-Mi señor todo ha ido normal en las fronteras. No hay avistamiento de los bárbaros.
-No bajemos la guardia, en cualquier momento pueden estar sobre nosotros. Asumo que no son estúpidos, no se dejarán ver fácilmente. -Respondió Korra a uno de sus guerreros que como todos los días, tres veces al día desde la carta de Tonraq lo mantenía al tanto de la situación presentándose en su oficina- Retírate y di a mis hombres en la entrada que alisten un carruaje de un solo caballo y dos escoltas para su señora, pretendo ir a supervisar las nuevas construcciones en el pueblo acompañado de mi esposa.
-Si mi señor. -El guardia se inclino levemente hacia delante en reverencia y respeto al hijo del Jefe y dejo el cuarto-
Korra miro por la ventana, su padre debía estar pronto a llegar. Habían pasado ya más de tres semanas desde que partió al norte. No demasiado tiempo, pero luego de conocer la supuesta nueva amenaza para el sur Tonraq había de estar tan intranquilo como él en mantener a su tribu natal a salvó, por ello no creía que su padre demorara en regresar lo antes posible.
Mientras, él necesitaba mantener todo bajo control. Además, el solsticio estaba cerca y con el, el festival de los espíritus. Es decir, por una parte para los ancianos y guerreros un momento de meditación y ayuno, de respeto a los espíritus. Por otra, fiesta y recreación para la villa. Un momento vulnerable en que debía garantizar la seguridad de su gente.
Pero entre tanto, él aprovecharía la brecha que le ofrecía el día para visitar el pueblo y complacer a Asami en su pedido. Conocer al ingeniero del norte y sus ayudantes. También y muy importante, ver con sus propios ojos la realidad de aceptación del norte para su gente y convencerse mejor de no estarse gestando una revuelta popular que amenazara la tranquilidad interna del sur como líder a cargo temporal. Luego de la pequeña protesta de los campesinos en el salón de consultas su instinto le exigía estar alerta, como si Tonraq mismo estuviera dentro de su cabeza remarcándole el correcto actuar de un Jefe.
Él fue por su esposa a la armería. Ella estaba entretenida dibujando un plano. Korra decidió que contemplarla en secreto desde un ángulo dónde ella no lo podía ver era un placer del cual iba a gozar por unos minutos. Hasta que finalmente, Asami noto su olor y eso le hizo voltear la mirada hacia él. Siendo descubierto y sonriendo culpable ante la Omega. Ella le devolvió la sonrisa.
-Sami, lamento interrumpirte pero creo que quizás esto te agrade más que estar ahí encorvada perdiendo la vista.
-¿Que podría ser? -Interrogo ella interesada quitándose sus lentes de aumento de los ojos-
-Bueno, ¿conocer al maestro constructor del norte suena muy aburrido para ti?
-¿Ahora? -Ella casi saltó de su puesto de la alegría-
-Si estás de acuerdo.
-¡Por supuesto! No pensé que recordarás mi petición o pudiera conocerlos tan rápido ¿Prefieres que me cambié de ropa primero? Algo más adecuado.
-Luces para la ocasión, no te preocupes.
-¿Mantengo mi cabello recogido o quieres que lo cubra? -Pregunto ella a Korra-
-No andarás lejos de mi, con tu cabello recogido es más que suficiente. El transporte nos debe estar esperando afuera ¿Vamos?
-No me lo pierdo por nada. -Ella sacudió su ropa tratando de lucir lo mejor y más limpia que posible. Miro a Korra y lo abrazo por el brazo. Con igual buen humor él la llevo hacia afuera, subieron al carruaje y partieron con discreción. Pasaron por el campo de entrenamiento, las cabañas de curación, el centro del pueblo. Luego se toparon con algunos Iglús hasta llegar a dónde era evidente la edificación de nuevas casas, negocios y remodelación de antiguas instalaciones. Los Iglús parecían pequeños y hasta graciosos al lado de las altas vigas del nuevo ayuntamiento, donde a partir de su inauguración el Jefe y encargados iban a llevar cierto mando menos centrado en sus hogares sobre la tribu, les conferiría privacidad a si mismos y orden frente a los extranjeros. Cuando el carruaje se detuvo Korra bajo, pero Asami se quedó mirándolo todo desde su resguardado puesto. De alguna forma ella entendió más a pecho las preocupaciones de los aldeanos, para la humilde gente un cambio como ese debía ser considerable-
-Asami, ven. -Pidió Korra dándole su mano a la Omega para ayudarla a bajar del carro- Te presento a Maliq y Melania. Maliq es un ingeniero que tiene conocimiento en arquitectura y construcción, ha pasado muchos años de su vida aprendiendo de la nación de la tierra. Melania por su lado, y creo que te agradará, estudia la explotación a gran escala del aceite de roca o como el norte le dice, petróleo.
-Es un gusto. -Asami les dio la mano y se maravillo. Mejor aún ella lo noto. Melania era una Omega-
-El gusto es nuestro. Debo confesar que fui un poco escéptico cuando el señor Raava me dijo que su esposa era una Omega interesada en la ingeniería y el estudio del petróleo. Melania también lo es. Se supone que la debo llamar mi asistente pero es tan capaz como yo. -Dijo Maliq- Por favor sigan adelante, les explicaré un poco en que nos basamos para la construcción de la estructura de grandes instalaciones como el ayuntamiento.
El ingeniero los dirigió al centro de la obra la cual era vertiginosa y fascinante, luego hablo hasta por los codos siendo amable y considerado con cada pregunta por parte de Asami. La bibliografía de cada libro y estudio en el cual se había basado para su práctica. Los materiales, la arquitectura, la mano de obra, los planos y los ángulos. Lo cual condujo a Korra, apenas tuvo la oportunidad y Asami le permitió, de llevar a un lado al ingeniero dejando a su esposa con Melania para preguntarle sobre algo en específico, la colaboración del sur.
-¿Cómo te ha ido con mi gente, son ellos respetuosos y colaboradores?
-Así es señor Raava, algunos han cambiado de actitud y se muestran más abiertos a los cambios, aunque… No es de mi gusto referirme de forma negativa a su gente, pero si usted me lo permite.
-Dime, me interesa saber no solo lo bueno que ocurre aquí. Estoy enterado del conflicto de algunos con el norte.
-Al principio fueron más los pueblerinos interesados en participar y trabajar en aprender lo básico de nuestra forma de edificar para luego realizarlo en sus propias casas con la ayuda económica del Jefe Tonraq. Pero ahora, son muchos menos. Trate de buscarlos y hablar con ellos, pero huyen de mi o se muestran reacios, con miedo. Pero no miedo del cambio sino de algo o alguien.
-Entiendo. -Él ceño de Korra se frunció y tuvo mala espina al respecto-
-Uno de los hombres más colaboradores al principio fue Wacky, un viejo domador de pingüinos, pero de pronto ya no apareció más por aquí y es renuente de hablar conmigo. No solo eso, me he podido fijar que los sureños que aún me apoyan dentro de la obra con su trabajo lo hacen con mucho orgullo.
-Lo cuál indica que al igual que Wacky también fueron presionados para abandonar sus puestos. Solo que ellos no aceptaron.
-Lo mismo pensé señor. Si de algo le sirve, solo un nombre ha sido recurrente en contra de mi desde que comenzamos con las construcciones, Gilak.
-Lo conozco, es uno de nuestro guerreros. -Uno fuerte e importante. Él también conocía a Wacky aunque solo de vista, sería fácil averiguar dónde vivía-
-¿El señor Raava estaría tan interesado como su esposa en escuchar lo que tengo pensado para la explotación a gran escala de petróleo en el sur? -Pregunto Melania con una sonriente Asami a su lado respetuosamente acercándose a ellos-
-Lo siento Melania, tengo que abordar otro tema urgente. -Respondió Korra-
-¿Entonces ya nos vamos? -La sonrisa de Asami y entusiasmo disminuyó-
-No. Soy un bruto para estás cosas, no hay mucho para lo cual yo sirva si no se trata de la guerra. Pero teniendo en cuenta la caballerosidad del ingeniero y la compañía de Melania, te puedes quedar con ellos mientras doy una vuelta, tu si estás hecha para esto Asami. Mis hombres se quedarán contigo. De pronto recordé que necesito hablar con alguien cerca de aquí y aprovecharé la oportunidad.
-¿Seguro? -La Omega se acercó a él- ¿Está todo bien?
-Lo está, tranquila, no demoraré en regresar y deberías aprovechar el máximo tiempo posible con ellos, luego nos iremos.
-Gracias Korra. -Susurro a su esposo tomándolo de la mano en un gesto descuidado e inconsciente. La felicidad volvió a ella de inmediato, aunque cierta inquietud no la dejó disfrutar de la dicha del todo. Le parecía muy extraño la repentina necesidad de Korra de ir a por alguien el cual nunca mencionó en todo el camino-
-Te la encargó Maliq.
-Será un gusto señor Raava.
-Ésto es extraño. -Asami trató de mirar profundamente en los azules ojos de su Alfa antes que éste se retirará soltándola de la mano ¿Qué podía ser tan urgente como para dejarla al cuidado de los guardias e irse así tan de repente? ¿Podría ser que Korra estaba tan aburrido de la charla que quiso aprovechar el tiempo en algo más productivo para él? No, él no actuaba así. Korra era más educado que eso y la verdad tampoco le gustaba el hecho de que él anduviera sin ninguno de sus hombres de escoltas por el pueblo-
-Disculpe señora, podemos continuar si es de su agrado. -Ofreció el ingeniero-
-Si, lo siento, me entretuve con algo más. -Se excuso ella aceptando la invitación y empezando a caminar con la pareja de estudiosos hasta la oficina de administración de la obra. Luego Melania se entretuvo con algunos papeles y los dejo en intimidad a ambos- Tengo una duda sobre usted señor Maliq.
-Gustoso la responderé para usted señora Raava. -Él le sonrió agradable y paciente-
-Me causa cierta incógnita saber cómo es que un miembro del norte pudo ser ingeniero, Varrick me dijo que solo lo pudo lograr por su dinero y estatus. Porque tenía familia culta en Ciudad República. Pues según se, para el norte y el sur es más importante enseñarles a sus Alfas el ser guerreros.
-Y está en lo correcto. Pero mis padres emigraron a la nación de la tierra por un tiempo. Tiempo en el cual crecí y estudie en una de sus mejores instituciones. Cansados de la guerra ellos no reprocharon mi querer de aspirar a otra cosa más que matar, no eran tradicionalistas. Todo lo que soy es gracias a ellos y el reino tierra, allí aprendí las bases de mis conocimientos. Luego, decidí volver al norte y aplicarlos, desgraciadamente unos años después por fin la guerra norte sur explotó.
-Ahí fue cuando aproveché de aprender por parte de Maliq. -Sé sumo a la charla Melania- Mi padre trabajaba en el descubrimiento del petróleo y por él nació mi pasión. Él no era un estudioso titulado simplemente un hombre empírico. Murió cuando era niña en una explosión de un posó petrolero hecho en su mayoría de bambú construido por él mismo. Él llamaba al petróleo agua de quemar.
-Lamento que así fuera. -Dijo Asami-
-Es tiempo pasado ahora, pero agradezco tu consideración. Con la guerra no muchos interfirieron en mi relación con la ciencia mientras mantuviera un perfil bajo y no me atreviera a llamarme a mi misma ingeniera. Solo una ayudante de Maliq. De esa forma he sobrevivido entre Alfas aunque no sea muy digna de una familia o una pareja. De ahí nace mi respeto y el de Maliq por el señor Raava. Él vino muy emocionado hacia nosotros pidiéndonos conocerla y enseñarle lo que usted quisiera. No es eso muy común de un Alfa hacia una Omega. Mucho menos uno con el linaje y jerarquía del príncipe. Usted y él, junto con Varrick y Zhun Li son un atisbo en el sur del inevitable cambio que el mundo necesita para la paz y el progresó. Son muy afortunados de tenerse el uno al otro como yo lo fui al conocer a mi mejor amigo y casi hermano, Maliq.
-Lo soy. -Ella miro por dónde Korra había partido. Al horizonte de su estela fuera de la obra. Estaba preocupada por él-
...
-Mi señor…. -Se deslizó de entre la boca del sorprendido campesino. El cual bajo la cabeza e invito a pasar a su casa al Alfa cuando éste se quitó la capucha de su gruesa capa. Korra había optado por pedírsela prestada a uno de sus dos soldados, junto a un caballo para pasar desapercibido en busca del campesino- ¿Qué hace aquí solo mi señor? Es peligroso para usted.
-¿Por qué debería serlo Wacky? ¿Es ese tu nombre no? Te recuerdo de entre los que fueron al salón de consultas y de los eventos importantes de la tribu, los vistosos espectáculos que das con tus pingüinos. Fuiste uno de los más animados en aceptar mi ayuda cuando con respeto los escuché y di una solución, pero ahora me das la espalda y estás aquí y no en la obra junto a Maliq ¿Qué sucede? ¿Estás enfermo o cambiaste de opinión? ¿Es más rentable solo ser un domador que aprovechar los favores del Jefe?
-Estoy en perfecto estado de salud mi señor solo decidí que es lo mejor para mí y mi familia, y estar con el norte no lo es. -Él hombre bajo el rostro y se acercó a la mesa donde había estado deshuesando a un animal muerto para comida con un ancho cuchillo antes que Korra llegará-
-¿Lo decidiste tu o alguien más? -Él miro a la que supuso era la esposa de Wacky, quien había salido de la cocina y quedado pálida del susto al verlo parado en la sala-
-Yo, mi señor.
-Si me estás ocultando algo te puede costar la piel de la espalda Wacky. Eso sí soy benévolo. Mi padre te puede tirar en la tundra y hacerte morir de frío.
-No mi señor ¿Por qué debería?
-¿Los otros desertores también decidieron que lo mejor para su familia era darle la espalda a su señor?
-No es así mi señor, no le damos la espalda.
-Tu esposa está demasiado nerviosa como para creerte, pero haré las cosas más fácil para ti por consideración, solo dame un nombre.
-Señor…
-¿Gilak? ¿Se trata de él?
-No puedo decirle mi señor.
-¿Qué te hizo Gilak para que le tengas más respeto y lealtad que a tu señor? -Gruño, cosa que hizo sobresaltar a los cachorros de la Omega parada en la puerta de la cocina, los cuales habían salido de su habitación y abrazado a su madre para observar que ocurría. Por lo cual Korra busco calmarse, los miro y dio cuenta de que se trataban de dos niñas. Vio ojos de desafío y miedo en ellas. Por lo que él se alejo del campesino y acercó a la mujer queriendo estar más cerca de las niñas-
-Por favor mi señor no les haga daño. -Rogó Wacky lo más sumiso pero audible que pudo conteniéndose a duras penas de no atravesarse en el camino del Alfa. Korra lo hizo callar con un gesto de su mano y por su lado la Omega quiso esconder a sus cachorros detrás de ella con disimulo pero él se agachó en cuclillas a la altura de las niñas, la esposa de Wacky también lo hizo pues no podía quedar parada frente a su señor-
-¿De que tienen miedo? -Pregunto Korra a los cachorros-
-De usted.
-¿De mi?¿Por qué?
-Le hará daño a Papá y luego a mamá. -Dijo una de las niñas-
-¿Como quien? ¿Cómo Gilak?
-Si. -Respondió tímida una de ellas y su madre quiso hacerla callar. Pero Korra miro a la mujer con dureza y la Omega desistió en no dejarlas hablar-
-Como su señor deberían de tenerme respeto, no miedo.
-Usted es muy grande e impo... pomente.
-Se dice imponente tonta.
-Asi es. -Korra rio- ¿Cuáles son sus nombres?
-Respondan a su señor. -Exigió la madre a sus cachorros cuando estás guardaron silencio-
-Siku y Sura. -Dijo la mayor de las niñas-
-Entonces, Siku y Sura ¿Les gustan los lobos o solo los pingüinos?
-Mucho. -Salto a decir la más pequeña de los dos-
-Usted tiene un lobo de mascota yo lo he visto. -Agrego la hermana mayor-
-Estas en lo cierto. Vengan, miren. -Korra busco su collar y lo descubrió de su chaqueta- Así de grande son los colmillos y las garras de un lobo.
-¡Wow! -Las niñas se acercaron a Korra y tocaron el collar, tenía cuatro colmillos y cuatro garras-
-Es más grande que mi mano. -Dijo uno de los cachorros comparando un colmillo con su palma-
-Cuando quieran pueden ir a mi casa y jugar con Naga.
-¿De verdad? -Expreso Sika, la hermana mayor- Nunca he podido estar tan cerca de un lobo.
-¿Y puedo tocar su espada también? -Pidió la otra niña-
-No cariño, no seas irrespetuosa con tu señor, él es un guerrero.
-Tu madre tiene razón, no se toca el arma de un guerrero. -La pequeña bajo la mirada triste- Pero, lo haremos aquí en secreto ¿De acuerdo? No sé lo puedes decir a nadie y tendrás que tomarla con respeto.
-Si señor.
-¿Señor puedo hacerlo también? -Pidió la otra niña-
-Cuatro manos son mejor que dos. -Las niñas tomaron su lugar frente a él. Korra saco su espada con la funda puesta, la agarro con ambas manos y con las palmas abiertas la entrego a las hermanas siempre manteniendo el filo de la larga espada hacia él pese a estar enfundada y haciendo una leve reverencia. Las niñas la trataron de recibir con los codos estriados y las manos en palma igual que Korra, notando lo pesada que era y luchando por mantenerla-
-Ahora ustedes deben darle la vuelta, el filo siempre debe apuntar a quien la da y hacer una reverencia. -Los cachorros intentaron, teniendo que abrazar la espada entre las dos para poderla devolver- Muy bien Sika y Sura ¿Qué tal se sintió?
-¡Genial! -Dijo una de las niñas mientras la otra sonreía con evidente alegría-
-Parece que les gustan las espadas tanto como los lobos ¿Si se convierten en Alfas serán guerreros del sur?
-¡Si mi señor! -Contestaron ambas-
-Yo los esperaré para entrenarlos y nunca bajen la mirada ante nadie más que su padre y su señor solo por respeto y no por miedo ¿De acuerdo?
-¡Si señor!
-Bien. -Korra acaricio con las manos ambas cabezas de los cachorros, luego se levantó y colocó en el cinturón su espada- Ve afuera y espérame con tus cachorros.
-Mi señor por favor no... -Pidió la mujer arrodillándose frente a Korra de nuevo. Su esposo sería asesinado por deslealtad a manos del príncipe. A su mente vino la imagen del último sureño acusado de alta traición por los ancianos, había sido abierto desde la columna vertebral, sacado sus costillas como alas y los pulmones hacia afuera cubriendo sus heridas con sal y exhibido con cada brazo atado de un palo. El águila de sangre era un temido castigo de tortura y ejecución que se podían ganar aquellos que atentaran contra la seguridad y sostenimiento de la tribu de manera tan severa y ofensiva que no se les daba la opción de ser azotados o expulsados-
-Mujer, no es lo que tú piensas. -Él la levanto del suelo- No quiero que tus cachorros me escuchen hablar con él, es todo, por favor retírate.
-Si mi señor. -La Omega con miedo y no del todo convencida miró a su esposo, éste le respondió con la mirada y sin más opción abandono la casa con sus niñas-
-Puedes bajar esa arma Wacky, no le haré daño a tus hijas o esposa.
-Lo siento mi señor pero son todo lo que tengo y haría lo que fuera por ellos. -Dijo el campesino volviendo a poner sobre un lado del comedor el grande cuchillo de carnicería que había tomado de la mesa y guardado tras él cuando Korra se acercó a su esposa-
-¿Como traicionar a tu señor?
-No lo traicionó mi señor, usted ha deducido todo lo que sé. Gilak vino aquí y nos hizo desistir de nuestra decisión, es solo eso, otro sureño más enfadado con el norte. La diferencia está en que él es un guerrero y no un simple pescador o cazador, puede estar preparando algo contra el Jefe Tonraq.
-Ya lo creo. Sigue manteniendo tu postura contra el norte para no levantar sospechas, no te mencionaré frente a Gilak y no te castigare por ésto. Lo que quería saber ya lo sé y no es de mi placer doblegar a látigo a un padre de familia. Pero, no vuelvas a dar un mal ejemplo a tus cachorros, la cobardía es algo que no se enseña en las casas del sur y se castiga tan gravemente como la traición.
-Si mi señor, gracias. -Él hombre se inclino lo máximo que pudo con la voz entrecortada-
-Bonita familia. -Korra volteó sobre sus propios talones y fue hasta su caballo encontrándose de nuevo con la Omega y sus cachorros- Tu esposo es muy orgulloso para pedírmelo, su vergüenza no lo deja. Pero pondré a su disposición mis hombres, si los necesitan solo deben acercarse a ellos y ellos les darán protección mientras todo se calma con Gilak.
-Gracias mi señor, es usted muy amable. -Ella se arrodilló frente a Korra y lo reverencio-
-Tampoco te olvides de llevar a tus cachorros a mi casa. -Él monto su caballo y sonrió a las niñas-
-¡Hasta luego hermano mayor!
-¡¿Qué dicen?! No sean irrespetuosas de nuevo, él es su señor, trátenlo como tal. -Regaño la Omega a sus cachorros-
-Esta bien. Todos en la tribu debemos considerarnos hermanos de carnada. En cierto modo no se equivocan.
.…...
-Luces estresado ¿No me dirás a donde fuiste mientras me dejaste en la construcción?
-No es nada que necesites saber Sami, no te quiero aburrir ¿Cómo te fue a ti con la gente del norte?
-Maravilloso, me prestaron muchos libros nuevos.
-Perfecto, más libretas con que llenar tu cama y desvelarte hasta el amanecer.
-¡Si! -Ellos estaban en su habitación, luego de llegar de la obra, hacer merienda y ocuparse cada quien de lo suyo, Asami ya había tomado su baño del día, por lo cual se recostó y palmeo la cama- Ven y recuéstate un rato, quiero que me cuentes a donde fuiste lejos de mi en el pueblo pese a que no quieres hacerlo.
-Hmmm… -Korra acepto la invitación pero se sentó en el suelo solo apoyando su cabeza en la orilla de la cama- ¿Realmente quieres saber?
-Tu siempre me escuchas a mi, y soy tu "esposa" debería estar enterada de algunas cosas, sobre todo si te desgastan mentalmente, a menos que escaparas de mi a visitar ha alguna amante. -Ella se movió un poco en la cama y quedó cara a cara con la de Korra- No me mientas.
-De acuerdo. -Él sonrió- Me pillaste cariño ¿Me perdonas?
-¡Korra!
-Vale, mejor digo la verdad antes que me mates con la mirada.
-Quizás si te ahorcó sea mejor. -Ella paso un brazo por el cuello de Korra, él lo permitió y Asami intento estrangularlo desde atrás- Olvídalo, tienes el cuello muy grueso, gastare toda mi vida tratando si quiera de dejarte inconsciente.
-¿Recuerdas a los campesinos que no querían al norte en sus asuntos?
-Los mismos que vimos hoy.
-No todos estaban ahí, Maliq me dijo algo que me preocupó y eso me llevo a uno de los pueblerinos que vinieron ante mi, fue cuando tuve que dejarte con mis hombres. Hay un guerrero de nuestra tribu que temo está planeando algo contra el norte mientras están en el sur además de amedrentan a los campesinos que si escogen colaborar con las construcciones.
-Eso es grave ¿Estás seguro?
-Lo suficiente como ponerme en guardia, solo que no sé lo que en realidad Gilak planea y a cuántos quiere afectar con ello.
-¿Lo irás a ver cómo al campesino?
-Estoy pensando al respecto. Si actuó prematuramente lo puedo poner en sobre aviso y él llevaría la ventaja ante mi, pero si me demoro demasiado me temo ocurra algo. -Él frunció el ceño preocupado pero Asami comenzó a peinar su cabello con las manos. Lo cual le fue relajante-
-Sabrás que hacer a su debido tiempo.
-Me preocupa mi gente Sami. Que paguen por mi mediocridad.
-Tú los protegerás como lo has hecho siempre, por algo eres su príncipe y Jefe a cargo cuando tu padre no lo está.
-Eso es lo que todos piensan, excepto los ancianos claro está. -Él bajo la cabeza-
-Pues yo no lo pienso, lo creo Korra. -Asami tomo el rostro del Alfa con una mano obligándolo a qué la mirara y alzará la vista- Ten más confianza en ti mismo y no muestres debilidad. Tu instinto siempre te ha protegido y cuando no, lo ha hecho tu fuerza.
-Gracias Sami. -Él le sonrió, ella igual. Luego Asami continuo peinándole el cabello con la mano lo cual era en extremo estimulante y tranquilizador para Korra. Lo suficiente para querer subir a la cama y dormir junto a su Omega sin que ella dejará de tocarlo. Pero eso era peligroso. Él no era un adolescente calenturiento y sensible pero su cuerpo a veces se comportaba como tal, y siendo consentido como Asami lo hacía mucho más. Por lo cual él suspiro no queriendo irse lejos de su esposa pero teniendo que hacerlo. No quería forzar a los supresores más de lo debido y pagar por ello-
...
-Lo estás haciendo sin técnica, no todo es fuerza bruta. -Explico él a uno de sus guerreros en el campo de entrenamiento tomando el lugar del soldado frente al compañero del hombre para darle ejemplo- Hay tres formas de patear de frente, las tres comienzan por pegar el talón del glúteo. Luego dar un rodillazo hacia adelante y ahí proyectas tu pierna. Puede ser percutante, algo muy rápido y para puntos débiles en el cuerpo de tu oponente. Penetrante, igual de rápido pero profundo, debes utilizar tu cadera para traspasar a tu rival. Por último una dónde utilizas todo tu pie y no solo la parte delantera del mismo, es la más tosca de las tres pero la más destructiva. Puedes partir el esternón o provocarle daño interno considerable a tu enemigo. -Korra pateó por tercera vez al pálido guerrero frente a él. Solo deteniendo su patada en el último segundo para no hacerle daño al soldado. Lo cual él guerrero supo agradecer con una reverencia y tocándose el pecho un poco adolorido y aterrado. Si bien Korra era cuidadoso enseñando eso no le quitaba la fuerza que dejaba impregnada en el cuerpo de su oponente aún cuando no llegaba a golpearlo de verdad. Era una técnica y energía atemorizante. Pero como guerreros del sur ellos no debían mostrar miedo a su príncipe y confiar que Korra no los fuese a matar de un golpe solo por prepotencia-
-Inténtalo, quiero verte. -Pidió el a su guerrero-
-Si mi señor. -El soldado se colocó en guardia y trato de imitar cada patada delantera como Korra lo había hecho. Del suelo al glúteo, del glúteo al frente y del frente hacia adelante-
-Bien, sigue perfeccionándolo y enseña a tus compañeros. -El guerrero lo reverencio y él aprovecho para colocarse sus lentes de cuerno de caribú para disipar el reflejo del sol en la nieve de sus ojos, lo cual lo estaba irritando y poniendo de mal humor. Aunque Korra sabía que no era el sol, sino los supresores. Pequeñas cosas lo habían estado molestando toda la semana hasta darse cuenta de que no era casual sino causal. Igualmente, su brazo derecho no paraba de hormiguearle-
-Mi señor, disculpe, le llegó una invitación que creo le es de mucho interés o por lo menos eso nos hizo saber quién la trajo. Es de parte del guerrero Gilak. -Se acercó uno de sus hombres a él-
-¿Gilak?
-Si mi señor. -El soldado le facilito el papel a Korra-
-Retírate. -Pidió él a su hombre. Luego busco de entre los guerreros a Mako, el cual estaba montando un caballo mientras disparaba su arco-
-Necesito que la resumas para mí.
-¿De que se trata Korra?
-Es lo que quiero que me digas.
-Es una invitación de la mano derecha de Hakoda, Gilak. Respetuosamente pide que visites su hogar con tu esposa para disfrutar de una cena y hablar sobre asuntos, asume él, importantes para ambos mañana al caer el sol que da paso al anochecer.
-Hmmm.
-Es todo.
-¿Pide respuesta inmediata?
-No. Te está dando tiempo para pensarlo.
-Lo sé.
-¿Qué sucede Korra? Hay algo de lo cual preocuparse con esto.
-Lo sabrás a su debido tiempo. Mientras alista tus armas para mañana. Vendrás conmigo en secreto.
-¿Y tú esposa?
-Es justamente por ella que necesito que me cubras, quizás mi manos se ocupen en algo un poco difícil de someter y no quiero arriesgarme a que salga lastimada si eso ocurre. Aunque todavía no me convenzo de llevarla conmigo tu la sacarás de esa casa de ser necesario.
...
Korra subió las escaleras y fue a su habitación, entro y vio a Asami en su vestido de matrimonio junto con Opal. Eso le sorprendió un poco. Aunque, se veía tan hermosa como el día de la boda en su Kimono blanco con rojo bellamente adornado y con emblemas de la nación del fuego. Recordó ese día, los nervios y como se llenó su pecho de un profundo extraño sentimiento al ver a Asami caminar hacia él vestida para el eterno compromiso. Su cabello iba arreglado con dos grandes accesorios en forma de lirios a cada lado y recogido por una larga horquilla de oro con orquídeas cayendo en su extremo ancho. Con un rostro digno de ser descrito como precioso, delicado, pálido y contrastado con un bello arrebol en las mejillas. Una leve sombra de maquillaje rojo le pintaba los párpados y labios. Había tanto rojo y dorado en ella y en el alrededor esa noche, a diferencia de su traje de novio de la tribu del agua, que él creyó ver el color de los ojos esmeraldas verdes de Asami cambiar a dorados en orgullo a su nación.
-¿Ansiosa por volverlo a utilizar?
-¡Korra! -Se sobresalto. Ella no lo sintió llegar, pero sonrió relajada y un poco apenada al reconocerlo- Solo no quiero que se arruine al estar guardado. No sé cómo reaccione la tela con el clima de aquí. Es herencia familiar.
-Entonces es importante.
-Mi madre lo utilizo para su matrimonio, aunque al adquirir su compromiso a los catorce años, obviamente tuvieron que hacerle algunos arreglos para mí.
-Se te ve tan bien como el día de la boda Asami.
-Yo me retiro mi señora. -Dijo Opal no queriendo ser entrometida entre la pareja. Tan Diligente que cuando Asami quiso decirle que no era necesario que lo hiciera y que al contrario se quedará allí para luego de ido Korra le ayudará a quitarse el vestido, ya la doncella había desaparecido de su lado-
-¿Tienes algo para decirme? -Pregunto ella a su Alfa. Pues Korra se había sentado en una de las sillas de la habitación y no dejaba de verla, no de una forma lasciva, era… Una admirativa y eso la colocaba aún más nerviosa-
-¿No puedo venir y reposar en mi cuarto un rato?
-Si, si puedes. Pero no es común para mí verte aquí cuando yo estoy o que decidas tomarte un descanso.
-Mmm... -Korra sonrió- Tienes razón. Si vine por algo en específico que creí te interesaría. Gilak me envió una carta de invitación, quiere que lo vaya a ver mañana en la noche.
-¿Piensas que se haya enterado de tus sospechas?
-No estoy del todo seguro, solo lo sabré cuando lo enfrente.
-¿Si quiero ir me llevaras?
-Hmmm… No me gusta la idea de que estés conmigo si las cosas se ponen feas. Además Gilak es un Alfa de viejas costumbres como mi padre. Tendrás que comportarte muy sumisa y callada. Sé que no es tu forma natural de actuar y no te voy a obligar a ello.
-Me comportare como se debe, quiero ir contigo. Eso le dará más confianza a ese tal Gilak a que lo hagas tu solo.
-Y al parecer él lo sabe pues la invitación también te incluye.
-Vamos Korra, se cuidarme sola.
-Que sepas defensa personal y manejo de armas no es excusa. Ningún Alfa debe verte empuñando un arma o moviéndote como un guerrero, te castigarían por ello.
-¿Pero tú me llevaras cierto? -Ella se acercó a Korra y sentó a sus pies con mirada suplicante- Nunca he podido apoyarte directamente en tus batallas. Pero ahora que somos los dos contra el mundo no quiero dejarte solo de nuevo.
-La guerra o un conflicto interno de la tribu no es un lugar para ti Sami. No digas que no me has apoyado lo suficiente, siempre has estado para mí a tu modo y ese modo me gusta.
-¿El modo de la inútil Omega? -Asami colocó sus ojos en blanco-
-Es mi deber protegerte no tú protegerme a mi. Soy un Alfa y es lo que los Alfas hacen.
-Soy tu mejor amiga Korra y los mejores amigos son más que Alfas y Omegas. Tienen una obligación igual para ambos. No actúes como troglodita.
-¿Troglodita? -Korra alzo una ceja-
-Por lo menos dime qué lo pensarás ¿Si? -Ella apoyo un lado de su rostro en la rodilla del Alfa y no dejo de mirarlo con ojos de ruego en su hermoso vestido y azabache cabello suelto-
-Tsk, si eso te hace feliz. -Mascullo él volteando la mirada lejos de la de Asami con calor pasional en el cuerpo. La Omega siempre sabía jugar sus cartas muy bien para convencerlo de lo que ella quisiera y ahora mostrarse tan sumisa ante él era su talón de Aquiles, lo desarmaba casi por completo-
...
-No puedo creer que te traje conmigo.
-Asami 1, Korra 0. -Dijo ella a Korra-
-Si algo ocurre recuerda a Mako, él se hace pasar por un simple soldado y conductor de carruaje pero tendrá un ojo sobre nosotros desde las sombras. Te sacará de la casa si las cosas se salen de control. -Solo eran ellos tres. Korra se había decidido en no llevar más que a Mako como protección de Asami además de él para no hacer sentir demasiado amenazado a Gilak. El hombre era un guerrero reconocido por las proezas de su juventud al lado de Hakoda, por lo tanto, alguien que se podía ofender fácilmente con cualquier cosa. Los ancianos lo respetaban y tomaban en consideración. Y esa era otra de sus grandes dudas. Si Gilak tenía a parte del pueblo a los ancianos a su favor ¿Por qué ir con él cuando sabía que él apoyaba al norte?-
-¿Tocaras la puerta tú o lo hago yo? -Interrogo Asami sacando de sus pensamientos al Alfa. Korra golpeó la gruesa madera frente a él y espero. Miro de nuevo a su esposa a su lado y se pregunto por centésima vez en esa noche si llevarla consigo había sido la decisión correcta-
-Príncipe, es un placer para mí tenerlo aquí. Por favor pase adelante con su esposa.
-Espero no llegar demasiado tarde.
-Lo ha hecho en la hora perfecta.
-¿Y tus dos hijos? -Korra vio a la esposa de Gilak tras el Alfa, la cual los reverencio al entrar, pero ninguno de los hijos del anfitrión. Eso le preocupó, ellos eran guerreros y si no estaban a plena vista podían estarlo escondidos con sus armas-
-Están ocupados en sus cosas de juventud mi señor. Ya sabe conquistar Omegas y pelear con otros Alfas. Pasemos a la mesa por favor, mi esposa servirá los platos de comida.
-Gracias. -Él acepto su puesto en la cabecera del comedor con Asami a su lado y Gilak de frente. Vio la comida ser servida por la esposa del guerrero. Fideos de algas, carne de foca deshidratada, afrodisíaco pepino de mar en sopa de ciruelas de mar, pocos vegetales y caribú con oso polar apenas cocinado. En su tradición comer la carne cruda o beber la sangre de un animal de poder le confería energía y buena salud a quien la ingiera. Aunque Asami no luciera muy animada al respecto-
-El cazador del oso y el caribú celebro el respectivo ritual para que renazcan en el universo no terrenal. Estos alimentos están bendecidos. -Dijo Gilak-
Korra tomó sus utensilios y disimuladamente aspiro todos los olores de la comida puesta en la mesa. Nada parecía envenenado o con un olor ajeno al qué debería. Luego, miro a Asami y le permitió comer cuando fue el momento. Era un banquete humilde pero sustancioso. De exquisito sabor que dejaba ver los talentos y experiencia de la cocinera a cargo. A la cual él también agradeció. Durante la comida no se hablo más que de la comida así que, Korra supuso que Gilak expondría su punto luego de asentada la cena. Una buena estrategia, después de la cuantiosa comida estarían menos propensos a discusiones.
Al recoger la mesa y reposar con una bebida caliente Gilak lo separó de Asami, quien por respeto no podía estar cerca de ambos cuando ellos hablaban. Solo debía quedarse junto a la otra Omega, sumisa, distante y callada. Lo cual él noto que se le hacía difícil a su esposa. Ojalá él no la hubiera metido en éste embrollo pero Asami había sabido cómo convencerlo con sus ojos bonitos e insistente hablar durante todo el día.
-Sobre el supuesto violador. Escuche que usted le partió las piernas, dejo inservible sus manos y pisoteo, literalmente, su hombría tan fuerte que el pobre desdichado ya no podrá procrear cachorros.
-Me pareció una buena lección, inválido y sin poder trabajar el vivirá a base de la caridad del pueblo y la gente. La tribu misma decidirá si dejarlo vivir o no.
-Pudo simplemente matarlo y ahorrarle el sufrimiento. -Agrego Gilak-
-Eso no llevaría el mensaje y sería un castigo benevolente, él no solo era un violador, había otros crímenes de los cuales avergonzarse.
-Pero mi señor, tomar a Omegas o asesinar adúlteras y putas no es un crimen. Me parece que así decían los rumores, el sujeto solo se metía con Omegas de baja calaña, desviadas e irrespetuosas.
-¿Sabes tú si todas eran realmente adúlteras o putas Gilak? La que vino ante mi no era más que una campesina hostigada y asqueada. Además, aún cuando no represente un crimen me faltó al respeto y quién me falta al respeto a mi, a mi casa, a mi esposa, a mis padres o a mi tribu le partiré no solo las piernas sino la voluntad. No me importa que solo se trate de adúlteras o putas, no dejan de ser mujeres de mi pueblo y quién le hace daño a mi pueblo lo castigare. -Advirtió él queriendo llevar la conversación hacia aguas más profundas-
-Pensé que la justicia se impartía por mano de la ley y tradiciones no por lo que cree o siente un Alfa.
-Si así fuera no existieran tiranías ni mucho menos progreso. Ser un príncipe e hijo del Jefe tiene ciertas ventajas y no solo obligaciones, puedo hacer lo mejor para mí gente, aunque quizás esas decisiones me cuesten latigazos, mi cola de lobo o la muerte.
-¿Y piensa usted y él Jefe Tonraq que aliarse con el norte y dejar que destruyan nuestra cultura y tradiciones es "hacer lo mejor para su gente"?
-Gilak, probablemente si trataras de ver más allá de tus rencores te darías cuenta que no es eso lo que ellos hacen sino ayudarnos como hermanos.
-¿Hermanos que asesinaron durante años a padres de nuestros guerreros, a hijos de nuestros guerreros, y a los guerreros mismos?
-Nosotros también cometimos ese error contra ellos Gilak, buscamos sobrevivir y vencer, vencimos y nos dimos cuenta que no todo el norte estaba a favor de Unalaq y sus métodos. Era gente asustada y sometida. Guerreros que peleaban para sobrevivir y no ser llamados traidores.
-El sur siempre peleó con orgullo príncipe, aquí nadie salió a combatir al norte y luego de derrotado se excuso diciendo que era obligado a hacerlo. No somos iguales a esos cobardes.
-¿Es por eso que me invitaste a tu casa hoy Gilak?
-Si mi señor e imagino que no es sorpresa para usted que hable en contra del norte, pero no deseo que se haga una idea equivocada de mi o confunda las cosas si escucha difamaciones mías de algunas bocas. Mi anhelo al invitarlo aquí era que me ayudara a hacer desistir a su padre de vincular al norte con nosotros y los expulse del sur. Pero me temo que usted comparte los mismos intereses que Tonraq, tal y como lo sospeche, y sin aliados fuertes ahí se acaban mis aspiraciones pues ¿Qué puede hacer un solo hombre, viejo y desdichado contra otra nación y su nación misma? Nada.
-No des por sentado mi opinión Gilak. -Él trato de sonar flexible y quizás consecuente con los planes contra el norte. No quería alarmar a Gilak más de lo necesario o ponerlo del todo en su contra hasta averiguar que planeaba el Alfa y sus desconocidos aliados. Korra sabía que por su honor de guerrero Gilak no daría su brazo a torcer fácilmente-
-¿Podría la causa convencer al príncipe del sur?
-Le platicaré a mi padre al respecto sin que suene demasiado a traición porque no es lo que intentas hacer ¿Verdad Gilak?
-Ya le dije mi señor, sin una verdadera fuerza importante de mi lado no puedo aspirar a nada. Y si esa fuerza no viene de mis señores mucho menos. No soy un traidor. Solo quiero que me escuchen ¿O parezco un hombre demasiado peligroso y extremista?
-No debería mirar demasiado hacía ellos o tratar de escuchar su charla mi señora.
-Lo siento. -Se disculpo ella con la Omega de la casa y esposa de Gilak, ambas hacían en la cocina-
-Con todo respeto mi señora recuerde que debe restringirse de ver a los ojos a un Alfa si no quiere que se confunda con una insinuación sexual o irrespeto intencional. Usted ha visto a mi marido durante toda la cena directo a los ojos. Él no ha sido grosero con usted por la presencia de su esposo, pero con sus actos usted está avergonzando al señor Raava frente a otro Alfa, y ahora parece muy interesada en su conversación ¿Algo la inquieta?
-De ninguna manera. Solo que me gusta estar al pendiente de mi esposo por si me necesita para algo. -Disimulo ella, lo que menos necesitaba Korra es ser descubierto por su culpa- Agradezco sus consejos, para serle sincera mi familia me crío con cierta libertad y Korra es paciente conmigo. Así que a veces paso por alto mi educación.
-Eso hace ver débil a su Alfa mi señora. Téngalo en cuenta.
-No lo creo, un Alfa no es más fuerte por maltratar a su pareja o traumarla de tal forma que la obliga a siempre mirar al suelo y llenar su rostro de cicatrices. -Se refirió Asami al comportamiento y aspecto de la Omega-
-Nuestro papel en este mundo es dar cachorros, complacer a nuestros maridos y conformarnos. Las represalias vienen cuando olvidamos ese lugar. Usted es joven y hermosa, solo le quiero evitar la pena. Mi esposo es un hombre dedicado y responsable, gracias a él tengo una familia y dos hijos que pueden gozar de salud y vida. No es un monstruo, a pesar de lo que debe estar pensando. Pero los Alfas tienen una forma de ser y actuar características de ellos y su alta testosterona configura sus cerebros de forma diferente a una Omega. Por eso lo mejor es no enfrentarlos o hacerlos enojar como quizás usted puede hacer con su esposo o yo hice con el mío. Ahora lo entiendo por mi estudio en medicina junto a Katara, antes tuve que hacerlo por las malas. Lo que usted crea o considere para ellos no es igual.
-Lo entiendo. Gracias por preocuparte por mi, lo tendré en consideración. -Ella apretó las ásperas manos de la Omega en un gesto de cariño. La mujer había resultado ser manejable y cordial- También tu receta secreta para preparar carne de foca disecada, es una de las favoritas de Korra aunque no tanto como los fideos de Senna.
-Es un gusto mi señora. Omegas siempre debemos ayudarnos entre si.
-Supongo que tendremos que esperar que ellos terminen para comenzar con el postre.
-Así es mi señora, no podemos interrumpirlos. No se preocupe pronto tendrá a su amado a su lado. Perdóneme el atrevimiento pero usted lo quiere mucho ¿No es así? Se le nota en los ojos.
-¿En serio? -Ella parpadeo varias veces-
-Mi matrimonio fue arreglado, pero desde el primer momento en que vi a Gilak me enamore de él y su recia presencia. Mi señor Korra es mucho más guapo e igual de gallardo, un guerrero del sur. Supongo que eso fue lo que la conquistó a usted.
