Espero puedan disfrutar del siguiente capítulo, por temas netamente de tiempo me demore mucho más de lo normal. Indicar que, si hay personas sensibles no seguir leyendo más allá de la conversación con Bella, aunque también indico que no es nada muy explícito. Aclarado ese punto espero disfruten.

iba corriendo a toda velocidad por entre los árboles, solo un paso por detrás de Edward, corríamos tan rápido que el corazón se me saldría por la boca, pero no me importaba, debía llegar lo antes posible a Forks. a esta velocidad no podía hablar así que preferí comunicarme solo con mi mente.

- ¿estás seguro que ella no estará en tu casa?

-Alice se encargará ya me ocupe de eso

- ¿y Emma?

-mucho menos, ella solo ha ido dos veces desde que te fuiste

-está bien- no podía evitar estar nervioso las manos me sudaban. Primero iría a ver a papá, quería que estuviera tranquilo, quería que supiera que lo amaba y que a pesar de todo lo que hayamos pasado seguiremos siendo una familia. Quería ver a mamá que supiera que no estaba molesto con ella, y también quería ver a Emma, que supiera que soy un idiota por lo que le dije.

-Estas muy nervioso debes controlarte un poco

-qué esperas solo tengo 17- sonrió ante mi respuesta

Estábamos nuevamente en la frontera con Canadá, pero ahora si debía descansar, paramos un poco y tome aire, no necesitaba tanto como un humano, pero sí el suficiente.

- ¿Estás listo?

-no

-podemos descansar más si quieres

- no es eso. Mamá estará molesta

-tu madre lo único que quiere es verte.

- ¿cómo lo sabes?

-es tu madre, las madres siempre quieren vernos. Yo me he marchados tres veces del lado de Esme y cuando he vuelto siempre ha estado con los brazos abiertos.

-Si, tienes razón, pero… Papá si va a estar furioso.

-Quizás un poco, pero está esperando por ti.

-Y...

-Ni siquiera tengas una excusa para Emma, no la tienes.

-en realidad no la tengo.

- ¿quieres seguir? - mire hacia el frente con la inmensidad de árboles cubiertos de nieve

-sigamos

-perfecto.

Seguimos nuestro paso rápidamente, la primera parada sería en la casa de los Cullen no sé porque, pero Edward dijo que era para sacar de alerta a la familia luego de eso yo podía hacer lo que estimara mejor. Luego de poco tiempo de haber cruzado la frontera, llegamos a la casa Cullen, pare en seco cuando la vi.

-Relájate.

-está bien

avanzamos a paso humano hacia la casa y entramos por el garaje, divise el auto de Carlisle de inmediato. íbamos a entrar a la casa cuando se me abalanzaron.

-Por fin llegas- estaba confundido- tu madre a estado infinitamente preocupada, ¿sabes lo que la has hecho pasar? ¿lo triste y preocupada que ha estado?

-Alice déjalo tranquilo

-está bien. Al menos las cosas se solucionaron entre ustedes. No necesito visiones de futuro para saber eso. - Ella era muy extraña, pero se notaba que tenía un gran corazón. Detrás de Alice apareció Esme y abrió sus ojos enormemente mientras se dibujaba una sonrisa en su rostro.

- Anthony, que alegría que estés de vuelta.

-Hola Esme- me dio un suave abrazo luego se dirigió a Edward

-Hijo que bueno que pudiste traerlo, Bella va a estar muy aliviada y feliz. ¿ahora irás con ella? - se dirigía nuevamente a mi

-primero iré a ver a mi padre, creo que debemos conversar. luego iré con mamá

-sabia decisión

-vinimos acá primero para que bajaran la guardia y para hablar unos temas con Carlisle.

- ¿entonces ya me puedo marchar?

-ve, pero no bajes la guardia con Victoria, no sabemos si tiene a más gente de su lado.

-ok. iré entonces a hacer lo que tenga que hacer- dicho esto me dispuse a salir por la puerta del mismo garaje por la que habíamos entrado.

- ¿irás a pie? - Alice me miro fijo

-No tengo licencia

-ahora si- me entregó mi nueva licencia, era exactamente a la antigua

- ¿Como?

-no preguntes tu solo se feliz con ella e intenta que no te la quiten.

-está bien

-y… toma- en mis manos puso las llaves de un auto- es sobrio y no llamara tanto la atención- dude un poco ante esto- es un préstamo así que no te aflijas.

-está bien, pero se los devolveré lo antes posible, ahora con licencia conduciré el mío.

Me subí al auto que me había prestado Alice, y me encamine en la casa donde había vivido casi toda mi vida, recuerdo que el día en que mamá y yo nos marchamos había empacado todas mis cosas, pero deje mi saxofón, estaba tan molesto con que no quería saber nada de él, el saxofón lo único que haría seria recordármelo. Pero luego mamá llego con mi saxofón, Derek y yo siempre fuimos unidos pero ese saxofón había rearmado ese vínculo que en algún momento sentimos quebrantado.

conduje lentamente, no quería verlo, ¿estaría feliz, molesto de verme? sabía que lo había defraudado primero que todo me había marchado días sin que él supiera nada de mí, eso conllevaba a que hubiera dejado la escuela. Estaba más nervioso de lo normal, y estacione mi auto fuera de la casa de mi niñez, había llegado más rápido de lo esperado, apreté las manos contra el volante de manera firme hasta que me di cuenta que estaba marcando mis manos, inhale hondo y salí del auto, ¿tocaba o sacaba las llaves de donde sabía las escondía? no era mejor tocar. Presione el timbre de manera temerosa como si tocarlo me fuera a hacer daño, escuche sus pasos dentro un poco atarantados como si estuviera esperando algo, al abrir la puerta fijó sus ojos negros en los míos. Solo se quedó mirándome callado con cara de sorpresa incertidumbre en realidad no sabía de qué, al parecer debía hablar yo primero.

-Yo solo quería verte… sé que lo que hice estuvo mal y… que los preocupé a ti y a mamá y que claro ninguno de los se merece esto y… -Sentí su abrazo, sus brazos rodearme como cuando era niño, se separó un poco de mí y tomo mi cara entre sus manos pude ver sus ojos vidriosos.

-Nunca en tu vida vuelvas a hacerme eso.

-está bien

- ¡Jamás! - recalcó

-jamás. - Estaba molesto se le notaba, pero también estaba aliviado de verme, de pronto ya no me sentía tan nervioso y se me era más fácil leerlo.

Entramos en la casa, estaba un poco desordenada con cientos de periódicos tirados, pude observar bien y había un par de botellas de bourbon vacías, definitivamente la había pasado mal.

- ¿Hablaste con tu madre?

-no, pero iré, quería primero hablar contigo verte, saber cómo estabas. -suspiro

-estoy demasiado enfadado contigo, pero también muy, muy aliviado de que estés acá, y bien. ¿Dónde habías estado?

-más que nada en Canadá cerca de Alaska

- ¿y qué hacías?

-caminar, pensar, ser un estúpido.

-No eres un estúpido solo… eres joven hijo y actúas antes de pensar yo también lo hice cuando fue joven.

-aun eres joven papá- sonrió

-ya no tanto

- ¿has visto a mamá?

-no, ella y yo no hemos hablado desde que te fuiste

-discutieron… y tiene que haber sido algo fuerte para que no se hablen en tanto tiempo, ni siquiera cuando se divorciaron estuvieron tanto separados.

-Yo dije cosas malas, pero otras ciertas que duelen es… - fijo la vista en mí. - Es cosa de adultos.

-soy joven, pero no un niño papá

-lo sé. - hubo un momento de silencio. - tu jovencito debieras ir a verla, según Emma no ha ido en días a la biblioteca

- ¿has visto a Emma?

-sí, ella y Peter se están haciendo cargo de la biblioteca, como te dije, tu madre no va casi desde que te fuiste.

-iré ahora, ¿cómo has visto a Emma?

-Ella… la verdad los primeros días estuvo bastante triste, pero se repuso y ha cuidado de tu madre.

- ¿cómo sabes eso?

-Porque a pesar de que pueda cuidar de tu madre sigue siendo una niña con una salud delicada de la cual hay que tener atención.

-Y tu como doctor está pendiente

-por supuesto. -guardamos un momento de silencio- De verdad estoy muy, muy aliviado que estés acá. Pero deberías ir a ver a tu madre.

-iré, pero tu también deberías ir y verla. - me sonrió

-iré, pero no hoy, hoy debe ser feliz con tu regreso. -

Dicho esto, y con un abrazo tan de padre de los que él daba me dejó en la puerta y me encamine a ver a mamá. Iba con confianza, sabía que ella solo quería verme, no con la timidez con la que conduje a la casa de mi padre. Aparqué rápidamente el auto prestado junto al de mi madre, pero no tenía llaves, en algún momento de mi viaje las perdí, escalé el árbol junto a mi ventana que estaba abierta.

Mi habitación estaba intacta pero limpia, era como si no me hubiera ido agudice mi oído y mi olfato, mamá estaba en la sala, baje lentamente la escalera sin que me viera o escuchara, estaba sentada en el sofá, con la televisión encendida pero no la miraba, solo estaba sentada, tenía entre sus manos una taza de café y podía notar sus ojeras, entre lentamente a la habitación pero hice sonar mis pasos, sabía que no podía llegar y sorprenderla, se asustaría. al escucharme entrar tenso sus hombros mandíbula y manos

-Si eres tú Edward espero que traigas a mi hijo, si no… vete. -dijo con voz firme

-no soy Edward, pero me parezco- se giró rápidamente y abrió los ojos de manera enorme y con sorpresa, luego se le pusieron vidriosos. dejó la taza en la mesita junto al sofá y se paró rápidamente, corrió a mis brazos y me abrazo, me abrazo solo como ella podía hacerlos como cuando me perdía en el bosque y luego llegaba lleno de barro, me abrazo como cuando llegué de mi primera caza. Tomo mi rostro en sus manos y me beso en la cara, luego tomó mis manos y me las reviso me miro de pies a cabeza verificando que yo estuviera bien.

- ¿Dónde estabas? -

-Solo lejos, pensando

-no pienses tan lejos por favor.

-lo considerare

- no lo consideres hazlo.

-está bien- nos sentamos en el sofá donde ella estaba hace unos minutos.

le relate mi historia, le dije donde había estado, las que había pasado no con mucho detalle no quería que se preocupara, le mentí y le dije que, si había comido bien y que, si había dormido, ella no merecía pasar por más preocupaciones. Le conté la conversación que tuve con Edward y que ya no lo odiaba tanto, pero ella no podía ver lo que yo así que ella sí lo odiaba. le dije como me había ido con la visita de con papá, y se molestó porque no le había avisado que yo había vuelto. después de toda esa conversación tocaba el perdón.

-quiero que me perdones, por todo esto, por todo lo que te hice pasar y no quiero que me digas "obvio que te perdono" quiero que lo pienses.

-no, quiero que tú me perdones a mí, por haberte ocultado la verdad, por no contarte desde el inicio tu real naturaleza, por no decirte que él era tu padre, perdóname.

-creo que es nos deja sin cuentas ¿verdad? -sonrió

-no lo creas, estas castigado. Faltaste demasiado al instituto

-Está bien, pero hoy necesito salir

- ¿a ver a Emma?

-sí, a ver a Emma

-Está enfadada, fue fuerte.

- me alegra saberlo, que se reponga sin mí.

-Hijo ¿que sientes por ella? - su pregunta me descolocó- y me puso algo nervioso, comencé a chocar las palabras mientras hablaba

-la quiero mucho, ella es mi mejor amiga, es mi confidente, mi compañera siempre ha estado para mí como yo para ella. Y a pesar de todo lo que hemos pasado, lo que se ha dicho de ella, de mí, seguimos adelante, con la frente en alto.

-te enseñe siempre a caminar con la frente en alto.

-sí, pero no me preparaste para todo lo demás, lo de Emma, lo de su tío, y mejor no sigamos enumerando cosas que me sacan de mis cabales pronto -solo me sonrió

-No, la verdad no te prepare para ninguno de esos infiernos. Sólo tienes diecisiete hijo, pero siempre has sido muy maduro, eres un viejo en un cuerpo joven. Así naciste, en el fondo eres como tu padre. - detuve la mirada en sus ojos chocolate, sabía que no hablaba de Derek- creo que por eso siempre quise ocultar de ti mismo tu naturaleza, quien eras realmente, porque no quería que fueras como él, y creo que también por eso siempre estuvo tan presente, verte crecer y ver cómo te convertirías en alguien tan parecido a él fue un proceso largo y un poco triste.

- ¿Lo amas?

-lo amé, con locura, como una chica de diecisiete años puede amar, lo amé sin pensar en peros ni porqués. Y no me malentiendas también amé a Derek, pero el amor con él fue algo concreto, lo amé con inteligencia y amé esa forma tan desentendida que tenía de mi pasado, sin que él dijera un, pero. Y respondiendo a tu pregunta. No, ya no lo amo, no en ese modo al menos, pero verlo a él es verte a ti mi niño y no te puedo negar que hay un cariño porque él sí me entrego al hombre de mi vida.-dicho eso, depositó su mano en mi rostro - Ahora volviendo al inicio, eres muy maduro e inteligente y quiero que sepas que no tengas miedo de admitir tu amor por Emma, ella es joven y tú también, pero sé que se es capaz de amar a tu edad, yo no te juzgaré tu padre menos aún pero piensa que eso puede ser liberador para ambos.

Pensé un momento todo lo que me estaba diciendo, mamá podía ser tan motivacional a veces, pero tenía razón yo la amaba, amaba su sonrisa, su forma de caminar, sus manos sucias con carbón de sus dibujos, y odiaba a cualquier hombre que se atreviera a verla como un algo, pero había un, pero.

-Es que todo lo que ha pasado ella… Es… no puedo.

-Tienes que dejar de pensar en eso hijo, tú ves más que ese incidente en ella, y es una mujer sabe que hay malditos que la pueden dañar porque lamentablemente le paso, pero también sabe que hay hombres que la protegerían y jamás le harían daño. Por eso te ama, porque ella ve en ti toda la seguridad y el amor que necesita y se merece. Pero tú debes dejar de ver a la niña que profanaron y ver a la mujer que te ama y desea- al decir esto se ruborizo un poco. y yo también

- tienes razón, si estoy enamorado de ella.

-y... ¿qué haces acá entonces? - me sonrió y yo de vuelta. - Esta semana Peter está cerrando la librería, ella debe de estar en su casa. Mary no está se fue antes de navidad a Seattle no volverá hasta después de año nuevo así que puedes ir y golpear a esa puerta, y no escabullirte por su ventana- ¿cómo sabía eso ella? - no me mires así, que no te dijera nada no significa que no lo supiera. Ahora Ve.

Salí por la puerta del frente y corrí como un loco casi me salgo de protocolo de velocidad en público, iba con una sonrisa que llenaba todo mi rostro. Llegué vi mi auto aparcado fuera de su casa, eso significaba que evidentemente estaba, pero no iba a entrar por la puerta, si golpeaba ella miraría antes de abrir y ya no la sorprendería. Fui por nuestro método convencional, subí por uno de los costados de la casa y escale la ya conocida y utilizada reja de madera, de manera hábil me logre apoyar del borde de su ventana y la vi, tenía sus enormes audífonos puestos y dibujaba con su carbón, entré con delicadeza sin que se diera cuenta de mi presencia, pero a decir verdad estaba impaciente. En una fracción de segundo había logrado entrar en su habitación sin que ella lo notara. Todo este lugar olía a ella, era un aroma embriagador, nunca un humano me ha hecho perder la cabeza por sangre, pero sí sabía distinguir su dulzor solo con su aroma. Mire por encima de su hombro, dibujaba su habitación, o una parte de ella, siempre dibujaba la misma pared con la misma silla y lámpara, una y otra vez. Justo en ese momento ella rompió su carboncillo, pero hábilmente le entregue otro que ella recibió sin darse cuenta, pero cuando su cerebro unió un par de piezas dio un salto que la dejó en el otro lado de su habitación. Me miró fijo.

- ¡IDIOTA! - dio un gran suspiro

-Lo siento

- en estos días es un tanto peligroso que hagas eso, digo, por la cantidad de vampiros residentes actualmente. -Estaba enfadada, lo podía ver es su mirada.

-Toda la razón, perdona mi imprudencia.

- ¿Qué haces acá?

-volví hoy y… quise pasar a decir hola

-Pensé que no hablabas con traidores- golpe bajo

-si respecto a eso… decidí perdonarte- ni siquiera se daba cuenta que le tomaba el pelo

- ¿Así, no me digas? - Esto aumentaba su enojo y su indignación

-Si, ya lo decidí, pensé "Anthony, debes perdonar a esta muchacha, la verdad es que tú eres su único amigo y se quedara sola si no le hablas"-Abrió sus ojos como si yo estuviera loco

-Te recuerdo que tu también te quedarías solo, Y la verdad espero de todo corazón que sea una maldita broma.

-mmm… no, no lo es.

-Bien entonces ya que dijiste lo que tenías que decir, te pido que te vayas, tengo mucho que hacer

- ¿cómo dibujar una pared? por 8000 vez

-No, yo... Saldré

-Oh! ¿saldrás?

-sí, a la tienda

-odias ir a la tienda

-pero debo hacerlo. - seguía parada en el mismo lugar, mientras yo le tomaba el pelo-

-Entonces te espero acá, veras nevara dentro de poco y la verdad no me interesa estar expuesto ya lo hice demasiado- relajó sus hombros y dio un gran suspiro, se frotó la frente en modo de frustración.

- ¿A qué viniste Anthony? - nunca me llamaba por mi nombre de pila

-Vine a ver como estabas, a hablar contigo, a pedirte perdón por lo que dije, por dejarte. A ver que no sea tarde para reparar lo que rompí

- ¿y que rompiste?

-lo nuestro y a ti

-A mí no me rompiste Anthony yo… estoy bien me dio mucha tristeza lo que dijiste, y si, llore un poco, pero sabes que la he pasado peor. Se que estabas molesto y con derecho, y si quieres recuperar nuestra amistad sabes que siempre estaré para ti.

-Es un alivio saber que eres más fuerte. Pero no vine a recuperar nuestra amistad.

- ¿Entonces?

-Vine a recuperar una cosa especial, vine a recuperar esa complicidad que tenemos -me acerque lentamente- a recuperar esas miradas furtivas, vine a recuperar la tensión que sientes cuando me acerco así, vine a recuperar el nerviosismo que siento al mirarte detenidamente, a recuperar esa cosa rara que sentimos cuando vamos al bosque y nadamos- llegue junto a ella- lo nuestro-su corazón estaba acelerado y su respiración agitada- vine a hacer algo que debí haber hecho hace mucho. -

Tomé su cara entre mis manos y la bese, Bese esos suaves labios que había mirado detenidamente tantas veces, al principio fue tímida, pero para mí alivio de un momento a otro me respondió de la misma forma que yo, mi boca estaba inundada por su aliento y sus dedos enredadas en mi cabello. Mis manos viajaron de manera veloz a su cintura, de verdad lo había deseado hace tanto tiempo, porque la deseaba a ella, toda ella, en cuerpo y mente, deseaba a la mujer que era.

Nos separamos un poco y acompasamos la respiración, ella tenía sus ojos cerrados y apoyó su cabeza en mi hombro, acaricie su cabello mientras su aroma impregnaba mis fosas nasales.

- ¿Estás seguro?

-si ¿y tú? - pude notar que se sonrió

-sí, pero quiero que hagas algo por mi

-dime

-no quiero volver a ver compasión en tu mirada, en dos días es año nuevo y quiero ser una mujer normal, sin medicamentos, sin aborto, sin tío. Solo Emma Martin, huérfana, mala artista, estudiante promedio y novia de Anthony Harris. - Sonreí cuando dijo eso.

-Espera primero. - Aclare mi voz- Emma Eleonor Martin, sé que tenemos una larga amistad desde que te preste mi libro de geometría, y que claro hemos pasado muchas aventuras juntos, pero me preguntaba y después de muchos siglos de pensarlo si ¿quieres ser mi novia?

-sí, quiero ser tu novia, pero, con una condición

-wow, que rápido tenemos condiciones dime lo que deseas y te lo daré

-sin límites- mi sonrisa fue más amplia

-sin límites, entonces ya somos novios

-si

Sellamos esta nueva versión de nosotros con un nuevo beso, al principio fue suave, luego Emma se retiró y me tomo de la mano sentándonos a ambos en su cama, y volvió a besarme, la verdad era sorprendente sentir la boca de Emma junto a la mía, saber que ella también deseaba lo que yo. Y era estúpido pensar que yo podría hacerle daño de algún modo, yo la había protegido siempre, desde que nos conocimos, desde que la vi con sus enormes ojos azules, y su cabello claro. Ahora era casi negro, las tinturas se encargaban de aquello. Rápidamente la respiración de Emma se agito y la mía no demoró en acompasarse con la suya. Emma jugaba con el cordón de mi sudadera y luego lo apretó en su mano, tirando más hacia ella generando que nos fuéramos recostando de a poco en su cama. No me imaginaba que ella quisiera esto, no ahora. Me separe un poco de ella.

-Emma- teníamos la respiración más que agitada y mi corazón que de por sí ya era más rápido de lo normal ahora era como el aleteo de un colibrí.

-Tony

-No

- ¿por qué no?

-No creo que sea correcto aun-sonrió

- ¿por qué?

- no lo sé, solo...

-Yo sé que tú has estado con otras chicas no veo el problema ahora.

-porque eres... tu

-exacto porque soy yo. Ellas eran… solo chicas.

-Si eso es verdad, eran solo chicas y tú Eres mi ahora novia.

-Por eso mismo no veo el error, con cada cosa que dices me das más la razón Tony-era verdad, cada excusa que decía le daba la razón a ella.

-solo…- ya no sabía qué decir

-respóndeme algo ¿lo deseas? se sinceró y por una vez no pienses en cómo me sentiré

-sí, lo sabes- se ruborizo

-bueno, yo también, lo deseo desde hace mucho, buenonomucho pero... sí… lodeseo- empezó a atropellar sus palabras

No sabía que hacer era toda una encrucijada mente versus cuerpo, ser vulnerable a mis instintos o pensar de forma racional y madura. Mis pensamientos se fueron por un caño cuando Emma volvió a atrapar mi boca con la suya, y yo caí ante eso, la besé como había deseado hacerlo hace tanto, lentamente volvió con su juego de manos en mi sudadera y empezó a tirarme hacia ella, pero esta vez cedí, cedí ante su aroma, su boca y sus manos manchadas con carbón. Emma quería que yo quedara sobre ella, pero se notaba su nerviosismo al intentarlo, así que con hábil pero suave movimiento la deje a ella sobre mí. Su corazón se aceleró aún más, y clavó sus ojos inmensamente azules en los míos.

- si por un momento, te sientes incomoda yo paro.

-Tony…

-solo dime que me lo dirás, promételo.

-lo prometo.

Dicho eso, comencé a desabotonar su chaleco y se lo saque, quedo solo con su camiseta dejando que se traslucieran sus bellos senos. Yo estaba sentado en la orilla de la cama y ella sobre mis piernas de frente a mí, acaricie una de sus mejillas con mis dedos, pero no me permitió seguir ya que tomo mi sudadera en conjunto con mi camiseta y los retiró por encima de mi cabeza, dejándome con el torso totalmente desnudo. Paso sus manos explorando mi abdomen con sus dedos y sus ojos, hasta que las empezó a descender de manera peligrosa, pero la detuve, debíamos avanzar más lento, empezó a besar su cuello de manera insistente y ella enredo sus dedos en mi cabello cobrizo, la verdad no sabía si resistiría más con ella sobre mí, con ese suave movimiento. La tome de la cintura y suavemente la deposite en la cama quedando encima de ella, nuevamente volví a sus labios y deslice mi mano por debajo de su camiseta, tocando su vientre debatiéndome si llegar o no a sus senos. Su mirada nerviosa me dio el pase para seguir adelante, así que con la punta de mi dedo los toque cuando no note ni una pizca de incomodidad seguí, atrapando uno de sus senos de manera delicada en mi mano, ella tocaba mi espalda hasta que su mano llego a mi cinturón para empezar a retirarlo, no aguante más debía tenerla desnudo alce sus manos que solo habían alcanzado a desabrochar mi pantalón. Una vez con sus manos sobre la cabeza retire su camiseta dejando al descubierto sus dos hermosos pechos. La bese en el cuello y luego hice un camino de besos hasta sus caderas y de apoco retire su pantalón, le cedí a ella lo de su ropa interior, quería que ella diera el pase. Así que hay estábamos, casi desnudos a punto de culminar lo que al parecer habíamos deseado ya hace tanto. Me incorporé y me tomé solo un momento para admirar su cuerpo, simplemente era perfecta. Volví a mi posición inicial sobre ella, pero sin aplastarla, su corazón era el retumbar de mil tambores. La bese en los labios, pero su beso era insistente, y sus manos inquietas jugaba nuevamente con mi pelo, enredo sus piernas a mi cintura, haciendo que yo cediera sobre ella, con esas mismas piernas kilométricas empezó a bajar mis pantalones sin detener sus besos y su amarre a mi cuello. El trabajo de sus piernas no terminó hasta que me tuvo completamente desnudo sobre ella, la tome de la cintura y la acomode para tenerla frente a frente lo único que nos separaba ahora era su ropa interior. De su cintura mi mano bajó a su cadera, hasta llegar al borde de su tanga, enganche mi dedo en ella para empezar a retirarla lentamente, pararía de inmediato si veía un solo destello de duda, sus manos estaban apretadas como puños, esa era mi señal, no debía seguir, así que desenganche mi dedo de su ropa, y subí mi mano hasta su cara tenía sus ojos cerrados, pero los abrió en el momento en que se dio cuenta que ya no seguiría.

- ¿qué sucede?

-dijiste que me avisarías

-estoy bien

- ¿segura?

- lo prometo- mire detenidamente sus ojos y si, estaba segura.

Volví a bajar mi mano, pero esta vez recorrí todo su muslo, me incorpore sobre mis rodillas y tome su ropa deslizándola por sus piernas, eran casi interminables. Ahora sí, ella estaba más vulnerable que nunca, totalmente expuesta a mí. Acaricie la parte externa de sus muslos y de apoco mis manos estaban separando las hermosas piernas de Emma, empecé a recorrer besos desde su rodilla, besos que pensaba culminar en su boca, entre más me acercaba su boca, más cerca estaban nuestros sexos. Ya en su clavícula la proximidad era más que peligrosa.

-Bésame- Sabía que esa era su invitación a acabar con este pequeño espacio entre los dos. Atrape su boca en la mía y a la vez ahogando su gemido. Cuando me percaté que ella estaba bien, seguí con mi tarea, era tan placentero poder sentir su calidez y su entrega hacia mí. Acariciaba cada centímetro de su piel, y besaba todo aquello que mi boca alcanzará, ella se merecía esto, el calor, amor y tener el placer que ella quisiera sentir. Después de un rato en esta tarea infinita de complacernos sentía que no podía más, era tan excitante poder estar dentro de ella con sus manos y su boca recorriendo mi cuerpo, sentí sus uñas enterradas en mi espalda y su respiración ya ni siquiera tenía un compás, respirando solo por su boca, ella estaba lista. Apreté una de sus piernas firme a mi cadera, y con un movimiento cambié nuestra posición dejándola a ella sobre mí, todo su hermoso cuerpo sobre mí. Se incorporó y apoyó solo sus manos en mi pecho, terminando el trabajo que yo había iniciado sus movimientos cada vez eran más fuertes y desesperados y yo me estaba volviendo loco. cerré los ojos y solo abrí mis sentidos a ella, a su respiración, a sus gemidos, a su tacto solo me contuve un momento y dejé que ella concluyera. Emma arrojó lo que al parecer sería su último gemido y pude al fin culminar en conjunto a ella.

Su cuerpo empezó a temblar me incorporé para abrazarla, pero la altura que ganaba sobre mí dejaba sus senos al alcance de mi rostro y solo pude recostar mi cabeza en ellos y rodear su cuerpo con mis brazos. Emma comenzó a regular su respiración y con eso su cuerpo cedía, decidí recostarla a un costado mío y la tape solo con la sábana, mi temperatura provocaba que ella estuviera empapada en sudor. Seguía con sus ojos cerrados y rápidamente había recuperado el ritmo normal de su corazón y respiración, recurrir a acariciar su cabeza y lentamente recostó su cabeza sobre mi pecho pase mi brazo por debajo de ella y me dedique a acariciar su columna.

Después de unos minutos Emma incorporó sólo su cabeza y sus ojos azules penetraron en los míos.

- ¿Estás bien? - Sonrió

- mejor que nunca

- ¿segura?

- sí. ¿y tú? - le sonreí

-estoy excelente

- ¿Siempre es así?

- ¿cómo así'

- tan fabuloso

-la verdad no lo sé, nunca había estado con alguien a quien realmente amara

-Bueno, espero entonces que sea siempre así. - le sonreí, en términos prácticos Emma era virgen en esto, ella nunca había estado con alguien por amor, ni placer, hasta ahora.

Estuvimos un buen rato acostados, hablando, riendo, me gustaba verla feliz. me contó de la excusa de mi ausencia en la escuela. Al parecer mamá había inventado una historia que debía viajar a Nueva Orleans por problemas familiares, un viaje al cual papá no pudo ir debido a una apretada agenda. Habían falsificado unos papeles que presentaron en el instituto así estuve cubierto.

iba a anochecer pronto, la luz de la habitación de Emma era cada vez más baja, se estaba quedando dormida cuando sonó su teléfono de forma estrepitosa. Eso la puso alerta de inmediato estaba algo adormilada, pero contestó.

- ¿Halo? Si, sí. esta acá…. vemos una película... sí Bella. Quiere hablar contigo. - Me paso su teléfono.

-Madre

-hola, ¿así que veían una película? - miré a Emma que se sonrojo

-sí, mmmm. estoy en casa dentro de unos minutos.

-ok, prepare, cena, espero te guste.

-obvio que sí. Oye iré con Emma, tenemos que contarte algo.

- ¿debo preocuparme?

-no, es lo más normal que has escuchado en meses.

-ok, entonces los espero.

-bien, te amo mamá

- y yo a ti, apresúrense.

Comencé a ponerme mi ropa velozmente mientras Emma me miraba con ojos de pregunta.

- ¿qué sucede?

- ¿qué debemos contarle? - le sonreí y me acerque y deposite un corto beso en sus labios.

-Que eres mi novia- ahora ella sonrió

- ¿le diremos hoy?

-claro, ahora que lo pienso, a ti no te incomoda ¿verdad? - su sonrisa fue amplia

-Obvio, no.

-entonces vístete porque dijo que en uno minutos. -rápidamente salió de la cama envuelta en sábanas y frazadas desde los hombros hasta el tobillo. Salió de la habitación y luego de un par de minutos llegó envuelta en una toalla con su pelo tomado y su cuerpo mojado. Se vistió rápidamente así que no pude disfrutar de la vista por mucho rato. Una vez lista se abrigó con una chaqueta y un gorro amarillo que había recibido como regalo hace dos navidades. Caminamos de forma lenta y pausada hasta mi casa, íbamos de la mano y relajados. Cuando llegamos tuve que golpear, aun no tenía mis llaves, mamá nos abrió la puerta y se le iluminaron los ojos cuando nos vio de la mano. Cenamos sin tensiones ni apuros, como hace mucho no lo hacíamos, pero de todos modos estaba castigado. Como se hizo tan tarde Emma se quedó en mi habitación y yo en la sala, eran las reglas de mamá, pero no me importaban, así ella estaba tranquila, después de todo ya le había dado muchos dolores de cabeza y tensiones. Solo quería que estuviéramos tranquilos, al menos por ahora.