar al culpable, pero este desapareció como si se lo hubiese tragado la tierra.
Para muchos, incluso para la familia este es un caso policial; sin embargo, para Shizuku y quienes leyeron los expedientes perfectamente se podría tratar de un ser imaginario. Podemos estar de acuerdo o no, pero no hay razones para que el victimario hubiese estado allí esa noche, tampoco dejó huellas y lo que es más no volvió a aparecer. Por cierto, usted se podría encontrar con él "El día menos pensado".
Trivia: El Inspector Shiratori de Detective Conan apareció esta vez como cameo.
Continuará...
