Capítulo 3

Bella 18 años

Trate de dormir, juro que lo intente, pero simplemente no podía, estaba muy nerviosa, no entendía cómo era que tenía una cita con Edward si apenas hace una hora estábamos tratando de cortarnos la cabeza en el club de lectura. Sin poder resistir un minuto más en mi cama, me levanté y escogí la ropa que usaría para nuestra cita, no era una persona especialmente vanidosa, pero necesitaba ocuparme en algo, opte por un atuendo sencillo, jeans, sudadera gris y una blusa azul, sin mangas cuello halter. Terminé más rápido de lo que pretendía y aún no tenía sueño.

Tomé la manta que estaba en mi cama, me la puse sobre mis hombros, también tomé mis cigarrillos, salté desde mi ventana al árbol junto a esta, me senté en mi rama y comencé a fumar. Me gustaba sentarme aquí, aunque era peligroso, me gustaba ver mi calle vacía, solía imaginarme todo tipo de historias apocalípticas desde una invasión zombie hasta una guerra entre extraterrestres por el dominio de la tierra.

. . .

Me desperté tarde para variar, pero por suerte ya tenia mi ropa lista, me vestí lo más rápido que pude, salí lo más silenciosamente posible, los domingos nadie se despertaba tan temprano en casa y seguramente me acribillarían con preguntas, corrí lo más que mi deplorable condición física me permitía en dirección a la biblioteca, pero al final llegué caminando, exhausta y con hambre, no era la mejor manera para comenzar el día, hasta que vi la pulcra sonrisa de Edward esperándome en las escaleras.

—Buenos días— dijo con sarcasmo

—Hola, lo siento— me disculpe yo no era impuntual normalmente, solo que había tenido una mala noche.

—No te preocupes, solo llevo 2 horas esperándote— mierda, mire mi reloj, pero solo había llegado 20 minutos tarde— vamos no tenemos más tiempo que perder— me dio el casco y subió a la moto

—¿Esta vez me dirás a dónde vamos?— no me gustaban las sorpresas, no saber dónde estaba o a donde iba me causaba ansiedad.

—Mmm— lo considero un segundo— aunque te lo dijera, no creo que sepas donde es, así que no— dijo con un tono engreído que por alguna razón no me molestaba.

Condujo alrededor de 1 hora en dirección más norte de Forks, casi llegando a Canadá, no traía mi pasaporte encima, a pesar de eso y las otras interrogantes no me sentía tan ansiosa, de hecho y por extraño que parezca, me sentía relajada. Dio una vuelta por el bosque y dejamos de ir hacia Canadá, condujo por lo que me parecieron horas a través del bosque hasta que apareció una pequeña cabaña.

—Es un lindo lugar… para descuartizarme— comente cuando nos bajamos de la moto— nadie podrá escuchar ningún ruido, además de que no tendría muchas oportunidades de escapar por mi cuenta.— comente analizando el lugar

—¿Así que vas a cooperar?

—Probablemente— nos reímos— ¿que hacemos aquí?— pregunte enserio

—Aquí vivo— sacó una llave y abrió— pensaba que podrías ayudarme a acomodar mis libros

—¿Esta es tu definición de cita romántica? ¿traer a una chica a una cabaña en medio del bosque a acomodar libros?— el asintió

—También te alimentaré un poco, ¿que clase de secuestrador sería si te dejó morir de hambre?

—Me parece excelente de hecho— dije ignorando su broma— no me gustan los lugares con mucha gente— confesé

—Bien, dado que llegaste tarde asumo que no has desayunado o ¿si?— me sonroje ante su mirada de sabelotodo

—No

—Esta es la cocina— señaló la pared de la izquierda, donde estaba montada una pequeña cocina y una mesa con 3 sillas diferentes— Tengo un poco de comida de ayer, pero puedo cocinar otra cosa si quieres

—¿Que es la comida de ayer?— pregunte tomando asiento en una de las sillas, abrió el minirefri que estaba debajo de la encimera y sacó un topper

—Pollo al curry con frijoles horneados

—Suena bien para mi— dije encogiéndome de hombros estaba más entretenida analizando su casa, era pequeña, bien organizada con muebles desiguales que combinaban a pesar de todo dándole un toque acogedor, me encantaba— y dime ¿que agencia de bienes raíces se dedica a vender estas maravillosas cabañas?

—¿También necesitas un lugar para tus víctimas?— asentí mirando la pila de cajas que había frente a un librero de pared — no me gusta la competencia, pero bueno que más da— suspiro dramáticamente— no compre esa cabaña— regrese mi vista a el, estaba a punto de preguntarle más al respecto pero él leyó mi mente— mi abuela era originaria de aquí y me dejó esa cabaña, cuando murió decidí venir— sonreí inconscientemente, ahora todo tenía sentido, esta cabaña encajaba más con el perfil de una anciana que con el de un chico rebelde que conduce una moto.

—Es muy linda, espero que pidas un rescate bastante alto para poder quedarme aquí un tiempo.

—El desayuno esta listo— me llamó a sentarme en la mesa— ¿que te hace pensar que tengo intenciones de regresarte?— me sonroje

Desayunamos en un silencio mayormente cómodo, estaba bastante distraída tratando de observar cada detalle de la cabaña. Después del desayuno lavamos los platos y comenzamos a ordenar los cientos de libros que tenía.

—¿Por que tienes tantos libros?, digo trabajas en una biblioteca puedes leer cualquier libro cuando quieras, sin la necesidad de comprarlo.

—Lo sé, ¿es una queja?¿quieres hacer algo más?— negué con la cabeza— la mayoría son regalos de amigos y familiares, además me gustan los libros a ti ¿no?.

—Claro que me gustan, creo que mi tesoro más preciado son los libros que me dejó mi madre.

—Hablando de tu madre ¿no se preocupara de que estés aquí todo el día?, ¿le avisaste que saldrías conmigo?— me congele un segundo, no estaba acostumbrada a que la gente hablara con tanta naturalidad de mi madre, la mayoría lo hacía con lástima y otros evitaban el tema definitivamente.

—Deje una nota.

—Se supone que ese era mi trabajo, ¿Cuánto pediste de rescate?— no pude evitar reírme

Bella 26 años

Observe por quinta vez la pantalla de mi computadora, estaba completamente en blanco. Frustrada suspiré necesitaba concentrarme, tenía que entregar un avance de mínimo 3 capítulos de mi nueva novela, para el final de la semana y aún no había podido escribir nada, la llegada del verano me está afectando demasiado, tenía que despejar mi mente.

Tomé mis cosas y salí de la cafetería calurosas calles de Carolina del norte me recibieron, me senté en la banca de un parque a observar a las personas mientras fumaba, eso siempre me daba inspiración. Observe a los niños jugar, a las madres pasear a sus bebés, a las ancianas alimentar a las palomas y sin poder evitarlo, observe a toda la gente enamorada, en especial a los adolescentes. Me preguntó ¿sería su primer amor?, ¿su primera cita?,¿eran novios?, ¿sabían siquiera que era el amor?

El parque había sido mala idea, camine de regreso a la cafetería, compre unos frappes y camine hasta la oficina de Harry, su amable asistente me recibió e inmediatamente me hizo pasar.

—Cariño, hola— Harry me beso en cuanto entre— ¿que paso?— no era tan raro que viniera a su oficina, pero hacía tiempo que no venía.

—Hace calor, así que te traje un frappe

—¿Quieres ir a caminar? podemos tomárnoslo en el parque— propuso

—No, vengo caminando y estoy un poco cansada— mentí

—Bien— el cómo siempre ignoró mis pequeñas mentiras, se sentó en su escritorio— ¿y cómo ha estado tu día?¿cómo va tu libro?— le dio un sorbo a su bebida y no pude evitar sentirme culpable, yo no merecía a Harry, él era demasiado bueno, para alguien tan egoísta cómo yo.

—Bien, aburrido, estoy estancada— admití

—¿En que estás estancada?, quizás yo pueda ayudar

—Bueno, después del apocalipsis no se que más pueda ocurrir, ¿la creación de una sociedad post—apocalíptica?, eso sería muy forzado, el punto es que no hay futuro o esperanza para después.

—¿Que dice Bennett?— Oh mi estúpido editor.

—Él dice, que es necesaria una historia de amor, pero él no entiende— que no puedo escribir sobre amor, escribo sobre muerte, porque así es cómo me siento, muerta por dentro— que no soy escritora de comedias románticas, soy escritora de distopías.

—Demonios me gustaría ayudarte, pero no soy bueno con los libros— admitió apenado, lo sabía, él prefería ver películas o series — ¿por que no consultas a otros autores? o por que no intentas escribir una historia de amor, siempre hay amor en estás situaciones, incluso en las guerras— dijo encogiéndose de hombros.

—Eso una guerra— dije creando una idea que me daría el relleno suficiente que necesitaba.

—¿Una guerra después del apocalipsis?— pregunto confundido.

—No, en medio de… una guerra para ver quién resuelve a el apocalipsis— dije emocionada sacando mi libreta y anotando la idea— Gracias, Harry— le dije sinceramente

—De nada mi amor, para eso estoy


Gracias a todes por su apoyo, es especial a Kaja0507 (gracias, espero que te guste, saludos :), Catita1999 (poco a poco, todo se sabra), Valeria Sinai Cullen, por sus comentarios.

Espero que les guste el capitulo, nos leemos pronto :)