—Anda... mira quien ha vuelto —se vuelve a él Gales.

—Hey, imbécil, ¿qué hay? —saluda Escocia.

—¿Ya lo echaste a perder todo?

—No!

—Hmmm... ¿Por qué no me lo creo?

—Porque crees que yo haría lo mismo que tú.

—Yo no echo a perder todo.

—Siendo tu vida la prueba más clara de ello...

Gales hace los ojos en blanco. Escocia se ríe.

—Pero me da que tú...

—Pues te equivocas.

—Claro, claro...

Escocia le fulmina y mira a Bélgica de reojo, que les mira, sin entender bien lo qué pasa, pero con curiosidad. Él le sonríe un poco y ella le sonríe un poco también, sonrojándose un poco.

—Ya veo... —suelta Gales.

What?

—Que no has hecho "nada".

—No lo he hecho, ¿a qué viene eso?

—A la cara de ensoñación.

Ojos en blanco del pelirrojo. Gales se ríe.

—Te has cambiado.

—Él que se ha cambiado eres tú.

—Yo me he cambiado de ropa, sí... Luxemburg muy amablemente me ha pedido que eligiera alguna en lo que estábamos aquí, para no estar lleno de barro.

—Ah, claro, ni te lo he dicho antes, pero a las personas les molesta lo que hacen los cerdos... —se gira al resto—. Disculpadle, no sale mucho y estas cosas no las sabe del todo.

—¡Si que salgo mucho!

Oui? ¿A dónde va la gente para divertirse?

Luxemburgo, por cierto, se ríe un poco

—¡Al bar o a jugar golf!

—¿A jugar qué? —pregunta Holanda y Escocia hace un gesto para que vea.

—No te preocupes, es un juego inventado de un libro de magos, consiste en poner una pelotita en un agujero con un palo mágico.

—¿Un libro de... magos? —pregunta Luxemburgo.

—No es un... ¡no es un palo mágico!

—Sí que lo es, porque de repente desaparece de la bolsa de mi caddie para aparecer en la del tuyo mágicamente.

—Ese fierro era mío.

—Eso es lo que pasa cuando le robas algo a otra persona, pero desgraciadamente te pillaron.

—Eso es lo que te pasó a ti.

—¿De qué estáis hablando? —les corta Holanda a falta de Irlanda asegurando que le meterá el palo en el culo a los dos como no se callen.

Gales levanta las cejas y Escocia carraspea.

—De... un... juego que jugamos en casa.

—Mejor hablemos de algo más —propone Escocia.

—De Belgium y la boda.

—What the hell?

—Es EL tema.

—¿Qué más quieres hablar de eso?

—¿Ya tienes toda la información que quieres?

—Pues... pregúntale tú.

—¿Yo? Nah, no creo que quiera decirme a mí. ¿Tú qué opinas, Belgium?

Todos la miran.

—¿A-A ti? —pregunta ella.

—¿Porque no iba a querer decirte a ti? —pregunta Luxemburgo.

—Porque yo no soy Alba.

—¿Y eso qué?

—Pues él tiene... privilegios especiales.

—A-Acabó de conocerlos a ambos, nadie tiene ningún privilegio —Bélgica se sonroja.

—Ahí lo tienes —Luxemburgo asiente.

—Bueno, has confirmado de alguna manera... ¿cuál sería la forma correcta para ti para que te pidan matrimonio? —pregunta Gales a Bélgica, sonriendo de lado.

—¿Cuál sería la forma en la que te gustaría a ti que te lo pidieran? —pregunta Bélgica de vuelta.

—A él no se lo piden, él pide —replica Escocia—. Así que probablemente lo sería que alguien le dijera que sí, para variar.

—O que alguien me lo pidiera, para variar —determina tan cínico.

—Ah, ¿sí? ¿Y cómo tendría que pedírtelo a ti ese alguien?

—¿A-A mí? —Gales se humedece los labios—. Quizás en un globo aerostático.

Escocia parpadea con eso.

—¿Qué es un... como has dicho? —pregunta Luxemburgo.

—¿En un... qué? —pregunta Bélgica a la vez

—Ahh... ugh —protesta Gales recordando que no están en una época de globos aerostáticos. Se rasca un poco la cabeza.

—Es una montaña en el norte —explica Escocia sin más ceremonia.

—Ehh... eso.

—¿En... una montaña? Bueno, supongo que puede ser bonito... aunque en las montañas hay lobos.

—El aire libre es peligroso, porque uno no se puede fiar del tiempo —comenta Holanda.

—Quizás bajo la lluvia sería romántico —asiente Gales, pensándoselo—. Empapados, riéndonos bajo la lluvia.

—Algo como eso no se puede preparar —sonríe Luxemburgo—. Sería una pesadilla para el novio cargar el anillo hasta una situación así.

Gales... le imagina, por un momento, todo mojado, cargando un anillo... un poco embobadamente. Y luego agita la cabeza pensando en Galia y alejando ese pensamiento de su cabeza.

Escocia traga saliva con esa idea, porque si ya le da escalofríos el hecho en sí... tener que... esperar sin que haya un momento concreto...

—Bueno, supongo que quien me lo pidiera pensaría que valgo esos... nervios.

—Hombre, pero tampoco hay que torturar a la gente —se ríe Luxemburgo.

—Tampoco es tortura, ¡no seas exagerado!

Bélgica se lo piensa, en la lluvia... riéndose con alguien, feliz, habiéndose olvidado de todo.

—En la lluvia hace frío...

Luxemburgo se ríe con eso.

—Es verdad, yo no sé si quisiera estar empapada, llena de barro y que ahí alguien me pidiera casarme.

—La señorita tiene que estar perfecta —se burla Escocia.

—Pues al menos no toda batida como él —señala a Gales.

—No es que con tu propuesta todo sea muy limpio —replica Escocia.

Bélgica abre la boca, él le mira sonriendo y levantando una ceja.

—Ugh, ¡calla! —protesta sonrojándose.

—¿Cuál es su propuesta?

—En la playa, con la arena, te lo he dicho antes.

—Ah, es verdad... no, claramente no.

Escocia vuelve a mirar a Bélgica con complicidad. Ella le sonríe, tranquilizándose sinceramente con esa respuesta.

Y Gales... es que no puede creer que ya estén con las miraditas. ESAS estúpidas miraditas.

—Tal vez entonces en un baile —propone Luxemburgo.

—Eso... no siempre sale del todo bien. Hay mucha gente y luego te critican... —asegura Gales al que siempre han criticado por pedirle a Galia que se casara con él en la boda de alguien más, pero a decir verdad es que intentó hacerlo en otros momentos y... acabó por hacerlo en ese porque no encontró uno mejor.

—¿Te critican por?

—Por pedirlo en un mal momento.

—¿Por qué es un mal momento una fiesta?

—Puede que robes foco al motivo de la misma.

—Ah, bueno, pero eso tiene... cierta gracia.

—Ah, yes? —sonríe de ladito.

—Pues depende de que tan aburrida sea la fiesta, quienes se quejen solo será por envidia.

Gales se ríe un poco con eso, mirando al chico.

—Una fiesta no es mala idea.

Escocia mira a uno y al otro con una ceja levantada.

—Yo siempre lo dije —agrega Gales. Luxemburgo le sonríe y luego mira a Bélgica.

—¿Tú qué dices?

—En un baile me parece bonito, pero... muy público, ¿no crees? Ahí hay tanta gente después de un rato dejaría de hacerme caso a mi para...

—¿Para?

—Hacerle caso al resto.

—A lo mejor no, si fuera asocial.

France asocial? —Luxemburgo se ríe y Escocia se sonroja porque se ha olvidado que hablaban de Francia.

—Pero si no fuera France... —comenta Gales—. Y solo tuviera ojitos para ti.

—Ugh —protesta Escocia. Bélgica se sonroja un poco con esa idea—. El caso es que... es verdad, no puede ser en una fiesta —cambia de tema, volviendo al otro.

—Quizás podría ser durante un viaje... —piensa Bélgica.

—¿Un viaje a dónde?

—No lo sé, ¿a un viñedo?

—¿No estarías... demasiado borracha entonces?

—¿¡Borracha yo?! No! A mi casi no me gusta beber.

—¿Es que aún no haces cerveza?

—Ahh... —se sonroja.

—Aunque si no sueles beber mucho, aún peor la borrachera.

—Pero una cosa es ir a los viñedos y otra es emborracharse por necesidad —el león cree que todos son de su condición.

—¿Y qué harías en unos viñedos si no probar un montón de vino?

—¿Caminar?

—Para eso mejor ir a la montaña.

—¿Cuántas veces han ido a caminar a la montaña? —pregunta Gales a Escocia.

What?

—De verdad no puede gustarles tanto caminar en la montaña si nunca caminan en la montaña...

—Alguna vez hemos ido... no muy a menudo.

—¿Quiénes? —pregunta Bélgica.

—Él y... su... futura esposa.

—No es... quizás no lo es —Escocia se sonroja de muerte.

—¿¡Cómo no va a serlo?!

—Oh, ¿vas a casarte pronto? —pregunta Bélgica con cierta decepción.

—T-Tal vez no.

—¿Por? ¿Crees que te digan que no?

—Tal vez lo haga —aprieta los ojos porque no lo cree. Bélgica estira la mano hacia él y se la pone sobre la suya, que la mira. Ella le sonríe.

—Si lo hace, yo creo que será muy tonta.

Escocia aprieta los ojos porque nada más con eso ya...

—¿Qué?

—O-Olvídalo.

—Oh, venga... ¡dime!

—Tal vez no se lo pida.

—Ohhh...

Chicken —suelta Gales.

Shut up —se levanta y se va a ir a fumar porque le estáis agobiando.

—Déjenle... ahora volverá —Gales se ríe.

—Pero ¿qué ha pasado? —pregunta Luxemburgo.

—No aguanta nada.

—¿De qué?

—Este... tema de las bodas le pone tenso.

—¿Por?

—Tiene... terror al compromiso.

—¿Y por qué va a casarse?

—Porque quiere mucho a la chica con la que lo hará.

—Mmmmm... bueno, él sabrá.

—Pero si tiene terror al compromiso no debería... No... Por más que quiera a la chica, quizás ella debería ceder hasta que el deje de tener terror —sí, sí, es Bélgica la que habla.

Luxemburgo se encoge de hombros y Gales se ríe.

—Creo que ya se le acabó la paciencia... no se preocupen, estará bien... en el fondo también quiere casarse —Gales se acaba su copa.

—¿Tienes algún interés en que deje a esa chica por algo, hermanita? —pregunta Luxemburgo.

—Ehh... No! No. No! Por qué iba a... no! — Bélgica se sonroja un poquito. Vamos, ¡que le acaba de conocer!

Luxemburgo se ríe.

—Ugh, calla... solo me parece que es feo que no quiera casarse y ella le obligue.

Gales sonríe de lado mirándola intensamente.

—¿Es que te gusta o qué? —pregunta Holanda que acaba de darse cuenta—. Pero si es muy feo —añade, gracias por el apoyo.

—M-Me... n-no... no! ¡Hombre! Cómo va a gustarme si acabo de conocerle! —ella chilla. Gales hace los ojos en blanco.

—Nadie lo entiende.

—No sé, a lo mejor te cae bien y todo eso —Luxemburgo se encoge de hombros—. Os habéis ido a la cocina juntitos y todo eso.

—¡No fuimos juntitos! Solo... bueno, ¡es agradable!

Luxemburgo sonríe, se encoge de hombros y mira a Gales de reojito un instante.

—Y... dice cosas que... no sé, distintas. Como si supiera más de mí de lo que se de él.

—¿Cómo va a saber eso?

—No sé... no sé, es raro. Como si fuera... mágico o algo—Bélgica mira hacia donde se ha ido y sonríe un poco.

Gales hace un... pff... casi imperceptible.

—¿Mágico? —pregunta Holanda que no le ha parecido nada mágico.

—Como si tuviera el don de... la visión.

—¿Qué visión?

—Sabes, como esos brujos.

—Está haciendo trampa... —asegura Gales sonriendo.

—¿Trampa? —pregunta Luxemburgo.

—Pues no es que realmente tenga ningún don de "ver" lo sobrenatural... solo es observador y...

—Pero ¿qué te ha dicho para que pienses eso? —le pregunta Luxemburgo a Bélgica, que se revuelve pensando en eso tan bonito que le ha dicho.

—Pues... ehm cosas... cosas de mí.

Y ahí es que vuelve haciendo que Bélgica se SONROJE.

—¡El hijo pródigo! —suelta Gales.

—Nos vamos.

La carita de Bélgica toda desconsolada. Ni la mira porque ya sabe que ella le puede.

—Buff... ¿de verdad?

—Bueno, yo me largo, por lo menos, tú haz lo que te dé la gana.

—No, no, vale —se levanta.

—Ehm... les... ¿Seguros? Les acompaño —Bélgica se levanta.

—A la puerta, será.

Oui, oui.

Pues nada, Escocia les espera a que se levanten.

—Bueno... ha sido un placer —Gales les sonríe, especialmente a Luxemburgo, que le hace un gesto con la mano. Bélgica se le acerca a Escocia.

—Ehm... disculpa si te incomodé.

—No, no...

—Si se van así y ahora debo haberlo hecho.

—No, solo ha llegado un mensaje urgente.

—¿Un mensaje urgente cómo?

—Del rey. Reina. Whatever —Escocia no lo sabe, por eso. No se acuerda en esta época.

—¿¡Pero quien te lo ha dado!?

—Un mensajero.

—¡No ha pasado ninguno!

—No ha entrado, ha sido mientras estaba fuera.

—No hay nadie afuera —Bélgica parpadea.

—Se ha ido cuando me ha dado el mensaje.

—Te lo estás inventando porque quieres irte.

—¿Y por qué no iba a decirte que quiero irme?

—No, bueno, por nada. Solo... en fin, fue divertido conocerte —Bélgica baja la cabeza.

Escocia sonríe y ella sonríe también.

—No me desagradaría... volverte a ver.

—¿No? Tal vez... en unos años. Si eres lo bastante valiente para... —mira a Gales de reojo y se sonroja.

—¿Para... que?

—Ver a través de la... violencia.

—Va a pensar que la golpeas... —susurra Gales.

—¿V-Violencia? —pregunta Bélgica a la vez.

—Y la... uhm... hostilidad —Escocia aprieta los ojos.

—¿Hostilidad...?

—Ya... notarás de lo que hablo.

Bélgica levanta una ceja y suspira

—Anda, nos vamos... —Gales le arrea un poco a la puerta y él se deja. Bélgica se queda ahí un poco desconsolada.

—Adiós!

Él la saluda con la mano yéndose tras Gales.

—So cute...

—Shut up! —vuelve a sonrojarse el escocés.

—No es mi culpa que seas cute.

—Anda, camina antes de que me arrepienta y vuelva para tirármela —suelta y no sé si ella va a oír eso.

Visto lo visto... seguramente sí. Así que... la reacción principal es... voy a ir a cambiar la historia, gracias.

—¿Q-Qué?

Escocia parpadea al oírla y se gira. Ella le mira y parpadea.. y parpadea otra vez, sonrojada.

—¿Qué dijiste?

Nothing. Olvídalo. ¡OLVÍDALO! —de repente toma a Gales casi en volandas y sale corriendo hacia el granero.

No lo va a olvidar, darling.

Ugh. UGH.

—¡Tenías que abrir la boca!

—¡Esto fue tu culpa!

—¿MI culpa?

—Tú dijiste... ugh, da igual, entra ahí.

—Yo no dije nada tan fantástico —protesta, entrando.

—¡Desde luego que no era fantástico!

—Solo dije "so cute", ¡porque lo son!

—Pues espero que no haya cambiado nada —vuelve a hacer los pases para abrir el portal.

—Todos esperamos lo mismo.

Escocia abre la puerta al salón de la casa de Gales y le fulmina haciendo un gesto para que pase.

—No me mires así como si todo esto fuera... mi culpa, yo no hice nada.

—Camina, solo faltaría además que nos siguiera

—No, no... —entra a su casa y... casi de golpe se queda parado porque...

Escocia entra detrás y cierra la puerta sellando el portal.