Nada de Crepúsculo me pertenece, la historia es de Sthepenie Meyer y yo solo lo utilizo con fines de entretenimiento.

Summary: Secuela de pérdida en crepúsculo. Y de ese modo el león se caso con la oveja. ¡Qué oveja tan estúpida! ¡Qué león tan morboso y masoquista! ¿Qué hago resolviendo sus problemas?

Advertencia: Todos los personajes pertenecen a Meyer, excepto Hannah James, Danielle James y Charles.

Advertencia 2: Algunas frases originales del libro Amanecer aparecerán en la historia.


Parte XXIX

Inspirado en #1 Crush de Garbage

El cuerpo de Bella, manaba rojo, empezaba a moverse, moviéndose bruscamente en los brazos de Rosalie como si la estuvieran electrocutando. Todo el tiempo, su rostro estuvo blanco —inconsciente. Era el salvaje retorcimiento de lo que se encontraba en el centro de su cuerpo lo que la movía. Mientras ella se convulsionaba, fuertes crujidos y sonidos de que algo se rompía mantenían el ritmo junto con los espasmos.

Rosalie y Edward se congelaron por medio minuto y luego se movieron. Rosalie abrazo el cuerpo de Bella con sus brazos, y, gritando tan rápido que era difícil separar individualmente las palabras, ella y Edward llegaron a la escalera del segundo piso en cuestión de segundos. Yo continuaba en shock sin saber que hacer o como actuar, era tan diferente cuando leías la escena, que estar presenciándola era como participar en una película de terror, donde el monstruo no te tomaba en cuenta para perseguirte.

Mis pies se quedaron sembrados. Me encontraba sola en la sala, sin decir una palabra, era otro deja vu de mi verdadera vida; dos años atrás, también había caído en shock cuando me anunciaron que mi madre estaba en el hospital, Charles tuvo que sacudirme para que pudiera pronunciar un ¿Qué?, para luego salir como una desesperada y tratar de no ganarme una multa de transito por haber pasado muchos semáforos en rojo.

— ¿Qué sucede? —pegunto Jasper pasándome una mano por la cara—. ¿Qué ocurre allá arriba? ¿La cosa volvió a romperle algo a Bella?

— No —dije sacudiendo mi cabeza—. Esta por nacer, ¡Alice!

— Estoy aquí —dijo Alice observándome con preocupación.

— Rosalie puede morderla, no se ha alimentado por días —dije con preocupación ascendiendo por las escaleras—. Hay que mantenerla alejada, ella no tiene el autocontrol de Edward.

Alice prácticamente subió las escaleras por la dos, me jalo camino hacia el mismo cuarto, donde días atrás yo estaba despertándome de una inconsciencia causada por una gripe estomacal, sin necesidad de entrar, podías escuchar los gritos de Edward y Rosalie, pero la voz de Jacob estaba apagada, como si no tuviera voto en la situación.

Bella prácticamente estaba desnuda a merced de cualquier cosa que pudiera sucederle, Jacob parecía estar fuera de lugar sin saber que hacer o como reaccionar ante un parto, él solo tenia dieciséis años y su vida había cambiado tanto que, ya no parecía aquel chico que me busco una noche en el Lodge para llevarme a la casa de los Swan por orden de Charlie; entonces, en algún lugar de esto, Bella regresó. Respondió a sus palabras con un chillido que desgarraba los tímpanos.

— ¡SACALO! — gritó Bella posesa de dolor—. ¡No puede RESPIRAR! ¡Hazlo AHORA!

Varios puntos rojos salieron cuando su grito le rompió los vasos sanguíneos de sus ojos. La escena en verdad daba escalofríos, hasta ese punto entendí el sufrimiento de Edward, quizás habíamos sido egoístas alimentando la locura de Bella, pero todo sufrimiento finalmente valdría la pena.

— La morfina — gruñó Edward.

— ¡NO! ¡AHORA! —insistió Bella agonizante.

Otro chorro de sangre salió mientras ella chillaba. El sostuvo su cabeza, desesperadamente tratando de limpiar su boca para que pudiera respirar de nuevo. Alice se precipitó en el cuarto y coloco un pequeño auricular azul debajo del pelo de Rosalie. Y luego se alejó, con sus ojos dorados y en llamas, mientras Rosalie silbaba frenéticamente en el teléfono. En la brillante luz, la piel de Bella tenía un aspecto más morado y negro que si fuera blanca. Un rojo profundo se filtraba debajo de la piel sobre el enorme, y escalofriante abultamiento en su estomago. Rosalie se acerco con un escalpelo en mano.

— ¡Deja que la morfina se extienda! —gritó Edward.

— No hay tiempo —silbó Rosalie—. ¡El bebé se está muriendo!

Su mano se acerco a el estomago de Bella, y un vivido rojo chorreo donde Rosalie había perforado la piel. Era como si una cubeta hubiera sido volteada, un grifo abierto al máximo. Bella se sacudió, pero no gritó. Se seguía ahogando. Y luego, Rosalie perdió la concentración. La expresión en su cara cambio dramáticamente, sus labios se retiraron de sus dientes y sus ojos negros brillaron de sed.

— No, ¡Rose! —rugió Edward, pero sus manos estaban atrapadas, tratando de apoyar a Bella verticalmente para que pudiera respirar.

Jacob se abalanzo sobre Rosalie, saltando a través de la mesa sin preocuparse. Observe como durante el forcejeo el bisturí en su mano apuñalaba su brazo izquierdo, logre quitarme a tiempo, había demasiada sangre en todas partes. Sabia que debía ayudar a Edward, el prácticamente estaba solo para salvar a su esposa.

— Vete —dijo Edward manteniendo a Bella en la misma posición—, no deberías estar aquí.

— Lo siento, pero no me quedare con las manos atadas —dije poniéndome a su lado—. Estuviste conmigo, cuando prácticamente estaba muerta, así que ahora quiero ayudarte cuando más lo necesitas.

— Lo hice, por que te quiero —dijo Edward estabilizando a Bella—, no por que fuera un deber.

— Pues estamos en las mismas —comente tomando unas gasas para limpiar la sangre de Bella—. Te quiero Edward, pero debes entender que necesitas manos en esto, quiero a Bella como si fuera una hermana, por los tres, necesitas de alguien que se haga cargo del bebe, cuando este fuera.

— Si ya terminaron de discutir —comento Jacob con el bisturí en la mano—, ¿No creen que debemos apurarnos? Se esta poniendo algo azul.

— Esta bien —acepto Edward con un cabezazo—, no se que haría sin ti.

— Ya lo mencionaste una vez —dije regalándole una sonrisa—, pero no es hora de ponerlo en practica, ¿No lo crees?

Una pequeña sonrisa cruzo el rostro de Edward, así que los tres ayudaríamos a que Bella sobreviviera a un parto, un parto que de común y corriente no tenia nada, Bella se estaba tornando azul, sus ojos estaban abiertos y observando.

— ¿CPR? —gruño Edward a Jacob, rápido y exigente.

— ¡Sí! —salto Jacob poniéndose en acción.

Observe la cara de Edward por un rápido momento, esperando cualquier signo de que reaccionara como Rosalie. No había nada más que una simple ferocidad determinada. Yo me mantuve expectante a lo que pudiera suceder, dispuesta a realizar cualquier maniobra con tal de que Bella saliera con vida de este parto.

— ¡Haz que respire! Tengo que sacarlo antes de —alcanzo a decir Edward antes de quedar como una piedra.

Otro sorprendente crujido sonó dentro de su cuerpo, el más fuerte, tan fuerte que los tres nos congelamos en shock esperando su respuesta. Nada. Sus piernas, que se habían doblado debido a la agonía, se aflojaron, en una forma nada natural. Edward era la imagen viva del terror, me observo con agonía, arrepintiéndose de haberle hecho pasar esto a Bella, pero al final todo valdría la pena

— Su espina dorsal — chilló él de horror—. Deja de decir que valdrá la pena, por que no es así.

— Pensé que la capacidad de escucha se había ido al desagüe —rezongue—. Además, veras como siempre tengo razón.

— ¡Sácalo de ella! —gruño Jacob aventando el bisturí hacia el— ¡No sentirá nada ahora!; por favor, ¿Pueden parar de discutir?, es el peor momento para hacerlo.

— ¡No! —dijimos al mismo tiempo.

— Son tal para cual —mascullo Jacob comenzando a practicar las técnicas de CPR.

Jacob fue hacia su cabeza. Su boca parecía limpia, así que presiono sus labios a los de ella y soplo una fuerte cantidad de aire. El cuerpo desmadejado de Bella subía y bajaba, como una bolsa de aire que tenía un pequeño orifico que no le permitía retener el aire por mucho tiempo, no podía hacer nada más que observar, en nada podía colaborar, solamente cuando Nessie estuviera fuera de Bella.

Oí el suave sonido del bisturí a través de su estomago. Más sangre se derramaba en el suelo.

El siguiente sonido me desconcertó completamente, inesperado, aterrador. Como un metal siendo hecho trizas. No quería mirar tenia miedo de hacerlo, sabia que esa escena tan desconcertante me acompañaría por el resto de mis días, era suficiente con las pesadillas de la vida real para agregarle algo más al asunto, Jacob se estremeció mientras le soplaba más aire a la boca de Bella.

— ¡Te quedaras conmigo ahora, Bella! —le grito Jacob como si ella pudiera estar sorda—. ¿Me oyes? ¡Quédate! No me vas a dejar. ¡Mantén tu Corazón latiendo!

Sus ojos giraban, buscándolo a Edward o quizás a su hijo que estaba por nacer, pero no viendo nada. De repente, su respiración se hizo más rápida y su corazón seguía golpeando. Me di cuenta que su cuerpo estaba tan quieto como el de un muerto. La tortura interna había terminado. Debía de estar fuera de ella y lo estaba.

— Renesmeé —susurro Edward con un tono de emoción.

Bella había estado equivocada. No era el niño que se había imaginado. No era mucha sorpresa. ¿En que se había equivocado? O en cuantas partes yo había tenido razón, al menos la historia seguiría siendo la misma, o al menos Jacob ya no seguiría sufriendo por sus decisiones mal tomadas y mucho menos por estar enamorado de mi.

— Déjame…, —dijo en un susurro Bella—. Dámela.

Edward le paso un diminuto bebe que crecería con rapidez, tenia sangre en muchas partes de su cuerpecito, mantuve mis lagrimas guardadas, era un momento que solo debía competirle a los padres de esa nueva vida, pero al parecer Jacob y yo no parecíamos encontrar los pies para marcharnos, o simplemente por que sabía que las cosas después no marcharían bien.

— Renes… mee. Tan… hermoso —susurro la voz apagada de Bella.

Y luego soltó un grito apagado, un grito de dolor. Cuando quise observar, ya era demasiado tarde. Edward arrebato el bebe de sus débiles brazos. Mis ojos observaron su piel. Estaba roja de sangre, la sangre que salía de su boca, la sangre mancho a la criatura, y sangre fresca salía de una pequeña manca de mordida sobre su pecho izquierdo.

— No, Renesmeé —murmuro Edward como si tratara de enseñarle modales.

Hasta ese punto, estuve consciente de que tal vez si correría peligro un poco con Renesmeé en mi brazos, el bebe estaba sedienta de sangre fresca y mi sangre era tan apetecible como cualquier humano que desfilara frente al as narices de Edward o Rosalie. No había pasado menos de medio segundo cuando las manos de Jacob ya estaban en su pecho, haciendo compresiones, tratando de mantener el ritmo. Uno. Dos. Tres. Cuatro.

Sus ojos estaban empapados de lágrimas que bullían sin cesar de sus ojos, seguramente maldiciendo a Edward y después a mí, con mi rayado optimismo de que todo saldría bien, Bella era la persona por la que más sentía afecto, le afectaba tanto que en verdad pudiera morírsele entre las manos, pero ella no moriría, simplemente se transformaría en algo que había elegido desde que había sabido la verdad acerca de Edward, así que alargar el proceso solo traería dolor para Jacob, quien se empeñaba en no dejarla escapar.

— ¿Que es lo que estas esperando? —gruño Jacob casi sin aliento, bombeando su corazón de nuevo.

—Toma al bebé —me dijo urgentemente Edward.

Tome la criaturita que Edward me dejaba a cargo, era la cosa más preciosa que había visto, me observaba con unos ojos chocolates muy brillantes, como si me reconocería a pesar de no haberme visto nunca, me había rendido a pesar de ser un poco peligrosa, pero por Bella, la cuidaría hasta que pudiera tomarla en sus brazos y darle ese amor que había leído muchas veces.

— Sálvala —susurre a Edward—, transfórmala en lo que eres, es la única forma de que ella salga con vida.

— Lo se —dijo Edward con un tono de impotencia—. Llévatela, no quiero que presencie esto siendo tan pequeña.

— No te preocupes —comento con una voz muy baja—, cuidare de tu hija.

Salí de la habitación con mucha premura, si para Edward y Jacob era difícil presenciar la casi muerte de Bella, para mi lo era aun más, yo no era un ser sobrenatural que todo le resultaba tan cómodo y fácil de aceptar, aun me costaba asimilar todo la sangre que había visto dentro de ese cuarto, aun estaba tan impresionada como el bebe que me observaba con mucha atención.

— Yo estaré aquí —le dije a Renesmeé—, hasta que tu mami pueda verte.

Renesmeé me regaló una enorme sonrisa, como si estuviera de acuerdo con mis palabras, su cuerpecito tibio se acurro junto a mi, mi corazón latió conmocionado, quizás así era como las madres se sentían al ver a sus hijos cuando recién nacían. Unos pasos venían hacia mi, cuando levante la vista, Rosalie venia con mucha expectación.

— ¿Es ella? —pregunto con un tono emocionado.

— Si, se llama Renesmeé —conteste comenzando alejarme con Rosalie del espantoso cuarto—. Necesitara un baño y también un tetero de sangre caliente, a mordido a Bella buscando alimento.

— Dámela —pidió Rosalie extendiendo los brazos—. Yo puedo ocuparme de ella, tal vez pueda morderte a ti también.

Le pase la bebe a Rosalie, pero inmediatamente se puso a llorar como si la hubieran puesto con algo espantoso y que le aterraba de sobremanera, movía sus bracitos como si pretendiera desprenderse de Rosalie, la vampira la observaba con atención, quizás no se imagino que ella la rechazaría, a pesar de los esfuerzos que había hecho por mantenerla con vida en el vientre de su madre.

— ¿Qué le has hecho Rosalie? —pregunto Alice mirando al bebe con curiosidad—, espero que no la hayas mordido.

— Como puedes pensarlo —dijo Rosalie con un tono ofendido—, se ha puesto llorar cuando Hannah me la dejado.

— Tal vez, esta incomoda con toda esa sangre —opino Alice arrugando la nariz—, ¿no deberíamos alimentarla?

— Y bañarla —opine pasando un dedo por las mejillas tersas de Nessie.

La hija de Bella se calmo la instante, gimoteo un poco y estiro sus bracitos en mi dirección, era más que una confirmación que las cosas más raras solían sucederme en este planeta de locos, o quizás fuera demasiado intrépida y me gustaba estar metiéndome donde nadie me había solicitado, como solía decirlo Caroline.

— Creo que deberías dársela a Hannah —dijo Alice con una sonrisa—. Y nosotras, Rosalie, debemos prepararla para que este cómoda, la pobre acaba de nacer. Tengo el vestido perfecto para esta ocasión.

Rosalie volvió a pasarme a Renesmeé bastante contrariada, parecía un poco herida en su orgullo que ella se sintiera más cómoda conmigo, ambas desaparecieran antes de que pudiera agregar algo, además no era mi culpa que ella se hubiera encariñado conmigo, quizás por que fui la primera mujer que vio después de su madre, pero jamás pretendía quitarle a Rosalie su derecho de compartir con la bebe eso que había perdido al convertirse en vampiro.

Cuando baje a la sala, Jasper estaba sentando en el borde del sofá, como si en cualquier momento fuera a salir corriendo, a lo mejor sentía el olor de la sangre de Bella inundando la casa, no debía sentirse nada bien, después de haber pasado unas cuantos horas desde su ultima caza, levanto los ojos con culpa, sus labios estaban apretados, como si al abrirlos no pudiera contener su verdadera naturaleza.

— ¿Estas bien? —le pregunte a Jasper con preocupación.

— No soporto el olor —dijo con los dientes apretados—. Tampoco el dolor de Edward y Jacob, pero tu esperanza hace que no me sienta igual que ellos.

— ¿Mi esperanza? —inquirí frunciendo el cejo.

— Estas tan llena de ella —contesto observándome con esa disculpa de no querer seguir siendo el mismo de siempre—. Que me confortas y me hace sentir la confianza de que Bella salga bien de ese experimento que están haciendo allá arriba.

Me senté al lado de Jasper para confortarlo, no se sentiría bien cuando Bella no fuera una neófito igual a los vampiro que había conocido en su pasado, se había convertido en esa persona que me había comprendido en este mundo al revés, era ese Edward que había estado conmigo en mi anterior estadía, y a pesar de sentirse mal consigo mismo, para mi era tan buen amigo como lo era Edward y Jacob.

— ¿Quieres conocerla? —le pregunte a Jasper mostrándole la niña—. Él es tu tío Jasper y esta casado con esa pelinegra, que seguramente te va vestir muy bonito.

— Es bonita —dijo Jasper observándola con reserva—. Parece estar muy unida contigo.

— Que no te oiga Rosalie —le comente haciendo mímica con los labios.

Jasper sonrió, Renesmeé deliberadamente siguió las risas del vampiro, era una vocecilla muy delgadita y parecida a esa campanitas para atraer la buena suerte, parecía muy cómoda en mis brazos sin importarle que tenia sangre en sus ricitos, a leguas parecía una niña común, pero en el fondo sabia que no era el bebe que aparentaba.

— Ya esta todo listo —menciono Alice haciendo que me sobresaltara—. Será mejor que tú la bañes, es posible que con Rosalie se ponga llorar de nuevo.

— Te escuche —dijo Rosalie aparentando estar ofendida—. Pero antes que eso suceda, lo mejor es que la alimentes, no sabemos hasta que punto se resista la sangre de Hannah.

La vampira, me paso un biberón lleno de sangre, no estaba por más decir que me resultaba un poco repugnante darle esto, en vez de un acostumbrado tetero con leche en polvo, pero si había mordido a Bella, lo más seguro que leche seria lo ultimo que le pasaría por su cabeza, ¿Cómo haría para sacarle lo gases o tal vez no los tendría como los bebes normales?

Renesmeé tomo con agrado el tetero que había preparado Rosalie, se lo tomaba con el gusto de estar bebiendo agua para la sed, este día parecía ser muy largo, incluso más largo que el día que termine encarcelada por darle a Jessica su merecido, y lo más extraño aun es que no sentía cansancio alguno, a pesar de que mi mejilla no esta del todo sana, me había olvidado del dolor que sentía, Renesmeé hacia olvidar cualquier cosa que no fuera ella misma.

Unos pasos cansados bajando por la escalera me alertaron, eran unos pies pesados que tenían toda la intención de dar su última batalla, Jacob sin duda venia acabar con la responsable de la "muerte de Bella", pero ella no estaba muerta, solamente estaba luchando por mantenerse en este mundo con nosotros. Cuando me volví con Renesmeé en brazos, el lobo la observaba con sed de venganza como si la muerte de la pequeña criatura, fuera a curarle la pena innecesaria que esta viviendo en esos instantes.

— ¡No! —le advertí—, no lo hagas Jacob.

Jacob me observo por un instante, luego dirigió su mirada hacia el bebe que tomaba sangre entre mis brazos, los ojos graves de la niña se posaron en él. En se instante el mundo de Jacob Black cambiaria para siempre.


Hola a todos de nuevo, casi que no vuelvo, pero ya saben este ritmo de ser docente te pone patas arriba unos cuantos días y casi todo un mes, pero no me he olvidado de la historia, ademas que me ha resultado un poco dificil la construcción de este capitulo y tenido que escuchar la cancion de Garbage por si la inspiración llegaba, pero la verdad estaba bien muerta.

Muchisimas gracias a todos los que continuan ahi esperando que vuelva, a los que me han puesto los mensajes en apoyo a esta historia, lo se el capitulo anterior fui un poco mala y los deje en la parte emocionante, la verdad no se como ha salido este, no he estado en mis mejores días y no estoy muy segura si esta a la altura del a historia, asi que ustedes juzgaran, pero gracias al cielo se termino el horribe libro de Jacob, es el libro más espantoso para adaptar, pero bueno al fin y al cabo muy importante.

Tambien quiero informarle, la historia de Hannah, al igual no he podido contonuarla, estoy atorada mentalmente, siento que estoy perdiendo la historia y tendre paciencia hasta que vuelva, pro ahora estoy escribiendo una pequeña historia, a ver si la mala racha del a inspiración vuelve, para aquellos que esten interesados se llama "Para siempre no se puede escapar" y he dejado ya le tercer capitulo, aqui les dejo el link, si lo quieren visitar.

http:/www. fanfiction. net/s/ 6368460/1/ Para_siempre_ no_ se_ puede_ escapar

Solo tiene que unir los espacios, espero que les guste y ahora si me voy, y de todo corazón muchas gracias por todos esos mensajes y nos faltan 41 para llegar a los 600, no se desanimen.

Hasta un próximo capitulo, hasta entonces...

;) Kathyarius