Aqui les dejo mi nueva adaptación espero les guste.
**Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer
La Historia le pertenece a M. K. Eidem de la Serie Tornians.
Capítulo Ocho
Silenciosamente, Edward cruzó la habitación hasta donde estaba Bella frente a una ventana, incapaz de creer lo hermosa que era y que era suya. Su piel pálida y cremosa brillaba a la luz de las lunas de Lua, pero sabía que esa no era la única razón. Su Bella tenía una verdadera belleza interior que brillaba más con su floreciente tamaño. Deslizando sus brazos alrededor de ella, la atrajo suavemente contra su pecho.
—Ahí estás—, murmuró ella.
—¿Por qué no estás en la cama? —
Las chicas se habían ido a la cama hacía horas. Él y Bella habían estado pasando una noche tranquila juntos hasta que Sam lo contactó. Su capitán descubrió cristales de energía más deficientes y Edward quería verlos antes de informar a James.
Esta vez su hermano había recogido inmediatamente su comunicador. James le informó que también se habían encontrado cristales inferiores en las tiendas de la Casa Voltrio. Había notificado personalmente a todos los señores del imperio y al emperador Kaliszian, el emperador Marcus. Su conversación había tomado más tiempo de lo que Edward había anticipado, y esperaba que su Bella se hubiera ido a la cama en su ausencia.
—Las lunas me llamaron—, le dijo ella, sus manos cubriendo las de él sobre su estómago mientras se recostaba en su abrazo.
—No pasará mucho tiempo ahora—.
—¿Necesito llamar a Rosalie? — preguntó bruscamente.
—No—, dijo ella, inclinando su cara hacia la de él. Tu hija nos avisará cuando esté lista. Sin embargo, tenemos que decidir un nombre.
—¿Se les han ocurrido a las chicas alguno nuevo? — preguntó, besando suavemente sus labios. Le encantaba escuchar sus sugerencias. Le fascinaba aprender cómo funcionaban sus jóvenes mentes.
—Joy y Star fueron los de hoy—.
—Nombres interesantes—.
—Sí. —
—¿Son comunes en la Tierra? —
—No diría comunes, pero se usan—.
—Nuestra hija debería tener un nombre poco común. Uno que refleje el regalo que realmente es y lo adorada que será—.
—Bueno, Adora es un nombre de niña en la Tierra—.
—Adora...— Murmuró Edward y su hija no nacida pateó bajo sus manos. —Parece que le gusta—.
—Entonces, ella lo hace—, estuvo de acuerdo Bella. —Entonces, Adora. Adora... ¿qué?
—Seren—. En el momento en que lo dijo, Edward supo que tenía razón.
—¿Seren? — Bella lo miró confundida.
—Es el nombre de la estrella donde se cree que reside la Diosa, ya donde van los dignos cuando mueren. Tú, las niñas y Adora son un regalo de Mike y la Diosa. Por lo tanto, parece apropiado que nombremos a nuestra hija por el lugar donde se encuentra—.
El corazón de Bella se apretó con fuerza. Que Edward no solo reconociera, sino que incluyera a Mike en esto... Había amado a su primer esposo con todo su corazón.
Si no hubiera sido por sus hijas, no estaba segura de haber tenido la voluntad de seguir viviendo. Entonces Edward entró en su vida, gracias al trato que Mike había hecho con la Diosa, y ahora ella y las chicas volvían a ser felices, y una nueva vida estaba a punto de comenzar.
—Adora Seren Masen, — Bella susurró el nombre completo por primera vez.
— Princesa Adora Seren Masen—, corrigió Edward, y la princesa pateó de nuevo, causando que Bella se riera.
—Bueno, supongo que eso está resuelto entonces—.
—Entonces ven. — Edward la guió lejos de la ventana. —Es hora de que descanses—.
OOOOO
Bella hizo una mueca y trató de encontrar una posición más cómoda sin molestar a Edward. Si intentaba alejarse de él, se despertaría al instante y se preguntaría si necesitaba llamar a Rosalie. Tendrían que hacerlo pronto, pero no todavía. Todavía tenían tiempo. Ese fue su último pensamiento mientras se quedaba dormida.
Tiempo.
OOOOO
—Bella. ¡Bella!—
Bella se levantó del sofá, su mirada absorbiendo todas las lecturas en los monitores antes de correr al lado de su esposo.
—¿Qué pasa, Mike? ¿Estás adolorido? ¿Necesito llamar al Dra. James?
—No. — La voz de su marido era un murmullo bajo y áspero.
—¿Y qué? — Su mirada recorrió el rostro del hombre que amaba. No era el mismo del que se había enamorado debido a la enfermedad que asolaba su cuerpo, pero eso no importaba. Élera el mismo. El mismo hombre amoroso y cariñoso con el que se había casado.
Él la miró a la cara como si quisiera memorizar sus rasgos. —
Solo quería más tiempo—.
—¿Qué? — Bella acarició su cabello, retirando los mechones de su pálida frente.
—Solo quería más tiempo contigo, pero es egoísta de mi parte—.
—No. No, no lo es. Yo también quiero más tiempo contigo. Y lo tendremos. Tú. Yo. Y las chicas.
Pero si no lo hacemos, quiero que me prometas que irás a buscar a otra persona. Alguien que te quiera a ti y a las chicas tanto como yo.
Bella tragó saliva y las lágrimas obstruyeron su garganta. —Eso no va a pasar porque te amo, Mike—.
Su sonrisa tembló en los bordes. —Lo sé, y también te amo, pero eso no significa que no puedas amar a alguien más algún día—.
—No. — Ella fue a ponerse de pie, pero él la agarró del brazo con una fuerza que la sorprendió.
—Sí. Tú y las chicas son mis tres hermosos ángeles. No hay un hombre en el mundo que no se considere bendecido por ser amado por ustedes tres.
Deja de hablar así, Mike. No me voy a enamorar de otra persona. No hay nadie más. No para mí. —
Necesito que me lo prometas, Bella. Necesito saber que si no supero esto, no estarás sola y afligida por el resto de tu vida. No puedo soportar la idea de eso. Me perseguiría más allá de la tumba—.
—Oh, Mike…— No pudo evitar el sollozo que se elevó o sus lágrimas escaparon.
—Ven aquí, bebé. — Él abrió los brazos y, después de bajar la baranda, ella se subió a la cama con él. Con cuidado de no perturbar ninguna línea o tubo que lo conectara a las máquinas que lo monitoreaban, se acostó y trató de ahogar un sollozo. — Shh, no llores. Voy a luchar con todas mis fuerzas para vencer esto. Pero necesito tu promesa de que al menos lo intentarás, y sé que estaré bien con quien sea, siempre y cuando lo encuentres digno de ti y de las chicas.
—No puedo…—
—Puedes. Prométemelo, Bella.
Soltando un suspiro tembloroso, finalmente susurró: —Lo prometo—.
OOOOO
—Gracias por cumplir tu promesa, mi amor.
Bella se enderezó para encontrar a Mike de pie a los pies de su cama. Tenía el mismo aspecto que tenía antes de que el cáncer arrasara su cuerpo. —¿Mike? —
—Hola, cariño—, dijo Mike con la sonrisa infantil que había capturado su corazón por primera vez hace tantos años.
La mirada de Bella pasó rápidamente de Mike a Edward, acostado a su lado, profundamente dormido, y luego de regreso a Mike.
¿Qué está pasando?
—Solo quería verte por última vez. Para asegurarme de que la Diosa estaba diciendo la verdad. Que realmente eras feliz con el hombre que ella había elegido para ti.
—Macho—, corrigió Bella automáticamente.
—¿Qué? —
—Los Voltrians usan el término 'masculino'—, le dijo.
—Ya veo. Entonces, este macho…—
—Edward—, ella suministró ante su mirada incitadora.
—Edward. — La mirada de Mike fue a su estómago distendido.
—¿Y te estás llevando tan bien como parece?
Bella no pudo evitar sonrojarse mientras se frotaba el estómago. No podía creer que estuviera discutiendo esto con su difunto esposo.
—Sí. Edward me trata muy bien. Él ama a las chicas y moriría por ellas, y ellas también lo aman. Lo llaman 'Manno'. La palabra Voltrian para 'padre' o 'papi'—. Ella vio un leve destello de dolor pasar por sus ojos y rápidamente continuó. Pero eso no significa que te hayan olvidado. Mantienen una foto tuya en una mesa al lado de su cama. Hablamos de ti todo el tiempo.
Con la mirada sombría, dijo: —Es bueno que lo amen. Es lo que quería.
—Eso no significa que te quieran menos—.
Su sonrisa era amable, la expresión triste se desvanecía. —Lo sé, y está bien. ¿Tú qué tal? —
—¿Yo? —
—Te conozco, cariño. Harás lo que sea necesario para proteger a tu familia, incluso si eso significa sacrificarte a ti misma. ¿Es eso lo que has hecho aquí?
—¡No! — ella inmediatamente negó y luego enmendó. — Bueno, puede haber comenzado de esa manera, inicialmente, pero cambió rápidamente. Lo amo, Mike. No como te amaba a ti, pero lo amo a él. Es un hombre honorable, digno que es tan amoroso y cariñoso como fuerte y poderoso. Las chicas y yo somos el centro de su mundo, y él hará lo que sea necesario para asegurarse de que estemos a salvo y felices—.
—Eso es todo lo que siempre quise. Lo que significa que es hora.
—¿Tiempo? —
—Para que me vaya para siempre, y para que tú comiences el resto de tu vida con tu nueva familia—.
¡No! No podía perderlo de nuevo. Bella se abalanzó sobre su mano solo para gritar cuando un dolor agudo le atravesó el estómago.
'Recuerda',la voz de Mike se volvió más débil a medida que se desvanecía. 'Siempre amaré a mis tres ángeles.Sé feliz,mi amor.
OOOOO
—¡Bella! — Edward se despertó al instante, su mirada buscándola. No necesitaba alcanzar los cristales de energía esta vez, ya que siempre los dejaba bajos desde su pesadilla. Rápidamente encontró a Bella acurrucada sobre su protuberante estómago, pálida y temblando. —¿Qué ocurre? —
—Es hora—, jadeó cuando golpeó otra contracción. Llama a Rosalie.
Edward saltó de la cama y corrió hacia las puertas de su cámara de descanso. Abriéndolas, rugió: —¡Rosalie! —
Corriendo de regreso al lado de Bella, se dejó caer de rodillas, agarrando la mano que ella le tendía. —¿Qué puedo hacer? —
Jadeó cuando la contracción se alivió y pudo respirar de nuevo.
—Solo quédate conmigo. —
—¿Dónde más podría estar? — preguntó, besando los nudillos de la pequeña mano que apretaba con fuerza la suya. —Eres mi mundo, mi Bella. Mi único amor, mi vida, el dueño de mi corazón.
— Levantando la otra mano, acarició su mejilla llena de cicatrices.
—Y tú eres mío, Edward—.
Vestida con pantalones de dormir holgados y una camiseta sin mangas de manga corta, Rosalie se apresuró a entrar en la cámara con una bolsa y con calma observó la escena. — Entonces, este bebé ha decidido que es hora, ¿verdad? —
—A lo grande—, rechinó Bella entre dientes cuando comenzó otra contracción. —No creo que ella vaya a esperar mucho—.
Manteniendo su agarre en su mano, Edward se deslizó detrás de su cuerpo tembloroso para sostenerla mientras Rosalie sacaba el escáner de mano. —¡Ayudala! —
—Lo haré, Edward, pero primero, necesito escanearla—. Rosalie se colocó al otro lado de Bella, levantó el escáner y frunció el ceño ante la lectura.
—¿Qué ocurre? — Edward exigió, preocupado de que estaba reviviendo su pesadilla.
—Nada—, le dijo Rosalie, su mirada nunca dejando el escáner. —Bella tiene razón. Tu hija está impaciente por nacer.
—Cuéntame sobre eso. — Bella se recostó contra Edward, con la frente y el vestido empapados.
—Aún no estás completamente dilatada, Bella. Va a ser un poco de tiempo todavía —.
—Maldita sea. —
—¿Mami? — Tres pares de ojos se dispararon hacia la puerta para encontrar a Carly y Annie de pie allí con ojos llenos de miedo.
—Mami está bien, bebés—. Bella trató de mantener el nivel de voz y darles la tranquilidad que necesitaban cuando comenzó otra contracción. —Tu hermanita acaba de decidir que está lista para nacer. Hemos hablado de esto. ¿Recuerdan? —
—Uh-huh, — susurraron, abrazando la puerta.
—¿Entonces qué vas a hacer? — Bella preguntó.
—Ve a la cocina con los guardias donde Ephraim tiene una sorpresa para nosotros—.
En ese momento, los guardias, que habían estado estacionados en las puertas exteriores del ala real, aparecieron detrás de las chicas, y Rosalie se levantó rápidamente para bloquear la vista de su reina.
Tanto la guardia completa de Edward como la de Bella llegaron rápidamente detrás de ellos. Aparentemente, el rugido de Edward se había escuchado en toda la Casa.
Tomando el control de la situación, Rosalie habló. —La reina Bella está de parto Liam y Embry, las chicas necesitan que las acompañen a la cocina. Ahora. —
Los dos guerreros tomaron rápidamente a las niñas en sus brazos y las sacaron del área mientras Billy entraba corriendo.
Rosalie lo dejó entrar en la cámara de descanso antes de dirigirse a los que quedaban.
—El resto de ustedes saben qué hacer. Así que hazlo. Una vez que se haya presentado a la princesa, se le notificará.
Con eso, cerró firmemente la puerta en todos sus rostros preocupados y volvió con su paciente.
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