Fantasy Fictions Estudio presenta:

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Una historia participante en la dinámica: Rankane Week 2023

1000 y 1 palabras de amor. 1000 y un trazos de amor

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Con los personajes de Rumiko Takahashi

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Por: Aoi Fhrey

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La pluma mágica

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Primera parte:

Emociones bajo un cielo nocturno y sentimientos sin palabras

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Desde el desastre con el último intento de boda entre Ranma y Akane los eventos habían regresado a la normalidad para los residentes del hogar Tendo... o lo que se pudiera considerar normal en los estándares de Nerima.

Solo los hermanos Kuno continuaban con sus delirantes fantasías y desafíos.

En contraste, el resto de la célebre "tropa de demolición" fue mucho más tenue en sus intentos por obtener la victoria como ellos la entendían.

Los principales afectados por las locuras tenían sus propias ideas sobre la extraña falta de entusiasmo.

Ranma creía que solo se preparaban para un intento más estrafalario en el futuro, otro robot, otro maestro de un arte marcial ridículo, otro príncipe con problemas para aceptar un "no" como respuesta o una nueva cura para la maldición de Jusenkyo. Lo que fuese que planearan se pondría en marcha tarde o temprano y él estaría justo en el centro de la locura para resistirla.

Por su parte, Akane sentía que algún tipo de límite se había traspasado desde el incidente en la montaña fénix. La boda fue un intento muy crudo para desviar su atención de lo que casi ocurrió. Una válvula de escape con problemas simples y de fácil solución: detén la boda/termina la boda. Pero Akane detectó algunos cambios: los ataques de Shampo, aunque igual de destructivos, ya no tenían ese empuje de entusiasmo maniático de antes. Casi parecían un baile bien ejecutado pero sin alma ni propósito.

Ukyo también se volvió más... tenue en sus intentos. Las feroces persecuciones con su espátula gigante solo duraban un par de calles, para detenerse repentinamente. En más de una ocasión le pareció ver una mueca de cansancio en la feroz cocinera. Incluso su padre y el tío Genma insistían con menor frecuencia para empujarlos hacia una cita o nuevos planes de boda.

El resultado, en esa falta de ánimo en las rivales y sus padres, fueron más momentos agradables para la pareja en el dojo Tendo.

Un espacio de tiempo que ya se estaba volviendo rutina fueron las pláticas en el techo durante la noche. No había interrupciones de ningún rival, ni se hablaba de sentimientos evidentes, pero difíciles de admitir, solo algunas charlas sobre el futuro de Akane y varias historias de los tiempos en el camino de Ranma.

Con mucha cautela, la pareja hacía planes para una reunión (que de ninguna manera era una cita) para mirar la película más comentada en la escuela. Y solo iban juntos porque los pases estaban en promoción la siguiente semana.

Cuando la pareja discutía suavemente (es decir sin el uso de mazos o acrobacias de combate) si era mejor comprar dulces dentro de la sala de cine o esperar para algunos helados fuera, un pequeño accidente los distrajo de su plática.

La noche se volvió mucho más oscura por culpa de un apagón eléctrico. Si bien el incidente no era extraño en época de huracanes, en ese momento el cielo estaba bastante despejado de nubes.

—Qué extraño— murmuró Akane y agregó—:usualmente la electricidad no tarda tanto tiempo en volver.

—En las partes más rurales pueden pasar una o dos horas antes de que se vuelva a iluminar—respondió Ranma, pero podría ser algo bueno.

—¿Cómo?

—Bueno, sin tanta luz artificial y con el cielo despejado podríamos ver algunas estrellas. Aunque tendremos que esperar un poco para eso.

"Bobo"—pensó cándidamente Akane. Es una manera rara de pedir que esté un poco más de tiempo con él aquí. La joven Tendo se acomodó en el hombro de su prometido. Fue una pequeña victoria el hecho de que pudiera hacerlo de manera más natural que en sus otros intentos.

—Tendremos que esperar un poco más para poder ver las estrellas—dijo Akane dando su aprobación al plan.

Ella también celebró mentalmente al notar que la postura de su prometido no se volvía rígida como en sus primeros tiempos en el tejado. Ambos estaban relajados y disfrutando el momento.

—Una vez, mientras viajábamos por Nagoro pude ver un cometa verde en el cielo— comentó Ranma con calma y agregó—:solo duró unos pocos momentos, pero fue tan brillante que iluminó casi como la luna llena.

—El profesor de Química nos dijo que el color cambia dependiendo del material que contienen, el azul era para...

El comentario de Akane se interrumpió por un resplandor naranja en el cielo nocturno que captó su atención.

—Mira hacia allá—dijo la joven mientras llevaba su audacia más lejos y entrelazaba su brazo con el de su prometido acercándolos un poco más.

—Eso no parece un cometa, ni una estrella—replicó Ranma sin incomodarse por la cercanía.

Los pequeños juegos de la pareja quedaron en segundo plano al mirar el curioso fenómeno. La peculiar luz no parecía seguir una estela o ruta. Se balanceaba de izquierda a derecha de forma irregular, por momentos subía y luego tomaba un pequeño bucle para caer de nuevo.

—Se mueve como un globo perdido— dijo Akane mirando con curiosidad el pequeño resplandor.

—No parece redondo— es mas bien como un disco aplanado.

—Uy~ un platillo volador—canturreó Akane de buen humor.

—Bueno, tendremos algo para contar mañana en la escuela— replicó Ranma con una mueca divertida.

Sin embargo, el muchacho hizo una pequeña plegaria para que no resultase ser un asunto como el de la chica de cabello verde con pequeños cuernos. Estaba cansado de ser un pararrayos para esas locuras.

El resplandor en el objeto no parecía ser causado por alguna máquina de este u otro mundo. Los tonos de amarillo y rojo que se distinguían en el objeto eran tan caóticos como su trayectoria en el cielo.

—Casi parece fuego— dijo Akane sin pensar.

Aquello sí que causó una reacción en Ranma, ya que Akane lo sintió poner el cuerpo rígido. Sin embargo, el joven de la trenza no se movió.

—¿Qué ocurre?— preguntó Akane con suavidad mientras giraba el rostro para contemplar a su prometido.

—Nada, es solo un mal recuerdo—respondió Ranma mirando a su prometida y añadió—:no vale la pena hablar de eso.

El chico de la trenza enterró en su mente los recuerdos del tornado de fuego que creó el dios fénix durante su combate. Esa batalla se había terminado y la mejor prueba de su triunfo estaba justo a su lado... viva.

Los recuerdos se mezclaron con la realidad cuando Ranma comprobó que aquel objeto era muy similar a una pequeña llama de fuego alargada.

Ranma y Akane miraron por un tiempo el espectáculo nocturno con un interés moderado. Era una buena excusa para mantenerse más cerca de lo normal.

Sin embargo, descubrieron que la llama errante flotaba más cerca de lo que ambos creían. Con los mismos movimientos suaves, el objeto se acercó hasta revolotear muy cerca del tejado en donde estaba la pareja.

Ambos miraron el curioso objeto ya sin tener dudas sobre su apariencia.

Aquello era una pluma de ave en color negro con los bordes iluminados por llamas de fuego rojo y amarillo.

La pluma flotó un poco más, hasta posarse suavemente en las baldosas del tejado frente a ellos. Con una curiosa sincronía, la iluminación eléctrica volvió atenuando el resplandor del fuego.

Tanto Ranma como Akane miraron embobados el objeto esperando que simplemente se consumiera hasta las cenizas.

Un largo tiempo después la pareja estuvo completamente segura de que aquella cosa no desaparecería. El extraño momento de silencio lo rompió Ranma al decir:

—Hubiera sido útil tener una cosa como esta en los viajes de entrenamiento.

Por la mirada aturdida en su prometida, Akane no comprendió su broma.

—Bueno... ¡Sí hubiera servido!

—Pero, Ranma, no te has dado cuenta de que esa pluma tan rara no emite calor.

Ranma miró la pluma con más cautela. Las curiosas llamas que la rodeaban eran similares a las de cualquier fogata que hiciera en sus viajes, pero su prometida tenía razón. La zona de calor que siempre estaba presente en cualquier objeto ardiente no se encontraba en este.

Akane sacó un pañuelo de papel del bolso lateral de su vestido amarillo y lo acercó con cautela hacia la pluma.

Una nueva sorpresa se añadió a la lista de misterios, cuando la pareja vio con asombro como las llamas traspasaban el pedazo de papel sin quemarlo. Ranma ignoró toda precaución y acercó la mano directamente hacia la pluma.

—¡Ranma!

—Cálmate, Akane—dijo Ranma con voz tranquila y agregó—: no me he quemado. La pluma ni siquiera se siente caliente.

Con más recelo que su prometido, la joven Tendo acercó su mano a las llamas danzantes, pero al igual que con la servilleta de papel, el misterioso fuego no se comportó como debía.

Ambos sostuvieron la pluma individualmente y juntos, sin embargo, no hubo ningún otro efecto además de la luz que emitía ni la falta de calor.

—¿Qué hacemos con esto?—preguntó Akane.

—Lo guardamos hasta mañana. Seguro que la vieja momia tendrá una idea o dos sobre esta pluma.

—¡Pero no así!— siseó Akane enojada.

—¿Qué tiene?— replicó Ranma.

El joven de la trenza había guardado la pluma dentro de su camisa china, pero la luz del objeto y las lenguas de fuego saliendo de la tela no eran discretas.

—Bobo. No te muevas, iré a buscar algo en mi habitación.

Un tiempo después, el curioso objeto quedó guardado en un cilindro de latón que ocultaba sus propiedades mágicas.

—Será mejor no mencionar esa lata a nadie, antes de saber lo que puede hacer. Con nuestra suerte podría terminar en manos de mi papá, Nabiki o peor, Happosai— dijo Ranma.

Una larga lista de desastres con objetos mágicos desfiló por la mente de la pareja. Con una extraña sincronía, ambos decidieron ocultar el asunto.


Cologne encontraba la vida en la ciudad ruidosa y sucia en general. Aunque con evidentes diferencias culturales, los centros urbanos chinos y japoneses compartían esas molestas cualidades.

Afortunadamente, su tiempo en la caótica ciudad extranjera parecía estar por terminarse. Los japoneses obtenían sin saberlo uno de sus mayores prodigios en el arte, mientras que su bisnieta aprendía de forma contundente la diferencia entre una victoria pírrica y una real. La persecución del chico Saotome siempre tuvo la finalidad de enseñarle a su descendiente la lección de que no todos los triunfos eran iguales.

Ya notaba las largas pausas en Shampo antes de iniciar una nueva persecución. El amor y la lealtad del chico Saotome nunca fueron suyas. En varones más débiles servirían métodos de seducción regulares, pero no con ese, el corazón era un asunto absurdo. El chico de la trenza era como un caballo domado que no consentía llevar a ningún humano que no fuese su elegido.

Cuando la pareja de niños japoneses llegó pidiendo consejo, la matriarca esperaba una sorpresa regular y no la maravilla que le mostraron dentro de un bote de latón en la barra de su cocina.

—Si no lo estuviera viendo con mis propios ojos, lo creería imposible.

—¿Qué es? ¡Auch! Por qué me golpeaste, vieja momia.

—No pruebes mi paciencia con esto, niño. Bien sabes lo que es, debiste reconocer el fuego desde el principio.

—¿De qué está hablando, Ranma?

Ranma se apartó un momento de su prometida y la anciana para mirar la extraña pluma antes de decir.

—El fuego de esa cosa es igual al de...

—El dios de la montaña fénix— remató la anciana matriarca y agregó—: tenemos suficientes registros en la aldea para reconocerlo, pero lo que está frente a mí debería ser imposible. Es un fragmento con el Ki de Saffrón, pero ninguna fuerza de vida puede permanecer fuera del cuerpo de su portador sin disiparse y, sin embargo, esta no se altera.

Cologne intentó sostener la pluma, pero apartó la mano de inmediato. Luego lo intentó con la velocidad de un amaguriken sin éxito.

—El fuego sin duda es muy real.

Tanto Akane como Ranma miraron a la anciana confundidos. La matriarca intentó sujetar la pluma con unas pinzas de acero, pero el objeto se calentó casi instantáneamente.

Akane sostuvo de nuevo la pluma sin consecuencias y la guardó en la pequeña lata sin ninguno de los efectos que tuvo con el otro objeto.

—¿No te afecta?

—Para nada, se siente como una simple pluma de ave para mí. Ranma también puede sostenerla sin problemas.

Tras un largo silencio, Cologne le dijo a la pareja de modo casi solemne.

—Puedo confirmarte lo que es, yerno. Es una pluma del dios fénix, un fragmento de su poder al volverse adulto y en plenitud, lo cual es imposible, ya que ha regresado a su forma infantil. Este objeto debería haberse disipado como una bola de nieve fuera de la montaña, pero no lo hace y por la forma en que llegó a ustedes es lógico pensar que fue una especie de regalo, aunque no sé su propósito.

"Y por la manera en la que solo admite que ustedes lo sostengan resulta evidente que no es algo que pueda ser tomado por la fuerza, casi parece un legado. Los dioses me ponen una prueba igual a la de mi nieta, pero en una escala mayor. Tratar de obtener este regalo tendría un costo muy alto" — consideró Cologne mirando con un poco de anhelo la lata en manos de la niña Tendo.

—Te recomiendo mantenerlo bien oculto hasta que descubras su propósito o que algo más lo revele. ¡Y que sea ella quien lo guarde, yerno! Tu historial con objetos mágicos es inestable en el mejor de los casos.

—No tenías que decirlo de esa manera, momia, pero aprecio el consejo— dijo Ranma con una mueca y con una sonrisa más suave, añadió—: y gracias por no tratar de robarlo, recuerdo que los cascarones del pollo de fuego eran un ingrediente muy valioso. Quién sabe para qué sirva esta cosa.

—Las amazonas no interferirán con ese objeto, solo nos traería peleas en el mejor de los casos. Ahora, si no desean ordenar nada del menú o un trabajo de medio tiempo, sugiero que sigan su camino.

Fuera del café gato, la pareja tenía algunas respuestas. La pluma no podía ser sostenida por cualquiera y el intento de forzar eso parecía inútil.

La falta de ayuda de Cologne era extraña para Ranma, la anciana casi parecía contenta de no tener que involucrarse con la pluma.

—Deberíamos tirar esa cosa.

—No podemos, Ranma. Podría causar un incendio o algo peor.

—Pero ni siquiera podemos usarla como fogata portátil. Gezz, es la lámpara más tonta del mundo.

—¡Oye! No es una...—Akane se interrumpió ante la repentina idea— Sabes, esa puede ser una buena idea después de todo.

—¿Qué?

—Esconderla como una lámpara.

Unas horas más tarde, la pluma fue ocultada en un pequeño cilindro de vidrio modificado y parecía más una lámpara excéntrica del distrito comercial que un objeto mágico. Akane parecía bastante satisfecha con el disfraz.

—Por lo menos no necesita baterías— dijo Ranma mientras contemplaba las llamas atrapadas.

—Idiota.

Y fue de esa manera tan ordinaria que el objeto mágico quedó olvidado en la habitación de Akane por un largo tiempo. Siendo utilizado, tal y como dijo Ranma solo como una lámpara de emergencia.

Con el paso de los meses, nuevas locuras aparecieron en la vida de los herederos del estilo de combate libre. La pluma y sus posibles secretos fueron casi olvidados por completo hasta que un pequeño incidente la llevó de nueva cuenta fuera del hogar Tendo.


Akane caminaba con la mirada triste hacia un destino que visitaba cada año. Los asuntos escolares le habían impedido ir en la fecha exacta, pero nada la detendría de ir a visitar a su madre.

El resto de la familia había presentado sus respetos unos días antes, por lo cual no la acompañaban al cementerio ese día. A excepción de Ranma, quien sin decir palabra caminó a su lado.

El clima no era el mejor para la visita, una densa capa de nubes opacaba el cielo, pero Akane no quería postergar más su visita. Sentía como si le estuviese fallando a su madre al no venir en la fecha adecuada. Frente a la tumba de Kiyone Tendo, su hija menor dejó salir sus sentimientos.

—Estoy comenzando a olvidar el rostro de mi madre—dijo Akane sabiendo que su prometido podía escucharla y agregó—: mi recuerdo de aquel día de campo es lo mejor que tengo e incluso eso se vuelve confuso. ¡Quisiera haber tenido más memorias con ella como mis hermanas! Pero se fue demasiado pronto. No se lo dije a nadie en casa, pero olvidé la fecha por completo y no pude apartar el día para visitarla como mis hermanas. Hemos visto tantas cosas mágicas y no existe una sola para mantener mis recuerdos claros. ¡Incluso traje esa tonta lámpara por si el clima empeoraba! Tanta magia que no sirve para nada.

Ranma podía sentir el dolor en su prometida, pero no fue capaz de alejarlo. Por un momento deseo que hubiese un enemigo al cual derrotar para devolverle la sonrisa a su Akane. Se sintió impotente. Con mucha cautela se aproximó y suavemente colocó su brazo rodeándola.

10 años de emociones mal expresadas en Akane se desbordaron y abrazó con fuerza a su prometido mientras se desahogaba llorando.

—¡No es justo! ¡Por qué se fue tan pronto! He querido preguntarle tantas cosas durante estos años, pero no puedo. ¡No está, no está! Solo me queda un recuerdo borroso y esa piedra con su nombre.

El chico de la trenza apretó los ojos tratando de bloquear sus propias lágrimas. Akane estaba sufriendo, había estado soportando ese dolor desconocido por años y él no podía hacer nada para evitarlo. Todas sus habilidades eran inútiles contra esto. Deseo con toda su alma que hubiese una manera de poder hacer algo para alejar el dolor de Akane. Su mente corrió por una serie de escenarios improbables: una sesión de espíritus, una radio mágica para hablar con la persona deseada, incluso un estanque en Jusenkyo para que ella viese a su madre una vez, aunque solo fuese su apariencia física... algo.

Lo que fuera.

El tiempo dejó de importar para la afligida pareja que sin saberlo estaba concentrada en un mismo pensamiento y sentimiento, hasta que el sonido de vidrio estallando en pedazos fue el primer aviso de que algo estaba ocurriendo.

Lo siguiente que la pareja vio fue que el tenue fuego de la pluma había cambiado y ahora las llamas en ella ardían con feroz intensidad.

El fuego en la pluma pareció estirarse hacia el opaco cielo, para luego aumentar de tamaño. El látigo de fuego se transformó en un pilar de llamas que rugía como un tornado.

La pareja se apartó de inmediato del peligro para contemplar asombrada el poder desatado de "la tonta lámpara". El pilar hizo un arco cerrado en el cielo, con lo cual el fuego comenzó a descender de nuevo hacia el suelo.

La tierra se sacudió con el impacto y la luz del fuego aumentó de intensidad hasta ser un resplandor de un blanco inmaculado.

Fueron momentos que se sintieron como una eternidad para la pareja que contemplaba asombrada el incidente a la distancia. La luz perdió intensidad hasta volverse un fuego reluciente y luego solo unas cuantas llamaradas que se apagaron rápidamente.

Al pasar el peligro inmediato, tanto Ranma como Akane se acercaron hacia el sitio donde impactó el fuego y ambos se quedaron sin palabras ante lo que vieron.

El sitio de descanso de la matriarca Tendo había desaparecido por completo. En su lugar se notaba un cráter de mediana profundidad en cuyo centro todavía ardían algunas llamas. La confusión de Akane cambió rápidamente a pánico al descubrir lo que se estaba quemando.

Era un ataúd. Visiblemente carbonizado que se desintegraba rápidamente. El alma de la joven se aterró al comprender lo que había pasado.

—¡Mamá! ¡Mamita!—gritó Akane completamente histérica.

La joven se deslizó por la pendiente del cráter para tratar de apagar el fuego. Ranma estaba a su lado en un instante, pálido por el temor, pero dispuesto a ayudar a su prometida de la forma que fuese.

Cuando ambos llegaron al centro de aquel impacto, las restantes llamas se habían apagado, dejando solo un montículo de ceniza con la forma de una elipse alargada en el suelo. Ambos ignoraron el calor del sitio, por el impacto emocional.

Ranma se quitó la camisa en un intento de cubrir la tumba para suavizar el choque que la vista de los restos mortales tendrían en su prometida. Cuando estiró la tela para cubrir el capullo de ceniza, el joven de la trenza perdió aún más el color de piel por el miedo.

Porque un brazo femenino completamente intacto emergió de las cenizas y un par de ojos castaños se abrieron contemplando el cielo.

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Continuará...