Un par de minutos después de las explosiones dentro de la tribu Korra no se movía todavía de su puesto en la frontera, él no sabia que tan grave era la situación en el pueblo y si al dirigirse hacia allá lo empeoraría todo, es decir, si solo se trataba de un señuelo hecho por pocos foráneos infiltrados para abrir paso a muchos más enemigos desde afuera. En ese caso dejar su lugar y a los hombres sin guía para correr al lado de su padre dentro de la tribu, quien de seguro controlaría con facilidad la rebeldía, haría innecesaria su presencia allí, dejando desprotegido el frente, lo cual sería un grave error de su parte y un movimiento básico del enemigo en el arte de la guerra.

No obstante, su preocupación no solo por su familia y tribu, si no en específico por Asami y Yasuko, extranjeras de las tribus agua, casi lo hizo querer partir de inmediato. Normalmente los extranjeros de éste índole eran los primeros en querer ser asesinados en las revueltas. El solo pensarlo hacía estremecer su cuerpo de impotencia, de dejar la vida de su Omega a merced de la suerte, de imaginar estar lejos de Asami y que ella llegase a necesitar su fuerza y protección, de que algo le ocurriera a Yasuko y Asami no lo perdonará nunca por eso. Sin embargo, con toda muestra de temple, él se ancló a sus prioridades como guerrero y príncipe de su nación, lo primero debía ser la seguridad de su gente, mantener su actual lugar. Aunque su mente estuviera dividida entre el deseo del corazón y el deber sembrado en él por años por parte de Tonraq.

Por ello, transmitiendo calma y decisión a sus guerreros, en guardia espero. Aguardo un atisbo de invasores fuera de la frontera o un aviso de su padre. Acción no tardíamente premiada, pues uno de los dos llegó sin mucha demora. De pronto en el cielo Korra vio al águila del Jefe del sur aparecer, el animal dio vueltas sobre él, llenando el vacío del silencio y la tensión del momento con un fuerte sonido rapaz en un canto proveniente de sus adentros, el aviso de su necesidad de ser escuchado. El príncipe supo que era un mensaje de su padre dirigido directamente hacia él: Tonraq lo creía más necesario dentro de la tribu que afuera. Eso quería decir que pasaba algo grave. Por lo cual, ahora sin dudarlo Korra hizo caso, impartió órdenes a sus guerreros y partió dejando una defensa desplegada al frente tan sólida como le fuera posible en tal caso de ser atacados también desde afuera.

Ordenando además a su arquero Mako permanecer en el campamento y prender el doble de fogatas utilizadas por los guerreros y así ante cualquier ejército que los mirará desde el exterior parecer mayor cantidad de soldados de lo que en realidad eran. Después, él cabalgó con su caballo tan severamente como pudo por el camino principal despejado de nieve desde la frontera hacía la tribu, tan rápido como el vuelo del águila en el cielo que lo guiaba. Al por fin estar cerca del pueblo y ver las torres de control sobre los bastiones de la muralla de piedra y hielo que defendía inerte al sur de intrusos sin no más que soldados combatiendo, sus peores temores dentro de él se revolcaron queriendo tener vida, no podía ser ¿Qué carajo ocurría, por qué había tanto revuelo y desorden? ¿Tan grande era la cantidad de enemigos infiltrados? Eso no tenía mucha lógica ¿Cuándo y por dónde se habían escabullido sin ser notados?

Korra pasó sin detenerse en la entrada principal y la confusión llegó aún más a él al prestar atención detalladamente a los guerreros que se cercenaban las extremidades entre si y se clavaban hachas en el cráneo unos contra otros en busca de asesinarse. Era su propia gente combatiendo contra el norte y gente de su propia tribu del sur, eso lo dejó perplejo. Nieve empezó a caer del cielo, blanca e inocente sustancia que se ligo con el humo de las explosiones para convertirse en una lluvia macabra. Entonces, con una respiración acelerada que le quemaba los pulmones del helado aire a su alrededor él apretó duro su mandíbula y solo una respuesta vino a su mente, una traición por parte del norte.

-No puede ser… -Susurro Korra. El norte ahora eran sus hermanos, parte de su manada-

Korra cabalgó un poco más calmado apaciguado por la duda tratando de convencerse de su hipótesis, no derramar sangre inocente, pero los pocos Alfas que se atravesaron en su camino parecieron paralizados al verlo sobre el caballo e incapaces si quiera de atacarlo, como si él fuera una especie de Dios intocable ¿Entonces como descubriría él al enemigo? ¿Se trataba del sur contra el norte? ¿O el norte contra el sur? Peor aún ¿Era sur contra sur? Eso sería absurdo y una desgracia mucho peor. Cómo fuera, él continuo siguiendo al águila de su padre adentrándose más a la tribu, fuera cómo fuera lo primordial era encontrar a Tonraq, ver a su madre y proteger a Asami.

Solo que en ese momento por un flanco de su campo visual se atravesaron antiguos enemigos y no dudo en irlos a matar de ser los causantes del caos en el sur. De que ahora casas y tiendas ardieran en llamas que luchaban por reinar sobre el frío clima del sur y la nevada. De que su gente gritara desesperada y se destruyeran unos contra otros. De los futuros niños huérfanos y aterrorizados pisados por caballos, lisiados y apaleados por los sementales. Del horrendo sentimiento de perder no solo a su tribu, si no a su apreciada familia, a su única y singular Omega, en semejante revuelta.

Él ya había vivido el calor de la batalla a gran o pequeña escala muchas veces, dado la cara a la brutalidad de los cuerpos descuartizados desde que era no más que un cachorro, la violencia de los Alfas con armas comportándose como animales, destripándose como espíritus corrompidos, imponiendo su poder y certeza sintiéndose Reyes, a la pudrición de los muertos días siguientes en el campo de batalla en temporada de verano, los enjambres de moscas y carroñeros alimentándose de los rostros de los cadáveres. Pero, nada parecido a ver a su hogar en guerra. A imaginar siendo uno de sus seres queridos uno de los brutalmente fallecidos.

Jalando las riendas de su caballo hacía un lado, el potente animal desvío su recto camino y giró hacía los Alfas que Korra culpo en su mente de ser causantes de la traición en el sur, Noatak y Tarrlok. El príncipe espoleó a su semental y se dirigió hacia ellos, se agachó un poco en su montura y desde arriba de su caballo Tarrlok lo vió llegar demasiado tarde, lo suficiente como para que Korra aprovechará lo imprevisto de su presencia y tomará al norteño por el cuello y con un solo agarre de su mano lo levantará más de tres metros. Él escucho el quejido de dolor por parte de Tarrlok pero no sé inmutó, notó la dentadura apretada y la dificultad para respirar del norteño, como luchaba para soltarse pero no lo dejó. También, el gruñido profundo y amenazante por parte de Noatak que de inmediato volteó y busco salvar a su hermano.

-¡No Noatak! -Grito Tarrlok como pudo con su cuello dentro del agarre del príncipe- Agh... ¡Korra debe estar confundido!

-Suelta a mi hermano ahora mismo… -Advirtió desde lo bajo Noatak sin dejar de gruñir con la postura de un fiero animal que defiende a los suyos-

-¡Le partiré el cuello a él y luego a ti por ser unos malditos traidores! -Contesto Korra mostrando los colmillos-

-¡Te equivocas y lo sabes! -Gritó de nuevo Tarrlok, pero ahora al príncipe mientras luchaba por respirar-

-¡He dicho que lo sueltes! -Volvió a reclamar Noatak saltando hacía Korra, provocando que con su mano derecha libre el príncipe tocará la empuñadura de su espada esperando la distancia suficiente para partir en dos al norteño. Como si tener a Tarrlok, un hombre de más de 80 kilos, alzado por su otro brazo no le generará ningún esfuerzo o limitación-

-¡Basta! -Exclamo de nuevo Tarrlok- ¡Sabes que no podemos contra él, Korra ya no es el mismo desde que derrotó a su tío, evita que saque su espada! -Pidió Tarrlok a su hermano. Korra era un Alfa singular que generaba largas charlas entre ellos en busca de respuestas, desde que fue bautizado como "La Bestia del Sur" el príncipe ya no estaba a su alcance. Si peleaban contra Korra, morirían. Noatak podía herirlo de muerte pero el príncipe mataría a su hermano también y él no sabía lo mucho que serviría herir gravemente a un Alfa que sin importar lo que trajera atravesado en el cuerpo no se detenía en su objetivo, destruir. Así era Korra cuando iba en serio. Por eso el norteño apretó tan fuerte como pudo el antebrazo del príncipe en busca de su atención y misericordia para con un tono de voz tan calmado como pudo, implorar- Tienes… Tienes que creernos Korra, no tenemos nada que ver aquí, esto es… Es una traición del sur.

-¡¿Insinúas que la culpa la tiene mi gente?! -Korra mostró sus colmillos a Tarrlok y apretó más severamente su cuello-

-¡Solo digo la verdad! -Respondió rápido el norteño con miedo de que por fin Korra cerrará su agarre lo suficiente y lo matará. Él solo seguía vivo porque había endurecido los músculos del cuello botando de a poco el escaso aire que podía respirar por la nariz llevándolo a la parte inferior de su estómago y expulsándolo desde ahí por su boca, tensionando todos los músculos del cuerpo en el proceso, tener su barbilla tan baja como pudo también lo ayudaba a sobrevivir, pero las palabras se empezaban a dificultar en su cerebro por la falta de oxígeno y la oscuridad amenazaba con llegar. Sin embargo, también lo notó, la duda en Korra- Ughh… Sabes que es… así, de lo… contrario, desde el prin.. principio, me hubieras matado.

Arrrrg! -Gruño de nuevo Korra y tiró a Tarrlok contra Noatak al percibir al otro norteño abalanzarse contra si en busca de liberar a su hermano, la falta de certeza lo desconcertó lo suficiente como para dar un segundo más de vida a los dos, pero era hora de acabar con el asunto. Él bajo de su caballo y busco encarar a los dos norteños. Terminando de frente a Noatak, ambos mirándose fijamente y el norteño notando de nuevo algo singular: Korra lucía de su mismo tamaño, pero en calma el príncipe no era tan alto como él. No obstante, Noatak respondió a la intimidación manteniéndole la mirada a Korra igual de soberbio y orgulloso, dejando que ambos espíritus de guerreros salieran a flor de piel y chocarán entre si, lo suficientemente intenso como para dejar sin respiración a algunos espectadores. Pero, finalmente alguien se atravesó entre los dos-

-¡Suficiente, yo soy la viva prueba de que ellos no mienten! -Dijo Yasuko entre el príncipe y Noatak. Ella trató de empujar a Korra lejos del norteño pero su fuerza de nada le bastó para hacer retroceder ni un centímetro al esposo de su hija. Yasuko había estado aterrada de hacerlo, de si quiera hablar, mucho menos meterse entre esos dos, sus piernas temblaban y su corazón estaba muy acelerado del terror. La fuerza de los dos Alfas frente a ella la hacía solo querer huir o morir callada. Tarrlok era tranquilo y diplomático, no era débil sin embargo, pero Noatak y Korra estaban a otro nivel-

-¿Yasuko? -Despertando de la bruma generada por la rabia a lo lejos a pesar de tenerla cerca, él escucho la voz de la madre de Asami, eso le recordó a Asami he hizo redirigir de inmediato su atención a la mujer-

-¿Por qué en vez de estar aquí perdiendo el tiempo no estás protegiendo a mi hija? -Reclamó Yasuko al príncipe con ímpetu pero no pudiendo seguir gritándole como quisiera, el estar frente a Korra y superar el temor de desafiarlo ya tomaba mucha energía de ella-

-¿Qué haces con ellos y dónde está Asami?

-Ya te lo dije, Noatak y Tarrlok me protegieron de la gente del sur que trató de asesinarme, y si mi hija ya está muerta por culpa de tu incapacidad, seré luego yo quien te mate a ti "Príncipe del sur" pues nada se de ella, solo que estaba junto a Tonraq en el palacio cuando comenzó la revuelta. Justo donde la dejaste.

-Cof... Cof -Tarrlok se levantó del suelo tocándose la garganta con dolor- ¿Realmente tu instinto te dice que es nuestra culpa Korra? -Dijo el norteño manteniendo su distancia. Ese era un buen punto, el instinto de Korra no se había activado en contra de estos hombres, solo la razón de juzgar a ex enemigos. Y él debía siempre ante todo escuchar a su instinto-

-¿Por qué en vez de señalarnos con un dedo no prestas atención a tu alrededor príncipe? -Habló Noatak manteniéndose frente a Korra consiente de que Yasuko estaba entre ellos y que debía protegerla del Alfa si éste al igual que muchos otros al estar iracundo no media ni distinguía para aplicar su fuerza. Pero, él bajo la mirada de los dilatados ojos del príncipe mostrándose sumiso ante Korra, no seguir desafiándolo-

-¿Quiénes son? -Korra miró hacía los dos extranjeros cerca de ellos, imperceptibles hasta ese momento pero quienes más resaltaban entre todos los guerreros presentes, aunque uno de los dos no parecía tan extranjero, era de la tribu agua pero nunca antes la había visto en el norte o el sur y olfateando el aire, él pudo deducir por el olor que se trataba de una Beta y el otro un Alfa-

-Suponemos que son tus verdaderos adversarios, quienes incendiaron tu tribu y buscan asesinar todo lo que amas. -Respondió Tarrlok-

-¿Entonces es a ellos a quien debo matar antes de decidir si hacerlo con ustedes también? Eso, si no fuera tan urgente para mí reunirme con mi padre y proteger a mis Omegas. -Korra miro de nuevo a la madre de Asami y luego a Noatak. Había algo que todavía no cuadraba ¿Por qué el sur peleaba contra el sur y contra el norte cuando la revuelta era obra de desconocidos?- Hay cosas que no termino de comprender, por eso es peligroso que Yasuko venga conmigo y no te creo tan débil como para caer aquí Noatak. Te daré mi voto de confianza.

-Yo la protegeré y me haré cargo de ellos. -El norteño hizo referencia a los dos intrusos-

-Júrame que traerás de vuelta a mi hija con bien. -Volvió a interrumpir Yasuko, tomando la empuñadura de la espada del príncipe para apretarla con fuerza, mirando a Korra con igual intensidad-

-Si no es así, la vergüenza de no cumplir con mi palabra me hará no presentarme frente a ti o a nadie erguido y con vida. Volverás a ver a tu hija sana y salva o daré mi pellejo a cambio Yasuko. -Prometió el príncipe-

-¿Con que el príncipe del sur? Es un honor conocerlo. -Reverencio burlescamente la Beta enemiga a Korra- Mi nombre es Ming Hua y mi compañero aquí presente es Ghazan. Aunque me decepciona saber que es tan engreído como para no creernos dueños de su atención.

-Con tu solo olor y el de tu amigo, se lo muy fuertes que son, también estoy consciente del espía escondido tras el techo del teatro y que ha tratado de ver una apertura en mi guardia para matarme desde que llegué, a pesar de esconder su almizcle muy bien. -Korra se refirió a un hombre con vestimenta negra y rostro oculto que sin demora al ser descubierto salto del techo y huyó del lugar- Pero, no tengo tiempo para ninguno de ustedes.

-¿De verdad príncipe? -Hablo Ghazan- El Cuervo del Norte nos contó un poco de tu forma en combate, quizás encuentres tu final aquí sin ir tan lejos.

-¿El Cuervo del Norte? -Interrogó Korra-

-El hombre en el techo que hizo huir. Príncipe, dentro de su tribu hay más perros traidores de los que cree.

-Arrrggg… -Las palabras del enemigo lo hicieron gruñir y querer enfrentarlo, acabarlo junto con su cómplice. Pero Noatak le colocó una mano en el hombro-

-Recuerda la importancia del tiempo. Tu padre te espera Korra. Ya te lo dije, yo me haré cargo aquí.

-De acuerdo. -Él observó a Noatak y vio la palabra de un guerrero en él, la fuerza del hijo de Yakone y uno de los más fuertes Alfas del norte. Luego, otra vez a Yasuko, la madre de su esposa no podía estar mintiendo al defender a los norteños. Tampoco la creía una mujer estúpida capaz de ser engañada fácilmente. Su instinto tampoco le decía lo contrario. Además, estaban los foráneos. Algo más pasaba allí. Él necesitaba llegar con su padre y proteger a Asami lo antes posible, esas eran sus prioridades. Aceptando el gesto de ayuda de Noatak arriesgando mucho pero no teniendo otra opción, volteó hacia su caballo, sintió venir a Ghazan en contra de él, como Tarrlok lo defendió y Noatak atacó al extranjero para permitirle irse. Volteando para echar un vistazo rápido a Yasuko, que era protegida ferozmente por los dos hombres que había dejado a cargo. Ironías de la vida, ahora antiguos enemigos actuaban como hermanos de carnada, y aquellos que siempre considero lobos de la misma camada, lo traicionaban-

...

-Se dice que usted puede ver a través de los ojos de su ave, es como ha podido ganar tantas batallas, admirando los ejércitos enemigos desde el cielo, notando sus debilidades y así organizando el suyo como piezas de Pai Sho ¿Es eso cierto Jefe del sur? -Pregunto él mirando hacia arriba notando que el águila del Jefe había vuelto y volaba en círculos sobre ellos-

-¿Tu qué crees Zaheer? -Respondió Tonraq limpiándose una línea de sangre que caía desde su boca por todo el mentón-

Enfrentar al bárbaro frente a él se le había hecho tan complicado como imagino, pero no por la cantidad de enemigos en su contra, pues ni Gilak u otros traidores del sur se habían entrometido, si no porque Zaheer había resultado ser tan capaz como la gente que le advirtió con antelación sobre los bárbaros alegaba, el hombre había sabido como ocultar su fuerza y capacidad de él, aprovechar dicha inocencia y casi ponerlo de rodillas inmediatamente. Solo que él nunca subestimó a su enemigo, conocido o no, tomo enserio a todos ellos. Eso es lo que aún lo mantenía en pie y a la par. Igualmente, la gran amenaza que representaba el extranjero para su gente, él debía matarlo ¿Pero cómo? Cuando fue al cuerpo a cuerpo contra Zaheer creyó haberlo acabado al atrapar con una de sus manos en un agarre en forma de garra la tráquea del bárbaro para desgarrarla. El criminal simplemente había sonreído por ser cogido, endurecido esa parte del cuerpo y quitado girando su cabeza en el eje de su agarre para desde abajo sacar un puño que dió en todo su plexo solar y lo hizo quedar sin aire.

Zaheer se defendía con bloqueos largos como alas de grulla que al mismo tiempo eran ataques chocando hueso contra hueso. Haciendo doler los suyos. Notando de que de no ser por su alto grado de guerrero quizás con esos mismos bloqueos el bárbaro le pudiera partir uno o los dos brazos. Cuando Zaheer le respondía con patadas, las técnicas eran también largas y potentes. Tenía puños tan fuertes como piernas, y piernas tan ágiles como puños. Golpes que trató de esquivar pero también termino recibiendo, contestando y acertando algunos, que no generaban gran daño en su enemigo y eso lo frustraba. Él busco entonces atacar a las articulaciones, pero cualquiera de las extremidades del delincuente eran difíciles de someter, segundos demás que se perdían en la ejecución de la técnica y lo dejaban vulnerable a él como atacante y no a su víctima.

Él noto además que los miembros inferiores del bárbaro se desplazaban sin posiciones perezosas, siempre bajas y bien constituidas cuando no saltaba con la gracia de un ave, arraigadas a su raíz, lo cual le hizo concluir en parte el origen de la fortaleza de Zaheer y hacia muy difícil tratar de proyectarlo por debajo de las caderas. La sonará respiración que dejaba escuchar era igual de notable, como si el aire fuera el alimento de su poder. Tonraq sabia que exigentes entrenamientos que llevan consigo posturas tan bajas de piernas son el origen de guerreros con patadas destructoras y de una energía sembrada en el vientre bajo igual de potente. Energía que se transmite por todo el cuerpo con ayuda de la respiración, haciendo al guerrero no solo dependiente de su tensión o poder muscular para destruir a su adversario. Eso explicaba por una parte la solidez del bárbaro, su habilidad era quizás ganada por años de inhumana práctica, pero había algo más. Zaheer le recordaba a Korra en cierto modo, tenía una fortaleza única de encontrar igual que su hijo. Eso era malo.

-No estamos en tiempos de jerarquías o gobiernos, si no de hombres libres, la verdadera libertad solo puede ser alcanzada cuando los gobiernos oprimentes son demolidos. Pero, eso no quiere decir que los espíritus y su poder hayan desaparecido Jefe.

-¿Por eso quieres destruir a las naciones que aún fomenta en sus cachorros y cultura éste tipo de poder? Primero el templo del aire norte, no dudo que querrás lo mismo para los tres faltantes y ahora la tribu agua del sur. No son más que criminales.

-¿Bárbaros nosotros? El Loto Rojo somos quienes le devolverá el equilibrio al mundo Tonraq. Y a diferencia de lo que crees, el poder de los espíritus es algo que nos gustaría proteger, sobre todo de aquellos que pretendan usarlo erradamente.

-Nadie necesita de su asqueroso equilibrio si es a consecuencia de muertes y destrucción. -Dijo el Jefe mostrando los colmillos-

-No hacemos nada que un campesino oprimido no quiera, que un soldado cansado de acatar órdenes no desee, que esas familias pobres en reinos de Reyes ricos no anhelen.

-¿Y que quedará para después Zaheer, cuando no hayan instituciones, poderes que administren, Jefes que protejan? Yo no veo más que algo mucho peor, caos.

-Exacto Jefe. El orden natural es el desorden. -Dijo Zaheer-

-En tal destrucción las personas sin guía solo querrán beneficiarse así mismas sin miedo a nada, acabarán con otros y si mismos.

-¿Pero robar y beneficiarse solo así mismos no ha sido el modo en que siempre han actuado los que tienen poder?

-Tienes razón, algunos actúan así valiéndose de sus estatus, a eso se le llama corrupción. Pero nunca las masas, cuando hablamos de la falta de ley en una nación podría ser la causa de su misma extinción.

-"Un nuevo crecimiento no puede existir sin la previa destrucción de lo anterior". Palabras de un antiguo monje del templo del aire norte. El cual considero muy sabio. -Él hizo un gesto a su Omega pidiendo su sable enfundado, el cual le fue entregado con un lanzamiento por parte de la mujer con explosivos- Gracias P'Li. Me ha sido muy agradable intercambiar no solo técnicas con usted Jefe del sur. Pero no soy tan tonto como para no darme cuenta que buscas ganar tiempo y que los guerreros que aún le son fieles maten a los rebeldes y vengan contra nosotros también. Una desventaja en números la cual no sería muy buena para mi o mis amigos. Terminaré esto aquí y ahora. Hay otras naciones que nos esperan.

-Si es que sales vivo de aquí Zaheer, no dejaré que tú pobre y absurda ideología llegue más lejos. –Aceptando el desafío de Zaheer, el busco su espada para empuñarla sobre el garrote que también tenía en el cinturón. Ahora no solo era defender al sur si no también su honor. Debía ir con todo. Eso significaba, hacerlo con su espada. Pero Zaheer lo recibió, defendió muy bien todos sus ataques, dejo una apertura y cuando él creyó aprovecharla para poder cortarle un brazo al criminal, el bárbaro deslizó demasiado rápido para sus reflejos su sable, cortando la parte baja de su ombligo y casi sacando sus tripas fuera del estómago. Él quedó impactado ¿Cómo había pasado eso sí él detuvo el sable que Zaheer dirigió a su cabeza? Exactamente ese había sido su error. Cuando el vió al Alfa desenfundar su arma creyó ver una. Pero al ser cortado, tarde lo noto, se trataba de dos sables enfundados en la misma guarda y unidos uno al lado de otro camuflándose como una sola arma. Se maldijo así mismo por no darse cuenta antes. Algunos monjes guerreros del aire utilizaban ese tipo de técnicas según experiencias de otros guerreros y pergaminos, una que nunca creyó ver en un terrorista no perteneciente a los templos del aire-

-Lo siento Jefe del sur, debo reconocer tu fortaleza y porque gozas de tu título, pero aquí las únicas ambiciones que morirán hoy son las suyas.

Papáaaaa! -Grito tan fuerte como su garganta le permitió el príncipe del sur al ver cómo su padre había sido profundamente cortado por la espada de otro hombre. Los guerreros sureños traidores alrededor al notar su presencia, aprovecharon su despiste y uno trató de apuñalarlo con una alabarda, solo que Korra reacciono, esquivo, tomo dicha arma y golpeó con su caballo al agresor y a los que se tiraron en contra de él, luego gruño y mostró sus colmillos, otro soldado de alto rango más lejos cabalgó hacia él sobre su caballo. Al notarlo Korra hizo lo mismo, espoleó a su semental y fue de frente contra el atacante, solo que a diferencia de lo que el rebelde creía, Korra no lo enfrentó desde arriba, si no que paro con brusquedad su caballo, fluyó con la inercia bajando de el semental, empuño la alabarda en su mano, se enraizó al suelo, y tan rápido como sucedió el corto la cabeza del caballo y luego a su jinete por la mitad. Él había sido capaz de cortar el espeso cuello del semental en la parte más ancha y a su vez al jinete sin romper lo largo de la empuñadura de la alabarda. Es decir, transmitido correctamente la energía hasta el filo del arma, aprovechando un ángulo ascendente y movido sus caderas con la profundidad suficiente para generar la correcta cantidad de fuerza-

-Ya veo porque le dicen "La Bestia del Sur" -Dijo Zaheer al notar la llegada del príncipe. Entrada que no solo acabo con los atacantes que pretendieron hacerle daño. Si no que inclinó la balanza a favor de las fuerzas del Jefe. Pues los traidores de alto rango que anteriormente se habían mostrado confiados en rebelarse con ayuda del Loto Rojo, ahora lucían dudosos ante el príncipe. Él debía volver a inclinar la balanza a su favor, someter al sobrino de Unalaq y devolverle la confianza a los guerreros que estaban de su lado. Que Gilak los aceptará a ellos como parte de la revuelta a pesar de ser extranjeros ahora tenía sentido. Solo los sureños rebeldes no hubieran podido contra el Jefe y su hijo-

-Tranquilízate Korra. -Dijo Tonraq apretándose con su antebrazo la herida en su estómago- Estoy bien.

-¡Padre! -Él alcanzó a escuchar a Tonraq hablar y eso lo alivió un poco-

-Pensé que te había cortado lo suficiente Jefe. -Dijo Zaheer alzando una ceja al ver a Tonraq levantarse y no morir desangrado con sus órganos por fuera-

-Lo suficiente si, pero no lo indicado para el Jefe del sur. -Tonraq separo su antebrazo ligeramente del cuerpo y dejó caer la dura funda de su espada cortada en dos. Fue la resistencia que Zaheer había percibido cortar. La herida en su vientre era profunda pero al sentir el frío del acero en su piel cuando el bárbaro lo alcanzó con el sable, él había llevado sus intestinos hacía arriba en una técnica antigua de endurecimiento y contracción muscular del abdomen. Eso, le había salvado en parte la vida. Él tomó su garrote desde su postura derrotada y lo lanzo, cogiendo desprevenido a Zaheer y permitiéndole tomar distancia del bárbaro-

-Astuto, no solo eres un Jefe si no también un maestro. Lo tomaré en cuenta cuando te vuelva a rebanar el cuerpo Tonraq. -Pero luego escucho el gruñido de Korra y volvió su mirada otra vez al príncipe. Su vello erizado tras la nuca le pedía no ignorar a ese Alfa-

-Mira lo que me hiciste hacer. -Dijo Korra haciendo referencia al soldado y caballo muerto-

-Sacrificios príncipe. -Respondió Zaheer-

-Ningún ser vivo puede ser considerado como sacrificio. Y viendo a Gilak aquí puedo confirmar que esto es una traición por parte del sur y foráneos. Aunque una pequeña facción reprimida, no veo a ningún anciano respaldándote. -Sé dirigió él a Gilak-

-Tienes razón. No aquí príncipe, pero probablemente algunos si lo están en secreto. -Respondió sátiro el guerrero del sur-

-Maldito traidor. -Gruño Korra-

-Cálmate hijo, no te dejes llevar por las emociones. Tal y como haz dicho se trata de sur contra sur y norte, además de los bárbaros. Los norteños no tienen nada que ver aquí.

-¿Estas bien? -Pregunto Korra a su padre luego de que lentamente Tonraq pudiera ir a su lado-

-No te preocupes por mi. -Él tomo un pedazo de manga rota de su traje, apretó su herida en el abdomen queriendo seguir combatiendo y disminuir la perdida de sangre-

-¿Mi madre y Asami?

-Ellas huyeron junto a Bolin y Naga, iban en dirección al bosque.

-¿El bosque? -Eso no era del todo bueno si no avisaba a sus lobos. Por lo cual el aulló tan fuerte como pudo hacia el bosque. Sin demora a dos kilometros sus lobos le respondieron, algo imperceptible para cualquiera pero no para él cuando se concentraba- Será mejor que acabe con esto rápido entonces.

-Yo me haré cargo de Zaheer. -Él trato de apartar a Korra de su lado pero la perdida de sangre por estar herido empezaba a pasarle factura-

-Él es más fuerte que tú padre, tener el estómago abierto en dos es la muestra. Déjame encargarme de él.

-Si es más fuerte que yo, lo será más que tú. Esto se trata de honor, yo soy el Jefe y yo lo enfrentaré Korra. No dejaré que se siga burlando de mí con sus trucos.

-¿De que hablas Tonraq? Tu eres mío. -Dijo Gilak- En tu condición y mi edad podríamos decir que estaremos a mano. Zaheer, cumple con tu promesa, tú asesinaras al príncipe y yo evitaré que tengas que pelear con los dos al mismo tiempo. Mataré al Jefe del sur. -El sureño volvió a montar su semental y lo espoleó para ir contra Tonraq, pero el príncipe trató de atacarlo. Sin embargo la Omega intrusa al lado de Zaheer tiró lo que él reconoció como un explosivo por su olor a pólvora, empujó lejos a su padre y absorbió la onda expansiva, cayendo a metros de distancia de Tonraq. Justo como lo quería Zaheer-

-¿No escuchaste al viejo, príncipe del sur? Tu padre será de él y tú mío. Aunque pudiera ser más entretenido para mí acabar con los dos al mismo tiempo, algo me dice que no debería de arriesgarme contigo.

...

-Me han dicho que tienes un agarre inhumano príncipe. El de tu padre es respetable ¿Fue Tonraq quien te enseño a fortalecer las manos? Todavía me duele la garganta. -Él se tocó esa parte del cuerpo- El Jefe casi la arranca de mi cuello. Es un Alfa fuerte, pero para enfrentar a hombres como yo se necesita un nivel superior, también escuché que tú posees ese nivel. En parte, fue lo que me hizo dirigirme al sur antes que al reino tierra o a la nación del fuego.

-Cállate y pelea. -Dijo él al bárbaro con el semblante hundido en cólera, yendo hacia Zaheer para atraparlo y partirle el cuello. En respuesta, el criminal se defendió con su sable doble tratando de cogerlo en un despiste para cortarlo o apuñalarlo con alguna de sus dos armas al igual que con su padre. Sin embargo, él ya sabía esa técnica. Por lo cual con decisión y aprovechando el poder de la adrenalina, sin desenfundar su espada se montó sobre la distancia corta del bárbaro y quiso atrapar su cuello. Era lo correcto, pelear desde afuera solo beneficiaria a su enemigo, hacerlo desde adentro era lo lógico y mejor ante los movimientos largos del criminal. Pero al parecer también en corto Zaheer era hábil, el sujeto desvío su ataque con un bloqueo que transformó en un agarre contra la parte externa de su antebrazo, haciéndole sentir los dedos hundirse en su carne como garras. Si su enemigo tiraba el agarre hacia atrás, le desgarraría los músculos del antebrazo. Además, la presión del agarre era lo suficientemente terrible como para quebrar en pedazos el antebrazo de cualquier guerrero. Solo que él acepto ese agarre y lo devolvió también tomando el antebrazo de Zaheer desde su parte interna, pero en vez de tratar de desgarrarlo, lo apretó en busca de destruirlo, compitiendo con su adversario en fuerza bruta. No como lo haría una garra de águila en las técnicas de atrapé y desgarre de su padre, tampoco como una garra de tigre como parecía ser parte de las técnicas del bárbaro. Si no, como una mandíbula, como la mandíbula de una bestia-

-Ciertamente eres descendiente del Jefe Kuruk. Tu padre no logró acortar la distancia hacía mí lo suficiente como para alcanzarme no más de dos veces, pero tú en un cerrar y abrir de ojos, estuviste sobre mí. -Él pateo tan fuerte como pudo una pierna de Korra sin hacer que la extremidad se inclinase un poco ante la potencia del golpe, confirmando sus sospechas y advertencias del Cuervo del Norte. El príncipe tenía piernas tan sólidas y fuertes como las de un depredador. Por eso tenía tanto poder de empuje. El brazo que Korra le tenía tomado en cualquier momento se partiría, también en eso era imponente el Alfa. Y si él seguía enfrentando a dicho Alfa solamente desde lo duro, su cuello sería el próximo en ser roto. Por eso ante el agarre del príncipe rápido paso de lo duro y tenso, a lo suave y fluido, flexionando su codo atrayendo hacia si el rostro de Korra, conectando un destructivo codazo. El cual lo libero e hizo echar la cabeza hacia atrás al príncipe-

-No nombres a mis ancestros con ligereza. -Gruño Korra volviendo a su posición erguida y orgullosa-

-Tengo derecho a hacerlo príncipe, ellos solo me han dado dolores de cabeza. El Jefe Sokka fue causante de que mis planes se vieran retrasados por años y Unalaq nos traicionó. Pero ya están muertos. Es una señal de que mis ideales son los correctos.

-Llenándote tu boca con guerreros de honor de mi pueblo, viniendo a mi tribu y pretendiendo destruirla, querer matar a mi padre. No te mataré con mi espada, lo haré con mis propias manos. -De nuevo Korra se abalanzó contra el bárbaro, pero Zaheer ya no fue solamente fuerte como roca, si no, suave como la brisa de una tarde cálida de verano. Casi haciéndolo caer un par de veces, retraerse de dolor al tocar algunos puntos de presión en su cuerpo y drenando todos sus puños y patadas. Escapando moviéndose en espiral, tomándole el pelo defendiéndose desde detrás de su espalda, caminando en círculos y deslizándose alrededor de él como aire, como la hoja en medio de paneles en movimiento. Al encontrar resistencia simplemente Zaheer cambiaba de dirección, fluía y desde ahí lo apaleaba con sus manos o piernas. Era frustrante-

-Pensé que serías más difícil príncipe. Pero ahora veo que no eres más que un cachorro inestable. Negándote a dejar salir toda tu capacidad por miedo a perder el control no lograrás morir con honor frente a mi. Quizás si hubieras sido cobijado por el Loto Rojo tu poder sería mucho más grande y bien dirigido. -Él golpeó con su mano en forma de pico de pájaro uno de los oídos de Korra transmitiendo una onda al interior, haciendo caer confundido al príncipe- Lo sé, es una rara técnica realmente incapacitante ¿Verdad? Ya es momento de acabar contigo y luego con tu padre dado a que Gilak parece tener problemas.

-Arrrgg… -Entre el desbalance vertiginoso generado por el golpe a su oído el vio hacia donde estaba su padre. Tonraq lucía pálido, con sus ropa empapada de su misma sangre y aún así arduamente no rindiéndose ante Gilak ¡Entonces él tampoco podía rendirse frente al bárbaro! Por lo que bajó la cabeza y respiro profundo, hundió sus dedos en la tierra ligada con fría nieve del suelo y se dejó llevar por aquella sensación que le permitió destruir a su tío. Solo que la luna estaba escondida tras las nubes y él tampoco recordaba mucho realmente como había sido capaz de acabar con Unalaq-

-¿Por fin irás enserio? -Zaheer noto el cambio en el olor del príncipe. Sonrió y lo espero. En su mente el imagino que entre más Korra perdiera los estribos sería más sencillo de acabar. Solo qué, cuando ese Alfa fue contra él, y él lo contra atacó, ahora golpearlo en sus puntos vulnerables no generaba respuesta alguna. Y pese a su contrincante ir duro, ser suave no parecía servirle contra el príncipe. Entonces, se puso como prioridad proteger su cuello del agarre de Korra. Recibiendo dolorosas patadas bajas, golpes a su hígado que casi le hacen arrodillarse de dolor y una luxación de su hombro. Brazo que sintió ser arrancado por el príncipe. Ahora era él quien luchaba por sobrevivir. Peor aún, los guerreros rebeldes comenzaban a caer muy rápido y quedaban menos, Ming Hua y Ghazan no llegaban, lo cual indicaba que los hijos de Yakone también podían representar un problema para él. Los hijos de Unalaq salieron del palacio restando aún más tiempo a su favor. No poder enfrentar al príncipe a solas sería una clara desventaja para él. Korra acaparaba toda su atención-

-¡Zaheer! -Gritó P'Li-

-Lo sé, ya debemos irnos. -Las reservas de alimento estaban destruidas, las estructuras en ruinas, el agua dulce envenenada, los planos e ingenieros del norte bajo su poder. El Jefe quizás moriría desangrado en algunos minutos más y el príncipe, Korra había resultado ser más de lo que él espero y justamente el Alfa que él buscaba. Por eso como último movimiento lo encaro, tomó por ambas manos en una acción sagaz y luchó contra él arriesgándose a que el príncipe le fracturara las manos- Cada cien años aproximadamente nace un guerrero excepcional destinado a cambiar el mundo y el equilibrio. Yo seré ese elegido, es mi destino. Para ello te debo de derrotar en toda tu fortaleza. Encuéntrala y búscame en el norte, cuando siembre el caos allá también y destruya a esos que llamas hermanos. Si no, volveré a un sur mucho más vulnerable y mataré a esa bella Omega tuya, si es que ya no se me adelantaron.

-Bastardo… -Gruñó él apretando más fuerte las manos de Zaheer y mostrando sus colmillos como un animal rabioso-

-Tu eres una bestia príncipe, pero yo soy un monstruo. -Zaheer se movió hacía atrás un poco y saco un rodillazo que pego en todo el extremo distal del esternón de Korra y le hizo vomitar sangre al príncipe, haciéndolo soltar su agarre bilateral, luego relajo una de sus manos dirigiendo un golpe a todo el centro del cuerpo de Korra con el puño medio abierto para cerrarlo con fuerza justo al momento del contacto y hacer fluir la energía con esa simple técnica, mandando a volar a Korra algunos metros. Después, volteo para irse y P'Li tiro algunos explosivos hacía el Jefe y el príncipe-

-¿A dónde vas Zaheer? Me prometiste matar al príncipe del sur. -Dijo Gilak, corriendo hacía el bárbaro con un Tonraq aturdido de los explosivos-

-Escaparemos por el bosque. -Dijo Zaheer-

-Por el bosque es imposible, hasta los propios sureños le temen. Deben hacerlo por el mar, aunque ese también estará en su contra. El mar y la luna son los principales espíritus de las tribus agua. Pero en el bosque con seguridad morirán.

-Gracias Gilak, fuiste útil hasta el final. -Él se acercó al sureño y volvió a desenfundar su arma para cortar la yugular a Gilak- No te preocupes, cumpliré mi promesa, pero en un escenario que esté más a mi favor. El frío del sur es un poco paralizante para mi cuerpo. Tampoco te preocupes por tu familia, tu mujer e hijos ya están muertos.

...

-¡Papá, papá! -Korra todavía estaba atontado de las explosiones y del golpe que se dio al estrellarse contra una pared luego de que Zaheer lo mandara lejos. Los bárbaros se habían ido, Gilak hacia muerto, los rebeldes en su mayoría igual, Desna y Eska junto a Bolin y su loba Naga habían salido del palacio, lo ayudaron a levantarse y reaccionar. Ahora él trataba de hacer lo mismo con su padre, el cual yacía bajo escombros desmayado. El Jefe había perdido mucha sangre y él solo pensaba lo peor-

-No tan fuerte hijo o me harás escupir mis muelas. Dile a Naga que deje de lamer mi mano, pensé que eran los espíritus tratando de arrastrar mi alma con húmedas caricias a un banquete sin fin con mucho hidromiel y bonitas Omegas. -Dijo Tonraq siendo semi alzando del suelo por su hijo, mientras que Korra no paraba de cachetear sus mejillas y moverlo en busca de hacerlo reaccionar-

-Padre…. Me alegra que hayas despertado. Suena a que estás muy bien, deseando hidromiel y bonitas Omegas.

-No moriré tan fácilmente mi cachorro, soy el Jefe del sur. -Él trato de acomodarse mejor pero el dolor no lo dejo, con la adrenalina gastada y el frio todo parecía maxímizarse- ¿Dónde está Zaheer?

-Huyeron, pero iré tras ellos ahora mismo, no creo que hayan salido del pueblo todavía. Eso luego de dejarte en una cabaña de curación.

-No.

-¿Padre? -Escuchar esa negación lo sorprendió-

-Ve por tus Omegas, se que es lo que quieres. Desna y Eska me llevarán con Katara, esperemos que no hayan sufrido daño las curanderas. A los bárbaros los alcanzaremos después. Lo primordial es tu Omega y Senna. Ellas están desprotegidas Korra. -El Jefe miro hacia el paisaje a su alrededor y vio a Gilak muerto sobre la nieve-

-Si padre. -Él quiso discutir al respecto pero Tonraq tenía razón. Su mente no dejaba de pensar en sus amadas Omegas y lo solas que ellas estaban. Debía ir por ellas sin dar más espera. Nada era más importante con el permiso del Jefe del sur dado- Desna, Eska. Dejo a mi padre en sus manos. Si le ocurre…

-Si, si, primo ya lo sabemos. Si Tonraq muere por nuestra culpa nos asesinarás y luego nos perseguirás después de la muerte para aún muertos volvernos a matar. -Dijo Desna-

-Todavía te debemos una por liberarnos de nuestro malvado y psicópata de closet progenitor. Cuidaremos de nuestro tío como se debe. -Agregó Eska-

-Supongo que gracias. -Respondió Korra alzando una ceja-

-Y Korra. -Llamó Tonraq a su cachorro-

-¿Si papá?

-No le digas a Senna que estuve delirando con hidromiel y Omegas.

-Por supuesto que no padre. -Él le sonrió a su papá. Tonraq lucía mal. Temía perderlo. Pero el Jefe era el Alfa más fuertes del sur. Debía confiar en eso. De nuevo, debía confiar- ¡Bolin!

-¿Mi señor? ¡Bolin a su servicio!

-Dime por qué salida se fueron mi madre y Asami. Más o menos hace cuánto y la cantidad de personas exactas con ellas.

Bolin le explico con lujos de detalles todo lo que él necesitaba saber. Luego lo dejo al cuidado de Tonraq, despidiéndose con un hasta luego de su padre, aunque parte de él se quedó ahí con su papá. El águila del Jefe no dejaba de volar en círculos sobre su amo. El animal también parecía preocupado y protector de su señor. Korra monto su caballo y junto a Naga partió a la parte trasera y alejada del palacio. Cuando llegó ahí. Vió soldados muertos, armas ensangrentadas y a Mako. Eso sí le fue extraño, de todos los que pensó encontrar ahí, nunca espero a su arquero. Pensó en la frontera y sus soldados en el frente ¿Cómo estaban haciendo para ser efectivos sin un mando? Aunque, el no dudaba de las destrezas de sus guerreros. No eran cazadores o pescadores. Eran Alfas con rangos de guerreros. Y si hasta una Omega del sur podía ser intimidante cuando se lo proponía, un Alfa guerrero del sur era capaz de todo. Sin embargo la incógnita de que quizás fueran atacados por los bárbaros a ir éstos de salida también lo intranquilizaba ¿Y si Mako estaba allí por qué también en el frente surgieron traidores? Eso le hizo espolear con mayor ahínco su semental. Con su padre herido ahora el sur pesaba mucho más sobre sus hombros, él debía actuar rápido y con diligencia, terminar con el rescate de sus Omegas. Evitar que más hermanos de carnada murieran y que más destrucción se acentuará.

-Mi señor. -Él bajo la mirada y reverenció a Korra al verlo llegar-

-¿Qué haces aquí Mako? Habla sin formalismos solo somos nosotros dos.

-Escuche a tus lobos aullar, deje el frente tan organizado como pude y trate de venir a ayudar. Pero luego de entrar al pueblo me encontré con Wacky, el me contó lo que sucedía, trataron de matarlo, lo protegí y lo guarde a él y a su familia. Luego supuse que si todo lo sucedido había sido tan imprevisto lo más importante para el Jefe del sur y su príncipe tuvo que ser evacuado por los pasadizos del palacio. Cabalgue hasta acá esperando poder defender a tu madre y esposa pero no encontré más que huellas y marcas de caballos hacia el bosque, no me atrevo a entrar sin tu compañía Korra. El rastro de olor es el de ellas junto a Opal y Yue.

-Fue una acción precipitada de tu parte. Pero aprecio tu agudeza de pensamiento, me ahorráste tiempo, vamos. Esperemos que Bato haga un buen trabajo en el muelle. No creo que los bárbaros escapen por el campamento. -Él vio las huellas marcadas en la nieve también y no lo dudo, Asami y su madre estaban dentro del bosque-

-¿Son los mismos de los que hablo tu padre en la carta?

-No me cabe duda.

-¡¿Crees que ellas estén bien?! -Pregunto él a Korra alzando la voz y tratando de seguirle la cabalgata al príncipe-

-¡Si lo dices por las armas y soldados muertos a la salida subterránea del palacio. Me pareció no distinguir el olor de la sangre de ninguna de mis Omegas ligado con el de las manchas de sangre en el suelo o armas!

-¡Tu olfato como siempre superior! -Mako no había podido hacerlo, diferenciar los olores así. Él y de seguro la mayoría de los Alfas-

-No te separes demasiado de mi, a partir de aquí, seguiremos a pie. -Korra bajó de su caballo y se adentro al bosque caminando sobre las grandes raíces de los viejos arboles que custodiaban la entrada-

...

Hola muchach@s.

Hoy publique doble capítulo, después de éste encontrarás la continuación pero no se olviden de comentar ambos.

Tengo una cosa más por aclarar de nuevo dado a que lo han preguntado varias veces ¿Korra es hombre? No, Korra nació siendo niña y al desarrollarse como Alfa y no Omega se le trata con términos de Él. Además de tener un aparato reproductor masculino. Él femenino nunca se desarrolló. No vean a Korra como hombre, él es un Alfa, fuerte y viril, de espalda ancha y brazos poderosos (por depender de su fuerza para sobrevivir) sin exageraciones. Carece de pechos y caderas anchas (por ser quien porta la semilla y no quien hace la gestación). Pero eso no lo hace hombre, solo Alfa. Aquí no se define por hombre o mujer, si no por Alfas y Omegas. Los Betas si entrarían como seres normales. Así es mi Omegaverse.

Gracias por leer.