Kakashi


Esa misma noche, nueve meses antes, repasando con los ex...

Apostado en el exterior del estadio de fútbol, de pie junto a mi coche patrulla, observé a los universitarios ebrios que se movían entre la multitud. Encontré algunas infracciones que multar,pero nada grave. Mientras mantuvieran el orden, no iba a impedir que todos y cada uno de loschicos que olían a cerveza disfrutaran del partido y de toda la experiencia universitaria.

Nuestro equipo local ganó el partido, lo que fue genial, excepto que eso significaba que laciudad estaría en llamas, celebrando su victoria. Tendría que intensificar mi patrulla de DWI(conducir en estado de ebriedad). Me parecía bien que no fueran a ninguna parte, pero yo poníael límite cuando se ponían al volante de un coche. Cogí mi móvil y llamé a Naruto para avisarle.

"Eh, tío."

Naruto cogió el teléfono y el murmullo de la gente del bar se hizo fuerte. No dejaba de pensar enla nueva cerveza en la que estaba trabajando y en si me guardaría un lote. Naruto era así debuena gente y solía donar a nuestras cenas de la PBA unos cuantos barriles de su cervezaartesanal.

"Cabezas arriba, el equipo local ganó".

Se rió, y de fondo Menma gritó: "No me digas, Sherlock". Había visto mucho menos a Menma desde que volvió a casa. Supuse que también estaba ocupado con su amiga y entrenando para alguna carrera local de ochenta kilómetros en el bosque. Me quedaría con los 5k del pub una vez al año.

"Me lo imaginaba, y pensar que dejé a mi mejor camarera libre esta noche para ir a ver elpartido". Naruto suspiró y recordé vívidamente a una chica pelinegra bajita con bonitas curvas.Hinata Hyuga, joven y definitivamente no era mi tipo, con más estrellas en los ojos de las que yosabía qué hacer honestamente. Naruto mencionó una vez que ella estaba por su cuenta y dejóatrás el drama familiar para empezar de nuevo. La contrató en la parada del autobús cuandollegó buscando trabajo. Fue mejor que me mantuviera alejado de ella. No estaba preparadopara comprometerme con nadie y ella tenía la mirada de un cachorro perdido que necesita unhogar estable. Me encantaban los ojos tristes, pero no sabía cuidarlos.

"Estaré pendiente de ella".

Sí, ocúpate sólo de mantener los ojos abiertos, de lo contrario es probable que Menma teapuñale la próxima vez que entres".

"¿Con qué? ¿Con sus veinte maneras de matar a un hombre de sus días de servicio?" bromeé.Menma era el auténtico, y si no le gustabas, estaba bastante claro a qué atenerte con él desde elprimer día.

Naruto suspiró. "Déjala en paz, Kakashi."

"¿Qué? Si las chicas pueden mirar escaparates, ¿por qué no puedo hacerlo yo?" Burlarse deNaruto fue fácil. No entendía por qué esos dos eran tan sobreprotectores con ella y no eraasunto mío. Ella no era mi tipo, de todos modos. También sabía que ella no era de ellos, pero noera de mi incumbencia. Hinata Hyuga era adorable pero estaba a salvo en la caja de Kakashi,deno tocar.

"Sólo... no lo hagas, ¿de acuerdo?" Murmuró Naruto en un suspiro.

"Sí, de acuerdo. Saluda a Menma de mi parte cuando salga de detrás de su ordenador y de lacama de Kiara".

"Uh huh." Naruto colgó y vi a Rin abrirse paso entre la multitud, llamándome.

"Hola, puta". Me dio un beso en la mejilla seguido de un abrazo. Rin era buena para sersusceptible. Teníamos una historia aún no del todo archivada, y si ella seguía así, tendría queajustarme en público.

"¿Qué pasa, zorra?" me burlé de ella. Rin se rió, clavándome la uña en el pecho. Gracias a Diospor los chalecos antibalas.

"No mucho, todos vinimos a ver el partido". Hizo un gesto detrás de ella y entrecerré los ojospara ver la multitud.

"Uh oh, eso significa que gilipollas no está muy lejos". Miré a su alrededor bromeando, y ella meempujó contra la puerta de mi coche patrulla. Rin era una de las pocas que podía salirse con lasuya. Nuestros años de amistad precedieron a todo lo demás, aunque su novio... Obito Uchiha yyo teníamos décadas de odio entre nosotros, basado en la habitual competencia de meadasmasculinas.

"Basta. Me gustaría que ustedes dos lo superaran. Además, Sasuke lo llevó al coche para que note viera".

"Genial, ahora tenemos un contingente de gente que nos mantiene uniformemente separados".Pensé en sunuevonovio, que en realidad era cualquier cosa menos nuevo. Sabía que ya erahora de que por fin estuvieran juntos, pero aun así, tenía que admitir que me molestaba. Noestaba destrozado por ello, pero sí, no era divertido pensar que ese chico tenía algo que lamantenía feliz cuando yo no pude durante el tiempo que habíamos estado juntos.

"No, sólo sabemos que se pone un poco..." Agitó la mano en el aire, haciendo círculos locos.

"Sí, lo sé, está loco de remate y no me gustaría tener que arrestarlo otra vez", dije, recordándole nuestro último encuentro.

"Kakashi..."

"Hey, tal vez podrías decirle que no fui yo quien te hizo estallar la cereza para que se le pase".Me crucé de brazos, sonriendo con satisfacción, esperando a que cerrara la boca, que en esemomento me estaba poniendo cara de pez.

Para Rin era fácil reprender en lugar de reconocer que, por una vez, yo podría tener razón en loque respecta a sus problemas con Obito Uchiha. Si ella lo confesara, yo no tendría que mantenermi Radar Demoníaco cuando él estuviera cerca.

"Eres malo". Dijo, dándome una palmada en el pecho.

Le cogí la mano. No había necesidad de que nadie pensara que pasaba algo cuando claramenteno era así.

"Y tú eres peor, probablemente por eso se merecen el uno al otro", valoré con sinceridad.

Escudriñé la multitud que había detrás de ella y vi una cabellera pelinegra brillante que secolaba entre la gente. Señalando, le pregunté: "Oye, ¿esa no es Hinata?".

"Ah, sí". Rin se giró para saludar, gritando en dirección a Hinata. "¡Hinata!"

Se detuvo, devolvió el saludo y se metió entre la multitud, alejándose rápidamente.

"Supongo que tiene planes", murmuré, preguntándome adónde iría, aunque no era asunto mío. Hinata se había ido tan rápido como la vimos, en dirección al campus principal y a las residencias de estudiantes. Sabía que no vivía en esa dirección, y sentía cierta curiosidad por saber qué hacía. No es que fuera a perseguirla. No tenía motivos para hacerlo, así que dejé pasar la preocupación. Rin se encogió de hombros. "Tal vez.

Seguí escudriñando a mi alrededor, observando al alumnado y a los padres que asistían esta noche. Todo parecía en orden, pero nunca se sabía cuándo un idiota quería dar el primer puñetazo porque su equipo había perdido.

"Sólo quería saludarte y ver si vas a salir más tarde." No sabía si Rin se sentía mal y trataba de navegar nuestra ruptura invitándome a salidas grupales. Sabía que con el tiempo estaríamos bien y volveríamos a ser amigos. Pero no quería lidiar con esto en ese momento. Ella podía estar necesitada y yo tenía otras cosas de las que ocuparme mientras ella se las arreglaba para decirle la verdad a su nuevo novio.

Sacudí la cabeza negando. "Trabajo", dije a modo de explicación.

"Obviamente, Kakashi". Rin resopló, dejándome con mis deberes, y deseé estar en cualquierlugar que no fuera el trabajo en ese momento. Curiosamente, mi mente volvió a una chica pelinegra que esperaba que estuviera bien, porque no podía quitarme la sensación de que no loestaba.


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