-Mírate, luciendo un fino vestido con diamantes y oro excesivo que tu esposo no te ha obsequiado. -Dijo él enmascarando su disgusto con una sonrisa de medio lado para beber de un cuerno lleno con Falerno, en las tribus agua los Alfas no acostumbraban a utilizar cálices-

-Presentes del sur para engalanarme Hiroshi. -Respondió ella altiva y con el mentón elevado, podía ser que continuaba sintiéndose asqueada luego de que al subir con su esposo a la habitación posterior a su llegada al sur y recibimiento en la oficina de Korra, el reencuentro no hubiera resultado en otra cosa más que en lo que imagino desde un principio: Hiroshi tomándola por la fuerza contra la cama, rompiendo sus vestiduras, sometiéndola para penetrarla sin su consentimiento, darse placer a él mismo en repetidas ocasiones, tirarla a un lado y quedarse dormido. Pero, eso no le iba a robar su orgullo y porte de señora. En toda su vida nunca lo había hecho, ella simplemente debía callar y mostrarse indestructible. Forcejeo que a diferencia de otros vividos, su esposo había evitado golpearle el rostro para no dañarle la cara que iba a exhibir a su lado en el festín de ésa noche, porque las buenas impresiones que daba a terceros eran importantes para Hiroshi, solo que sus brazos no habían salido igual de ilesos, estaban marcados con el brusco agarre del Alfa que utilizó para poder accederla horas atrás, por eso ella había obrado por colocarse un vestido con mangas largas, mostrarse vulnerable y afectada no era de su gusto, mucho menos en un mundo donde una Omega maltratada era lo común y a nadie le importaba entrometerse-

-Vi esas minas en el pequeño paseo que tuve con Tonraq por las afueras de la tribu antes de firmar nuestro acuerdo, sacan montones de oro como si no fuera nada. La cantidad de pozos petrolíferos alrededor es un desafío. -Él agarró un mechón de cabello de Yasuko para olerlo- Ésta tierra es rica, más que la nación del fuego pese a ser imposible vivir aquí.

-Habita gente, no es imposible. -Ella trató de no alejarse del contacto de Hiroshi para evitar mostrarle miedo-

-La sangre de mi futuro nieto no solo será bravía, heredará una opulencia digna de la realeza. -Él admiro fijamente a su hembra- Tienes el cabello y la belleza de mi hija, Asami se parece mucho a ti.

-No le dejé estatus o títulos impresionantes a mi niña pero parece que heredar la gracia de su madre le ha servido para hacerse de un lugar honorable.

-De mucho, tiene al príncipe del sur comiendo de su mano, en lo único que me desilusiona es en no verla embarazada ¿Es Korra quien te engalana con éstas joyas? Al parecer también tú haz aprovechado seducirlo ¿Le enseñaste de tus trucos en la cama perra?

-Él lo hace por gratitud. -Respondió la Omega sonriendo, Hiroshi estaba celoso-

-¿De follar con él a escondidas?

-Es el esposo de mi hija Hiroshi. -Pidió respetó la dama- Algunas primaveras más joven que yo.

-Como si eso le importará a una Omega, hueles al aroma de Korra y él es un Alfa vigoroso ¿No pudiste con el padre entonces irás por el hijo?

-Fui yo quien siempre rechazó los halagos de Tonraq, de lo cual me arrepiento cada día de mi vida porque Raava si sabe ser un caballero. -Se atrevió a decir ella-

-La que se quejaba de ligar su sangre con salvajes ahora los adora ¡No eres más que una interesada! -Él alargó su brazo rápido hacía su hembra y la agarró por detrás del cuello para manejarla a su antojo- Pero te voy a tomar aquí mismo, hacerte gemir y llorar para darte vergüenza ante los demás. Aparearse en publico no es visto de mala manera en éstos pueblos donde al igual que nuestra nación también disfrutan de practicar el sexo deliberadamente.

Suéltame, bebiste demasiado! -Exigió ella queriendo alejarlo, Hiroshi estaba tratando de subir su vestido pero ellos estaban en uno de los salones paralelos al festín, cualquiera podría verlos, ella sabía que su esposo era capaz de aparearse ahí gustoso para rebajarla. Él siempre había hecho con ella lo que quería desde que su útero quedó inservible por tener a su hija a muy temprana edad, la había ofrecido a quien gustase y la había compartido en contra de su voluntad con quién eligiera por ser una Omega dañada incapaz de darle más cachorros a un espécimen que nunca se comprometió con otra esposa y odiaba a los bastardos engendrados fuera de un matrimonio-

-Quieta, pareces olvidar quien es tu dueño. -Advirtió el Alfa tratando de inclinar contra una mesa de bebidas a su esposa para poseerla, penetrarla con una erección que tenía entre sus pantalones queriendo salir a castigar a la hembra-

-¡No! -Gritó ella, Yasuko estaba harta de ser tratada así por su esposo, con todas sus fuerzas lo piso y bajó su vestido el cual Hiroshi había alcanzado a subir por encima de sus muslos para voltear a ver al Alfa-

-Volverás a la nación del fuego conmigo. Tu lugar es al lado de tu esposo no aquí entrometida en la vida de tu hija, entorpeciendo su relación desviando la atención de su Alfa ¡No haz logrado que ella quede preñada, te mandé a su lado para eso! -Se quejó el hombre-

-¡Asami me necesita aquí, lo siento pero no! -Ella tiró la mano que Hiroshi mantenía sobre la parte posterior de su cuello y luego le dió la espalda para irse de ahí. Estaba a punto de llorar, ella podía aguantar lo que sea, excepto ser separada de su hija otra vez-

-¡Ven acá! -Él la volteó por el brazo con fuerza y la abofeteó haciéndola caer- ¡No me des la espalda y me irrespetes así zorra! Harás lo que te diga porque me perteneces y si tengo que meterte en una maleta para sacarte de aquí eso haré… Te ves bien, ese es tu lugar y siempre lo ha sido. De rodillas en el suelo a los pies de tu Alfa. -Habló el ingeniero desde arriba a su esposa, pero que Yasuko no le agachara la cabeza a pesar de estar en una posición inferior le generó amargura en la boca, haciéndolo acercarse el cuerno de Falerno que había dejado de lado con anterioridad para tomar otro sorbo- ¡Deja de mirarme amenazante con tus ojos dorados!

-Tu borrachera es absurda ¡Mis ojos son verdes! -Replicó ella apretando los dientes desde el suelo-

-Son dorados cuando tú orgullo de hechicera lo provoca maldita domadora de dragones. -Él mostró sus colmillos despectivo- Sigue cometiendo más errores y será Asami quien los pague Señora de Sato, recuerda lo importante que soy para ella. Después de todo soy su amado padre, uno sin sangre real pero con poder. No se te ocurra hacerte daño a ti misma o ponerte como una víctima ante ella ¡Te irás del sur conmigo!

-Lo que órdenes esposo mío. -Respondió ella con sangre en la boca por fin cediendo y bajando el rostro, quería gritarle que a su hija no la tocaba nadie, que primero moría él, pero si seguía provocándolo la realidad era que Hiroshi aún ejercía una influencia y una potestad sobre su niña, en la Nación del Fuego y ahora en el sur-

-Si no quieres coger no importa encontraré otras putas en el festín para complacerme y cuando vuelva a tu habitación te poseeré todo lo que desee. -Hiroshi alcanzó la cara de su esposa agachándose un poco y con una mano le apretó la mandíbula para obligarla a mirarle- Límpiate la boca y arréglate, darás mal aspecto a tu esposo si sales con esas fachas, no quiero inconvenientes con el Jefe del sur o mi yerno. Fuiste tú quien me obligó a golpearte, no quería hacerlo.

-Maldito… -Susurro ella luego de que el hombre le tirará el rostro y se fuera. Todavía se sentía aturdida por la bofetada de él. Pero, lo que más le dolía no era ese agravio, era saber que iba a hacer alejada de Asami por incompetente, ella se había esforzado mucho en proteger a su niña logrando cobijarla todo lo posible, pero para Hiroshi al parecer lo único importante era la semilla del príncipe del sur en el vientre de Asami no su integridad-

-¿Te sientes mal?

-No, solo me tropecé. -Contestó ella levantándose agarrada de una mesa ocultando su rostro a Korra, él era el que menos debía de enterarse del maltrato de su esposo ¿Por ego y orgullo de mujer? No, era para evitar que ellos se hicieran enemigos-

-¿Quién te golpeó? -Siendo Yasuko una mujer alta no era difícil notar que quería esconderle el rostro-

-Nadie.

-Siempre vi a Hiroshi como un caballero pero las apariencias engañan. -Korra acerco su mano y subió el rostro de la hembra-

-¿Por qué lo nombras a él? Pudo haber sido cualquiera, todos los Alfas actúan igual, violentos y abusadores. -Ella desvió su mirada del príncipe del sur, su sangre hervía de rabia y dolor, debía ser cuidadosa con no ser grosera con Korra por culpa de las acciones de su esposo-

-Ninguna persona en el sur sería capaz de tocarte sabiendo que eres mía, tiene que ser un extranjero o alguien que se crea con el poder de hacerlo, en esa descripción solo encaja Sato. Pero no lo admites porque tienes miedo de que lo maté. -Respondió el príncipe del sur-

-Él es educado con mi hija, es lo único que importa, no sabes lo que dices, mi esposo no es un guerrero pero si lo lastimas se convertirá en un enemigo peligroso para ti y para Asami. -Ella debía callarse, no seguir hablando de sus problemas con Hiroshi al esposo de su hija ¿Por qué Korra iba a defenderla? Él no le debía esa lealtad. Mejor era ponerse del lugar de su suegro-

-Yasuko, por favor. -El príncipe del sur dejó escapar un risita que erizó el vello detrás de la nuca de la Omega- No me gusta demostrar lo que soy pero al parecer no haz notado que nada es más valioso para mí que mi familia y mis queridos. No importa si Hiroshi es una nación, un ejército entero o un aliado estratégico. Si quieres que te pida perdón lo traeré, lo arrodillaré y haré que lo haga, si quieres que lo maté, lo mataré. No veré sufrir a mi esposa por ti, es una falta de respeto para mí.

-Éste es mi problema Korra, ha sido así desde que él robó mi libertad. Olvida lo que viste hoy y sigue con tu vida. -Ella trató de alejarse del Alfa aguantando el llanto, ella se iría del sur y quizás nunca más volvería a ver a su hija-

-La libertad es la actitud que tú tomes independiente de las circunstancias, no dejes que él te quite eso. Algunas veces en la guerra fui preso, cuando estuve en cama herido de muerte fue otra forma de estarlo, pero aún así no cedí mi actitud al enemigo o a la muerte, nunca perdí mi libertad. -Korra se atravesó en el camino de la mujer y la atrajo para abrazarla delicadamente contra su pecho- Eres orgullosa como tu hija pero acabo de descubrir que pierdes todo ese decoró si ves a tu niña en peligro. Digno de una madre y para mí eso es sagrado ¿Qué quiere él de ti? No creo que golpearte sea el origen de tus ojos llorosos porque eres una hembra recia que no se partiría fácilmente con eso.

-Hiroshi quiere que me vaya con él. -Salió de su boca sin querer-

-¿Tú lo deseas así Yasuko?

-No quiero estar lejos de mi hija, eso sería mi muerte Korra. -Contestó ella luego de un silencio sin poder seguir aguantando, devolviendo el abrazo al esposo de Asami con el labio inferior tembloroso y una lágrima cayendo por una de sus mejillas ¿Qué otra cosa podía hacer? Necesitaba decirlo, desahogarse, el Alfa al que abrazaba era cálido y musculoso, le ofrecía esa seguridad. Sabía que negarse a la orden de Hiroshi era ir contra un ciclo natural, ella debía de desprenderse de su cría, pero en la Nación del Fuego no había nada más para ella que sufrimiento si Asami no estaba allá-

-De acuerdo. -Él se separó un poco de Yasuko y beso su mano- Te espero en el pasillo para entrar de nuevo al salón principal. Arréglate y recobra tu serenidad, vas a pasar el resto de la noche cerca de mi, yo me encargaré de lo demás.

-No intentes hacerle nada a mi esposo por favor. -Pidió ella intranquila apretando la casaca de Korra. Ella no se engañaba, el príncipe del sur podía parecer tranquilo y sonriente pero así mismo podía clavar una espada a cualquiera-

-Concéntrate en disfrutar de la comida y bebida Yasuko. -Dijo él dejando a la madre de su esposa para esperarla más adelante. Respirando profundo y manteniendo la calma. Había muchas cosas que lo estaban cabreando esa noche y descubrir a Yasuko golpeada no era la excepción. Desde un principio al dejar su casa y a una enfadada Omega esperando por él allá eso lo tuvo gruñendo todo el camino a la velada, peor aún, Iroh II no había hecho presencia en lo que iba de festín, una completa burla que lo tenía hiperventilando. Al llegar a la fiesta de celebración del acuerdo entre la casa Sato y la casa Raava, de inmediato él había querido encontrar al militar, pero al contrario de eso solo se tropezó con comida extranjera y una nueva bebida traída de la Nación del Fuego llamada, Falerno. Su padre muy relajado y platicador con Hiroshi mientras el resto de los presentes disfrutaban de la música y el baile. Excepto la madre de Asami, mujer que había estado tensa y observadora hacía él siempre, por lo que estar al pendiente de la Omega y darse cuenta de su maltrato no fue una coincidencia. Verle el rostro marcado y de rodillas en el suelo le hizo apretar la mandíbula y fruncir el ceño con severidad. Si bien ella era esposa de Hiroshi, violentar de esa forma a una hembra no tenía excusa. Suficiente para enojarlo tanto que estar calmado fue su única opción o de lo contrario definitivamente esa noche habría más de un muerto en el sur, aunque también sospechaba que Yasuko sabía algo con respecto a las cartas provenientes del Almirante y por eso había estado intranquila con sus ojos sobre él, pero no sería tan áspero con ella preguntándole al respecto luego de lo ocurrido con su esposo-

-Me enteré que se llevará a Yasuko, quiero decirle que eso es algo que me hará muy triste. -Confesó el Alfa luego de dejar a la madre de Asami en la mesa distraída hablando con otras Omegas y acercarse al Señor de la casa Sato al otro lado del festín-

-¿Ella te lo dijo? -Sonrió Hiroshi sin dejar de prestar atención a las bailarinas del agua que daban una exhibición en medio del salón, la casa del Jefe del sur continuaba siendo gigante, ostentaba mucha servidumbre y lujos-

-Yasuko es una dama, no saldría acusación o señalamiento contra su esposo de ningún tipo. -Korra agarró un cuerno y pidió ser llenado con Falerno a una de las mujeres de la servidumbre que pasaba por ahí- La vi triste y le hice confesarlo, quiero recordarle que ella es mía, no me falte al respeto así.

-¿Tuya? -Repitió él con gracia, pero Korra le había colocado el dorso de la mano sobre un hombro y eso era una expresión de desafío entre guerreros del agua-

-¿Algún problema con eso Señor Sato? Mientras ella esté en el sur comiendo y viviendo en mi casa, me pertenece.

-No sabia que disfrutabas tanto de la compañía de mi esposa como para mostrar éste nivel de disgustó por su partida. -Él le mantuvo la mirada al Alfa pero no dejó de sonreírle al igual que de beber, Korra trataba de intimidarlo, podía ser que el príncipe del sur estuviera enfadado si había notado la bofetada en el rostro de su suegra-

-Lo hago, ella cuida de mi hembra y de mi ¿Le molesta?

-Yasuko nunca ha sido más para mí que una herramienta, tranquilo. No me sorprende que estés embelesado con ella, siempre pasa con los Alfas que están al rededor de sus feromonas y belleza. Te ha amaestrado bien en la cama ¿Acaso mi hija no es tan buena en su arte de amar Korra?

-Me deleitó con la presencia de las dos, soy un Alfa joven, mi libido es difícil de apaciguar, ambas me mantienen calmado en casa. Si se lleva a Yasuko correrá el riesgo de que mi primogénito nazca de otra hembra que no sea su hija. Prestaré atención a Omegas fértiles si por casualidad la ausencia de Yasuko me afecta y mi esposa no está disponible para mi cuando tenga una erección en los pantalones Señor Sato.

-¡Entiendo, entiendo! -Hiroshi carcajeó audiblemente ante la sinceridad del esposo de su hija o lo bien que el cachorro mentía-

-¿Eso suena convincente para usted? -Por fin Korra sonrió y lo hizo siendo engreído con su suegro, Hiroshi no reflejó estar afectado por mentir en decirle que él estaba poseyendo a su hembra, el prodigioso ingeniero dueño de Industrias Futuro tenía una forma de ser peculiar y común en algunos Alfas pudientes que pudo captar gracias a la prepotencia que el Alfa mostraba contra Yasuko, pero a pesar de eso las consecuencias de aquel pedido las vería después porque no podía asegurar nada, al igual que atenerse a la reacción de Tonraq cuando éste se enterará de haber pedido a otra hembra del fuego-

-Mi linaje es importante Korra, si dices que hay un riesgo en dañarlo veo que es relevante que mi esposa se quedé.

-Si no es un insulto de mi parte Señor Sato, aquí le daré mejor uso que usted en el fuego colándose por camas de Omegas diferentes a la suya. A menos que aprecie tanto a su esposa como para negarme el pedido ¿No es su harén grande o Yasuko se los prohíbe tenerlos?

-Que humor el de mi yerno. -Él volvió a reír- ¿Llevas esa astucia al campo de batalla? Ya sé porque tus enemigos perecen a pesar de ser fuertes, eres astuto y sabes cómo expresarte para amenazarme sin faltarme al respeto. Vas directo a mi punto débil en vez de darme la opción de negarme. -Porque el no podía decir que no ni reaccionar agresivo a nada que obstaculizara sus planes y Korra lo sabía, pedir a su esposa como amante era más inteligente que hacerlo por la necesidad que podría tener Asami de extrañar a su madre, porque los placeres de un Alfa siempre iban a estar por encima de los quereres de cualquier Omega, la reproducción de un espécimen era lo más importante en cualquier ámbito y para él en específico, que Korra preñara a su hija-

-Se lo hubiesen contado ellos mismos pero están tres metros bajo tierra, los que no destroce con mis manos, claro.

-He escuchado de tu fama "Bestia del Sur" te conozco desde cachorro, siempre fuiste respetuoso y honorable al lado de Tonraq, pero veo que heredaste un rasgo del Jefe del sur que tenías ocultó, el de reclamar Omegas ajenas y querer poseerlas a todas. Apreció que moderes tu lenguaje para mantener nuestros linderos y te muestres semejante a mi queriendo simpatizar conmigo Korra.

-Usted no es un guerrero Señor Sato pero es mi suegro, no puedo venir y exigirle cosas amenazándolo de muerte. Es quien otorgó la semilla para el nacimiento de mi esposa, le debo cortesía.

-Discúlpame Korra, no consideré tu placer al tomar la decisión de llevarme a mi esposa. Pero si es tu deseo que la presté un tiempo más al sur, lo haré.

-Algo que apreció, si decía que no hubiera tenido que asesinarlo Señor Sato.

-No dudo que Yasuko estaría feliz de presenciarlo, ella gozaría de verme muerto. -Expresó el ingeniero queriendo ponerse como víctima de todo porque de esa forma lo creía él ¡Yasuko no era más que una perra hechicera que lo volvía loco de lujuria y rencor! Ella se había burlado de su esposo incontables veces y atentado contra él, cuando su amado el único mal que había hecho era osar de cuidar de su hembra, sustentarla y protegerla-

-¿Es por eso que usted puede entregarla a otros Alfas con esa tranquilidad? Ella es su única pareja Señor Sato. Discúlpeme, pero es algo que no entiendo, en su lugar yo hubiera partido el cuello de aquel que insinuase desear lo que me pertenece pero mi suegro no parece tener esas cadenas.

-Son cadenas Korra, mejor descrito no puede estar y esperó que Asami no te haga querer no tenerlas. Cuida de mi hija y no te demores tanto en darle cachorros u otro Alfa te puede ganar. Es en eso en lo que el príncipe del sur se debe de concentrar, no en las razones que mueven el comportamiento de su suegro. Asami te puede amar pero dentro de ellas existe su instinto de Omegas, no lo olvides porque puedes descuidarte y en un pestañeo otro espécimen poseerla.

-Trato de estar ocupado con eso, lo suficiente para mantener a mi esposa saciada de mañana a noche y de noche a mañana, ella me lo permite y no salimos de la cama después de anudar muchas veces.

-¿Esperas su permiso para aparearte ? Korra ellas también quieren tener su propio poder, no te dejes manipular por mi hija en el lecho, de lo contrario será ella quien decida cuando abrir sus piernas para sacar provecho de ti en vez de verlo como su obligación de esposa.

-Hmmm… No lo dudo. -Reflexionó él bebiendo todo su cuerno de un tirón y pidiendo más a la servidumbre-

-Poseer a una Omega no te garantiza ser su dueño, debes mostrárselo sometiéndola y exigir resultados con carácter. Aprenderás con el tiempo, eres un buen cachorro con una simiente digna. -Él palmeó la espalda del Alfa viendo llegar a Iroh II acompañado por otras personas para señalarlo discretamente- Aunque al parecer aún tienes competencia, debe ser la razón de no ver a mi hija en el festín.

-Señor Sato siga disfrutando, vuelva a casa cuando guste y haga lo que le apetezca. Dejaré guardias a su cuidado y un carruaje. Espero recuerde nuestro acuerdo refiriéndome a Yasuko porque parece un poco ebrio y gracias por sus consejos, los tendré en cuenta. Sí me disculpa iré a saludar al recién Alfa ascendido del fuego, quiero ver sus cinco estrellas de cerca.

-No estoy borracho Korra, faltan muchas jarras de Falerno para eso. Anda, estoy seguro que Iroh está igual de ansioso de saludarte, el príncipe del sur derrotó a una de las peores guerrillas de las cuatro naciones, enséñale cómo lo hiciste y que no te quedas atrás. Pero no le digas que los Alfas del agua son débiles a las Omegas de la nación del fuego por culpa del espíritu del mar.

-Es usted quién me hace reír en ésta ocasión Señor Sato. Que novedad saber que un hombre de ciencia le dé importancia a lo espiritual. -Él no debía olvidar eso, Hiroshi podía parecer fácil de leer pero se trataba de uno de los individuos más sagaces e inteligentes del lugar que podía mostrar de todo excepto su verdadera forma de ser para protegerse o no mostrarse inferior a otros, lo cual era válido, cada quien se defiende con las armas que tiene y no todas ellas pueden ser exclusivamente espadas-

-Una ventaja nunca se debe desaprovechar Korra. No bebas el Falerno a la ligera, tiene un grado alto de alicoramiento y cuando menos te des cuenta habrás desenvainado tu espada y hecho un desastre dentro de ésta reunión. -Agregó el Alfa para retirarse de ahí y dejar ir al príncipe del sur a su encuentro con Iroh II-

*

-Eres importante para Korra, no le tembló el pulso en venir a pedirte. Lo que no me queda claro es si lo hizo para seguir revolcándose contigo o porque no quiere ver a mi hija afectada por la partida de su madre.

-Tu eres el que me llama puta y desvergonzada, ¿dudas que no lo he seducido y hecho mío?

-Podrás ser una cualquiera pero tienes honor, él sigue siendo el esposo de mi hija, sé que no te meterías con Korra ¿Verdad?

-A pesar de que me golpeaste y lo aseguraste, ahora lo dudas.

-Te golpeé por grosera, para recordar tu lugar. Pero si tengo que dar el coño de mi hija y el de mi esposa para tener feliz al príncipe del sur, está bien. Luego te recuperaré, cuando él se canse de ti si es cierto que te ha estado poseyendo. Debo halagarte, no te haz asegurado del embarazo de Asami pero si de entrelazar relaciones para nuestras familias con tus encantos de ramera. -Hiroshi masticó un bocado de la comida que había agarrado de la mesa luego de sentarse en un lugar al lado de Yasuko- Te quedarás en el sur bajo la potestad de Korra, porque él te ha reclamado como suya fuera de su casa y yo lo he aceptado.

-No fue difícil para ti supongo. -Trató ella de aguantar la felicidad y dirigir su mirada al esposo de su hija, porque él lo había logrado, no tendría que separarse de Asami. Pero no encontraba al príncipe del sur entre la muchedumbre-

-Lo que hay detrás de ésto lo vale. Una Omega con un útero estropeado que aún sirve para algo es una bendición. Pero espero que la próxima vez que vuelva al sur, mi hija tenga un cachorro de Korra entre sus brazos. Enfócate en que él se aparee con mi niña y luego contigo para sosegarlo de otras hembras, es importante que su semilla germine en Asami, no engendrar primogénitos de otra o lo pagarás. Mentira o no lo que ustedes tienen, resulta que no es una mala idea.

-Eres un maníaco. -Contestó ella, pero aquella mentalidad no prosperaba en singularidad, la mayoría de gente a su alrededor se comportaba igual, no les importaba que tenían que hacer para ganar un estatus superior o mantenerlo, la única cosa en común desde esclavos, campesinos, hasta nobles y corona era esa. Lo que le molestaba y le revolvía el estómago resultaba ser que para Asami su padre continuaba siendo una pulcra eminencia por alabar mientras Hiroshi mandaba a su propia esposa a revolcarse con el Alfa de su hija-

-Sospecho que Asami está haciendo algo que evita su embarazo, ella sufre de ese tipo de rebeldía, osadía proveniente de la sangre de su madre. Influye en mi hija también y trata de husmear para hacerla cambiar de opinión Yasuko.

-Confías mucho en que te ayudaré a enriquecerte para ganar más poder y dominio en las naciones, puedo sabotearte si quiero esposo mío. -Ella meneó sus hombros coqueta al decirlo queriendo mofarse de Hiroshi-

-No lo harás, porque la vida de Asami está en medio.

-Amas a tu hija tanto como yo, no le harías daño, eres un patán pero nunca fuiste un mal padre.

-No quiere decir que no la entregaré a un Alfa que le enseñe que ayudar a su padre debe ser prioridad. Ella me decepciona en ser esposa del príncipe del sur y yo la castigare con disciplina porque Korra es el futuro de todos, no solo el mío. Si comete un error grave en la tribu el Jefe del sur puede desterrarla o su esposo repudiarla , ella no está exenta de volver a caer en mis manos Yasuko.

-Infeliz. -Susurró ella apretando su utensilio en la mano-

-Práctica hechicería para aumentar su fertilidad y ruega porque no sea estéril esposa mía. -Se recostó él en el respaldo de su silla cruzando las piernas para relajarse bebiendo más Falerno, había sido una decisión acertada llevar barriles enteros de la bebida como obsequio al sur con otras provisiones, la hidromiel no era de su gusto-

-¿Vas a ser capaz de cambiar a tu niña por tus ambiciones Hiroshi? -Interrogó ella haciéndose difícil no mirar con odio a su esposo-

-No se llora sobre la leche derramada amor, ya lo hice, cuando la entregué a un tribu agua en matrimonio fue canje, lo demás dependerá de ella. -Hiroshi miró hacía donde se encontraba el príncipe del sur, su yerno por fin estaba a pocos pasos de Iroh II y ver el aura conflictiva entre los dos fue algo que le agrado y le hizo disfrutar el doble de su bebida- Algo más, no anudes con Korra, su nudo debe ser exclusivo para mi hija. Tampoco reveles tu relación con él a mí niña.

-Deberías estar presente para asegurarte, quizás él me guste tanto que le permita crecer su nudo dentro de mi Hiroshi.

-Si me reúno con ustedes mientras se aparean puede ser que convenza a Korra de que te sometamos entre los dos esposa mía, y él acepté. Resulta que al parecer, es bastante calenturiento ¡Ha confesado disfrutar cogerse a la madre de su hembra! -El Alfa volvió a reír estrepitoso-

-Si me lo permites me retiro, no quiero seguir compartiendo un lado contigo, se me daño la cena.

-Adelante, no es a mi a quien debes de pedir permiso, luego de que me vaya del sur, será a Korra a quien debas pedirlo para todo lo que hagas.

-Con gusto, porque si piensas que me ofendes y humillas por la decisión de entregarme a Korra, déjame decirte que me siento halagada y lo disfrutaré ¿Quién dice que no lo planee desde un principio? Tus sospechas fueron ciertas. Lo seduje tanto que él fue y me reclamó a ti, al incapaz que le es imposible darle placer a su hembra por orgullo, mientras el príncipe del sur si lo hará. -Respondió ella levantándose de su asiento, Sato no sería capaz de golpearla ahí pues el esposo de su hija la había dejado custodiada y en compañía de otras hembras, podía moverse a su gusto, responder lo que quisiera, hacer lo que se le viniera en gana, dando la espalda al hombre para ignorar al desgraciado y a Noatak que no dejaba de mirarla desde lejos indiscreto. Por suerte el norteño no había presenciado como Hiroshi la golpeó y quiso poseerla en aquel salón. El guerrero había estado ausente en el festín hasta ese momento, lo que apreció. Noatak hubiera ido contra su esposo al descubrirlo golpeándola y esa ocurrencia dado paso a especulaciones por parte de Hiroshi que la hundirían más. Pero ahora su preocupación era el príncipe del sur cerca de Iroh II-

-¿Estas bien Yasuko?

-¡Tonraq! -Se sorprendió ella de verlo cerca-

-Estabas discutiendo con Hiroshi.

-No es así.

-¿Él fue irrespetuoso contigo? -Él frunció el ceño al preguntar-

-No Tonraq, ya te lo he dicho. -Mintió la mujer- Mejor no te acerques tanto a mí o tu esposa te castigara.

-Igualmente lo hará, que valga la pena entonces.

-Dormirás esta noche en el sofá y tu sala está ocupada. -Ella se burló lo más educada que pudo-

-Te causa gracia. -Dijo él Alfa alzando ambas cejas, las cuales eran frondosas y gruesas-

-Discúlpame. -Expresó ella apenada-

-Toda la vida Yasuko, te perdonaría lo que fuera. No te preocupes, me deleito viéndote sonreír.

-Tonraq no me coquetees, me avergüenza, tu esposa está aquí. Es una falta de respeto de mi parte aunque seas tú el que lo haga.

-Ella es mi Reina y sabe que la amo pero no puedo pasar por alto que hay aquí otra hembra igual de hermosa. Hiroshi parece más entretenido con las sureñas, él no es un problema. -Tonraq miró al hombre que platicaba atento en el comedor con ciertas hembras del sur a su alrededor, oportunistas que iban a querer aparearse con él para obtener una buena semilla y alguna oportunidad con el dueño de Industrias Futuro sin importarles que fuera un Alfa casado-

-De mi esposo me encargó yo Jefe del sur, pero Senna te azotara si sigues aprovechando que ella no está a tu lado para venir por mí. No quiero que la lastimes por mi culpa.

-Ella podría mandarme de por vida fuera de casa y yo tendría que aceptarlo, nunca tocaría un cabello de mi esposa de mala manera.

-Si te enfureces y se atraviesa en tu camino no importará que sea tu amada, la maltrataras. Los Alfas no pueden negar su esencia de criaturas violentas, hasta para ellos mismo le es imposible controlarla.

-Una vez en casa discutimos, fui estúpido y le levanté la mano un poco brusco a mi esposa, Korra venía llegando de escalar por varios días las montañas alejadas del sur, él malinterpreto todo. Creyó que yo era capaz de golpear a Senna. Terminó entre nosotros de un saltó pero a diferencia de muchas otras veces, al estar convencido de que golpearía a su madre, nunca había visto tan enojado a mi hijo. Ni siquiera cuando lo obligaba a darme todo de si en los combates de entrenamiento.

-¿Korra? -Ella observó al príncipe del sur, por fin había podido encontrarlo dentro del salón, las facciones del Alfa lucían severas por culpa de Iroh II, debía ser por aquellas cartas-

-Parecía igual de ancho y largo que yo. Cuando le gruñí lo golpeé en el rostro para quitarlo del camino como siempre lo hacía por insolente, pero a diferencia de esas veces él no cayó al suelo ni se movió, en cambio me regreso el golpe con su madre a punto de desmayarse de los nervios. -Tonraq abrió la boca y dejó ver su blanca dentadura a la Omega con quién hablaba-

-Te falta un colmillo inferior. -Reconoció ella-

-Él me lo tumbó, volteo mi cara y me dejó atontado. No lo podía asimilar, Korra se había vuelto un cachorro altanero capaz de enfrentar a su padre por suponer que maltrataría a Senna, luego de eso tuve que hallar la forma de hacerlo arrodillarse a golpes y apalearlo para que no perdiera su respeto hacia mí otra vez. Fue la última ocasión en que nos enfrentamos, de eso hace varios años.

-Cuídate de una siguiente, dejas que ocurra y suena a que Korra te hará más daño que un diente caído.

-Me matará o yo lo mataré a él. Es difícil corregir a un hijo cuando éstos son adultos, por suerte tu tuviste una Omega o si no, algo me dice que Hiroshi estuviera muerto desde hace mucho.

-Asami me quita el sueño con su ímpetu, un hijo Alfa me hubiera hecho dar un infarto. Puedo entender a Senna perfectamente. -Dijo ella al Jefe del sur-

-Después de lo ocurrido Senna evita discutir conmigo cuando su cachorro está en casa dejándome de hablar por semanas enteras. También me prohíbe hacer cosas contra Asami aunque sea de mi potestad corregirla.

-Porque eres el padre de Korra, todos los Alfas tienen derecho sobre ella pero su madre no. -Una realidad que la desgarraba por dentro, porque ninguno de ellos había llevado a su niña nueve meses en el vientre, sufrido los dolores de parto por su nacimiento y amado por el solo hecho de venir de sus entrañas y darle luz a su vida-

-Lo hago para proteger a mi cachorro pero él no lo entendería y trataría de partirme el cuello si llegó a tocar a su hembra. El peso que lleva un padre a espaldas no es cualquier cosa.

-Dímelo a mi que he sufrido por mi cría desde que se convirtió en una Omega. -Ella suspiró, lo único a su favor era que Hiroshi nunca la había golpeado en presencia de Asami, de lo contrario hubiera sido otro dolor de cabeza que agregar, porque ella estaba segura de que a pesar de ser Omega, su hija hubiera enfrentado a Sato físicamente para defenderla-

-Asami tiene un esposo, él la protegerá de lo que tú no puedas.

-Le pido todas las noches al fuego de mi nación que así sea. -Porque no era únicamente a otro a lo que ella le temía, era a la fuerza de Korra contra su hija en un escenario hipotético lo que la atormentaba. Considerando que su propio padre no tenía consideración de Asami no se podía imaginar su esposo, de ser su niña una Omega sumisa ella estaría más tranquila pero Asami había llegado a un punto de no medir las consecuencias de sus actos y pasar por alto la participación de su esposo en su vida que dos príncipes estaban otra vez a poco de matarse por ella en toda la sala de la casa del Jefe del sur-

-¿Qué hiciste para que Izumi te diera esas estrellas? -Korra miró las hombreras del Alfa-

-Se saluda primero Korra, es de mala educación no hacerlo con tus aliados. -Respondió el Almirante de la nación del fuego al hijo de Tonraq luego de quedar a solas con él-

-La última vez que te vi estabas de rodillas ante mi y pegaba tu cara del suelo Iroh II.

-Es cierto, eres superior a mi en fuerza. La única forma de haber podido hacer tuya a la hija de Hiroshi fue esa, de manos de la violencia.

-Somos Alfas, nuestra supremacía reside en ser capaz de ejercerla con éxito. Otras habilidades no te sirvieron en absoluto para evitar que te quitará a mi esposa. Estropeó tu posibilidad de reproducirte, tener excelente descendencia y mostrar el sentido de tu existencia. En cambio yo si disfrutaré de eso con el útero que deseaste a mi disposición. -Contesto Korra mostrando uno de sus colmillos vanidoso-

-Según se Asami aún no te ha querido dar un cachorro.

-Pisas el suelo sagrado de mis antepasados y pones en duda el ímpetu de mi semilla ¿Quieres que te parta el cuello? -El Alfa dejó de lado el cuerno de Falerno que había llevado en la mano hasta ese momento para encarar a Iroh II y mantenerle la mirada-

-No es tu capacidad lo que niego, es el amor que ella siente por ti Korra.

-Ohhh… Que romántico resultó ser el Capitán General de la Armada del Fuego. -Él debía de controlarse, comenzar una pelea ahí sería un irrespeto hacía el Jefe del sur-

-Negaste a la hija de Hiroshi venir. Asami no está aquí, quería verla.

-La señora de Raava consideró más importante quedarse en casa, en el taller que yo le he dado para innovar en la tribu. Es una ingeniera que sabe lo que quiere y no pierde el tiempo en quien no lo requiere.

-Un taller en casa, entonces la tienes encerrada. Evitar que respire aire fresco no te va a salvar de que te cambie Korra. La estás maltratando.

-No irrespetes a mi esposa insinuando que es una cualquiera. -Gruñó el príncipe del sur-

-Korra eres un guerrero, morirás antes que ella. No deformes mis palabras. Es la realidad, Asami tendrá que elegir a otro cuando no estés. Disculpa por recordarte que crecí con ella, estoy enamorada de ella y me guardo para ella. -El Almirante pidió dos cuernos de Falerno a la servidumbre con un gesto de la mano-

-Iroh, no sé si lo sabías pero no fui yo quien la reclamó a ella, fue Asami quien acepto quitarte de tus brazos. Ella no te ama a ti, me ama a mi, por eso fue a mi a quien escogió. Podré morir y tú tratar de poseerla pero nunca reemplazaras mi lugar así como nunca me ganarás en fuerza. Es conmigo con quién duerme y a quien dará cachorros antes que a ti.

-Asegurar las cosas arruinara tu fortuna lobo, muestra humildad o los Dioses te castigarán. -Iroh ofreció bebida al príncipe del sur y éste lo aceptó-

-Soy un guerrero educado y caballeroso que te agradece haber ayudado a mi tribu. De lo contrario tendrías el cuello roto por escribirle a mi esposa cartas insinuándotele , eso es ser humilde.

-¿Asami te las mostró o las descubriste? Korra, el fuego engaña y destruye. No te enamores tanto de una mujer o será tu perdición.

-Me aconsejas endurecer mi corazón cuando acabas de decir que amas a mi esposa. -Korra mostró su dentadura al militar riendo irónico-

-Lo hago, una cosa es amar y otra desvivirse Raava. Me miras como tu peor enemigo, soy Alfa. Lo resolvemos con violencia. Pero lo que una hembra puede hacernos es destruirnos sin matarnos. Desdés adentro, dejarnos huecos, sin nada. Llevarnos al punto de querer acabar con nosotros mismos.

-Si no me dirás lo que hiciste para ganarte esas estrellas haces perder mi noche Capitán, hablar de mi esposa contigo no me complace cuando ella me espera en cama para hacerlo.

-El Reino Tierra intentó asesinar a mi padre cerca de la frontera mientras el Señor del Fuego inauguraba asentamientos. Lo evité y eso provocó que Izumi tomará decisiones sobre su ejército. -Él vió la cara de confusión del príncipe del sur al escuchar lo dicho- Para ser un guerrero que influye en otras naciones no estás muy informado de lo que pasa a tu al rededor por lo que veo. El Reino Tierra se ha salido de control después que lo abandonaste ¿No lo sabías?

-Llevamos las cosas a nuestro ritmo y damos tiempo a la casa Beifong, intervenir antes de eso puede desatar malos entendidos.

-La tribu que habla de fuerza suena débil y con miedo ¿Qué cosas platicas con tu padre que no son las que deberían Korra? Estas perdiendo tu horizonte de guerrero, por andar más preocupado en con quién se escribe cartas tu hembra que en cómo le está yendo a Beifong en el Reino Tierra, pronto la guerra te pasará por encima. -Él no había dejado de mantearle la mirada al hijo de Tonraq, su uniforme militar del fuego estaba impecable, el color vinotinto de la casaca que llevaba puesta resaltaba el dorado de todas sus medallas ganadas en batalla que daban juego con el tono de sus ojos-

-Decisiones del Jefe del sur y no puedo ir en contra de eso al igual que tú cuando Zaheer apareció y el fuego no hizo nada para detenerlo por la mediocre ideología heredada por tu abuelo. Pero si tienes dudas de mi tribu, volver a humillarte en un combate no me costaría nada Iroh II.

-Pareces ansioso de eso, me haces dudar de que estás mal herido, Hiroshi me comentó que el bárbaro cabecilla de la revuelta casi mata a su yerno ¿Qué te parece si lo hacemos mañana? Tu mejor barco contra mi cabeza de dragón Korra. Tengo mi buque de guerra anclado y dos barcos de carga en la orrilla .

-Sabes que somos hijos del mar y aún así me desafías a enfrentarme a ti en la playa. –La debería de castigar a ese extranjero, hundir todos sus navíos y escupirlo lejos de la tribu-

-No recuerdo que el sur tenga mejores barcos que el fuego, toda tu flota no podría con mi buque. Puede ser que en el cuerpo a cuerpo contigo no me haya ido bien "Bestia del sur" pero aprendo de mis errores.

-Te meteré los cañones de tu buque por donde más gustes Almirante, no te preocupes por mi, la herida en mi pecho no me detendrá. Se cuidadoso con tus palabras o no me contendré más en dejarte ir del sur cuadripléjico y con tus guardias reales doblegados. -Iroh tenía razón, los barcos de la tribu eran insignificantes contra los del fuego, pero su orgullo de guerrero no lo iba a dejar admitirlo-

-Disculpa, me contagiaste tu espíritu de lucha, debo retractarme. Izumi me castigaría si lo hiciera. La casa Raava es aliada estratégica, le debo respeto a su Jefe y tierra. No puedo llevar mis barcos contra ti.

-Hubiera sido una excelente práctica ¿Le temes a tu padre Almirante?

-Korra soy hijo del Señor del Fuego, también ostentó un nombre de príncipe aunque preferí ser conocido como militar, al igual que tú me estoy forjando un nombre con mis propias manos, pero eso no quiere decir que ofender a Izumi con un mal comportamiento no me importe al igual que tú no haz empezado una pelea aquí por respeto a tu padre.

-Los herederos de naciones poderosas amigas no pueden estar matándose entre si toda la vida Iroh II, estás en lo correcto. Por eso mantente alejado de Asami, de lo contrario será inevitable decepcionar a nuestros padres y llevar a los pueblos que protegemos a la guerra. Izumi querrá venganza por perder a su hijo a manos del príncipe del sur, mi padre querrá justicia si el Señor del Fuego lo logra. Pero mi esposa para mí lo vale.

-¿Por qué no me habías dicho nada de lo que ocurre en el Reino Tierra? Intentaron asesinar a Izumi.

-No ha pasado mucho desde que tú hiciste parte en ayudar eliminando a los bárbaros, aún te recuperas de tus heridas, no tienes más que dar al Reino Tierra por éste momento.

-¡Ocultarme información y dejarme mal ante otros no es una solución padre!

-Sabemos lo mismo cachorro, Beifong se encargará. -Mantuvo él la calma, Korra no le estaba alzando la voz pero no dejaba de mostrarle los colmillos-

-Arrrggg… -Gruñó el príncipe del sur para agarrar un cuerno de Falerno de la mesa y beberlo completo- ¡Si hay guerra quiero ir padre, Iroh fue ascendido mientras estoy aquí estropeando mi habilidad con la espada al no poder desenvainarla! -Él limpió el licor que le mojaba la comisura de la boca con el dorso de su mano-

-Apacíguate y deja de beber tanto que sigues delicado de salud, la decisión de inmiscuirnos esperará. Aún no sabemos que ocurre y desbocarnos podría ser un error. Suyin tiene a su mejor general imponiendo orden.

-Los militares siempre terminan siendo dictadores. -Balbuceo él acomodándose en su puesto, a su lado estaba Yasuko, ella le sonrió cuando volteó a verla y pudo tranquilizarlo, prestando atención a los actos artísticos que exponían en el festín y al resto de los invitados, discriminando con la mirada a Lin Beifong entre la gente- El Jefe de policía de Ciudad República sigue aquí, Suyin debe estar bien.

-Él partirá mañana con Hiroshi y el hijo del Señor del Fuego a investigar su atentado. -Agregó Tonraq para que su hijo lo escuchará-

-Entiendo, tiene que hacerse. -Eso quería decir que hasta el siguiente día Iroh tendría para tratar de reunirse con su hembra, él debía seguir manteniéndose cauteloso con Asami hasta entonces, no creía al hijo de Izumi un cobarde que dejaría su interés de ver a su amada por miedo a las represalias-

-¡Mis Señores acá las tienen, daré a dos hermosas esclavas al Alfa que se atreva a someter con sus propias manos a éste gigante oso asesino de hombres! -Vociferó uno de los invitados al festín que estaba citado para entretener al publico, era un mercader de la tribu, tenía libertad de poseer esclavos y otras pertenencias mientras pagará sus impuestos-

-¿Quién contrató a ése sujeto?, es de mal gusto que ofrezcan esclavos aquí.

-Yo lo hice hijo, quería que alguno de ustedes liberará a esas esclavas, el mercader no me las quiso vender. Pero no imaginé que a cambio pediría esa insensatez cuando le di bastante oro por venir a "Entretenernos". -Confesó Senna, las pobres mujeres lucían terriblemente tristes, ella sintió lástima al verlas en el pueblo y escuchar sus historias de supervivencia, también indignación en presenciar cómo Alfas se peleaban entre ellos para comprarlas y abusar de las mujeres-

-No te las quiso vender porque hay mayor ganancia para su negocio exhibirlas al círculo personal de los nobles del sur y sus invitados porque nadie cuerdo aceptará hacer lo que él pide. -Mucho menos luego de que uno de los guerreros presentes pasará y lo intentará, para perder medio brazo en su osadía, ser quitado del hocico del oso y el animal ser devuelto a su jaula de barrotes con lanzas, presenció Tonraq-

-Las recuperaré para ti madre, las llevarás a casa y les darás un buen lugar entonces. Parecen ser desterradas de Omashu.

-¡No hijo! Tu padre irá, es a quien debería comérselo un oso por mujeriego no a ti. -Le exigió ella al Jefe del sur haciéndole escupir su bebida al Alfa- Korra estás herido y…

-Cálmate Senna, ese oso no matará al príncipe del sur. -Él no esperó más berrinche de su madre besándola en la frente y dejando su espada en las manos de la Omega para levantarse y dirigirse al mercader con la mirada de todos los presentes en su espalda y Tonraq atentó a la hazaña de su hijo. El animal media más de dos metros parado en sus piernas traseras fuera de su prisión, era feroz y parecía adolorido de su cautiverio, tenía el pelaje blanco como la nieve- ¿Someterlo sin armas y las esclavas son mías?

-Como usted lo ha dicho Señor de los Lobos. -Respondió el mercader al príncipe del sur reverenciándolo, las esclavas detrás del individuo parecieron cambiar su semblante triste por uno animado, Korra mataba al oso y ellas serían de ese Alfa, para ellas un espécimen hermoso y gallardo al cual darían cachorros gustosas-

-Deja al oso salir de la jaula y suelta las cadenas. Aléjense de sus flancos si no quieren ser devorados.

-¿Esta seguro príncipe del sur? -Dudó el comerciante-

-Límpiate los oídos mercader o te daré de comer a tu oso prisionero.

-De inmediato mi señor. -El mercader ordenó lo pedido a sus asistentes sin volver a titubear, el oso quedaría libre, podía comerse al príncipe del sur y luego al resto de los presentes cerca de sus garras hasta que entre varios soldados lograrán matarlo con armas, por eso se alejó de ahí lo máximo posible. Viendo salir al oso, protestar mostrando sus dientes con un gruñido paralizador, levantarse en sus piernas traseras y dirigirse al hijo del Jefe del sur. Debía escapar de ahí, cuando el oso se comiera a ese Alfa su padre iba a pedir la cabeza del idiota que llevo a un animal histérico hasta la presencia del príncipe del sur-

-¿Tienes oseznos, por eso estás tan enojada? Lamento eso. -Korra no se quitó del camino del animal, lo enfrentó erguido y desarmado, al hablarle el oso le gruñó pero basto que él aguardara calmado para que el animal bajará su postura y le olisqueara la mano haciendo reaccionar a los presentes con un quejido de impresión- Te prometo que trataré de reunirte con ellos. -Él se agachó, tocó con respeto al oso, acarició amoroso su monstruosa cabeza destruyendo sus cadenas, luego lo hizo voltearse boca arriba y mostrarle su pansa, la máxima expresión de sumisión de un animal hacía otro- ¿Por qué éste oso está preso? Los animales de las tribus son sagrados. Sirven para alimento y alabanza no para ser traficados. Piensa tu respuesta antes de hablar o te azotaré porque sé que nos haz traído a éste espécimen de otra tierra. -Korra se dirigió al mercader-

-Mi señor es un devorador de hombres. -Se defendió el comerciante con las piernas temblorosas, tener al príncipe del sur mostrándole los colmillos era intimidante-

-Tiene oseznos, sus pezones están inflamados.

-No lo sabía, el pueblo lo intercambio porque ha matado a varios Alfas de la tribu, no eran cazadores, eran campesinos.

-Arggg… Tratas de encubrirte. -Gruñó él haciendo encoger al mercader- He sometido al oso ¿Las esclavas son mías?

-Completamente mi señor, todas suyas. -Aunque el comerciante no esperaba que fuera posible someter a un monstruo como ese oso sin necesidad de partirle el cuello, pero el hijo de Tonraq lo había hecho, el animal se rindió ante él-

-Tomaré al oso también, no pidas más oro porque no se te dará, gane con honor. Entrega a las esclavas a mi madre y el animal a los sirvientes de la casa, ellos llevarán a la osa a mi lado del bosque mientras mis guerreros rastrean los oseznos.

-Como usted guste Señor de los Lobos. -El mercader reverencio al príncipe del sur otra vez y le hizo casó, al igual que la servidumbre y guerreros aterrorizados del animal, pero el oso regreso a su jaula tranquilo y se dejó mover callado-

-¡Esperó sea lo visto suficiente para hacerlos reflexionar sobre la inteligencia de aquellos que percibimos inferiores a nosotros solo por carecer de simpatía hacía ellos! ¡Éste precioso animal no tuvo que enfrentarse a mi para darse cuenta que era capaz de matarlo, hubiera sido fácil partir su cuello y enaltecerme de un ser atormentado, prefirió someterse y respetarme! ¡Es más sabio que otros que me provocan y juegan con su suerte! -Él miró el lugar que ocupaba Iroh II en la mesa haciendo sonreír al militar- ¡Acabó el espectáculo, a menos que haya alguien con ganas de combatir conmigo aquí y ahora para dejar en ridículo al oso! -Korra esperó al hijo de Izumi entre el silencio de todos- Eso pensé, sigan disfrutando de su velada. -Terminó de decir él entre aplausos, sonrisas de algunos y halagos de otros apropiándose de su lugar en la mesa aburrido pidiendo otro cuerno lleno de Falerno para beberlo hasta el fondo con la melancolía de tener a su Omega lejos de él obligándolo a dejar el festín otros tragos después llevando agarrada de su brazo a Yasuko para acercarla a la carroza de ida y montarse en su caballo-

-Hace frío, me gustaría que me acompañarás dentro del carruaje, no escoltándome como lo hiciste de venida Korra. -Ella debía de asegurarse que el esposo de su hija no estaba borracho antes de que él llegará a casa con Asami, el príncipe del sur había bebido demasiado en el festín- Quiero que me digas cómo hiciste cambiar de opinión a mi esposo.

-Lo amenace con que le iba a partir el cuello por querer alejarte de tu hija. -Contestó el Alfa-

-Hiroshi me contó otra historia. -Una donde ella había sido entregada al príncipe del sur como objeto de placer-

-Entonces conformarte aceptando mi versión Yasuko, no estoy de humor para dar detalles, eres de mi posesión y no te debes de preocupar más por nada. Sigue cuidando de mi esposa a mi favor y haz lo que gustes en el sur.

-Que tosco eres cuando estás borracho. -Ella jaló a Korra para dentro del carruaje, lo quería a su lado-

-Mi señora nunca fui grosero con usted al hablar. -Se defendió él- Tampoco resulto estar ebrio, podría rasurar un lado de la barba del conductor de éste carruaje de un movimiento de mi espada dejando su piel intacta.

-¿Entonces por qué estás enfadado? -Por Iroh II, se respondió ella misma para sus adentros-

-No estoy disgustado, estoy cansado. Hace días no duermo, no sé qué es tener un sueño plácido, cerrar mis ojos y sosegar mis pensamientos. -Porque él no había descansado nada luego de aparearse como un loco con Asami en medio del calor de su hembra- Trato de guardar la poca energía que me queda para no agotarme más. -El príncipe del sur apretó el puente de su tabique y suspiró, debía ser el veneno en su sangre que lo debilitaba-

-¿Pesadillas Korra? -Todo guerrero las padecía, ella lo sabía. Sus recuerdos de Azula eran igual, el hijo de Ozai y amante de su madre sufría de insomnios prolongados por disgustó ha encontrar malos recuerdos dentro de sus sueños, levantándose gritando de la cama alto y precioso como él era cuando se sumergía inevitablemente en ellos, pálido de cabello azabache y con los ojos de un dragón respiraba con dificultad, parecía paranoico y no dejaba de gruñir, pero su madre corría y la alejaba de ahí prohibiéndole estar cerca de Azula cuando él durmiera y que no se le ocurriera despertarlo por nada del mundo o correría el riesgo de que él le hiciera daño por confundirla con alguno de sus enemigos-

-Las pesadillas son para guerreros que se avergüenzan de lo que han hecho en batalla, no estoy arrepentido de nada. -Pero Zaheer había provocado en él un desastre que le punzaba el pecho-

-Cálmate por eso te duele la herida. -Ella notó como Korra se tocó fastidiado esa zona, retiró su mano de ahí y acarició ese lugar- Recuéstate, cuando lleguemos a casa descansarás. -Los malos sueños en un guerrero también eran causados por miedo a perder lo que amaban, no solo por arrepentimiento. Pero no quería seguir molestando a Korra con sus palabras, mejor era continuar acariciándolo-

-Eso deseo, pero me temo que será difícil. -Él dudaba mucho que la hembra que lo esperaba en casa se lo permitiera pero sentir a Yasuko recostarse sobre su pecho y estar pegada a él le agrado tanto que le hizo caso a la mujer, llevando su cabeza hacía atrás y estirando las piernas sentado en el acolchado puesto doble del lujoso carruaje para tratar de reposar mientras llegaban a casa, las feromonas de Yasuko olían muy bien, perfume natural de la dama que le provocó empezar a sentir su sangre calentarse y pedirle poseer a una Omega, era culpa del Falerno-