Nada de Crepúsculo me pertenece, la historia es de Sthepenie Meyer y yo solo lo utilizo con fines de entretenimiento.
Summary: Secuela de pérdida en crepúsculo. Y de ese modo el león se caso con la oveja. ¡Qué oveja tan estúpida! ¡Qué león tan morboso y masoquista! ¿Qué hago resolviendo sus problemas?
Advertencia: Todos los personajes pertenecen a Meyer, excepto Hannah James, Danielle James y Charles.
Advertencia 2: Algunas frases originales del libro Amanecer aparecerán en la historia.
Parte XXVIII
Inspirado en It´s been a while de Staind
Quizás a estas alturas, Jacob estaría considerando que posiblemente, estos meses que no había estado en Forks, era por que estuve internada en algún manicomio, y que de alguna manera había logrado escapar ante la vigilancia; sonaba ridículo, pero tenía la impresión de que eso pasaba por su mente, ya que me observaba con los ojos entornados.
Con los lobos no sabias que pensar, era como tratar de descifrar a Edward y su voluble cambio de humor. Después de observarme unos segundos, Jacob soltó una carcajada, definitivamente esto era un deja vu, tenia la típica reacción de Edward cuando le dije que era un personaje de una novela, había que ver lo predecible que podía volverse la gente.
— Eso ha sido un buen chiste —comento Jacob dejando de reírse.
— Pues no es ningún chiste —contradije con un tono serio—. Ya que has tomado la misma actitud de Edward, no te quito más el tiempo, seguramente en Seattle encontraras a tu chica.
— ¿Cómo que la misma actitud de Edward? —pregunto Jacob un poco ofendido—. Hannah no crees que estas exagerando un poco, mira, nadie sabe que va ser el engendro, ¿Cómo puedes afirmar semejante barbaridad?
— Barbaridad o no —dije un poco molesta—. Esa es tu situación, ya hablaremos cuando caigas imprimado y te darás cuenta que yo tenia la razón. ¿Por qué me imagino que te parecerá bien raro, parecer un chicle pegado a Bella, no?
— No soy ningún chicle —soltó Jacob con los dientes apretados—. En todo caso, yo creo que estas perdiendo los tornillos.
— Otro caso perdido —murmure negando con la cabeza.
Le di la espalda a Jacob, no iba gastar energías explicándole algo que sucedería en algunas horas, allá si quería consumir sus neuronas tratando de hallar una explicación a lo que le sucedía con Bella, ya era suficiente con lo que sucedería en unas horas, que de seguro pondría a más de uno con los nervios de puntas.
— La locura de Cullen es contagiosa —comento Jacob haciéndome detener.
— ¿Sabes que no? —dije con sarcasmo—. En todo caso, no quiero hablar más del asunto.
— Siempre dices lo mismo, cuando los argumentos se te acaban —rebatió Jacob desde la puerta semiabierta del auto.
— Estoy cansada de que todos piensen que estoy loca —dije exasperada—. Para darte la razón, si estuve en un manicomio cuando me fui de Forks, me escape por el patio trasero que tenia la pared más baja, me imagino que deben estar buscándome por todo Chicago desesperados, pensando que voy cometer algún asesinato.
— Odio que siempre lo defiendas —dijo Jacob torciendo los labios disgustado—. ¿Hasta cuando vas hacerlo, hasta cuando vas a creerle?
— Siempre —conteste apretando los dientes.
— Te vas a dar cuenta, que estas equivocada —dijo Jacob cerrando la puerta del auto con furia—. Ellos siempre van a traer problemas, los chupasangres nunca te verán como si fueras parte de ellos, los humanos y los vampiros nunca comparten algo en común.
El coche que Edward le había prestado, salió como un bólido del garaje, Jacob estaba herido profundamente por los rechazos de los que había sido objeto, la vida siempre era irónica con la gente que no se lo merecía, siempre me había preguntado como funcionaba aquello, parecía que el destino se encargaba de escoger a lo que siempre iban en contravía, como si quisiera corregirles el camino por que el que debían caminar.
Me quede observando unos segundos o quizás minutos más, el camino por donde Jacob había salido como un alma en pena, a causa de lo sucedido en la sala, hasta que escuche unos gritos que parecían ser de una mujer que desahogaba una gran pena. Camine en grandes zancadas hacia la sala, Leah estaba fuera de si, señalando de manera acusador a Bella, no podía escuchar lo que decía, aun estaba un poco aturdía por lo que Jacob me había dicho.
— ¡Todo es tu culpa! —dijo Leah desafiante.
— Ha sido suficiente —interrumpió Edward realmente furioso—. Vete, ahora mismo.
— ¿Por qué? —inquirió Leah furiosa—, ¿Acaso no es verdad lo que he dicho?
Bella lloraba desconsoladamente en los brazos de Rosalie, la vampira miraba a Leah con ganas de desmembrar su cuerpo y quemarlo en algún lugar del bosque.
— Leah, ya —intervine—. Vuelve con Seth, debe estar preocupado por ti.
—Sabia que ibas a defenderlos —dijo la chica frunciendo los labios—. ¿A cambio de que? Vas a convertirte en su cena, realmente no le importas a las sanguijuelas, eres parte de su cadena alimenticia.
— ¡Basta! —dijo Edward con los dientes apretados—. No opines de algo que no sabes.
El vampiro la cogió de un brazo y comenzó a caminar con ella hacia la salida, Leah forcejeaba con Edward para que la soltara, él realmente estaba furioso con su falta de tacto, aunque nunca se menciono en el libro como la había sacado de la casa.
— Suéltame —le espeto al vampiro—. Puedo caminar hacia la salida.
— Edward, suéltala —medie poniendo una mano en le brazo que la sostenía.
— No pedí tu ayuda —mascullo Leah.
— Para, ¿Quieres? —dije frunciendo el cejo—. No tenías necesidad de lastimar a Bella de esta forma, ella no hace las cosas por gusto y mucho menos por herir a Jacob, tus intenciones son muy nobles al venir a defenderlo, pero él también tiene culpa en esta situación.
Leah me observo con la rabia bailando en sus ojos, Edward aun no se decidía a soltarla, puse mi mano en su helados dedos y con una mirada le indique que le librara el brazo. El vampiro accedió de mala gana, para luego sentir un bofetón de Leah en mi mejilla izquierda, contemple con estupor su rostro, quise devolvérselo, pero comprendí que solo agrandaría el problema.
— ¿Hannah? —llamo Edward revisando mi mejilla—, ¿estas bien?
— A pesar de esto… auch —dije señalando el cachete—. No me importa, aun te considero una chica buena.
Leah me observo consternada al igual que Edward, quizás esperaban a una energúmena que iba saltar, o devolver una trasgresión sufrida, incluso Bella cesó de llorar para ver mi reacción, a los pocos segundos la chica lobo dio la vuelta y se marcho sin ninguna palabra que agregar al asunto, debí suponer que este asunto iba ponerse tan raro, que no me extrañaría que el genero del bebe cambiara con mi llegada.
— Ahora si creo que estas loca —comento Edward con un tono preocupado—. Ella tiene mucho más fuerza que tu.
— Tienes razón —comente en voz baja—, ¿Podrías traerme hielo?, creo que se esta hinchando mi mejilla.
— Si quieres, puedo ir a devolverle la bofetada —sugirió Rosalie con un tono contenido.
— No quiero que peleen por algo insignificante —dije tratando de no hablar tan alto por el dolor de mi mejilla—, ello solo creía estar actuando de forma correcta.
— ¡Algo insignificante! —salto Rosalie indignada—. Ella te agredió y eso no puede quedarse así, además como pudo sugerir que nos vamos alimentar de ti, es algo monstruoso, además a todos nos importas.
— Cálmate Rose —dijo Bella limpiando sus lagrimas—. Edward…
— En un momento vuelvo —dijo Edward asombrado por las palabras de Rosalie.
Edward salió de la instancia negando con la cabeza y Rosalie siguió resoplando en silencio, además de mascullar en voz baja para que no la escucháramos. Bella palmeo un sito a su lado y me indico que me sentara a su lado, para cuando me senté, paso con esfuerzo un brazo por mis hombros.
— Eres muy valiente —comento con la voz temblorosa.
— Claro que no —dije en voz baja—; solo una impulsiva, además de cabezota.
— Defiendes lo que te importa —insistió Bella con un poco de ahincó.
— Tu también —dije arqueando una ceja—, si fueras menos masoquista y te dedicaras a ser feliz, te darías cuenta que eres más valiente que yo.
— Mentira —negó Bella con una lágrima rodando en su mejilla derecha.
Edward volvió con una toalla y sin anestesia, la puso directamente en mi mejilla adolorida, le mire con recriminación, ya que el hielo me quemaba un poco y además era doloroso. El vampiro pasó sus dedos helado por mi cabeza, como si yo fuera una niña de cinco años que se había caído de un árbol muy alto.
— ¿No vas agregar algo? —le pregunte a Edward.
— Por ahora no —conteste con un tono plano—. Solo gracias.
— Y después dicen que yo soy la loca —comente con un tono pastoso.
— Y después dices, que yo soy caso perdido —dijo Edward con reprobación.
Me levante del sofá y me fui a sentar a la parte trasera de la casa, quería estar sola y meditar sobre lo sucedido hace unos minutos, era de locos lo que estaba sucediendo, estaba segura que si aquello hubiera sucedido en mi anterior estadía, aunque de seguro saldría más adolorida, me habría ido encima de Leah y le hubiera cobrado hasta la ultima palabra ofensiva.
Un lobo gris se asomo con disculpa entre los matorrales que bordeaban el rio, me observaba con pena desde su posición, lo bueno de esto, era que el rencor hace mucho había desaparecido de mi vida, pero el lobo se escabullo de nuevo y entonces una figura menuda cayo con gracia en la orilla del rio y empezó a caminar con esos andares de bailarina que eran envidiables.
— Hola —saludo Alice arrugando la nariz—, ¿Qué te sucedió?
— Como si no lo supieras —le recrimine arrugando la nariz también—. Solo ha sido una bofetada.
— A veces me desconciertas —confeso Alice sentándose a mi lado con frustración—. Tu vida cambia con rapidez, que a veces tengo que concentrarme para no perderme ningún acontecimiento.
Mire el horizonte opaco y medite algo que no me había detenido pensar con seriedad.
— ¿Jacob va imprimirse de la bebe? —pregunte confundida.
— No lo se —contesto Alice con seriedad—. Esa parte es confusa para mí.
— No me extrañaría nada, si esto da un cambio de 360 grados —comente frustrada.
— Al menos no tendremos que esperar nueve meses —dijo Alice soltando un suspiro.
El hielo se fue descongelando en mi mejilla, a medida que los minutos fueron pasando, la verdad tampoco me importaba que estuviera haciendo un charco en el suelo, las palabras de Alice me habían dado más para pensar, ¿Y si Jacob no se imprimaba de Renesmeé? Que si todo lo que estaba planeado se iba al carajo, y si esa bebe fuera Edward Jacob, como haría para arreglar semejante despropósito, o quizás estaría destinada esta vez para quedarme definitivamente en Forks.
— ¿Alice, voy a quedarme? —le pregunte atemorizada.
— No lo se —me contesto regalándome una mirada seria—. No creo que contarte lo que va pasarte, ayude a lo que sucederá más adelante.
— Te voy a extrañar —confesé mordiéndome el labio inferior.
— Pues estarás muy ocupada, como para hacerlo —me reprocho Alice con una mirada ceñuda.
— Sabes que no —discutí haciéndome la ofendida.
— Lo se —repuso Alice feliz como una perdiz—, soy muy especial.
— Presumida —masculle divertida.
Alice se levanto y me despeino la cabeza de paso, me quede otros minutos esperando que Jacob llegara de su paseo, estaba segura que debía estar acordándose de lo que había dicho, después de soltar un resoplido, escuche el ruido de un motor que estaba entrando al garaje de los Cullen, Jacob había llegado de su intento fallido por encontrar la persona que resolvería todos sus problemas amorosos.
El hielo se había derretido por completo entre mis dedos, estaba paralizada tratando de escuchar la conversación entre el vampiro y el lobo, pero lastimosamente no tenía el sentido de escucha súper desarrollado para saber que estaba sucediendo y eso me frustraba, lo único que quería es que la bebe naciera rápido y por fin hubiera algo más de emoción entre los vampiros.
— Bella, amor, pensé que estabas durmiendo —escuché decir a una voz aterciopelada proveniente de la sala—. Lo siento, no me hubiera ido.
— No te preocupes, me ha dado mucha sed que me despertó. Qué bueno que Carlisle trae más. El niño va a necesitarla cuando salga de mí —comento Bella con la voz adormilada.
— Cierto, es un buen punto —coincidió Edward con un tono más optimista.
— Me pregunto si él querrá algo más —musitó Bella algo preocupada.
— Supongo que lo averiguaremos —dijo Edward con ese tono comprensivo exasperante.
La verdad, me moría de ganas por decir lo que pasaría dentro de unos minutos, pero decidí morderme la lengua y fingir que estaba tan expectante como los demás por lo que iba suceder; cuando pase camino a la cocina, Bella levanto la cabeza expectante y me observo con cierto desconcierto, como si esperara que mi mejilla se volviera un propio continente de mi cabeza, Edward por su parte se adelanto dos pasos en mi dirección.
— Se ve un poco mejor —comento con ese tono que suelen utilizar los médicos.
— Voy a ir por más hielo —dije restándole importancia a la hinchazón—, tal vez para la noche mi mejilla vuelva a la normalidad.
— Si… —alcanzo a decir Edward, antes de que negara con la cabeza.
— No te preocupes —repuse quitándole trascendencia —, tienes cosas más importantes que hacer.
— Ha sido hoy un gran día, ¿eh? Un montón de cosas nuevas —comento Jacob observándome de refilón.
— No tienes que hacer eso, Jacob —dijo Bella con esa culpabilidad que se le daba tan bien.
— No sé de que estás hablando — replicó, mientras iba a sentarse en el brazo del sofá cerca de su cabeza. Edward ya estaba en el piso.
Me interne en la cocina, sin la mínima intención de intervenir más en el asunto, lo único que quería era más hielo para que el dolor desapareciera con rapidez, aunque quizás lo más recomendable fuera una pasta para calmar el dolor, tal vez consultaría con Carlisle o con Edward cuando tuviera cabeza para otra persona que no fuera Bella.
La puerta de la cocina se movió, cuando sacaba tres cubos de hielo para calmar mi dolor, espere que hablaran para decidir si valía la pena volver a discutir, incluso podía sentir el calor del lobo por toda la habitación, cerré la puerta de la nevera y enfrente la mirada un poco enojada de Jacob, quizás cuando estuviera enamorado de Nessie, cesarían todas las peleas que últimamente estaban habiendo entre nosotros.
— Si quieres, puedo ordenarle a Leah que regrese a su casa —comento Jacob observándome con disculpa.
— No hay necesidad —musite poniendo de nuevo la toalla en mi mejilla.
— Si la hay —discutió cruzándose de brazos—. Se le ha pasado la mano.
— Muchas veces se te ha pasado la mano —dije mirándolo con seriedad—, y nunca te he dado la espalda.
— Eres bien rara, ¿sabes? —comento soltando un suspiro.
— Ya me lo dijiste una vez —le recordé.
— ¿En serio? Yo no lo recuerdo —dijo Jacob viéndome con un gesto de confusión.
Negué con la cabeza, parecía como si todos los recuerdos de mi anterior estancia, regresaran a mi tan frescos, como si hubieran ocurrido el día anterior.
— Fue cuando hablamos sobre el baile de la escuela —dije esbozando una sonrisa—, tu me dijiste que las chicas esperaban con ansias esos eventos.
— El día que te invite a la Push por primera vez —recordó Jacob bajando la guardia.
— ¿Encontraste lo que buscabas? —pregunte con un tono neutro.
— No —contesto frunciendo el cejo—. ¿Cómo lo supiste? Odio tener que darte la razón, cuando hemos discutido.
Apreté los labios para no decir nada, yo también odiaba perdonar a Jacob con facilidad, cada vez que me enfadaba por alguna tontería, no pasaba mucho tiempo para que las cosas volvieran a la normalidad, era casi como si tuviera algo que se ganara mi corazón y lo más seguro es que a Bella le sucediera lo mismo.
— Es un cuento largo —me limite a decir—. No se cuando se me esta permitido revelar la verdad.
— Es algo que tiene que ver con tu regreso, ¿cierto? —dijo Jacob relajando los músculos de su cara—. Nunca has mencionado que ocurrió ese día, siempre hay algo que nos impide saber, recuerda que quiero respuestas para eso.
— Es algo difícil de entender —conteste queriendo ser honesta por primera vez—. A mi me costo hacerlo, a tu familia también y no dudo que si te lo digo, creas que me he enloquecido; tal vez en un futuro te lo diga. Por ahora, debes saber que regrese a casa y que nadie me tomo en cuenta para despedirme.
— Recuerdo la carta que le dejaste a Charlie —menciono Jacob observándome con interés—. En ella, mencionabas a unos federales y un programa de no se que cosa, por eso fue que huiste la primera vez, aunque meses después Bella menciono que te pusiste en su lugar para salvarla de un vampiro que a ella debía de perseguir.
— Jacob, seguramente nadie te ha dicho, que mi apellido no es James —dije haciendo que me observara con asombro—. Además, eso ni interesa ahora; lo verdaderamente importante es que ayudes a Edward, él necesita ese permiso para salvar a su esposa, Bella cambiara, pero será la misma persona que estuvo contigo cuando la necesitaste.
— No lo sabes —dijo Jacob cruzándose de brazos—. Sigo diciendo que eres rara; haces cosas por personas que no tienen nada en común contigo, te preocupas por personas que te lastiman, perdonas a otros que no tiene justificación, a veces me pregunto si eres una persona real o todos sufrimos una alucinación general, es imposible que alguien como tú exista.
Quizás en la historia, pero en la vida real era algo diferente, si bien no perdonaba a la gente con la facilidad, pero si me preocupaba por la gente que salía lastimada por mis acciones, y eso me recordaba a un amigo de la secundaria y que no había visto en más de un año, me pregunte si en verdad su corazón si había sanado del todo, después de la decepción amorosa que había sufrido. Pero Jacob era algo totalmente diferente, como Edward, a ambos los quería como si los hubiera conocido toda mi vida, como si fueran parte de mí y los hubiera recuperado después de un largo recorrido.
— Ya se por que te perdono con tanta facilidad —dije ignorando las dudas de Jacob por mi existencia—. Me recuerdas a Peter y a Mark, parece que viera a los dos en ti.
— ¿Quiénes son esos? —pregunto Jacob arrugando el cejo—. ¿Tus futuras damas de honor?
Moví a cabeza para no reírme, no podía imaginarme a esos dos como damas de honor, estaba segura que no volverían hablarme, así los tres nos encontráramos en una próxima vida; salí de la cocina para comprobar la continuidad de la historia, en el instante que Jacob y yo poníamos un pie en la sala, Rose ayudaba a Bella a ponerse de pie y a estirar las manos y pies, como si estuviera midiendo su capacidad de resistencia
— Eso se sintió bien —suspiro Bella, Jacob me observo con un gesto serio—. Agh, pero estoy enorme.
De verdad que lo estaba. Su estómago era su propio continente. Jacob quiso adelantarse un paso, pero la mirada de Edward lo detuvo a medio camino, casi podía contar los segundos en que Bella soltaría un grito estremecedor y casi podía sentir mi piel erizarse por la proximidad del evento.
— Un día más —dijo Bella y se acarició la panza—.Muy bien, entonces. Ups-¡oh, no!
El vaso que Bella había dejado en el sofá se inclinó hacia un lado, dejando que la oscura sangre cayera sobre la pálida tela. Automáticamente, a pesar de que tres otras manos la detuvieron, Bella se agachó, tratando de alcanzarlo. En ese instante, la respiración se paralizo en mis pulmones, ya nada podía hacer por ella, de ahora en adelante y en ese preciso instante, la humana que me había hospedado en su casa, dejaría de ser mortal, para unirse a Edward por toda una eternidad
— Oh —jadeo Bella con dolor.
Entonces ella se descompuso, cayendo hacia el piso. Rosalie la agarró en el mismo instante, antes de que pudiera caer. Edward también estaba ahí, las manos salieron del sofá. El lío de la sangre se había olvidado; Jacob y yo nos adelantamos en el intento de hacer algo, pero ambos vampiros no dejaban espacio alguno para colaborar en la situación.
— ¿Bella? —preguntó Edward y entonces, sus ojos se salieron de foco y el pánico atravesó sus características.
Medio segundo más tarde, Bella gritaba. No era solo un grito, era un chillido sangriento de agonía. El horrirífico sonido se cortó con un gorjeo, y sus ojos se dieron vuelta en su cabeza. Su cuerpo se doblaba y se arqueaba en los brazos de Rosalie, y entonces Bella vomitó una fuente de sangre.
Fue entonces, cuando la cuenta regresiva comenzó…
Hola a todos los lectores de esta historia, espero que hayan pasado unas encantadoras semanas en mi ausencia. Lamento mucho no haber podido actualizar antes y agradecer todos esos mensajes que dejan al finalizar cada capitulo, ya vamos por los 459 y de verdad agradezco a todos aquellos que aun continúan aquí, esperando que actualice un capitulo de este fic.
Lamentablemente, tarde demasiado en volver actualizar, y por dos razones esenciales; primero, por que no encontraba las palabras para darle forma a este capitulo, me ha sido un poco difícil acabarlo, ya que casi todo el capitulo gira entorno a Jacob y su búsqueda de la persona potencialmente a un paso de convertirse en su alma gemela, he tenido que sacar un historia entre manga, para completar el capitulo; por otro lado, he comenzado a trabajar en forma, y la verdad a pesar que no es tan estresante, otras cosas quitan mi tiempo para realizar la historia.
Pero no se preocupen, aquí seguiré, a paso de tortuga pero terminare la historia, en especial pro que les he prometido escribir la historia paralela de Hannah, la cual no he avanzado nada desde la ultima vez, pero a paso lento y seguro terminare. Gracias también, a los lectores anónimos y aquellas caras nuevas que me regalan su tiempo.
SDPYR: ¿que hara Jacob? le creerá? se largara a reír? Todos tenemos un poco de santo Tomas, hasta no ver, no creer; CSDPYR. Creo que me lo merezco por demorarme tanto.
Por ultimo, la historia de Hannah la pondré entre el epilogo parte uno y epilogo parte dos, ya saben me gusta la intriga y la emoción, además los capitulo me están quedando muy buenos como para dejarlos al final.
Ahora si me despido, deseando volver lo más pronto posible y una recomendación, mientras leen el capitulo, escuchen el disco y muy seguramente la lectura será más entretenida. Nos veremos en una próxima oportunidad.
Hasta entonces…
;) Kathyarius
