Nada de Crepúsculo me pertenece, la historia es de Sthepenie Meyer y yo solo lo utilizo con fines de entretenimiento.

Summary: Secuela de perdida en crepúsculo. Y de ese modo el león se caso con la oveja. ¡Qué oveja tan estúpida!¡Qué león tan morboso y masoquista!¿Qué hago resolviendo sus problemas?

Advertencia: Todos los personajes pertenecen a Meyer, excepto Hannah James, Danielle James y Charles.

Advertencia 2: Algunas frases orignales del libro Amanecer apareceran en la historia.


Parte XIX

Inspirado en Hysteria de Muse

Había pasado casi una semana, desde que le había dado a Jacob su recuerdo. Edward se había enterado en el mismo instante que puse un pie en la casa, pensé que me iba gritar o quizás raptarme hacia algún lugar del bosque, para decirme lo insensata que había sido, pero en sus ojos halle una silenciosa comprensión. Así que, aquí estaba de nuevo en su habitación más serena que antes y con la satisfacción de haber cumplido el deber, ya nada podía atormentarme y ahora me enfocaría en el embarazo de Bella y sus repercusiones hacia los seres míticos que habitaban en Forks.

Levante la vista del libro, cuando escuche el freno seco de una moto sobre el sendero que conducía hacia la mansión de los vampiros, cerré de golpe el libro y lo arroje sobre la cama, olvidando la interesante historia que Edward me había facilitado para mi entretención.

No sabia que hacer en ese preciso momento, si bajar a la sala para presenciar un cuadro deprimente y lo más seguro, con gritos de Jacob incluido; o, quedarme arriba pretendiendo que no existía en absoluto. Camine y me devolví tres veces desde la puerta, revolví mi cabello, acomode mi blusa, observe mis zapatos y por ultimo mire mis manos, sabia que nada de esto me serviría para tranquilizarme, tome aire una docena de veces y aguce el oído para saber que sucedía abajo.

— Entra, por favor, Jacob —dijo Bella con la voz rota.

— Disculpe —hablo Jacob haciendo sonar sus pies.

Mi corazón empezó a palpitar de forma rápida, dentro de unos minutos Jacob sabría la verdad, una verdad que me había negado a revelar, por que no me correspondía en absoluto relatar los acontecimientos, pero ahora todo seria diferente.

Cuando por fin reuní el valor para bajar, lo hice con pasos lentos, con tal de retrasar mi llegada a la sala y así ahorrarme unas cuantas discusiones; aun mientras bajaba, podía escuchar la conversación que se desarrollaba, me detuve en el piso superior de la sala, aun con la esperanza de que Jacob se largara.

— Yo responderé a tu pregunta —dijo Bella con un tono decidido.

Baje el ultimo tramo de escalones, para presenciar la respuesta a la pregunta de Jacob; me detuve en el ultimo escalón, al ver los ojos del chico quedarse en el vientre abultado de Bella, entonces se desatarían las acusaciones y lo peor de todo, la autoestima de Edward marcaria su punto más bajo en toda la historia del vampiro.

— Sal de aquí, Jacob —gruño Edward.

Jacob de pie, lo miraba con profundo odio.

— Acabemos con esto —acepto.

— No —intervine haciendo que todas las miradas se posaran en mí—. Estamos en el siglo XXI, no en la Edad Media, para que se comporten como unos insensatos.

Para entonces, los ojos del lobo estaban fijados en mí y con una sola palabra, se podía describir, lo que pensaba en aquel momento: Traición; los demás Cullen flanquearon a Edward y solo Alice se puso a mi lado, quizás su propósito era huir conmigo cuando Jacob se transformara.

— ¡Lo sabias! —me acuso Jacob—. Lo sabias hacia más de una semana y no me dijiste nada.

— No era yo, quien debía decirte, recuérdalo Jacob —repuse sin amilanarme.

— Una pista hubiera sido de ayuda —sugirió con un tono acido—. Por eso fuiste a la reserva, seguro te enviaron para que no me enterara de nada y como siempre, termino por creerte.

Enrojecí más que de vergüenza, por una naciente decepción. No se por que siempre la relación entre nosotros daba giros de este modo, anteriormente era acusada de una rompecorazones y ahora, de engatusadora profesional, si las cosas iban así, quien sabe en que términos quedaría.

— Posiblemente, en una mujer sin corazón —tercio Edward arqueando una ceja.

— Lo más seguro —coincidí—, no me extrañaría nada.

Jacob intercambio miradas entre Edward y yo, probablemente y como el resto, no tenía la menor idea a que nos referíamos, yo no iba a explicarle lo decepcionada que estaba de él. "Tú tampoco se lo dirás, Edward". Edward asintió con un movimiento imperceptible, gire sobre los talones y comencé ascender de nuevo hacia la habitación del vampiro, no iba desperdiciar las energías en una discusión violenta y sin sentido.

— Me debes una explicación Hannah —vocifero Jacob—. ¿Por qué sales huyendo?

— No estoy huyendo —contradije deteniéndome a mitad de las escaleras—. Voy a esperar que te calmes, no voy hablar contigo y luego digamos cosas de las cuales vamos arrepentirnos; así que, compórtate Jacob, hazlo por Bella, ella no esta en condiciones de soportar uno de tus reclamos.

— Siempre lo dije —tercio Emmett rompiendo el suspenso que había en la sala—, esta chica tiene pantalones.

— Bastante coraje, suena mejor —corrigió Carlisle.

— Escúchala Jacob — medio Alice.

Jacob soltó un grito de decepción, yo podía ser más tozuda que él si me lo proponía, no por nada hasta ahora, ni siquiera Edward sabia lo que sucedería más adelante. Los demás Cullen miraban con expectación, como si lo que ocurría fuera parte de otra realidad, de la que no eran parte.

— Jacob, haz caso —dijo Bella con voz débil—. Hannah nos quiere a todos y nunca haría algo que pudiera perjudicarnos, ella solo quiere nuestro bienestar y en eso, estas incluido tú.

— Ya lo creo que si —mascullo Jacob de mala gana.

— Compórtate y vuelve —dijo Bella desplomándose en el sofá.

Edward y Jacob salieron a grandes zancadas de la sala, Bella intercambio una mirada preocupada con Rosalie, yo subí los escalones con la rapidez humana que me permitió mi cuerpo, en menos de un minuto, había hecho una incursión a los cuartos que tenían ventana en la parte delantera de la casa, me apoye en el alfeizar y desde esa altura, vi la conversación entre dos seres llenos de magia.

— Jacob y tú, hacen una gran pareja —comento la voz soprano de Alice sobresaltándome.

— Vamos Alice —comente negando con la cabeza—. Te dije que él se enamorara muy pronto.

— Lo se —dijo haciendo un mohín—. Pero si no existieras en el mundo real y te hubieras quedado en Forks, te aseguro que serian los próximos en casarse.

— Eso es imposible —replique—. De todos modos Bella tendría una hija y él se imprimaría, entonces el corazón roto fuera el mío, ahorcaría a Jacob, si se atrevía a dejarme en ridículo por una bebe.

Alice soltó una carcajada, que me contagio. Me dedique a observar lo que pasaba a unos metros de la casa, al parecer las cosas habían cambiado un poco, el Jacob del libro había venido en un simple pantalón, sin embargo, él parecía haber venido a una cita que había soñado con tanto tiempo, incluso se veía más lustroso que en nuestros encuentros anteriores, ¿Pretendía deslumbrar a Bella con su nuevo estilo?

La conversación parecía fluir normal con el paso de los segundos, espere ver a Edward derrumbarse en el suelo lleno de hojas, aceptando su culpabilidad por el estado de su esposa, pero todo parecía desarrollarse como una charla entre amigos, que no se veían hacia mucho tiempo. En cuanto este pensamiento se me escapo de la mente, observe a Edward derrumbarse sobre el suelo y a un Jacob dispuesto a ejecutar una acción.

— No pudo hacerlo —musite mirando la escena que se desarrollaba a unos cuantos metros.

— Créeme que si —respondió Alice con un siseo—. Como si esa locura, fuera ha solucionar el asunto.

Alice continúo mirándoles con fijeza, seguramente enterándose de cada palabra que intercambiaban aquel par de testarudos; Edward aun continuaba de rodillas en la tierra, haciendo el papel que mejor se le daba: el masoquista. Tenia unas inmensas ganas de arruinar todo su discurso, como podía sugerir semejante estupidez, Bella podría prestarse para ciertas cosas, pero jamás para ser infiel a su marido.

Además, tampoco parecía tener en cuenta los sentimientos de Jacob; hacia unos días le había puesto punto final al raro asunto, me había percatado de sus mejillas mojadas mientras me besaba, estaba casi segura que aun debía dolerle todo lo que le dije, pero era mejor así, que mantener viva una ilusión que no existía.

Sin darme cuenta, mis dedos estaban aferrados al marco de la ventana con rabia y desesperación, la piel se estaba mallugada por el esfuerzo que realizaba por no gritarle a Edward, lo tonto que estaba siendo al no tomar en cuenta las opciones de una transformación, ¿Qué pretendía al alargar la vida humana de Bella? ¿Se había olvidado que en su cabeza pesaba el filo de una sentencia de muerte? ¿Se había olvidado de los Vulturis?

Mis pensamientos fueron abortados, cuando me percate que Edward ya no estaba en el suelo y ahora apretaba la mano de Jacob como si estuvieran cerrando un trato, todo estaba hecho y dicho, lo único que sacaría con esto era una discusión conmigo, por que no me quedaría muda ante la situación, no cuando toda mi capacidad de observación estaba concentrada en la situación de los Cullen.

— Presiento que habrá tormenta —dijo Alice cuando me retire de la ventana.

— El huracán Hannah —dije saliendo de la habitación.

Me desplace con la rapidez que podía para no caer rodando por los escalones, estaba apretando los puños convocando toda la tranquilidad y cabeza fría que requería para el asunto; para cuando baje, Edward y Jacob estaban ante una Bella que los miraba con recelo, además que su tez se torno algo verdosa por el estrés, si bien ahora parecía un poco repuesta por la sangre que tomaba, no la abandonaba ese tono de desfallecimiento por todo el cuerpo.

— Vamos a dejar que Jacob y Bella hablen en privado –anuncio Edward con un tono inexpresivo y claramente ensayado.

— Sobre mi cadáver —replico Rosalie con un siseo y sin apartarse del lado de Bella.

— Bella —dijo Edward haciendo caso omiso de los gestos protectores de su hermana—. Jacob desea hablar contigo. ¿Tienes miedo de quedarte a solas con él?

La embarazada miro a Jacob con desconcierto, como tratando de adivinar de que le iba hablar, luego me dirigió una mirada rápida, como si yo fuera el tema de conversación principal, cuando el señor Cullen ya había determinado el curso de la misma.

— Esta bien Rose. Jake no va hacernos daño. Ve con Edward —dijo Bella mirándola con suplica.

— Quizás sea una trampa —la previno la rubia

— No te preocupes —intervine haciendo que todos me miraran—. Me permites un momento Edward, necesito hablar contigo en privado.

Edward soltó una risita que llamo la atención de Jacob, era claro que recordaba esas palabras cuando me persuadió para hablar con el testarudo Quileute.

— ¿Ahora cambiamos de papel? –replico Edward con humor—. Ya me preguntaba cuando comenzaría esto de nuevo.

— Muy gracioso —dije con sarcasmo—. No sabes como me fascina ponerme en tu lugar.

— Rose, por favor —dijo Bella un poco más tranquila—. No veo como.

— No vas a perder de vista a Carlisle, Rosalie —intervino Edward con un tono mustio—. Es a nosotros a quienes teme Bella.

— No —replico Bella con los ojos brillantes—. No. Edward, yo no…

El vampiro sacudió la cabeza y esbozo una leve sonrisa, era deprimente estar observando la tensión que había en la sala, parecía que la vida en pareja era una vida publica, esperaba que ese no fuera mi caso.

— No pretendía expresarlo de ese modo, Bella. Estoy bien, no te preocupes por mi —dijo Edward tratando de sonar despreocupado—. Salgamos todos, por favor. Después de ti, Hannah.

Los demás Cullen empezaron a desfilar hacia la cocina, los últimos rezagados fuimos Alice, Rose y yo; la rubia estaba dubitativa en el centro de la sala y Edward parecía expectante por que todo saliera, como él siempre quería.

— Quiero que salgas Rose —aseguro Bella con un hilo de voz.

Rosalie fulmino con la mirada a Edward y le indico con un dedo que abandonara la habitación primero que todos. Edward me observo con las cejas arqueadas, dando un claro mensaje que todo dependía de mí, fruncí los labios y abandone la habitación en una clara protesta, como si no supiera que iban hablar esos dos.

Elegí el comedor para conversar con Edward, recargue mi peso en el puesto de la cabecera que daba hacia la puerta, supuse que los demás Cullen debían estar en el jardín o en la cocina, tratando de escuchar al menos una de las dos conversaciones, Edward apareció al cabo de los segundos con un gesto tozudo.

— Ya se que vas a decirme —dijo cruzándose de brazos

— ¿Estas tan seguro? —dije frunciendo el cejo—. Puede que esa capacidad de leer mentes, este perdiendo sus papeles como tu capacidad de escucha.

– No es de tu incumbencia —recrimino Edward apretando los dientes.

— Si es de mi incumbencia —dije poniéndome bien de pie—. L o que te pase a ti o al resto de los Cullen me preocupa.

— Nadie te ha pedido que lo hagas —replico Edward mirándome con ganas de hacerme esfumar.

El vampiro espero que me sulfurara y que protagonizara algunas de las escenitas de antaño, arqueo una ceja cuando los segundos pasaron y me observo tan inmutable, sin signos de hacer un berrinche por sus duras palabras, el vampiro zapateo el piso esperando que me transformara en un monstruo.

— No lo voy hacer — dije mirándolo con suficiencia—. Te dije que había cambiado.

— Prefiero a la Hannah que pierde los estribos —reconoció Edward subiendo los hombros—. Ahora no se que esperar.

Le plante una bofetada en su mejilla derecha.

— ¡¿Por qué lo hiciste?! —dijo Edward mirándome atónito.

— Desde que supe, lo que pretendías hacer — dije mirándole con fijeza—. Tenía ganas de decirte que actúas como un tonto.

Edward me observo con la misma ansias de eliminarme, como lo había hecho Jacob estando en fase, a diferencia del lobo, sabia que su intención era asustarme, más no matarme o convertirme en un miembro más de la familia vampiro, enfrente su mirada y espere a que diera el primer paso.

— Tú no entiendes nada —musito Edward poniendo esa cara de dolor que se le daba a la perfección—. No comprendes mi situación.

— Por que lo hago, es que reacciono de esta manera —dije calmándome inesperadamente—. Te lo dije Edward, ella no va a morirse, solo va cambiar y deja de estropear este momento en el que deberían estar más unidos. Parece que mi historia no te conmovió, ni un poco

— Yo no soy tu padre —dijo Edward mirándome desde su dolor—. No actuó igual que él.

— Actúas igual —replique sintiendo que una lagrima se deslizaba por mi mejilla—. Lo primero que pensaste, fue que ese bebe no naciera…

— La esta matando —interrumpió—, esta matando a Bella y no parece importarte.

— Ella va sobrevivir —insistí sin darme por vencida—. Que Alice no pueda ver lo que sucede, no es para que formes conclusiones fatalistas, de un futuro que no existe; subestimas a tu esposa, cree en las primeras visiones de Alice, ella la vio como un vampiro y ese debe ser su destino, de todos modos tiene que convertirse, ¿no?

Edward camino hasta la ventana, para observar algo que estaba más allá del paisaje, seguramente estaba recordando su incursión a la casa de los Vulturis, el poder de Jane y la sentencia que había marcado de por vida a Bella, debía transformarse o morir, por que ningún ser humano podía saber de los hijos de la noche. Eso me llevo a pensar en algo más profundo, hacia no mucho Alice había recibido un regalo de Volterra, esperando ver a la nueva señora Cullen, también había visto la decisión de comprobar si la sentencia había sido acatada…

— Ella morirá —dijo Edward apartándose de la ventana —. Así que nada tendrán que comprobar.

— No me refería a eso —dijo lanzándole un mirada de mala gana—. Si ellos vienen, ¿Sabes que pasara?

Edward negó con la cabeza.

— Se darán cuenta de la existencia del bebe —dije esta vez utilizando otros métodos persuasivos—. Por que así Bella se muera y tú le sigas con ayuda de Jacob, ese bebe seguirá vivo en este mundo en recuerdo de sus padres. Por consiguiente, querrán matar a ese bebe; tu familia tendrá que huir porque ya no contaran contigo para protegerlos; Alice, Jasper y Emmett no darán abasto para hacer que esta familia funcione, además por otro lado estoy yo…

— ¿Tú, que? —dijo Edward observándome con ojos dilatados.

— Yo, tendré que ser transformada o seguirte hacia la muerte —dije tratando de no sonar tan dramática—. Mi olor esta en toda la casa, si huimos ellos vendrán aquí y rastrearan nuestro paradero por todo el planeta. Si continuo como humana, seré su comida, si soy vampiro, primero me apartan de un futuro con Charles, segundo no volveré a ver a mi familia y tercero, me veré en la obligación de participar en una lucha de la que nadie saldrá vivo.

Edward cerro los ojos, tratando de no imaginarse el panorama tan oscuro que se desarrollaría, si alguno de los Cullen desaparecía por completo; me mordí el labio esperando que Edward se diera cuenta de la estupidez que estaba cometiendo, por que Bella no moriría en una cuantas semanas, seria transformada en un poderoso vampiro que les salvaría el pellejo a más de uno.

Los brazos helados del vampiro me envolvieron en un fiero abrazo, sentí su cuerpo temblar como una hoja que esta a punto de morir en otoño, mis intenciones flaquerón al ver a Edward tan vulnerable, era por su bien que las cosas más fatalista debían ser dichas, si por algo se caracterizaba el vampiro, era por sus predicciones nada halagüeñas y un futuro que no tenia nada que envidiarle a la vida de John Connor

— Tu… no —dijo Edward apretando más el abrazo.

— Entonces… no actúes como mi padre —rebatí tratando de mostrar mi compostura dura—. Se un hombre valiente, no tengas miedo al futuro que te espera.

— No puedo evitarlo —dijo Edward escondiendo su rostro entre mi cabello—. Cada día que pasa, pienso en ellos y su palabra de investigar que hemos transformado a Bella… si ellos vienen, te descubrirán y entonces…

— Lo se —dije pasando mis dedos por su cabellera cobriza—. No tengo miedo a morir, sabes que prefiero eso, a ser separada por toda una eternidad de Charles.

— Es lo mismo —comenzó a decir Edward…

— No lo es —contradije ahora posando ambas manos en su pecho—. Charles no morirá por que no puede vivir sin mí, él sabe que jamás lo permitiría, primero resucito para recordarle su promesa.

Edward esbozo una sonrisa, mientras negaba con la cabeza. Un carraspeo nos informo que nuestra plática tenía público; Jacob nos observaba de mal talante desde la puerta que comunicaba el comedor con la sala, Edward y yo estábamos en un abrazo comprometedor, que de seguro seria mal interpretado por una mente tan fantasiosa como la del Quileute.

— Solo vine a despedirme de ti —dijo Jacob ignorando de manera olímpica al vampiro—. No estaré merodeando mientras Bella muere. Yo de ti, también tomaba esa decisión.

— Yo no retrocedo con facilidad —replique de manera suave—. Además, Bella no va morir y eso debería quedarles claro.

— No seas tan optimista —musito Jacob ahora dirigiéndole una mirada de resentimiento a Edward—. Él se encargo de cavar su propia tumba.

—No es así, no es su culpa —dije tratando de no sulfurarme.

— Cuando cambies de opinión, estaré en la Push —finalizo Jacob dando media vuelta para marcharse.

Sentí unos dedos fríos aferrarse a mi mano, nunca abandonaría a Edward asi fuera el fin del mundo.


Hola a todos, he vuelto de nuevo al cabo de una semana, además creo que soy una desocupada son las 12:36 de la madrugada y aqui sentada, aguantando frio, cuando deberia estar durmiendo bien calientita en mi cama, pero lastimosamente el insomio cuando no haces nada, le da por hacer unas visitas muy extendidas. Dejando de lado mis inconformidades, quiero agradecerles el apoyo al capitulo anterior, siendo sinceras, pense que les caeria muy mal lo ocurrido con Hannah y Jacob, sin embargo, pasaron la meta de los 400 mensajes, ya vamos por los 408, de todo corazón gracias por su apoyo a mi historia nada convencional y de una trama trillada. Felicitaciones Lux, fuiste el mensaje 400, gracias por ese mensaje tan esclarecedor, me parece muy estupenda tu postura.

Por cierto, nunca pense que veria mensajes tan extendidos y con demasiada carne con respecto al capitulo 18, mis estudiantes odiaban cuando les mandaba a ponerle carne a las respuestas, pero en vez de quedarme en Shock por algunos reviews, quede encantada por la reacción, adoro cuando leo sus argumentos a favor o en contra de un asunto particular de este fic. Asi que alimentare esos mensajes tan fructiferos y elaborados, por la compenetracion de la historia y sus personajes.

SDPYR: ¿seguro que eres Kathyarius y no Stephenie Meyer, su hermana gemela que habla español...o por lo menos su musa?, creo que me hicieron una pregunta parecida en el fic anterior, pero la verdad no, no soy ni su gemela y mucho menos su musa, pero gracias por el comentario Quindi, me fascino tu manera de describir mi forma de escribir, no lo habia visto desde otra perspectiva; Además solo sigo una linea de trabajo, no es para tanto; ¿De que se trata el rollo de Hannah y los federales? pues lo sabremos en unos capitulos más adelante, les prometi que contaria algo acerca de Hannah, pero cuesta acomodar esa información sin salirme de la historia original; para Ross, no me enojare contigo con respecto a tu mensaje, de hecho me gusto bastante, recorde una parte de la pelicula Ella es el chico, cuando Viola le dice a Olivia, ya basta, debes terminar con esto, creeme que estoy pensandolo seriamente y yo tambien, estoy cansada de un Jacob tan insistente.

¿Charles aparecera en esta historia? ¿ como sera cuando vengan los demas vampiros? ¿alguno se enamorara de Hannah?, creo que por ahora con el rollo de Jacob es suficiente, con respecto a Charles quizas haga una aparición, ademas ningun vampiro se enamorara de Hannah, recuerden que es un humano comestible; sera mi imaginacion o ese recuerdo sera algo que comienza por S y termina en o??, De ninguna manera, siento mucho si lo interpretaron de esa manera, era solamente un beso, la relacion entre Hannah y Jacob no dan para esos alcances, ademas ella tiene 22 y el 16 o 17, no creen que es un poco retorcido. CSDPYR

Bien, creo que respondi a casi todas sus inquietudes. Este capitulo no me convencio mucho, pero es un paso fundamental para la separacion de las manadas, quizas se me ocurra algo interesante y con mucha más acción que este, esperemos que la imaginación este colaboradora y no trabaje a marcha forzada como hoy, son la 1: 06 a.m. y ahora si me despido, mañana tengo que madrugar ya estoy bostezando.

Nos vemos en una proxima oportunidad... Hasta entonces.

;) Kathyarius