Nada de Crepúsculo me pertenece, la historia es de Sthepenie Meyer y yo solo lo utilizo con fines de entretenimiento.
Summary: Secuela de pérdida en crepúsculo. Y de ese modo el león se caso con la oveja. ¡Qué oveja tan estúpida! ¡Qué león tan morboso y masoquista! ¿Qué hago resolviendo sus problemas?
Advertencia: Todos los personajes pertenecen a Meyer, excepto Hannah James, Danielle James y Charles.
Advertencia 2: Algunas frases originales del libro Amanecer aparecerán en la historia.
Parte XXII
El momento elegido por el azar vale siempre más, que el momento elegido por nosotros mismos. — Proverbio Chino
Carlisle me dio algo para que las nauseas desaparecieran, después de una media hora, conseguí dar un paso sin irme al suelo, así que decidí hacer una aparición en la sala, seguramente Jacob debía estar conversando con los delegados de Sam, así que no me quedaría tirada en una cama todo el día o hacerle compañía al sanitario.
Baje por la escaleras sosteniéndome del pasamanos y di pasos cortos para no terminar más mal de lo que estaba, alcance escuchar la voz de Edward, estaba narrando todo lo que estaba sucediendo a unos cuantos kilómetros de la mansión. Jasper vino solicito y me ayudo a bajar los últimos escalones, me observo con ojos suplicantes y yo negué con la cabeza, no era su culpa que Alice me haya mandado a cerrar la boca.
— Lo siento —dijo Jasper apenas moviendo los labios.
— No es tu culpa —conteste apoyándome en sus hombros—. Debemos confiar en Alice, quizá este evitando una tragedia griega.
— ¿Te llevo algún lado? —se ofreció comprendiendo que nada podíamos hacer.
— Donde Bella —dije tratando de esbozar una sonrisa—. Seguramente debe estar tensa por lo que esta sucediendo.
— Un poco —dijo Jasper ayudándome a caminar en dirección a Bella—. Les están pidiendo que vuelvan la cordura, tratan de que los otros miembros regresen a la reserva.
— Lo cual es una perdida de tiempo —mencione frunciendo los labios.
— Como suena —dijo Jasper esbozando una sonrisa.
Bella estaba sentada tomando su vaso de sangre, acariciaba su abultado vientre tratando de hacer caso omiso a los tensos hechos; con ayuda de Jasper llegue al mueble, Rosalie movió sus ojos como esperando que sucediera un milagro, mientras que la mirada de Bella se ilumino como una mañana refulgente, desde que estaba confinada en la sala, eran pocas las veces que habíamos hablado.
— ¿Cómo estas? —inquirió Bella enarcando una ceja.
— Con un poco de nauseas y sin ganas de hacerme amiga del retrete —dije mientras Jasper me ayudaba a sentar a su lado.
— Es raro —comento Rosalie cambiando de posición atrás del sillón—. ¿Estas segura que es una gripe estomacal y no otra cosa?
Bella me observo con interés, entendiendo la pregunta implícita de la rubia, Jasper negó con la cabeza y soltó un suspiro, por mi parte sonreí con pocas ganas dado que mi estomago no estaba cooperando mucho, quizás otra en mi lugar estaría ofendida por la pregunta lanzada, sin embargo, yo la encontraba muy cómica, dado que según los cálculos una humana presentaba los síntomas dos y hasta tres meses después.
— ¿Estas sugiriendo que puedo estar embarazada? —pregunte mirando a Rosalie con diversión.
Las cabezas de los que estaban reunidos, giraron expectantes en nuestra dirección, si Rosalie todavía fuera humana lo más seguro es que se pondría de todos los colores, se las arreglo para aparentar total normalidad, mientras que una sonrisa amenazaba con salir de los labios de la única embarazada en esta casa.
— Todo es posible —contesto Rosalie mirando las puntas de sus cabellos—. Los humanos no son como antes, toda la moralidad que se inculcaba se ha perdido con el tiempo; digamos que ahora son más…
— Libertinos —concluí por ella—. Lamento decepcionarte, pero la moralidad en mi casa no ha pasado de moda.
— Entonces… no —dijo Rosalie mirándome con asombro.
— No —dije esbozando una sonrisa—. No estoy embarazada, de darse un hecho con tal importancia, te aseguro que no estaría aquí quejándome de una inoportuna gripe estomacal.
Jasper enarco las cejas en un punto alto, sin comprender que querían decir mis palabras.
— La tía de Charles es muy estricta —intervino Bella esbozando una sonrisa—. No me he olvidado de ese asunto.
— ¿Tía? —pregunto Rosalie cruzándose de brazos—. Que velas tiene ella en ese entierro.
— Vive con ella, desde que sus padres murieron en un accidente de tráfico —comente apretando mi estomago que se estaba quejando de nauseas—. Es peor que la bruja de Blancanieves, me odia con todo su negro corazón. ¿Te acuerdas de ella Jasper?, la vimos en el aeropuerto de Chicago.
— Si —dijo Jasper soltando una risita—. Pero me acuerdo de ella por el hospital, quería matarnos a todos con la mirada, mascullaba preguntándose como a su sobrino podía gustarle la gente rara y con poco gusto.
Saque la lengua en su dirección, Bella sonrió con ganas y la cabeza de su esposo giro ansioso al verla de buen humor, sonreí al ver que ni en mi imaginación esa señora podía cambiar, seguro esa era su gracia no podía concebirla como una dulce y bonachona viejecita.
— ¿Por él te fuiste sin decirnos nada, cierto? —pregunto Rosalie observándome con seriedad.
— Rose, no es el mejor momento —intervino Bella cambiando su humor con rapidez.
— ¿Por qué no? —insistió Rosalie enarcando sus cejas—. Desde que llego no hemos sabido los verdaderos motivos de su huida, siempre hay algo que nos impide saber que sucedió esa noche. Creo que seria una historia entretenida, ahora que estamos confinados en esta casa.
— Presionar, no ayuda a nada —dijo Jasper enviándonos toda la calma posible—. Ella decidirá cuando es el mejor momento.
— ¿Por qué no comenzamos mejor, por lo que ha sucedido en Forks mientras ella no estuvo con nosotros? —sugirió Bella tratando que la cómoda situación no se volviera en algo tenso—. Nadie te ha contado a fondo lo que sucedió, después quizás decidas decir algo, de lo que paso esa noche.
— Eso suena interesante —dijo Alice acomodándose en el suelo, como si hubiera estado ahí desde que me senté—. No hará daño unas cuantas historias.
— ¿Estas segura? —inquirí con recelo.
— No te preocupes —dijo la enana con una sonrisa—. Creo que merecen conocer la versión de tu desaparición.
Me sentí transportada seis años atrás, cuando el Mayor Harris decidió confinarme en mi habitación mientras vivíamos en Jacksonville, el huraño federal se había mostrado muy simpático tratando de sonsacarme a donde me dirigía en una Harley, en compañía del chico con un historial nada envidiable de todo el estado.
Ahí fue donde descubrí a los Cullen. El Mayor había saqueado la librería más cercana y decidió que ese seria mi única entretención mientras durara mi interrogatorio y posterior castigo por haber desafiado la autoridad federal, de nada me sirvió rogarle a mi madre para que hablara con el Mayor, solo conseguí que ella se pusiera de su parte, nada de televisión, ir acompañada a la escuela por un policía encubierto y no ver a mis amigas más que por una llamada telefónica.
A pesar de que odie al Mayor con todas mis fuerzas, al final di el brazo a torcer y admití que al menos se había hecho con unas historias decentes de leer, estaba segura que había investigado por internet una lista de los libros que no podías dejar de leer así el mundo estuviera a punto de acabarse, había descubierto mi debilidad por las historias adictivas y en menos de lo que pensé nos estábamos mudando de nuevo y esta vez a Chicago…
— ¿Se puede saber por que pensabas escaparte? —pregunto Edward sacándome de mis recuerdos.
— Se me había olvidado que estabas aquí —mencione tratando de no hablar con mucha rapidez—. Se comenten muchas locuras cuando tienes quince años.
— ¿De que me perdí? —pregunto Bella acabando con su vaso de sangre—. Rose…
— En seguida vuelvo —dijo la rubia saliendo como un bólido de la habitación con el vaso en las manos.
— Edward —dijo Alice frunciendo los labios—. Deja las preguntas para el final de la historia, Bella estaba apunto de contar lo que me perdí por tu culpa.
— Era por su bien —dijo Edward con acidez.
— Si, si y mira en que concluyo todo —rebatió Alice guiñando un ojo en mi dirección—. Bella ignora a Edward y comienza de nuevo.
— Gracias Jasper —dijo Bella sonriendo en su dirección—. ¿Por donde comenzamos? ¿Por la fiesta de cumpleaños?
— Odio esa parte —intervino Jasper—. Aun me hace sentir culpable.
— ¿Por qué no, donde Edward te dejo hecha un zombi? —sugerí mordiéndome los labios para no reírme.
— No me hace gracia —replico Edward mirándome de mala manera—. Mejor, el día que desapareciste sin decir ni una palabra.
— Voy a comenzar por el sueño que tuve el día de mi cumpleaños —dijo Bella dándole un fin a la tonta discusión.
Sin apartar los ojos de Edward, escuche el relato de Bella justo donde comenzaba Luna Nueva, la historia transcurrió tal y como estaba en el libro, excepto por algunos asuntos en los que me había visto involucrada a mucha distancia, como por ejemplo: una vida casi zombie que había llevado Jacob durante mi desaparición, el interrogatorio al que algunos estudiantes de Forks se habían sometido para saber el por que de mi desaparición, incluso los Cullen fueron interrogados como primeros sospechosos.
Edward me observa sereno tratando de hallar respuestas en mi mente, pero en ella solo estaban las imágenes de lo que había sucedido en mi ausencia, lo vi palidecer en el momento en que los Vulturis hicieron su aparición y el valor que tuvo Bella para rescatarlo de una muerte segura, sus ojos dorados nunca abandonaron mi rostro, así tuviera la intención de dar la media vuelta y marcharse para no escuchar lo que venia a continuación.
El comienzo de eclipse, yo estaba perdida del mapa, en ese momento ya nadie se acordaba de mi excepto los Cullen, los Swan y Ángela; Jacob me había borrado de su mente como debió hacerlo la primera vez que herí sus sentimientos, Victoria nunca se canso de estar merodeando por Forks buscando venganza, me buscaba para matarme y en mi lugar había elegido a Bella para cobrar su cuota de dolor, ¿Se habría sentido contrariada al ver que no me hallaba en ningún lugar del mundo? ¿Pensó que alguna vez yo regresaría a Forks o me comunicaría para saber si alguien continuaba vivo? ¿Qué pensó al tomar una decisión tan descabellada?
Entonces recordé lo que sentí cuando leí eclipse, me sentí impotente al saber que no podía hacer nada estando en un mundo diferente, sabia de algún modo que al despertar en la realidad la historia se vería afectada con mi paso, sin embargo, todo tenia que suceder como estaba escrito, por que entonces no hubiera historia que contar, ni tampoco libros que hacer si yo hubiera tomado la decisión de narrar lo que iba suceder en el futuro, quizás Alice tenia razón, si yo contaba algo, entonces la historia se echaría a perder y entonces nada valdría la pena, ni habría algo por lo cual luchar.
El Mayor Harris tenia tanta razón cuando me decía que era una cabezota, acelerada e impulsiva, nunca pensaba de forma sensata las consecuencias de mis acciones, lo único que me interesaba era llegar al fondo del asunto costase lo que costase, nunca me interesaba cuanta gente podía verse afectada con mis decisiones, el Mayor siempre había tenido razón en todo, era como un grillo personal que me hacia ver cuando cometía acciones erradas, ahora entendía por que mamá alentaba para que fuera una especie de sacerdote personal.
El federal era como Edward, casi era como convivir con él, excepto que no leía mentes y parecía leer mis movimientos a la perfección, le tenía aprecio desde que me regalo los libros de vampiros y desde ese momento, me llevaba algún buen libro que le había recomendado un dependiente de la librería, en cambio mi madre encontraba exasperante que su casa se estuviera convirtiendo en una biblioteca publica.
Bella contaba una versión resumida de los hechos, casi no tocaba lo que estuviera relacionado con Jacob, seguramente para no lastimar a Edward, pestañee un poco cuando el relato llego a la llamada de Jacob y su insistencia por saber si Bella había cambiado en su viaje a Jacksonville, Edward se sentó a mi lado y sonrió al verme bostezando, no por que la historia estuviera aburrida, si no por que estaba cansada y somnolienta a causa de la enfermedad.
— Podemos continuar otro día —dijo Edward en dirección a Bella—. Hannah esta siendo noqueada por el sueño.
— Lo siento —dijo Bella apenada—. Se me olvidaba que estabas enferma, se lo mal que la debes estar pasando.
— Descuida —dije tratando de no bostezar—. Siento arruinar la historia, pero creo que voy a terminar dormida en cualquier momento.
— Es trampa —dijo Alice entornando los ojos—. Estas tratando de salir por la tangente.
— Alice —dijo Edward frunciendo el cejo—. Esta enferma, no fuiste la primera en decir que no la atosigáramos en preguntas… no entiendo.
Alice se levanto del suelo y se marcho escaleras arriba, Jasper la siguió un segundo después, ella estaba muy rara los últimos días, parecía que estaba huyendo de Edward, por que seguramente él sabría que seria de mi al terminar toda esta historia, seguramente Alice estaba ahorrándole dolor, por que era más que suficiente el infierno que estaba pasando con la situación de Bella.
— ¿Esta enojada? —pregunto Bella tomando del vaso que Rosalie le entrego.
— No —dijo Edward enfocando su vista hacia las escaleras—. Ella no quiere que vea algo… son muy borrosas las imágenes.
— ¿Del bebe? —inquirió Bella clavando con algo de temor la mirada en el mismo sitio que su esposo.
— Ella no puedo verlo —contesto Edward en un tono rígido—. Eso ya lo debes saber Bella, es otra situación… más confusa.
Pues yo tenia una idea vaga de esa situación confusa, pero no estaba de ánimos y de humor para aclararle ese punto a Edward, aunque también sospechaba que ella tenia que ver con mi repentina enfermedad, por algo superviso mi desayuno esta mañana, para que Edward no viera como el virus era puesto en mi comida.
— ¿Realmente piensas eso? —pregunto Bella con la pajilla en la boca.
— Alice oculta muchas cosas —dijo Edward en un tono muy bajito—. ¿Qué será?
— En verdad, siento lo que sucedió —dije mirando a Bella que tomaba con entusiasmo la sangre—.Ya sabes, por lo de Victoria… no me habría ido si esto se hubiera puesto tan horrible.
¿Realmente era cierto lo que acaba de decir? Probablemente no, porque nunca sabría el alcance de la situación si hubiera decidido quedarme para el resto de la historia, lo más cierto es que tal vez Edward nunca hubiera escurrido el bulto y me hubiera interpuesto entre Jasper y Bella, de modo que don Perfecto, no tuviera la excusa de abandonarla.
Pero tal vez, alegaría que me habría puesto en peligro y entonces por mi culpa se habría marchado, Bella me acusaría de su fallido noviazgo, no tendría nadie con quien hablar en Forks, lo más probable es que hubiera terminado suicidándome desde la altura de un acantilado, en ese caso, Jacob ya convertido en hombre lobo me habría salvado de la muerte, Alice habría venido para comprobar si estaba muerta, Edward se iría a Italia pensando que la muerta era Bella, tendríamos que ir a rescatarlo, los Vulturis sabrían de mi y tendrían que convertirme inevitablemente en un vampiro, un desenlace demasiado fatal.
— Victoria decidió perseguirme —dijo Bella dando pequeños sorbos de su vaso—. Tal vez su intención era perseguirte, pero como ya no estabas en Forks; creyó que tratando de matarme se vengaría de ti y también de Edward. Sin embargo, Jacob y la manada estuvieron ahí para protegerme.
— Cuanto lo siento —masculle bajando la mirada al suelo—. Si hubiera previsto la situación, quizás te habría ahorrado todos esos problemas…
Jacob entro en ese preciso momento. Las ropas que le había facilitado Alice le sentaban bien, intercambio miradas entre los vampiros y yo, pero se veía agotado por las extensas patrullas y la entrevista con los delegados de Sam.
— ¿Me he perdido de algo? — preguntó Jacob con recelo.
— No mucho —contesto Bella con el rostro iluminado—. Le contaba a Hannah, lo que había ocurrido durante su ausencia o una gran parte de la historia.
— Demasiadas cosas —dijo Jacob entre dientes.
— No es tu culpa Hannah —medió Edward ignorando el comentario del lobo—, nadie podía prever lo que Victoria fraguaba en su cabeza, tampoco se me ocurrió que atacaría a Bella, así que de nada hubiera servido que hubieras estado aquí, quizás estarías muerta.
— Eso es un comentario de pésimo gusto —dijo Jacob de mala leche.
Edward le lanzo una mirada nada amigable, sabia que al vampiro tampoco le haría gracia, tener que visitar una tumba con mi nombre.
— ¿Atraparon el hombre que te perseguía? —pregunto Bella cambiando el sentido de la conversación.
— No —conteste negando con la cabeza—. Se escapo entre los dedos de los federales.
— ¿No han vuelto a saber de él? —preguntó Jacob mirándome con algo de ansiedad… ¿Protección?
— Un poco — dije bostezando y mirando todo de manera entornada—. Si no les importa me voy a descansar, tengo sueño y no quiero tentar la suerte de morirme dentro de esta casa.
— Hannah —dijo Edward con reprobación—. ¿Te cargo hasta a la habitación?
— Gracias —dije asintiendo con debilidad la cabeza.
Edward me cargo con delicadeza y me llevo con paso lento por las escaleras, Jacob fulminaba la espalda del vampiro, evidentemente muerto de los celos, el vampiro contenía la risa a duras penas, no estaba de ánimos para regañarlo y tampoco quería echarle a perder su buen humor, que estaba recuperando con el avance de la salud de Bella.
La habitación estaba iluminada por los rayos de la mitad de la mañana, Edward deshizo la cama que estaba bien hecha y me acomodo en la mitad de la misma con delicadeza, me daba la impresión que yo era una niña de cinco años que había sido mandada con su hermano mayor como ángel guardián, el vampiro se aseguro de que estuviera bien abrigada para luego sentarse en el borde la cama, en sus ojos dorados había tristeza y sufrimiento, deseaba decirle que todo era en vano, Bella se salvaría y los salvaría más adelante.
— Nunca nos dirás, ¿cierto? —dijo Edward rompiendo el silencio—. Parece que te fascina mantener el aire de misterio entorno a ti.
— Mis problemas son menores, comparados con los tuyos —dije soltando un suspiro—. He tenido años emocionantes, también meses viviendo al borde de la desesperación, pero nada como los fascinantes problemas que te aquejan.
Edward negó con la cabeza y comenzó acariciar mi cabello, como aquella vez que me había despertado en el hospital de Chicago, pero esta vez no estaba la certeza de que me marcharía en cualquier momento, pero tampoco la seguridad de tenerme una eternidad en sus vidas, sabia que esta vez no volvería.
— ¿Qué quieres saber? —pregunte medio adormilada—. Puedo callarme, si la pregunta no me gusta.
— ¿Desde cuando cambio tu vida? —pregunto con un tono delicado—. Recuerdo, que has mencionado varias veces que desde los cinco años, has cambiado tu identidad.
— Me acuerdo de ese día —dije esbozando una sonrisa triste—. Ese día mi madre, me obsequio la Barbie que había pedido para navidad, llegaba con dos meses de retraso pero no me importaba, por que había cumplido la promesa de regalármela, horas más tarde la vi esperándome a la salida del kínder, pero estaba rara, tenia miedo y también desesperación; ella me dijo que no volveríamos a Savannah, que nos tendríamos que ir y en el camino un carro nos estuvo persiguiendo todo el tiempo, sentía miedo de que fuera atraparnos, sabia que había algo malo pasaba y nunca me atreví a preguntar… hasta que fingí quedarme dormida, ella hablaba entre dientes sobre que un hombre no debía saber de mi, pero ella jamás me ha dicho quien es ese hombre y dudo que algún día lo sepa, a menos que te ofrezcas a leer su cabeza.
Edward esbozo una sonrisa.
— Creo que es algo que tendrás que descubrir —dijo sin abandonar su sonrisa—. Nosotros no podemos inmiscuirnos en la vida de los humanos.
— Pero si en la de Bella —dije frunciendo el cejo—. Vida cruel, voy a morirme y nunca sabré el motivo de ese misterio.
— Eres muy dramática —dijo Edward divertido—. Mejórate lo más pronto posible, verte enferma da tristeza.
Esboce una sonrisa, a pesar de que no tenía ganas de reírme.
— Tu vida pronto va cambiar —dije cerrando los ojos—. Edward Masen.
Hola a todos los lectores de esta historia, espero que hayan pasado unos encantadores días en mi ausencia, han pasado casi dos semanas completas sin reportarme, antes de presentar mis excusas, quiero dar las gracias por los mensajes que dejan al final de los aburridos creditos, de verdad muchas gracias por dedicarle un tiempo a esta historia y esperar cada actualización con entusiamos, solo faltan 46 reviwes para los quinientos, pero se que es imposible que esto ocurra en un solo capitulo, tambien quiero agradecer a las personas que han estado incluyendo en sus historias favoritas y a las alertas y por continuar leyendo la secuela en tan poco tiempo.
Bueno con respecto al capitulo, fue un poco necesario seguir con la Hannah enferma, asi que lamento los malentendidos sobre un posible embarazo de la protagonista, solo tenia gripe y nada más, aunque supongo muchas tendrian ilusión de un mini Charles en camino, pero realmente seria innecesario aumentarle la paranoia a Edward, vamos a ver quien atina el por que de la extraña enfermedad de Hannah, por que detras de eso hay una razón.
SDPYR: que estara ocultando la duendesillo? yo creo que todos nos morimos por saber que psa por esa extramotica cabeza, pero tiene razón con el tiempo veremos que sucedera y si las prediciones de Alice son reales; creo que me conformare con esa sola pregunta, si supiera como se escribe un suspiro de resignación en guiños, lo haria. CSDPYR.
Bien, eso es todos por el momento, lamento haber retrasado pero no sabia que más escribir para este capitulo, en parte por que estaba escribiendo el penultimo capitulo de esta historia, eso me carcomio el cerebro unos buenos dias y la verdad no tenia cabeza más que para terminar aquello, ya me estoy pareciendo aun personaje por ahi que escribio su final hace mucho tiempo, pero la verdad no pude evitarlo o si no se me escapaban las ideas de una final casi perfecto.
La accion la veremos en los proximos capitulos, Hannah tendran que meterse donde nadie la ha llamado... y no digo más por que tengo la trama en mi cabeza y mejor voy a escribirla antes que se me olvide, por que sera muy buenam aunque ya tengo material de donde echar mano.
Nos veremos en una proxima actualización... hasta entonces.
;) Kathyarius
