Nada de Crepúsculo me pertenece, la historia es de Sthepenie Meyer y yo solo lo utilizo con fines de entretenimiento.
Summary: Secuela de pérdida en crepúsculo. Y de ese modo el león se casó con la oveja. ¡Qué oveja tan estúpida! ¡Qué león tan morboso y masoquista! ¿Qué hago resolviendo sus problemas?
Advertencia: Todos los personajes pertenecen a Meyer, excepto Hannah James, Danielle James y Charles.
Advertencia 2: Algunas frases originales del libro Amanecer aparecerán en la historia.
Parte XXXIV
La imaginación tiene sobre nosotros mucho más imperio que la realidad. ―Jean de la Fontaine.
Los siguientes minutos fueron algo confusos, bueno quizás para mí, quien era algo "normal y corriente", no pasaron más que unos cuantos minutos, para que la historia de Edward fuera desmentida por su mismo suegro. Charlie nos observaba a todos como si fuéramos los culpables de un gran crimen, su rostro estaba crispado y sin duda, yo entraría en la contienda.
Jacob se acercó al imperito hombre y le dedicó unas palabras, que escucharan todos, bueno a excepción de mí, pero que me las sabía perfectamente, todos estaban un poco expectantes por lo que pudiera decir Charlie, realmente Bella no podría fingir algo que no era, nunca serviría para los programas de protección para testigos, todo se delataría en menos de un minuto.
— No quiero saberlo todo, ya basta de estas mentiras —dijo tajantemente Charlie observándonos a todos con sospecha.
— Lo siento —dijo Edward—. Necesitas saber la versión oficial más que la verdad; si vas a ser parte de este secreto, la versión oficial es la que cuenta. Protege a Bella y a Renesmeé como al resto de nosotros. ¿Puedes dejarlo así?
Charlie observo a todos, tratando de sopesar las palabras de su yerno, nos dedicó una mirada resentida a Jacob y a mí, seguramente tratando de entender nuestros papeles dentro de esta fantástica historia. Observe a Charlie con seriedad, no le haría mucha gracia cuando supiera toda la verdad. El jefe Swan resopló y volteó a ver a su querida hija
— Pudiste haberme advertido —mascullo Charlie no muy contento con la verdad.
— ¿Eso lo habría hecho más fácil? —inquirió Bella con serenidad.
— Tal vez no —reconoció Charlie ahora dirigiendo sus ojos hacia mí—. Pero creo que tu —me señalo con su dedo índice—, si podrías haberme dicho algo.
— ¿Me habrías creído? —le pregunte desde mi posición—. Si la transformación de Jacob fue algo increíble, te aseguro que mis palabras te hubieran causado un gran disgusto.
Charlie me observo de mala gana, dándome a entender que mis excusas eran demasiado pobres.
— Ella también es una caja de sorpresas —comento Jacob como quien no quiere la cosa—. Les dijo a los ancianos toda la verdad del asunto.
— ¿Así que lo has sabido desde el principio? —Indago Charlie entornando sus ojos—. ¿Incluso antes que Bella supiera todo esto, antes que se dieran todas estas situaciones?
Los ojos dorados de Edward me taladraron, algún día tarde o temprano todos me preguntarían esto, ¿Estaban preparados para la verdadera realidad?, Alice negaba desde su posición, como si todos sus temores se hicieran realidad, suponiendo que siempre mi suerte me hacía meterme en varios problemas, no me extrañaría nada que toda la verdad se explotara en cualquier momento.
— No he sido la única que lo ha sabido desde el principio —comente alejándome un poco del circulo que se había formado—. Edward también lo sabía.
El rostro de Edward se endureció un poco y sus ojos, por un solo instante se desenfocaron, tomándole por sorpresa mis palabras. Los que estaban en la sala, dirigían sus miradas desde Edward hasta mí, esperando alguna declaración que diera luz a esta confusión. Alice se adelantó algunos pasos y contemplo como si esperara solucionar el problema.
— No me extrañaría —dijo Charlie paseando sus ojos entre nosotros—. Quiero una explicación.
— ¿Quieres conocer todos los detalles? —pregunto Jacob un poco pasmado—. No dijo que solo quería conocer lo necesario.
— Es mejor no conocer toda la verdad —comente atrayendo la atención de Charlie—. Pondría tu vida en peligro, Bella tendría que irse y además, deberías tener una mente demasiado abierta, para entender lo que sucede en realidad.
Charlie asintió y con un seco cabezazo acepto mis palabras, dirigió sus escrutadores ojos hacia su yerno, aunque sus dudas no parecían aplacarse, estaba dispuesto a tragarse sus preguntas, con tal de tener a Bella unos cuantos años más, sus ojos se detuvieron en su nieta que seguía observándolo con curiosidad, Nessie tenía su pequeña cara en el cuello de su madre.
— Hannah tiene razón —resoplo Charlie en desacuerdo—. ¿Por qué siempre tiene la razón?
— Porque es alguien muy especial —comento Alice con una ligera risita—. Acompáñame Hannah, creo que Charlie debe tener un poco de hambre.
Seguía a la pequeña duende hacia la cocina, tramaba las cosas con tanta ligereza, que no me extrañaba que lo hubiese aprendido de Edward; la vi desenvolverse por la cocina, como una perfecta anfitriona que se preocupaba por sus invitados, llenaba una bandeja con cosas que no había visto en la comida del medio día, sospechaba hacía mucho tiempo, que Edward no era el único que consultaba la internet por curiosidad.
Las manos de Alice dejaron la bandeja en la mesa con algo de tesón, observe sus ojos idos, como si estuviera a mucho kilómetros de aquí, debía estar teniendo una visión ¿acerca de qué? habían muchos factores a considerar, Irina, los Vulturis y ahora me sumaba yo y su sobrina, todos querían saber por qué Nessie no dejaba de estirarse, creyendo que su vida iba agotarse con mucha prontitud.
― Alice ―musite al ver que su visión se demoraba lo suficiente―. ¿Qué ocurre?
Sus ojos continuaron perdidos en el futuro no muy lejano, me preocupe al verla en un estado catatónico, como si estuviera repitiéndose la misma escena del hotel en Chicago, Charlie no podía enterarse del secreto de los Cullen, menos cuando intentaba asegurarse que la Bella de la sala, no era una doble, solo me quedaba una opción… Jasper.
― Jasper ―musite con un dejo de súplica.
El chico apareció un segundo después, observando como su amada, aún seguía aferrada a la mesa con bastante insistencia, los ojos de Jasper viajaron hacia mí, buscando una explicación que no podía brindarle, tomo a su esposa de los hombros tratando de arrancarla de la mesa sin mucho éxito, me estaba preocupando seriamente, ¿Cuánto tardaría Edward en enterarse de todo esto?
― Alice, ¿Qué ocurre? ―musito Jasper en el oído de la chica―. Dímelo, ¿Qué pasa?
Alice volvió en sí, sacudió su cabeza y apretó sus ojos fuertemente, como si tratara de borrar toda imagen de su mente, estaba pasando algo realmente extraño, no podía ser posible que viera la sentencia desde Volterra, cuando los malos del cuento necesitaban una excusa más convincente para acabar con los Cullen, no creía que fuera Irina, Alice había mencionado el día de ayer que su visita no era muy segura.
― ¿Soy yo, Alice? ―pregunte sintiendo en mi cabeza el filo de una sentencia.
― Hannah ―susurro con un voz aguda y estrangulada―. Esto no puede suceder…
Alice se escurrió hacia la parte trasera de la casa, desde la ventana Jasper y yo la observamos ir de un lado para otro, como si estuviera aterrada de algo en particular, no me atrevía a formular la pregunta en voz alta, temía que mi imaginación fuera una realidad, sabía que había un perdedor en la historia, por algo no morí en la vez pasada, tenía que cerrar este raro capítulo de alguna forma y quizás la muerte era la respuesta.
― Lleva la bandeja a la sala ―conseguí decirle a Jasper―, procura no levantar las sospechas de Edward. Lo que menos nos conviene ahora, es que Charlie deje volar más su imaginación.
― No me gusta lo que ocurre ―menciono Jasper tomando la bandeja―. Es la primera vez que la veo comportarse de esa forma, algo grave esta por suceder, Alice no suele ser tan cortante.
Jasper desapareció de la cocina preocupado, yo también lo estaba, debíamos manejar la situación con prudencia, Charlie no debía sospechar nada de lo que pasaba tras bambalinas, su vida debía seguir como hasta ahora, sin nada más raro que una nieta que aparentaba más de la edad que tenía.
Salí de la cocina dispuesta a enfrentar lo peor, realmente no me importaba morir, sabía que estaba habitando en un mundo alterno, que poco tenía que ver con el mundo físico y material donde verdaderamente existía, entonces no entendía las preocupaciones a Alice, todos eran ilusiones creadas por mi mente.
― Para todo esto ―dije haciendo que Alice me prestara atención―. Sabes de sobra que realmente no voy a morirme, solamente no volveré a esta realidad para siempre.
― Ojala fuera tan sencillo, como eso ―dijo Alice escrutándome con sus ojos―. Nos has dado vida con el poder de tu mente, tu mente es algo extraño, me preocupa que esas realidades en verdad puedan afectarte, casi mueres la vez pasada, que si esta vez no corres con suerte y termines muerta.
― ¿Acaso has visto la realidad? ―pregunte con curiosidad―. No puede ser que ahora veas el mundo como es, no Alice, la imaginación puede jugarnos malas pasadas.
― Tienes un don extraño ―dijo soltando un suspiro ―, no decía mentiras, cuando dije que podía ser un vampiro extraordinario. Hannah, no intentes jugar al héroe, puedes morir en verdad, no tuerzas más tu mente.
Observe detenidamente a la vampira, parecía que mi alienígena conciencia se hubiera apoderado de ella, que significaba todo esto, Alice no podía verme en realidad, ella no podía tener el poder de verme en la vida real, si era así, era la cosa más absurda y extraña que podía pasarme.
― No puedes impedirlo, Alice ―solté con algo de impaciencia ―. Trate de morir en el pasado y no lo logre, porque ustedes impidieron cerrar este capítulo, si ahora tengo esa oportunidad, no voy a desaprovecharla, quiero ser normal.
― Lo normal, no siempre significa que estas cuerdo ―dijo Alice apretando los puños ―. Eres demasiado terca, para tu propio bien.
― Voy a morir, lo sé ―dije con un susurro ―. Nadie va a evitarlo, porque no van a poder protegerme y es lo que asusta, no tengo miedo Alice, no lo tengo, por más que quieras, tengo que morir.
― ¡No de esta forma! ―salto Alice con los ojos mortificados.
La escurridiza vampira se tiro al otro lado del rio con un espectacular salto, era injusto que hiciera eso, cuando yo no podía más que atravesar el rio a nado, la vi alejarse como un proyectil por entre los árboles, seguramente a refugiarse en casa de los nuevos Cullen o quizás a perseguir algún animal indefenso, observe la otro orilla con intenciones de seguirla, pero de nada valía, ella era muy astuta y me vería venir por otra discusión.
¡Por que la vida tenía que ser así!
Solté un gruñido de impotencia, esta vez Alice no me detendría, ya se habían interpuesto en mi camino la otra vez, ahora tenía una asombrosa claridad sobre el asunto, mi misión no consistía en brillar o arreglar los problemas, no, esta era mi prueba, era mi boleto de regreso al mundo de los cuerdos.
Casi emití una carcajada al comprenderlo, ya era una mujer madura y consciente de que los cuentos que me habían acompañado de niña, tenían que desaparecer de mi vida, era eso, ¿quién podía tener una madre que se desmayara y se desconectara del mundo por dos semanas, para crear alucinaciones en su cabeza? Un niño necesitaba estabilidad y un esposo, no necesitaba de preocuparse por su esposa cada vez que se fuera a trabajar, ¿Cómo no lo vi antes?
― ¿Qué fue eso? ―pregunto Jacob acercándose a mí.
― Lo he comprendido ―dije sin despegar la mirada de la otra orilla del rio―. Ahora sé por qué estoy aquí.
― ¿Qué? ―inquirió Jacob situándose a mi lado―. La discusión se escuchó en toda la sala, al parecer Charlie fue el único que no se dio por enterado, pero el resto si quedo algo confuso.
― Alice se niega a dejarme morir ―solté de golpe.
Jacob soltó un silbido por entre los dientes, tomo una piedrecilla del suelo y lo arrojo al rio, rompiendo el tranquilo discurrir del agua, debía estar pensando que me había vuelto loca de repente y que era una estupidez lo que acaba de confesar, era lo más cuerdo que había dicho en toda mi vida, tenía un objetivo claro, de alguna manera debía estar en peligro.
― No te sigo ―murmuro Jacob tirando otra piedra―. Ya no sé qué pensar de todo esto, no has dicho toda la verdad del asunto.
― Nunca lo había entendido, hasta hoy ―conteste soltando un suspiro―. Ahora comprendo mejor todo, en realidad James tenía que matarme para escaparme de esto, pero Edward se lo impidió, por eso regrese… Edward me hizo esto.
Jacob me agarro de los hombros y me obligo a mirarlo, para constatar que realmente había dicho aquellas palabras, sus cejas se fruncieron sin comprender nada, la visión de Alice, lo sabía, debía morir. Los ojos negros de Jacob me siguieron observando con detenimiento, ni siquiera él iba a impedirlo, lucharía con uñas y dientes para morir de una vez por todas.
― Nunca creí que iba decir esto, pero bueno ―comento Jacob sin soltar mis hombros―. Pero la sanguijuela es la cosa más buena que he visto, después de su líder. Rayos va llover, vamos dentro.
La mano de Jacob me jalo hacia la cocina, como si fuera un refugio y en poco segundos la lluvia apareció como cosa rara en Forks, seguramente Alice debía estar en casa de Bella y Edward; Jasper debía estar muriéndose de ganas por ir a su lado, pero la situación de la sala, le impedía marcharse. Me senté en una de las banquetas de la mesa y observe la lluvia caer sobre nosotros como un impedimento más para saber la verdad.
― Edward no haría algo para lastimarte ―continuo Jacob saqueando la cocina y ofreciéndome algo de comer―. Si te salvo de ese vampiro, lo hizo porque realmente te aprecia, algo raro para alguien que está muerto, en fin, no entiendo todos esos asuntos entre ellos.
― Lo sé ―dije asintiendo con la cabeza―. Pero cuando me refería a esto, no quería decir que fuera malo, sé que todos sufrieron con la persecución de James y la verdad lo hice a propósito.
― ¿Cómo? ―soltó Jacob abriendo sus ojos para observarme perplejo―. ¿Quieres decir qué tus intenciones al apartar a Bella no fueron ciertas?
Asentí con vergüenza, sabía que tenía que decirlo algún día o me volvería loca de remate, mis intenciones fue tener una salida de esta locura, no siempre lo normal era estar cuerdo. Jacob se puso al otro lado de la mesa para verme con mayor claridad, yo no era la persona buena que todos creían.
― No juegues con eso ―dijo Jacob serio―. Tú no eres una persona con malas intenciones, no puedes serlo, cuando le perdonas a Leah todas sus trastadas y me perdonas a mí, por intentar herirte ese día en la Push.
― Eso mismo dijo Carlisle ―mencione―. Pero me siento mal, por no decir la verdad.
― Y este debería ser el momento oportuno para hacerlo ―dijo Edward acomodándose al lado de Jacob.
Tome un poco de aire, Edward se merecía la verdad, al menos una gran parte de ella, tenía que guardar un poco para mí o echaría a perder lo que iban lograr en unos cuantos meses, en realidad no tenía por qué intervenir, cuando ellos podían resolver sus problemas solos, lo habían hecho bien sin ayuda de nadie y tampoco de Alice.
― No te dije mentiras, cuando te mencione que iba necesitar un manicomio ―solté mirando a Edward―. Te negaste aceptar la verdad que te dije la noche del baile, ese día desparecí y no precisamente con ayuda de los federales.
― ¿Entonces quién? ―pregunto Edward mirándome con dureza.
― Esto va sonar a locura, pero fue mi conciencia, la misma que me persiguió la noche en Port Ángeles ―dije levantándome del asiento―. Yo no lo sabía, nunca lo supe hasta que desperté en un hospital en Chicago, había perdido las esperanzas de volver a mi casa, cuando me salvaste de James, esa era mi salida, y tú cerraste la puerta en mi cara y cuando volví, quise regresar.
Edward y Jacob me observaron en silencio, invitándome a seguir con mi confesión, una vez que las palabras salieron de mi boca, ya no había marcha atrás, Alice no debió haberse ido de esa forma, no había nadie quien impidiera conocer la verdad.
― Es cierto, que conozco todo lo que va a pasar ―continué sin observarlos―. Pero de nada va servir decirlo, por qué de alguna manera, ustedes encuentran la manera de salir de los problemas, así que para que saberlo, ustedes me ayudan a encontrar el camino para regresar… lo de Bella, la persecución son solo medios.
― ¿Cuándo dices medios, te refieres a eso de morir? ―indago Jacob observándome preocupado.
― ¿Qué ha estado escondiendo Alice? ―pregunto Edward sin ninguna anestesia.
― Mi muerte ―susurre con alivio.
Edward y Jacob me observaron como si de repente me hubiera convertido en otra persona, me atreví a mirarlos solo para asegurarme de su reacción. Las manos de Edward se transformaron en puños y Jacob se limitó a poner sus labios en una línea, ninguno parecía halagado con la información.
― Nos has mentido todo este tiempo ―pronuncio Edward con paciencia―. Cuando llegaste a Forks, ya tenías alguna enfermedad que se transformó en terminal y la boda con Charles, solo es una medida desesperada antes de morir.
― ¿Qué estupideces estas diciendo? ―pregunte sin pensar.
― ¿Hasta cuándo ibas ocultar los verdaderos motivos de tu regreso? ―insistió Edward sin quitar el dedo del renglón.
Tome aire y conté mentalmente hasta diez, para no perder la cordura. Siempre tenía que ser de este modo, Edward sacando de entre las mangas una historia completamente chiflada, que estaba totalmente alejada de la realidad, no entendía como Bella comprendía toda esta locura y no se había cansado de las equivocaciones, supongo que el amor perdona todo.
― ¿Por eso me has estado rechazando todo este tiempo? ―pregunto Jacob con un hilo de voz―. ¿No querías vernos sufrir?
― ¡No! ―salte indignada ante la historia que estaba armando―. Por enésima vez, me caso con Charles por qué es el amor de mi vida y eso ya debería estar claro. Siguiendo con el otro punto, no tengo ninguna enfermedad terminal, si fuera así, hace mucho tiempo se hubieran dado cuenta. Regrese a Forks, por que quise y se me presento la oportunidad, y cuando hablo de mi muerte, yo también quisiera como va ser.
― No entiendo ―dijo Edward mirándome con preocupación.
― Yo menos ―aporto Jacob con seriedad.
La verdad era complicada, así que trataría de tener un punto medio, donde la realidad y la ficción debían encontrarse.
― ¿Han escuchado sobre Alice en el país de las maravillas? ―pregunte tentativamente.
― ¿Quién es él conejo blanco? ―dijo Edward arqueando una ceja.
― Una situación parecida a ella, es la que tengo ―continué ignorando la pregunta del vampiro―. Verán, cuando estaba entre la vida y la muerte después del ataque de James, hubo un momento en el cual estuve realmente muerta, divagando entre dos realidades, en cada una querían que continuara viva por los mismos motivos, escuchaba a Charles diciendo que no le hiciera lo mismo que sus padres…
― ¿Qué paso con sus padres? ―interrumpió Jacob interesado.
― Están muertos ―respondió Edward por mí.
― Alice teme que si muero aquí, también muera allá ―concluí.
― Nos cuentas todo esto, ¿Por qué? ―pregunto Edward.
― No se lleven una sorpresa cuando suceda ―conteste con naturalidad―. Si nunca dije con respecto a ponerme en el lugar de Bella, fue porque sabía que no me dejarías y como todas las veces echarías mis ideas a tierra.
―Ahora pretendes, que nos hagamos de la vista gorda y te dejemos morir ―sugirió Edward un poco crispado―. Tienes una imaginación muy desbordante.
Con eso salió de la cocina sin decir una palabra más, era igual que Alice, no tenía que ser un genio y saber que no me creía una sola palabra, y eso de estar reclamando la verdad era una falsedad, muchas veces se la había dicho y se negaba a creerme como ahora.
― Me imagino que compartes su misma opinión ―dile mirando a un Jacob impasible.
― Si le hubieras mencionado que tenías veintidós, probablemente te hubiera creído ―opino sin mucho convencimiento.
― Nunca va a creerme ―dije dejándome caer en la silla nuevamente―. Se niega a ver la realidad o quizás le asusta. ¿Tú me crees? ―le pregunte mirándolo con aprehensión.
― Solo deja que asimile la información ―contesto Jacob con neutralidad―. Esto no se trata de creerte o no, en verdad todo lo que dices suenan como disparates.
Asentí, en realidad nadie creería la verdad, tenían los ojos vendados a la realidad, sentir que su perfecto y normal mundo se desmoronaba era pedirles demasiado, en realidad estaba ansiosa de contar la verdad tenía un ataque de sinceridad como nunca antes en mi vida, y cuando te pasas mintiendo toda la vida, ya nadie te creería y te tachaban de poseer una gran imaginación.
― Vamos no te pongas triste, solo porque el chupasangres no te creyó ―dijo Jacob tratando de levantar mi ánimo―. Si te sirve de consuelo, no eres la única…
― ¡Hannah! ―llamo la voz de Bella―. ¡Ven a despedirte de Charlie!
Salí de la cocina con una cara de póker, como si no hubiera sucedido nada, Charlie se balanceaba entre las puntas y los talones del pie, tratando de encontrar tranquilidad y normalidad, sentí cierta compasión por él, mientras no deseara saber la verdad estaría a salvo y sus conclusiones solo serían productos de su imaginación.
Mientras que mi imaginación no parecía tener efecto alguno por los personajes de esta historia, mis verdades se habían convertido en mentiras y dentro de muy poco saldría de esta casa, si no quería transformarme en vampiro; pero sabía muy en el fondo que los Vulturis conocerían mi existencia y no les daría a los Cullen una tregua de mantenerme con vida.
Hola a todos los seguidores de este fic, espero que hayan pasado unas buenas semanas en mi ausencia. Muchas gracias por sus mensajes y aquellos que aún continúan firmes leyendo esta historia aunque me demore tanto. En verdad quería disculparme por estas ausencias tan largas, empezando por que he estado de vacaciones y ya casi tomo de nuevo mis obligaciones, pero realmente he perdido un poco la fe adaptando este libro, pareciera que el entusiasmo con el que empecé hubiera desaparecido, lamentablemente así ha sido y por eso cada vez tengo menos ganas de actualizar.
Pero esto no quiere decir que vaya a dejar de terminarlo, lo hare, aunque me demore un siglo en terminar, en verdad siento todo esto y también por los mensajes tan impersonales que he tenido, pero cuando tienes tu cabezas en otros proyectos te olvidas de todo los demás, también he notado que poco a poco apague mi Sesión de preguntas y respuestas, no me había dado cuenta hasta que la gente dejo de preguntar, que descuido de mi parte.
Creo que ahora va empezar lo interesante, Alice por fin admitió que ha tenido visiones sobre Hannah, al parecer se decidió por contarle la verdad a Edward y sigue sin creer, ¿Por qué será? ¿Las palabras de Hannah se volverán realidad? Espero que les haya gustado este capítulo, donde vemos a una Hannah dispuesta hablar con la verdad. Ya casi nos acercamos a la visión de Alice sobre los Vulturis, ¿Irina vera a Nessie? En fin, creo que la etapa tediosa del libro ha concluido, demasiada charla y nada de acción. ¿Qué creen que sucederá?
Nos vemos en una próxima oportunidad… hasta entonces.
;) Kathyarius
P.D.: ¿Sera posible llegar a los 700?
