Nada de Crepúsculo me pertenece, la historia es de Sthepenie Meyer y yo solo lo utilizo con fines de entretenimiento.

Summary: Secuela de perdida en crepúsculo. Y de ese modo el león se caso con la oveja. ¡Qué oveja tan estúpida!¡Qué león tan morboso y masoquista!¿Qué hago resolviendo sus problemas?

Advertencia: Todos los personajes pertenecen a Meyer, excepto Hannah James, Danielle James y Charles.

Advertencia 2: Algunas frases orignales del libro Amanecer apareceran en la historia.


Parte XIII

Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes. — Khalil Gibran

Aquella noche no había querido decirle la verdad a Jacob, me había limitado a refunfuñar sobre partidas de caza que pasaban la frontera con Canadá, aunque no estaba muy segura que el lobo se hubiera tragado el cuento. Habían pasado dos días desde la llamada de Alice, y aun no tenia noticias sobre el regreso de los recién casados, incluso para mi era un misterio sobre lo que estaba ocurriendo en la mansión de los Cullen, intente saltarme la norma de llamar para saber lo que estaba ocurriendo, pero lastimosamente el teléfono sonaba ocupado.

Así que como cosa normal en mi, perdí la paciencia y aprovechando que Charlie se había marchado para su trabajo, tome prestadas algunas prendas del armario de Bella y me vestí con la rapidez de una rayo, baje con premura y prendí la motocicleta de Jasper, quien seguramente se alegraría de verla nuevamente. Las calles en Forks estaban solitarias, casi todos estaban trabajando y los chicos del pueblo, debían estar preparando maletas para marcharse a la más grande aventura de su vida.

La carretera que dirigía hacia la casa de los Cullen, estaba solitaria y muy espeluznante, maneje con rapidez esperando que entre los arboles y pastos altos surgiera algún vampiro que le diera por hacer una inesperada visita, sin embargo, llegue al garaje sin que nadie a parte de mi misma fuera visitante a la guarida de los vampiros.

Recostado sobre el porsche amarillo, los ojos leoninos de Jasper me observaban con cautela y también en ellos bailaba la alegría de ver nuevamente su moto, sin embargo, tras ese semblante sereno había algo de agonía y preocupación, eso significaba que las cosas no estaban marchando muy bien a la llegada de los Cullen, sentí una gran explosión de paz provenir del vampiro, eso significaba que las noticias buenas no existían en esta casa.

— Debiste esperar la llamada de Alice —dijo Jasper apenas despegando los labios.

— ¿Creen que iba esperar sentada en la habitación de Bella? —inquirí hablando de manera serena, seguramente influenciada por el poder de Jasper—. Están muy equivocados, no sirvo para esperar en la retaguardia las malas noticias, no soy tan endeble como piensan.

— Nadie piensa eso —contradijo Jasper soltando un suspiro—. Solo queremos lo mejor para ti.

— Y lo mejor es ocultarme lo que sucede —dije perdiendo la paciencia sin sulfurarme como debía—, como si no supiera lo que esta sucediendo con Edward y Bella.

— ¿Lo sabes? —pregunto Jasper alzando las cejas.

— Claro —dije alzando los hombros con despreocupación—. Los vampiros después de todo pueden extender su estirpe.

Jasper quedo de una pieza, mientras yo pase de largo para verme librada de su poder. Cuando cruce la puerta del garaje, me encontré con un panorama que jamás pensé ver, definitivamente en la casa de los vampiros se podía esperar cualquier cosa; lo que hasta hace dos días había conocido como una sala, ahora parecía la habitación exclusiva de un hospital de cinco estrellas.

Los ojos de los congregados alrededor de Bella se posaron en mí, eso significaba que no esperaban que yo llegara, lo que parecía demasiado extraño, contando que Alice poseía un gran don que podía ver todo, pero lo que más me llamo la atención fue la expresión en el rostro de Edward, su sufrimiento apenas estaba comenzando.

— Hola —salude rompiendo el silencio que había en el salón—. ¿Dónde esta Alice?

— En el ático —respondió Emmet cruzándose de brazos—. No se supone que deberías estar en casa de Charlie.

— Tú también —dije frunciendo el cejo—. No se supone que yo tengo derecho saber lo que sucede, como si un embarazo fuera cosa del otro mundo.

El silencio continuo a mis palabras, entonces Bella miro suplicante a Rosalie, quien extendió una palangana y un estruendo lleno el silencio que nadie se había atrevido a romper, luego Bella me observo a modo de disculpa, como si ella fuera la culpable de que los Cullen me tuvieran alejada de todo lo que sucedía, aunque a decir verdad todo era culpa de Edward.

— Lo se —gimió Edward hundiendo su cara en el mueble donde descansaba la embarazada.

Sentí compasión por su suerte, aunque estaba un poco errado con la dirección de mis pensamientos, no me refería a la situación que estaba atravesando Bella, parecía que no comprendía a que punto ella lo amaba.

— ¿Acaso tu si? —pregunto Edward levantando expectante la cabeza.

— Por supuesto —conteste poniendo en blanco los ojos—. Deja de estar lamentándote.

— ¿De que me perdí? —pregunto Bella mirándonos alternativamente.

— Lo mismo de siempre —conteste soltando el aire que se estaba acumulando en mis pulmones—. Creo que no eres la única mártir a la redonda.

Una risita proveniente de Emmet, hizo que Edward gruñera, seguramente nada bueno debía estar pensando él para que el señor Cullen lo estuviera viendo con ansias asesinas. Observe a Bella buscando algún cambio desde la ultima vez que la había visto, ahora parecía más delgada en algunas partes de su cuerpo y en la parte de su vientre, un pequeño bulto estaba sobresaliente como si tuviera por lo menos cuatro meses de embarazo, un silbido se escapo de mi boca al comprobar que no había pasado mucho desde que Alice me había llamado.

— ¿Cómo te sientes Bella? —pregunte al notar un aspecto verdoso en su rostro.

— Con nauseas —respondió tomando un gran trago de aire—. Aunque parece que alguien no ha dormido bien estos últimos días.

Bufe un poco antes de irme a sentar en el sofá, a parte de la situación con los recién casados, tampoco me había dejado dormir la ultima discusión que había tenido con Jacob, después de todo las cosas aun estaban a medio resolver y nunca estarían bien, hasta que cierta persona hiciera su aparición.

— ¿Cómo esta Jacob? —pregunto Bella mirándome fijamente.

— La verdad no se —conteste alzando un poco los hombros—. Hace dos días que no lo veo, quizás debe estar odiándome.

— ¿Por qué? —pregunto Edward robándole las palabras a su esposa.

— Se han perdido de muchas cosas —susurro Emmet yendo a prender la televisión.

Mire la espalda del grandulón con los ojos entornados, seguramente Emmet debía de estar conteniéndose por hacer ese tipo de comentarios, estaba casi segura que esperaba mi regreso para lanzar indirectas que parecían directas, con tal de ver sulfurado a Edward, parecía que no le bastaba con verlo agonizando lentamente con el estado de Bella.

— Le ha partido el corazón al chucho —comento Rosalie curvando una sonrisa.

— ¿Hannah? —pregunto Bella entornando los ojos.

— ¿Dónde están Esme y Carlisle? —pregunte advirtiendo que no veía a los padres de los Cullen.

— Cazando —respondió Edward con desgana—. Los pensamientos de Carlisle eran confusos respecto a ti, ¿Qué ha sucedido realmente Hannah?

— Decidió creer lo que tu consideraste un chiste —dije con un tono mordaz—. Seguramente por eso debe pensar con mucha confusión.

Edward me evaluó con sus negros, por mi parte me dedique a observar unas círculos lila que estaban comenzando aparecer en su rostro, seguramente no se había alimentado como debía, me pregunte por que estos vampiros precisaban de matar a sus presas, en vez de tomar un solo poco de su sangre, por que debían morir y no vivir tan solo con un poco de recuerdos borrosos.

— Ni lo pienses —me advirtió Edward negando con la cabeza—. No lo haría aunque me estuviera muriendo.

— Hasta cuando —mascullo Emmet sin volver la cabeza—. Saben, es muy complicado tratar de descifrar lo que están hablando.

— Eso significa, que no debes escuchar conversaciones ajenas —dije sacando la lengua en su dirección—, es de muy mala educación.

Emmet volteo la cabeza en mi dirección mostrando su lengua también, una sonrisa hizo que termináramos nuestra batalla de mostrar lenguas, la embarazada se cogía la panza como si le bebe se le fuera a escapar, por su lado Edward nos miraba con ganas de darnos una buena lección, así que ambos nos cruzamos de brazos y le devolvimos una mirada igual.

— Dejen de comportarse como niños —declaro Edward perdiendo la paciencia.

— Ella empezó —dijo Emmet señalándome con un dedo—, es su culpa.

— Mi culpa —dije mirándolo con ojos entornados—, quien comenzó con las bromas y ni se te ocurra tramar algo, Jasper te las va cobrar.

— Amén —dijo Jasper ingresando a la sala.

— Ves —dije en dirección a Emmet.

—Eres un suplicio —mascullo Emmet entre dientes.

Jasper soltó un suspiro y se perdió entre las escaleras, Rosalie y Bella comenzaron a burlarse de Emmet y su comportamiento infantil, mientras que Edward solo negó con la cabeza, las cosas habían cambiado mucho durante su ausencia. Me acomode en el sofá para tener una seria conversación con Bella, que de seguro tenia muchas preguntas acerca de Jacob Black, intuí que era así, cuando vi sus ojos mirarme de un modo extraño.

— ¿Qué sucedió con Jacob? —pregunto Bella acomodándose entre los cojines del mueble.

— Solo dije unas cuantas cosas —conteste torciendo la boca—, hemos tenido unos días muy interesantes, de hecho no le gusta mucho que la gente sepa que me voy a casar.

— No es de extrañar —dijo Bella soltando un suspiro—, ¿Le dolió mucho cuando nos fuimos?

— No lo creo —respondió Edward por mí y me dedico una mirada recelosa—. Creo que Hannah lo ha mantenido ocupado en otras cosas.

Fruncí el cejo cuando observe a Edward, seguramente ya estaba enterado de todo lo que había ocurrido durante su ausencia, solté un resoplido y me cruce de brazos, eso era lo malo de convivir con un lector de mentes, no estabas a salvo de nada y en ningún lugar, hasta ese momento no había tenido conciencia de cuanto envidiaba a Bella por ser una muda mental; Edward siseo por lo bajo, seguramente esa palabra le traía algún recuerdo, solté una risita tratando de no pensar en lo evidente.

— ¿Qué es lo gracioso? —pregunto Bella entornando los ojos.

— Lo interesante es que, unas cuantas palabras molestan a unos cuantos —respondí soltando una risita—. No te preocupes por Jacob, estoy segura que sobrevivirá mucho tiempo, bueno a menos que Leah continúe haciéndole la vida imposible.

— ¿Leah? —indago Bella arqueando las cejas.

— Saben —interrumpió Emmet soltando una risita—. Hannah se peleo con ella.

— Como siempre involucrándote en problemas —negó Edward con un matiz de preocupación en la voz.

— Yo no empecé —me defendí ante los ojos acusadores del vampiro—. Ella me planto una bofetada, ¿Qué querías? ¿Qué me quedara de brazos cruzados y ofreciera la otra mejilla?

Bella soltó un suspiro, seguramente entendía mi postura frente a Leah, ella tampoco era de su agrado y quizá ninguna mujer que estuviera cerca a Jacob, una idea repentina cruzo por mi mente, era un poco loca pero no del todo descabellada, después de todo dos corazones rotos podían curarse mutuamente.

— ¿Qué ocurrió con Leah para que tuvieras problemas? —pregunto Bella mirándome con compresión.

— Me comparo contigo —respondí bajando la mirada a la alfombra—. Supongo, que aun tiene muchos asuntos que resolver y descarga sus frustraciones en los demás.

— Creo que no nos perdona que Jacob tenga el corazón roto —comento Bella con agonía—. Pero Jacob debe entender que las personas son libres de tomar sus propias decisiones.

— Coincido contigo —dije frunciendo el cejo—. Pero Jacob es un cabezota, no me extrañaría nada que se comportara como un troglodita, cuando se entere lo que esta sucediendo.

Edward compuso un gesto tozudo y casi vi un rictus en la parte derecha de sus labios, seguramente sabría como explotaría Jacob con esta noticia, no era un secreto para nadie que aun seguía amando a Bella y por lo tanto, haría hasta lo imposible por hacerle conocer a Edward cuanto lo odiaba y despreciaba por lo que había ocurrido con Isabella.

— ¿Tú también? —pregunto Edward con una muda suplica en los ojos.

— Sabes que jamás podría odiarte —conteste esbozando una sonrisa triste—. Estoy feliz por ustedes, aunque estés lamentándote, ¿Te acuerdas lo que te dije cuando bailamos en la fiesta?

— Claro —dijo entornando los ojos en mi dirección—, por que no me extraña que lo supieras. Me permites un momento Hannah, necesito hablar contigo en privado.

— Ya me preguntaba cuando comenzaría esto de nuevo —dije levantándome del sofá—, supongo que un viaje a Suramérica no significo un gran cambio.

— Se puso peor —me confió Bella con una sonrisa—. Edward, ¿podrías…?

— Un solo lado, ¿cierto? —dijo Edward a su esposa con un tono condescendiente.

— Si —contesto Bella ruborizándose—, y por favor, no regañes a Hannah.

Edward se levanto con elegancia del mueble y deposito un beso tierno en la frente de Bella, lo seguí a escasa distancia procurando no refunfuñar por la situación, en cambio Emmet soltaba risitas molestas, seguramente pensando en como Edward me reprendería por lo sucedido durante su ausencia.

El vampiro ingreso a la cocina y dejo la puerta abierta hasta que yo entre, la cocina no había cambiado en absoluto, a excepción de muchas partes de la casa; Edward se movió con la agilidad de un humano por la cocina, encontró huevos en la alacena y también una sartén pequeña, seguramente lo hacia con todo el propósito de interrogarme de los sucesos ocurridos con Jacob.

— Dispara —dije rompiendo el silencio que había en la cocina.

— Como pides que no me mortifique —comento Edward concentrado en la preparación del huevo—, ¿Acaso no ves el aspecto que tiene Bella?, esta deteriorándose cada segundo que pasa y noto que alimentas su locura como lo hace Rosalie.

— Ella no va morir —replique frunciendo el cejo—. Es cierto que su estado se debilita, por que el feto es fuerte y además lo que necesita es sangre para alimentarse, no seas pesimista Edward, deberías alegrarte por algo que considerabas perdido.

— No a costa de su salud —dijo Edward con la voz quebrada—. Hannah, por un momento ponte en mi lugar y entiende que no quiero perderla, esa cosa me la esta arrebatando cada segundo del día, no entiendo como no estas haciendo que entre en razón, lo que esta sucediendo es un completo disparate.

Solté un suspiro, el trabajo para estas siguientes semanas iba ser arduo, no solamente Edward era un pesimista al extremo, estaba segura que Jacob se le uniría en la misma lucha, por lo visto lo mejor iba comenzar en una semana.

— ¿Qué propones? —pregunte sabiendo que detrás de esto había algo.

— Necesito que hables con Jacob —pidió Edward poniendo el huevo en un plato, para comenzar con otro.

— ¡Estas loco! —proteste cruzándome de brazos—. Me niego a ir, lo último que quiero es volver hablar con Jacob Black.

— Necesito tu ayuda —dijo Edward soltando un suspiro—, se que no es una persona muy agradable cuando trata de hacer las cosas a su manera, por favor puedes ceder tu posición por un instante, no lo hagas por mi, hazlo por Bella.

Resople como respuesta, hablar con Jacob Black era volver alimentar sus esperanzas y darle alas a Leah para que me atacara en cualquier momento, claro, no era la vida de él la que corría peligro, él no tenia que estar soportando un hombre lobo con la hormonas revolucionadas, que pretendía convertirme en una canalizador de dolor y además de acusarme de estar enamorada de otro que no fuera mi prometido.

— Me estas pidiendo algo imposible —masculle de mala gana.

— ¿De que te acuso para que estés tan enfadada con él? —pregunto Edward arqueando una ceja.

— De estar enamorada de ti —susurre bajando la mirada al suelo de la cocina—. Es el disparate más loco que he escuchado en mi vida, admito que lo provoque un poco.

— ¿Qué le dijiste? —volvió a indagar Edward ahora terminando con su labor en la cocina.

— Lo que deseaba decirle desde que pise Forks —refunfuñe—. Que Bella solamente lo veía como un amigo, un hermano y así sería mientras tu existas en este mundo.

— Heriste sus sentimientos —suspiro Edward—. Después de todo le debes una disculpa.

— Ni de broma —dije alzando mi rostro para enfrentarme a la mirada compasiva de Edward—. Si hubieras escuchado lo que dijo después, no estarías diciéndome que le debo una disculpa; Edward, tiene serios problemas y yo no me voy a prestar, para que me utilice cada vez que le den ganas de besar a una mujer.

Edward soltó una risita que me irrito, claro, ríanse a costa de Hannah, como si yo fuera el bufón de la corte, lo único que me faltaba era que andará con un disfraz de payaso las veinticuatro horas del día.

— Te comprendo —dijo Edward pasando un brazo por mis hombros—, se cuan irritable se puede volver. Solamente necesito que le digas que necesito hablar con él —su gesto se volvió la de un hombre consumido por el dolor—, es el único que puede convencer a Bella de que no cometa una locura.

— Lo que piensas es una locura —rebatí frunciendo el cejo—. No se como puedes pensar, que ella pueda tener algo con Jacob y cambiar ese bebe que apenas esta comenzando a crecer, ¿Cómo puedes pensar en algo tan monstruoso?

— ¿Si es el único camino que la mantiene con vida? —pregunto Edward mordiéndose el labio inferior—, soy capaz de hacer cualquier cosa por ella.

— No lo dudo —dije negando con la cabeza—. Cuando nazca el bebe, entonces que pensara cuando se de cuenta, que su propio padre quería su muerte, ¿no has pensado en ello?

Edward soltó mis hombros y puso sus manos en los bolsillos del pantalón, agacho la cabeza y vi sacudir sus hombros sin que un sonido se escapara de su garganta, no pretendía ser dura y decir las cosas de un modo tan crudo, parecía que mi espacialidad era herir a la gente últimamente o quizás fuera una cadena recurrente en mi vida, genial, parecía que el tacto me estaba huyendo de por vida.

— Lo siento —musite con la voz quebrada.

— No lo sientas —dijo Edward con un tono transido por la agonía—. Tienes toda la razón, soy un ser repulsivo después de todo, lo que sucede con Bella, es el claro ejemplo de que nunca debió pasar esto y debí irme cuando regresamos de Italia.

— Vamos —dije poniendo una mano sobre su hombro derecho—. Solo eres un hombre enamorado que cumplió sus sueño, ella va estar bien y el bebe también, no te mortifiques por lo que esta sucediendo, además como siempre, no escuchas lo que digo.

— ¿Por qué defiendes con tanto ahincó a esa "cosa"? —pregunto Edward levantando el rostro para mirarme con dureza.

Solté un suspiro para luego morderme el labio inferior, el clic del primer candado casi lo escuche sonar, creo que con lo que estaba ocurriendo Edward se merecía una explicación, después de todo me mantenía con los secretos quemándome como si estuviera hecha de acido, enfrente la mirada de Edward decidida a contarle un pequeño secreto de mi vida.

— ¿Qué quieres decir con eso? —preguntó Edward bajando la guardia.

— En cierto aspecto me siento identificada con el feto —conteste comprimiendo la respiración en los pulmones—. Es horrible saber que tu padre, desee tu muerte antes de nacer, como si fuera un estorbo que le impidiera seguir caminando, como si fuera una piedra en el zapato.

Sin querer dos lagrimas salieron de mis ojos, recordando cosas que jamás debí haber escuchado, la situación que estaban atravesando los Cullen me hacían recordar tantas cosas que no deseaba saber y jamás enterarme, pero había aprendido que la vida de una u otra manera se las arreglaba para hacerme la vida de cuadritos.

— ¿Te… te sucedió lo mismo? —indago Edward pestañeando rápidamente—, ¿acaso estuviste embarazada alguna vez?

Solté una risita amarga, de cuando acá, Edward Cullen se imaginaba cosas de semejante calibre.

— ¡Por supuesto que no! —dije colorada por tal insinuación—, no estaría contando el cuento en este preciso momento, la tía de Charles me habría hecho desaparecer y créeme que tiene los medios.

— Entonces… ¿a que te referías? —dijo Edward mirándome confuso.

— A mi padre —confesé mordiéndome el labio inferior—. Escuche una conversación acerca de él.

Me devolví dos meses atrás, justo dos días después de la proposición de Charles, nunca acostumbraba entrar a las habitaciones sin anunciarme, pero una punzada me llevo a la sala donde el Mayor Harris y mi madre sostenían una acalorada conversación acerca de mi futuro, como lo habían hecho los últimos doce años y hay había sucedido lo imaginable…

— No entiendo nada —dijo Edward sacándome de mis pensamientos.

— Que mi padre, deseo que no naciera —revelé con la voz más aguda de lo que pretendía—; para él, el embarazo de mi madre era la cosa más inoportuna del mundo, un niño lo único que haría sería complicarle la vida y por supuesto, le dijo a mi madre que la mejor idea que se le podría ocurrir, era borrarme del mapa antes que naciera.

A pesar de todo, quería conocer al hombre que había deseado mi muerte, deseaba tenerlo enfrente y decirle cuanto lo desprecia por habérsele ocurrido esa pésima idea.

— Siento mucho lo de tu padre —dijo Edward depositando un beso en mi cabello—. Pero necesito tu ayuda Hannah, debo hablar con Jacob.

— No te hare cambiar de parecer, ¿cierto? —dije con tristeza.

— Llámalo por favor —dijo Edward extendiéndome un móvil plateado—, él no pasaría al teléfono si soy yo quien lo necesita.

— Con una condición —dije tomando el pequeño aparato—, que no sea para que Bella desista de la idea de traer tu hija al mundo.

— No puedo prometer tal cosa —dijo Edward saliendo de la habitación con el plato que había pedido Bella.

Edward era imposible. Marque el número de la casa de Jacob, me lo había aprendido de tantas veces que había llamado para hablar con él, espere unos segundos antes que alguien me contestara al otro lado, supe enseguida de quien se trataba, su voz la escuchaba incluso en mis pesadillas.

— ¿Hola? —dijo Jacob por segunda vez perdiendo la paciencia—, si llamo para hacer una broma, no es nada gracioso, debería ocupar su tiempo en algo más productivo.

— Lo estaría haciendo, no lo creas —resople torciendo la boca—. Necesito hablar contigo Jacob.

— ¿Hannah? —pregunto entre sorprendido y alegre.

— ¿Puedo ir a tu casa mañana? —pregunte arrugando el cejo, sabiendo el suplicio que me resultaría todo esto.

— Claro —dijo Jacob sin siquiera planteárselo—. Oye, lo del otro día, perdóname de nuevo, sabes que suelo decir muchas tonterías cuando enfurezco.

— Lo que digas —dije examinándome las uñas con parsimonia—. Nos vemos mañana.

Colgué antes de que Jacob dijera otra cosa más, después de todo, podría convencer al lobo que no cayera en las locuras de un vampiro, quizás el sol brillara después de esta primera tormenta.


Hola a todos los que leen este fic, espero que hayan pasado unos encantadores en mi ausencia y que hayan tenido unas felices fiestas en compañia de su familia. Quiero agradecer de todo corazón por todos sus mensajes, ya vamos por los 299, uno más y hubiera sido 300, pero bueno confio en que este nuevo capitulo les haya gustado, se que habia prometido terminar la historia en estas vacaciones, pero lastimosamente no pude lograrlo, asi que muchas gracias por todo ese apoyo que me han demostrado y la paciencia por esperar una nueva actualización de esta historia.

Se que muchas esperan que aparescan muchas personas en esta historia, pero lastimosamente lectores no puedo adelantar mucho, lo unico bueno en todo esto es que ya cuento con internet de nuevo, lo que me permitira volver abrir la sesión de preguntas y respuestas, asi que pueden volver a disparar todas sus preguntas de nuevo. Sesión de preguntas y respuestas: areiva cullen le gustaria que apareciera el novio de Hannah, no coman ansias; ¿Impresionadas por que Hannah no se ha roto la mano con los hombres lobos?, creo que tiene más resistencia que Bella, por nada Edward la trataba con tanta fragilidad; ¿Se imprimara Jacob de Reneesme?, aun la verdad lo estoy cavilando, seguro la escritora me mandaria los Vulturis si cambiara su historia; ¿Hannah tiene algún don?, interesante pregunta,ah que nadie se lo habia planteado; Cerrada la Sesión.

Bueno despues de tanta lora, espero que este capitulo les haya gustado, puede que esperasen más accion en el capitulo, aun me faltan muchas cosas por escribir y la verdad las ideas fluyen por si solas, asi que de todo corazón espero sus mensajes de como les parecio este capitulo; por cierto, muchas gracias a alguien que lee este fic que le advirtio a la que sube la historia en New Moon Peru que yo no habia dado la autorización y por ende lo mejor era borrar la historia, pero al parecer la historia continua ahi colgada al menos el primer capitulo, espero que la persona que suba la historia pueda enviarme un mensaje pidiendo la autorización o en su defecto la borre.

Bueno ahora me despido, esperando que pueda actualizar lo más pronto posible... ¿Como Hannah le dira la noticia a Jacob?

Hasta una proxima oportunidad... Hasta entonces...

;) Kathyarius

P.D.: este sistema apesta, asi que me disculparan si al principio todo esta un solo lado