¡Hola a todooos! ¡Aquí en dónde vivo ya faltan pocas horas para Navidad! Así que por tan especial ocasión, decidí sorprenderlos con este pequeño Omake :D

Ok, sí, ya sé que no es sorpresa porque en el cap anterior dije que podría hacer este Omake, pero igual, ¡háganse los sorprendidos!

Entonces, primero, para dejar claro algo: este es un OMAKE, osea que no tiene ninguna relación con la historia principal del fic. Podríamos decir que es como un especial, un universo alternativo o no sé, la cosa es que en el capítulo siguiente los personajes van a actuar como si esto no hubiera pasado nunca. Segundo, se lo que muchos querían para Navidad, pero no, este omake no tiene ningún lemon ni nada por el estilo, es simplemente una historia navideña que espero les guste y les divierta.

Sin nada más que decir, ningún personaje me pertenece, no... ni siquiera en navidad :(


Omake

Especial de Navidad 2014

¡Yo también quiero mi regalo!

No se veía ni oía nada. Zelda trató de mover sus manos, pero no pudo, estaban amarradas. De hecho lo estaba todo su brazo, ambos; al igual que sus piernas.

Cuando alguien se despierta en un lugar tan oscuro que no puede ver ni su propia nariz, amarrada a una silla, sin saber cómo llegó ahí, lo más normal sería asustarse. Zelda no fue la excepción. Trató de zafarse del amarre, pero el nudo que le habían hecho era fuerte. Estaba entrando en pánico, quería salir de ahí, necesitaba la compañía de alguien: de su mejor amiga Peach; o mejor aún, del amor de su vida, Samus. Pero lamentablemente, ninguna de las dos estaba ahí con ella.

En ese momento, sintió algo a su costado. Podía sentir un movimiento proveniente de allí, no había duda, no estaba sola después de toda. Sin embargo, la idea de que haya alguien más en la habitación, más que tranquilizarla, la asustó más.

-¡Ayuda! ¡¿Hay alguien allí?!- Gritó la castaña con todas sus fuerzas, esperando ser oída por cualquier persona, pokémon o lo que sea que pudiera sacarla de ese lugar.

-¿Zelda?- Escuchó la mencionada. Era imposible.

-¡Peach! ¡¿De verdad eres tú?!- Zelda estaba a punto de llorar. Nunca antes había estado tan feliz de ver a Peach.

-¡Oh Zelda! ¡De verdad eres tú! Dime, ¿dónde estamos?

-Yo también quisiera saber eso…

En ese momento se prendió una luz, que cegó por unos segundos a ambas princesas. Al mismo tiempo, como si se hubiera abierto una puerta, se oyeron gritos de lo que parecía ser un gran público.

Cuando recuperaron la visión, las princesas por fin pudieron ver la situación en la que se encontraban. Estaban ambas sentadas en una silla cada una, ubicadas en una habitación grande con una especie de escenario en el frente. A los lados, estaban las gradas para el público, que en este caso estaban ocupadas por todos los residentes de la Mansión Smash. Además, toda la gran habitación estaba decorada con luces navideñas, con un árbol de navidad grande en el fondo del escenario.

-Ahhh Zelda, ¿qué está pasando aquí?

-No tengo la menor idea…

En ese momento, los aplausos sonaron con fuerza para recibir a la persona que estaba subiendo al escenario. Ésta se paró en el frente, saludando al público, para después dirigirle la mirada a las dos mujeres amarradas.

-¡Hola chicas, bienvenidas!- Dijo Snake lleno de energía.

Peach y Zelda se le quedaron viendo, ¿por qué se veía como que todos sabían que estaba pasando, excepto ellas?

-De seguro tienen algunas preguntas.

-Pues sí, ¡¿qué significa esto Snake?!- Le gritó Peach, totalmente enfurecida.

-jajajaja, ¡tranquila! Todo se responderá a su tiempo- Respondió Snake mientras se reía. Inmediatamente el público también se rio.

-Déjate de tonterías Snake, dinos qué diablos estamos haciendo aquí- Le preguntó Zelda esta vez.

-Está bien, está bien, se los diré. Ambas están aquí, porque fueron elegidas para participar en los Juegos Navideños Smash- Les dijo Snake, a lo que el público gritó con fuerza.

-¡¿Juegos?! ¡Yo no quiero participar en ningún estúpido juego! ¡Ahora sácame de aquí!- Gritó Peach mientras forcejeaba con las cuerdas.

-Vaaamoos… ¡Será divertido! Además, la que acabe en primer puesto, ¡recibirá el premio especial!

-¡No nos importa ningún premio especial, ahora sácanos de aquí!- Le respondió Zelda.

Snake no sabía qué hacer, era obvio que las princesas no le iban a escuchar. Estaban muy enfadadas. Snake no quería hacer esto, pero vio que no le quedaba otra opción.

-Está bien, haremos un trato. Les voy a mostrar el premio especial, y si aún después de verlo no quieren participar, entonces las dejo irse sin ningún problema. ¿Trato?- Propuso Snake.

Las princesas no lo pensaron mucho, es decir, ¿qué tan genial puede ser ese premio especial como para que las haga jugar esos ridículos juegos?

-De acuerdo, pero que sea rápido- Dijeron.

Snake rio a lo bajo, teniendo total confianza en que su plan funcionaría. -¡Buena decisión, les prometo que no se arrepentirán!

Y después, dirigiéndose al público, añadió: -¡Damas y caballeros! ¡Nuestras competidoras han accedido a participar, siempre y cuando el premio especial valga la pena! ¿Qué dicen ustedes? ¿Mostramos el premio?- Preguntó, dirigiendo el micrófono hacia el público.

-¡Premio especial! ¡Premio especial! ¡Premio especial! ¡Premio especial!

-¡Perfecto! Entonces… ¿qué tenemos detrás de la cortina? 1… 2… y… ¡3!

La cortina se abrió rápidamente, acompañada por los gritos de los presentes.

El público se volvió loco, y las princesas se ruborizaron. No podían negar que el premio era mejor de lo que se esperaban.

Al costado de Snake estaba nada más y nada menos que la misma Samus Aran. Pero no era solamente Samus, era Samus sin ropa, con solamente una gran cantidad de cinta y moños para regalo cubriéndole el cuerpo, a la vez que le amarraban las manos y las piernas. Cualquiera que recibiera un regalo así, tendría una feliz navidad.

-¿Entonces? ¿Qué opinan? ¿Están dentro?- Preguntó Snake, esperando la respuesta que nunca recibió.

Lo único que hicieron ambas princesas fueron dos cosas. En el caso de Zelda, se le puso la cara toda roja y se quedó congelada con los ojos bien abiertos. Por otro lado, Peach solo sangraba por la nariz mientras ponía una sonrisa de estúpida.

-¡Tomaré eso como un sí!- Anunció Snake, dando inicio a la competencia por Samus.


-Déjame entender esto… ¿nos amarraste porque te querías asegurar de que oyéramos tu propuesta antes de negarnos?

-¡Así es! Y tienen que admitir que el premio no está nada mal. Bueno, ¿más preguntas? ¿No? Pues, ¡empecemos el primer juego!

Con el anuncio de Snake, y los gritos del público, Peach y Zelda ingresaron a lo que parecía ser un pequeño estadio, dividido en dos mitades. En cada mitad se había juntado una gran cantidad de nieve, a manera de hacer una especie de barrera; y del mismo modo, había otro de estos muros de nieve que dividía el campo a la mitad. Peach y Zelda se posicionaron una a cada lado del campo, sabiendo en qué consistía el juego incluso antes de que Snake hablara.

-¡Damas y caballeros! ¡Con ustedes, el primer juego de navidad, que como muchos ya habrán adivinado, es una guerra de bolas de nieve! Nuestras participantes son: ¡del equipo (de una persona) rosa, Peach!

En ese momento Peach se ruborizó cuando escuchó los aplausos de los espectadores, le encantaba el apoyo que estaba recibiendo.

-¡Y del otro lado del mapa, del equipo (también individual) púrpura, Zelda!

Zelda, al oír su nombre, les dirigió una sonrisa mientras saludaba al público; éste respondiéndole con gritos y aplausos.

La determinación estaba en la mirada de ambas, combinada con los deseos de tener a Samus como regalo de navidad. Ninguna quería perder, aunque sabían que alguien tendría que hacerlo igual, era inevitable. Aun así, y deseándole suerte a la otra, se dieron la mano y se dirigieron a sus respectivos lugares, ya armando lo que serían próximamente sus proyectiles.

Se escuchó la voz de Snake, haciendo la cuenta regresiva. Ambas princesas se estaban preparando, y lanzaron la primera bola de nieve al mismo tiempo, es decir, cuando Snake dijo -¡YA!

Ambas se agacharon para cubrirse cuando vieron la intención de la otra, fallando las dos de esa manera. La gente veía cómo las bolas de nieve volaban de un lado a otro, sin atinarle a ninguna. Ambas querían ganar, y estaban luchando por ello con todas sus fuerzas.

No fue hasta después de un tiempo que comenzaron a utilizar técnicas especiales. Por ejemplo, Zelda lanzaba una bola de fuego hacia las bolas de nieve que se dirigían hacia ella para derretirlas a medio camino; mientras que Peach usaba a Toad como escudo humano. El uso de estas habilidades definitivamente había despertado el interés de los espectadores, que ya a este punto estaban gritando de la emoción.

A un lado estaban los fans del PeachXSamus, gritando y haciendo barra al equipo rosa, mientras que los que preferían el ZeldaXSamus estaban haciendo sus propias barras para el púrpura. Ambos bandos eran gigantes, y estaban llenos de energía.

Zelda ya se estaba hartando de la guerra, estaba demorando mucho; y mientras antes acabe esto, más tiempo podría estar con su preciada Samus. Entonces se le ocurrió una idea para acabar con la rubia de un solo movimiento. Tomó una bola de nieve en cada mano, y salió de su escondite, corriendo de frente contra Peach.

-¡Oye Peach, agarra esto!

Y habiendo dicho esto, Zelda le lanzó una bola de nieve a la otra princesa. Peach la esquivó, pero no vio cuando Zelda se teletransportó justo detrás de ella, en una rápida jugada para lanzarle la bola de nieve que tenía en la otra mano.

-¡Si!- Celebró Zelda en su cabeza, pensando que había terminado con el primer juego.

-¿Pero qué demonios?- Zelda no se esperó lo siguiente.

Donde estaba Peach hace un rato, había un parasol color rosado, que hacía de escudo para la princesa rubia. Cuando se cerró dicho accesorio, Peach recibió a la castaña con una bola de nieve directo a la cara, eliminándola así del juego.

-¡Auch, eso debió doler! ¡El primer juego es para el equipo rosa!

El público gritó lleno de emoción, mientras las princesas esperaban las indicaciones de Snake. Zelda estaba algo preocupada, no podía perder más juegos si quería pasar navidad con Samus; por otro lado, Peach se tenía que asegurar de llevar la delantera.

-Ese fue un buen movimiento- Pensó Samus, quien, amordazada, estaba viendo el juego al costado de Snake.

No fue hasta que Peach la miró, que Samus se preocupó. Esa mirada lujuriosa, y… hambrienta que le dirigía Peach la estaba asustando; y en ese estado, la princesa podría hacer con ella lo que quisiera. Y Zelda no era un caso separado, Samus sabía que detrás de esa inocente faceta que mostraba la castaña, era un depredador.

-Tengo que salir de aquí, escapar, cambiarme el nombre y ocultarme, al menos hasta que pase navidad…


Había una gran cantidad de ropa, pelucas, accesorios, etc en el medio, haciendo una especie de montaña. Las dos princesas estaban paradas al costado de ésta, esperando la señal de inicio.

-¡Bueno, distinguido público presente… en seguida pasaremos al juego número 2, es decir: el cosplay navideño!

-¿Cosplay? Tengo que escapar, pero… no me hará mal ver por un momento, ¿no?- Pensó Samus, llena de curiosidad por ver cuáles serían los disfraces elegidos por las princesas.

-¿Cosplay, eh? Interesante… Espero que Samus esté viendo…- Pensaron ambas princesas, poniéndose en posición para empezar el juego.

Acabada la cuenta regresiva, ambas princesas corrieron a donde estaba toda la ropa, dispuestas a cambiarse. Prácticamente se estaban peleando por los disfraces, no querían perder la oportunidad de verse atractivas para Samus. Una vez que agarraron sus respectivas prendas de vestir, corrieron a los cambiadores para ponerse encima las vestimentas.

-¡Lo lamento compañeros, pero nos olvidamos de colocar las cámaras dentro de los vestidores! ¡Asumo la responsabilidad, mi error!- Dijo Snake, quien fue acompañado por un decepcionado "ooooww" del público, en su mayoría proveniente de los hombres.

Adentro, ambas mujeres estaban tan decididas a cambiarse rápido para poder ser la primera en salir y recibir toda la atención, en especial de cierta caza recompensas que estaba atada al costado de Snake.

El problema era que las prendas no eran tan fáciles de poner, en el caso de Peach, su enorme cabellera no dejaba ponerse el top elegido para su disfraz. Por otro lado, Zelda maldijo su anatomía cuando sus largas y puntiagudas orejas le dificultaban mucho el cambio de ropa.

Al final, luego de unos minutos, Peach fue la primera en salir. La cortina de su cambiador se abrió de golpe y salió Peach con las manos arriba saludando al público y dirigiéndole besos. Después de unos segundos, volvió a entrar y salió con un gran saco cargado en sus hombros.

Su cosplay era un clásico, Santa Claus. La rubia estaba ahí parada, vestida con unos pantalones rojos que marcaban bien las curvas de su cadera, mientras que el felpudo abrigo, estaba desabotonado desde arriba, ofreciendo una muy generosa vista de su busto. La ropa estaba un poco apretada, y esa fue la principal razón por la que se demoró en ponérsela; no obstante, la roja cara de Samus fue suficiente para decirle que valió la pena.

El traje estaba bien hecho, incluso tenía esos sectores blancos de algodón en las muñecas, cuello, cadera, etc que la hacían ver adorable, aunque de cierto modo también más sexy. El gorro estaba inclinado hacia un lado, dándole un aspecto más relajado y rebelde. El gran saco de regalos colgado en un hombro, de la misma manera en la que siempre lleva su parasol. Un cinturón grande de color negro, amarrado a su cintura marcándola perfectamente; botas del mismo color, altas, que cualquier pervertido hubiera querido que le pise en la cara; aunque Peach a la única a la que le cumpliría sus lascivos fetiches sería a Samus.

De un momento a otro, la cazadora vio un par de botas negras justo en frente de su rostro. Inclinando la cabeza hacia arriba, observó a Peach con una mano en la cintura, observándola de una manera seductora. Se acercó a su oreja y le susurró:

-Oh Sammy, ya verás lo que te regalaré para Navidad... espero que hayas sido una- En esta parte Peach se lamió los labios de forma provocativa -niña buena, jo… jo… jo…- Acabada su risa de Papá Noel, le dio una rápida lamida a la oreja de Samus, haciendo que ésta casi saltara del repentino sentimiento húmedo en su oído.

Acto seguido, regresó al frente del escenario para hacer poses provocativas al público, que a este punto estaba tomando fotos como locos.

-¡Woooooww, quién no quisiera que este encanto le trajera un regalo para Navidad!- Gritó Snake animando al público.

Mientras tanto, una Samus completamente roja estaba en estado de shock mientras analizaba la situación.

-Ahora sí, tengo que salir de aquí…


En el vestidor estaba Zelda observándose en el espejo. Ya había acabado de vestirse hace unos segundos, pero le daba mucha vergüenza salir.

-¿No está algo provocativo este cosplay? ¿Le gustará a Samus?

La cara de Zelda se puso roja ante el pensamiento de que a Samus le gustara; ya se la podía imaginar lamiéndose los labios, botando sangre de su nariz, usando a Zelda para auto liberar aquellos deseos carnales que tenga la cazadora…

Luego de agitar su cabeza con la intención de sacarse aquellos pensamientos que la ponían todavía más avergonzada, volvió a mirarse en el espejo. A este punto ya no había vuelta atrás, Peach ya había salido hace un rato, mientras que ella seguía ahí, insegura de sí misma. Pero, ¿qué podría hacer? No podía elegir otro disfraz, ella sabía que había hecho un buen trabajo con este, y no encontraría uno mejor. Quería ganar, ¿no es así? Un sacrificio menor como pasar vergüenza por un cosplay era algo que podía soportar, o mejor dicho, que debería soportar, si quería quedarse con Samus al menos.

Zelda tomó aire y cerró fuertemente sus ojos, dispuesta a darse ánimos a sí misma.

-Puedo hacerlo, puedo hacerlo, puedo hacerlo…


-¡Puedo hacerlo, puedo hacerlo! ¡De verdad puedo ganarle a Zelda en esto! Yo ya estoy aquí ganándome el corazón de todos, mientras ella se sigue cambiando. No espera, quizá ya acabó, pero le da mucha vergüenza salir. ¡Eso sería todavía mejor!- Pensaba Peach, quien llena de confianza miraba como los flashes de las cámaras le bañaban el cuerpo.

Peach pudo haber sido algo cruel al pensar en eso, pero cuando se trataba de Samus, ella tenía que echar todo lo demás a un lado y centrarse en la dulce victoria que significaría ganar este concurso.

-¡Y parece que ya tenemos una ganadora… porque la otra todavía no se presenta!

El público abucheó la decisión de Snake, queriendo con ganas ver a la castaña que seguía cambiándose.

-¡Está bien, está bien! ¡Le daremos 20 segundos más, si no se presenta, el gran premio va para la sexy Mamá Noela que está parada frente a ustedes!

Esperaron y esperaron, 15 segundos pasaron volando y todavía no apareció Zelda. Entonces, Snake inició la cuenta regresiva.

-¡5! ¡4! ¡3!...¡-

Justo en ese momento, Zelda salió tímidamente del vestidor, sacando primero la cabeza y después el resto del cuerpo. Ésta fue recibida por un gran aplauso, y mientras se ruborizaba, se dirigió al escenario donde estaba Peach.

Samus estaba sangrando por la nariz, la visión era muy erótica.

-Creo que ya es suficiente, ahora sí las cosas se pusieron peligrosas. Tengo que salir de aquí.

Zelda estaba vistiendo completamente de verde, haciendo provecho de sus puntiagudas orejas para hacer un cosplay de duende.

El disfraz no era tan complicado: una mini falda verde, amarrada con una correa negra. Un top con rayas horizontales de color rojo y blanco, que dejaban al descubierto su ombligo; y decorado con un chaleco verde, dejando muy poco a la imaginación por el gran escote que tenía. No tenía mangas, pero si unos largos y verdes guantes que llegaban hasta antes de su codo; así como en las piernas, usaba unas medias largas que le llegaban un poco más arriba de la rodilla. Estas medias también tenían el diseño blanco y rojo, y estaban acompañadas con unas pequeñas botitas puntiagudas de color verde en sus pies.

Cuando caminaba sonaban unos cascabeles, eso se debía a que tenía un par en sus muñecas, y en su cuello a modo de collar. También en sus botas, y tenía unos que funcionaban de arete en su oreja izquierda.

Samus estaba haciendo su máximo esfuerzo por soltar sus brazos de las ataduras, cuando escuchó un cascabel a su costado. Cuando vio el origen de esto, Zelda estaba parada dirigiéndole una sonrisa, con la cara roja.

-¿Qué opinas Sam?

Samus estaba con la boca abierta, le fascinaba el disfraz de Zelda.

-Creo que te ves muy bien…- Le respondió casi babeando.

Zelda le sonrió, y se fue al costado de Peach, para esperar el veredicto final.

-¡Parece que la competencia está fuerte, veamos qué dice el jurado!- Dijo Snake, poniendo toda la atención en Master Hand y Crazy hand, que eran los encargados de decidir a la ganadora de esta competencia.

Parecía que ambas manos hablaban entre ellas sobre la ganadora, aunque nadie podía estar seguro pues, no tenían bocas. Es decir, eran manos…

Luego de unos segundos, Crazy Hand se va al escenario y agarra a Zelda, levantándola en su palma mientras que Master Hand, haciendo una pistola con los dedos, disparaba fuegos artificiales, que a la vez hacían el símbolo de la trifuerza. La ganadora era evidente, era Zelda con su increíble traje de duende ayudante de Santa.

-¡Damas y caballeros, tenemos un empate! ¡La Princesa Peach del equipo rosa, representando al Reino Champiñón, ha ganado el primer juego; mientras que la Princesa Zelda del equipo púrpura, representando al Reino de Hyrule ganó el segundo! ¡Quién lo hubiera pensado, ahora tendremos que ir al tercer juego para decidir quién será la ganadora de este fabuloso premio!

En ese momento Snake había señalado a Samus, pero se sorprendió al ver que ésta no estaba ahí.

Resulta que Samus no había desaprovechado la atención que le pusieron todos a las dos participantes para poder escapar. Aunque no se pudo soltar por completo, sí pudo quitarse las ataduras de sus piernas. Ahora estaba corriendo, con cinta para regalo amarrándole todo el cuerpo menos las piernas, que estando desnudas, corrían con todas sus fuerzas.

-Ehhh

Snake se quedó medio confuso al ver esa imagen; era algo divertida pero rara a la vez.

Peach y Zelda se miraron.

-¿Se supone que ella es el amor de nuestras vidas?- Pregunta Peach

En ese momento Samus se tropieza con la cinta que amarraba a sus brazos. Torpemente intenta levantarse mientras se arrastra, alejándose velozmente del escenario.

-Se supone que sí…- Le responde Zelda con la mano en la cara, totalmente avergonzada después de ver la ridícula actuación de la persona que le gusta.

-Ahh… bueno, ¡cambio de planes! ¡La que atrape el premio, se queda con ella!- Anunció Snake, a lo que sería el tercer juego, o algo así…

En seguida, ambas princesas se miraron la una a la otra, y encogiéndose de hombros se lanzaron en persecución de Samus.


Samus ya estaba algo lejos, pero aun así había logrado escuchar a Snake. A pesar de la incómoda posición en la que estaba corriendo, se había ganado algo de tiempo, y aproximaba unos cuantos minutos hasta que Zelda y Peach la encontraran. Era una lástima que se había equivocado.

Mientras avanzaba sigilosamente entre los arbustos del parque, se detuvo repentinamente cuando vio a Peach parada en frente de ella.

-¿Pero cuán- Samus no sabía cómo Peach había acabado ahí, pero no había duda, era ella. La princesa estaba apoyada en un árbol, dándole vueltas a su parasol.

-Hola Sammy, ¿a dónde ibas?

Samus llena de miedo, se levantó y se dispuso a correr en dirección opuesta. No contaba con que Zelda se teletransportara justo atrás de ella, bloqueándole el paso. La caza recompensas empezó a retroceder lentamente, tratando de alejarse de Zelda; o al menos hasta que sintió un par de manos agarrándole de la cintura, evitando que se mueva.

Cuando Samus volteó su cabeza, sus labios fueron recibidos por los de Peach, que la besó evitando cualquier tipo de queja. Inmediatamente cuando volvió a mirar al frente, fue Zelda la que le dio un beso en los labios. Samus se quedó congelada, hasta ella tenía que admitir que había sido vencida, y recientemente (con los besos) neutralizada.

-Entonces… ¿empate?- Preguntó Peach.

-No podría estar más de acuerdo…- Dijo Zelda, sacando detrás de ella un poco de cinta para regalo.


-¡Bueno, damas y caballeros, parece que los Juegos Navideños de este año han llegado a su fin! ¡Y por primera vez en la historia de dichos juegos, el resultado es un empate! ¡Qué sorpresa!

En ese momento pasaron Zelda y Peach, llevando sobre ellas a una Samus amarrada nuevamente.

-Mmmm mm mmmmm m mmmmmm mmm- Eso fue todo lo que salía de la boca de Samus, que también estaba tapada con cinta.

-¡Sip! ¡Esas dos pasarán una buena navidad! ¡En cuánto a la otra… pues, deseémosle lo mejor!

Después de decir eso, Snake miró su reloj y se dio cuenta que ya es de noche. -¡Y ahora público presente, los invito a pasar a la Mansión para la tradicional cena navieña!

¡YYYYAAAAAAAYYYYY!- gritaron todos.


Ya estaban todos en la gran mesa, a punto de comer del delicioso banquete que había en la mesa. Entonces Snake se paró y dijo:

-Amigos, quiero hacer un brindis por nosotros, para que en esta Navidad la pasemos genial y nos divirtamos como sólo nosotros, los Super Smash Brothers sabemos hacerlo. ¡Salud!

-¡Salud!

En seguida, todos comenzaron a comer. Cada uno conversaba amigablemente con otro, hasta que en medio de todo el ruido, se oyó a Ness preguntar:

-¡Oigan amigos! ¿Dónde están Peach, Zelda y Samus?

Lucas al escuchar la pregunta de su amigo miró alrededor de la mesa, y vio que en efecto, ninguna de las tres estaba.

-Es verdad, ¿qué estarán haciendo?- Preguntó el rubio.

Los adultos se miraron nerviosamente, tirándose la pelota para ver quién iba a responderle al par de niños. Entonces Snake asumió el cargo, y acercándose a ellos les dijo.

-Verán chicos, ellas están pasando Navidad de diferente manera a la de nosotros.

-¿Diferente manera? ¿No se estarán aburriendo ellas tres solas?

En ese momento, Falco dijo cómicamente. –Créeme, ellas están haciendo todo menos aburrirse jajajaja- Pero fue silenciado por Pit que le dio un manotazo en la cabeza.

-Idiota…

-¿Divirtiéndose? ¡Nosotros también queremos divertirnos! ¿Podemos unirnos? ¿Qué están haciendo?

-Eee, se los diré cuando sean grandes, ¿ok?

-Ok señor Snake…- Dijeron ambos chicos decepcionados, llenos de curiosidad por saber que estaban haciendo las chicas que era tan divertido.

Mientras en el piso de abajo estaban todos los Smash Brothers, pisos más arriba había una habitación cerrada con llave que parecía estar aislada del resto de la mansión. En ésta estaban las tres mujeres en una cama, pasando Navidad a su manera.


REVIEWS

Leozx95: Usaste la palabra exacta para describir a Zelda, Kawaii :3 De hecho esa era la palabra que se me pasaba por la cabeza al escribir eso. Y no vuelvas a interrumpir el baño de burbujas de mi Zero-sama!

Zero-sama: Espero que puedas terminar tu baño de burbujas en paz :D Por favor Zero-sama, bendice a todas las familias en esta Navidad :3 Y gracias por escuchar mis plegarias!

Mr. NBA: Gracias, es genial para cualquiera oír que su historia esta yendo genial! jajaja no lo había pensado así, pero si le veo cierta similitud con High School DxD ahora que lo mencionas... gran anime :3 Bueno, supongo que tendré que hacer la revancha entre Peach y Fox... Quien no quisiera las fotos que tiene Snake, lo sé, la envidia... Y bueno, que grandioso que te gustara el fic, y muchas gracias por los halagos y el #respect. Con comentarios así vale la pensa seguir escribiendo.

Andres12T: No fue casualidad que te encontraras con mi fanfic, debe ser el destino...Y bueno, que bueno que sea entretenido, y ese es el objetivo, así que espero que te siga gustando la historia, y feliz navidad a ti tambien!

Fallen: Imagínate... tengo preparado algo muy especial para Snake más adelante. Espero que sigas disfrutando de la historia.

Guest: Tranqui, deben haber más lectores que se pregunten eso. De hecho si estoy pensando en explicarlo, pero todavía no, cada cosa a su tiempo. De hecho, hasta había pensado hacer un one-shot por separado de lo que pasó entre ellos dos, pero al final creo que lo haré entre flashbacks. Así que no tendrás que esperar mucho, espero... :D Y no te preocupes, juro terminar con esta historia, aunque muera y tenga que poseer a alguien para que lo haga por mí :3


Y eso es todo, sé que es algo corto en comparación a los dos últimos capítulos, pero es solo un pequeño especial navideño. Les prometo que el siguiente cap lo hare más largo.

ya me voy a celebrar navidad, así que espero que la pasen bien tambien ustedes y les haya gustado el omake.

Por cierto, estaré de viaje, así que no esperen otro cap hasta finales de enero o inicios de febrero :( Pero al menos esta vez avisé, es un comienzo.

Y bueno, finalmente, Feliz Navidaaaaaaad! Nos estamos leyendo!