—¿Y tus hermanos? —pregunta Luxemburgo entrando y yendo a cocina a empezar a servir algo para picar para acompañar a la cerveza.
—Ruanda salió con su tonto novio, Congo está con sus amigotes.
—Cielos... —comenta Gales mirando alrededor igual, curioso.
—Oh ¿y tú? ¿Vas a ir luego con alguien o te quedas a la fiesta familiar?
—Viendo lo visto, creo que si no iba a salir voy a empezar a salir AHORA, aunque sea sola.
—Anda, ¿¡Dónde estarás mejor que con nosotros?! —Luxemburgo se ríe.
—Yo creo que a tu padre además le dará mucho gusto verte, ha estado hablando de ustedes todo el camino.
—Cuando termine... si es que termina, porque luego las multidiversiones... —comenta Luxemburgo. Gales hace los ojos en blanco con eso.
—Tan simple que es esperar a la noche, a estar solitos los dos encerrados en su cuarto para las estúpidas multidiversiones...—asegura Gales.
—¿Multidivesiones? —pregunta Burundi.
—¿A mí me preguntas de los problemas de líbido de los británicos, querido?
—Sinceramente me parece que esto está más relacionado con... Belgium —se sonroja un poco mirándole de reojo y preguntándose si ellos dos... o sea seguro que ellos dos, pero cuando es que... fue la última vez que ellos dos...
—Really... really. Son todos asquerosos —protesta Burundi.
—Venga, no seas así, quiero tener argumentos para ayudarte cuando tu traigas a alguien...—sigue Luxemburgo riéndose con ella.
—¡Yo no voy a traer a nadie NUNCA!
Luxemburgo suspira porque no le gusta cuando dice eso.
—Claro que vas a traer a alguien algún día... si tu tío Eire puede estarse acostando con Spain, créeme... tú vas a traer a alguien.
—¿Lo ves? Ahí lo tienes —Luxemburgo asiente.
—Ughhhh! —protesta ella un poco.
—¿Cuantos años llevan Alba y Belgium juntos? —pregunta Gales a Luxemburgo.
—Pues... la boda fue en... siglo diecisiete. Creo. No recuerdo seguro el año, a principios.
—No fucking way!
—¿Qué?
—Es...mucho! Ehm... ¿y tú y yo?
—Make a guess.
—No... No. Venga... soy un viajero del tiempo, no tengo idea. ¿Mucho? No te he pedido ¿matrimonio cien veces y me has dicho que no ciento uno?
—Sacre bleu! ¿Harías eso?
—Ehh... no. Por supuesto que no —Gales se sonroja.
—Ahora quiero que lo hagas.
—¿Cien veces? ¿No basta con una? —pregunta apretando los ojos—. Dime cuantos... a-años cumplimos este año juntos, anda.
—Cien veces. Ciento una si no puedo acceder hasta entonces.
Gales se muerde el labio, porque... no era precisamente su intención pedirle que se casaran, solo tenía curiosidad. Aunque...
—Es que no entiendo por qué no te lo he pedido antes, es hasta un chiste recurrente...
—No te ofusques, Monsieur Timelord —le guiña un ojo. Gales se sonroja entre el guiño, la frase, el idioma y lo que dice. Cielos, darling, tan perdido... han pasado cinco estúpidos minutos. Diez si contamos al siglo dieciséis.
Espera que venga el otro a burlarse de ti por eso
—No... no tengo ni idea —susurra.
—¿De qué?
—De cuánto tiempo llevamos juntos, por cómo me miras pareciera...
—Aja?
—Que llevamos cinco minutos y aún te hago bastante gracia.
—¿Cinco minutos? ¿De veras? ¿Voy a tener que hacer otra vez todo eso de los seis pies de distancia cuando estén nuestros hermanos para no mancillar tu honor? —se ríe.
—Anda ya, ¿eso te hice hacer? —levanta las cejas y sonríe de lado—. ¿Y tú muy... obediente?
—¿Lo dudas? "¿A caso hay algo más preciado que la fama de un caballero británico?"
—¿Cuántos minutos exactos me hice del rogar con ello? ¿Cinco?
—Non! A mí me hacía gracia.
—Si te hacía gracia a ti, seguramente fueron diez.
—Insisto, ¿a mí me preguntas de los problemas de lívido de un británico?
—¿¡Qué problemas son esos?! Empiezo a preocuparme de que creas qué hay problemas.
—Ah, de represión, sobre todo. Y contención. Es como tratar con una bomba a punto de explotar.
—¿Ves? Debemos llevar cinco días, eso se... eso mejora con el tiempo —se sonroja.
Él vuelve a reírse.
—Me gusta. Está bien, compro tu... volvamos al principio.
—Lo único que quiero saber es cuando fue el principio.
—Ah, ¿pero que misterio tiene eso entonces? —se ríe—. Venga. Solo diré... más de un siglo.
Gales levanta las cejas y sonríe, sin poder evitarlo.
—De verdad llevas más de cien años conmigo... sin hartarte, ni que me mandes a la mierda y consiguiendo... que no te pida matrimonio cómo un demente. Wow.
—Oui... yo tampoco me lo explico —arruga un poco la nariz, riéndose y Gales se ríe un poco.
—Bien hecho, Luxemburgo, bien hecho... no puedo hacer más que darte crédito.
Él hace una pomposa y exagerada reverencia haciendo que Gales se ría un poco más, pasándose una mano por el pelo. No sabe a quién le recuerda del todo... es un poquito Francia, otro poco Galia... pero tiene cierto filo... y malicia que...
—Me debo a mi público.
—Y es bastante estricto...
—Solo lo mejor —se ríe—. Porqué mejor no me cuentas... ¿quién soy yo en tu línea de tiempo?
—Eres... el chico guapo que conocí en casa de Belgium... que en realidad es un misterio y del que nunca sabemos... nada
—¿Nunca sabéis nada?
—No, en realidad eres bastante misterioso. Belgium no habla mucho de ti... debe ser que... no sé —se ríe un poco—. Debe ser que no hablo lo bastante contigo.
Y hablando de la reina de Roma, ahí van los dos de puntillas para subir a buscar ropa al cuarto, mojándolo todo.
Bélgica es que... se medio muere de risa, además, con su cosa transparente encima que si algo hace que todo se le ve más en vez de menos.
Nah, hombre le ha dado sus pantalones o su chaqueta o hasta sus calzoncillos si los ha querido. Igualmente, ella se siente colegiala haciendo esto.
Luxemburgo les silba.
—Anda ya... ¿a dónde van? —grita Gales.
—Shhhhh —Escocia les hace callar con un dedo en los labios, muerto de la risa y tirando de Bélgica sin saber a dónde va.
Bélgica se ríe también escondiéndose en él.
—Se portan peor que adolescentes! —protesta Burundi.
—Anda, sigues aquí —se burla Luxemburgo, porque estaba mirando el teléfono e ignorándoles.
Cuando cruzan la sala la verdad, Escocia deja a Bélgica ir delante.
Luxemburgo suspira y se vuelve a Gales porque seguro aun tardan un poquito más en bajar en lo que se visten.
—Bueno... y entonces... ¿va el TimeLord a acercarse a hablar conmigo en tu historia o no?
—Pues... va a... sí. Aunque no se si tú tengas otra pareja o...
—Oh, otra pareja... la historia se complica —sonríe.
—Quizás yo también tenga otra pareja...
—Mmmm... ¿y tendremos que... ser amantes secretos y engañar a todo el mundo? Bastante Shakespeariano, isn't it?
Gales se sonroja un poco.
—De hecho, a mi me engaña mi mujer...
—Oh... ya veo... Así que toda la culpa para mi —se ríe—. Pero suena excitante —se le acerca y le toma de las solapas de la chaqueta—. Caricias prohibidas... comentarios con doble sentido... miradas furtivas...
Gales traga saliva porque no, esto no ha pasado... y no, no sabe si va a pasar. Tampoco sabe cómo reaccionaría Galia con esto. Pero mira cómo se le acelera el corazón.
—Besos robados —susurra y se acerca a robarle uno parándose a unos pocos centímetros de sus labios.
Gales... es que traga saliva, entreabriendo los labios. Luxemburgo cierra los ojos y le captura el labio.
Al británico le da un escalofrío, porque... hace tiempo que no besa a alguien nuevo
—R-Robados...
El flamenco abre la boca y profundiza un poco, como sabe que le gusta y Gales tiene que asirse de algún sitio, la verdad. Menos mal que le está sosteniendo de las solapas. Cierra los ojos, y responde un poquito sin poder evitarlo.
Y de repente se separa y le suelta.
—L-Lo siento —susurra el británico.
—¿Eh? —parpadea porque eso era lo último que esperaba.
Le mira, se humedece los labios y da un paso a él, tomándole de la nuca y besándole, porque ya había fantaseado un poco con esto en el siglo dieciséis... y ahora, ejem, tiene el pretexto Perfecto.
Se deja, olvidándose un poco de lo que estaba jugando.
Gales le besa... es que le va a besar raro, seguro que se lo parece.
Todo le toma un poco por sorpresa.
Es lánguido y suave... quizás demasiado lánguido y suave.
—Ugh... ustedes dos también —protesta Burundi.
Luxemburgo levanta las cejas intentando seguirle como puede.
Suavecito, suavecito... suavecito como si fueras de cristal
Al cabo de un poco Luxemburgo parpadea y se separa.
Gales se relame, levantando la vista y mirándole... y sonrojándose un poco, sintiéndose culpable de besar así a alguien cuando su mujer está muerta.
—¿Estás bien?
Asiente, igualmente un poco desconsolado, porque... de verdad que le gustas. DE VERDAD que... le da miedo que le gustes demasiado.
—No parece. Estaba jugando y de repente me besas como si... se hubiera muerto alguien...
Aprieta los ojos y se lleva las manos a la cara igual.
—Cymru...—parpadea, dejando de sonreír del todo y le abraza un poco.
El nombrado se le recarga encima, porque hace un buen rato necesitaba un abrazo y claro, Escocia no... sirve para eso en general.
—S-Solo... me he enterado que alguien a quien quería mucho está... muerta. Y...
—Oh... Y yo haciendo el tonto, ¿cómo no me lo has dicho antes? —le toma de la nuca, acariciándole y haciéndole apoyarse en su hombro.
—No... no pasa nada. No esperaba... nada de todo esto —y es que... eres lindo y dulce y... le quieres, hace más de un siglo que estás con él!
—Venga, venga... ¿Quieres hablarme de ella? ¿Cuándo es el funeral?
—No hay... no... no hay. Murió hace mucho tiempo —se limpia un poco los ojos y suspira—. Lo siento.
—Oh... ¿y no lo sabías?
—No, realmente... no podía saberlo. Es difícil de explicar... solo...—sonríe tristemente.
—¿Quieres que vayamos mañana a la punta del rompeolas a leer un poema y lanzar una rosa al mar como homenaje?
Gales le mira... casi como si le hubiera salido otra cabeza. Se le humedecen los ojos pensando que quizás no esté el aquí mañana... y entonces querrá igual ir a la punta del rompeolas a lanzar una rosa por lo que no fue, porque este chico parece estúpidamente Perfecto también. Como lo es Galia.
—Venga... —le toma la punta del pañuelo que lleva al cuello y le limpia uno de los ojos
—S-Si... no me conocieras de nada, ¿querrías al menos ser mi amigo? —pregunta con voz algo grave más que de costumbre. Luxemburgo parpadea con eso.
—Pues de algún modo lograste que me enamorara de ti, ¿porque no iba a quererte?
Se limpia un ojo... y es que ya le están saltando la mitad de las alertas en el corazón. Aprieta los ojos y se ríe.
—No deberías ser tan bueno conmigo...
—¿Por? —sonríe.
—Porque se exactamente lo que va a pasar... —se ríe con mocos y todo, mirando al cielo. Va a enamorarse tontamente de él.
—¿Y qué es?
—El Timelord... —suelta una risita suave y cierra los ojos y es que maldita sea, es hasta injusto que le llame Timelord... es como perfecto y ¡no debería gustarle! Ugh. Es que no tiene idea de cómo consiguió esto. Tampoco sabe aún cómo consiguió a Galia... pero... pero... Es que casi parece que alguien hubiera hecho a Luxemburgo específicamente para que presionara los botones correctos para gustarle.
Es que te conoce hace más de un siglo, querido.
Yaaaa ya.
—El Timelord no es fuerte para NADA —se le echa un poco encima para abrazarle.
Luxemburgo le abraza sonriendo un poco y le acaricia la espalda.
—Really... son distintamente asquerosos que papá y mamá... ustedes son meloooosos. UGH! —vueeeelve Burundi a protestaaaaar.
—No seas dura, tu tío lo está pasando un poquito mal.
Es que hasta le hace gracia tener sobrinos, maldita sea... y ahora ni siquiera ven tanto a Francia. Ventajas, puras ventajas.
—Pues es que mirenseeeee... —protesta ella.
—Te pareces a Eire... ¿lo sabes? —Gales se ríe.
—Ven que te abracemos a ti también —Luxemburgo le hace un gesto para que se acerque.
—No voy a ir a que me embarren de miel —ella sonríe y le saca la lengua a Luxemburgo.
—Pues a lo mejor venimos nosotros a hacerlo.
—Embarrarte mucha, mucha miel —Gales se separa un poquitín y la mira, sonriendo un poquito de lado.
—¡No! Ni se me acerquen...
—Con mieeeel y amoooor de tus tíos favoritoooooos —ahí va Luxemburgo a por ella. Gales se ríe, yendo un poco detrás de Luxemburgo
—No! —ella pega un grito agudito levantándose para salir corriendo, riéndose un poco.
Y Luxemburgo la persigue por todo el cuarto en lo que bajan los otros dos ya vestidos.
