-¿No me dirás qué te hizo él?
-¿A qué te refieres madre?
-Desde que saliste de tu encierro has mantenido la mentira de defender a tu esposo y decir que no te hizo nada. No lo creo. Si no te golpeó o abuso de ti para demostrar su poder sobre ti, algo desagradable tuvo que haberte hecho para castigarte. -Ella estaba anonadada de ver a su hija en esa reunión con la vista alta y por si sola compartiendo animadamente con otras Omegas. Que Korra le haya otorgado tanta libertad luego de que su hija le faltó al respeto justo en la cara-
-Si lo hizo madre, él me encerró por tres días en una habitación.
-Eso no es un castigo. -Es absurdo, pensó Yasuko-
-Para mi si madre, Korra sabe lo importante que es para mí la libertad. Por eso él supo que la peor forma de castigarme sería esa.
-Él está siendo suave contigo.
-¿Eso te molesta?
-No hija, no hay complacencia en saber que él te haga daño. Solo que de esa forma no actúan los Alfas.
-Ya deberías de saber que Korra no es como la mayoría de los Alfas.
-Cariño, no seas ingenua, por tu bien te pido que no te confíes. Alfas lo aparenten o no, no son más que animales. En la guerra y en la cama muestran su verdadera cara ¿Me dirás qué él es igual de amoroso contigo cuando se aparean o muerde tu cuello?
-No hablaré de mi intimidad contigo madre, solo diré que no tengo queja alguna sobre mi esposo. -Asami se sonrojo- Mi padre siempre fue un Alfa amoroso y respetuoso contigo ¿Por qué crees que Korra no puede ser igual conmigo?
-Porque es un salvaje del sur, aquí se vive y crece con costumbres diferentes. Y me apena lo que te diré pues empañará la imagen que tienes de tu padre pero ya no eres una niña y por tu bienestar necesito que lo entiendas. Hasta para Hiroshi, yo tuve que aprender a comportarme y respetarlo desde muy joven para evitar su cólera, a veces por las buenas, a veces por las malas.
-Korra no es así. -Asami tuvo un leve destello de su niñez. Hiroshi golpeando a su madre. Siendo agresivo. El miedo que generaba en ella el olor de sus feromonas al estar enojado-
-Todos lo son. -Ella tomó de su bebida con amargura- Lo único que agradezco de tu padre es que siempre fue educado y discreto. Nunca quiso que tú fueras testigo de nada que le diera una razón para que tú lo odiaras. Por eso no fuiste espectadora de muchas cosas y él siempre trato de complacerte con otras. Lo cual ahora pueda ser un problema para ti. Quiero creer en tus palabras, pero debes de dejar de vivir en tu caja de cristal y asumir tu rol. No quiero una hija repudiada o muerta.
-Madre, entiendo tu punto. Pero aún cuando Korra no resulte ser lo que defiendo que es, no me dejaré someter por nadie, mucho menos permitir que me hagan daño.
-Es justamente eso lo que me preocupa Asami. -Si ella pudiera volver a tenerla entre la protección de sus brazos, recién nacida, lejos de toda maldad, bajo su poder y cuidado. Sin expectativas o estereotipos en su contra. Solo siendo feliz, una niña pequeña que corre en el patio de su casa, juega a las muñecas y todas las noches permite que le cepillen el cabello. Si solo su hija hubiera sido Alfa y no una Omega, muchas de sus preocupaciones no la desvelarían-
-Te diré algo que tranquilizara tus nervios madre.
-Dime y veré si me parece.
-Haré caso e iré asumiendo mi papel. No es de mi agrado jugar con fuego ni tampoco que Korra llegué a ser disciplinado por mi culpa. Pero lo haré a mi manera.
-No me convencen mucho tus palabras, pero me parece bien que consideres a Korra. Deberías hacer lo mismo en otros aspectos. Creo que sí te descuidas un poco más él tendrá su primer cachorro con su sirvienta y no contigo.
-¿Yue?
-He notado que dejas mucho de tu trabajo en sus manos, ella ayuda en el baño y vestimenta a tu esposo. Son cosas que deberías de tomar ha personal y no permitir, a menos que quieras que después ella ocupé tu lugar en la cama y tú termines durmiendo con la servidumbre. Si su heredero nace del vientre de esa Omega y no del tuyo a tu padre no le gustara. Mantenla alejada y a Korra entretenido contigo mientras te preñas.
-Madre... Yue es solo su sirvienta. -De nuevo el rubor atacó las mejillas de Asami y no pudo hacer nada más que balbucear-
-Una Omega cariño, ¿pensarás en lo que te he dicho aunque no sea demasiado de mi gusto?
-Si. -Aceptó ella. Los consejos de su madre tenían lógica. Pero por supuesto, Yasuko no sabía de la mentira detrás de todo. Del falso matrimonio-
-¿Puedes creer lo buena que es ésta bebida? -Señalo la Omega mayor a lo que tenía en la mano-
-¿Te gusta algo proveniente del sur?
-No, solo tiene un característico sabor y me ayuda a mantenerme caliente, odio el frío. -Aclaro Yasuko-
-No lo tomes como agua, te puedes emborrachar. Aunque está hecha de uvas y centeno está fermentada. Aquí como la mayoría de las cosas, es un lujo.
-Iré de nuevo solo por una más entonces, no quiero amanecer con resaca ¿Vienes conmigo?
-No, voy a buscar a Opal en el piso de arriba, tengo mucho rato sin verla. -Ni a su doncella ni a Bolin-
-¿Te acompañó?
-Preferiría ahorrarte la fatiga madre, tranquila será rápido.
-Me hablas como si fuera una vieja, te recuerdo que solo tengo treinta y cinco años.
-Lo sé. -Sonrió- No te separes demasiado de los guardias ¿De acuerdo?
-Lo mismo para ti. -Dijo Yasuko a su hija antes de verla subir las escaleras. Miro de nuevo su vaso sin nada para beber en la mano y tuvo la intención de ir por más, interrumpida por un hombre que se atravesó en su camino-
-Disculpe, ¿la señora quisiera concederme una pieza de baile? -Pidió el Alfa a ella. Fue sencillo saber que se trataba de uno, su olor era fuerte al igual que su físico- Me presento, mi nombre es Noatak, hermano de Tarrlok y procedente del norte.
-Pensé que el sur y el norte no se llevaban bien.
-Hay excepciones.
-Yo no las tengo, no me gusta nada proveniente del agua del sur o del norte. -Ella vio al Alfa contraer él ceño en señal de disgusto, supo que se había pasado de la raya, eso la hizo recordar el dolor de ciertos golpes y encogerse en su puesto, también de las verdaderas intenciones del sujeto, por lo cual quiso irse de la presencia del hombre lo más rápido posible- Espero sepa entender, con permiso.
-No entiendo como alguien que no conoce algo puede decir que no es de su gusto. -Yasuko tragó grueso. No había guardias cerca. Ni siquiera el idiota de Korra lo estaba. Él Alfa que se negaba a dejarla ir podía tratar de tomarla contra su voluntad- Lo siento, no es mi intención intimidarla, ni que crea que la obligare a hacer algo que no quiera. Acepto su rechazo a mi invitación. Pero cuando quiera conocer del norte con gusto yo le puedo enseñar. Así quizás no le disguste tanto. Después de todo su hija está casada no solo con el heredero del sur si no posiblemente con el del norte. Al cual no me gustaría hacer enfadar si cree que la he acosado.
-Responsable de su parte. -Ella subió la mirada y se atrevió a observarlo. Anteriormente se había dado cuenta de su presencia, el Alfa no había dejado de mirarla durante varias ocasiones en el transcurso de la noche. Él no era un hombre mal parecido. Daba placer mirarlo. También, transmitía cierto orgullo e intimidante fuerza. Pero ella odiaba a la nación del agua y su gente salvaje. Aunque Noatak fuese un individuo educado y bien vestido. Además era una Omega casada- Agradezco su tacto. Aunque no entiendo el miedo que algunos tienen hacía Korra. Él no es más grande que Tonraq ni que usted o muchos aquí.
-No es miedo, se trata de respeto. El tamaño no define la fuerza de un Alfa. Si me descuido combatiendo contra Korra es capaz de partirme en dos con su espada. -Yasuko se estremeció, él era el esposo de su hija- Es la depurada técnica de la cual él goza y su desarrollado instinto. Pero, cambiando de tema a uno más agradable e interesante para usted, ¿si de tamaño hablamos es normal que las Omegas de la nación del fuego sean así de altas como su señora es y su hija?
-No, es cosa de familia.
-Ya veo. -Dijo él alzando ambas cejas-
-No pareces conocer mucho del mundo Noatak. La gente del sur y el norte son tan...
-¿Salvajes? -Él Alfa río por lo bajo y eso dio escalofríos a Yasuko. Ella tuvo que tratar de tapar su nariz. Las feromonas del hombre estaban empezando a hacer insoportables, le estaban debilitando y arrastrando a querer pasar más tiempo con él- Es cierto, no sentimos la necesidad de dejar nuestras tierras cuando tenemos una obligación con ella y las costumbres. Si eso nos hace salvajes, creo que lo somos.
...
-¿Interrumpo algo? -Pregunto ella al toparse con Korra en el balcón compartiendo con Yue. Asami recordó las palabras de su madre y sin querer miro muy fijamente a la Omega. La mujer bajo el rostro y se retiró tan rápido pero discreto como le fue posible-
-No, sigue adelante ¿Cómo te fue con Zhu Li?
-Estupendo, sin duda alguna será de gran ayuda tenerla a mi lado sin importar el poco tiempo que compartiremos. No es Varrick pero se nota porque goza de ser su mano derecha. ¿Te dije que estaba enfocada en investigar el aceite de roca no?
-Lo recuerdo, sí.
-Mi padre trabajaba en esto antes de venirme, solo que en autos directamente. Creemos poder cambiar el proceso de solo quemar carbón para crear vapor a utilizar el aceite de roca procesado como combustible de mayor potencia y menor gasto con la creación de un motor a combustión ¡Los barcos pasarán de ser de vapor a moverse impulsados por la mecánica de la combustión! No solo eso, si es exitoso podremos aspirar a construir un transporte terrestre que se mueva con el mismo aceite de roca en pequeñas cantidades y buen rendimiento. Aunque, tendremos que cambiar las ruedas de paleta en los barcos por hélices sumergidas y hacer otras modificaciones en la estructura primero si queremos que sea un éxito antes de intentar con otras cosas.
-¿Barcos?
-Si. -Dijo ella entusiasmada- Escuchaste bien, barcos.
-Asami, no hay nada más que represente el erecto orgullo y gallardía de la tribu del sur y las naciones del agua que sus barcos. ¿Suena eso como que permitan a Omegas decirles cómo construirlos o manejarlos?
-No, para Alfas misóginos de Omegas no. -El ímpetu de ella disminuyo- ¿Pero tu los harás entender los beneficios y aceptarlo verdad? No quiero dar éste invento a Varrick, funcione o no quiero que sea mío y Varrick solo aparezca como lo que es, un apoyo. Dado a que Zhu Li tampoco puede. Obviamente por ser una Omega.
-Asami, no lo sé. ¿Por qué no intentas con otras cosas? ¿Que tal inventar algo que haga la vida de las curanderas más fácil en las cabañas? Siempre le es difícil trasladar personas heridas o convalecientes de un lado a otro. No creo que nadie se ofenda cuando solo es cosa de Omegas la medicina.
-Quiero ésto Korra, por favor. La nación del agua estará un paso adelante del fuego en poder marítimo si todo resulta. Actualmente eso es impensable para ustedes. Seamos sinceros aunque dicha sinceridad duela.
-A los ancianos no les gustará que les recuerde la ventaja que nos lleva el fuego con respecto a nuestras flotas. Tampoco el dinero y tiempo que se gastará remodelando y construyendo nuevos barcos que para ellos se hundirán por ser hechos por ti ¿Aún así quieres que me arriesgue a ir con ellos y exponerles tu punto?
-Exacto.
-Hmmm... -Korra suspiró- Quisiera que todo tu esfuerzo diera frutos, pero hasta yo le veo limitaciones a lo que quieres alcanzar. Sin embargo, apreciaré tu trabajo duro yendo a la boca del lobo y si no me parten el cuello trataré que la respuesta por parte de ellos sea a tu favor.
-Gracias Korra.
Ella sonrío muy ampliamente y abrazo al Alfa, dándose cuenta por el rabillo del ojo que su madre venía justo hacía ellos. Asami vió la oportunidad perfecta para hacer más creíble su matrimonio, dispersar las dudas con un simple acto. Por lo que, se separó solo un poco de Korra y busco su boca, sintió el titubeó en él pero no tenía tiempo para dar explicaciones, busco una de las manos del Alfa y lo obligó a que le abrazara por la cintura, entonces, sin más rodeos ella lo beso. Torpemente recibida, pero con un acoplamiento que no se hizo esperar.
Luego, miró de nuevo con disimulo hacia su madre, y la vio darse la vuelta y desistir de acercarse a ellos. Bingo, esperaba que su maniobra diera resultados, aunque si no lo hacía con Yasuko, de seguro si lo estaba haciendo con Korra. El Alfa había profundizado el beso y ella creyó perder el conocimiento de la ola de excitación que el acto provocó en ella. Se sentía delicioso caminar sobre las nubes, ser arropaba por el calor que encendía en llamas sus sentido y su corazón. Aquello no era para nada como los inocentes besos que alguna vez se dio con Korra cuando los dos aún eran unos cachorros jugando a Papá y Mamá en la casita de madera del árbol.
Y queriendo disfrutar más del nuevo descubrimiento ella se apoyo contra el cuerpo de Korra y despeino entre sus dedos los salvajes cabellos del Alfa, exigiendo distraídamente mayor cercania. Hasta que fue Korra quién gruñó y la apartó, eso fue doloroso para ella. Pero la hizo reaccionar, volver a la tierra, darse cuenta de su atrevimiento. Por supuesto, él no la veía de esa forma ¿Qué mierdas estaba haciendo? Debía alejarse de Korra.
-Lo siento, es solo que... Mi madre no confía en la veracidad de nuestro matrimonio. No me lo dijo pero sospecho de su pensamiento. Por eso aproveche la oportunidad de verla caminar hasta acá para convencerla de lo contrario. -Korra continuo sin hablar- Si ella se va de aquí sin seguridad de lo que pasa entre los dos, mi padre podría atreverse a venir y nada bueno saldría de ello.
-Nadie puede quitarte de mi, madre o padre, ahora eres mía. -Susurro él con voz ronca-
-¿Qué dijistes?
-Me parece astuto, ¿pero crees que sirva con Yasuko? -Korra pestañeo varías veces y volvio en si. Él tenía la mirada desviada de Asami, ella se dio cuenta-
-Tenia que intentarlo.
-Claro.
-¿Quieres que bailemos? -Estúpida ¿Eso era lo más inteligente que podía decir en ese momento?, se reprochó Asami. El ambiente se había cernido entre los dos incómodo. Ella se sintió culpable y avergonzada, no debió haber besado a Korra-
-No, necesito estar atento a las fronteras y a los soldados.
-¿Por qué, ocurre algo? -Eso la preocupó-
-Mi padre me mandó un aviso de supuestos bárbaros con malos designios hacia el sur. Nada grave, tranquila. Puedes volver a la reunión sin preocupaciones, yo iré a ver qué todo transcurra como lo pedí en el muelle.
-Si eso quieres. Aunque, no volveré al festín, estoy cansada, me iré directo a mi habitación, eso luego de ver qué mi madre y Opal hagan lo mismo. -Dijo ella bajando el rostro y aprovechando la oportunidad para irse de allí, huir y morir de vergüenza-
-De acuerdo. -Él la vio irse y espero a que estuviera protegida por sus hombres para abandonar la casa. Sentía sus piernas entumecidas y su autocontrol debilitado. Había sido tanto el Shock para él que aún transcurrido tiempo después hablando con los guerreros en el muelle presto poca atención a todo. Su mente se había quedado con Asami en ese balcón. Con el sabor de su boca, el olor de sus feromonas, la forma de su cuerpo pegado a él-
Había sido un milagro recuperar la conciencia y darse cuenta de lo que hacía. Besar a Asami. Él había profundizado ese beso y luego él mismo lo había roto. Era eso o perder su autocontrol y querer llevar todo a otro nivel. Era fatal lo que sucedía, las feromonas de Asami le estaban afectando sobre lo común. Porque normalmente luego de convertirse en Alfa y Omega ninguno de los dos compartió tanto tiempo como estando falsamente casados.
Él tenía que verla levantarse, arreglarse frente al espejo, dejar que llenará de su olor cada espacio que solo antes fue de él. Y ahora al volver a casa y subir a la habitación, verla dormir. Hermosa en su inconsciencia, semi arropada y con rastros de su pálida piel y piernas al desnudo. Que los espíritus le ayudarán, el Alfa dentro de él quería reclamarla como suya. Su sangre hervía, su respiración estaba acelerada. Pero Asami no lo veía a él de esa forma, y primero preferiría tirarse por un barranco que faltarle al respeto a ella. Ganarse el desprecio de la Omega por actuar como un animal. No obstante, con la imagen que lo recibió esa noche en la habitación, lo tuvo claro.
-Necesito supresores.
Aunque los supresores estuvieran prohibidos para Alfas. Él, su cuerpo y mente los necesitaban. Si no, no sería capaz de pensar en otra cosa que no fuera Asami. Eso estaba mal, él debía tener en cuenta la amenaza latente de Zaheer, a su gente y al sur. No tenía tiempo para una mente nublada, debía aclarar sus pensamientos y centrarse en su rol como guerrero.
