-Los supresores están prohibidos para los Alfas Korra, ¿sabes por qué?

-Katara, por favor, los necesito. Mi mente ha estado fuera de foco, solo busco como volverla a encaminar.

-Si fuera tu mente ya lo hubieras hecho. Eres un guerrero y es lo que un guerrero acostumbra a hacer en la batalla, aquietar sus pensamientos. Es tu cuerpo el que no quiere tener control porque algo lo estimula. Lógicamente ese algo es tu esposa ¿No te complace ella lo suficiente?

-Lo hace. -Él bajo la mirada. Sabía que era mentira, entre Asami y él no había ningún tipo de contacto físico con intenciones sexuales, ni siquiera compartían la misma cama-

-El olor de las feromonas de tu Omega es intenso, desde que Asami llegó al sur su aroma ha ido en aumento. Algo sucede entre ustedes dos. Si deben pasar más tiempo en la cama apareándose para disminuir la libido de ambos, es lo que deben hacer. Son jóvenes, eso debería explicarlo ¿A menos que me estés ocultando algo Korra?

-¡Te he dicho que no! -Volvió a mentir, sus orejas habían enrojecido al escuchar "aparearse" rebotando en su mente, el solo imaginar la erótica escena le calentaba la sangre y aplicaba presión en su pelvis, hacia bailar de entusiasmo su deseo- ¿Me darás los supresores o no?

-Los supresores están prohibidos para los Alfas porque desequilibran su estado químico y mental. Te volverán agresivo e irritante, eso es peligroso no solo para ti. Además, te pueden matar. No le facilitaré algo como eso al cachorro que he visto crecer desde el vientre de su madre.

-Arrrrggg... -Korra gruñó- Lo entiendo, si no quieres ayudarme los buscaré por otro lado. No te obligare a hacer lo que no quieres pero luego no digas que te traicioné.

-¿Con quien? Con Hama. Escúchame Korra, no lo hagas. Sigue mi consejo y comparte más tiempo con tu esposa, hablen entre si y resuelvan el problema entre ustedes ¿Asami sabe que tomarás supresores? No creo que eso le alegre.

-No lo sabe y no le dirás, ni a ella ni a nadie. Tiempo para estar metido todo el día en la cama jugando a los tortolos con mi esposa es lo que menos tengo ahora, y si Katara, dado a que tu no quisiste apoyarme con esto, iré con Hama. -Él no espero más respuestas por parte de Katara, solo giro en sus propios talones y salió de la cabaña con él ceño fruncido a paso rápido. Conocía lo suficiente a la curandera como para deducir que por mucho que le rogara no iba a dar su brazo a torcer. En parte la comprendía pero habría preferido su ayuda que la de Hama. Luego, al por fin tomar la decisión y estar cerca de la casa de la Chaman a las a fueras del pueblo trago grueso y pensó en devolverse. No le gustaba ir ahí. La advertencia de Katara lo hizo titubear tanto como su erizado bello detrás de la nuca, signo de su estado de alerta. Él no iba a perder el control con los supresores, eso ocurría solo con los Alfas débiles. Sin embargo, de lo que si debía cuidarse era del gran peligro de ser descubierto y disciplinado con mano dura por Tonraq si ha oídos de su padre llegará la noticia de que su único hijo estaba utilizando supresores, no solo eso, la veracidad de su matrimonio estaría en peligro de por fin caer al suelo-

-Hola Korra, sabía que vendrías, te estaba esperando. -Dijo Hama parada como una sombra quieta y camuflada en el umbral de la casa. Presencia inesperada que casi hizo gritar a Korra del susto. Pero el Alfa carraspeó, inflo su pecho y alzo la mirada mostrándose marcial-

-¿Quién te lo dijo? -¿Katara? No, él no llevaba más de unos minutos de estar con ella, Katara no pudo haber sido-

-Los espíritus, viniste aquí porque tienes miedo de convertirte en un animal. -Ella lo invitó a pasar y ofreció asiento- Has estado inquieto desde que acabaste con tu tío en el norte Korra, él te mostró una oscuridad que no quieres aceptar en ti ¿No es cierto?

-No sé de qué hablas y creo que tus espíritus se equivocan, vengo por supresores. -Un gato de color negro dentro de la casa de pronto apareció, el felino se erizo y siseo al verlo, él le gruño y mostró sus colmillos, suficiente para hacerlo huir. Un gato en una tribu agua era tan extraño como el ambiente mismo que envolvía a Hama-

-¿Para que los quieres?

-Urjo de estar centrado y pensar en defender al sur, no en mi esposa.

-Mientes, los quieres porque tienes miedo, miedo a lastimarla.

-¡No le tengo miedo a nada! -Dijo él con firmeza, levantándose de su puesto para imponer su presencia. Para convencerse así mismo de sus palabras-

-Korra, tu protector es un lobo. Si bien como espíritu guía representa la lealtad, el valor, la compasión y la fortaleza. Si ignoras lo que él te quiere comunicar te destruirá.

-Yo se solucionar mis propios problemas. Tu solo encárgate de darme los supresores.

-Hama sonrió- Eres tan terco como tu padre. De acuerdo, pero debes darme algo a cambio, aquí nada es gratis.

-¿Qué quieres?

-De un joven vigoroso a una cuarentona podrían ser muchas cosas. -Ella se acercó a Korra y recostó su rostro en el pecho del Alfa aspirando gratamente el olor que desprendía-

-Hama... -Advirtió él-

-De acuerdo, por hoy me daré por vencida. Necesito huesos, podrían ser de foca, león marino o cualquier animal. -Pidió ella apartándose de Korra- Me enteré que en la nación de la tierra algunas adivinadoras pueden leer el futuro echándolos al fuego y viendo sus grietas. Pero no me interesa ir sola entre el frío a buscarlos en la orilla del mar o el bosque. Lo más tonto que una Omega puede hacer es andar en lugares como esos sin compañía. Los cazadores tampoco dejan mucho a cambio de nada.

-Hmmm... -Korra lo pensó por un momento- Me parece justo. Le diré ha alguno de mis hombres que te traiga lo que necesites o te escolte para donde creas encontrar lo que buscas si así te sientes más segura. Ahora, los supresores por favor. -Él extendió su mano exigiendo lo pedido-

-Debes darme unos segundos, debo prepararlos. No son los mismos para cada Alfa. Supongo que Katara no te los quiso entregar ¿Pero qué otra opción tengo yo? Me gusta complacerte.

-Supongo que eso es una suerte para mi. -Dijo sarcástico-

-No del todo Korra. Te advierto, solo puedes tomar una diaria. Si sobrepasas ese límite te arriesgas a hacerte un daño irreversible o peor aún, morir. No le des razones a tu padre de odiarme y mucho menos a Senna de por fin asesinarme.

-Hablando de mi padre. Confío en tu discreción. Pase algo conmigo o no, nadie debe enterarse de los supresores.

-Lo sé, no soy tonta príncipe. Lo que no me has dicho es por qué si los dos se aman, tu esposa y tú, necesitas de supresores. Harás enojar a los espíritus si no contraes tu matrimonio como es debido, ellos me han susurrado la verdad.

-No es de tu incumbencia ni la de los espíritus lo que haga o deje de hacer con mi Omega. Además, yo la tomé como esposa en la tierra del fuego no en el sur. Ellos no deberían de intervenir. -Korra sonrió con arrogancia- Me temo que hoy te equivocaste más de una vez, no tengo miedo y no hay amor entre los dos, entre mi esposa y yo solo existe compromiso. Así como en la mayoría de los matrimonios.

-Cariño. -Ella le devolvió la sonrisa al Alfa de la manera más sumisa pero verídica que pudo- Ni yo ni los espíritus nunca nos equivocamos.

...

El día había sido largo pero lo suficientemente provechoso para avanzar en la armería con el tratamiento del aceite de roca, y lo mejor de todo, sin explotar la casa en el intento. Estaba ansiosa por contarle los detalles a Korra. Ver su cara entretenida en prestarle atención a ella. Pero al pasar la puerta de la habitación no fue a Korra a quien encontró, sino a Yue. Notando inconscientemente lo mucho que le molestaba sentir el olor de su esposo siempre presente en la habitación ligado con el de la Omega.

-¿Dónde está el señor de la casa? -Pregunto ella a la sirviente-

-Mi señor Korra está tomando un baño.

-Ya veo. -Asami bajo la mirada y recordó los consejos de su madre- Entonces aprovecharé para decirte que a partir de hoy yo me ocuparé del baño de Korra.

-¿Señora?

-Me haré cargo de entender los quehaceres más íntimos de mi esposo. -Repitió ella-

-¿Le molesta que esté cerca de mi señor?

-No es eso, mi madre me exigió ir tomando mi lugar y pienso que tiene razón. Espero comprendas.

-Aún si no mi señora es lo que debo hacer, seguir órdenes. Cuando cambie de decisión solo dígame y yo volveré a tomar la rutina del baño del amo.

-Perfecto.

-Le dejaré la vestimenta nocturna de mi señor lista. Debe acercarle su toalla cuando él lo pida, está pronto a salir.

-Lo entiendo, gracias.

-Me retiro, permiso.

Ella noto confusión y apatía en los ojos de Yue al verla partir de la habitación. La aflicción por haber sido retirada de su puesto como mano derecha de Korra. Pero no podía ni debía darle más explicaciones de las necesarias a la Omega. Solo debía obedecer e irse. Si había un lugar que ocupará una Omega en la sociedad más bajo que ser Omega misma. Era ser una Omega esclava. Que Yue la perdonará, ella no quería hacerla sentir menos ni actuar como la típica aristócrata tirana, pero no podía ir por todo el sur dando explicaciones de sus actos y poner en riesgo la verdad de su matrimonio. Además, si ella fuera Yue hubiera estado encantada de ser liberada de una labor de esclava ¿Entonces porque la Omega parecía todo lo contrario a feliz al enterarse de la noticia?

-¡Yue, he terminado con mi baño!

Esa debía ser la señal. Asami tomó el paño de la peinadora principal y fue a entregárselo al Alfa. Siendo tan torpe para cosas como estás que no calculo como es debido, creyendo que Korra se encontraría todavía metido en su bañera entro al baño como si nada e ignoro el separador para pasar directo a dónde estaba él, pero no dentro de la bañera sino de pie, completamente desnudo, en todo su esplendor y desprevenido a toda plenitud.

Lo primero fue admirar su cuerpo. Lo fuerte de sus hombros. Sus cicatrices por todo el torso, la gran cantidad de ellas. Sus músculos, las venas marcadas, lo hermoso de su piel morena, la definición y el volumen en los lugares correctos, nada desproporcionado y todo bien balanceado, y hablando de tamaño. Descaradamente sus ojos terminaron más encantados de lo que ya estaban al posarse en la entrepierna del Alfa.

Por su parte Korra quedó petrificado, tan paralizado como ella. Se sintió vulnerable. Luego reacciono y con sus dos manos trato de tapar su miembro tanto como pudo. Claro que al conocerse de casi toda la vida ellos se habían visto con poca ropa de vez en cuando, pero de eso hace años. Actualmente todo era muy diferente ¡Estaba desnudo! Él podía quedar como un completo acosador sin quererlo o ahuyentar la confianza de Asami, aunque fuese ella quien entró al baño.

-¡¿Qué haces aquí?! -Reclamo Korra-

-Pediste una toalla, aquí la tienes. -Como pudo Asami volteó el rostro dirigiendo su atención a algo que no fuera Korra. Sentía su rostro caliente ardiendo de la pena-

Se supone que debías dejarla al otro lado del separador no venir hasta acá! ¿Dónde está Yue?

-Le he pedido irse. -Sin querer ella volvió su vista a Korra y de nuevo lo vió desnudo. Él se volvió a enrojecer terriblemente-

-¡Sal de aquí!

-Ya voy. -Él le quitó el paño de la mano y prácticamente la empujó fuera del baño. Eso dió un poco de risa a Asami pero, en realidad ella esperaba que Korra la entendiera y disculpara, no lo había hecho a propósito o con malas intenciones. A ella le preocupo manchar su imagen frente al Alfa. Verse como una descarada o pervertida. Por lo cual fue un alivio que Korra no demorara mucho en salir del baño vestido con su bata y la toalla guinda en su cuello para pedirle disculpas-

-¿No viste nada verdad?

-Si te refieres a esa monstruosidad que te guinda entre las piernas, no. No he visto nada. Aunque ahora entiendo porque no fue del agrado de Yue pedirle delegar la labor de ayudarte en el baño.

-Nunca me exhibo totalmente desnudo ante ella por respeto y no es tan grande, solo un poco sobre lo normal.

-Creo que tendré pesadillas por el resto de mi vida. -Ella rio en juego, pero Korra continúo serio y extremadamente rojo. Su rostro y sus orejas. Sus ojos no dejaban de parpadear de la vergüenza-

-No le veo el chiste Sato.

-Korra, lo siento. No fue mi intención, lo juro. Estoy tan avergonzada como tú.

-Pues no lo parece.

-Esta bien, se me hace difícil no reírme al respecto pero eso no quiere decir que no lo diga en serio.

-Hmmm...

-Perdóname Korra, tendré más cuidado para la próxima, lo juró. -Dijo Asami en un tono más neutral y condescendiente-

-Entiendo que fue un accidente, no te preocupes. La verdad me relaja que no lo hayas tomado a mal o creas que es mi culpa. Mejor dime ¿Dónde está Yue, por qué fuiste tú y no ella quien entró al baño?

-Sobre eso, te había mencionado sobre las dudas de mi madre hacía nuestro matrimonio ¿Lo recuerdas?

-Algo así.

-Mientras ella siga en la casa es mejor que Yue no se ocupe de mis quehaceres como esposa o se verá mal. Tendrás que aprender a bañarte y vestirte solo.

-¡¿Qué?!

-Como lo escuchaste.

-¿Asami sabes cuál es el único momento de paz que tengo en el día? Mi baño, ese es. Cuando Yue masajea mi cabeza y lava mi espalda ¿Y tú me pides que renuncie a él? Por supuesto que no.

-Solo mientras mi madre, la tuya o tu padre esté aquí. Korra es peligroso no lucir como un matrimonio real.

-Esta bien. -Gruñó de mala gana-¿Pero qué hay de ti? Deberías ayudarme con algo. Obviamente no con el baño, puede ser con mi vestuario.

-Solo con tu ropa de guerrero y príncipe, de resto olvídalo.

-Hecho, tampoco te quiero encima de mi por más tiempo que ese. -Dijo él siendo descuidado. Un comentario que no pareció gustarle a Asami-

-Oh, lo lamento, no sabía que te molestaba tanto tenerme cerca de ti.

-Sami, no es lo quise decir. Sabes a lo que me refiero.

-No, no lo sé.

-Ahhh... -Korra suspiro frustrado consigo mismo- Cada uno tiene sus cosas que hacer ¿Si? Es de eso de lo que debemos ocuparnos.

-Bueno, en eso tienes razón. Pero solo te perdonaré si masajeas mis pies.

-Tal vez como tu esposo te he dado mucha libertad ¿De verdad quieres que juguemos al chantaje de nuevo?

-Eres de lo peor Raava. -Dijo ella fingiendo odió-

-Vamos. -Korra se carcajeó- Tú no me molestas Asami, eres una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida, quiero que lo tengas claro. -Él se acercó a ella y le agarro una mano acariciándola suavemente-

-Esta bien, por está noche te perdonaré la insolencia. Korra, tú también eres una de las mejores cosas que me ha pasado. -Ella le sonrió al Alfa y hubo un lindo momento. Quiso tenerlo más cerca, abrazarlo, sentirlo... Pero alguien tocó la puerta y Opal entro a la habitación-

-Disculpe mi señora, su agua está lista para el baño. -Dijo la doncella a Asami-

-Pide que la suban y alista la bañera con lo de siempre.

-Espera ¿Por qué tú si podrás tomar un baño compartido y yo no?

-Porque no soy un Alfa, soy una Omega y Opal igual. Nadie me acusara de engañarte con ella.

-No es justo. -Reprocho Korra con un puchero. A veces ser un Alfa no era tan estupendo como se creía-

...

Luego de su baño, acicalarse y vestirse ella fue a la cama y se arropó hasta el pecho con Naga acostada en sus pies. Miro hacia abajo y en la esquina más lejana del cuarto en un mueble vio a Korra de espaldas, supuso por la hora que él ya estaba dormido. Así era como Korra se comportaba toda las noches cuando era el turno de ella de bañarse, vestirse y arreglarse para dormir. Se acurrucaba de espaldas en el sofá, o dejaba la habitación y volvía mucho más tarde. En ningún caso él trataba de establecer conversación o cercanía con ella, y en cierto modo eso le dolía.

Recordó a Korra desnudo en el baño de nuevo. El calor volvió a su cuerpo con pasión. A decir verdad y vergonzosamente no era la primera vez que lo hacia, que lo veía con poca ropa, solo que aquella vez solo fue en calzoncillos. Había pasado la noche en que se celebraba la coronación del nuevo señor del fuego, el Alfa Izumi, en el palacio real del fuego. Korra había asistido junto con su padre, el Jefe Tonraq. Ambos, Korra y ella solo tenían dieciséis inviernos de vida. Ella sonrío al verlo entrar al salón principal. Habían muchas Omegas de diferentes naciones que de inmediato pusieron su interés en él. Entre ellas Ginger. Una de sus amigas que le pidió insistentemente presentarle a Korra.

Ella no quería hacerlo, Ginger era coqueta y hermosa, de seguro distraería al Alfa y luego Korra no le prestaría atención a ella. Por consecuente, no tendría con quién platicar y divertirse durante toda la noche. Korra era el único Alfa del lugar con el cual ella quería estar. Pero él se acercó y Ginger se aprovechó de su falta de agilidad para alejarlo de las garras de la Omega y lo hizo suyo.

La intrusa se interpuso entre los dos y exigió la atención de Korra toda la noche y eso la molesto, ella no sabia el por qué pero su mente no paraba de decir "No toques a Korra" Cuando Ginger se pegaba demasiado a él o posaba su mano sobre el pecho del Alfa. Más tarde, lo único que pudo calmar su enojo fue la cara de aburrimiento y un gesto de pedir ser salvado de los brazos de Ginger por parte de Korra al verlos bailar. Eso hizo reír a Asami, él no quería a esa Omega.

-"Ayuda, ella es molesta y empalagosa".

Le había dicho él al por fin escaparse de entre los brazos de la mujer. Pero Yasuko la distrajo, jaló por el codo y llevo a otra parte donde duro demasiado tiempo solo viendo desde lejos como Ginger no dejaba de darle vasos de bebida y comida a Korra. Luego, cuando por fin pudo librarse de su madre ella no encontró a Korra ni a Ginger por ningún lado, entonces de nuevo el enojo volvió a invadirla. Si ni la Omega ni el Alfa estaban en la reunión, solo podía significar una cosa. Estaban fornicando. Eso revolvió su estómago y la puso de mal humor, quiso renunciar a Korra, llamarlo idiota y calenturiento. Pero Opal apareció para detener su tormenta de emociones y advertirla sobre algo.

-"Yo la vi Asami, se llevó a Korra a una de las habitaciones de visitantes. Él estaba casi inconsciente y borracho".

Asami pensó sobre ello, eso tenía más lógica. Sin demora ella le exigió a su doncella ser llevada hacia donde creía que estaba Ginger. Sus pasos fueron rápidos y decididos, en cierto punto ella noto nerviosismo en sus manos. Pero cuando llegó a la puerta de la habitación no dudo en entrar sin tocar y toparse directamente con la Omega estando encima de Korra buscando desabrochar los pantalones del Alfa. Lo cuál fue más que suficiente para hacerla saltar hacia la mujer y empujarla lejos de Korra. Luego miro hacia él, tuvo miedo de la reacción que encontraría, de verlo en sus cinco sentidos y capaz, totalmente consciente, pero se sintió orgullosa y complacida de haber tomado la decisión correcta cuando noto el estado de su mejor amigo.

-Él está borracho ¿Qué se supone que haces? -Increpo ella a Ginger-

-No es obvio, solo tratamos de disfrutar la noche ¿Qué se supone que haces tú? Estropeas mi velada.

-Korra no está consciente de lo que hace.

-No necesita estarlo querida ¿No sabes tú qué el alcohol pone cachondos a los Alfas? Solo necesito una parte de su cuerpo despierta y ya lo está. Es todo lo que quiero de él por esta noche.

Tú lo emborracharte a propósito! -Acuso Asami al llegar la asquerosa conclusión a su mente. De otra forma Korra no hubiera aceptado, en ningún momento de la noche él había mostrado interés hacia Ginger, ni a sus grandes tetas o curvas bien desarrolladas. Mientras por su parte el Alfa que hacia tirado en la cama no dejaba de balbucear y pedir agua, por lo cual ella voltio a verlo y se acercó a examinarlo. Su temperatura era muy elevada y su respiración demasiado rápida. Había un bulto grande y evidente que se desviaba hacia un lado en la entrepierna de sus pantalones, ella supuso que se trataba de una erección. Asami gruñó y se levantó con rapidez hacia Ginger dándole una cachetada que de seguro recordaría por el resto de su vida-

-Si lo querías para ti debiste habérmelo lo dicho. -Dijo Ginger siendo engreída, esa había sido la gota que rebasó el vaso ¡Ella iba a matar a esa perra! Pero Opal la detuvo cómo pudo y Ginger aprovecho para recoger sus cosas e irse de la habitación sin dejar de ser arrogante y una zorra. Luego, ella pidió a Opal que la ayudará a llevar a Korra al baño. Necesitaban bajarle la temperatura, mojarlo por completo-

Después, como pudieron lo sacaron y ella pidió a Opal salir para poderle quitar la ropa mojada a Korra. Solo dejándole sus calzoncillos. Ella lo recostó en la cama y se aseguró que estaba bien. Arropó un poco y vigilo toda la madrugada la puerta de la habitación turnándose con algunos guardias del palacio. Cuando Tonraq pregunto por Korra ella invento la mejor historia que pudo y le dio tiempo hasta la mañana siguiente para despertar medio muerto pero salvado de haber sido abusado por una loca, puesto que de seguro Ginger no solo buscaba diversión si no ser irrespetada por Korra para luego exigir matrimonio.

Había Omegas que actuaban así ante un buen partido, y aunque a ella le costará decirlo Korra lo era y no solo por su título de príncipe. Aunque, extrañamente él nunca había mostrado demasiado interés en una Omega frente a ella y quizás eso le preocupaba. Porque el día en que Korra lo hiciera significaba que esa Omega en particular le gustaba mucho. Lo cual la llevaba a pensar en la segunda esposa que él debía tomar. Ella era un fraude, no le iba a dar cachorros ni actuar auténticamente como su mujer. Pero, la verdad, se le hacía muy difícil pensar en tener que compartir a Korra y no sentir celos. Que él dejase de tratarla de forma especial y que su amistad se enfriará.

...

-Luego de comer fideos tendremos una reunión con la gente del pueblo, quieren que les de la cara y solucione sus problemas. Cómo mi esposa debes asistir conmigo. Una Omega a mi lado les hará sentir cómodos a los plebeyos. Aunque no sé si te aman o te odian. -Dijo él a Asami, los dos hacían en la habitación. La Omega con muchos libros sobre la cama y Naga a un lado de ella. Era hora de almuerzo-

-Probablemente me odien por ser del fuego, lo que hizo Ozai con tu gente es difícil de olvidar. Me sorprendería si me miran de manera amable.

-Pero su deber es no ser groseros contigo, no te preocupes. Ponte algo cómodo, este tipo de consejos suelen ser tediosos y duraderos. Como hijo del Jefe debo hacerlo aunque mi trasero termine plano de tanto estar sentado.

-Eso lo dudó. -Asami rio levemente, el trasero de Korra siempre lucía tonificado- La verdad me da curiosidad lo de presentarnos frente a la gente de la tribu. Mi familia siempre me tuvo muy resguardada del resto, excepto cuando me escapaba para verte.

-Y luego casi me dejabas inválido obligándome a probar tus inventos. Todavía me es difícil olvidar esa cosa con alas a la que me amarraste y tiraste por una colina.

-Planeador, es la más básica ingeniería simple de vuelo. Luego están los globos inflables. Deberías de conocerlos, el ingeniero que los fabricó le dio crédito al guerrero de tu tribu llamado Sokka por el invento, a pesar de que la antigua nación del fuego se robara la idea y la utilizará con fines malvados.

-Sokka era un visionario que dio gran ejemplo a mí tribu. Me complace que sepas de él. Supongo que los genios se conocen entre si.

-Asami sonrió con sonrojo en sus mejillas por el cumplido y acaricio a Naga. -Me gustaría serlo pero no me puedo comparar con mi padre o si quiera con Varrick.

-Cada quien a su ritmo Asami, no te compares con Alfas que han tenido la facilidad de ser quienes son. Mejor date cuenta lo muy lejos que has llegado a pesar de las trabas que has tenido que superar. Eso te hace tan grandiosa como ellos. Y ningún otro Alfa goza del orgullo de llamar a su Omega una ingeniera, solo yo. -Él inflo su pecho con exageración y de nuevo hizo reír a Asami- Ahora, por favor pospón tu estudió de lectura y vístete, ocupa a Opal para que no lo hagas sola, te esperaré en el comedor y luego pasaremos al salón. Pero antes ¿Me ayudarías a cambiar mi casaca? Quiero verme más presentable.

-¿Qué hago? -Ella se levantó de la cama y fue a dónde estaba Korra escogiendo su ropa-

-Solo asegúrate de que quede templada atrás y limpiar cualquier pelo de Naga que veas. Ultimadamente parezco su alfombra. -La loba chillo en protesta. Pero supo que su dueño tenía razón-

-Bien. -Asami espero a que Korra se quitara su chaqueta casual azul y colocará la casaca de la tribu del agua del sur. Luego se acercó a él y lo ayudo, tocó y limpio. Noto como Korra le miraba pero prefirió fingir que no y ocuparse de lo suyo. El olor de él siempre era un agrado y descubrió que tratarlo bien y de forma así de íntima fue algo que también le dio satisfacción. Como si con ello pudiera pagar en parte todo lo que él hacía por ella-

-Gracias Sami. -Dijo el Alfa- Naga, vamos, deja de llenar de pelos la cama de Asami. -Naga protesto pero siguió órdenes. Ambos dejaron la habitación para que la Omega se tomará su tiempo de arreglarse-

...

Durante el almuerzo no se dijo mucho, y al pasar al salón el estuvo feliz de haber tomado la decisión correcta de comenzar a tomar los supresores desde varios días atrás. Ultimadamente era más fácil estar cerca de Asami sin tener que centrarse demasiado en su olor y en consecuencia tener que separarse de ella para evitar ser evidente en su interés hacia la Omega.

Ella estaba hermosa, había escogido llevar ropa de la nación del agua para no parecer desafiante e irrespetuosa con los aldeanos sentada a su lado derecho, solo un paso atrás de él. Los primeros campesino entraron al salón escoltado, fue un problema sencillo de resolver. Vecinos en disputa por tierras. Se leyeron las escrituras de los terrenos y remarcaron las fronteras. Saliendo uno de ellos perdedor.

Luego, otro campesino pidiendo ser escoltado hasta Ciudad República en busca de medicamentos para su esposa. De otro modo podía perderse en el camino y morir de frío, ser robado o nunca llegar a su destino. Era humilde, un pescador que no conocía mucho más allá de la tundra. Un barco y soldados le fueron concedidos.

Posteriormente hubieron otros casos sin mucha importancia, hasta un inmigrante vendedor de coles tuvo la oportunidad de quejarse. Un lote de campesinos también lo hizo pero en contra del norte y los hombres que habían llegado de esa dirección a establecerse en el sur por orden de Tonraq.

-Mi señor, ellos vienen aquí y pretenden cambiar nuestras costumbres, imponer su mandato. No queremos casas diferentes, nos gustan las nuestras. -Dijo uno de los aldeanos-

-¿De que los acusas? Se claro.

-Mi señor quieren construir casas y establecimiento de otros modelos, mucho más costosos y según ellos modernos, como en el norte. Nos quieren obligar a que hagamos lo mismo con nuestras casas, nos miran sobre el hombro y llaman hombres de cavernas.

-Mi padre los ha mandado hasta aquí por una razón, deduzco entonces que es exactamente por esa. Mejorar el sur desde su infraestructura a tecnología.

-¡Es una falta de respeto mi señor! -Hablo otro campesino-

-¡No los queremos aquí! -Gritó otro-

-Silencio ¿Pretenden desafiar una orden del Jefe y armar protesta? Los puedo encerrar a todos. -Dijo Korra-

-Solo queremos que se respeten nuestras tradiciones. No nos iremos de aquí hasta estar satisfechos, no importa si eso nos cuesta la libertad. -Respondió el líder de la revuelta. Los guardias alrededor empezaron a formarse junto a ellos con sus armas y hubo tensión en la sala. Korra les hizo una seña con su mano y los obligó a detenerse. Luego, miro hacia su derecha y busco a su Omega-

-¿Qué opinas Asami? -Él la incito a participar-

-Me gustaría decirles algo ¿Puedo?

-Hazlo. -Le permitió Korra a su esposa levantarse y exponer su punto enfrente de él y los campesinos-

-Con todo respeto de no ser más que una recién llegada a la tribu en mi opinión entiendo la tradición que quieren proteger y la inquietud que puede generar en cualquiera el ser orillado a algo que no quiere. Pero, les diré también las aparentes ventajas de aceptar la ayuda del norte, no solo mejorara su cálida de vida, si no la integridad misma de sus viviendas y fortificación ante, aunque nadie quiera decirlo, una guerra.

-Pero señora nosotros sabemos defendernos, no necesitamos del norte. -Dijo una de los campesinos a Asami-

-No lo dudo pero ¿Cuántos de ustedes no tienen necesidades en sus viviendas? No todos gozan de baños dentro de casa, o tienen sus paredes lo suficientemente aisladas para el invierno, no tienen luz o agua cercana y solo hablo de las carencias que padecía mi pueblo, no me puedo imaginar entonces las muchas otras de ustedes con el clima extremo y condiciones salinas elevadas del sur ¿O me equivoco?

-No lo hace mi señora. -Respondió uno de los aldeanos- Pero, están nuestras tradiciones y no tenemos dinero para tanto.

-Podemos llegar a un consenso con el norte, nutrirnos de su conocimiento y mano de obra pero exigirle un diseño propio del sur. Luego de que ustedes lo aprendan éste será pasado de aldeano a aldeano y el sur no perderá su esencia. El dinero en este caso... -Ella voltio y miro a Korra. Descubriendo lo entretenido que estaba viéndole hablar- Si mi esposo me lo permite. Me gustaría hacer la petición de préstamo económico y mano de obra al Jefe para la mejora de su pueblo, dado a que fue él quien quiso que así fuera.

-Hmmm... -Korra lo meditó por un instante- Si los presentes están de acuerdo y desisten en ver al norte como enemigos y al contrario aceptan trabajar en la mejora del sur junto a ellos. El Jefe les facilitará préstamos y mano de obra.

-Aceptamos mi señor. -Saltó a decir uno de los pueblerinos de inmediato, el resto se mostraron igual de convencidos y entusiasmados. Korra dio como solucionada la pequeña revuelta. Sonrió y miro orgulloso a Asami-

-Espera no haber hecho o dicho algo indebido. -Dijo ella a su esposo-

-No, estuvo perfecto. Ellos te tomaron enserio pese a su incredulidad al principio. Los soldados tomarán nota y luego se verá cuánto dinero y hombres se les asignará.

-Quisiera conocer al maestro encargado de las nuevas construcciones, yo no sé mucho de arquitectura ¿Podrías presentármelo?

-Cuando el proyecto avance y haya la oportunidad lo haré. -Dijo él a Asami, ella le sonrió. Después, entraron dos familias, el caso de un Alfa que acusaba a su Omega de no ser virgen y luego de tomada por él ser repudiada y señalada de no haber sido pura-

-Mi señor, me acosté con ella y al penetrarla no hubo sangrado. Es prueba de que no era virgen. -Dijo el hombre ultrajado-

-Mi hija era pura mi señor, él solo la tomo a ella pero no su responsabilidad. Por eso ahora quiere excusarse. -Hablo el padre de la Omega acusada. A la cual no le era permitido hablar-

Ella me engaño con otro, yo sé que ese otro fue quien la poseyó primero!

-¿Tienes pruebas? -Interrogó Korra. Pero la respuesta por parte del campesino fue un no. Él pensó que hacer, de nuevo miro a Asami y pidió consejo. Ella se acercó a susurrarle-

-Que traigan a Katara, ella nos sabrá decir que tan cierto es lo que él piensa. -Dijo su esposa. Korra le hizo caso y hizo traer a la curandera a la cual exigió una respuesta-

-Bajo mi conocimiento en medicina y como partera, de la anatomía y comportamiento del aparato reproductor de una Omega. Puedo afirmar que hay Omegas que son puras pese a no sangrar en su primera relación sexual. -Dijo Katara. Lo cual fue convincente para él pero no para el aldeano supuestamente ultrajado-

-¡Patrañas! Una Omega no debería opinar al respecto, entre ellas se defienden. Exijo que mi infiel esposa sea azotada y expulsada del sur. -Espectó el hombre atreviéndose a señalar a Katara y luego a Asami. Cosa que hizo gruñir a Korra y dar miedo al aldeano, hacerlo bajar el ímpetu y la cabeza-

-He tomado mi decisión. No hay prueba concreta de tu acusación pero como estás tan renuente a aceptarla como tú esposa te verás en un combate al amanecer de mañana con su padre y luego con su supuesto amante. Si los derrotas ella será devuelta a su familia y castigada junto a su amante. De lo contrario ella podrá escoger quedarse contigo o con el otro Alfa. Eso sí sobrevives al duelo por supuesto. -Él hombre trago grueso, y el padre de la Omega sonrió contento de la decisión. No se les dió oportunidad de decir nada más y fueron sacados de la sala. Por su parte Asami hacía indignada, puesto pese a estar presente la Omega acusada nunca se le dejo opinar o defenderse a pesar de haberse tomado una decisión sobre su destino. Korra había sido benevolente y ella lo agradeció en silencio. Pero eso no le quitaba lo injusto que era el que una Omega siempre tuviera que depender de un Alfa. Esa era una cosa en común entre las cuatro naciones, aunque en algunas más que otras. Luego, al frente de ellos paso una Omega con sus dos jóvenes hijas. De no más de dieciséis y catorce años cada una. Al otro lado un Alfa fornido y de rostro despreocupado. La verdad para ella fue toda una incógnita la razón de la presencia de esos campesinos hasta que la Omega madre comenzó a hablar-

-Mi señor, he venido aquí porque no tengo otra opción pese a saber que posiblemente usted no haga justicia por mi.

-¿Por qué? -Dijo Korra-

-Éste monstruo que usted ve aquí parado a mi lado no es más que un acosador que ha intentado abusar de mis hijas a penas ellas han desarrollado su pertenencia como Omegas. No deja de perseguirlas o cazarlas como si de animales se tratarán. Él ya ha abusado de mi y de otras Omegas. Pido por favor la custodia de mi casa e hijas por alguno de sus hombres y que él sea castigado.

-¿Qué tienes para decir? -Interrogó Korra al Alfa acusado-

-Ella no tiene pruebas que afirmen que dice la verdad, mi señor, es una loca paranoica...

-¡Y tu una basura asquerosa! -Gritó la mujer al Alfa- Él solo se aprovecha de mi porque mi esposo murió en la guerra y no tuve cachorros Alfas, tampoco tengo familia que me proteja.

-Tonterías, porque mejor no casas a tus hijas conmigo y así dejan de ir por la calle provocando a los Alfas. -Dijo el hombre a la madre. La cual se abalanzó contra el Alfa siendo repelida por él con un simple empujón. Haciendo a la Omega caer al suelo con lágrimas en sus ojos de impotencia. Luego el Alfa disimuladamente miro con lujuria a Asami, ella le devolvió la mirada con rabia en su ser-

-Levántate. -Pidió Korra a la Omega, luego medito unos segundos al respecto- Lamento mucho lo de tu esposo. No dudo que fue un gran guerrero pues dio su vida por la tribu y siento que le debo algo. Pero que un Alfa tome a una Omega sin su consentimiento no es causa de crimen y mucho menos si no tienes pruebas, y él lo sabe. -Se refirió al Alfa acusado el cual sonreía plácidamente- No obstante, te has atrevido a mirar a mi esposa más de lo permitido e irrespetarme a mi al hacerlo, por lo que serás encerrado y obligado a enfrentarte conmigo al atardecer de mañana. Si falleces o quedas incapacitado tus pertenencias económicas serán pasadas a está mujer por mi mandato.

-¿Qué? Esto es absurdo mi señor, yo no mire a su esposa, no he hecho nada malo.

-Tranquilo, si tienes el valor de pisar mi casa y hacer sentir incómoda a mi mujer entonces lo tendrás para enfrentarme, matarme y tomar mi lugar ¿No es eso justo?

-Lo es mi señor. -Dijo alegre la madre Omega con sus cachorras, la cual sabía perfectamente el destino que le esperaba al abusador Alfa cuando enfrentará al hijo del Jefe. Ahora eran lágrimas de felicidad las que rodaban por sus ojos y entre forcejeo y dicha los presentes fueron retirados de la sala. Posteriormente ellos también se retiraron. Subiendo la escalera hacia la habitación el admiro a Asami feliz de haberse sentido útil y considerada. O eso fue lo que ella dijo. Su olor era cálido y le provocaba felicidad a él mismo, pero al pisar una de las escaleras el tuvo que tomarse del barandal y detenerse, un vértigo intenso le golpeó la cabeza y una punzada dolorosa apuñalo su corazón. Su brazo izquierdo se adormeció junto con ese lado de su pecho-

-Korra ¿Qué te pasa, estás bien?

Lo interrogó Asami. Él solo quiso tenerla lejos, ahora el olor de ella le era muy estimulante y poderoso. Sin ser consciente de lo que hacia la agarró por un brazo con más fuerza de la necesaria haciéndola quejarse, al notarlo él la apartó y pidió dejarlo a solas. Yendo aturdido no hacía la habitación si no hacia su oficina, excusándose con estar cansado del consejo y rogando que Asami no lo siguiera. Si el olor de la Omega continuaba perturbándolo de esa forma él no solo se atrevería a tomar una sino dos supresores diarios.