¡Hola mundo!

Lamento la demora en sacar este cap, lo reinicie unas cuantas veces mientras lo hacía para ajustarlo mejor a la historia, y el capítulo que había pensado hacer no me gustó mucho... así que después de replantear ciertas cosas, les traigo este super cap que me tomo algunos días en hacer.

Sin embargo, espero compensar el tiempo de espera con el capítulo que como ya se darán cuenta, es extremadamente largo (de hecho, equivale a dos capítulos anteriores juntos) y también espero que les guste el pequeño obsequio que escribí para ustedes ;) (al fin sabrán por qué la calificación M)

Así que sin nada más que decir...

Ningún personaje me pertenece, sólo la super genial historia


El mensaje

Peach le dio un rápido e inocente beso a Samus y se fue corriendo a su habitación.

-¡Buenas noches Sammy!- Le gritó mientras se alejaba a su cuarto.

Samus se le quedó viendo, todavía sorprendida por ese último beso. –Sí, buenas noches Peach…

Parecían que los problemas ya habían acabado, pero ninguna de las dos rubias contaba con que en la misma habitación en la que habían estado, algo no era lo que parecía. Sólo digamos que una de las cajas, no estaba exactamente vacía; es más, había alguien ahí. Y ese alguien acababa de ver el mejor "espectáculo" de su vida.

-Oh… mierda…

Snake estaba oculto en su fiel caja, en una situación en la que no había estado nunca en su vida. Ésta era: la cara roja, ojos lo más abiertos posible, sangre saliendo de su nariz… en pocas palabras se había quedado idiota al ver a las dos rubias en su pequeña sesión de cariño. Su mente estaba en blanco… bueno, no exactamente: en realidad su mente estaba ocupada con las imágenes que acababa de ver, y éstas en su cabeza se repetían y repetían y repetían sin darle ni tiempo de respirar al pobre hombre.

-Oh mierda, oh mierda, oh mierda, oh mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda…- Sí, Snake había perdido todo sentido de la razón.

Le tomó unos minutos en recuperar la compostura, y una vez hecho esto empezó a procesar los hechos de los que había sido testigo.

-Entonces… La rosita, Aran y por lo que oí, la orejas largas son lesbianas… y no sólo eso, sino que son algo así como un trío. Bueno, esto se puso interesante, me pregunto si querrán mantenerlo en secreto, y cuánto estarían dispuestas a dar a cambio de eso- Pensó Snake mientras soltaba una pequeña risa. El caso no era que Snake odiara a Samus, y dicho sea de paso, tampoco viceversa; era una relación complicada en la que ninguno de los dos perdía la oportunidad de hacerle la vida imposible al otro.

-¡Esto es perfecto!- Soltó de pronto Snake al no poder ocultar ya su excitación. –Me pregunto cómo puedo sacar provecho de esta situación…

Al asegurarse ya de que el par de rubias se habían ido, Snake salió silenciosamente de la habitación al oscuro pasillo. Una vez llegado a su habitación, entró para "analizar" mejor la situación, no sin antes llevarse un rollo de papel higiénico.


-Ahhh

Los gemidos de Zelda se escuchaban en toda la habitación. Ya llevaba un buen rato ahí, casi la misma cantidad de tiempo que tenía su vestido desde que acabó en el suelo a un lado del sofá donde estaba la princesa. A la castaña ya no le quedaba ninguna señal de formalidad, estaba recostada boca abajo a lo largo del sofá, con las rodillas recogidas mientras elevaba su cadera para darle más espacio para explorar a su mano.

-¡Ah, ah, ah! ¡Samus! ¡ah, Samus!

En su imaginación no eran sus delgados dedos los que entraban y salían repetidamente de su intimidad, sino eran los de la rubia mencionada. En realidad la mente de Zelda estaba llena de imágenes eróticas de la cazadora, imágenes en las que Samus parecía una modelo en una foto de la revista PlayHylian(1). Samus estaba siendo imaginada posando para la princesa en diferentes poses provocativas: en algunas con las piernas más abiertas, en otras con la piel más descubierta, etc…; y no sólo eso, también se la imaginaba haciendo diferentes tipos de cosplay, ya sea de enfermera, de sirvienta, de policía, de profesora, de colegiala, etc… Para resumir, la mente de Zelda estaba perdida en un limbo en el que sólo tenía tiempo para pensar en Samus.

-Ngh- Los labios vaginales de Zelda pasaron de ser recorridos por un dedo a dos, los cuales con todo tipo de maniobras lograron sacar gemidos más fuertes de la princesa. –Samus… dame más…

Habiendo dicho esto, dio fuerte respiro con su nariz pegada al sofá absorbiendo de esta manera todo el aroma que dejó el trasero de Samus en ese lugar. –Aún huele a ella…- Zelda parecía un sabueso olfateando su comida, disfrutando hasta la última señal del olor de su amada. Sin embargo esto no era suficiente, quería sentir de otras maneras la esencia de la rubia, y sin ocurrírsele otra idea para saciar su excitación estimulada por el olor de Samus, optó por sacar su lengua y darle largas lamidas al sofá, justo donde se notaba el hundimiento marcado por las nalgas de la causante de los deseos sexuales de la princesa.

El sofá ya estaba mezclado con diferentes fluidos, por un lado el sudor de Zelda, por otro su saliva y por otro los fluidos provenientes de su intimidad. El sofá resultó ser la húmeda evidencia de todo lo que estaba haciendo la princesa, quien a estas alturas se estaba acercando a llegar a su límite.


Zelda estaba conduciendo, a lo que al parecer fue alta velocidad porque la policía la obligó a detenerse. Cuando se detuvo a un lado de la carretera, una Samus vestida de policía bajó de su moto que estaba detrás del carro de la princesa.

-Usted estaba conduciendo muy rápido, voy a tener que pedirle que me muestre su licencia de conducir- Le dijo Samus a Zelda. Ésta no podía mostrársela, porque dicha licencia había vencido hace más de dos meses.

-Lo lamento, no la tengo conmigo- Dijo Zelda mientras miraba los pechos de Samus, de los que tenía una buena vista pues ésta se tuvo que agachar para nivelar su rostro con la ventana del carro de Zelda.

-Entonces temo que tendré que pedirle que salga del carro- Zelda hizo como se le indicó, pero no sin intentar una última vez salir libre de ésta.

-¿Sabes? Tengo en mi billetera un poco de dinero que estaba pensando en regalar…- Le dijo la princesa.

-Lo lamento, pero no puedo aceptar el dinero.

-¿Es en serio? Entonces dime qué quieres para dejarme libre.

Samus lo pensó unos segundos, hasta que le dijo –Pues, ese bonito cuerpo que tienes no le vendría mal a nadie...

-¡Oh!- Dijo Zelda. -Entonces qué esperas, pasa- Le dijo mientras abría la puerta del asiento trasero del carro, al que inmediatamente entraron las dos mujeres ya excitadas con la expectativa de lo que iban a hacer. Lo único que se veía desde afuera era un carro moviéndose bruscamente, prueba de lo que estaba haciendo la pareja dentro del vehículo.


La imaginación de Zelda fue demasiado para ella, y no tardó mucho tiempo en al fin venirse con la estimulación que le daban los diferentes escenarios en los que Samus aparecía en su cabeza. Un fuerte gemido acompañó al placer que recorrió por todo su cuerpo, hasta que al final con todo el cansancio que pudo tener después de tan apasionada sesión dejó caer su cuerpo sobre el sofá.

-Sa… mus…

Los ojos de la princesa se cerraron, dejando a la vista solo la vacía oscuridad causada por sus párpados.


Zelda abrió los ojos lentamente, al inicio desorientada, pero poco a poco comenzó a recordar su pequeño momento de placer acontecido en ese mismo sofá. La habitación estaba oscura, habían pasado unas cuantas horas desde que se quedó dormida, y el sistema de luces automático ya se había apagado. Había un olor peculiar en el aire, y Zelda sabía que ella era la causante de dicho aroma, eso y de la temperatura elevada del cuarto. Su mismo olor la excitaba, pensar que hace solo unas horas había hecho todo tipo de cosas en ese mismo sofá y que esa fragancia especial venía de ella era una idea que la ponía muy cachonda, tanto que su mano volvió a dirigirse a su entrepierna.

Su cabeza estaba inclinada hacia atrás, mientras sus piernas estaban lo más abiertas posibles. Su mano estaba cubriendo su intimidad en su totalidad, mojando toda su palma con los fluidos provenientes de ese lugar. Los gemidos volvieron a comenzar, al igual que el ingreso de los dos dedos que ya conocían bien esa zona. Los sonidos húmedos dieron inicio, y la mente de Zelda ya había vuelto a trabajar.

-Zelda… Zelda…- La princesa oía los llamados de su rubia, quien en su mente le pedía por más.

-Zelda… Zelda…- La castaña estaba por llegar nuevamente a su límite, sólo era necesario unos segundos más…

-¡Zelda!, ¿Estás ahí?- El llamado de la rubia le hizo abrir los ojos de golpe, y le entró el pánico cuando sintió que alguien estaba por abrir la puerta.

-¡Espera, no entres!-Dijo Zelda mientras se levantaba rápidamente hacia la puerta para evitar que se abra. Pero fue muy tarde, la rubia ya había entrado.

Ahí estaban las dos mujeres, ambas congeladas en la oscuridad que reinaba en la habitación. La poca luz no dejaba ver cuál de las dos tenía la cara más roja, pero si de algo se podía estar seguro es que ambas estaban completamente avergonzadas. Una por estar desnuda en una habitación oscura, la otra por encontrar a su amiga en esa situación.

-Perdón- Dijo Samus mientras salía de la habitación y cerraba la puerta lentamente.

-¡No, espera Samus! ¡No es lo que crees! Yo sólo estaba… durmiendo. Estaba muy cansada y como yo duermo sin ropa… no creí que nadie entraría entonces me la quité.- Para ustedes que saben lo que realmente había pasado en esa habitación les parecerá ridícula la excusa que puso la princesa, sin embargo para la cazadora que no sabía nada del tema le pareció algo lógico, así que no le dio más bola al asunto.

-No estabas en tu cuarto, así que vine a buscarte. Debí haber supuesto que te habías quedado dormida en algún lugar.

-Si… eso fue lo que pasó. Ahora salgo, espérame un ratito.- Habiendo dicho esto, Zelda recogió su ropa interior al igual que su vestido para posteriormente ponérselos. Se peinó con la mano, pero sólo una porque la otra seguía mojada con sus fluidos, la lavaría después cuando llegara a su cuarto o vea un baño.

Salió de la habitación para ver a Samus apoyada en la pared de brazos cruzados, algo aburrida por esperar a la princesa a que se ponga el vestido, que dicho sea de paso, no era algo que se hacía en 5 segundos.

-Al fin sales- Le dijo Samus en tono de broma. Zelda no hizo nada más que ponerse roja, y girar la cabeza cuando Samus la llamó. –Ven- Estaba algo oscuro, así que Samus optó por hacer algo que puso nerviosa a la princesa, cogerla de la mano. –Sígueme, y ten cuidado al pisar, está muy oscuro así que te puedes caer.- Al parecer no se había dado cuenta de la sustancia pegajosa que había en su mano, pero la princesa sabía que tarde o temprano lo haría, y cuando llegue ese momento ella no sabrá que responderle. Caminaron en silencio hasta el cuarto de Zelda, mientras ésta rogaba porque la rubia no le haga preguntas de lo que había entre sus manos o de lo que pasó hace rato.


-Eso podría funcionar…- Dijo un pensativo Snake, quien ya parecía tenerle un buen uso a la información recaudada hace unas horas.

-Me siento como el malo de la película… pero eso le enseñará a Aran a no meterse conmigo-. Pensó mientras analizaba los detalles de su plan, el cual estaba dispuesto a empezar de inmediato.


Las dos mujeres ya habían llegado a la habitación de la princesa, lugar al que Samus escoltó sin notar en ningún momento del trayecto el líquido pegajoso que unía su mano con la de Zelda. No fue hasta que soltó su mano que, una leve corriente de aire le dio más frío en la mano de lo que debería; bajó la vista y vio un hilo pegajoso que conectaba la palma de su mano con la de Zelda. Samus no tenía idea de qué era eso, y se dispuso a averiguarlo. Zelda veía como Samus se llevaba la mano lentamente hacia su nariz para olerlo, el aroma le pareció dulce, sin embargo al no poder identificar dicho olor, la rubia optó por darle una probada, decisión de la que Zelda se dio cuenta y se dispuso a evitarla.

-¡Samus, no!- Le dijo Zelda mientras le golpeaba la mano para evitar que Samus haga algo tan vergonzoso como lamer sus fluidos vaginales.

Samus no sabía que era lo que pasaba, quería saber qué tenía en la mano y no entendía por qué Zelda no le dejaba averiguarlo. -¿Tú sabes qué es esto?- Le preguntó.

La princesa no sabía que responderle. –Sí, son los fluidos que salieron de mi vagina después de masturbarme mientras pensaba en ti- Jamás le diría eso. Jamás. –No Samus, pero no creo que debas lamerlo, puede ser peligroso o sucio.- Dijo ésta última palabra sonrojándose un poco.

-No lo creo, si huele tan bien, entonces no puede ser algo sucio- Le respondió honestamente la cazadora.

Zelda lo pensó por un momento, tenía que evitar a toda costa que Samus haga algo como lamer su intimidad indirectamente, segundos después se le ocurrió una idea. –En ese caso, déjame hacerlo a mí.

Samus la miró con una cara de sorprendida, no entendía el porqué de la extraña propuesta de la princesa. –Zelda, no creo que sea una bue… - Samus se quedó viendo la cara de Zelda, quién le rogaba con los ojos para que accediera.

-¿No me dejarás?- Fue en ese momento en que Samus descubrió que tenía una debilidad por la princesa, y sin poder negarle por más tiempo, dejó a la princesa hacer lo que quisiera.

Zelda, feliz, agarró la muñeca de Samus, llevándose su mano al rostro. Se quedó viendo la mano de Samus, hasta que al fin sacó la lengua y la pasó delicadamente por el dedo índice de la rubia. Su lengua dio un recorrido que empezó en donde acaba la palma de Samus, y terminó en su uña. Una vez llegado a la punta de su dedo, le dio un pequeño beso, para después hacer círculos con la lengua alrededor del dedo. Hizo esto por unos momentos, hasta que decidió meterse todo el dedo a la boca, acción que provocó un pequeño salto de sorpresa en Samus.

La rubia estaba nerviosa, delante suyo estaba Zelda, una de las personas que se le declaró hace no mucho, lamiéndole el dedo como si le estuviera haciendo una mamada. Al pasar este pensamiento pervertido por la mente de Samus, ésta se sonrojó, y no ayudó mucho que justo cuando sacudía su cabeza para quitarse esa idea, Zelda le mirara a los ojos con el dedo aún en su boca. Fue una visión muy erótica para Samus, la cazadora podía sentir como se humedecía su intimidad. Esto estaba mal, si las cosas seguían así, las hormonas de la rubia le harían una mala pasada.

Justo en ese momento, Zelda se sacó el dedo de Samus de la boca. -¿Sucede algo Samus?- Le preguntó Zelda con un tono inocente. Samus pensó que ya había terminado, así que le contestó con un simple –No, no pasa nada- Zelda asintió después de oír la respuesta, y para tortura de Samus, comenzó otra vez con el procedimiento pero con el dedo medio. Literalmente le estaba haciendo lo mismo que hizo segundos antes con el dedo índice, y si eso se repetiría para los dedos restantes, Samus no sabía si podría resistirlo.

-Se está excitando por hacerle esto?- Pensó Zelda, sintiéndose contenta y algo orgullosa. –Entonces te daré más…- Zelda levantó la mirada, cruzándola con la de Samus, fue en ese momento en que se dio cuenta de la cara roja de ésta. Zelda succionó su dedo, provocándole una sensación increíble a la rubia. Le dio un pequeño mordisco, acción que causó que un pequeño gemido escapara de la boca de Samus. A Zelda le encantaba esta situación, se sentía dominante ante Samus, y eso era algo que pocas personas podrían lograr. Zelda terminó con el dedo, sólo para después volver a empezar con el dedo anular, meñique y pulgar. Al final, sólo le quedaba la palma. Samus estaba feliz porque sabía que ya acabaría pronto, podía sentir como su parte más sensible exigía estimulación; estaba aliviada por la oscuridad, pues de no ser así, Zelda podría ver la pequeña mancha ocasionada por cierto fluido que había aparecido en la ropa de Samus. Quien la manda a ponerse ropa tan ajustada como el Zero Suit. Zelda a los ojos de Samus parecía un pequeño gatito lamiendo un tazón de leche, su lengua pasaba rápida y suavemente a lo largo de la palma de Samus, la cual estaba a punto de estallar. El aliento de Zelda era otro factor estimulante para la cazadora, ésta sabía que no iba a aguantar más, así que fue cuestión de tiempo para que Samus sintiera el placer creciendo en su interior. Sabía que estaba a punto de venirse, lo podía sentir en todo su cuerpo, cerró sus ojos y…

Zelda dejó de lamerle.

Esto la dejó frustrada, ¡estaba a sólo unos segundos de sacar todo lo que tenía dentro y a Zelda se le ocurre detenerse! Pero la cazadora no podía decirle algo. – ¿Me puedes seguir lamiendo la mano mientras haces esas caras eróticas? Es que ya estaba a punto de venirme, y me sería de gran satisfacción correrme justo delante de ti- En sus sueños diría algo así. A Samus sólo le quedó resignarse, y se dispuso a despedirse de Zelda cuando vio que ésta estaba por entrar a su habitación justo después de hacerlo ella también con Samus. Después de cerrarse la puerta, en el pasillo solo había una rubia sexy, y una frustración sexual insoportable.


Samus llegó a su habitación, la cerró con llave, se sacó el Zero Suit y se tiró en su cama. No se quedaría con esa frustración, así que con su mano se acarició la intimidad mientras se llevaba la mano cubierta en la saliva de Zelda a la boca. Mientras lamía de una manera erótica la mano, se preguntaba si a esto sabría besar a Zelda. No la hizo más larga, y se llevó a su vagina la mano que Zelda se metió en la boca. La sola sensación de hacer esto, más los recuerdos de las expresiones de Zelda, sumado a la ya avanzada excitación de Samus fue suficiente para hacer que se corriera en su cama. Y ahí se quedó tirada, cerrando los ojos, a punto de caer rendida por el cansancio… hasta que escuchó que tocaban la puerta.

Samus se levantó, a punto de preguntar quién era, pero una carta entrando por debajo de su puerta le hizo cambiar de idea. Se puso rápidamente una toalla alrededor del cuerpo, y abrió la puerta, no viendo a nadie del otro lado. La cerró y se dirigió a la carta, tomándola del piso y abriéndola. Dentro, había una letra conocida para ella, con un mensaje peligroso.

Aran,

No me vas a creer esto pero… descubrí el secreto que tienes con tus dos "amiguitas". No creo que quisieras que lo ponga en esta carta, pero te advierto que si no accedes a mis demandas, revelaré la verdad a todos los miembros de la Mansión. Creo que no tienes que pensarlo mucho para darte cuenta que no tienes otra alternativa más que seguir mis instrucciones al pie de la letra, así que lee atentamente, pues esto es lo que harás.

Mañana empieza la primera ronda del Torneo Brawl, y curiosamente nos toca combatir en la primera ronda. Estoy seguro que sabes de los fabulosos premios que se ofrecen en esos torneos organizados de vez en cuando, y creo que no debo explicarte lo que debes hacer. Déjame ganar.

Si no lo haces, les diré a todos la verdad de tu relación con las princesitas, así que no intentes nada estúpido. Fue un placer llegar a un acurdo contigo, nos vemos mañana.

Con cariño,

Snake

Samus arrugó la carta y la tiró al piso. Pocas veces había sentido tanta cólera, una cosa era meterse con ella, pero otra era perjudicar a Zelda y Peach en el proceso. Samus pensó detenidamente en sus opciones, dejando en pie solamente la que no quería, acceder a perder en la primera ronda del torneo. Ella ni siquiera quería ganar ese estúpido torneo, de hecho se había olvidado completamente de él, en estos momentos tenía más cosas en la cabeza gracias a las dos princesas. Pero no le quedó otra opción.


Samus se estaba preparando para el combate, decidió salir esta vez con su traje, no quería que le vieran la cara después de perder de esa manera, tenía vergüenza. Al frente suyo estaba Snake recargando sus armas mientras le dirigía una sonrisa de triunfo; estaban por pelear en Skyworld(2) con un stock de 3 vidas cada uno. La cuenta regresiva terminó rápido, y no pasó más de un minuto para que Samus ya perdiera su primera vida. Volvió al mapa unos segundos después, lista para perder su segunda vida. Recibió golpes, balas, y patadas de Snake, su daño estaba altísimo. Samus vio como Snake colocaba una mina en el piso, y luego de un suspiro, corrió directo hacia la mina, saliendo volando como consecuencia. Snake daba fuertes carcajadas, burlándose de la peleadora. El público gritaba el nombre de Snake, ya habían perdido totalmente la fe en Samus.

La rubia, sintiendo una gran frustración, miró a Snake, esperando a que éste decidiera acabar con su última vida. Podía escuchar como el público aclamaba a su contrincante, lo cual le hacía sentir peor. Dirigió su mirada al público, viendo los rostros de decepción de sus admiradores, y en especial, los de Peach y Zelda.

-No puedo seguir así… pero… tampoco no puedo dejar que Snake haga algo como revelar mi relación con Zelda y con Peach.

Samus lo estaba pensando demasiado, Snake ni siquiera se había molestado en mirarla, seguía saludando a sus admiradores. La rubia giró su cabeza, para volver a cruzar miradas con las de Zelda y Peach. Eso fue suficiente para tomar una decisión, estaba dispuesta a asumir las consecuencias, pero no defraudaría a aquellas personas importantes para ella. Samus lanzó su látigo directo al distraído Snake, amarrándolo en el tobillo. Snake a penas y pudo voltear por la sorpresa, viendo la enojada y decidida cara de Samus atreves del vidrio de su casco; acto seguido, sintió como la cuerda eléctrica lo jalaba, lanzándolo directo al precipicio.

A penas tuvo la oportunidad de regresar al escenario, Snake se lanzó molesto contra Samus lanzándole todo tipo de golpes, de los cuales la mayoría fallaron. Samus saltaba y esquivaba, disparando de vez en cuando mientras Snake hacía lo mismo. Llegó un momento en el que ambos se estaban mirando al rostro, esperando los movimientos del otro. Snake no se dio cuenta cuando la mirada de Samus se desvió a un punto elevado, sacando una sonrisa de su cara. De un momento a otro, Samus corrió lo más rápido que pudo contra Snake, intentando atacarlo. Snake vio la intención, y lanzó una mina justo delante de él, apuntándole después con su lanza-cohetes dispuesto a darle en la bella cara a Samus. Sin embargo, el plan de Samus era otro.

La cazadora corrió hacia Snake, y a media carrera, predijo la dirección del disparo de su enemigo, esquivándolo por poco. Ya estaba más cerca y Snake para evitar su ataque volvió a apuntarle con su arma; lamentablemente para él, no se esperaba el próximo movimiento de Samus. La rubia dio un gran salto, disparando en el aire dos veces: un disparo fue directo al misil de Snake, haciendo que estalle en el aire; el segundo fue contra la mina que estaba justo debajo de ella. El humo ocasionado por la explosión de su misil no dejó ver a Snake cuando Samus aprovechó la onda expansiva que ocasionó la explosión de su mina para elevarse en el aire, dando una patada poderosa que acabó por romper lo que había sido su verdadero objetivo desde el principio.

Lo próximo que vio Snake fue un aura colorida que rodeaba a Samus, quien poco después de dirigirle una sonrisa, le disparó el rayo láser más fuerte que salió de su cañón. El Smash Especial de Samus fue lo suficientemente fuerte para destruir a Snake, haciéndole gran cantidad de daño mientras lo empujaba hacia afuera del mapa.

Ya para la tercera vida de Snake, Samus tenía una gran cantidad de daño, y estaba segura que podría sacarla volando en cualquier momento; además, había perdido su protección extra pues su armadura se rompió después de hacer su especial. Snake no cometería el mismo error dos veces, y en vez de darle tiempo para pensar en una estrategia, le dirigió rápidos ataques cuerpo a cuerpo, sin darle tiempo a Samus de respirar. La cazadora no paraba de defenderse de los ataques de Snake, sabía que su daño iba creciendo proporcionalmente a los golpes que le atinaba éste. El momento en que su mirada volvió a cruzarse con la de las princesas, y después de oír como sus fans recuperaban la confianza en ella, es cuando por fin se decidió a contestarle los ataques. Los latigazos y golpes que le daba Samus aumentaban el daño de Snake, quien al no querer perder su ventaja, decidió usar uno de sus muchos trucos bajo la manga.

Samus vio como Snake activaba su camuflaje, que lo volvía completamente invisible. Sentía golpes de quién sabe dónde, disparos que salían de la nada, pero ella no podía responderle porque no sabía dónde estaba. Ella sabía muy bien que iba a perder, era imposible que le pueda dirigir un golpe a algo que no puede ver.

-¿Te rindes ahora, Aran?

-No te daré el privilegio.

-Debiste cumplir tu parte del trato Aran… ahora no sólo te patearé el trasero, sino que también le diré a todos sobre tu pequeño secreto.- Esta amenaza aterraba de cierto modo a Samus, pero ya había llegado hasta aquí, y no podía darse por vencida. Vio como de un momento a otro, un misil se dirigió hacia ella; sin embargo, logró esquivarlo, haciendo que éste se choque contra el piso en el que anteriormente estaba parada, rompiéndolo y dejando sólo la nube en la que se sostenía.

Fue entonces cuando recordó, todas las plataformas de Skyworld podían romperse. Se le había ocurrido una idea, de inmediato cogió su pistola y le disparó a toda plataforma que había en el mapa, dejando sólo la plataforma en la que ella estaba y la que estaba al frente de ella. Samus esperaba que Snake estuviera en la plataforma de al lado; sabía que las nubes también podían ser pisadas pero tenía una teoría. Dichas nubes eran lo suficientemente fuertes para aguantar a alguien liviano, sin embargo en el caso de Bowser o el Rey Dedede, estas nubes no podían hacer mucho. Ahora, Samus sabía que Snake no era precisamente pesado, sin embargo si a eso le sumabas el peso de su equipo, sin mencionar su bazooka, su cálculo le decía que sería suficiente para que se cayera. Por lo tanto, si su deducción era correcta, Snake estaría parado al frente suyo. Lanzó un latigazo hacia adelante, sintiendo el contacto que hizo éste con el cuerpo de la otra persona. Ante sus ojos, volvía a aparecer Snake.

-Buena jugada Aran, siempre me sorprendes.

-Aquí acaba todo, Snake.

-Jajajaja, si así lo dices…- Le respondió Snake con una cara de pocos amigos, la cual no ocultaba su sonrisa.

Fue en ese momento en que Samus se agachó y recogió el pecho de su armadura, la cual todavía estaba rota en el suelo. A penas lo agarró, le lanzó dicho objeto a Snake, quien por reflejo lo agarró. Snake no se dio cuenta cuando en el momento en el que el objeto lanzado tapó la visión de Snake, Samus lanzó un disparo al piso donde estaba parado éste. A penas agarró Snake el pecho de la armadura, sintió como se rompía la plataforma donde estaba parado, siendo la adición del objeto lanzado el peso requerido para que la nube cediera ante el peso del mencionado. Snake iba mirando como desde su punto de vista Samus se elevaba, cuando en realidad era él el que estaba cayendo, soltando un molesto grito en el proceso.

-¡AAAARAAAAAANNNN!

Samus sólo veía su nombre avanzar a la siguiente ronda del torneo, así como también oía los gritos desesperados del púbico. Sin embargo, ella sabía que algo iba a pasar, y tenía que estar preparada, ahora mismo no le importaba ningún torneo. Se dio media vuelta y sin siquiera saludar a sus admiradores se dirigió a los camerinos.


Samus había terminado de bañarse, y ya estaba acabando de cambiarse cuando sintió que entraron dos personas y se pararon a su costado.

-¡Bien hecho Samus! ¡Yo sabía que podrías ganar!- Le dijo Zelda.

-¡Es verdad! ¡Le demostraste quién es la mejor!- Reafirmó la princesa rubia.

Samus veía como las dos princesas le felicitaban, muy feliz de haber visto una victoria por parte de su cazadora.

-Gracias chicas, pero no es para tanto.- Le respondió Samus, no queriendo parecer una presumida.

-¿Qué no es para tanto! ¡Pero Samus! ¡Literalmente le volteaste el juego!- Le respondió Zelda.

-Es verdad, deberías darte un poco más de crédito por lo que hiciste, estuviste grandiosa.

Samus escuchó los halagos de las otras dos mujeres, aceptando al final lo que ellas afirmaban

-Bueno, quizá tengan razón, lo hice bien- Dijo Samus mientras les dirigía una sonrisa.

-¡Así es Sammy! Bueno, tengo que irme, yo soy la siguiente y me toca pelear contra Fox, deséenme suerte.- Dijo Peach mientras Samus y Zelda hacían como les pidió. Antes de irse Peach agarró con sus dos manos la cara de Samus y le dio un beso en los labios, no fue apasionante, ni rápido, simplemente tranquilo. –Eso fue para la suerte, ¡nos vemos luego!- Dijo Peach mientras le guiñaba un ojo a Samus y salía corriendo.

-Jejeje, tengo la ventaja- Pensó Peach mientras se alejaba

Samus no se había esperado que Peach la besara en frente de Zelda. La cazadora volteó a mirar a la princesa, para verla con la cara completamente roja.

-Uhmm, ¿Zelda?- Preguntó Samus, sintiendo el aura asesina de la mencionada.

-Dime querida… ¿qué fue eso de Sammy? O mejor aún, ¿eso que vi fue un beso?- Le dijo Zelda con una aterradora sonrisa, tan tranquila que perturbaba a Samus.

Samus no sabía que responder, no quería arruinar más las cosas. –Eso fue… ¿para la buena suerte?- Falló en su objetivo, Samus la había cagado.

-Claro, entonces paras por ahí besando a Peach, mientras a mí me niegas mi intento de beso, ¿no?

-No Zelda, no es eso

-¡Entonces qué es!

-Uhmm, yo…

-¿Sabes qué? Olvídalo.- Habiendo dicho esto, Zelda agarró a Samus de su traje y la jaló hacia ella a la fuerza, forzando un beso en los labios. Samus no se pudo haber imaginado jamás este lado dominante de la castaña, quien siempre le pareció tierna y adorable; pero ahí estaba ella, prácticamente violando sus labios con los suyos.

El beso en un inicio fue muy parecido al que tuvo con Peach, hasta que Zelda forzó su lengua en la boca de la rubia. Samus nunca había tenido un beso con lengua, de hecho su primer beso fue con Peach, y en ése sólo hubo contacto de labios. Al inicio fue sólo la princesa, pero luego fue también la cazadora la que respondía a las caricias labiales que le daba esta; le fue difícil, pero al final logró usar su lengua y devolverle el cariño a la castaña. El beso se sentía bien, no pensó que algo tan simple como un beso podría sentirse así. Samus comenzó a gemir cuando sintió una mano de Zelda masajeando fuertemente uno de sus pechos, mientras la otra mano apretaba su nalga, acercándola más. La rubia estaba por ceder, prácticamente podría dejar que Zelda se la tirara ahí mismo y no haría nada para evitarlo. Pero eso sería para otra ocasión.

-Oh Samus, lo siento. No sé qué me pasó, estoy muy apenada.- Dijo Zelda avergonzada una vez que se separó de Samus. A la rubia le confundió mucho este cambio de personalidades que tuvo Zelda, pero le alegraba que la Zelda que conocía estuviera de regreso.

-Tranquila, no hay problema. Deberíamos irnos ya a ver el combate de Peach, estoy seguro que no le gustará que nos lo perdamos.

-De acuerdo, vamos. ¡Ah, Samus!- le dijo mientras se estaban yendo. –Verás… hace rato oí que Peach te decía Sammy, y bueno… yo…

-¿También me quieres decir Sammy?

-No, no. Eso no estaría bien… quiero poner mi propia marca, un nombre que cuando lo oigas sepas que soy yo la que te está llamando… ¿qué te parece… Sam?

-¿Sam? Me gusta.- Le dijo Samus con una sonrisa sincera.

-¿De verdad? ¡Gracias! Hay que ir yendo… Sam.- Esto último lo dijo Zelda dejando escapar una risita.

-Vamos.- Le dijo Samus, tomándola de la mano para salir a ver a Peach pelear.


En los camerinos masculinos, Snake se estaba cambiando mientras Fox se alistaba para su pelea.

-Jajaja, sí que te dio una paliza, ¿no?- Le dijo un burlón Fox a Snake

-¡Cállate sucio animal!- Le contestó el enojado peleador al zorro.

-Esa Aran se va a arrepentir, nunca debió siquiera intentar algo así…

Samus había despertado la furia de Snake, quien contenía información comprometedora sobre ella y las dos princesas. Snake ya le había dado una oportunidad, la rubia no la tomó, ahora tendrá que pagar las consecuencias.

-¡Prepárate Aran, tus problemas inician ahora!


PlayHylian: Juego de palabras, vendría a ser como el PlayBoy pero para las personas de Hyrule.

Skyworld: Mapa de Kid Icarus en el que todo el piso puede romperse, dejando solo unas nubes. Quiero aclarar que en el fic, las nubes no aguantan a los personajes pesados, pero en el juego sí.


REVIEWS

Mr NBA: Después de leer este cap, ¿sigues pensando que ese fue el momento más erótico del fic? En realidad, antes de comenzar a escribir la historia, cuando aún estaba planeando la trama, mi primera idea era hacer este un trío; sin embargo, me di cuenta que hacerlo un triángulo sería más entretenido y ayudaría más a que la historia avance naturalmente. Otra cosa, felicidades porque... ¡Te ganaste dos ampolletas quemadas! Desde el inicio del fic, Peach estuvo pensada como la más pervertida de las 3 protagonistas, siendo en la mayoría de los casos la que tome la iniciativa (creo que e puede ver desde el cap 1, literalmente le estaba viendo el culo a Samus durante toda la pelea), a pesar de eso creo que la Zelda celosa que se introdujo en este cap tampoco se queda atrás.

Leozx95: Me alegra que te siga gustando la historia, y tienes razón, se acerca lo bueno, momentos que pondrán a prueba a Samus, Peach y Zelda. Bueno, creo que hice que la cachetada de Peach pareciera un ataque Smash jejeje, pero es mejor, porque inicialmente le iba a golpear con la sartén que usa en el juego... Por cierto, adivinaste que era Snake el de la caja, y si, es verdad, le va a causar unos cuantos problemas a las protagonistas más adelante, sin embargo como lo he aclarado muchas veces, Snake no es malo así que no lo odien mucho, sólo que le gusta joder mucho :P

Zero: Tu comentario fue la razón de que me apiadara de ustedes y decidiera darles ese pedazo de paraíso que les negué en el cap anterior, así que si alguien quiere agradecer por la escena M, denle las gracias a Zero.

NB y You: Me alegro que te esté gustando, y siempre es bueno tener más comentarios. Ya he leído muchas veces y también me han dicho mis amigos que la parte con Pikachu es de sus favoritas, y de hecho también es de las mías, me divertí mucho escribiéndola. Si te sirve de inspiración para futuros fics pues estaré muy contenta, y espero que pases la voz cuando salgan esos fics. Entonces, nada más, sólo decir que ya se vendrá el capítulo PeachXSamus, así que ya puedes ir esperando el cap con tu princesa favorita.

viento: Gracias, y sí se lo que se siente cuando hay una falta de yuris, por eso es que me decidí a escribir esta historia y darle a las personas esa dosis de yuri que todos necesitamos. No soy ignorante respecto a la preferencia que tiene la mayoría con la pareja de Zelda y Samus, de hecho eso se puede ver porque casi todas las historias yuri son entre ellas dos (Peach aparece sólo en algunas pocas, en la mayoría aparece para hacer de trío, o en orgías; sin embargo fics que se centren sólo en ella hay muy pocos lamentablemente, por eso es que también la incluí en este fic pues no quería que sea como la gran mayoría que hay por aquí y además a mi también me encanta Peach tanto como Zelda). Y bueno, me pregunto si aún piensas que el fic acabará siendo un PeachXSamus después de ver este cap, la verdad es que a mi también me da curiosidad saber que vendrá después, pues por ahora la historia simplemente seguirá avanzando naturalmente. Espero que te guste el capítulo.


Y eso fue todo por ahora, sé que el fic estuvo largo esta vez debido a ciertas escenas... ¡pero no creo que nadie se queje! ;)

También quería disculparme con los partidarios del PeachXSamus, pues en este cap sin querer acabé centrándome mucho en Zelda, así que espero que a los Zelmus lovers les haya encantado el capítulo y que los fans del Sameach tengan paciencia, pues les prometo que ya se viene el cap de Peach.

Además, no se si se dieron cuenta pero al final del cap introduje a una Zelda celosa, y de hecho esta personalidad dominante, celosa y yandere en Zelda se me ocurrió mientras hacía el capítulo, y como me gustó mucho la idea y las posibilidades, estén preparados para ver más "apariciones especiales" de esta nueva Zelda. Sin embargo no se preocupen, la Zelda tímida que todos queremos seguirá ahí :)

Finalmente, de seguro se dieron cuenta que el fic ahora también es de género friendship, ésto se debe principalmente a que el fic no sólo se centrará en la relación de Samus con Peach y Zelda, sino también con el resto de la mansión Smash (por ejemplo, la relación entre Snake y Samus, que como dije anteriormente él no es malo, y creanme cuando les digo que Snake tendrá gran importancia en este fic).

Y bueno, con esto me despido por ahora. Nos leemos después :D