Luxemburgo mira y abre la puerta. Gales mira hacia adentro... y se humedece los labios.

Entra tranquilamente, desde luego, dejando las llaves en su sitio y la bolsa en el armario. Gales... mira alrededor con la boca un poco abierta.

—¿E-Esta... casa es nuestra? ¿O es tuya y me rentas un cuarto? Que... espero, sea el tuyo. ¿Quizás me rentas la mitad de tu cama?

—Es una de las casas en las que me pagas alquiler, sí.

—¿Cuántas casas tenemos? Oh, espera... Sí, he visto que mi apartamento aún existe en casa... y seguramente mis libros deben estar ahí, ¡ahí estaban mis libros! En Luxemburgo! Ah, menos mal...

—Hay libros tuyos literalmente en TODOS LADOS.

—En mi casa en Cymru... hay MUY pocos libros, caben aún. Este sitio...es bonito.

—No. Ya no caben más. Y es un ultimátum —le señala sonriendo igual.

—¿Vas a hacerme pagar el doble de renta o algo? —pregunta tomando precisamente un libro que hay ahí en la mesita, incluso con un separador puesto a la mitad—. Mira, cosa rara, este no lo he terminado.

—No, ni con esas. Tenemos que poner límites, Ángel.

—Ángel... ¿Me estás llamando Ángel como si fueras Crowley? — protesta un poco Gales.

—Nos pasamos como una semana jugando a eso después de ver la serie —le mira de reojo.

—¡Yo soy Crowley! —protesta Gales porque es que la idea de ser un ángel es... terrible!

—También discutimos eso.

—¡Es que solo son los libros! Ugh, ¿qué concluimos? ¿Que tú eras Crowley? Damn it!

—Hasta llamaste a Neil Gaiman, cher.

—¡Si Terry estuviera vivo me daría la razón! ¿Qué dijo Michael?

—Michael casi se muere contigo. ¿En serio no te acuerdas de nada?

Timelord.

—Ah, sí, y tu casi te mueres con David, así que bueno, aquí estamos.

Sonríe un poco pensando que Michael es como... su mayor fan.

—Ugh, no me... Es culpa de... es que es THE DOCTOR!

—Sí, sé quién es. Me lo gritaste cuando te invitaron... y durante todo el camino de ida. Y mientras les esperábamos. Y durante la vuelta. Y durante unos días después.

Gales le mira frustrado... porque además lo que ha pasado con Galia cuando la vieron es que ha empezado a decir que Aziraphle y Crowley eran ¡como ÉL y Escocia! Lo cual fue mucho más traumático.

—Igualmente sigo pensando que no soy lo bastante pelirrojo y malhumorado. Tu hermano da mejor el papel.

—Bloody hell, ¡lo estás haciendo a propósito!

—¿Qué? ¡No! Todos pensamos eso, Belgique estaba de acuerdo.

—Entonces ella es Aziraphale.

—¿En serio no te acuerdas? Nos hicisteis la escena de la borrachera.

—¿Y te hizo gracia? —le mira—. Lo tomaré en cuenta, aunque estoy seguro de que...

—Sí! Ecosse lo hace muy bien. Debo decir que esa escena es como tres cuartas partes Crowley, pero te negaste a hacer la de la pérgola.

—Uno, Alba no actúa mejor que yo... y dos, por supuesto que no voy a hacer esa escena, es super gay. Con gusto la hago contigo. Es más... incluso... puedo hacer de Aziraphale si es necesario.

—Naaaah —se ríe.

—Pero cómo piensan que esa escena puede ser de Alba y mía... o ellos dos. Ugh! —protesta mirando la sala y una butaca que acaba de pensar que debe ser exactamente el sitio correcto para sentarse a beber un coñac y a leer. Sonríe un poco y se gira a Luxemburgo —. Me gusta este sitio.

—No sé, tiene su gracia. Venga, no te ofusques con eso, no tiene más importancia. Supongo que es por la forma en como bromeáis. No es muy diferente a como bromeas conmigo, pero él es mejor actor.

—No lo sé... ¿te he convencido algún día de participar en una obra?

—Pero... eh! A mí me sale un Archangel Fucking Gabriel de puta madre, Sunshine.

Gales levanta las cejas.

—Venga. Ya —se muere de risa, acercándosele—. Eso no lo dudo ni un segundo, pobres los Aziraphales que trabajan contigo.

—Alguna vez has conseguido arrastrarme a un escenario, sí, pero eso nunca sale bien. Una cosa es aquí, jugando contigo a rol y otra es... frente a todo el mundo.

Gales le sonríe y le brillan los ojos un poco.

—Me gustas —responde suavecito, y se sonroja.

—Menos mal —se ríe.

Gales niega con la cabeza y se pasa una mano por el pelo.

—Eras como... una joya escondida. Es que mira como juegas conmigo y haces... es que las cosas que me gustan.

—Pues las hago porque a mí también me gustan, ni te creas ahora tan importante.

—Esa es... la mejor parte de todas. ¿Crees que, si me volvieras a conocer, te gustaría?

—Pues... ojalá no, me ahorraría bastantes cosas —le molesta.

—Un par de juegos de rol... puede que sí —se le acerca un poco más

—Entre otras...

Gales vacila... porque sigue siendo raro. Todo esto. Estar aquí, en su casa, en... un sitio tan poco familiar. Con sus cosas, por aquí y por allá.

Luxemburgo levanta las manos y se las hunde en el pelo

Y no sabe si quiere... le mira a los ojos. Si, si quiere.

—M-Me estas despeinando —susurra.

—Eso es hacerle un favor a la humanidad —se acerca a besarle tomándole de la nuca.

Sonríe un poco... y se le acelera el corazón.

Y pues... le besa como sabe que le gusta y le gusta a él también, por supuesto, bastante menos lánguido que Galia.

Es que se nota de inmediato. Hace tiempo que nadie le besa... de ninguna forma que no sea suave y lánguida.

Y como Gales vuelve a responder un poco raro, se separa.

—¿Quieres... ehm... esperar a luego?

Se le acerca y le besa él. Igualmente va a ser distinto, es que todo va a ser distinto. No sabe hacer NADA contigo. Ni siquiera sabe quién hace qué... sí, justo como saber quién hace qué

Ya, ya...

Se separa después de unos segundos. Debes notar que incluso tiembla como una hoja.

—En serio... ¿qué pasa?

—N-Nada. Nada. Me gustas mucho —levanta las manos y le toca la cara un poco. Y piensa en Galia.

—La verdad... que me digas eso solo me preocupa más —confiesa Luxemburgo mirándole a los ojos.

Gales niega con la cabeza y aprieta los ojos.

—Solo... hazlo. Suave y... bonito, o como te guste a ti. Puede que sea un poco raro hoy, pero... aguántame un día siendo un ser raro y un poco distinto, todo estará bien después.

—Pero... ¿por qué? ¿Qué pasa? Suenas súper herido —Es que se echa para atrás otra vez.

Se humedece los labios.

—Solo no me siento yo mismo hoy... quizás me he metido demasiado en el papel del... chico que conoce al policía.

—O sea, normalmente esto es divertido y me molestas un poco y yo te molesto de vuelta y... flirteamos en general y... casi nunca me pides que sea de un modo u otro... o sea, normalmente se da naturalmente.

—Ya lo sé... y esto no está siendo divertido. Está siendo forzado y... no es justo lo que te pido —suspira—. Y no tengo ninguna explicación razonable que darte más allá de... que no está pasando nada más que mis propias locuras, con mis libros y mis... viajes en el tiempo y el espacio.

—Es que ya me podrías haber elegido un personaje menos dramas que The Doctor.

Gales se ríe y le toma de la cintura.

—Imagina que solo tuvieras UN día conmigo. Un día con esto. Un día y todo, TODO esto que ves, esto que tenemos... no va a volver a existir. Y sabes que yo te quiero y te diviertes conmigo, y... ¿No querrías probar conmigo lo más íntimo y lo más dulce y... el cien por ciento de lo... que puedo darte? ¿No querrías saberlo todo, escuchar todas las historias, saber exactamente cómo llegamos a este punto? Las cosas bonitas, las cosas que duelen, y qué has hecho bien y que no deberías hacer...

—Vale, vale. Seguimos en el drama, hazme el amor como si fuera la última vez... —se lleva la mano a la frente y se echa para atrás esperando que le sujete

Lo hace, claro que lo hace. Y se humedece los labios porque... es que es un poco así.

—Mejor hazme el amor como si fuera la primera vez...

Mon cher, el ciento por ciento de lo que puedes darme, no me lo das diez minutos en la cama. Me lo das cada día con cada cosa que haces. No sé qué insinúas, pero el sexo en esta relación es una parte de tantas otras.

—Ugh... ¿ves? Es que eres perfecto... —sonríe un poco con eso.

—Debería grabarte diciendo eso para que te puedas oír cuando te quejes de todo —le toma de la mano y tira de él para guiarlo al cuarto

—Disfrútalo hoy —el corazón, otra vez, se le va a salir. Hace... muchísimos años que no se acuesta con un hombre. ¿Y si... lo hace mal? Y si... ugh, ¿¡y si no le gusta a Luxemburgo?! Agobio.

Aun así mírale que para estar tan agobiado... Parece muy receptivo a la idea de acostarse con él.

—También disfruto tus quejas, cuando se trata de ti, me va hasta el sadomaso.

—¿Ves? Perfecto. —se ríe un poco, bajito, sonrojándose más.

—Nah, es coña, si me golpeas te mato —se gira a él y empieza a quitarle la chaqueta.

—Golpee a Alba hoy... —traga saliva, mirándole hacer y robándole un beso.

—Lo vi. Le partiste el labio de ese modo tan sexy... —sigue con la camisa.

—¿L-Lo que te parece sexy es... el labio partido de Alba? —pregunta subiendo un poco las manos, tímidamente, para quitarle a él la camisa—. ¿O que se lo haya partido? Aun me duele la mano.

—Su labio partido —se encoge de hombros—. O sea, te creo que lo hiciste tú, pero... podría habérselo hecho cayendo de bruces estando borracho.

Gales se ríe un poco, nervioso. Es que este hombre es tu marido, seguro has hecho esto un millón de veces... y ni siquiera te acuerdas. Le pasa una mano por el pecho.

—Zapatos y calcetines —le indica para que se los quite—. Qué te apetece arriba o abajo.

Gales... es que está bastante torpe, la verdad, más que de costumbre.

—A-A... A... —se agacha para quitarse zapatos y calcetines. Y piensa que nunca jamás va a admitirlo, pero si va a probar esto... tiene que ser...

—¿Abajo? Ugh... no le digas a mi hermano.

Es que para Luxemburgo todo esto es súper cotidiano, como preguntar qué quieres de cena.

Claro, desde luego... o sea por qué habría de contarle a Escocia que hoy Gales quiso abajo.

—Aunque no lo creas, hablo bastante menos con él de lo que parece.

—Por si acaso... solo no... yo no... hace... yo... ne-necesitas ser suave —gracias por sonar normal.

—Cálmate... —le sonríe cuando se ha descalzado también y tira de él para que se suba a la cama y subírsele encima.

—E-Estoy calmado. Estoy m-muy calmado.

—Mira —se echa un poco de lado buscando en la mesita de noche y saca un bote de vaselina. Se lo da para que lo sujete.

Gales traga saliva. Ya se te ve... estarías igual de calmado o más si te hubieran mandado a cocinar escargot para la reina. Sujeta el bote estúpidamente

Luxemburgo cierra en cajón, se vuelve sobre él y le mira, manos a ambos lados de la cabeza

Gales sonríe un poco, y traga saliva de nuevo

—T-Te juro que n-no siempre... —porque claro, este hombre que lleva cien años casado contigo le tienes que explicar cómo haces esto siempre... creo que él sabe mejor que tú exactamente cómo funciona esto siempre.

—Cymru... eres mi británico favorito. Eres mi persona favorita en el mundo y te quiero —le asegura tan sincero—. De veras.

No se quiere ir nunca de aquí. Eso te lo garantizo. Porque no cree que nadie más en el mundo se capaz de decirle eso con sinceridad.

—Así que relájate y disfruta en lo que te lo demuestro, ¿vale? —le pide y empieza a abrirle los pantalones.

T-Thank you —cada maldita vez pasa esto con los británicos.

Sonríe de lado y se los baja, junto a los calzoncillos.

Se cubre con las manos sin poder evitarlo. Es que debe hacer AÑOS que no hace eso.

Luxemburgo se ríe un poco cuando se cubre porque siempre le hace mucha gracia que le dé vergüenza.

—Si no te sueltas ahí y me quitas los míos vas a estar todo el rato expuesto y vulnerable —le susurra.

—D-De verdad que no siempre... B-Bueno tú debes saberlo —se suelta, sonrojándose más y yendo a bajarle los suyos. Prepárate para que haga caras de asombro casi como si no hubiera visto eso NUNCA. Bueno uno de esos

—Oh lalá —susurra cuando se suelta para molestarle y avergonzarle otra vez.

Aprieta los ojos y se ve, SE VE como lucha para no volverse a cubrir. Porque él es el experto en esto, ¿lo sabían?

Se ríe y le da un beso. ¿Experto en qué?

En... el arte de la seducción. Siempre lo ha sido. El experto de la familia en... no parecer tan torpe. Ejem. Esta vez le contesta el beso demasiado vigorosamente.

Ah, bueno, es que vamos... el listón está TAAAN ALTO

Luxemburgo le devuelve el beso, medio muerto de la risa.

—¿Te estás riendo de mí? —sinceramente, pese a todo, su risa le relaja un poco.

—¿Cuela si digo que es... contigo? —se mueve ayudándole a que le desnude.

—Sí, sí cuela un poco... —le besa un poquito el cuello, aunque realmente no tiene ni idea si le gusta esto o no. No tiene idea de nada.

—Tan afortunado... —mueve la cabeza para que pueda llegar mejor.

Bingo, ¡parece gustarle! El enfoque absoluto en la zona, mientras le resigue un poco el culo. Vamos, es que no es que no haya hecho esto nunca con NADIE. Va a... intentar tocarle la... zona de peligro.

Se deja tocar donde quiera y le saca algún gemidito. De hecho, sin hacer mucho más por ahora que disfrutar y relajarse él como le ha dicho al otro que haga.

Esto... calma un poco a Gales que suele siempre querer correr con todo, recreándose en lo que Francia le dijo siempre que hiciera... averiguar qué es lo que al otro le gusta. Mirarle y recrearse un poco en el momento.

Funciona, la verdad, de hecho, Luxemburgo hasta le toma la mano y se la pone en la posición exacta que le gusta y le indica el movimiento correcto.

—Hazlo así y soy tuyo. Te juro que no me dejas ni pensar con claridad cuando haces esto.

TATUATE ESTO EN LA CABEZA, GALES.

Se humedece los labios... y lo intenta hacer, así exactamente, así como dice. Con el corazón que se le va a salir. Esto es un poco creepy, la verdad, estar así de cerca y así de... intimo con alguien para él desconocido.

Levanta las cejas y le corrige un poco porque hoy estamos torpecitos, cher...

Ya, ya... ya. Si.

—P-Perdona —lo intenta hacer... otra vez, como ha dicho pero la verdad es que cuando lo consigue le hace parar casi enseguida.

—S-Sigo haciéndolo mal? —Pregunta toooodo agobiado.

—Non, amour, pero esta es un arma muy poderosa y no querrás que acabe yo solo.

—No —niega con la cabeza y sonríe un poquitín de lado.

—Así que úsalo sabiamente solamente para hacerme perder la cabeza —se acerca él ahora a besarle detrás de la oreja donde sí sabe que le gusta.

Casi salta, de golpe, medio deteniéndose de las cobijas.

Sonríe.

Y es que... en general, las primeras veces son torpes (como él) y sin alguien que... sepa exactamente qué botones tocar. Un buen gemidito sí que le sacas. De hecho, puede que un gemido bastante poco gemidito.

Ya, pero este sí se sabe todas las malas mañas.

TODAS las malas mañas, quizás hasta mejor que tú. Lleva demasiado rato buscando opciones.

Para que solo llegues a la tercera página de Jane Eyre...

Desde luego. Cielos. Cie-los.

Y le va a llevar bastante al borde, no te creas, toque por aquí, roce por allá, no puedes ni pensar en lo que acaba de hacer y sus dedos ya están en otro lugar que no deberían.

Mira que no es que Galia no sepa qué hacer, la verdad. Pero él lleva más tiempo enfocado en... Gales.

No tarda mucho en estar... perfectamente a punto, ni siquiera sabe cómo ha llegado hasta este punto. Cero resistencias.

Y además ya le ha puesto hasta la vaselina.

Es que le mira con ojitos entrecerrados, todo despeinado y sonrojado hasta la médula.

—¿Te sientes... fuerte?

—¿Qu-Que si me siento fu-fuerte o q-que si quiero... f-fuerte...? —medio alcanza a pensar organizadamente.

—Sientes.

—No... —se ríe un poco de sí mismo.

—Vale, suavecito entonces —ahí va a prepararle.

—N-No. S-sí. Q-Quiero de todas las formas posibles.

—Pero... aguanta, ¿eh?

Traga saliva... pensando que no está preparado para aguantar nada en la existencia, ciertamente.

—C-Claro que a-aguanto, ¿crees que... e-estoy ha-haciendo esto por primera vez o-o qué?

Y vas a flipar porque... Galia no te suele hacer esto por aquí y creo que Francia nunca estuvo lo bastante enfocado en encontrar este... punto en el que Luxemburgo sabe perfecto como tiene que presionar y frotar un poquito el dedo.

O sea, es un milagro patente casi que no termine, pero el gemido absoluto mitad grito mitad... sorpresa. No le cuentes nunca a nadie que está haciendo estos ruidos.

Se ríe un poco maligno y para casi enseguida porque sabe también que si sigue ahí no va a aguantar.

—Q-Qué acabas de... —es que mírale los dedos de los pies los tiene... todos casi hechos bolita. Deteniéndose todo, pero TODO. Ni siquiera sabía que tuviera ese sitio perfecto.

—Es tú... botón del pánico

—Y-Yo... ya... sabía d-de... eso... c-claro... —es que se le está saliendo el corazón.

—Mi sitio favorito de tu cuerpo. ¿Aguantas otra?

Se lleva las manos ahí abajo, apretujando todo un poco. Asiente porque... sí.

—Mi tío duro —le da un beso rápido y ahí vuelve a meter el dedo

ES que... es que! Le tiene que detener de la muñeca tras un par de segundos sintiéndose en el absoluto borde

De veras intenta que sea nada más un toquecito... la verdad

—L-Lu... —la verdad es un nombre muy difícil el tuyo para medio gritar en medio de un montón de sensaciones tiene que respirar profundamente y... apretarse un poco más para no morir ahí ya—. Ahhh!

—Uy... creo que no es el día para intentar superar el récord.

—¿C-Cuál es el récord?

—Diecisiete veces —miente. Gales abre los ojos como PLATOS.

—N-No, no es el día —niega con la cabeza—. Q-Quiero hacerte yo a ti.

—¿No querías abajo? —se ríe.

—S-Sí... también. Quiero todo. Quiero que seas feliz conmigo.

—Soy feliz contigo, te quiero, mira que mono eres.

Gales envidia por un segundo al tipo real al que le está diciendo esto. Baja una mano y le acaricia un poco una pierna.

—Y-Yo estoy siendo MUY feliz ahora... —admite... riéndose un poco—. Pero c-creo que podría ser feliz por un rato más largo...

—¡Te pregunté si te sentías fuerte! —se defiende pensando que se refiere a eso

—T-Tu sigue, venga... —tira un poco de él para darle un beso.

Luxemburgo le besa de vuelta durante un poco.

—A-A veces es una desgracia no ser multi como mis tontos hermanos... —susurra en cuanto se separa un poco, moviéndole el pelo hacia atrás con una mano.

—Una vez lo hice. Nunca he vuelto a lograrlo —confiesa. Gales levanta las cejas

—¿D-De verdad? V-Vamos que haciendo e-eso que haces y... n-no me extraña. S-Sigue, por vida tuya... sigue que quizás hoy sea el día que lo consigas por segunda vez...

—Anda ya, en serio estás raro.

—Como decidas que por raro vas a parar... te mato.

—No, pero tú siempre dices "no fue multi, fueron dos veces" y yo te respondo "fueron demasiado seguidas para dos veces" y tú siempre dices "Si vieras que no"...

—Ohh... Ya me parecía a mí que era demasiado bueno para ser cierto... pero no me molestaría terminar dos veces hoy, en lo absoluto —se muerde el labio, porque es que esto debe ser tremendamente raro también para este pobre hombre —. Lo siento.

—Ya empezamos a hablar demasiado —va a ir a... poner A en B.

Vale, EFICIENTE manera de... callarle totalmente. O "callarle", creo que no va a estar tan callado. Y es que hace tiempo que no hacía esto. De verdad hacía tiempo que no hacía esto.

En realidad, en un momento dado, piensa que le está haciendo daño o algo porque... normalmente no... se mueve así.

La verdad, no me extraña, porque sí... sí, está haciendo sonidos un poco... como si fuera la primera vez.

Y la verdad, lo siento, Gales, pero va a intentar... terminar rápido un poco... descolocado porque... antes le ha dicho que le quiere mirándole a los ojos y... no se ha metido en su burbuja y... ha tenido que explicarle todo como si de verdad no supiera ni instintivamente y ahora no se mueve al ritmo y de la manera que está acostumbrado.

Y no le discute las cosas que le tiene que discutir y... es que todo esto no se puede fingir para un juego de rol es idiota hacerlo.

Ya, ya... el mismo sabe que esto va a ser más problema para Luxemburgo. A tu favor, Lux, voy a decirte que mañana recuperarás a tu marido tal y como es sin problema alguno.

Gales... es que igualmente lo pasa mejor de lo que pensaba. Abrazándole con fuerza, un poco más agobiado de lo que debería.

Es que no le pregunta quién eres porque... no, pero...

Gales si termina... termina porque no es difícil que termine, es sumamente fácil, en realidad. Termina además antes de lo normal, todo un desastre. Pero seguramente terminará notando que esto no está del todo bien para Luxemburgo.

—¿Estás... bien? Siento que esto...

—L-Lo siento, esto... —aún está respirando como si acabara de venir de correr—. Debe ser raro para ti... — De hecho, pues como si se acabara de correr.

Debe tirar de él, para abrazarle, a ver si quiere acostarse sobre él. Y le abraza cuando el otro lo hace, sintiéndose culpable con él, culpable con Galia, un poco desgarrado del corazón, porque esta atontado y demasiado cerca y no quiere dejar una vida perfecta con el que sabe que no puede tener.

Pues Escocia insiste que no es tan perfecta, ya debería haberlo visto.

Perfecta como las vidas normales de la gente... todo lo buena que puede ser una vida con alguien. Aunque él no cabe aquí. Ya, ya lo sabe. Hay cosas que necesita saber, que requieren un proceso que él no ha hecho y que hacen que no funcione.

—¿P-Puedo contarte una historia... tonta?

—¿Alguna vez alguien te dice que no a eso? —inclina la cabeza, Gales sonríe un poco y niega.

—Vengo... de un mundo paralelo...

—¿Ya no eres un Timelord? Venga quería tachar eso de mi lista ya que no me dejarías intentar seducir a David Tennant.

El británico se ríe un poco más con esto, porque maldita sea, le cae bien y le gustan mucho sus chistes. Le aprieta contra sí.

—No, soy... seguro no te he hablado de la magia de verdad nunca porque yo no hago mucho eso...

—Oh, no. Sí me has hablado de la magia —le acaricia distraídamente, dejándole

—No lo recuerdo... no recuerdo nada y eso es una mierda. Mañana o... pasado voy a recordarlo todo y a ser yo otra vez normal. ¿Qué te he dicho de la magia? ¿Algo que no sea... literario? ¿O imaginativo?

—Generalmente lo achacamos a las drogas o al alcohol.

—Quizás... sea mejor achacarlo a lo mismo esta vez. Creo que... consumí algo raro —intenta explicarlo así—. Y estoy convencido de que yo... no soy realmente tu marido, sino un Cymru que viene de un universo paralelo que... es distinto a este.

Luxemburgo traga saliva porque por un momento ha sentido eso, pero no sabía que él lo había notado.

—Y-Y... vine aquí y repentinamente te vi a ti y... me gustas. Mucho. Pero sé que no estoy actuando como debo.

—¿Y qué debías hacer?

—No liarme contigo así, para no asustarte y confundirte y hacerte sentir que estás... con alguien raro que no es el Cymru de siempre. P-Pero no pude... y vine aquí e hice esto mal... contigo, como seguro hago las cosas mal en mi propio universo —aprieta los ojos.

—¿No estás llevando todo esto un poco al límite?

—N-No sé cómo arreglarlo todo. P-Por qué no me dejas darme... u-un baño y... — Gales está... un poco en pánico.

El flamenco traga saliva de nuevo porque normalmente hay un apres le, pero asiente y la verdad... Gales quisiera ahora mismo la botella infinita de whiskey de Escocia.

A lo mejor tienes alguna escondida en algún lado. En uno de esos escondites que dices que no tienes. O en el váter, ese es un lugar clásico.

—Lux... emburgo... —es que ni siquiera sabe cómo le llama siempre. Le parece que eso es horrible, HORRIBLE con él. Este le mira—. V-Voy a ir a buscarte... y-y voy a hacer las cosas bien contigo y... a conocerte del todo. Perdóname... hoy estoy siendo un asco de persona —es que hasta se le humedecen los ojos un poquito dándole un beso en la frente y haciendo para levantarse.

Él se humedece los labios porque eso tampoco hace mucho sentido.

—No eres un asco de persona, solo eres raro de cojones.

—Eso... también, desde luego que lo soy. Soy británico, ¿qué esperabas? —le sonríe un poco, mirando lo guapo que se ve en la cama y pensando en lo mucho que merecería que su marido de verdad estuviera aquí y no él. Aprieta los ojos, se pasa una mano por el pelo y... seguro se va al armario y no al baño. Porque así la suerte británica.

De hecho, seguro abre la puerta... se mete entero al armario, cierra la puerta a sus espaldas... pasan unos cuantos segundos de obvio intento por encontrar la luz, tocando todo... notando el problema. Carraspea, abre la puerta otra vez, sale... ejem.

Luxemburgo se estira un poco en la cama y se acaricia el estómago pensando que quería animarle un poco y no está seguro de haberlo logrado y que quería hacerle el amor y tampoco está seguro de que le haya salido cuando nota lo que está haciendo, en el armario.

—La verdad, después de esto, esa declaración me parece del todo innecesaria —comenta mirándole. Gales... sale todo sonrojadito.

W-What?

—Tú... saliendo del armario —le sonríe.

Gales le mira, por un instante... y la verdad... es que se muere de risa, sentándose en la cama. Luxemburgo levanta el culo y se mueve un poco acercándosele. Le pone un pie en la espalda y le empuja un poquito.

Gales se gira y le mira, sonriendo aún. Finalmente le salta un poco encima a lo que el otro se ríe abriendo un poco los brazos.

Gales, que iba a ir a hacerse un poco bolita al baño todo angustiado, le mira ahí medio despeinado y todo sonriente y... es que siente calorcito en el corazón. Claro que podría enamorarse de él para siempre... pero querría enamorarse con él.

Luxemburgo le abraza y le da un beso, él se lo responde, raro como cada vez, sonriendo un poquito. El flamenco se separa y le mira a los ojos, con intensidad.

—Siento que no he conseguido hacer lo que me has pedido.

El británico le quita un poco el pelo de los ojos, sonriendo y Luxemburgo le sigue un poco la mano con la cabeza cerrando los ojos.

—Te veía. Llegar. Cruzar la puerta. Darme un besazo en el morro. Mirarme a los ojos de esa manera única como solo tú miras a los ojos, rompiendo el calendario. Te veía hacer esas cosas sencillas que tú haces para que entre en razón... y no sabía a quién darle las gracias —le recita, el otro sonríe con eso y se sonroja un poco. Este es el momento en que le parece que se parece más a su Gales.

Le besa el hombro... y la clavícula y el esternón. Y le resigue un poco las costillas. Luxemburgo cierra los ojos y vuelve a hundirle las manos en el pelo.

Se recrea, porque quizás no sabe que es lo que quiere, pero ¿a quien no le gusta que se recreen? Le recorre con las manos y la nariz, dándole besitos muy suaves. Y sí que le gusta, venga, no seas duro... le rodea las piernas con los pies y hace algunos suspiritos de satisfacción.

—Andas por esos mundos como yo; no me digas que no existes, existes, nos hemos de encontrar; no nos conoceremos, disfrazados y torpes por los caminos echaremos a andar...—vuelve a recitarle, pensando que... hacia esto mismo con Galia cuando la conoció, se le salían los versos, que había leído en uno u otro sitio.

—Vaya, ¿cuándo hemos vuelto a la poesía?

—Cuando me has... vuelto a enamorar —aprieta los ojos pensando que este es un terreno ridículamente peligroso.

—Todos los días, me prometiste una vez.

Odia cuando Escocia tiene tanta razón. (No vamos a decir te lo dijimos, pero...) Se acuesta un poco en su abdomen y le da un beso.

—No nos conoceremos, distantes uno de otro sentirás mis suspiros y te oiré suspirar. ¿Dónde estará la boca, la boca que suspira? Diremos, el camino volviendo a desandar —le mira desde ahí, y sonríe de lado, sonrojándose un poco... ahora te jodes con el poemita entero—. Quizá nos encontremos frente a frente algún día, quizá nuestros disfraces nos logremos quitar. Y ahora me pregunto… cuando ocurra, si ocurre, ¿sabré yo de suspiros, sabrás tú suspirar?

—Me gusta el sonido de tu voz, pero ese poema no tiene sentido — Le mira otra ve y sonríe de lado.

—¿Ah, no? —levanta una ceja.

—No necesitas ir por mí, estoy aquí.

—Ya sabes que soy raro de cojones — Gales le sonríe un poco y cierra los ojos.

—Eso sí.

Le pica un poco a ver si tiene cosquillas y las tiene, así que salta riéndose. Oh... la mirada que le echa, yendo a hacerle más.

—¡No! Nononono —mueve los pies, muerto de la risa.

Gales se ríe también haciéndole un poquito más y Luxemburgo mueve los pies dando pataditas más deprisa chillando de risa.

—¡No! —va a empezar a decir palabrotas en holandés, pero sin detenerle ni por un segundo.

Gales agradece no haberse ido al baño a hacerse bolita, muerto de risa también. Luxemburgo intenta besarle a ver si con eso le distrae… Y lo hace, claro que lo hace. Aunque a medio beso le pica un poquito otra vez.

—Uuuuuugh!

Gales le abraza

—No me vengas ahora todo mono y dulce ¡como si no acabaras de hacer lo que has hecho!

—Yo no hice nada —declara desde su cuello

—No te cree nadie.

—Me creo yo a mí mismo y eso basta.

—Que vas a creerte a ti mismo, ni que fueras tonto —protesta y Gales se ríe más.

—No lo soy, tú me dejas así

—Mira que conveniente...

—¡Claro que no lo es! ¿¡Que me dejes tonto?! ¿¡Cómo va a serlo! —protesta, escandalizado.

—Así puedes usar excusas pésimas para defenderte.

—La verdad esto fue un poco venganza por eso tan... cruel que hiciste con el dedo un rato atrás.

—¡Cruel!

—Despiadado — se le acurruca más y se ríe un poco.

—Ya, ya... de las peores torturas.

—Bueno, de cierta forma, si... no me estoy quejando, solo... estoy estableciendo un punto —le pica las costillas.

—Pues por lo menos yo no he suplicado que me lo hagas —da un salto otra vez.

—¡Yo ta-tampoco he suplicado!

—"Hazme el amor, házmelo todo, quiero saberlo todo, como si no hubiera mañana" —le imita acercándosele a los labios. Gales se sonroja, mirándole.

—Uno nunca sabe que va a pasar mañana... —susurra poniendo cara de beso.

Vale, vale, beeeeeso y el británico sonríe tontamente. Ugh.