Ella acortó la distancia entre los dos, apoyando suavemente sus labios sobre los de él, quién abrió sus ojos en señal de sorpresa, sin intenciones de alejarse. El recuerdo de su primer beso apareció en su mente, mientras se entregaba por completo
Se apartaron suavemente, casi en contra de su voluntad, mientras se sonreían mutuamente. Ella volvió a apoyarse en su hombro, mientras sus manos se entrelazaban sobre su pierna
El nostálgico calor de Kagome... es increíble que después de todo este tiempo, todavía me siga reconfortando tenerla a mi lado
- Lamento haberte dejado - pronunció de repente - Nunca quise... apartarme de tu lado
Aquellas palabras encendieron el ya alborotado corazón del híbrido, quién soltó su mano y la envolvió con su brazo, apretándola contra su cuerpo
- No quiero hablar de eso - murmuró - No ahora, que acabas de regresar
El ser que nos acecha en las sombras...
- ¿No te preocupa ese reencuentro? - preguntó la mujer, observándolo todo desde su anillo
- Hasta no saber quién será el portador de Tessaiga... lo que hagan ellos no me interesa
- Eres demasiado relejado - suspiró, dirigiéndose a la entrada del castillo
- Y tú demasiado molesta, Zero - se posicionó a su lado, observando el cielo nocturno - Cuando Sakura y Tessaiga se reúnan nuevamente... su poder será casi invencible - sus ojos comenzaron a emitir un brillo intenso - Aquel poder... fruto del amor que sus dueños originales se tuvieron, aquel amor puro, rodeado de esa poderosa energía demoníaca - hizo una pausa - Es increíble que los idiotas de Taisho y Tsukiyomi renunciaran a ellas...
- Eso te facilitó las cosas, idiota - lo miró - Esa niña llamada Kagome, sólo se limita a hablar con la espada y Tessaiga aún no fue reclamada - suspiró - Tendrás muchos problemas si Sesshomaru se queda con ella
- Eso es problema para mi yo del futuro, Zero - sonrió - Recuerda, Sakura y Tessaiga serán mías - giró - Tú te quedarás con Tenseiga y Tsuki... después de todo... el poder de las estrellas y la luna son tu fuerte - giró, ingresando nuevamente al interior de aquella gran estructura
- Eso ya lo veremos Kirinmaru - sonrió
Los dolorosos momentos que nos persiguen...
- Estoy aquí - pronunció mientras sostenía el cuerpo de la sacerdotisa
- Yo... no pude... ¡no logré controlarme! - su grito agónico retumbo en la soledad del bosque
- Eres una hanyo, es normal - trataba de consolarla
- Si no hubieras llegado, yo... hubiera asesinado a ese ni...
- No lo hiciste - la abrazó, cerrando sus ojos, acariciando su cabeza - Y de haberlo echo, no sería tu culpa
La mujer había acorralado al niño, luego de que este, en su intento de escapar, tropezara con la rama de uno de los tantos árboles del bosque. Gruñía, sus ojos se habían vuelto completamente rojos y sus garras y colmillos habían crecido notoriamente, su cabello, teñido de un intenso color rojo, le daba la imagen de un youkai salido del mismo infierno
Los gritos del pequeño humano se volvían cada vez más agudos cuando ella...
- ¡NOOOOOOO! - se sentó repentinamente, profesando un grito agónico
- ¡Kikyou! - se puso de pie instantáneamente, corriendo al otro lado de la cabaña y sentándose al lado de su prometida - ¿Estas bien?
La abrazó, mientras ella lloraba a mares
- Tranquila - le susurró - Sólo fue una pesadilla...
- ¡Otra vez! - respondió con su voz entrecortada - ¡No deja de perseguirme!
- Es normal Kikyou... - la apretó aún más fuerte
- De no haber sido por Sesshomaru y Kagome... todo hubiera sido una tragedia
- Pero no lo fue - la tomó del rostro, elevándolo para que lo mire - Y ahora eres normal... tal y como lo querías, ¿recuerdas?
- ¿Qué pasaría si...?
- No pasará - sonrió - Confía en mi... yo... siempre estaré a tu lado
- Naraku - sonrió levemente, besando sus labios
¡Muchas gracias por sus hermosos comentarios! Espero que sigan disfrutando de esta historia tanto como yo disfruto al escribirla
