Notes:

Feliz Cumpleaños a Maki ❤️


Capitulo 06.🐚 Huellas en la arena 🐚

🌊Verano 🌊

"El miedo a lo desconocido puede ser tan inmenso como el océano"


Al día siguiente ahí mismo en Atami.

—Me pregunto...

—¿Huh?

—Me pregunto ¿Cuándo se me empezara a notar el vientre? Osea ¿En qué momento se me empezara a notar que estoy embarazada? ¿Cuánto tiempo falta para que mi vientre se vea muy abultado?— pregunto Maki, quien se admiraba en aquel gran espejo que tenían en el lobby del hotel donde se habían hospedado.

Sus manos fueron directo hacia su vientre sobre aquel vestido de playa largo y blanco que traía puesto para la ocasión.

Estaba Imaginándose el cómo se vería con una gran barriga. Y de solo pensarlo, tenía una gran sonrisa en el rostro.

Aquel vestido destacaba su aún esbelta figura, tenía una abertura que dejaba ver de vez en cuando su delicada y torneada pierna derecha. Aquella prenda tenía unos tirantes que dejaban ver sus torneados brazos y su escultural espalda, donde se cruzaban esas delicadas cuerdas.

Sentía que Nitta había hecho una excelente elección al conseguirle ese vestido y demás ropa para pasar esos dos días en la playa.

En aquella mañana a Maki se le podía ver muy feliz, tenía una gran sonrisa en los labios que hacía tiempo no aparecía y se le podía notar "radiante" en toda la extensión de la palabra, e incluso su actitud era más positiva de lo normal.

Parecía que se había quitado un gran peso de encima con eso de revelarle a Yuta que estaba embarazada y ahora, se le notaba toda ilusionada al imaginarse a ella misma frente al espejo, con un vestido como el que llevaba puesto, pero con un vientre más abultado.

—¿Tardara mucho en que se me note el embarazo?— poso de lado con una gran sonrisa.

Sonrisa que duraría muy poco debido a un comentario que la haría enojar momentáneamente.

—Eso dices ahora Maki San, pero quizás en unos meses no querrás que se te note el vientre de embarazada — comento Megumi, quién hojeaba una revista sobre los atractivos turísticos de Atami.

Aquel comentario hizo fruncir la frente de Maki.

—¡Qué grosero de tu parte Megumi! ¡No hagas enojar a la embarazada! ¡Los corajes son malos para mí y para el bebé!— le dio un leve puñetazo en el brazo, que hasta el pobre casi cae del sillón donde estaba sentado. Tan fuerte fue aquel golpe que Megumi procedió a sobar su adolorido brazo.

Megumi cerró los ojos por el dolor y después hizo una mueca mientras levantaba la revista que había dejado caer.

—¡Tsk!— se quejó mirando a su familiar — Yo solo lo comentaba porque algunas embarazadas les da pena o se acomplejan demasiado al ver su vientre muy grande y tratan de ocultarlo con algo de ropa holgada...— volvió a hojear aquella revista.

Maki puso sus manos en su cadera mientras miraba seriamente a Megumi
—Pues, quizás conmigo no pase eso de que me acompleje al verme con un enorme vientre de embarazada... al contrario, estoy muy ilusionada por verme de esa manera, además — volvió a posar frente al espejo acariciando su barriga.

—¡De ahora en adelante, voy a tratar de evitar el enojarme contigo o con Yuta o con cualquier otra persona durante todo mi embarazo, quiero que este bebé nazca lo más sano posible y sobre todo quiero que nazca lo más parecido a mi!— comento con una gran sonrisa regresando su vista a Megumi.

— Porque por ahí escuché que si una embarazada se enoja seguido con alguna persona en específico, eso puede hacer que el parto sea prematuro y además puede provocar que el bebé nazca pareciéndose físicamente a esa persona que hacía enojar mucho a la madre —Apunto a su familiar —¡ASÍ QUE MEGUMI, YA NO ME HAGAS ENOJAR!— regreso a mirarse al espejo — La verdad, quiero que esta, mi pequeña semilla de Soja salga lo más parecido a mi— dijo con una gran sonrisa a través del espejo.

Megumi levantó una ceja ante tales absurdas palabras.
—¿Qué fundamento científico tiene esa declaración?

Maki se encogió de hombros.
—No lo sé, como dije lo escuche por ahí mientras compraba mis vitaminas pre natales, pero quizás eso explicaría el porqué el primer hijo de Utahime sensei salió tan parecido al idiota de Satoru... Ya vez como ese idiota la hizo enojar durante todo su embarazo y ese niño nació con el cabello blanco y yo de verdad quiero que mi bebé nazca con mi tono de cabello o quizás con mi tono de ojos — Sonrió acariciando una vez más su vientre.

Megumi no le encontraba lógica a todo eso, pero como no quería recibir otro golpe, decidió no hacer comentario alguno sobre ese tema de los genes.

—¡Además Megumi! ¿No te gustaría tener a un mini yo corriendo a tu alrededor y diciéndote "tío" y molestándote de vez en cuando?— pregunto Maki con una gran sonrisa.

Megumi solo suspiro y trato de relajar los hombros.
—Suficiente tengo con soportar a Takeru como para soportar a una mini versión de ti— comento este en un tono un tanto frío.

Maki hizo una mueca —Qué Grosero...— suspiro

—Pero como dije —relajo los puños —Tratare de ya no pasar enojos con ustedes, ¡así que no me hagas enojar o te golpeare de nuevo!— Amenazó mientras se sentaba al lado de su pariente en aquel sillón.

Mientras esperaban, Maki miraba a los demás turistas que estaban en aquel lobby al igual que a los demás que se alcanzaban a ver en la piscina.

—Por cierto Maki san — Megumi ya quería cambiar de tema mientras seguía hojeando aquella revista —¿Dónde está Okkotsu senpai? ¿Y Nitta san? No los he visto desde que terminamos de desayunar — pregunto mirando a su alrededor y cerrando aquella revista.

Esos dos llevaban alrededor de quince minutos esperando en el lobby.

Era cierto, Nitta una vez que terminaron de desayunar, se levantó muy apurada y corrió hacia su habitación.

En cambio, Yuta había regresado al restaurante, pero se estaba tardando demasiado.

Maki apunto a la playa, la cual podía verse desde donde ellos estaban sentados y desde ahí podían distinguir la rubia cabellera de la asistente que estaba acostada en uno de los camastros.

—Nitta San está tomando el sol en la playa, así que supongo que ella pasara todo el día aquí en el hotel— Maki apunto hacia la asistente

—Y Yuta al parecer fue a hacer una reservación al restaurante para cuando regresemos por la noche, ya que ambos tenemos planeado pasar toda la tarde por las calles de Atami— Sonrió y después un suspiro de anhelo salio de su pecho— supongo que para nosotros dos, esta podía ser considerada como nuestra segunda luna de miel pero con un bebé ya incluido — acaricio un poco su vientre.

Maki sentía que las hormonas en su cuerpo se alteraban con la sola idea de pasar una tarde romántica en aquella ciudad costera al lado de su esposo.

Quizás el embarazo la estaba volviendo un poco blanda, pero aquello no le molestaba en aquel momento.

Maki decidió romper el hielo después de pasar unos minutos de silencio entre ellos dos.

Soltó otro suspiro, pero ahora de fastidio mientras cruzaba los brazos sobre su pecho —¡Ash! ¡Yuta se está tardando demasiado! ¡El bebé y yo de nuevo ya traemos hambre! — comento en un puchero. —Tengo antojos de un enorme helado de vainilla — Tomo un gran respiro —¡Pero como dije, tratare de no enojarme tampoco con él!— dijo acariciando una vez más su vientre.

Megumi solo la escuchaba mientras hojeaba una vez más la revista.— Quizás podrían ir a Nakasime o a Shimizu-cho, quizás ahí podrás calmar tu antojo de helado—

Maki regreso su vista a su familiar.
—Por cierto Megumi ¿Qué harás el día de hoy?— empezó a preguntar, llevando su codo a su rodilla y su rostro a su mano—¿Regresaras a Tokio? O ¿También te quedaras aquí en Atami?—

Lo preguntaba porque Megumi vestía un tanto casual pero con sus típicos colores oscuros que usaría en la ciudad de Tokio.

—Pensaba tomarme este fin de semana para descansar— volvió a cerrar aquella revista.
—Tengo planeado el ir a algunos de los museos que tienen aquí en Atami antes de regresar mañana a Tokio— respondió mirando la portada de la revista —Quiero aprovechar la "tranquilidad" que ofrece el estar lejos de la caótica ciudad y de los demás en la academia—

—Hablando de Tokio y de los demás...— Maki miro fijamente al azabache —Quería pedirte un favor más... — tomo un respiro.

El azabache solo la miro en silencio.

—Megumi, una vez que regresemos a Tokio, te pido por favor, que aún no le cuentes a nadie más sobre mi embarazo... quiero que me guardes el secreto un poco más... — sus manos tomaron levemente la tela de su vestido sobre sus rodillas — Yuta y yo aún no hemos hablado seriamente sobre este bebé y me gustaría mantenerlo en secreto un poco más de todos en la academia — respondió seriamente.

—Pensé que ustedes dos ya habían hablado sobre este tema...

—¿Por qué lo dices?— pregunto Maki sorprendida de esas palabras.

—Yo lo suponía porque ahora te ves muy decidida a continuar con tu embarazo— comento Megumi seriamente mientras miraba a su familiar a los ojos.
—Hace dos días atrás te veías perdida, en conflicto contigo misma y hasta un tanto indecisa por todo esto, debo decir que fue la primera vez que te vi vulnerable ... pero ahora, te vez como la Maki de siempre—

Maki solo suspiro ante tales palabras.
—Lo sé, fueron unos días demasiados complicados, pero hasta el momento he decidido que si quiero continuar con mi embarazo.— sus manos seguían tomando la tela de su vestido.

—Pero ayer ya no pude hablar con Yuta sobre esto, porque después de comer y de tomar una ducha, debido al cansancio, caí completamente dormida durante toda la noche... por eso no hemos hablado sobre este tema y tampoco es algo de lo que quería hablar en el desayuno estando Nitta presente y la verdad — parecía aún haber tintes de dudas en su voz.

—Aun ando pensando seriamente en todo lo que cambiará en mi vida si de verdad decido tener a este bebé...— miro sus manos — por eso, aún no quiero que nadie más sepa que estoy embarazada ... además de que quiero "pasar la zona segura" antes de darles esta noticia a todos los demás —Su mano fue a su vientre.

Fushiguro en todo momento miro a Maki sin decir palabra alguna mientras la escuchaba con atención.

— Así que Megumi, ¿Podrías guardarme este secreto de todos en la academia durante un poco más, por favor? Mientras Yuta y yo decidimos que pasara de ahora en adelante... —Miro a Megumi seriamente — Y también te pido que sigas actuando como si no supieras nada de mi embarazo frente a Yuta... No quiero romperle la ilusión de que él fue el primero a quien le di esta noticia...¿Si? ¿Por favor? — suplico Maki con demasiada seriedad mientras su mano aún descansaba en su vientre.

El azabache rascó un poco su nuca.
— Sabes que este es un tema que a mi NO me corresponde revelarlo frente a los demás y como dije, yo respetaré la decisión que tomes... así que yo no dire nada — respondió seriamente.

A Maki se le dibujo una gran sonrisa por escuchar aquello —¡Gracias Megumi, sé que seras un gran tio!— le dio una palmada en el hombro —pero aun así pienso golpearte si revelas alguna palabra—

Megumi solo rodo los ojos ante tal respuesta.—Parece que el embarazo te cambia muy rápido de humor.—

Maki solo entrecerró los ojos por aquella respuesta, pero no pudo golpearlo.

—¡Perdón por la demora! ¡Si que reservar una mesa para dos es complicado en un lugar como este!— por fin Yuta había regresado.

—¡Al fin! ¡Yuta, Pensé que nos quedaríamos toda la eternidad esperándote!— comento Maki poniéndose de pie al igual que Megumi.

—¡Perdón por eso!— Yuta rascó su nuca por ese comentario.

—Bueno... me voy retirando, tengo cosas que hacer— comento Megumi despidiéndose.

—¡Que te diviertas Fushiguro kun! ¡Nos vemos!— comento Yuta con una gran sonrisa.

Megumi solo respondió amablemente a esas palabras y después se retiró de ahí.

Una vez se quedaron solos, Yuta pasó sus manos por la cintura de su esposa y le dio un beso en la frente.
—¿Ya estas lista? ¿Segura que te sientes bien tu y el bebé?— pregunto un poco preocupado aún por lo sucedido ayer con la maldición.

Maki soltó una pequeña risa mientras sus manos iban a las mejillas de su esposo. —Estamos bien, el bebé y yo nos sentimos con mucha energía en este momento, aunque... mmm— hizo un leve ruidito acompañado de un puchero.

—¿Aunque?— Yuta acaricio las manos de su esposa esperando respuesta alguna.

—Aunque lo que si traemos tanto el bebé como yo, son unos enormes antojos de ir a comer algo de helado— comento esta con una sonrisa.

Yuta le beso las palmas de ambas manos —Entonces me encargaré de cumplir todos sus antojos — sonrió.

—Muy bien, andando antes de que cambie de opinión— comento Maki dando unos pasos.

Pero Yuta la sostuvo de la mano y antes de que Maki diera unos pasos más, Yuta paso de nuevo sus manos por la cintura de su esposa, para así abrazarla por la espalda.

Acerco sus labios a los labios de esta, para después hacerle un camino de besos que iban desde sus labios, pasando por su mejilla hasta llegar a su oído izquierdo.

—¿Sabes Maki san?... el día de hoy te vez muy hermosa y sexi en este vestido blanco...— susurro a su oído en un tono muy seductor mientras sus manos acariciaban las manos de su esposa.

Maki sintió su cuerpo estremecer y sus mejillas se tornaron de carmín ante tales palabras, a ella le encantaba cuando Yuta era así de atrevido cuando nadie más de sus conocidos estaban cerca.

Maki se sentía más deseosa de lo normal con aquellas palabras de su esposo, aquella excitación de más quizás podría ser parte de las hormonas que se producen en el embarazo. Y ella estaba feliz de aquel comentario y de tener a alguien como él.

Con cuidado se giró para quedar de frente a su esposo, pasando sus manos alrededor del cuello de este, mientras lo miraba con una gran sonrisa antes de besarle con amor.

Aquellos besos fueron correspondidos por Yuta con el mismo amor y pasión que estaban siendo otorgados.

—Gracias...— beso de nuevo — Tu también te ves muy bien con lo que traes puesto el día de hoy... Yuta— Maki halago con una gran sonrisa sin despegar sus labios de los labios de su marido.

—Simplemente quería combinar con mi hermosa esposa — respondió este entre aquel beso.

Aquello lo decía porque había elegido una camiseta y un pantalón blanco.

—Te amo — Salió de los labios de Yuta con una leve sonrisa mientras recuperaba el aliento.

—Y yo te amo a ti —respondió Maki, aún con sus manos enredadas en el cuello de su marido.

Los besos siguieron un poco más.

—Yuta...— Maki recuperaba un poco el aliento, mientras se separaba poco a poco de los labios de su marido —Será mejor que vayamos a recorrer Atami antes de que se haga de noche... — decía mientras su mano iba a su vientre —Además.. nos falta hablar de algo muy importante antes de volver a casa— suspiro un poco.

Yuta puso su mano sobre la mano de Maki —Tienes razón.—

—Bueno, ¡Andando! ¡Que mi antojo de helado no desaparecerá a base de puros besos!— comento Maki con una sonrisa a punto de arrastrar a su esposo.

Yuta solo sonrió por aquel comentario.


Atami en aquella época del año era muy cálida y eso lo comprobaron esos dos.

Sobre todo Maki, quien quizás por su embarazo empezaba a cansarse más rápido de lo normal y el calor no lo soportaba como antes.

Así que tanto para calmar el calor como para calmar los antojos, ambos decidieron ir primero al lugar al que Fushiguro había sugerido.

Nakamise, era una calle tradicional y techada de aquella ciudad, llena de comercios locales.

Así que decidieron comprar el helado del que tanto traía antojo Maki.

Y para comer tranquilamente, decidieron sentarse en unas bancas que estaban disponibles en aquella calle comercial.

Así que ambos esposos estaban disfrutando de aquellos helados mientras miraban a la gente pasar.

—¡En serio, esto esta delicioso!—Decía Maki comiendo su segundo vaso mediano de helado.—Siento que el bebé y yo necesitábamos uno de estos ¡Este calor sí que esta insoportable!— gruño levemente.

Yuta sonrió mirando a su esposa por aquellas palabras, mientras él también disfrutaba de su helado.

Maki seguía comiendo aquel helado, hasta que algo que vio y escucho la puso muy pensativa.

Incluso después de lo que escucho, solo se quedó observando el fondo de su vaso por un momento.

Un pensamiento de inseguridad había cruzado por su mente después de ver a una embarazada y a su acompañante caminar frente a ella.

Maki había notado que aquella mujer se veía un tanto cansada, con el cabello un poco desaliñado y su gran vientre parecía causarle problemas para ya caminar, además de que pudo escuchar como esta mujer se quejaba de que su ropa ya no ocultaba su enorme vientre como antes.

Esa mujer se quejaba con su acompañante, quien quizás era su esposo, el cual llevaba varias bolsas de compras.

—¡En serio! ¡Ya no soporto más! ¡Estoy demasiado gorda! ¡Parezco una vaca y también ya estoy demasiado cansada hasta para caminar! ¡Ya quiero que nazca!— su mano derecha fue a su espalda y la izquierda a su gran vientre —¡Estoy harta de que la ropa ya no me quede a cada rato! ¡De nuevo ningún pantalón me cierra!— gruño aquella mujer.

Este hombre sólo había puesto los ojos en blanco, parecía estar cansado de escuchar a aquella mujer quejarse de su peso por milésima vez.

—Ya te dije que es normal que hayas subido de peso por las hormonas y por el bebé, pero aun así estas hermosa— decía este con una sonrisa.

Aquella mujer gruño de nuevo —¡Si cómo no! ¡Además ya no soy atractiva para ti! ¡Llevas varios meses sin tocarme!— se quejó aquella mujer.

Aquel hombre sólo suspiro —Eso es porque cuando trato de abrazarte o de besarte te enojas conmigo y me alejas...—

—¡Agh! ¡Mejor ya no digas nada, ya ando de mal humor!— reprocho aquella mujer.

—Pero si tú siempre andas de mal humor...— susurro aquel hombre.

Aquella mujer solo torció la boca y ambos siguieron caminando, perdiéndose entre la gente.

Todo aquello le llamo la atención a Maki.

Sobre todo, el como aquella mujer parecía querer ocultar su gran vientre bajo la ropa holgada y a su mente, solo vinieron las palabras que Megumi había dicho sobre la inseguridad de las mujeres embarazadas sobre su cuerpo a causa del crecimiento del bebé. Y eso dejó muy pensativa a aquella madre primeriza... ¿Acaso ella también se sentiría insegura por algo como eso?

—¡Tsk! ¡Maldito Megumi! ¡Odio que tengas la razón!— arrugó un poco la nariz al decir aquello en voz baja.

—¿Todo está bien Maki san? ¿El bebé y tu quieren más helado? O ¿Acaso de nuevo son los ascos? ¿Quieres que consiga una botella de agua?— pregunto Yuta al notar que Maki dejo de comer de golpe.

—Estoy bien... es solo que... me surgió una duda mientras comía esto y veía a la gente pasar— comento jugando levemente con su cuchara en aquel helado.

—¿Y cuál es esa duda mi amor?— cuestiono Yuta con curiosidad.

—Yuta ¿Tu me seguirás amando aun cuando engorde por el embarazo?— pregunto posando su mano en su vientre.

A Yuta se le hizo demasiado extraña aquella pregunta. Desde que conoció a Maki siempre le pareció ser una chica segura de sí misma y sobre todo con su aspecto físico.

—Maki, ¿Por qué dejaría de amarte por algo como eso?— pregunto confundido.

—Bueno... porque como sabes, es más que obvio que con la llegada de este bebé empezare a engordar en algún momento y quizás ya no me encuentres "atractiva" o "bonita" como ahora— comento está torciendo levemente los labios.

Yuta soltó un suspiro acompañado de una sonrisa —Maki, yo siempre te amare y siempre te veré atractiva con el aspecto que tengas — se acercó a ella y le acarició la mejilla.

—¿Aun cuando parezca una vaca toda gorda?— Maki hizo un leve puchero.

Yuta antes de contestar a eso, le dio un beso en los labios.
—Aun así te amare aunque te veas como una vaca o como un gran globo— puso su mano sobre el vientre de Maki.
—Porque lo importante para mí, será que tú y el bebé se sientan cómodos en todo el embarazo y ¡Antes de que digas algo más! Y aunque engordes, eso no me impediría amarte y desearte Maki san — su sonrisa era sincera.

Maki sonrió por aquel comentario y acaricio la mano de Yuta sobre su vientre.

—Te amo— Maki le dio un beso aún con un poco de helado en los labios.

—Yo también te amo — respondió Yuta correspondiendo el beso.

Maki sonrió un poco e hizo puño su mano.
—Pero si un día se te ocurre decirme gorda, ¡Juro que te golpeare como en los viejos tiempos como cuando entrenábamos!— comento en un puchero mirando a su esposo.

Yuta rio un poco por aquel comentario
—¡Lo prometo!— levanto ambas manos —¡No quiero recibir bastonazos nuevamente!—

Aquel comentario hizo reír un poco a Maki.

—Me gusta verte así de sonriente, te hace ver muy radiante — Halago Yuta haciendo que su esposa solo le diera otro beso antes de decidir terminar lo que le quedaba de su segundo helado e ir por uno más.


Maki y Yuta siguieron recorriendo las calles de Atami tomados de la mano.

Por ratos Maki lidiaba con las náuseas que algunos olores o que el calor le provocaban.

De vez en cuando, debían detenerse y tomar un descanso por el calor que la hacía marearse.

O debían entrar a algún baño público porque las ganas de vomitar eran demasiadas.

Parecía que ocultar y controlar aquellos síntomas sería un reto de ahora en adelante para la Zenin.

Pero también lo que podría ser un reto ocultar, eran sus diversos antojos.

Aunque podría considerarse normal tener antojos durante un embarazo, había algunos antojos de comida que podían ser catalogados como un tanto "extraños" e "inusuales".


Yuta tenía una cara de sorpresa mientras estaban parados frente a aquel pequeño puesto ambulante.

—¿En serio quieres comer eso Maki san?— pregunto Yuta tragando saliva con dificultad una vez vio lo que quería comer Maki en esta ocasión.

—Estoy muy segura, el bebé trae antojos de nuevo y la verdad si me apetece comer algo así — comento esta con una sonrisa — me da un pretzels, pero podría ponerle mucha mostaza y también quiero unos Tokoyakis pero bañados completamente en mayonesa por favor— ordeno Maki.

—¿Pero no crees que esa combinación puede hacerle daño al bebé?— pregunto Yuta todo preocupado.

—Yuta, No creo que esto le haga daño al bebé, ¡Además traigo demasiados antojos de comer algo asi!— comento Maki pagando por aquel bocadillo. —Y por lo que he estado investigando, esta combinación no me hará daño— tomo aquel plato —¿Quieres?— pregunto a punto de darle una mordida al pretzel lleno de mostaza.

—¡Pero amor!— Yuta suplico preocupado, eso hasta que la vendedora, quien era una mujer de la tercera edad intervino.

—Perdón que me meta en esta conversación, pero yo que usted le haría caso a su esposa — empezó a hablar aquella mujer mirando a Yuta — Una embarazada debe escuchar a su cuerpo y eso también incluye escuchar sus antojos y de preferencia NUNCA debe negárselos — le apunto seriamente con su dedo índice.

—¡Pero!— Yuta seguía siendo interrumpido.

—¡Porqué si se los niega, puede hacer que su mujer caiga enferma y puede hacerle daño a su bebé! ¿Usted quiere eso?— pregunto aquella Anciana.

—¡Claro que no quiero eso!— comento Yuta alzando la voz.

—¡Entonces cúmplale todos los antojos que le den a su mujer durante todo el embarazo! ¡Porque si no le da el antojo a su bebé, este puede que nazca con una mancha en su piel que representará un apetito sin colmar y eso es como una maldición para su hijo! ¿Acaso quiere condenar a su hijo al infortunio del hambre?— comento seriamente la Anciana.

Aquellas palabras asustaron un poco a Yuta como padre primerizo.

—¡No quiero eso! ¡Pero!— Yuta fue interrumpido ahora por Maki.

—¡Además, tu dijiste que nos complacerías a mí y al bebé en todos nuestros antojos! ¿Cierto?— sonrió un poco por aquellas palabras dichas por la anciana mientras se llenaba la boca con aquel Tokoyaki.

—Si amor, pero tampoco quiero que la comida que consumas pueda hacerles daño— Yuta se acercó preocupado a Maki.

—No debe porqué preocuparse, yo cuando estaba embarazada también me dieron muchos antojos extraños; como camarones con arroz con leche o papas a la francesa con chocolate derretido o fresas con limón y sal y yo los comí muy de vez en cuando, y mis dos hijos salieron sanos y fuertes, además si el antojo es de una sola ocasión, quizá ya no vuelvan a aparecer durante el embarazo...—Aquella mujer sonrió de tal manera, que transmitía una paz absoluta.

Yuta solo seguía sin poder decir ninguna palabra.—¡Pero!—

— Usted hágale caso a lo que pide su mujer porque ella es la que está conectada al bebé y solo ella sabe lo que su cuerpo necesita— aquella Anciana sonrió triunfante.

Yuta solo suspiro, sabía que sería difícil ganarle a los antojos de Maki y más con lo dicho por aquella Anciana.

Tomo rápidamente la mano de su esposa.
—Esta bien, pero si empiezas a sentirte mal, iremos de inmediato al médico ¿Ok?— dijo con preocupación

—¡Ok!, pero sé que el bebé y yo estaremos bien, es un simple antojo de pretzels con Mostaza— Maki sonrió dándole otra mordida a esa extraña combinación.

Yuta confiaba en Maki, así que no le quedaba de otra que confiar en lo que su instinto y cuerpo le pidieran.

Sabía que debía prepararse porque durante casi todo su embarazo los antojos prevalecerían o hasta aumentarían.

Porque estos eran igual que el calor y las lluvias del verano... irían aumentando con la temporada hasta desaparecer con la llegada del otoño.


La tarde ya estaba cayendo sobre Atami.

El cielo estaba siendo cubierto de sus característicos tonos naranjas que después darían paso a las tonalidades negras del anochecer.

En aquel momento de la tarde, Maki y Yuta estaban caminando por la orilla de la playa, muy cerca del pequeño y famoso malecón de aquella ciudad, mientras sentían la arena y el agua en sus pies descalzos.

En cada paso que daban, dejaban un hermoso camino de huellas en la arena que se formaban detrás de ellos y que después serian borradas por las olas, así como la existencia misma.

Esos dos, siguieron caminando hasta que las primeras estrellas en el cielo empezaron a brotar en aquella bóveda nocturna.


Después de caminar por un buen rato, ambos decidieron sentarse en la orilla como lo habían hecho el día anterior mientras miraban aquel atardecer y admiraban a las familias, parejas, grupos de amigos y niños que aun disfrutaban de los pocos rayos del sol que se forman cuando el crepúsculo está por consumirse en el límite entre el cielo y el mar.

—Me he divertido mucho este día — comento Yuta con una gran sonrisa mientras sujetaba la mano de Maki sobre la arena.—Hacia un tiempo que no salíamos así en pareja por todas las misiones que hemos tenido últimamente—

—También yo me divertí... aunque fue un poco agotador por el calor— Suspiro mientras que su mano libre le daba un poco de aire en el rostro.

—Sabes Maki, he estado pensando en que quizás sería buena idea el venir de vacaciones aqui a Atami el siguiente año, así podríamos traer a nuestro hijo a la playa por primera vez— comento Yuta mientras miraba a su esposa con una gran sonrisa.

Maki abrió grande los ojos ante tal declaración. Sentía que había llegado el momento de hablar seriamente de ese bebé.

La peliverde de una u otra manera había estado evitando el tema durante todo el día, quizás los nervios hacía que sus ascos aumentaran al igual que los antojos, pero parecía que el momento había llegado y no podían dejarlo pasar más.

Ella suspiro ante tales palabras, trago un poco de saliva mientras miraba a su esposo.

—Yuta...

—¿Sí?

—¿De verdad, crees que estamos listos para esto de ser padres? — su voz se escuchaba un poco quebradiza.

El semblante de Maki era de uno muy serio mientras seguía hablando y mirando a su esposo. Quien también abrió los ojos y enmudeció ante tal pregunta.

—Yuta ¿Tu realmente crees estar preparado para esto de ser padre?— pregunto Maki abrazando sus rodillas y mirando al atardecer.

—Lo digo porque tú y yo nos conocemos desde hace cuatro años y hace unos meses atrás apenas cumplimos un año de casados...— sus pies movían suavemente la arena, parecía inquieta y su voz reflejaba un poco de inseguridad — hemos vivido muchas cosas juntos, tanto como compañeros de escuela, como pareja y como hechiceros... hemos sobrevivido a tantos retos y combates que es sorprendente que aún sigamos vivos en este punto y ni se diga que los mayores aún nos clasifican como si fuéramos un "matrimonio de adolescentes"... y ahora con esto del bebé... — Su mano derecha bajo a su vientre — ¿Crees que realmente estamos listos para este reto?—

Yuta suspiro un poco ante tal pregunta mientras Maki soltaba sus rodillas

—Bueno...— guardo unos segundos de silencio antes de contestar a todo eso.

— Realmente no se si estamos preparados para esto de ser padres...— contesto mirando seriamente a Maki.

— Pero supongo que nadie nace sabiendo como ser padre en esta vida... — tomo un respiro — Y aunque hemos sobrevivido a tantas cosas... tanto como "personas comunes" como hechiceros, quizás nada de lo que hemos pasado se compare con lo que viviremos una vez este bebé nazca... porque quizás tengamos que aportar más de nosotros mismos en esto... pero de algo estoy seguro — Yuta humedeció un poco sus labios, tomo un respiro aprovechando la fresca brisa marina para tomar valor.

Con una leve sonrisa siguió contestando a aquello mientras miraba a su esposa.
—Y eso es que nos tenemos el uno al otro para poder afrontar esto como pareja— tomo por un momento su mano sobre la arena
—Como lo hemos logrado juntos contra todos los anteriores retos que se nos han estado presentando y que hemos podido vencer desde hace cuatro años atrás...—

Sus hombros se relajaron un poco.
—Además... a mí personalmente, si me gustaría ser padre... sea en este momento de nuestras vidas o — suspiro un poco mientras miraba la mano de Maki sobre su vientre— O ya sea más adelante cuando realmente estemos listos... aun así, yo tratare de ser el mejor ejemplo para nuestro hijo, porque quiero ser el padre que yo no tuve en mis peores momentos — respondió regresando su vista al mar.

Sabía que la decisión final de dejar vivir o no a ese bebé no era de él, sino de Maki, quien seguía mostrando sus dudas sobre si realmente quería tener a ese bebé.

Maki sabía que aquellas palabras las decía Yuta porque la relación con sus padres no mejoro en los años que vinieron.

Con la única que seguía teniendo contacto era con su hermana menor... pero definitivamente tratar de acercarse a sus padres era imposible.

Sobre todo con su padre, quien no quería saber nada de su "hijo maldito"

—Ya veo...— Maki apretó levemente los labios y bajo la mirada hacia su vientre.

Ambos guardaron un momento de silencio ante tal cuestionamiento.

—Maki... ¿Y Tú? ¿Sientes que realmente estamos listos para ser padres? ¿Tú realmente quieres ser madre en este momento de nuestra vida? ¿Realmente quieres tener a este bebé?— pregunto Yuta mirando aún al horizonte.

Ante tal pregunta, ella también suspiro y su mano se hizo puño sobre su vientre
—No sé si estamos realmente listos para esto—Miro a su esposo, podía notarse que su voz se rompía un poco.

—Aunque no te voy a mentir, en un principio me negaba a esto de ser madre porque sentía que este bebé sería una semilla más del clan Zenin... incluso llegue a considerar que el aborto sería la mejor opción... pero— su mano se fue relajando sobre su vientre.

—Pero siento que ahora, después de reflexionar sobre qué ya soy libre de ese maldito clan y de todo lo que me ataba al pasado... debo confesar que si me he ilusionado demasiado con esto de tener a este bebé y ser para nuestra semilla de Soja, la madre que yo siempre desee tener... aquella madre que me abrazara y me protegiera...— acariciaba su vientre con una sonrisa mientras algunas lágrimas se le formaban en las comisuras de los ojos.

Se puso de pie al sentir que las olas empezaban a subir más por la arena — Este bebé es parte de nosotros dos y realmente quiero tenerlo... pero — suspiro — aún asi tengo un poco de miedo a lo que nos deparará la vida en los siguientes meses conforme el bebé vaya creciendo y tengamos que preparar todo para cuando llegue el momento en que tenga que parir... al cuál, debo confesar que le tengo bastante miedo... —Acaricio su vientre mientras sus ojos se llenaban de más y más lágrimas.

—Y también tengo incertidumbre del que será de nosotros una vez este bebé nazca — se soltó a llorar. —Perdón... creo que son las hormonas lo que me tienen "vulnerable" en este momento — secaba sus lágrimas con sus manos.

Yuta también se puso de pie y se acercó a Maki, poso su mano izquierda en el vientre de esta y su mano derecha fue hacia su mejilla para secarle las lágrimas.

—Se que tienes miedo e incertidumbre de lo que nos deparará el destino con la llegada de este bebé— puso sus manos en las mejillas de Maki e hizo que esta subiera su mirada hacia él.

—Yo también tengo esa incertidumbre, pero— respondió Yuta sin dejar de ver a Maki a los ojos.
— Pero para eso nos tenemos el uno al otro, no te dejaré sola en esto y como te prometí el día que nos casamos... siempre estaré a tu lado, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad y hasta que la muerte nos separe— en sus labios se enmarcó una sonrisa.

Maki soltó más lágrimas al escuchar aquel juramento que se habían hecho frente al altar, pero las palabras aún no le salían de su garganta.

Yuta siguió hablando.
—Yo también tengo esa sensación, pero algo me dice que todo estará bien — Bajo una mano para acariciar el vientre de su esposa —Y de verdad tengo la ilusión de ver a nuestro bebé algún día entre nuestros brazos y seguir compartiendo lo que resta de mi vida contigo — le dio un beso en los labios —Te amo y siempre tratare de ser el mejor compañero de vida que hayas elegido, así como el mejor padre —

Maki abrazo fuertemente a su esposo, ocultando un poco su rostro en su camiseta mientras lloraba. Las hormonas la tenían muy sensible.

—Idiota... me estás haciendo llorar más — contesto Maki ocultando aun su rostro, pero por dentro agradecía tener a alguien como él a su lado.

Yuta le beso la frente mientras la protegía en sus brazos.

Después de permanecer unos minutos así abrazados, sintiendo como el mar empezaba a subir hasta sus rodillas. Maki por fin pudo hablar.

—¡Vamos a ser papás!— contesto esta con una gran sonrisa, mientras lo miraba de frente.

Había reafirmado su decisión.

Siguió hablando con la voz ya más tranquila.
—Y sé que trataremos de ser los mejores para esta pequeña semilla de soja— siguió mirándolo a los ojos, con lágrimas que ahora podían definirse de felicidad.

Yuta afirmó con la cabeza, beso una vez más su frente y le siguió secando las lágrimas con sus manos. —Y saldremos adelante de esto, te lo prometo—

Maki se puso de puntillas para darle un beso en los labios a su marido, para después susurrarle un te amo.

Yuta correspondió aquello, mientras las olas chocaban contra sus piernas, ocultando las huellas que habían dejado tiempo atrás, así como borrando poco a poco sus miedos.

Pero así como la marea puede ser baja y mantenerse en calma... también puede subir inesperadamente y puede provocar inundaciones con sus repentinas tormentas veraniegas...

🌊 Continuará...


Hola! Aquí Vera con el primer capítulo del año de este fic ❤️

Espero les haya gustado ❤️ por que se vienen más cosas para Yuta y Maki y ese bebé

Por cierto, ¿Supieron que la Seiyuu de Maki (Mikako Komatsu) acaba de tener a su primer bebé? ❤️ esto si que ha sido una linda coincidencia o señal supongo

Espero actualizar pronto, porque ya casi hará aparición la familia Gojo, quiénes también tienen algunas