Nada de Crepúsculo me pertenece, la historia es de Sthepenie Meyer y yo solo lo utilizo con fines de entretenimiento.
Summary: Secuela de perdida en crepúsculo. Y de ese modo el león se caso con la oveja. ¡Qué oveja tan estúpida!¡Qué león tan morboso y masoquista!¿Qué hago resolviendo sus problemas?
Advertencia: Todos los personajes pertenecen a Meyer, excepto Hannah James, Danielle James y Charles.
Advertencia 2: Algunas frases orignales del libro Amanecer apareceran en la historia.
Parte XXXVI
Inspirado en Apocalypse please de Muse
No se volvió a mencionar nada más acerca del asunto, Edward parecía haber aceptado mi historia o quizás no quería ahondar en el tema. Lo único cierto en estos momentos era el próximo viaje de Bella. Edward y Jacob parecían ponerse de acuerdo en cuanto al peligro que eso podía suponer, al parecer el que su esposa se viera en privado con Aro no era de su agrado, y Jacob le seguía la corriente enumerando los peligros que podría encontrarse, como por ejemplo acabar con la vida de todas las personas en un avión comercial.
Eso era lo que menos le importaba a Bella, a ella le seguía preocupando la desaparición de Irina. Los vampiros no habían podido darle alcance en su persecución, y aunque dieron aviso al clan Denali, ninguno a parte de Bella y Alice parecía preocuparle los futuros planes de Irina, aunque terminarían ligados por su errada decisión. Yo por mi parte no dije ni una palabra, sabia que Alice primero me cosería la boca antes de poder dar voz de alerta por los próximos acontecimientos, así que preferí aparentar una total ignorancia.
Conforme los días fueron pasando, los planes de viaje fueron aumentando en geografía mundial, después de que Bella llegara de Italia, los Cullen en compañía de Jacob harían una expedición a las selvas amazónicas del Brasil y como era de suponerse yo no estaba incluida en los planes, aunque realmente nunca se llevaría acabo dicha expedición, era realmente deprimente ser la única humana viviendo dentro de esas cuatros paredes. Todo por culpa de Jacob.
― ¿No habrán considerado llevar a Hannah, cierto? ―pregunto Jacob una noche mientras revisaban los mapas de Brasil.
― ¿Por qué no? ―rebatí yo alejando la vista de mi investigación por internet.
― Cree que puedes morir de alguna infección ―respondió Edward sin levantar la vista de un libro que contenía leyendas antiguas―. Lo que realmente podría ser cierto, como humano necesitas de algunas vacunas para ir a una selva húmeda.
― Yo no necesite de ninguna ―aporto Bella meciendo a su hija de un lado para otro―. Y no sufrí de alguna enfermedad.
Jacob tosió para esconder una risita de suficiencia, Bella le dio alcance para darle un zape en la cabeza.
― Volviendo al asunto, lo mejor seria dejarla al cuidado de Charlie ―prosiguió Jacob apartando un mapa político del país.
― Como si nunca hubiera viajado a tierras tropicales ―masculle volviendo a mi investigación―. No soy una figura de porcelana.
― Tal vez podría comerte algún animal peligroso ―intervino Jasper dejando unos libros al lado de Edward―. Si mal no recuerdo, Carlisle tiene algunos amigos ahí y precisamente no son vegetarianos.
― Gracias por tu ayuda Jasper ―dije molesta por la situación.
Después de la esclarecedora información, todos estuvieron de acuerdo que me fuera a casa de Charlie. Era frustrante que me cuidaran como si fuera a romperme al dar un paso para ir a cualquier parte, rayaban en la protección y atosigaban con su preocupación de que me pasara algo, no sabían lo que les esperaba al finalizar la historia.
Entre tantos días en que vampiros y lobos planeaban su excursión a las selvas húmedas del amazonas, ocurrió algo que jamás pensé llegaría a suceder. Estaba acostumbrada a muchas situaciones extrañas, pero esta me dejo pensando más de lo que debería y solo aumento mis ganas por que los vampiros de Italia adelantaran su viaje lo más pronto posible, aunque lastimosamente la única perdedora del encuentro seria yo.
Al igual que mi anterior estadía, empecé a tener raros sueños que fueron convirtiéndose poco a poco en pesadillas, al principio no le preste atención pensando que solo eran los ojos de Bella los que me causaban esa sensación, siempre comenzaba al perder la conciencia y unos ojos rojos brillantes se sostenían en medio de la nada mirándome con hambre, algo muy similar a lo que ocurría con la señora Cullen cuando no iba con tanta asiduidad a caza.
Posteriormente, esos ojos empezaron a tener boca y el resto del rostro, siempre oculto en una gruesa capa de color negro que me daba la espalda. Tenia la rara impresión de conocerlo de algún lado, sabia quien era pero me negaba a reconocerlo, aquel raro personaje era demasiado siniestro y peligroso, además que me causaba miedo, algo que jamás había ocurrido con ningún vampiro que yo recordara.
Ahora no eran los monstruosos Edward que ocupaba mi cabeza, era un extraño que además de unos ojos hambrientos tenía una expresión de misericordia, una melancolía que bullía por sus ojos como si le doliera cumplir una horrible orden y así, poco a poco me di cuenta que estaba viviendo una pesadilla por episodios, como si fuera una visión de corto plazo.
Todo empezaba con una nada, luego esa nada se transformaba en la carretera que conducía a la casa de los Cullen, además de estar desierta, estaba sola y una noche tan oscura como lo podía estar sin luna, podía ser perfectamente un sitio para rodar una película de terror, ya que los bichos con sus constantes sonidos, solo provocaban que se me helara la sangre en las venas.
En medio de ese solitario paisaje, veía unos ojos rojos hambrientos que me observaban desde la espesura, estaban ahí mirándome fijamente como si estuviera calculando el momento preciso para atacar a su presa. A esos ojos le seguían un rostro pálido y sin vida, era un hombre con una apariencia difícil de olvidar, parecía esos ángeles de los mausoleos con los cabellos despeinados y ensortijados, su caminar lento y con un paso decidido venia hacia mí, extendiendo un sentimiento de misericordia que sentía en lo más profundo de mi alma.
Sus pasos se detenían justo frente a mi, luego volvía la cabeza hacia la espesura como si esperara que alguien surgiera de ahí, al poco tiempo una chica rubia con una sonrisa malévola aparecía de la nada dedicándole una mirada de agradecimiento, sus ojos aun más rojos se clavaban en mi rostro prometiendo que no habría misericordia y que era mi deber morir.
Miles de punzantes dolores atravesaban mi cuerpo, haciendo que la poca resistencia empezara a desaparecer por arte de magia, sentía mis rodillas flaquear y mi cuerpo con lentitud iba precipitándose a la tierra, el misterioso hombre había estirado su mano para quitarme la conciencia de la tortura, quitándome los sentidos para que el dolor desapareciera y pudiera morir en santa paz.
— Es hora de morir, humana —siseo la mujer con un tono de desprecio…
Intempestivamente y con el corazón a punto de salirse de mi pecho, me incorpore a medias en la oscura habitación de Edward, sentía mi respirar como si fuera una sucesión de pequeñas explosiones nerviosas que no podía calmar, las lagrimas acudieron a mis ojos y un patético sollozo escapo de mis labios con una angustia que no iba a ser desapercibida por nadie.
La luz de la habitación ilumino los rincones oscuros que me habían asustado, una muchedumbre entraba por la puerta dispuestos a salvar a la única persona que no era capaz de defenderse con decencia, el primer rostro que observe entre tanta caras pálidas fue la de Alice, era la única que no había ido a espiar a las ventanas, si no que con pasos cautelosos se acercaba a la cama para comprender lo que había pasado.
— Han vuelto Alice —solloce abrazándola con fuerza—. Las pesadillas han vuelto otra vez.
— Solo ha sido un mal sueño —dijo Alice tranquilizando a la muchedumbre de vampiros—. Creímos que habían entrado para raptarte.
— Lo siento —dije limpiando las lagrimas que escurrían por mis ojos—. No quise asustarlos.
— ¿Qué ha sucedido? —pregunto Edward sentándose en la cama para consolarme.
— Son ellos —balbucee—. Ha sido igual a la persecución de James, solo que esta vez son dos personas y creo que la mayoría de ustedes los conoce perfectamente.
— Voy a colgar a Newton —mascullo Jacob mirando hacia la ventana.
Los ojos de Bella me miraron con vacilación, para luego a observar a Jacob en medio de planes dichos en voz baja para que no lo escuchara.
— No son ellos —intervino Bella sentándose al otro lado de la cama—. La guardia de los Vulturis.
— Es imposible —objeto Jasper retirándose de la ventana—, ni siquiera saben que existe.
— ¿Cómo pueden asegurar todo eso? —Inquirió Rosalie desde la puerta—, solo ha sido una pesadilla.
— No lo creas, algo similar ocurrió antes —dijo Alice para la información de su hermana—. Cuando estábamos en Chicago dibuje una zona turística, donde finalmente hallamos a Hannah a punto de morir; recuerdo perfectamente cuando dijo: Es el sitio de mis pesadillas, donde Edward solía dejarme sin una gota de sangre.
Los ojos de los vampiros aterrizaron en la nuca de Edward, como si de un momento a otro decidiera cumplir con mis más aterradores sueños, el señor Cullen hizo caso omiso a las miradas, Jacob observo a Edward como si en verdad fuera un verdugo, a mi me parecía que todo estaba traído de los cabellos por mi culpa, Edward no tenia nada que ver con lo que estaba ocurriendo en esos momentos.
— Lo mejor será que prepare una bebida para los nervios —aporto Esme al silencio—, creo que un mal sueño lo hemos tenido todos alguna vez.
Dicho esto, despareció de la habitación para ir a la cocina.
— Esme tiene razón —dijo Carlisle observando de nuevo la habitación—. Espero que te tranquilices Hannah.
Asentí con mi cabeza demasiado apenada por lo ocurrido, me tire a la cama para tratar de tranquilizarme, pero realmente me asustaba que se cumpliera aquel designio, prefería morir de un ataque al corazón, a tener que sentir esos punzantes dolores en todo el cuerpo.
— Nosotros iremos a cuidar a la niña —intervino Rosalie tirando de Emmett—. Que descanses Hannah.
— Alguien debería vigilarle mientras duerme —dijo Jacob apartándose de la ventana—, no creo que sea seguro dejarla sola.
— Yo puedo quedarme —aseguro Jasper—, así puedo sentir su intranquilidad mientras duerme.
— No creo que sea buena idea —contradijo Jacob mirándolo con recelo—, prefiero quedarme yo.
Segundos después Jacob y Jasper estaban enzarzados en una discusión, era gracioso ver aquel par peleándose por quedarse a vigilar mi sueño, todo ceso cuando Bella se postulo a si misma, de esa forma prefirieron que lo mejor era que los dos se quedaran, al parecer ninguno de los dos confiaba en ella, ni porque Bella decidiera en cualquier momento de la noche beber de mi sangre, aquello ofendió a la señora Cullen que salió más de pasos que de ganas con Alice de la habitación.
— Eso fue grosero —dijo Edward soltando un suspiro.
— Pero admítelo, no es la mejor idea —menciono Jacob tomando posesión del sofá negro—, en cualquier momento puede ser impredecible.
— Si no lo ha hecho en estos días, dudo que lo haga algún día —dijo Edward con seriedad—. Que descanses Hannah.
— Gracias Edward —dije acomodándome en la cama para dormir.
Días después de la pequeña discusión, tenia un mismo aspecto cuando las pesadillas con Edward me atormentaban. Las ojeras se iban haciendo cada vez más visibles, si no era por que aun mi corazón latía en el pecho, cualquiera diría que era oficialmente miembro del clan de los Cullen; Edward, Bella, Jacob y Jasper se turnaban para vigilar por horas mi sueño, pero realmente solo conseguía dormir unas pocas horas, siempre que los ojos rojos aparecían me despertaba con ganas de salir huyendo.
Solo Jasper conseguía que durmiera de un tirón sin ningún pensamiento, era un alivio, pero Jasper no podía quedarse todo el tiempo, las obligaciones por ir a caza e investigar sobre el próximo viaje al amazonas, no le permitían ayudarme aunque lo quisiera, por lo tanto se turnaban para verme dormir, cuando en realidad no podía hacerlo por más que lo intentara, estaba condenada aunque nadie se diera cuenta.
La inminente partida de los vampiros, había hecho que no pudiera dormir aquella noche, todos nos encontrábamos en la sala reunidos dando las ultimas puntadas al plan, Alice se paseaba de un lado para otro tratando de encontrar una imperfección en los jarrones de flores blancas, Emmett y Jasper estaban entusiasmados preparando un torneo de caza con los pobres animalitos del amazonas, por su parte Rosalie y Esme estaban enfrascadas en una charla sobre la ropa más apropiada para llevar en las maletas, cosa que no le preocupaba a Edward y Carlisle, quienes discutían sobre las posibles rutas para encontrar a sus amigos del amazonas, Bella por su parte miraba con preocupación a su hija rememorando el encuentro con Irina.
— No es tu culpa —le dije a Bella que no despegaba los ojos de su hija.
— Si es así, ella todavía siente rabia contra los lobos —dijo Bella observándome con culpa—. Jacob solo lo hizo para defenderme, si Laurent me hubiera atrapado, Victoria habría llevado a cabo sus planes.
— Laurent solo lo hacia por su conveniencia —discutí—. Si hubiera querido a Irina, no se habría marchado de su lado para unirse a Victoria, así que finalmente la culpa es de un vampiro voluble.
— Nunca lo había visto de ese modo —dijo Bella lanzando un suspiro de resignación—. De todos modos, ella esta herida por su muerte.
— Un mal inevitable de los vampiros —masculle entre dientes.
— Déjalo ya —dijo Jasper observando a su esposa un poco fastidiado—, ella no es nuestra preocupación.
Ella sacó la lengua a Jasper y luego levantó un jarrón de cristal que estaba lleno de rosas blancas y rojas y fue hacia la cocina. Una de las flores blancas se estaba marchitando, pero Alice parecía absorbida en la perfección completa como una distracción a su carencia de visión esta noche. En ese instante y de forma instintiva mi cuerpo se tenso como si me hubieran anunciado una mala noticia, los momentos previos a la noticia tan espantosa me ponía de los nervios.
— ¿Qué sucede Hannah? —pregunto Bella al verme como un gato crispado.
No tuve ocasión de responder, el jarrón caía al suelo provocando que toda actividad que hubiera en la sala quedara suspendida en el tiempo, todos los ojos estaban concentrados en los pedazos tintineantes que se esparcían por la sala sin que nadie lo evitara. Jasper salto de su sitio para zarandear a una Alice en estado de shock, sus palabras atropelladas se escuchaban como única explicación al inusual hecho.
Sus ojos a mitad de camino se fueron cerrando sobre el futuro amplio, mire fijamente, concentrándome en su fina cara antes de que ella pareciera desbordada. Al examinar sus ojos, se pareció a la acción de mirar fuera de una tumba; fui hundiéndome en el terror, la desesperación y la agonía de su mirada fija… se escucho el jadeo de Edward; esto era un sonido roto, medio ahogado.
— ¿Qué? — Gruñó Jasper—, ¿Qué Alice?
— Ha sucedido —susurre con mi vista concentrada en Alice.
Emmett se desplazo hacia las ventanas, esperando que alguien empezara el ataque desde el bosque. El resto de los vampiros estaban en silencio y expectantes por lo que pudiera decir Alice, milagrosamente a todo esta situación, Nessie seguía durmiendo como si nada estuviera pasando y su mundo no se viera afectado por la decisiones erradas de los mayores.
Jasper sacudió a Alice de nuevo. — ¿Que es?
— Ellos vienen por nosotros —Dijeron Alice y Edward en susurró, perfectamente sincronizados—. Todos ellos. Silencio.
El sueño que me estaba atormentando desde hacia días, empezó a desfilar ante mis ojos con más claridad que nunca, la decisión había sido tomada, ellos vendrían por los Cullen, buscaban quedarse con Alice. Mis ojos se pasearon por los vampiros, Bella tomo a su hija en brazos y la abrazo en busca de consuelo, el resto a excepción de Edward y Alice, parecían meditar las palabras algo preocupados por la inesperada decisión.
Me pregunte si el clan de Denali habría dicho algo acerca de mi, si Irina sabia de mi existencia, razón de más para que los Vulturis decidieran acabar con los Cullen, al parecer no eran capaces de guardar el secreto de su existencia, sacudí mi cabeza, era imposible que lo supieran, en caso de ser así, ellos mandarían una expedición para terminar con mi vida pensando que era un peligro para toda su especie, realmente no sabrían de mi quizás mucho después, a menos que los de Denali hubieran abierto la boca.
— Los Vulturis — Gimió Alice.
— Todos ellos —Gimió Edward al mismo tiempo.
— ¿Por qué? —Alice susurró a ella misma—. ¿Cómo?
— ¿Cuándo? —Edward susurró.
— ¿Por qué? —Esme resonó.
— ¿Cuándo? —Jasper repitió en una voz como la fragmentación de hielo.
Los ojos de Alice no parpadearon, pero era como si un velo los cubriera; ellos se pusieron absolutamente en blanco. Sólo su boca conservó su expresión de horror. Era evidente, no había mucho por hacer, solo esperar a que hubiera el llamado "juicio", decretando la muerte del clan Cullen, para devolver la paz a los ancianos vampiros.
— No hay mucho tiempo —Dijo ella y Edward al mismo tiempo. Entonces ella habló sola—. Hay nieve sobre el bosque, la nieve sobre la ciudad. Poco más de un mes…
— ¿Por qué? —Carlisle pregunto nuevamente.
Esme contestó. —Ellos deben tener una razón. Tal vez ver...
Claro que la tenían, la envidia de que los Cullen contaran con la lealtad de un vampiro como Alice, único en su mundo y especie, ni que decir, esperando con ansias cualquier excusa para eliminar a quienes competía con ellos.
—Esto no es sobre Bella —dijo Alice huecamente—. Vienen todos Aro, Cayo, Marco, cada miembro de la guardia, aún las mujeres
—Las mujeres nunca dejan la torre—la contradijo Jasper con una voz plana—. Nunca. No durante la rebelión del sur. No cuando los rumanos trataron de derrocarlos... Ni siquiera cuando cazaron a los niños inmortales. Nunca.
— Ellos ahora vienen —le susurró Edward.
— ¿Pero Porqué? —Carlisle dijo otra vez—. ¡No hemos hecho nada! Y si hemos hecho lo posible para que no vinieran
— Hay tantos de nosotros —Edward contesto de manera aburrida—. Ellos deben querer asegurarse de... Él no termino.
— ¡Eso no responde a la pregunta crucial! ¿Por qué? —insistió Carlisle.
Jasper insistió a su esposa que buscara el detonante de la visión, por mi parte, parecían que se habían olvidado que yo también ocupaba la sala, hablaban en término de vampiros, pero al igual que la expedición no me incluían en ninguna de sus preocupaciones. Los vampiros siguieron preguntándole a Alice, tratando de hallar la solución al problema que se les venia encima, Carlisle y Jasper la miraban como si fuera a darles alguna esperanza, perseverando que ella les dijera que habría una solución a todo este enredo.
—Piensen en lo que ella vio esa tarde —dijo Bella en voz baja, interrumpiendo a Emmett que comenzaba a decir algo—. ¿A alguien que había perdido a una madre debido a los niños inmortales, que se le parece Renesmeé?
— Un niño inmortal —le susurró Carlisle.
Edward se arrodillarse al lado de su esposa e hija, envolviendo sus brazos sobre las dos.
— Pero ella se equivoca —continuo Bella—. Renesmee no se parece a aquellos otros niños. Ellos fueron congelados, pero ella crece tanto cada día. Ellos estaban fuera del control, pero ella nunca le haría daño a Charlie, Sue o Hannah ni les muestras cosas que los pueda perturbar. Ella tiene control de sí misma. Ella es más inteligente que la mayoría de los adultos. No habría ninguna razón...
— Si la hay, cuando la gente nunca ha visto algo igual —dije interrumpiendo su monologo—. Si para nosotros no fue fácil asimilar que los vampiros podían procrear hijos, ellos no lo entenderán, lo verán como un peligro, como algo que no debe existir…
— No es el tipo de delito que merezca hacer un juicio —dijo tranquilamente Edward—. Aro vio a Irina en sus pensamientos. Ellos vienen para destruir, no para razonar.
— Pero ellos se equivocan —dijo Bella con terquedad.
— Ellos no nos esperarán para mostrarles eso —prosiguió Edward con un suspiro—. A ellos no les importa.
— Quizás es hora de marcharme —comente frunciendo los labios.
— Es lo mejor —apoyo Jasper con resignación—. Ellos no deben saber que existes, o también la decisión te alcanzara.
Todos los vampiros voltearon sus miradas hacia Jasper, él tenía razón, mi presencia en casa de los Cullen solo provocaría mi muerte, Esme me cubrió con sus brazos tratando de consolarme, los ojos rojos volvieron hacer su aparición y provoco que mis ojos se humedecieran, mirara por donde mirara estaba condenada a morir, mi voz tenia que ser silenciada para que los vampiros pudieran vivir en paz.
— Podemos enviarla a otra ciudad —propuso Bella con optimismo—. Así ellos no sabrán que estuvo aquí.
— Temo que no será suficiente —dijo Edward soltando un gemido—. Ellos la vieron en mi pensamiento.
— ¿Cómo? —pregunte alzando mi cabeza con expectación y limpiando algunas lagrimas.
— Lo siento Hannah, era verdad lo que te dije el día antes de la boda —dijo Edward agarrando su cabeza con las manos—. No saliste de mi cabeza en ningún instante, cuando Aro tomo mi mano en Volterra irremediablemente estabas en ella.
— Esto es un serio aprieto —dijo Rosalie bufando—, ¡¿Cómo has podido ponerla en peligro, Edward?
— Ha sido inevitable —dijo Alice calmando los ánimos—. Todos llegamos a pensar que estaba muerta, así que con mucha suerte, no decidirán nada acerca de esto.
— ¿Es seguro Alice? —pregunto Emmett preocupado.
— No soy infalible, cualquier decisión de ahora en adelante, puede desencadenar en cualquier hecho —contesto Alice mirándome con dolor.
Me sumí en una espiral de pensamientos de acuerdo con las palabras de Alice, los vampiros continuaron haciendo planes para detener a los Vulturis en su decisión, no me emplee a fondo para discutir sobre la proposición de Emmett, sabría que todos vendrían y testificarían a favor de Nessie, así que por el momento no me preocupaba por las decisiones que se estaban tomado en aquel instante, simplemente sabia que tendrían que llamar a todos sus conocidos, mientras que yo saldría a refugiarme a casa de Charlie para salvar mi vida.
Ahora si no podría dormir en paz, ellos vendrían por mí, pero no a causa de los pensamientos de Edward, si no por todo lo que estaba sucediendo, lo sabia cuando aterrice, tenia que morir y no me daba miedo, antes quería que todo terminara pronto, debía volver a Chicago para poder concluir todo el asunto de la boda, todos debían estar preocupados, mientras yo pasaba vacaciones en mi cabeza, me había olvidado de todos ellos, de mi familia, de la que seria parte de ella por estar resolviendo problemas ficticios, así que no me quedaba más remedio que ir al encuentro con la muerte, así no me gustara mucho el dolor.
— Vamos a tener que darnos prisa antes de que la nieve caiga. Tenemos que reunir a todos aquellos que quieran, para mostrarles la razón — dijo Alice haciendo que saliera de mi trance—. Pregúntale a Eleazar. Hay más de esto que sólo un niño inmortal.
Observe a la menuda vampira perderse de nuevo en el futuro, tratando de hallarle sentido a un punto ciego que la tenia muy molesta, aunque Edward trato de encontrar sentido a sus visiones, Alice no le dio tregua, el resto continuaba enfrascado en tener testigos para que los Vulturis escucharan su versión. Nada podía hacer yo para ayudarles, era inútil en este caso, una humana temeraria nada tenía que ver con los entresijos del mundo de los vampiros. Alice tomo la mano de Jasper y comenzó tirando de él hacia la puerta de atrás.
—Voy a ver mejor lejos de Nessie, también. Tengo que ir. Tengo que realmente concentrarme. Tengo que ver todo lo que pueda. Tengo que ir. Vamos, Jasper, no hay tiempo que perder —dijo Alice impaciente por marcharse.
Jasper siguió rápidamente, la confusión en sus ojos era igual que la de Edward. Ellos salieron por la puerta hacia la noche. Nunca más los volvería ver, al menos ellos tendría vida, mientras yo me iría a mi realidad de una vez por todas.
— Rápido —dijo Alice como su última despedida—. Tienen que encontrar a todos.
— ¿Encontrar a quien? —Pregunto Jacob, cerrando la puerta detrás de sí mismo—. ¿Donde va Alice?
Nadie respondió; todos sólo mirábamos fijamente. Jacob sacudió su mojado cabello y tiró sus brazos a través de las mangas de su camisa, poso sus ojos en Renesmee. Era evidente que cada días más su apego por la niña iba en aumento, al igual que se iban debilitando los lazos que aun lo unían a mi, no habría ningún problema con Jacob cuando muriera, tenia quien lo consolara cuando se diera cuenta de mi inevitable partida.
—Hey, Bells. Pensé que ya se había ido casa por ahora... —pronuncio Jacob y de repente se dio cuenta de la seriedad tanto de los vampiros como mía—. ¿Qué ha pasado?
Jacob miró a Bella, por último, parpadeo y, entonces miro fijamente mi rostro con algunas lágrimas que no se habían terminado de secar, Jacob echó un vistazo abajo, con ojos amplios, en el punto mojado del suelo, las rosas dispersadas, los fragmentos de cristal. Sus dedos temblaron.
— ¿Qué? —pregunto simple y llanamente, observándonos a todos—. ¿Qué pasó?
Jacob cruzó la sala en tres largos pasos y cayó de rodillas al lado Renesmee y Bella. Luego sus ojos marrones se dirigieron hacia mí, buscando el indicio de algo que le diera respuesta al repentino cambio, sus brazos comenzaron a temblar, algo no estaba bien y lo comenzaba a notar.
— ¿Está bien? —Exigió, tocando la frente de Nessie e inclinando la cabeza para escuchar su corazón—. No me asustes Bella, por favor.
—Nada tiene de malo Renesmeé —dijo Bella con la voz ahogada.
— ¿Entonces que? —insistió Jacob demasiado impaciente.
—Todos nosotros, Jacob —susurro Bella—. Ha terminado. Todos hemos sido condenados a morir.
— ¿Y Hannah? —indago el lobo con los ojos preocupados.
— Ha sido mi culpa —musito Edward sentándose a mi lado y paso un brazo por mis hombros para reconfortarme—. Yo la condene hace meses atrás.
Esas simples palabras, simples palabras que me convirtieron en el próximo blanco de los vampiros de Volterra.
Hola a todos los lectores, he vuelto de nuevo y un poco más rápido que mi anterior ausencia. En verdad lamento demorarme tanto, pero me es imposible trabajar a ritmo de flash cuando tengo muchas cosas que hacer. La buena noticia es que la fe ha regresado, por fin ha terminado esa etapa oscura que no me permitía avanzar y la verdad me alegro, por que en verdad hace mucho tiempo debí haber terminado esta historia.
Muchísimas gracias a los que aun continúan aquí, también a los que me dejan sus mensajes, en verdad aprecio el tiempo que le regalan a cada capitulo de esta historia, sin ustedes no lucharía contra el tedio que produce demorarse tanto para volver. Y espero de todo corazón que se alegren con este nuevo capitulo, creo que me he enmendado un poco con lo que he escrito los últimos capítulos.
Un saludo para todos y espero reacciones a esta nueva situación.
Hasta una próxima actualización… hasta entonces.
;) Kathyarius
