Capítulo 10
Bella 18 años
Salimos alrededor de las 4 de la mañana de la cabaña, rumbo al aeropuerto en Seattle, esperábamos llegar a eso de las 8 am, pues nuestro vuelo salía a las 9 am. Al inicio del viaje estaba muy tensa, pero conforme nos fuimos alejando del pueblo, comencé a disfrutarlo, me permití fusionarme con el viento, era una sensación maravillosa, por primera vez en mi vida me sentía libre, sentía que nada podía herirme, estaba viviendo mi vida, no solo era un fantasma observando desde las sombras.
Llegamos al aeropuerto demasiado rápido para mi gusto, abordamos el avión y después de una par de horas aterrizamos en el aeropuerto de Chicago, salimos a esperar al hermano de Edward, Emmet, que nos recogería, tenía que admitir que ahora sí estaba un poco nerviosa, ¿Cómo me iba a presentar Edward?¿que iba a pensar de mí su familia?¿pensarían que era una niña inmadura?
—Es el— Edward me sacó de mis pensamientos, al señalar una jeep negra que venía hacia nosotros, del jeep emergió un sujeto gigante, que bien podría ser un fisicoculturista
—Hermano— gritó el sujeto y tomó en brazos a Edward
—Emmett bájame— dijo con enfado
—Hay el pequeño Edy sigue teniendo carácter, que ternura me das— mientras decía todo aquello le despeinaba el cabello, automáticamente y sin hacer nada especial Emmett decidí que me agradaba
—Hola, mucho gusto soy Bella— me presente dejando atrás mi timidez
—Cuñadita— me tomó por sorpresa y me abrazo hasta sacar todo el aire de mi cuerpo
—Hey, hey, ten cuidado con ella— Edward me liberó de sus brazos mortales— es mía— dijo mientras me sostenía para recuperar el aire
—Lo siento, mucho gusto, soy Emmett Cullen el hermano guapo— se presentó con una enorme sonrisa que no pude evitar devolverle.
—Bien, ahora que todos nos conocemos, vamos a casa, muero de hambre— dijo Edward abriéndome la puerta de atrás del jeep.
El viaje fue relativamente corto, por lo que tenia entendido vivían en el centro de Illinois, estaba maravillada con la modernidad de la ciudad, los gigantescos edificios forrados de espejos, los rascacielos gigantes, y ahí en medio de la jungla de cemento se encontraba una mansión victoriana, el hogar de Edward, por lo que me había explicado esa casa había pasado de generación en generación y ninguna había tenido la menor intención de derribarla y construir una nueva.
—¿Lista?— me preguntó justo antes de entrar, solo pude asentir. Al entrar nos recibió una mujer de unos 50 y tantos de rostro amable
—Edward— lo abrazo en cuanto lo vio
—Esme, es maravilloso verte— era raro que no la llamara mamá, pero no mencione nada
—Igual cariño, pero dime, ¿quién es esta jovencita?—dijo en cuanto me vio
—Esme ella es…— dudo un minuto— mi Bella— dijo al fin
—¿Tu Bella?— pregunto confundida, yo también lo estaba ¿su Bella? ¿que carajos significaba eso?, él asintió con seguridad— Bien, pues bienvenida— me dedico una sonrisa un tanto forzada
—Gracias Esme— conteste lo más educadamente
—¿Dónde está papá?— quizás ella no era su madre, quizás era una tia
—En el hospital, lo llamaron de emergencia
—¿Y la enan…?— su pregunta se vio interrumpida por un chillido proveniente de las escaleras. Una chica menuda de cabello negro bajo cómo tornado, arrollando a Edward en un abrazo mortal
—Edward, te extrañe mucho— declaró la chica besando repetidamente sus mejillas
—Yo también te extrañe pelusita— dijo cariñoso, antes de depositar un beso en su frente
—¿Quién es ella?— no pude evitar notar el desagrado en su voz
—Ella es mi Bella— dijo esta vez con seguridad— Bella ella es mi hermanita Alice— dijo
—Mucho gusto— respondí con una sonrisa amable, tenía que darles una buena impresión.
—Ahh hola— dijo incomoda después de barrerme con la mirada—vamos, tengo tantas cosas que contarte, sobre la universidad, el barrio…— arrastró a Edward por la casa ignorándome completamente
—Ven te mostrare su habitación— me dijo Esme ahora en un tono para nada amable.
La seguí por la mansión hasta el tercer piso, donde estaba la habitación que suponía era de Edward.
—Esta es, por allá está el baño— señaló una puerta con desinterés
—Claro, gracias— dije con incomodidad, no entendía por que me trataban de esa manera, ni siquiera me conocían, ¿cómo podía desagrarles?
—Entonces Bella de Edward…— comenzó con desdén mientras me veía de arriba a abajo como Alice— ¿Que son realmente?¿Están juntos?¿comprometidos?¿casados?
—Somos novios— declare— hace aproximadamente 1 mes comenzamos a vivir juntos— me sentía bastante intimidada por la mujer que tenia enfrente pero trate de no dejarme
—Novios— meditó en voz alta— ¿Cuántos años tienes, pequeña perra caza fortunas?— ¿Que carajos?¿acaso la había escuchado bien?
—Yo no soy ninguna caza fortunas, no me interesa el dinero de Edward— me defendí
—Contesta, ¿tu edad?— su tono era tan autoritario que temía que me golpeara en cualquier momento
—18— no me gustaba para nada esto, me sentía tan indefensa, tan vulnerable
—No entiendo cómo a Edward le gusta perder el tiempo con niñas— dijo muy molesta— la comida es a las 3, y por favor toma un baño antes— dijo con la nariz arrugada, antes de dar media vuelta e irse
Me sentía sumamente humillada, ¿cómo se atrevía a hablarme de esa manera?¿a acusarme de ser una caza fortunas?, respire profundo, hacia esto por Edward, no por ella, él quería estar con su familia, comencé a desempacar y cómo amablemente lo sugirió Esme tome un baño, eran aproximadamente las 2:30 y no había ni rastro de Edward, cuando estaba por bajar, me lo encontré en la escalera, estaba muy feliz me beso y me llevó en brazos de regreso a la habitación.
—Aquí estás hermosa
—Si, aquí estoy— contesté sin emoción
—Hey— tomo mi barbilla— ¿que sucede?— no quería darle disgustos, era su familia, pero no podía contenerme.
—¿Cuántos años tienes?— dije de golpe, a pesar de todo no habíamos tenido tiempo de hablar sobre eso, imaginaba que tenía a lo mucho 24 años
—¿Por que eso es importante ahora mismo?— dijo tenso, no quería iniciar un desacuerdo entre él y Esme, por lo que me quede callada
—Solo contesta— le pedi
—¿Eso cambiaría algo?
—No lo sé, tu dime ¿cambiaría algo?
—Bella yo te amo— me aseguro
—Edward no me des evasivas, contesta, ¿Cuántos años tienes?
—Tengo 27— mierda— en junio cumplo 28— mierda — ¿eso cambia algo?
—Si… no… mierda… no lo sé, ¿con cuantas "niñas de 18" has salido?— pregunte haciendo comillas en el aire
—¿Que? de que mierda hablas— dijo ofendido
—Yo.. no lo se…— no podía decirle sobre mi conversación con su madre— no es lo que queria decir… es solo… lo lamento— Balbuce cómo niña pequeña
—Cuando decidas que es lo que verdaderamente querías decir, avisame— dijo saliendo abruptamente de la habitación.
Lo seguí, pero al llegar al primer piso se fue a la estancia con Alice, desde la puerta de la cocina Esme me dedico una mirada de odio puro, sentí el pánico embargarme, estaba atrapada, necesitaba salir, camine con paso enérgico hasta la puerta, pero al abrirla choque con alguien, cayendo en el piso.
—¿Estás bien?, lo lamento mucho— dijo un hombre de rostro amable, pero esta vez no confíe en el
—Si, lo siento— me levante rápidamente ignorando su mano— yo iba de salida, con permiso
—¿Eres Bella?— preguntó de pronto, a lo que solamente asentí— Soy Carlisle— dijo cómo si eso fuera la cura del cáncer— el padre de Edward— aclaró
—Mucho gusto señor Cullen— dije de manera forzada, ya le caía mal a la madre y ahora la había cagado con el padre
—Carlisle, por favor— pidió simpático—¿pero a dónde vas? Es la hora de la comida, vamos— me tomó del brazo y me llevó hasta el comedor, donde ya se encontraban todos.
No queriendo dar un espectáculo, me senté junto a Edward y comí en silencio, cuando la comida terminó de verdad necesitaba un respiro de aire fresco, me escabullí mientras servían el café, comencé a caminar sin saber a donde, solo quería alejarme de esa casa.
Encontré un parque un tanto pacifico, donde me senté a meditar. Edward tenía 27 años, la verdad eso no me importaba en absoluto, eso no cambiaba quien era, era el hombre que amaba.
Pero para su madre y probablemente toda su familia era considerada una caza fortunas, que solo estaba con su hijo por dinero, eso me hacía sentir mal de mil maneras posibles. El dinero no me importaba, Edward podía ser el dueño del mundo o el dueño de nada y eso no cambiaba quién era él.
Él era el hombre que me había salvado de mi padre, el hombre que quería que me conociera, que fuera feliz mientras él cuidaba de mí, el hombre que quería recorrer el largo camino de la vida junto a mi.
Entre con una nueva resolución a esa casa, lucharía por Edward, no permitiría que ellos me arrebataran lo único que amaba. La estancia estaba vacía, de hecho toda la casa estaba en calma, chequee la hora en el reloj de pared, mierda eran las 10 pm, Edward debía estar preocupado.
Subí rápidamente las escaleras hasta el tercer piso, pero en el segundo me vi interceptada por Alice
—Hola— la salude apenada, no había sido mi intención despertarla
—Tu no eres una cazafortunas— su mirada era tan desdeñosa que sabía que eso no era un cumplido sino todo lo contrario— para serlo se necesita ser inteligente, dudo mucho que tu lo seas, no tu no lo eres— me analizo de pies a cabeza— tu solo eres una pueblerina de la que mi hermano se aburrirá rápidamente
—Aunque me encantaría escuchar tus consejos sobre cómo oler cuentas bancarias a kilometros, debo ir a aburrir a tu hermano— dije con la sonrisa más cínica que podía
—Corriente— me acuso
La ignoré y seguí mi camino hasta el tercer piso que a diferencia del segundo era más pacifico, llamé a la puerta de la habitación, rogando por que él estuviera ahí.
—Adelante— su voz sonaba un tanto molesta
—Edward soy yo— se quedó callado esperando a que dijera algo más— tu edad no me importa no cambia nada— le asegure— te amo, por sobre todas las cosas— una sonrisa alandiana se coló en sus labios.
—¿Entonces por que todo el espectáculo?— sabía que le debía respuestas pero no quería iniciar una discusión en su familia— Bella tienes que confiar en mi
—Tu… Esme sugirió que soy una niña tonta con la que estás perdiendo el tiempo— dije rápidamente evadiendo el tema de la caza fortunas— no me gusto para nada cómo sonó eso
—¿Eso dijo?— estaba furioso, su mandíbula estaba muy tensa
—Si, pero fui una niña tonta al darle importancia
—Estoy harto de que se meta en mi vida— declaró— ¿cuándo va a entender que no me interesa su sobrina Tania?— preguntó con desagrado
—Ella no es tu madre—no era una pregunta, ¿por que no me lo había dicho? aún teníamos mucho de que hablar
—No, por supuesto que no lo es, mi madre murió hace unos años, mi padre se casó con ella después de eso.
—Lamento mucho lo de tu madre— otra cosa que teníamos en común
—Por favor, no le hagas caso, no creas ni una sola palabra que te diga esa mujer— me beso en la frente— mañana cambiare los vuelos, nos iremos lo más pronto posible
—No, Edward no quiero arruinar tu tiempo con tu familia
—Conozco a mi familia, en especial a Esme, ella no te dejará en paz, es capaz de todo con tal de arruinar lo nuestro, te protegeré de ella lo prometo, no te lastimara mientras este aquí— me beso para sellar su promesa
Gracias a tode por el apoyo en especial a PaolaValencia (gracias de verdad lo intento), Valeria Sinai Cullen (Gracias a ti por leer) por sus comentarios
Nos leemos pronto :)
