-Mi señor, estoy de vuelta. -Dijo el escolta entrando a la oficina de Korra haciendo salir al resto de los presentes porque el príncipe del sur había terminado de sellar papeles y escuchar algunas peticiones-
-¿Que ocurrió Tarrlok? -Preguntó él al vasallo, dejando su puesto en el escritorio que había ocupado por mucho rato caminando hacía una ventana tratando de mantenerse calmado, su cuerpo estaba tenso y su pecho lo sentía encogido, dependiendo de lo que Tarrlok le dijera se llevarían acabo decisiones transcendentales para su matrimonio-
-Sus sospechas fueron acertadas mi señor, Hiroshi no llegó a la casa Blackstone, en cambio fue el príncipe del fuego quien se presentó para reunirse con Asami.
-Ambos se quisieron burlar de mi. -Raava se paró con las piernas separadas y las manos detrás de la espalda mirando por la ventana frunciendo el ceño, mostrando sus colmillos a su reflejo en el cristal guardando un gruñido en su pecho, mantener esa postura era importante, de lo contrario sentía desmoronarse, darle la espalda a Tarrlok también. No debía dejar que el guerrero lo mirará siendo débil, dominado por las emociones que su infiel Omega provocaba en él ¿Cómo habían planeado ellos ese encuentro?-
-Mi señor, Iroh le propuso a su esposa aparearse y escapar. Aseguró alejarla de usted con éxito y le prometió darle una vida más digna que la que usted le da. Eso mientras agarraba la mano de Asami y besaba su dorso. -Agregó el vasallo-
-Dime la respuesta de mi hembra a la propuesta del hijo de Izumi. -El Alfa se esforzó por no sonar entrecortado y furioso- Palabras exactas de Asami. -¿Debía perdonarla? Eso explicaba porque su esposa había vestido con ropajes del fuego ese día, quería recibir elegante y digna a su amante. No podía ser, su hembra amaba a ese hombre y quien sabe cuántas veces más habían coqueteado a sus espaldas. Él iba a matar al maldito con seguridad, pero concebir en su mente hacerle daño a su Omega, continuaba siendo difícil. Lo que lo hizo tener la mirada perdida y respirar con dolor, Asami lo había engañado por completo-
-"Tengo un esposo y lo amo. No ostenta cinco estrellas en su traje pero es el señor de parte de éstas tierras y de mi corazón. Con él he decidido casarme y morir".
-¿Qué? -Korra volteó a mirar al escolta impresionado-
-No solo eso mi señor. Su esposa le ofreció una bofetada al príncipe del fuego si volvía a mencionar cualquier invitación de querer aparearse. -Tarrlok sonrió porque el lobo había quedado sin palabras, Korra tenía mucha suerte, esa hembra lo amaba, de lo contrario la Omega no hubiera dudado absolutamente en aceptar revolcarse con el Almirante, luego ir por Yasuko y escapar del sur a su propia tierra con ventajas en la guerra y protección para vivir en la libertad que Iroh le ofrecía, algo mucho mejor que estar encerrada, lejos de su terruño y con inestable capacidad de mejorar como ingeniera, algo que parecía encantarle a la mujer y por lo cual era discriminada por los ancianos de la tribu-
-Espero que ella no te haya visto mientras la espiabas y sea esa la razón de su respuesta a Iroh. -Él observó con detenimiento el rostro de Tarrlok queriendo asegurarse de la veracidad de la información del guerrero-
-Desde el lugar que ocupé para escucharlos y mirar en ningún momento nadie se percató de alguna presencia. Era un punto ciego para ellos y los guardias del Almirante mi señor.
-Comprendo, eres diestro en el arte de espiar. -Él recuperó su expresión estoica para volver a mirar por la ventana, estaba extasiado por dentro ¿Asami había actuado así? Aunque la única parte que hubiese preferido cambiar era la de abofetear al mequetrefe de Iroh por apuñalarlo, que su mujer le hubiese enterrado un cuchillo para exigir respeto. Su Omega había sido demasiado amable con el bastardo. Al parecer solo él provocaba a la hembra hasta ese punto de agresividad de sacar una daga, pero también sabía que contra el militar era lo más cruel que Asami podía ser, porque ese Alfa se había criado con su esposa, habían compartido mucho y eran de la misma nación, la mujer lo quería y por eso se comportaba agradable con Iroh. El hijo de Izumi tampoco había sido tonto, otro Alfa hubiese aprovechado la oportunidad para ultrajar a la hembra, dejarla embarazada a propósito y llevarla lejos sin preguntar, pero el Almirante sabía que de hacer eso Asami hubiera encontrado la forma de herirlo, escaparse y odiarlo-
-Me llevó muchos años de mi niñez perfeccionarlo mi señor. -Lo que lo protegió más de una vez de su propio padre, Yakone-
-Quiero saber el resto, cuéntame Tarrlok. -Pidió el príncipe del sur atento ¿Cómo había podido dudar de Asami? Aunque la mujer había tenido la oportunidad de escapar una vez más y estaba en el derecho de considerar cualquier ofrecimiento de otro Alfa por culpa de los maltratos recibidos por él, su hembra una y otra vez le había demostrado mantenerse a su lado, esa era la mejor prueba de amor de Asami, había actuado como un torpe cegado por los celos. Él no golpeaba a la Omega, no la humillaba, no la ultrajaba, nada de eso. Actos comunes de otros especímenes a sus parejas. Pero, para su esposa restringir su independencia y tratar de someterla era suficiente para hacerla sentir herida, porque la mujer no quería algo menos que ser respetada en todos los aspectos por parte de su esposo, no conformarse con solo no ser golpeada y abusada para decir que vivía en un matrimonio justo, la hembra estaba en lo correcto. Es como debían ser las cosas para construir un nuevo tiempo y una generación diferente. Libre de los actos subyugantes y que diera igualdad a todos, un futuro digno para sus cachorros porque él odiaría tener una hija, entregarla a un esposo maltratador y que su niña tuviera que aguantarlo hasta la muerte porque la sociedad lo aceptaba como común, el lugar desamparado y vulnerable de una Omega. Él lo sabía, era pelear contra su propia cultura y lado Alfa, pero sería un acto hipócrita amar a su madre, a su esposa y a sus cachorros pero no desear su bienestar, tapar el rostro que Asami le podía dar a ese cambio revolucionario, porque su lugar al lado de ella era apoyar y defender a la hembra, no ser un tirano con la mujer-
-Iroh le entregó un libro de ingeniería del vuelo a su esposa mi señor. Le encomendó estudiarlo y mandarle luego una conclusión. Quiere ver su perspectiva de ingeniera y su fidelidad a la Nación del Fuego.
-Explícate mejor. -Él no había entendido esa parte-
-Ver con que soluciones Asami rellena los huecos del prototipo de los globos y si ella es capaz de pasarlos de estáticos a dirigibles pero no compartir ésa información con la tribu de su esposo. El príncipe del fuego aseguró que Hiroshi lo había apoyado en esa decisión, fue como Sato le entregó ese libro. -Aclaró el norteño-
-Fácilmente pudo robárselo a Hiroshi y querer inmiscuirlo, al igual que haber alterado esa carta. -No lo sabía, a su suegro no le convenía que un Alfa diferente a él fuera a preñar a su hija, entonces no tenía sentido creer que Sato había apoyado el encuentro del Almirante con Asami. No obstante, de haberlo hecho Hiroshi también tendría algo que ganar, saber que su hija seguía siendo fiel a su nación y que Asami no era una mujer torpe para sacrificar la conveniencia de muchos por su libertad, ver que la Omega realmente amaba a su esposo y así liberarse de inquietudes- ¿Ella mencionó conocer algo de aerostáticos por mi? Es decir, que yo le había hablado de globos y la posibilidad de volar.
-No mi señor, su esposa recibió el libro y se despidió apurada con un beso en la mejilla de Iroh, su hembra parecía estresada de permanecer con el príncipe del fuego. El almirante intento retenerla pero Asami se fue dándole la espalda. -Respondió Tarrlok-
-Dile a los guardias que traigan mi traje y armas, tu y Noatak vayan a ubicar al Capitán General de la Armada del Fuego con discreción, cuando salga de mi casa quiero su posición exacta. Mis lobos les servirán de apoyó para evitar que Iroh escapé. -Ordenó él-
-¿Usted pretende matar al hijo de Izumi mi señor? Debería pensarlo con calma, la rabia no es la mejor consejera de un guerrero, mucho menos de un lobo. -Trató el Alfa de sonar humilde y respetuoso-
-Es mi honor Tarrlok y el que se atreva a decir lo que tengo pensado hacer al Jefe del sur le voy a partir el cuello. -Contestó Korra mostrando uno de sus colmillos al vasallo, dirigiéndose otra vez a su escritorio para guardar algunos pergaminos y sacar otros-
-Si mi señor. -Respondió Tarrlok bajando la cabeza, mierda Raava iba a comenzar una guerra por una hembra, eso era un desatino. La Nación del Fuego iba a pulverizar al sur-
-¿Dónde está Asami? -Preguntó El Señor de los Lobos deteniéndose en su apuro mental, estaba consciente de que debía atacar rápido a Iroh pero antes quería ver a su Omega-
-Su esposa paso por esencias y un perfume al pueblo antes de llegar aquí pero le aseguro que se encuentra en su habitación mi señor.
-Conozco para que las compró. -Asami quería enmascarar el almizcle del militar-
-Otra cosa mi señor, antes de terminar de darle mi testimonio sonará precipitado y no tiene nada que ver con su relación amorosa pero es imperativo para nuestra seguridad. -Habló el vasallo-
-Soy todo oídos. -Korra volvió a fijar su atención en su guerrero-
-Al comienzo de la charla que tuvieron su esposa y Iroh, el hijo de Izumi habló de "bombardear" a la tribu porque usted no dejaba de molestarlo a lo que Asami respondió ofendida mandándolo a callar. No lo entendí hasta después de que el Almirante sacará aquel libro y escuchar hablar de aerostáticos mi señor.
-Bombardear… Miserable insolente. -El iluso no solo estaba tratando de destruir su matrimonio, se jactaba de poder acabar con su tribu-
-¿Es lo que pienso mi señor? -Quería decir que el fuego tenía poder de ingresar y llegar al pueblo desde el cielo-
-Es posible, un detalle importante Tarrlok. -Reconoció él la agudeza del Alfa que sustentaba cada vez más sus sospechas, aquellos aerostáticos no estaban de adorno en el barco de Iroh-
-También soy impecable en lo que hago mi señor, Mako no es el único espía de élite que guardan las filas de su ejército. -Para Tarrlok fue importante decirlo, que el príncipe del sur se diera cuenta de sus capacidades y continuará dependiendo de él-
-Habilidad que apreció y te recompensare Tarrlok, hoy sellé las escrituras de tus tierras y las de tu hermano, la casa de ambos en el sur, les he concedido los caballos que prometí y por lo último te permitiré tener servidumbre para las comodidades que necesites en tu hogar, el que decidiste compartir con Noatak, todo en recompensa por el impecable trabajo de hoy. -Él alargó un pergamino al Alfa y colocó varios aparte-
-Gracias mi señor. -Esas eran excelentes noticias. Trabajar para la casa del hijo de Tonraq era satisfactorio, su sueño de un hogar pacifico y propio junto a su hermano estaba cada vez más cerca porque "El Señor de los Lobos" conocía muy bien como pagar a sus hombres, fuera por fidelidad o traición, la última una que no quería experimentar nunca. Por eso era una lástima lo que ocurriría con la Nación del Fuego. Sin embargo, él recibió el pergamino reverenciando al Alfa, más tarde tendría tiempo de echarle un vistazo a las escrituras, leerlo con calma, eso sí no moría antes del anochecer protegiendo la espalda de Korra, pero eran las consecuencias de haber cambiado la política al lado del Jefe de la tribu por una espada al servicio del príncipe del sur-
-Pronto sabremos si los globos del fuego pueden volar. Lleven su ropa de guerreros y armadura.
-Iremos preparados para matar mi señor. -Contestó el vasallo mostrando valor y fidelidad, aunque morir por otro fuera patético-
-Cálmate, ustedes no intervendrán hasta la respuesta del buque, seré yo quien mate a Iroh y su guardia real en tierra. Es mi asunto y responsabilidad. Luego alertaremos a mi ejército y protegeremos a los aldeanos. -Saber que hacer con Hiroshi, también era importante. Pero él tenía un plan, iba a culpar al príncipe del fuego de pretender abusar de su esposa y así apaciguaría un rato a la casa Sato, cómplice o no Hiroshi debía actuar de acordé, la prueba sería el libro que Iroh le entregó a su Omega, le permitiría a Sato irse y esperaría la respuesta de los otros militares en el buque, los que odiaban la presencia de extranjeros en la tribu los iban a apoyar en caso de entrar en batalla, los aerostáticos serían una incógnita hasta verlos aparecer y la respuesta de Izumi a la muerte de su hijo llevaría algunos días, pero él asumiría esa responsabilidad y la furia de Tonraq por cometer semejante disparate, manteniendo el contrato de materiales con el fuego y relación, porque el malo de la historia sería Iroh por irrespetar al príncipe del sur y planear bombardear a su tribu a espaldas del Señor del Fuego, no creía que Izumi estuviera al tanto de esos globos en el hangar de Cabeza de Dragón-
-Se lo explicaré a Noatak en ese orden mi señor. -Su hermano debía mostrar igual gallardía para seguir ganando puntos con el lobo aunque fuera una salvajada lo que se venia-
-Retírate, voy a prepararme. -Tal cual, obediente el espía disfrazado de escolta se fue y él se sentó un momento en su silla descansando su cuerpo mientras acariciaba la hebilla de su cinturón, el mismo que su hembra le había hecho y regalado- Asami… Estuviste a punto de destruir a la temida "Bestia del Sur" sin necesidad de utilizar ningún arma. Tienes un gran poder sobre mi. Me haces sentir débil y vulnerable pero me fuiste leal. -Porque su esposa no lo había engañado y tampoco delatado con Iroh, aunque iba a encontrar la forma de castigarla en la cama por besar en la mejilla al engendro descendiente de la realeza del fuego y tratar de encubrirlo para protegerlo. Entonces, cuando su traje llegó el se vistió acomodando su espada a una costado, dejaría el maquillaje y la cabeza de lobo para después, antes de estar listo iba a ver a su Omega. Agarrando los pergaminos que había puesto aparte del de Tarrlok del escritorio para meterlos en una bolsa de terciopelo, levantarse y subir a la habitación, llegando a la puerta del cuarto dejando los pergaminos custodiados por los guardias del pasillo, entrando sin tocar guardando expresión alguna en su rostro para ser recibido por la belleza y un rico perfume de Asami que fascinó todos sus sentidos. Su hembra había escogido bien las esencias de baño, esos aromas eliminaron el almizcle de Iroh por completo de ella, mientras la colonia tenía el objetivo de confundir a su nariz, hacerle imposible encontrar cualquier olor residual de ese entrometido Alfa en el ambiente. Manteniendo el silencio entre los dos para concentrarse dentro del cuarto, su olfato trabajaba mejor en ubicar lo que estaba localizando de esa manera, caminando alrededor de la mujer mientras la interrogaba para hacerla caer en su mentira, oliendo el aire tratando de ubicar el libro del que su guerrero le había hablado. Hasta llegar a la gaveta que emanaba el almizcle del Almirante y encontrarlo. Volteando a mirar a su amada caminando hacía ella despacio- Te escuché decir hace una noche que no sabías mucho sobre globos ¿Y éste libro? -Korra colocó la enciclopedia sobre la peinadora de su esposa, dejando que el libro se abriera en la página de aerostáticos-
-Mi padre me lo envió hasta la casa Blackstone. -Respondió ella de improviso tragando grueso rogando internamente que Korra no le preguntará con quién, de lo contrario ella tendría que confesarle lo que seguramente su esposo sabía, ella se había visto con Iroh-
-¿No fue por ti pero mandó ésta enciclopedia? -Él se quedó mirando fijamente a la hembra por el reflejo del espejo, Asami subió el rostro y le mantuvo la mirada-
-Quiere que haga un trabajo personal de escala y encuentre soluciones a ecuaciones inconclusas. -¿Cuándo Korra le iba a preguntar quién le había llevado ese libro? La espera era peor que la reprimenda-
-Parece que construirás aerostáticos. -El Alfa apoyó una de sus manos en el respaldo de la silla donde estaba sentada su esposa, el cabello de Asami todavía parecía algo húmedo por su baño, la mujer había estado cepillándolo despacio permaneciendo en su puesto frente a la cómoda de noche que ocupaba gran espacio en la habitación con su amplio espejo, varias gavetas llenas de joyas y accesorios, también lociones, perfumes, maquillajes y adornos por encima con un tallado en madera que llevaba rubíes del amanecer con oro exclusivo para Asami, la joya más costosa de ese tipo y difícil de encontrar por su color carmesí, algo en representación a la nación de su esposa-
-No, solo estudiaré y evaluaré los prototipos de la enciclopedia para mejorarlos. Mi padre me pidió hacerlo todo con discreción, no quiere compartir sus estudios con otras naciones, esperó entiendas.
-Pensé que tú prioridad eran mis barcos Asami. -Él admiro la piel blanca descubierta de su hembra que dejaba ver la ancha apertura de su vestido en la espalda, la Omega se había cambiado de ropajes-
-Destruiste los planos y libros que había conseguido para eso anoche Korra, mis resúmenes de lo más importante que el ingeniero marítimo Due compartió conmigo, el Beta de la tribu del pantano. -Ella respiraba con dificultad, su boca la sentía reseca y sus pies fríos. El Alfa estaba prácticamente encima de su humanidad. A poco de tocarla. Le generaba ansiedad no verlo explotar de rabia, escucharlo gritar, mostrarse violento. Despedazar esa silla y golpearla. Korra debía saber que había sido el hijo de Izumi quien le llevo ese libro pero no terminaba de preguntar como si estuviera disfrutando de no hacerlo. Ultimadamente su esposo le estaba dando miedo, odiaba ver ese lado del Alfa siendo y actuando como un animal-
-No te preocupes, voy a enmendarlo. -El príncipe del sur se volteó y se alejó de su esposa para ir a la puerta y agarrar lo que había dejado por fuera en manos de los guardias del pasillo caminando de regreso al cuarto a la mesa del centro de la habitación- Acércate, por favor. -Korra se sentó a un lado para no intimidar a su Omega, aunque la hembra era una mujer tan alta como él todo poder que le pudiese dar a su esposa para hacerla sentir tranquila lo haría-
-¿Qué quieres? -Las piernas le temblaban ¿Ese Alfa le iba a hacer algo malo? Imaginar una bofetada o un golpe de él era ver su rostro desfigurado, Korra tenía mucha fuerza, destruía a otros especímenes como papel, nada podía quedar de ella al recibir la misma violencia de su parte. Ella no creía a su esposo capaz, pero también admitía no conocer todo del príncipe del sur con los recientes comportamientos de Raava. Podía patearla y partirle ambas piernas, someterla y quebrarle los brazos, ultrajarla y estropearla por dentro, humillarla y darle un lugar peor al de una esclava en casa. Pero, ella se detuvo a medio andar luego de levantarse de su puesto y dirigirse a la mesa reconociendo lo que ahí había-
-Ven, te va a gustar. -Él le sonrió a la hembra llamándola con la mano- Planos del buque de guerra de Iroh II. También te conseguí otros libros de ingeniería marítima pero están en mi oficina ¿Puedes trabajar con ésto?
-"Cabeza de Dragón" ¿Espiaste a mi nación Korra? -Ella se quedó estupefacta ¡Lo sabía!-
-Shhhh… Recuerda que es un secreto. -El príncipe del sur se levantó de su puesto y se hizo al lado de su esposa- Te los daré para que trabajes pero se discreta y cuídalos bien. Los metí en cilindros de plata para que los mantengas asegurados.
-Son espectaculares. -No solo los cilindros de plata lo eran los planos también, la última y más actualizada ingeniería marítima de las cuatro naciones a su disposición-
-Podría rogarte que me construyeras aerostáticos, pero respetaré a tu padre y a ti. Sin embargo quiero que leas ese libro de ingeniería del vuelo para añadir defensas antiaéreas en mis barcos y para mí tribu. -Él resistió besar a su hembra, Asami lucía tan confundida y feliz que sus ojos parecían dorados, no verdes. Cualidad que él conocía y sabía que se atribuía a dos extremos de la mujer. Estar furiosa o alegre, no siempre, pero a veces sucedía y después de tantos años conociendo a la Omega no le asustaba reconocer los cambios de matiz en sus pupilas, atribuirlo como algo natural en ella porque jamás iba a olvidar que de ese color se habían mostrado el día de su matrimonio con Asami-
-Me gustaría intentar hacerte aerostáticos, es más transformarlos en dirigibles Korra. En un futuro donde figure otra guerra entre naciones no quiero desventajas para ti. -Su cuerpo había tenido cierta tranquilidad, Korra parecía relajado pero no entendía por qué actuaba amable cuando debía de responder completamente al revés, era imposible que su esposo no supiera lo de Iroh luego de oler el libro-
-Es perder el tiempo Asami, suponiendo que la Nación del Fuego y el Reino Tierra tengan aerostáticos o dirigibles hechos y funcionales, quedaríamos más rezagados invirtiendo esfuerzos en algo diferente a nuestros barcos. No hay tanta logística a mi alcance. Es más inteligente construir defensas para dejarlos en ridículo y destrozarlos . Todos están seguros que llevan algo revolucionario a la batalla, único y secreto, cegados por eso irán a su propia destrucción.
-Una defensa como ataqué, armas que derriben dirigibles y escudos contra bombardeó. -Eso era perfecto, ella no adoraba implementar su conocimiento para matar, hacerlo para asegurar vidas la harían trabajar motivada y orgullosa. Además, su Alfa tenía razón, no perder tiempo y recursos mantendrían al agua a la altura del resto de las naciones, lograr los cien barcos y defensas aéreas asegurarían ese lugar, aunque ella prefería rezar a sus Dioses y esperar que en su vida la guerra no fuera a tocar su puerta, una plegaria absurda porque el derramamiento de sangre por poder era igual de común en su tiempo como la lluvia lo es a mitad de año, un monzón de desgracias del que nadie nunca escapaba-
-Mandare a levantar una herrería tres veces más grande que mi armería que utilizas de taller, estará cerca del mar y al final del río, podrás trabajar a gusto con los materiales que tu padre traiga para pagar el aceite de roca. Estará listo en unos días. Debes cumplir tu promesa al espíritu del mar y deseo que me construyas barcos. -Él se quedó allí, muy cerca de su Omega pero evitando tocarla, aunque era lo que anhelaba hacer-
-Se me hace difícil entender como cambiaste tanto de actitud desde nuestra última discusión, en la mañana en tu oficina tampoco lucias sereno Raava. -Eso omitiendo mencionar a Iroh ¿Qué estaba pasando ahí? Se supone que su esposo iba a matarla no ha regalarle un nuevo taller-
-Quiero pedirte perdón por lo de anoche Asami, no tengo excusas para dañar tus cosas y tratar de someterte. Fui grosero y bruto. -Él agachó levemente la cabeza sin dejar de mirar a la mujer, como un cachorro arrepentido de haberse portado mal-
-También actúe fuera de lugar. No debí provocarte y golpearte el pecho, estoy apenada por eso aunque no lo refleje Korra. -Ella le desvió la mirada a su esposo, todo lo que decía era cierto, quería pedirle perdón- Sufriste mucho por esa herida, quiero que sepas que no lo hice a propósito, me remuerde la conciencia recordarlo. Pero entenderás que mi única defensa contra ti es mi orgullo.
-Los dos perdimos el control, está bien, esas cosas pasan. -El príncipe del sur se mantuvo en su lugar, quería que fuera su esposa la que iniciará cualquier contacto físico-
-Lo de la daga no tuvo que haber sucedido. -Agregó ella-
-La sacaste para protegerte Asami, te viste amenazada, mi error fue dirigirme hacía ti enfadado. -Eso y no recordar con exactitud cómo había ocurrido todo- ¿Dónde está el puñal?
-Tú me lo quitaste y mi madre lo recupero Korra, me preocupa tu memoria, siempre tiendes a olvidar cosas. -Y eso no estaba bien, ella necesitaba prestar más atención a lo que ocurría con ese Alfa-
-No importa, he recibido tantos golpes en mi vida durante combate que tener buena salud es lo único que me sorprende. -Luego él iría por ese puñal, su esposa debía mantenerse armada- ¿Quieres un arma diferente a una daga para ti? Puedo concederte tener lo que me pidas.
-Un cañón, quizás con eso logré poder intimidarte algún día de éstos, lo esconderé bajo la cama para nuestra próxima discusión, como mi cuchillo. -Dijo Asami chasqueando los dedos-
-Hecho. -Él sonrió porque sabía que la hembra estaba bromeando, su esposa le respondió con igual humor y eso calmo el ambiente entre ambos- Además del taller he decidido contratar a los ingenieros marítimos de Varrick para ti, vas a recuperar lo que destruí. Blackstone sigue en el Reino Tierra, ellos ahora me pertenecen.
-Korra, cada vez que ocurre algo entre los dos, cuando peleamos tiendes a darme cosas para conseguir mi perdón ¿Te habías dado cuenta? -Ella alzó una ceja reprochando esa actitud del Alfa-
-Me gusta complacer a mi mujer. -Contestó él excusándose, pero así lo había criado su padre desde que se desarrolló como Alfa, Tonraq le había enseñado que llenar a una Omega de detalles era parte de mantenerla complacida, tener a una esposa feliz no solo era hacerla gemir en la cama, también se trataba de ser un semental acomedido con la hembra-
-Es un mal hábito Korra, prefiero a que te comportes que ofenderme y luego tratar de comprarme con obsequios. -Explicó la mujer-
-¿Entonces no quieres la herrería ni los ingenieros? -El príncipe del sur esperó una respuesta-
-Yo no he dicho eso Korra. -Ella colocó una mano en la mandíbula del Alfa para atraerlo porque su esposo era un lobo astuto- Retráctate de lo que me haz ofrecido y me volverás a tener enojada. Esta vez lo aceptaré porque también fui grosera y te debo una disculpa.
-Traes de vuelta la dicha a mi vida. -El príncipe del sur soltó una carcajada, luego se calmó y la nobleza brotó de él- Te extrañe mucho anoche, no quiero que me tengas miedo, nunca te haría daño y trataré de que nada de lo que viste en mi se vuelva a repetir Asami.
-Confía más en mi entonces, te lo he dicho muchas veces. Ha sido el problema principal de nuestra relación. -Ella bajó la mano y la dejó en el pecho del semental, estaba tan feliz que casi podía saltar en un pie, Korra le había hecho una grandísima oferta y además parecía auténticamente arrepentido, era imposible para ella no derretirse con esa atención y los dulces ojos del Alfa- No te preocupes por el resto, un cachorro como tú no puede intimidarme. -Porque confesar o mostrar miedo a su esposo era una desventaja. Aunque debía ser cuidadosa, no tentar a su suerte otra vez con Korra porque no debía olvidar que él era un Alfa orgulloso y posesivo, además de un guerrero posiblemente traumatizado y envenenado, no solo el lindo espécimen que ella había conocido en su niñez y compartido aventuras durante toda su adolescencia-
-Me gusta ser un cachorro contigo y me encanta que hagas conmigo lo que quieras, te amo. -Él tenía tantas ganas de hacerla suya, darle placer a la hembra por una semana consecutiva por haberse comportado como toda una señora con Iroh y rechazar alas de libertad por no irse de su lado-
-Quiero un beso Korra, siento que me lo niegas para hacerme suplicar, lo haces adrede. Siempre eres así de mezquino conmigo. -Se quejó ella, las palabras y el almizcle de su esposo estaban surtiendo efecto. Aunque no podía olvidar que la incertidumbre de su encuentro con el príncipe del fuego la continuaba preocupando, el comportamiento extraño de Korra también, todavía mantenía el vello tras la nuca erizado por culpa del desasosiego, porque en cualquier momento su Alfa la podía hacer pagar por el agravio, pero dejaría todo pasar hasta estrellarse o no sufrir las consecuencias de eventos que ella no quiso que ocurrieran, su cuerpo urgía por unirse al de aquel semental-
-Quería evitar faltarte al respeto mi señora. -Pero las órdenes de su hembra eran absolutas y sagradas, besando despacio con amor a la mujer para sentarla en la mesa y ser atrapado por los muslos de ella, aumentando la rapidez de sus lenguas y las respiraciones de ambos con Asami atrayendo su cuerpo todo lo posible y hundiendo sus dedos en su cabellera ansiosa, la Omega guiando el camino de besos que él había decidido darle en el cuello para dirigirlo hasta sus pechos mientras suspiraba, los cuales al llegar encantado llenó de mimos con los labios, subiendo las manos para masajearlos encantado, sacándolos y atrapando los pezones hambriento para comerlos con la boca uno seguido de otro haciendo gemir a su esposa-
-No demoraste nada en ponerte duro Korra, siempre vives con ese afán. -Dijo ella agarrando el bulto en los pantalones del Alfa con una mano para apretarle el miembro, echando su cabeza hacía atrás arqueándose complacida porque Korra había subido otra vez por su cuello dando pequeños mordiscos, escucharlo gruñir de gusto la provocó tanto que trató de meter su mano en la ropa del semental para sacarle la verga, debía estar caliente y chorreando, quería mucho que su esposo la penetrará, comenzar a ser cabalgada por Korra, sometida por su fuerza y luego sentir su semilla dentro pero ella quedó atónita cuando de repente el semental se detuvo, mostró los colmillos y se separó de ella-
-Tengo algo que hacer, vuelvo luego. -Porque la excitación le estaba nublando el juicio, debía parar en ese momento o no habría vuelta atrás, odiaba tener que hacerlo cuando todo lo que su cuerpo le reclamaba era aparearse, sacar su miembro erecto, ubicar la entrada del coño de su esposa, meterlo y empezar a embestirla como un desquiciado, sentir lo estrecha y caliente que Asami era por dentro, darle en el punto que lograba hacer gritar de placer a la hembra, someterla con penetraciones constantes, profundas y rítmicas hasta derramarse en ella-
-¡Espera Korra! -Pero su Alfa se había ido, algo que la hizo sentir ofendida ¿Qué podía ser más importante para él que follarla? Dejándola así, prendida y mojada, ese semental era un tonto. Ella suspiró temblando, esta vez no de miedo si no de frustración, cerrando sus piernas con dolor en su centro, inflamada de necesidad mientras acomodaba su ropa. No entendía a ese Alfa, había llegado siendo un cachorro con ella y luego se había ido como un lobo. Debía calmarse, armar otra pelea con Korra por eso no estaba bien, bajándose de la mesa revisando los pergaminos con el ceño fruncido y recibiendo retorcijones de su útero, su estúpida Omega interior no entendía que no había sido culpa de ella ser rechazada por Korra, fue el atrevido quien decidió irse. Ella apretó sus manos, ese idiota ¿Cómo se había atrevido a hacerle eso? Volviendo a obligarse a prestar atención a los planos, haciéndose imposible para ella dejar de pensar en el insulto mordiendo su labio inferior hasta llegar a su cabeza la posible razón del por qué Korra llevaba su traje de guerrero, había ignorado su encuentro con el hijo de Izumi y rechazó aparearse con ella ¡Ese igualado no solo había espiado a su nación, también la había espiado a ella durante su salida de casa! Debía ser eso. Lo cual explicaba perfectamente la reacción de su esposo y comportamiento, llevándola a darse cuenta del próximo movimiento del príncipe del sur dentro de la tribu inmediatamente ¡Él iba a matar a Iroh! -¡Te amo pero me haces difícil no seguir enojándome contigo Korra! -Ella prácticamente corrió a la planta baja de la casa, debía evitar que su esposo matará al hijo de Izumi, eso metería a su Alfa en problemas. Por el bendito fuego de su nación, ella había dado una respuesta al Almirante ¿Por qué Korra no se conformaba con su fidelidad? Pero no, el cachorro debía ir y matar al militar para defender su honor, actuar como un espécimen pecho peludo, lomo plateado, pelotas de acero, miembro grande y macho de caverna para mostrar un punto, que él era mejor Alfa que su rival, eso era ridículo- ¿Dónde está el príncipe del sur? -Interrogó ella a un guardia en la entrada-
-Mi señor partió con Noatak y Tarrlok en su caballo, todos vestidos de guerreros y con armas. -Contestó el sirviente a su señora bajando levemente la cabeza-
-Demasiado tarde Asami. -Era una torpe por no haberlo deducido antes, solo esperaba que su esposo no cometiera una tontería y que nada le pasará. Tampoco quería ver a Iroh lastimado, escuchar sobre su muerte. Pero salir a pedir ayuda del Jefe del sur sería delatar algo de lo que no estaba segura, revelarse y hundirse, debía esperar y rogar que sus suposiciones fueran equivocadas aún cuando todo apuntaba a lo correcto, era demasiado tarde para intervenir- Espíritu del mar por favor, llévate a Iroh rápido del sur si él está sobre tus aguas, protege a mi esposo y líbralo de cometer una tontería porque temo que mis suposiciones sean ciertas, podrás saciar tu odio al fuego en otra ocasión, una donde tengas mis barcos y la victoria de tus guerreros esté asegurada. -Pidió ella cerrando los ojos y arrodillándose en la entrada de la casa-
-¡Arrrrrrrggggg! -Gruñó él muy fuerte tirando el catalejo que tenía en la mano al mar porque el bastardo de Iroh estaba lejos de su alcance, ese buque se movía veloz y la marea lo estaba ayudando, el hijo de Izumi había partido del sur antes que Sato y justamente después de verse con Asami, el maldito no tenía ni un pelo de tonto- ¡"La" quiero que destruyas ese barco, húndelo antes de llegar a su destino, su dueño tocó a una de tus hembras, mi esposa y vientre de mis cachorros! -Gritó él pidiendo al espíritu del mar ser escuchado, luego respiró profundo y se volteó- ¡¿Qué ocurre con mi nave?! ¡Demoran demasiado!
-Mi señor disculpe, no sabemos que está pasando. El mar insiste en devolver nuestro barco en una resaca. -Contestó exhausto uno de los guerreros encargados de la embarcación, una pequeña y ágil nave traída para servir al príncipe del sur. Pero a pesar de ser un experto en su trabajo, la playa no quería colaborar-
-Castiga a mi barco pero impulsa al de Iroh, parece que estás escuchando a uno de tus fieles seguidores pero no es a mi espíritu del mar. -Mostro él sus colmillos al agua que era tan azul y turbulenta como sus propios ojos, a las olas donde había lanzado el monocular. Pero no necesitaba al catalejo para volver a medir la distancia del buque con respecto a ellos, era más que obvio que no había oportunidad de alcanzar a Iroh con el retraso de la embarcación de la tribu- Vámonos, no fue hoy pero si ese miserable no muere ahogado en algún momento Iroh me las pagará.
-Entendido mi señor. -Había respondido Noatak mientras su hermano volvía de otro extremo de la playa, agradecía a los espíritus por retrasar a Korra y llevarse lejos al militar del fuego, de lo contrario una guerra habría comenzado aunque el príncipe del sur les hubiese asegurado ser el único castigado, porque la rivalidad del agua y el fuego siempre había existido, un empujoncito y muchos se aferrarían de eso para matar viejos rencores-
-¿Qué dijo Korra? -Preguntó Tarrlok a su hermano, debía saber que hacer con los demás guerreros que estaban intentando sacar el barco a la marea. Al llegar a la playa luego de ubicar al príncipe del fuego, Iroh les había llevado una ventaja por zarpar antes de tiempo. Lo cual enojo al lobo y los hizo ir a buscar un barco inmediatamente, pero a pesar de ser uno cercano la nave se negaba a salir-
-Va a desistir de perseguir a Iroh. -Respondió el norteño- Ordena a los Alfas retraerse y anclar.
-Que suerte. -Exhalo Tarrlok- Luna gracias por apaciguar a tu cachorro, está igual de chiflado que Noatak, debe ser porque ambos nacieron de noche con tu luz llena.
-¡Silencio hermano! -Noatak divisó llegar a un guerrero por el príncipe del sur-
-Mi señor, su padre lo solicita en casa, Beifong y Sato están a poco de partir y quieren hacer un consejo de guerra. -Avisó el hombre recién llegado-
-Te escuche. -Korra recibió el mensaje y limpio su maquillaje de guerrero mojándose la cara con agua del mar- Lleven mi armadura a casa, voy con el Jefe del sur, seguiré por mi cuenta con éste guerrero a partir del pueblo.
-Si mi señor. -Respondieron los hijos de Yakone-
-Hace mucho que no tengo un consejo de guerra. -¿Acaso su padre se había enterado de sus planes con Iroh? No, muy rápido. Debía de tratarse de algo diferente, cabalgando veloz hasta llegar a casa de Tonraq, bajando de su caballo y entrando a la casa para dirigirse a la oficina-
-Demoraste en aparecer Korra. -Dijo el Jefe del sur a su hijo-
-Estaba en la playa entrenando con mi traje y armadura padre, me disculpo. -Él saludo a Hiroshi y a Lin con igual respeto- ¿Iremos con los ancianos padre?
-No, haremos el consejo de guerra aquí, en mi oficina. Solo los cuatro. Seré breve y preciso. Presta atención porque no voy a repetir nada.
-Si señor. -Agachó Korra la cabeza ante su padre, Sato decidió tomar asiento y Beifong se mantuvo de pie al igual que él-
-Iroh dejó el sur, ha partido primero para la Nación del Fuego con urgencia. Debe proteger a Izumi. Sato irá con Beifong al Reino Tierra. El militar a cargo del restablecimiento del orden por muerte de la Reina parece negarse a devolver el poder al heredero y ser el culpable del atentado, Suyin requiere apoyo.
-Pude confirmar que Iroh se fue padre, pero no sabía que la casa Sato iría a dar la cara a una nación en caos. -Korra miró a su suegro- Tampoco nada sobre una revuelta que requiriera atención de la autoridad de Ciudad República.
-Se trata de una información de último momento cachorro, exigió decisiones agiles. -Habló Lin-
-Seré la cara de la economía del fuego en el Reino Tierra Korra, se debe hacer o mis intereses pueden verse afectados. -Respondió Hiroshi sonriendo relajado-
-No perderemos mucho tiempo en éste consejo, les daré indicaciones, la mejor ruta por navegar para llegar lo antes posible a su destino, hombres y cofres con oro para sustentar cualquier necesidad que salga en el camino.
-¿Quieres que vaya con ellos o aparte padre? -Preguntó el Alfa esperando que se le asignará alguna tarea dentro del desembarco, Tonraq había solicitado su presencia en aquella reunión, debía ser para darle un papel importante, pero su padre demoraba en entregarle instrucciones a él-
-No Korra, tu permanecerás en la tribu. -Respondió Lin-
-¿Por qué? Puedo hacerlo, ustedes necesitan protección. Padre, no entiendo. -Se dirigió él otra vez al Jefe del sur confundido- Me ofende que me llames a éste consejo de guerra solo para escuchar.
-Estas mejor aquí Korra, ella quiere hablar contigo pero no le daremos ese gusto. -Respondió Tonraq a su hijo-
-¿Quién me quiere ver padre?
-Kuvira, cachorro. -Respondió Beifong- Esa hembra sabe que el príncipe del sur acabó con Unalaq y despedazó a Zaheer, está reconociendo tu poder y quiere negociar contigo.
-Es decir, engatusarte. -Agregó Hiroshi aclarándose la garganta- Iré con Lin y trataremos de mediar, el Jefe del sur nos prestará su custodia hasta la frontera pero no se inmiscuirá.
-Si quiere verme la enfrentare, no le tengo miedo. -Dijo él a su padre, recordaba a esa mujer, el militar de Zaofu que observó entrenando en uno de los patios de la casa de la Matriarca Suyin, su excelente condición física y el olor de sus feromonas ¿Cómo una Omega había ganado el poder suficiente para negarse a devolver una nación tan amplia como la tierra y preocupar al resto de gobernantes en el mundo?-
-Evitamos el encuentro de ambos para negarle alcanzar más poder a Kuvira hijo, reunir a la temida "Bestia del Sur" con la famosa "Gran Unificadora" la exaltará ante sus enemigos, aunque te niegues a sus pedidos estar juntos solo le dará poder a ella y pondrá nerviosos al resto de naciones. No debemos olvidar que nuestro lado es con la casa Beifong y el Señor del Fuego. -Explicó Tonraq-
-¿Por qué nombras al fuego padre? -Eso lo hizo fruncir el ceño, él sabía que Hiroshi iba a mediar con el militar rebelde de la tierra para ganar una posición con diplomacia no para apelar a una decisión-
-Kuvira le declaró la guerra al fuego hijo. -Respondió el Jefe del sur-
-Es una loca. -Resopló Sato- Una perra con un ejército tan grande como su propia nación. Ella está asegurando que Izumi le roba recursos al Reino Tierra, que el fuego es un explorador de sus riquezas y gente para excusar sus acciones con los demás, quiere recuperar asentamientos, también a la capital de la República Unida de Naciones, incluyendo ésta misma según Raiko.
-Desea guerra, expulsar las colonias de extranjeros en el Reino Tierra y totalizar. Acabar todo lo que el Señor del Fuego Zuko y el reconocido iluminado gran monje Aang lograron al terminar la guerra de los cien años para los foráneos. -Añadió Beifong-
-Y si no la detenemos a tiempo, el agua también terminara figurando como un enemigo para ella. -Dijo Tonraq-
-Con toda razón debo de asistir. -Habló el príncipe del sur colocando una mano en el pomo de su espada-
-No, tú no eres Jefe, te falta experiencia y sigues en recuperación. Debemos tratar de negociar lo mejor posible sin perder en el intento. Negarle encontrarse con el agua y confiar en el Jefe de Policía y la casa Sato. Quizás puedan detener su ímpetu y luego su rebelión acabe por si misma.
-Mi hermana Suyin solo está pidiendo un respiro y apoyo, intentaremos dárselo mientras ella encuentra otras soluciones para el Reino Tierra. Evitar una guerra entre naciones es lo principal cachorro, a veces las milicias revoltosas tienden a desaparecer o destruirse internamente por ambición de poder de sus propios soldados. -Agregó Lin- Kuvira es una Omega, no sabemos que hizo para ganar todo lo que ha logrado, pero aún falta ver la lealtad de sus hombres y militares a su lado. Después de todo ella traicionó a Suyin, es muy probable que termine siendo pagada con la misma moneda.
-Tengo que enviar más de mis hombres a los templos del aire y fijar la lealtad de la tribu del norte padre. -Debía hacerlo, era urgente-
-Da la orden hijo, estás en lo correcto. También estoy convencido que Kuvira te pedirá poder acceder a esas tierras para no verte como un enemigo. Tu camaradería y tus banderas, en el aire para recolectar comida y en el norte para pedirte guerreros. Con eso y tu nombre a su lado, destruiría a la Nación del Fuego.
-Al ver qué me negué a su solicitud para reunirnos ella querrá castigarme apropiándose de lo mío. -Dijo Korra, mierda él quería ir y verse con esa hembra, enfrentarla y acabar con sus aspiraciones, pero también estaba consciente del poder de la Omega, el ejército que antes de pertenecía a Zaofu y a la Reina Tierra eran de Kuvira, un descuido y sería él el asesinado y destruido con su tribu-
-La mujer tiene poder pero aún desconocemos su capacidad, hablar de que pueda quitarte el norte y los templos del aire es adelantarse Korra, tranquilízate y vive tu vida normal. Además, Tenzin posee sus propias defensas y el norte una barrera natural contra enemigos. Es prematuro asegurar algo, la podemos amedrentar mientras vea unión entre naciones y consecuencias. -Dijo Lin-
-A mi hijo no le gusta subestimar a sus adversarios Beifong, no importa que sea una hembra, le he enseñado que no hay diferencia entre Alfas u Omegas mientras éstos sean guerreros.
-La torpe costumbre del Reino Tierra de entregar poder a sus Omegas nos trajo a vivir éstas consecuencias. -Habló Hiroshi porque a diferencia del resto de las naciones la tierra tendía a colocar a sus Omegas varios escalones por encima a lo que normalmente se acostumbraba, permitiéndoles puestos de poder, potestades y autoridad-
-Las guerras siempre existirán Sato. -Respondió el Jefe del sur al hombre- Korra cuidarás de la tribu mientras voy y vengo. No me demorare en escoltar a nuestros aliados. Beifong protegerá a Sato y estarán en una posición ventajosa para salir del Reino Tierra si algo no deseado ocurre. Tenemos todo planeado. Lo que ocurra con las cuatro naciones luego de eso, definirá entrar en guerra o dejarlo como un problema interno de la tierra.
-Continua sin gustarme no poder ir. -Gruñó de mala gana el Alfa, pero su padre explicó el resto para dirigirse a partir. Él no pudo hacer nada más porque eran órdenes del Jefe de la tribu, aceptando todo con la cabeza agachada. Debía respetar la sabiduría de Tonraq, también admitir que eran buena decisiones las que su padre había tomado- Señor Sato, espero le haya ido bien anoche. -Saludó Korra de cerca a su suegro antes de que saliera de la oficina-
-Los coños del sur son espectaculares, una experiencia que no olvidaré en mucho tiempo. -Sonrió ampliamente Sato palmeando en los hombros al esposo de su hija-
-Lo sé, vengo de uno. -Respondió el príncipe del sur-
-No hablaré del coño de tu madre Korra ¿Quieres que el Jefe del sur me mate? -Hiroshi se carcajeó, al otro lado de la oficina Beifong hablaba con Tonraq dándole un remedio para el mal del viajero. El Alfa estaba esperando por Bato, el hombre que navegaría el barco que los iba a llevar al Reino Tierra, para saber las condiciones en las que viajarían-
-¿Señor Sato irá a despedirse de su hija? -Preguntó Korra-
-A penas salga de aquí yerno, tu padre quiere partir lo antes posible.
-Asami está en casa, trátela bien por favor. -Pidió él educadamente- Lo mismo le pido para Yasuko. Las dos son igual de importantes para mi, no lo olvidé suegro.
-Por supuesto, no quiero despertar la furia de la aterrorizante "Bestia del Sur" contra mi. Puedes estar seguro. No soy Iroh, un testarudo al que le gusta jugar con su suerte. Nos vemos luego y espero que para nuestra próxima vez mi hija tengo un cachorro tuyo en su vientre.
-Es mi deseo al igual que usted Señor Sato, verá a un heredero en mi trono cuando sus pies vuelvan a tocar el sur. -Hiroshi lo palmeó otra vez en un hombro y se fue custodiado por sus soldados, preguntarle al respecto del libro de ingeniería del vuelo estaba de más, no había tiempo para eso y sería exhibir muchas cosas, como su espionaje a su esposa, querer matar a Iroh y dudas hacía la Nación del Fuego, viendo pasar a Lin cerca yendo hacía afuera-
-Usted irá a despedirse de Kya supongo, que le vaya bien. -Le sonrió él con picardía al Jefe de Policía pero Lin gruñó y se fue con el rostro enrojecido, ese Alfa no tenía remedio, pero debía ser precavido en su desembarco en el Reino Tierra aunque no le preocupaba demasiado, Beifong era un guerrero diestro y pulido, podía salir victorioso de la mayoría de problemas con los que se topará-
-Korra, tengo que hablar contigo algo más. Aprovecharé la brecha que me queda antes de partir. -Dijo el Jefe del sur a su hijo, ambos solos en la oficina-
-Te escucho padre. -Se colocó él firme y atento-
-Esta situación nos ha tomado a todos de improviso aunque no es una sorpresa. Debes mentalizarse en viajar al Reino Tierra para enfrentarte con Kuvira en cualquier momento si no sacamos nada productivo de su reunión con la casa Sato y el Jefe de Policía de Ciudad República. Ganaremos los otros recursos que necesitamos para el sur luego de su devastación antes que Izumi y demostraras a los ancianos que no cabe duda que mereces ser el siguiente Jefe de la tribu.
-Padre… Lo comprendo, eres tú quien me lo niegas ahora mismo. Ir hasta allá y acabar con esa mujer. -Se refirió él al General de Suyin-
-Estoy siendo democrático y precavido, admito tu fuerza pero no tiraré a mi cachorro herido a lo desconocido. Lo que me lleva a pedirte algo igual de importante. -Tonraq se sentó de golpe en la silla de su escritorio cruzando las piernas como un barón-
-¿Qué puede ser padre? -Él subió la barbilla orgulloso pero se mantuvo respetuoso con Jefe del sur-
-Pakku quiere que tomes a su hija de esposa. -Soltó Tonraq haciendo arquear una ceja de su cachorro-
-¿ Visola ?
-Previniendo la guerra que se avecina debes asegurar el norte casándote con esa hembra, también quiero que escojas a otra mujer del sur y te cases inmediatamente. Puedes quitarle el título de esclava a Yue y comprometerte con ella, veo que esa Omega te trata bien y parece amarte. -Era igual de hermosa como atenta, respetuosa y sumisa, una perfecta candidata para su hijo-
-A mi esposa no le gustará padre. Además, me parece descarado que no me hayas concedido la libertad de Yue antes por castigar a su padre Arnook, pero si ahora que me quieres ver casado con una hembra del sur.
-Yue es de sangre real, viene de un trono. El error fue de su padre por revelarse contra mí. Pero ella lo puede enmendar. -Explicó Tonraq-
-No padre. -Se negó el Alfa incomodo-
-Tu hembra, ¿su olor ha cambiado?
-Asami… Ella… -Korra entendía la pregunta, el olor de una Omega cambia cuando está embarazada, pero su esposa seguía oliendo igual que siempre-
-Entonces aún no está embarazada. No tiene palabra ni potestad en éstas decisiones porque no ha sido capaz de darte cachorros Korra. -Se movió el Jefe del sur en su silla, quería algo de hidromiel pero no podía salir de viaje borracho-
-Estoy trabajando en eso créeme padre.
-Con demasiada insistencia diría yo, tanto que temo que dañaras el útero de Asami antes de poderla preñar. -Contestó Tonraq, pues las jornadas de apareamiento de su hijo con la Omega eran extensas-
-Hmmm… Aunque esté bien dotado soy cuidadoso con ella padre. -Le pareció pertinente aclarar a él-
-Tres úteros a disposición son mejor que uno, es todo lo que diré. Tanto para Asami como para ti. La dejaras respirar tranquila fuera de sus calores, tú no tendrás que contener tu semilla y las posibilidades de tener nietos serán definitivas. Me preocupa que el mercurio te haya dejado estéril.
-Padre los cachorros no son como la nieve en las tribus agua. Demoran en aparecer y crecer en el vientre de las hembras. Asami puede estar embarazada, un olor de una Omega en cinta no cambia hasta después del tercer mes. -Trató él de defender a su esposa, también conocía la posibilidad de haber perdido su habilidad de embarazar a las hembras por haber sido envenenado pero no lo creía posible, su semilla aún lucía saludable-
-¿No lo entiendes Korra? -El Alfa se hizo hacía delante y afincó con fuerza uno de sus dedos sobre el escritorio- Me niego a pasar por lo mismo que tuve que vivir contigo cuando las heridas que te provocaron los bárbaros en el Reino Tierra casi te matan. Si la desgracia nos toca, mueres en batalla y no dejas cachorros harás que tu madre caiga en locura además de perder mi linaje, déjale un consuelo a Senna. Tus cachorros la harán muy feliz y evitará que ella quiera irse junto a ti.
-Tu nunca tuviste otros cachorros con otras hembras padre. -Porque él era hijo único a pesar de que Tonraq era un mujeriego-
-Fue por una promesa que actualmente me hace ver mis limitaciones, varios Alfas como tú en otras camadas y nadie pensaría ni si quiera en invadir el sur o armar una guerra donde tenernos de enemigos. Pero preferí escuchar a tu madre, coloqué mi fertilidad en riesgo y la perdí. -Porque los anuladores para Alfas también existían, era una planta que quitaba fertilidad a la semilla pero tenía como efecto secundaria dejarlos estériles de por vida o impotentes. Tonraq había tenido que sufrir ser estéril, su potencia no se había visto afectada. Aunque la semilla en los sementales que utilizaban la planta se veía igual de espesa lo único que la diferenciaba de una limpia era que no podía preñar a una hembra. Otros métodos anticonceptivos para los Alfas y contra enfermedades de transmisión sexual eran los condones de intestino de oveja o pescado, mientras que el pesario de bloque lo utilizaban las Omegas cuando no podían acceder a los anuladores para evitar embarazos no deseados- No quiero que cometas mis mismos errores Korra. Entrega cachorros fuertes a tu nación para sentir orgullo, el agua necesita que dejes guerreros como tú, muchos. Si morimos también lo hará nuestra sangre y poder en el campo de batalla. Tienes a tu madre y a la tribu, ellos no serán cachorros descobijados si no vuelves al sur. No le niegues guerreros a tu nación, mi abuelo fue uno, mi padre otro, yo el siguiente y tú no serás el último.
-No ganaré guerras preñando hembras, es en batalla padre.- Aunque deseaba mucho quitar el título de esclava a Yue para que la mujer viviera como quisiera fuera de casa pero no a expensas de la felicidad de Asami-
-Arrrgggg… Visola vendrá del norte y tomarás a otra hembra del sur, vas a poseerlas y darás posible descendencia a todas antes de partir al Reino Tierra dejando tu semilla dentro de ellas muchas veces. Acabaremos con la duda de tu fertilidad y la espera de una buena vez en menos de un par de meses.
-Asami me odiara, mi matrimonio es importante para mí padre. A las Omegas no les agrada compartir a sus esposos aunque finjan aceptarlo.
-Es estrategia Korra, se hará si debes ir a pelear contra la tiranía del Reino Tierra. -El Jefe del sur estaba comenzando a perder la paciencia-
-Quiero ganarme cada vez más el amor de mi hembra y su respeto padre, compartir mi cama con otras no es el camino, lograré todo lo contrario si lo hago. -¿Por qué Tonraq le salía con ese tipo de cosas ahora? Tenía que ver con su demora para darle un nieto por fingir un falso matrimonio que luego se convirtió en real, lo sabía, pero pronto él le daría cachorros que llamar nietos al Jefe del sur-
-¡¿Amor?! ¡¿De qué hablas cachorro tonto, si otra nación viene y se apodera de tus tierras, esclaviza a tu gente y destruye tu cultura crees que ellos lo harán con amor?! ¡Eso no construye imperios o causa terror a los enemigos cuando los tengas sobre ti porque fuiste un necio que no quiso asegurar su poder y defendió sus intereses con todas sus armas y posibilidades!
-Mi hembra…
-¡¿Tu hembra?! ¡Ella no sabe de guerra, son tus decisiones Korra, serás el futuro Jefe de las tribus, un Alfa que no debe esperar lo que le ordené su esposa! -Interrumpió Tonraq echando con furia hacia atrás la silla para levantarse, desbaratando las patas del asiento dejándolo chueco e inservible-
-Construiré mi legado a mi modo padre, no con matrimonios políticos. -Se mantuvo él inflexible-
-¡Ahhhh, espíritus que lástima! Forme con mis propias manos a un guerrero soberbio y temido por extranjeros. Digno hijo de la luna y el mar, al nivel de ser comparado con Kuruk y Sokka pero débil con las Omegas. -Se quejó el Jefe del sur mostrando los colmillos que aún mantenía en la boca- ¡Es culpa de tu madre! ¡Te consintió demasiado y por eso estás convencido de que todas las hembras son como Senna, no tienes maldad contra ellas y te dejas mangonear!
-Lo dice el que se revolcaba en orgías después de sus victorias en otras naciones, no con tres o cinco Omegas si no con docenas por días. -Recordó él a su progenitor-
-Era un alfa joven tenía que apaciguar mi libido porque tu madre estaba lejos de mi. Además, era yo quien cabalgaba a las hembras, sometía y obtenía placer de ellas. Nunca permití otra cosa, darles poder, opinión sobre mis decisiones, que encantarán mi corazón al punto de cegarme. Tú te dejas manipular de Asami y ella te tiene a sus pies, seguramente se niega a complacerte en la cama cuando está enojada contigo y se lo permites en vez de poseerla a la fuerza para darnos cachorros.
-¿Dices entonces que mi madre es una perra sometida y quieres que haga lo mismo con Asami? -Se atrevió a decir él-
-¡Respeta a tu madre o voy a recordarte lo que es ser apaleado hasta hacerte arrodillar! ¡Senna es mi esposa, como tal conoce su lugar, la tuya no, esa es la diferencia Alfa mentecato! –Tonraq se acercó directamente a su hijo y le mantuvo la mirada gruñendo, colocando el dorso de su mano con fuerza en la mitad de su pecho para desafiarlo. Si Korra quería pelear le daría el gusto, pero el cachorro bajo los ojos y se mantuvo tranquilo- Te casaras con Visola y aseguraras el norte, le darás cachorros. Te casaras con Yue y aseguraras el sur, le darás cachorros. Asami te unirá con el fuego y le darás cachorros. Cuando vuelvas del Reino Tierra y todo se estabilice en las naciones, te casaras con una Omega de la tierra y le darás cachorros, punto final. -Tonraq trato de calmarse pero no quería ver más a su hijo, lo enojaba, Korra era un blandengue con las mujeres. Él también tenía la culpa, no solo Senna. Debía haber dejado que el cachorro gozará de las mieles de cabalgar a una hembra desde que se desarrolló como Alfa y quizás hubiera crecido con una mentalidad diferente, no las admiraría tanto como lo hacía, pero había tenido miedo de que Korra se perdiera en el gusto de poseer a una dama que se volviera indisciplinado. Sin embargo ahora tenía todo lo contrario y eso tampoco era bueno. Él pasaría rápidamente por la casa de Hama otro día, necesitaba asegurarse que Asami no estuviera embrujando a su hijo, porque las mujeres del fuego tenían conocimiento y capacidades importantes en la hechicería, esa hembra podía destruir a su cachorro. Pasando por la sala de la casa al salir de la oficina porque Bato estaba retrasado en llevarle su reporte, despidiéndose de su esposa dándole un largo beso que Senna interrumpió al ver a su hijo aparecer, prácticamente empujándolo lejos y dando su amor al cachorro en vez de seguir entregándoselo a él, las consecuencias de ser un marido infiel eran esas, su esposa lo había bajado de su pedestal para colocar a Korra como su única prioridad y amor eterno en la vida-
-Madre. -Sonrió Korra a la mujer viendo irse de la casa al Jefe del sur con el ceño fruncido pero diciéndole entre labios "Cuídala mucho" refiriéndose a Senna, a lo que él respondió a su padre disimuladamente agachando un poco la cabeza antes de recibir caricias y besos en el rostro por parte de Senna-
-¿Que hace mi cachorro aquí? -Preguntó la mujer con los ojos brillantes de felicidad- Siéntate, voy a prepararte algo rico para ti. Te quedaras a comer conmigo. No recibiré una negativa de respuesta Korra. Vienes con tu traje de guerrero, que apuesto te ves.
-Hablaba con Tonraq madre y con gusto acepto tu invitación. Aprovecharé para pedirte consejo ¿Puedo? -Quedarse en casa de Senna un rato le serviría para estar lejos de su esposa, terminar de calmar sus pensamientos con respecto a lo sucedido con Iroh, lo enojada que Asami debía estar con él por dejarla a comienzo de faena y escuchar la opinión de su madre sobre las órdenes del Jefe del sur-
-Siempre mi cachorro, acuéstate en mis piernas, quiero acariciar tu cabeza. -Recibió ella a su hijo colocando de almohada la parte superior de sus muslos. Tonraq le había comentado que tendría que salir y escoltar a sus aliados al Reino Tierra pero que no llevaría a Korra, saberlo la ponía intranquila- Antes de eso cariño ¿Tu padre estará bien allá a donde va? Temprano no me quiso decir mucho, escuché la palabra guerra. Me preocupa que zarpe a un lugar peligroso.
-No te estreses madre, te lo aseguro. Tonraq no corre peligro acompañando a Sato y Lin. Pero encomienda a tu esposo a los espíritus, los guerreros nunca estamos exceptos de morir ni si quiera en nuestra propia casa. -Recomendó el Alfa-
-Lo haré, pero dime ¿Para qué soy buena?
-Padre quiere que me casé con la hija de Pakku para asegurar el trono del norte por culpa del desorden en el Reino Tierra.
-Ouh, no sabía nada de eso.
-Tonraq me llama débil por no someter a mi esposa como se debe madre. No quiero tratarla mal, obligarla a vivir con mis decisiones. Se supone que somos pareja, ambos deberíamos estar contentos. Casarme con otras mujeres aunque se trate de política la enfurecerá .
-Estas en lo correcto hijo.
-Mi padre me quiere forzar a hacer cosas que nunca hizo contigo Senna, casarse con otras hembras o tener cachorros de otros vientres.
-Korra, tienes que tomar en cuenta que eran tiempos diferentes, tu padre luchó mucho por alcanzar el poder y ambos nos enamoramos, lo cual fue perfecto para Tonraq porque fui su mejor opción para ser nombrado como Jefe del sur. La tribu no estaba tan abierta a extranjeros y eran años más prósperos. Pero las recientes riquezas descubiertas en nuestro suelo y el movimiento del mundo nos obligan a actuar diferente para sobrevivir hijo.
-¿Entonces debo mentalizarme a tener muchas esposas y cachorros para sellar con sangre la fidelidad de otros madre? Tonraq no solo desea que me casé con Visola , también quiere que despose a Yue y otra mujer de la tierra a futuro aparte de Asami.
-Nada me haría más feliz que tener la casa repleta de tu descendencia Korra, cachorros de mi precioso hijo igual de encantadores a él. También debo admitir que es una buena idea casarte por beneficio y protección, reduciría tus visitas al campo de batalla, aumentando tu longevidad y dándome dicha. Pero no voy a defender la posición de Tonraq en su totalidad, porque también estoy de acuerdo contigo. Lo que piense tu esposa debe considerarse importante para ti.
-Madre, quiero que seas sincera conmigo. Sé que amas mucho a Tonraq, no lo puedes negar, pero a través de los años he visto que haz cambiado con mi padre ¿Es por qué él te fue infiel muchas veces?
-Korra, la naturaleza de un Alfa es difícil de cambiar. De esa forma es tu padre, un mujeriego. Lo que me hizo daño y endurecerme. Sigo amándolo como el primer día que lo conocí, pero hay heridas que nunca se olvidan y nos hacen guardar rencor. -Ella apretó su mandíbula con un nudo en la garganta-
-Es exactamente por lo mismo que no deseo tomar a otras hembras madre. Gracias, está más que claro para mí ahora Senna.
-Si no quieres no lo hagas hijo, está bien. -Sonrió ella esforzándose, porque en realidad tenía ganas de llorar por culpa de Tonraq y su irremediable forma de ser, pero le agradecía a los espíritus haberle dado a un noble cachorro como Korra-
-Aunque no le agradará a mi padre.
-Trata de que Asami te de un cachorro pronto entonces hijo, también estoy ansiosa de la espera. Ambos han demorado mucho, me preocupa.
-Tranquila madre, estoy en eso.
-Mi cachorro ¿No será que tienes una Omega muy caprichosa que te sigue haciendo sufrir? Por ahí escuché que Asami te hizo dormir en el establo de tus tierras anoche, por suerte ese chisme no llegó a oídos de tu padre. -Habló Senna, ella se había mantenido reservada de preguntar pero la duda finalmente le gano-
-Asami hace mi vida complicada en el buen sentido de la palabra madre pero no fue ella la culpable, termine en el establo por emborracharme.
-Eso es raro en ti. -Su hijo estaba cambiando-
-No quiero hacerle caso a Tonraq cuando me pide humillar a mi Omega y obligarla a complacerme en la cama cuando ella no lo desea. Algo que tampoco vi que hiciera contigo. -Desvió él la conversación, no quería hablar sobre su pelea con su hembra y el lío con Iroh, eso preocuparía a su madre-
-Korra tu esposa estuvo en calor recientemente y te hizo experimentar la gloria, Asami tuvo que haber descubierto que tiene un poder sobre ti. Tu padre trata de hacerte entender que no debes dejarte gobernar por eso en específico. Que también tú posees un poder sobre ella.
-¿Yo? Debes estar bromeando madre ¿Qué poder puedo tener sobre mi hembra si ella me puede tener cuando guste pero yo no? -Resopló el Alfa-Ustedes las Omegas tienen esa ventaja. Nosotros los Alfas somos débiles a negarnos a querer aparearnos. Podríamos tener diez espadas incrustadas en cada extremidad del cuerpo y sin embargo decir que si a complacer a nuestra mujer.
-Tonraq lo hacía conmigo. Él se negaba a mi o no compartía mi lecho cuando estaba dispuesta y urgida solo para castigarme, darme mi lugar. Fornicar con otras Omegas también. Me colmaba de arrepentimiento hasta el punto de hacerme ceder en carácter y mejorar en actitud. Son estrategias cariño, en el amor y en la guerra todo se vale Korra.
-Mi padre tiene gran voluntad, no es Jefe por nada. -Debía admitirlo-
-Es un anticuado y machista, pero también un hombre astuto, estás en lo correcto. No te estoy pidiendo que seas igual a él mi cachorro. Solo que no olvides que tengo de hijo a un lobo, no a un perro faldero. No necesitas maltratar a tu hembra para hacerte respetar y someterla, ayudarla a mejorar su temperamento. Porque el orgullo de una Omega es poco conocido pero igual de peligroso al de cualquier Alfa, no quiero que ella te haga daño. Las Omegas solemos tener un lado dominante y agresivo, destructivo contra nuestros esposos.
-Si madre, lo entiendo. -Él no debía dejarse controlar por Asami o pisotear por ella cuando también tenía armas con las que defenderse como Alfa y que no tenían nada que ver con el sometimiento físico-
-Sea la decisión que tomes hijo, te apoyo. Lo único que me importa es tu bienestar y pido a los espíritus que nuestros aliados detengan lo que ocurre con el Reino Tierra, que la guerra no vuelva a ocurrir. Adelantarnos es pecar. Quizás todo se solucione antes de comenzar y estés matándote la cabeza pensando en matrimonios que nunca pasarán.
-Me gusta ir a la batalla pero estoy de acuerdo, tampoco quiero una guerra madre. No obstante me temo que Tonraq seguirá insistiendo en que despose a otras Omegas ocurra o no un enfrentamiento con la tierra.
-Relájate mi cachorro, estás tenso. -Senna paso de acariciar la cabeza de su hijo por hacer lo mismo con su pecho, a los Alfas les agradaba ser mimados en ese lugar-Mejor aclárame algo Korra, ¿no sabes si tu padre tiene un amorío secreto con Yasuko?
-¡Madre! Me das miedo, te aprovechas de que me abro contigo para sacarme información de Tonraq. -Fingió él verse afectado-
-¿Tiene o no a esa mujer de amante Korra? No me mientas. -Agarró ella la barbilla de su hijo para dominarlo-
-Imposible madre, he reclamado a Yasuko como mía, mi padre no puede pretender estar con ella sin pedirme el permiso.
-¡¿Qué tú hiciste qué cosa?! -Hizo ella sentar a su cachorro de inmediato- ¡No te atrevas a decirme que estás follando con esa mujer Raava! -Jaló la Omega por la oreja al príncipe del sur-
-¡Ay, madre! Cálmate o me dejaras sordo. Por favor, escucha lo hice para protegerla. -Se defendió él-
-¡Te largas de mi casa Raava! -Trató la Omega de empujar a su hijo pero Korra la agarró para abrazarla-
-Madre, basta. No tengo ninguna relación amorosa con Yasuko, por los espíritus. Ella es mi suegra. Pero debía reclamarla para evitar que mi padre, otros especímenes en casa y Hiroshi la quisieran como suya o la maltrataran.
-Sato es su esposo ¿Te atreviste a pedírsela? -Senna abrió los ojos muy grandes separándose un poco de su hijo-
-Hiroshi la golpea madre, quería alejarla de Asami y quien sabe que horribles cosas hacerle de vuelta en la Nación del Fuego.
-¿Estas seguro? Yasuko puede hacerse la mosquita muerta solo para escapar de sus responsabilidades de esposa mintiendo y manipulando. -Lo cual no era de extrañar en la mayoría de las Omegas-
-Lo estoy madre, la respeto, es una mujer honorable así que te pido seas educada cuando te refieres a ella o me enojare. -Advirtió él a Senna con respeto-
-Niegas no tener nada con esa Omega pero mira como la defiendes. Te idiotizo al igual que a Tonraq. -Típico de las mujeres del fuego, pensó ella sacudiendo su larga cabellera castaña hacía atrás-
-Hmmm… Te digo que no madre.
-Además, cierto o no lo de sus maltratos por Sato y vulnerabilidad no es tu responsabilidad Korra, la tuya es tu esposa.
-A eso tendré que refutar madre, me disculpas pero criaste a un caballero y a un Alfa protector, no me pidas que me haga de la vista gorda con las hembras que desean lo mejor para mí, lo hice y lo volvería a hacer, Yasuko es mía y de nadie más. Voy a protegerla al igual que a mi esposa. -Gruñó él por lo bajó-
-Hijo ¿Qué voy hacer contigo? Esta bien, lo dejaré pasar y haré que me creo el cuento, porque me haces sentir orgullosa. Pero quiero que tengas cuidado con esa hembra en casa, ella querrá aparearse contigo.
-No digas eso madre, suena a disparate. El mundo no gira alrededor de mi. -La muestra era lo mucho que le había costado conquistar a su esposa y hacerla suya, pero era como le gustaban que fueran las cosas, las Omegas que mostraban mucho interés hacía él o lo acosaban le resultaban molestas y nada atractivas-
-Tú le das un techo, le brindas de comer, le entregas que vestir, la llenas de lujo, atención y riqueza. Es probable que Yasuko no te desee por respeto a su hija pero su Omega interior si te querrá por todo eso que haces por ella ¿Adivina de quién es la responsabilidad de apaciguar sus calores cuando éstos lleguen? Tuya, porque te haces llamar su Alfa y la reclamaste de tu pertenencia.
-Ehhhh… -Él no había pensado sobre ese pequeño detalle-
-Tu padre ha estado enamorado toda la vida de Yasuko, no caigas en lo mismo hijo.
-Tonraq te ama a ti madre a ninguna otra mujer. -Corrigió él-
-Los Alfas tienen un corazón promiscuo, el Jefe del sur sería feliz de despertar con Yasuko y conmigo en la misma cama por el resto de su vida, tanto que casi puedo ver su sonrisa de oreja a oreja por lograr la hazaña de fornicar con las dos. -Dijo ella volteando el rostro para llamar a una sirvienta, ordenarle que quien prepararía el almuerzo de ese día sería ella, solo que la hembra estaba más interesada en quedarse viendo a su cachorro que prestar atención a su señora hasta hacer que se fuera- Escucha lo que te digo recuerda que no solo soy tu madre también una Omega, conozco los deseos de otras mujeres perfectamente porque todas pasamos por eso. Los calores y las hormonas nos hacen comportarnos fuera de nuestros principios.
-Tus consejos son apreciados madre, lo hago. Muchas gracias. -Volvió él a abrazar a su madre y besarla en la frente- No debes ir a cocinarme personalmente madre, me conformo con comer juntos.
-Nada de eso, te haré unos fideos especiales y sacaré la carne de foca disecada de mi alacena, todo quedará delicioso con otros manjares afrodisíacos del mar, Asami me lo agradecerá después pero se cuidadoso siempre en la cama con tu hembra por favor.
-Madre… -Él sonrió un poco apenado porque sabía a qué se refería Senna-
-¿Quieres ir a dormir mientras está la comida cariño? Tu cuarto está limpio. Anda, nadie te molestará.
-Esta bien madre, un rato me caería como anillo al dedo. -Aún le dolía un poco la cabeza por la resaca de la noche anterior y la espalda, cada sueño reparador que él pudiera lograr a solas debía aprovecharlo, de resto no debía olvidar que dormir estando con Asami podía terminar en hacerle daño a la mujer por culpa de las pesadillas-
-Tocare la puerta cuando esté lista la mesa, te lo prometo, sé que debes tener otras cosas que hacer.
-Por favor madre, que así sea. -Él no se podía dar el lujo de dormir más de una pequeña siesta con tantos asuntos por ordenar en la tribu-
-Estoy alegré, mi cachorro está aquí. -Dijo ella a la servidumbre de la cocina luego de llegar a los fogones y dejar a su hijo en la sala. Preparando con amor cada receta y armando la mesa cuidadosa. Hasta estar todo perfecto, asearse, acomodarse el ropaje e ir a la habitación donde estaba descansando Korra, pero ver a varias hembras de la servidumbre tratando de forzar la puerta para entrar y seducir a su cachorro con la excusa de llevarle hidromiel la hizo gritar y espantarlas enojada, las Omegas nunca dejaban respirar tranquilo a su hijo, siempre había sido de esa manera desde el desarrollo sexual de Korra, pero no las culpaba porque su cachorro era un semental magnifico. Abriendo la puerta para verlo dormir sentado con una de sus manos agarrando la empuñadura de su espada y eso era lo único que le dolía, no poder salvar a su hijo de los traumas de la guerra, porque si ella se le acercaba en ese momento y lo despertaba de forma brusca, Korra podía confundirla con un enemigo, hacerle daño-
-¿Dónde está mi hembra? -Preguntó él a Noatak llegando a casa con el anochecer de acompañante, luego de comer con su madre él se había ocupado de organizar a sus guerreros para enviar exclusivamente solo a los necesarios de reserva a los templos aire y otros al norte para asegurar que todo permaneciera a su favor allá, sumergido en sus deberes lo suficiente como para ver el día pasar demasiado rápido pero nunca hacerlo olvidar de su Omega-
-En el taller mi señor, Asami ha estado preguntando por usted durante todo el día pero se ha mantenido entretenida con planos en su armería. -Contestó el guerrero-
-Voy a ir con mi esposa, no quiero que nadie nos interrumpa o moleste a menos que sea urgente Noatak.
-Si mi señor. -Comprendió el Alfa la orden, Korra quería privacidad con su hembra-
-Hmmm… Asami preguntando por mi ¿Podría ser que le hice falta? -Sonrió y habló él para sus adentros manteniendo su paso en dirección al taller donde no sabía cómo su esposa lo recibiría pero tenía tantas ganas de ver a la mujer que debía arriesgarse, que más daba, no podía correr de su Omega por siempre cuando él la anhelaba tanto. Llegando a la puerta de la armería custodiada por un guardia y abierta, recostándose en el marco para quedarse en silencio admirando desde ahí a su hembra. Le gustaba hacer eso, ella se veía maravillosa. Concentrada en sus pergaminos hasta notar su almizcle y voltear a verlo. Sonriendo para él. Lo cual fue una sorpresa agradable que lo hizo seguir hacía adentro cerrando la puerta con seguro ¿Asami no estaba enojada con él?-
-Desapareciste todo el día Korra ¿Dónde estabas? -Ella prestó atención a su esposo subiendo los lentes que tenía puestos y que la ayudaban a dibujar con mayor exactitud sus planos-
-Fui a casa de mi padre por un consejo de guerra, comí con Senna y luego tuve que ir con mis guerreros. -Él miro lo que su hembra estaba haciendo en la mesa aunque en realidad quería besarla-
-Te ocupaste, entiendo. -Ella había pasado la espera de ver una desgracia que nunca llegó con Iroh y también la rabia de verse ofendida por el Alfa al ser dejada excitada en su cuarto con amargura pero a esas horas del día no le quedaban ganas de ser gruñona con su esposo, la verdad era que lo había extrañado y la relajaba tanto saber que Korra no había cometido una insensatez con el hijo de Izumi que tenerlo de vuelta era suficiente para pasar por alto el resto, porque podía ser que ella estuviera equivocada al deducir ser espiada y todo había sido producto de su imaginación, como fuera no quería seguir dándole importancia al asunto-
-También te veo ocupada.
-Estoy pasando los planos que robaste a mi nación, los modifico y encripto, es para guardar los originales y protegerte de ser descubierto.
-Esa es una excelente idea. -Él se arrodilló y colocó una oreja en el vientre de Asami-
-¿Qué haces Korra? Me pones nerviosa. -La Omega sonrió confundida pestañeando varias veces seguidas-
-Estoy tratando de escuchar si hay cachorros.
-Korra… Pronto, te lo prometo. -No mentía, pero primero debía terminar los barcos y asegurar la ventaja de Korra en el campo de batalla, hasta que eso no ocurriera seguiría utilizando anuladores porque con lo sobreprotector que su Alfa era, al ver una barriga en ella su esposo le prohibiría seguir trabajando hasta tener al cachorro y ella no necesitaba esa barrera, tenía que sacar los barcos y defensas lo antes posible, lo cual duraría por lo menos unos meses-
-Espero que sea una niña y que cuando crezca sea igual de hermosa que tú, tenga tus preciosos ojos y tu sonrisa, tu cabello enrulado y tu ímpetu de fiera. -Se refirió él a su descendencia-
-Dijiste que fuiste a un consejo de guerra ¿Ocurre algo grave fuera de la tribu? -Trató ella de cambiar la conversación enseguida. Era difícil ocultarle cosas a Korra y escucharlo ilusionado, pero luego hallaría la forma de ir haciéndole conocer la verdad con delicadeza. Él debía de comprenderla y apoyarla en esperar el momento exacto de darle cachorros, ayudándola también a ingeniarse una excusa para mantener tranquilos a los padres de Korra y los suyos propios-
-Nada importante, algunos desórdenes en el Reino Tierra y negocios por cubrir ¿Tú padre no te lo comento antes de irse?
-Vino a despedirse de mi pero no dijo mucho. A mi padre siempre le ha gusta ser hermético con sus negocios.
-No le des importancia. -Él no quería comentar a su hembra lo de Kuvira y las órdenes de su padre de tomar a otras esposas, todo era hipotético ¿Por qué hacer preocupar y enojar a su esposa al respecto?- Tengo algo más interesante para decirte.
-Estoy oyendo mi señor. -Habló ella con cariño-
-La orden de la herrería está dada, además empezaré a darte un sueldo. -La voz de Asami sonaba tan atractiva e igual de sensual a su aura que una erección dentro de sus pantalones no demoró nada en aparecer-
-¿Oro?
-¡Ejem! -Carraspeo él tratando de ocultar su excitación en la voz- Así es.
-Korra tu me vistes y alimentas, no tienes que darme oro.
-Es la forma en que ganarás renombre, oculta en tu herrería haciéndole un favor a tu esposo no serás conocida, en cambio como ingeniera del príncipe del sur, luego que vean tus barcos querrán saber tu nombre y tendrás un lugar separada de mi, cuando hablen de Asami de Raava no será por el Señor de los Lobos, si no por ser la mejor ingeniera del agua ¿No quieres competir contra Varrick?
-Claro que quiero, me fascinaría. Ha sido mi sueño desde siempre Korra. -Respondió ella entusiasmada-
-Puedes ahorrar el oro y disfrutarlo con tu madre o invertirlo donde gustes, no me importa, será la representación de tu independencia.
-Nunca pensé escucharlo. -Eso sonaba a libertad- A tu padre y a los ancianos del sur no les va a gustar, tampoco a muchos de otras naciones.
-No me importa, seré el primer Alfa en tener a mi servicio y alcance a la científica más sexy del mundo. Como tu esposo te protegeré de los que se interpongan, tranquila.
-Korra, también competiré contra mi padre entonces. -Ella agarró uno de los musculosos brazos de su esposo y se lo apretó encantada de la deducción-
-Eso parece Asami. -Contestó el Alfa igual de contento que su esposa-
-Si Hiroshi hubiera sabido que serías tan permisivo conmigo quizás hubiese preferido matarme antes de entregarme a ti y todos mis conocimientos. -Bromeó ella, después de todo, su padre era fiel a su nación, pero esperaba que el orgullo de verla crecer como ingeniera lo hiciera superar esa ética retrógrada, aunque era demasiado temprano aún para preocuparse por esos detalles, lo imperativo era construir esos barcos y defensas- Es mucha presión pero lo acepto. -La oportunidad de demostrar de que era capaz había llegado, fracasar significaba tener que aceptar vivir como una Omega sumisa y corriente al lado de su esposo a futuro, pero triunfar pondría a su disposición un mundo abierto de posibilidades. Mirando a Korra fijamente para besarlo pero él le desvió el rostro y eso la hizo fruncir el ceño-
-Pídemelo.
-¿Qué traes entre manos Korra? -No comprendió ella la orden del Alfa-
-Hazlo con palabras claras y sucias, pídeme que te posea en éste taller, cumpliré tu fantasía solo si me convences de lo contrario no voy a ceder.
-No te voy a rogar Korra. -Se cruzó ella de brazos-
-Hmmm… Entonces me iré de casa hasta mañana. Es una lástima, había cerrado con seguro la puerta y tus feromonas huelen muy bien.
-¡Korra! -Reclamó ella al príncipe del sur por su prepotencia-
-Estoy esperando por complacerte y mi miembro también. -Él miro hacía abajo atrayendo la atención de Asami a su evidente erección. Quería probar. Empezar a poner en tela de juicio lo que le había dicho su madre. Si era verdad que las armas de un Alfa sobre una Omega existían-
-Eres un tonto ¿Crees que tienes un poder sobre mi Raava? Te voy a demostrar lo contrario. -Korra estaba jugando con fuego y ella lo haría arrepentirse, era hora de hacerlo pagar lo de la mañana y su insolencia actual. Quitándose sus guantes y lentes de dibujo despacio, moviéndose sensual colocando sus manos en el pecho del Alfa para sonreírle empezando a bajar. Korra se mantuvo inmutable y callado, resistente pero cuando ella metió su mano en los pantalones de él para sacarle la verga a todo esplendor de su tamaño lamiendo la punta de su miembro lo sintió temblar, contenerse y gruñir por dentro de placer. No obstante ella quería escucharlo gemir. Chupando la cabeza y metiéndola en su boca, empezando a masajear la empuñadura de su verga, porque el armamento de su Alfa era de un tamaño tan considerable que le hacía imposible introducirlo por completo, con la mitad bastaba para que llegará hasta su garganta. Dirigiendo al semental hacía una silla para sentarlo y dedicarse a seguir con sus maniobras orales hasta escuchar a Korra quejarse de gusto, haciéndola reír y mirarlo- ¿Qué pasa Korra, no vas a detenerme? ¿Ese es todo el orgullo de un Alfa? -Volviendo a meter parte del miembro en su boca hasta el máximo sacándolo y otra vez engulléndolo, maniobrando para no atragantarse con su longitud y grosor generando un sonido característico en el silencio del taller dejado por la insistente degustación, sintiendo la culminación de su Alfa cerca luego de disfrutar un poco más de él y hacer énfasis en succionar el casco de la cabeza de su verga, teniendo el triunfo a punto de venirse en su boca cuando Korra la alzó enojado y gruñendo, levantó su vestido, la subió para tenerla a disposición y terminó penetrándola con ella en brazos-
-Debo correrme dentro de ti, no quiero mi semilla desperdiciada, dame cachorros por favor. -Había dicho él comenzando a embestir a su hembra con la fuerza de sus caderas y apoyo de sus brazos, Asami lo aceptó atrapándolo y gimiendo, llenarla de besos por todos los lugares disponibles de su cuello mientras salía y entraba rápido de su esposa fue lo único además de penetrarla que pudo hacer, sintiendo las contracciones del orgasmo en ella luego de que ambos alcanzarán un ritmo frenético imposible de seguir aumentando para también dejarse venir manteniendo su verga hundida por completo en su Omega, pasando de la euforia a la tranquilidad colocando a la mujer sobre la mesa de los planos y sacando su miembro con cuidado asegurándose que toda su leche quedará por dentro de su hembra, viendo un chorro caer del coño de Asami utilizando sus dedos para devolverlo adentro abofeteando con cuidado la entrada inflamada y rozagante, acariciando un poco el clítoris de la dama haciendo que ella lo regañara para luego desvestirla y besar el vientre de su esposa volviendo a tener otra erección que presumió a su Omega con orgullo, quien abrió más las piernas dándole permiso de volver a entrar en ella, lo que atendió juicioso quitándose la ropa, colocando la cabeza de su verga en los pliegues de la vagina de su esposa para rozarla, divertirse pasando su longitud por la intimidad de la hembra antes de penetrarla, golpeando con el glande de su miembro ese coño antes de meter su armamento y empezar a embestirla. Acción que provocó que Asami lo abrazara desde abajo clavándole las uñas en la espalda con ahínco. Ambos uniéndose además por un beso. Profundo y apasionado como cada penetración que le deba a la mujer hasta llegar al orgasmo por parte de los dos nuevamente. Quedándose dentro de su esposa lo máximo posible antes de retirar su miembro con cuidado y observar el coño palpitante de ella. Que su semilla se mantuviera dentro- ¿Estas bien? -Preguntó él a la hembra-
-¿Tu que piensas? -Contestó ella desalineada pero rozagante, mirando hacía la puerta, esperaba que no entrara nadie y que el guardia no la hubiera escuchado gemir como perra-
-Quiero seguir. -Dijo él volviendo a besar a su mujer con otra erección llegando a formarse, a la hembra que había marcado su espalda con rasguños y a su verga con lápiz labial-
-Llévame a la alfombra de la chimenea, cogeremos ahí hasta el amanecer.
-¿Estas segura? -Korra sonrió alegre, su esposa era magnifica-
-¡Hazlo Korra!
-No me demoró. -Respondió el Alfa alzando a la mujer para colocarla en el suelo, acomodándose a un lado de Asami subiéndole una pierna para penetrarla y empezar a embestirla desde un lateral, al principio lento hasta llegar a un ritmo desenfrenado donde él se aseguró de utilizar sus caderas todo lo posible, apretando con una mano el vientre de su hembra y con la otra acariciando su clítoris llevando a la mujer a un punto de hacerla gemir fuerte con el eco de sus cuerpos y fluidos entrando constantemente en contacto pervirtiendo el espacio- ¿Te gusta como éste perro te jode? ¡Dime! ¿Te gusta no es cierto? ¡Tu eres mía, mía y de nadie más! -Había reclamado él en el oído de su esposa, terminando en un orgasmo que lo hizo gruñir y soltar un quejido de consuelo mordiendo con intensidad el cuello de Asami haciendo gritar a la hembra jadeante y recibirlo con un beso que duró hasta que su esposa termino encima de él-
-Te voy a castigar lobo altanero. -Amenazó ella al príncipe del sur cogiéndolo por la barbilla y tirándole el rostro con fuerza para introducir el miembro erecto de su Alfa dentro de ella y empezar a brincar sobre su esposo, apretando las paredes de su coño por dentro a propósito y moviendo de una forma específica las caderas, un encantador baile erótico que hacía gruñir desesperado cada vez más a su Alfa, hasta que Korra deslizó una de sus manos a su trasero y metió dos dedos por su agujero libre, haciéndola impresionarse y sollozar de placer, él estaba tocando una parte desconocida que le gustaba por su culo mientras ella se dejaba penetrar por delante, pidiéndole al Alfa seguir explorándola con su esposo utilizando su otra mano libre para apretar uno de sus senos, descendiendo la extremidad queriendo controlar sus caderas, intentar follarla desde su lugar inferior, a ella le pareció exquisito y se lo permitió, empezando a gemir porque se sentía divino ser tocada en los puntos exactos mientras veía a Korra debajo de ella musculoso, sudado, desesperado y mostrando los colmillos, apoyando ambas manos en el pecho del semental cuidando de la cicatriz de su herida para empezar a saltar descontrolada y Korra a embestirla violento hasta no aguantar y dejarse ir en un orgasmo que la hizo desmallarse sobre su amante-
-Sami… Sami… Amor. -Llamó él a su mujer preocupado echada sobre su pecho-
-Estoy bien Korra, solo descanso un poco. -Sonrió ella atontada, acomodándose a un costado del Alfa, con él cobijándola y dándole un beso que se transformo en volver a ser poseída por el semental, montándose sobre ella, para recibirlo con las piernas abiertas y colocando sus tobillos sobre los hombros de Korra, verlo entretenido en embestirla, sacar su miembro a medio camino, bajar a comer su coño con la boca, meter sus dedos ahí, hacerla gritar y correrse con líquido abundante para terminar insertando su miembro de vuelta apurado para derramarse en ella, haciéndola caer rendida-
-¡Espíritus! Amo tanto poseerte. -Dijo él a su esposa mientras la besaba, pero Asami estaba dormida, teniendo que aguantar la próxima erección que empezaba a mostrarse, suspirando para tranquilizarse, levantándose con su armamento grande y parado moviéndose amenazador al caminar, pidiendo al guardia que alguien le trajera comida y bebida desde el otro lado de la puerta. Esperando y enrollándose su casaca en su estrecha cintura para no asustar a la sirvienta que entrará para llevarle alimento, hembra que apareció unos instantes después para dejar una bandeja pesada repleta de comida ligera y una jarra de leche tibia-
-Mi señor puedo consolarlo mientras su esposa despierta, aquí mismo, me gustaría poner su armamento en mi boca o dirigirlo a mi coño, como usted prefiera. Estoy dispuesta a seguir instrucciones, no debería negarse el placer o contener su semilla. -Hizo referencia la mujer al miembro y excitación de su señor, el aire olía a todo el almizcle de su amo y verlo semidesnudo era un deleite que haría ser atrevida a la más virgen de las hembras en casa-
-Gracias. -Korra sonrió, la Omega no dejaba de verle la entrepierna- Con la comida es suficiente, retiraré por favor.
-Mi señor le va a gustar, su esposa no lo va a saber, se lo prometo.
-Retírate, es una orden de tu señor. -Repitió él con suavidad pero estricto lavándose las manos en la ponchera de aseo personal del taller-
-Estaré afuera mi señor, por si cambia de idea. -La sirvienta miró un poco más al príncipe del sur y se fue, ignorando por completo el respeto que merecía la esposa de su amo arropada por pieles de lobo en esa misma habitación que Korra había quitado de las paredes para que su hembra no sufriera de frío mientras él se alimentaba-
-Hmmm… -Él se follaría a cinco Omegas como esa hermosa sirvienta mientras Asami despertaba sin dificultad alguna para saciarse un poco, pero ellas no eran su esposa. Ignorar a ese tipo de hembras siempre resultaba mejor. Lo que lo llevo a tener una incógnita, él nunca se había acostado con otra mujer que no fuese Asami ¿Sería igual de bueno aparearse con una mujer diferente a la suya solo si le gustaba como olía y lucía? Debía ser el cielo tener a varias en la misma cama y que todas le agradarán tanto como su Reina. No tendría que contener su leche, disfrutaría de otros coños amados a la vez, ser acariciado y complacido por más de una boca y manos en todas partes de su cuerpo, encantado por los muchos gemidos y peticiones de esas hembras, sus fluidos y garras en él. Ser alabado y apreciado por ellas, someterlas y mostrarles quien era su señor dándoles placer con su gran miembro que las llenaría de su abundante semilla. Obligando a su Alfa interno a callarse y dejar de molestarlo con esos depravados pensamientos. Terminando de comer rápido, para quitarse la casaca de su cintura y tirarse al lado de su hembra, pero Asami continuaba dormida, observando a la Omega desnuda todo lo que pudo besando algunas de sus curvaturas. Él quería penetrarla pero la mujer estaba inconsciente, no estaba bien hacerlo. Teniendo que ponerse boca arriba y agarrar su miembro para desahogarse masturbándose. Pero Asami se despertó y lo pilló, bajando a su miembro para darle una buena mamada que casi lo hizo venir inmediatamente teniendo que someter a la Omega boca abajo y penetrarla desde atrás- ¡Hembra te dije que quiero mi semilla dentro! -Empujando hacía el suelo a su esposa sin dejar de embestirla, con Asami mirándolo desde esa posición sumisa y encantada, haciéndolo desesperarse y jalarla por el cabello para aumentar la tensión, agarrarla por los brazos, apretar su cuello, chocar sus caderas mutuamente sin parar y sentir que se volvía loco, que necesitaba humillar cada vez más a la hembra hasta hacerla llorar de placer y gritar descontrolada, no debía escuchar esa voz, se repitió así mismo. Si continuaba ejerciendo tanta fuerza en Asami terminaría haciéndole daño, teniendo que agarrarse de la orilla de la chimenea para destruir el duro material y morderse a él mismo queriendo controlarse y ver sangre correr hasta por fin lograr venirse, finalizando con pequeñas embestidas desde atrás y dejando crecer su nudo, hasta que Asami insistió en moverse para quedar sobre él y lo hizo sisear de dolor- ¡Quieta, dañaras tu útero! -Él la nalgueo luego de tenerla encima porque su esposa insistía en seguir moviéndose-
-Mmm… El útero de tus cachorros está bien Korra, es a ti a quien quiero reprender.
-¿Me vas a dar muchos cachorros? -Preguntó él en éxtasis besando a su Omega-
-Todos los que quieras. -Contestó ella antes de volverse a posar en el pecho de Korra y dormirse, no decía mentiras, a su debido tiempo ella daría todas las crías que su esposo quisiera tener-
-Me harías el Alfa más dichoso del mundo con eso. -Dijo él manteniéndose con su esposa hasta que su nudo se redujo y pudo salir de ella, tentado a compartir unas horas de sueño con su hembra hasta darse cuenta que eso era demasiado peligroso, levantándose para vestirse y cubrir a su Omega para llevarla alzada hasta su cuarto en el segundo piso de la casa, cama donde ambos se volvieron a unir en repetidas ocasiones hasta quedar satisfechos, viendo por casualidad al amanecer aparecer por una de las ventanas, ellos habían durado toda la noche fornicando. Dejando a su hembra en contra de su voluntad en el colchón llenándola de besos para ir a tomar un baño en el gran río congelado del sur, abstenerse de seguir apareándose y abocarse a sus obligaciones como líder de la tribu cuando su padre no estaba en el pueblo. Algo que Asami odiaba, a ella no le agradaba despertar sin su Alfa al lado luego de haberse apareado. Levantándose de mala gana con el cuerpo adolorido pero su apetito de mujer lleno de la semilla de su esposo. Una razón que no le permitió estar de otra forma más que de buen humor, a pesar de encontrarse sola en la habitación. Acomodando su pelvis ella misma luego de recordar cómo lo había hecho Katara y su útero, contrayendo los músculos de su matriz repetidas veces mientras la movía desde afuera con las manos enganchadas en su vientre hasta sentir todo en su respectivo lugar, pero un dolor en uno de sus ovarios la hizo gritar y tirarse boca arriba en la cama antes de pararse. Respirando lento y volviendo a intentar dejar el colchón, quería tomar un baño y comer. Con Opal apareciendo sin demora para preguntar cómo estaba y si requería la presencia de una curandera-
-Estoy bien Opal, sé que mi esposo te mando a preguntar ¿Dónde está él?
-Salió temprano y volvió aseado, está en el patio delantero entrenando con sus hombres.
-Por supuesto, un Alfa después de todo.
-¿En serio te sientes bien Asami? -La doncella se preocupó porque su señora no dejaba de agarrarse el vientre-
-Lo estoy, mejor alista mi baño por favor. Tengo que bajar urgente a mi taller, deje planos muy importantes sin guardar.
-Si mi señora. -Hizo caso Opal, llevando de comer a su ama mientras la bañera era llenada de agua caliente por otras sirvientas- Voy a decirle a Korra que estás levantada el me pidió avisarle.
-Hazlo, que me busque en la armería por favor Opal. -Sonrió ella a su doncella terminando de comer para bañarse rápido, alistarse y bajar. Sintiendo en el trayecto un almizcle diferente al de su esposo en casa, lo que la hizo rastrear con la mirada al dueño del olor hasta encontrar al Alfa extraño mientras terminaba de bajar las escaleras, espécimen que se le acercó y le agarro una mano para saludarla de beso-
-¿Usted quién es? -Preguntó ella ante el atrevimiento del individuo-
-Mucho gusto señora de Raava, soy conocido como El Señor de la Cacería.
-Mi esposo llegará pronto. -Porque ese semental le dió escalofríos y miedo pero el sujeto le soltó la mano como si ella lo hubiese quemado con el tacto-
-La mujer del príncipe del sur tiene un pacto con "La", una extranjera con sangre de dragón enamoró al espíritu del mar, eso es una blasfemia. -Dijo el más joven de los ancianos de la tribu mostrando uno de sus grandes colmillos-
-No sé de qué habla. -Guardo ella su mano y trató de alejarse del Alfa-
