Summary: Dicen que un corazón roto no toma buenas decisiones, ¿será tan así? Al menos la idea de convertirse en una chica mala dejando en el olvido la novia perfecta que aspiraba ser le parece de lo más sensata y más aún si tienes a un rompecorazones con un carácter de los mil demonios como guía perfecta para esto.


Culpa a mi "Ex"


III

Reviso por tercera vez mi examen y con algo de inseguridad me pongo de pie para entregárselo al profesor de matemáticas.

Li tenía razón, la dichosa prueba sorpresa eran ejercicios como los que vimos el viernes en la tutoría y bendita sea mi memoria que logró recordar todos los pasos de estas malditas ecuaciones ya que durante el fin de semana lo que menos hice fue estudiar.

¿Qué hice?

Bueno, tras mi borrachera —y por cierto la primera en mi vida— me bajó la pena que aún estaba contenida en gran medida gracias al alcohol. Mi fin de semana lo pasé prácticamente encerrada en mi cuarto con la excusa de que me sentía algo resfriada, cuando la realidad fue que quería simplemente estar sola, y dios, lloré hasta cuando ya no me salieron más lágrimas, desde luego borré cada mensaje que Yue me mandó durante todo el fin de semana, mensajes que no respondí, porque sí, tengo algo de orgullo y dignidad.

Y hoy siendo lunes, me siento un poco mejor, sí, estoy positiva, al menos las ganas de llorar ya han disminuido un montón, pero temo que regresen cuando mis amigas, a quienes ignoré por completo el fin de semana, me acorralen y me hagan contar todo.

Regreso a mi puesto y noto que Chiharu, una de mis mejores amigas, me mira un poco en shock, supongo que se debe a que fui la segunda más rápida en terminar la prueba y podría asegurar que hasta el profesor me miró con sorpresa.

Mi vista se pega por unos segundos en el puesto que está tras mío, donde coincidentemente o no, Li se sienta, y sí, obvio que fue el primero en terminar.

Saco mi almuerzo de mi mochila y salgo de la sala, avanzo unos metros y si no fuera por mis buenos reflejos estoy segura que me hubiera ido de bruces al suelo por culpa de mi tutor.

—¿Qué haces ahí? —le pregunto algo molesta. Li está sentando en el pasillo, con sus piernas estiradas dándole exactamente lo mismo que alguien pudiese tropezarse con él. En sus manos tiene un libro que cierra lentamente antes de prestarme atención.

—Estoy esperando a mis amigos.

—¿O sea que a mí? —bromeo recibiendo como respuesta una sutil sonrisa, pero sonrisa al fin y al cabo.

—Pensé que lo del viernes había quedado en el olvido.

—No, recuerdo gran parte de lo que hablamos y lo más importante, nuestro acuerdo —miro en dirección al salón antes de continuar—. Tienes que decirme cuánto te debo por el taxi.

Siento calor acumulándose en mi rostro, porque además de hacer un escándalo en el local de comida de Li y su familia, me quedé dormida en la oficina de su padre. Y no solo eso, Li me dejó dormir un rato hasta que él mismo se vio en la obligación de despertarme al percatarse que llamaban y llamaban a mi celular.

Mi borrachera estaba bastante manejable y había disminuido bastante y me sentía totalmente capaz de regresar a mi casa por mi cuenta, pero Li creía todo lo contrario y solo me dejó irme si es que él iba conmigo, así que la opción fue pedir un taxi y mi compañero y ahora guía casi espiritual me dejó en la puerta de mi casa.

—Nada, corre por mí.

—Pero…

—Tema saldado y ahora si me disculpas —lo veo ponerse de pie y hacer una seña a alguien que supongo viene hacia nosotros.

—Al parecer las tutorías de Shaoran están trayendo muy buenos frutos —me comenta Tomoyo Daidouji muy sonriente, mientras acomoda su larga cabellera oscura en una coleta.

—Agregaría a eso un «Al fin» —dice Li y estoy segura que lo estoy fulminando con mi mirada.

—Eres un pesado, Shaoran —Daidouji le da un suave golpe en el hombro y Li rueda los ojos—. Espero que te haya ido súper, Kinomoto.

—Gracias, igual a ti —y con eso cierro nuestra conversación, doy media vuelta y comienzo a caminar hacia el patio, eso sí, no avancé mucho ya que la voz de la amiga de Li me paraliza por completo.

—Kinomoto, ¿no quieres almorzar con nosotros?

Mi vista rápidamente viaja hacia Li quien mira de reojo a su amiga y por más que intento descifrar lo que puede estar intentando decirle no puedo. Aunque difícil hacerlo si no tengo el poder de la telepatía, pero sí puedo asegurar que Li le dedicó una mirada algo incómoda, o quizás molesta, pero que en Daidouji no causó ni un mínimo de reacción.

Su sonrisa sigue igual mientras espera mi respuesta.

—Yo…

—Vamos afuera, ¡hoy es un lindo día! —exclama una feliz Daidouji, quien claramente no pareció tomar en cuenta mi indecisión, porque esto me ha pillado volando bajo. Así que bueno, supongo que esto no saldrá mal.

Li como siempre va con su cara de odio-al-mundo y Daidouji con una sonrisa de esas que te transmiten paz y la vez inquietud.

No sé qué bicho me picó para unirme a ellos al almuerzo, esto jamás ha pasado, nunca, y repito esto último, NUNCA. Ellos son amigos, inseparables, tanto así que muchas veces he creído que son algo más, pero quizás solo sean ideas mías.

La amistad entre un chico y una chica puede existir, ¿no? Y de hecho, está presente en el trato que hice con Li.

Pero ahora que lo pienso, tiene a Daidouji, que es la perfección femenina de esta escuela, canta hermoso, es amable con todo el mundo, tiene excelentes calificaciones siempre, y además, casi todos los chicos están enamorados de ella, ¡rayos! Ahora no entiendo cómo es que Li aceptó nuestro trato si ya tiene a una gran amiga que de seguro le puede ayudar en lo que yo le ofrecí.

Y no es que yo no sea buena, solo que no sé si estoy al nivel de amistad que le ofrece Daidouji.

—Kinomoto, ¿siempre eres así de callada? —me pregunta mi compañera sacándome de mis pensamientos.

Veo cómo Daidouji ha comenzado a estirar una manta en el pasto y me hace una seña para que le ayude, una vez que tomamos asiento veo a Li sacar de su mochila tres almuerzos, uno se lo entrega a Daidouji, el segundo lo deja junto a él y…

—¡Gracias por avisar, Tomoyo!

Y el tercero es para él: Eriol Hiragizawa, y con él aquí se ha completado el trio de amistad más opuesto de la escuela, pero que extrañamente logra sincronizar bastante bien para ojos ajenos, como los míos.

—Así que tenemos una invitada, ¡qué honor tenerte acá, Kinomoto! ¿te puedo decir Sakura? Creo que esto de los apellidos es tan formal, además, al parecer ahora eres amiga de Shaoran, ¿no? Sus amigos, son nuestros amigos también.

Siento olas de calor subiendo a mi rostro, mi vista de inmediato se va a Li quien en cualquier momento podría cometer homicidio contra su mejor amigo.

¿Acaso Li les contó?

—Toma tu almuerzo antes que me arrepienta de habértelo traído. Voy por una bebida… Kinomoto.

¿Eh?

—Y eso significa: Ven conmigo ahora ya, Kinomoto —me susurra Daidouji.

Li comienza a alejarse y atino a ponerme rápidamente de pie, pasando a botar la botella de agua de mi compañera que menos mal estaba cerrada.

Caminamos hacia una máquina expendedora que hay cerca del gimnasio, cuando nos alejamos lo suficiente, Li se da vuelta y paso saliva al ver para variar su cara de pocos amigos.

Debería comenzar a acostumbrarme a esto si supuestamente tenemos un trato que implica ser su amiga.

—Eso ha sido raro y te pido disculpas por el actuar extraño de mis amigos —su mirada antes molesta ahora ha desaparecido, noto cómo los rayos del sol llegan directo a su rostro haciendo que sus ojos de un color café se vean mucho más claros y con destellos dorados al igual que su pelo.

¡Vaya!

Y definitivamente esta imagen que tengo de él a pocos centímetros míos me hacen entender muy bien el por qué tantas chicas babean por él.

Li es atractivo, de eso no hay dudas.

Parpadeo rápidamente y corto nuestro contacto visual: creo que lo estaba mirando demasiado y más encima en un total silencio.

Carraspeo un par de veces antes de verbalizar una idea que necesito aclarar.

—¿Les contaste?

—No… yo no.

—¿Cómo es eso? ¿Cómo que tú no? Entonces, ¿quién?

—Mi primo, Yan, él estaba el viernes, trabajando conmigo y apenas ayer fue el par a comer al local les soltó que una chica había ido el viernes y que ellos la conocían porque yo le conté que somos compañeros.

—Ah.

Me cruzo de brazos y desvío la mirada de Li porque cierta preocupación empieza a invadirme, ¿su primo les contó que estaba borracha y que solté un discurso odiando el amor? Y que además, me quedé dormida en la oficina del padre de Li.

Oh, no.

¡Eso sería muy vergonzoso!

Yo suelo ser de bajo perfil, salvo cuando se trata de deportes, ahí sin querer proponérmelo me va bien y bueno, soy la capitana del equipo de porristas y supongo que ahí llamo un poco la atención, pero solo en eso.

—Hey, Kinomoto —Li de la nada aparece en mi campo visual deteniendo mi andar de un lado a otro que había comenzado a hacer y casi choco con su pecho, alcanzo a detener el impacto aferrando mis manos a sus hombros.

—¡Lo siento!

Alzo mi mirada para poder verlo a los ojos y me siento enana frente a él.

O Li definitivamente es muy alto o yo soy muy baja.

¿Mi metro con 58 centímetros estará dentro del promedio?

—Kinomoto, yo no les dije nada, solo les conté que te ayudé porque no te sentías muy bien, solo eso... el tema es que para ellos esto es grande… —¿eh? Observo con detenimiento cada movimiento que hace, su mano derecha desordena su cabello y corta por unos segundos nuestro contacto visual—. Bueno, ellos se han puesto a inventar cada cosa… y a decirme cuánta teoría se les ocurra, así son ellos… a veces me dan miedo.

Corta nuestro cercanía y se aleja para ubicarse junto a la máquina expendedora que está bajo un tejado que da una buena sombra para este día algo caluroso.

Sonrío y estoy aguantando las ganas de reír, siempre me dicen que soy media despistada, pero vamos, cualquiera que hubiera visto cómo Li se expresó recién se daría cuenta que está nervioso, muy nervioso, ¡dios! Jamás pensé que vería esta faceta en mi tan seguro tutor.

—¿Dije algún chiste, Kinomoto? —me acerco a él y niego lentamente con mi cabeza.

—No, es solo que estoy disfrutando verte así, nervioso, no es algo que se vea todo los días, Li.

—¿Yo nervioso? Simplemente estoy algo enojado.

—Okey, okey, si tú lo dices —su entrecejo fruncido solo me hace querer molestarlo un poco más.

Y vamos, sí estabas nervioso Li, aunque me digas lo contrario.

—En fin, quédate tranquila que no di detalles de tu borrachera, no me corresponde andar contando cosas de otros.

—Muchas gracias, Li.

—Y bueno, le advertí a Yan que si decía algo más movería influencias para que tuviera 2 meses de turno hasta las 3 de la mañana.

Por supuesto que este comentario es algo que Li haría, lo que me hace reír y más al ver que él hace lo mismo.

—Oye, Li, puedo preguntarte algo… —comento tras nuestro momento de risas, espero su respuesta antes de continuar y un leve asentimiento con su cabeza es la señal que necesitaba—, ¿por qué dices que esto es grande para tus amigos?

Aprieto un poco mis dientes y no sé bien por qué la curiosidad me llevó a preguntarle esto, quizás sea algo entrometida, ellos son amigos hace tiempo y Li con lo reservado que es posiblemente evite responderme.

—Supongo que es porque mi nivel de sociabilización es bastante bajo y para Eriol y Tomoyo es un gran avance que tenga conversaciones con otras personas que no sean ellos.

Oh.

Su respuesta me sorprende y no sé si es porque ya había asumido que evitaría la pregunta o porque me respondió con tanta sinceridad que me ha dejado por un momento sin palabras.

¡Y eso es muy extraño en mí!

—Bueno, no veo malas intenciones en ellos, al parecer solo quieren animarte a que seas más sociable, ¿no? A su estilo, supongo —llevo mi mano a la pantalla de la máquina expendedora y escojo un jugo de uva. Rebusco en los bolsillos de mi chaqueta del instituto hasta que encuentro un par de monedas.

—Oye, no es necesario, fue solo una excusa —me dice Li apenas ve mis intenciones.

—No es para ti —le comento guiñándole un ojo, Li niega con su cabeza para luego sonreírme.

¡Y dios!

Este chico debería hacer esto más seguido, le queda muy bien ser más sonriente.

Li me hace una seña para que regresemos y le hago caso, Daidouji y Hiragizawa ya están comiendo y nosotros nos unimos rápidamente.

El almuerzo estuvo divertido, a ratos respondo algunas preguntas triviales sobre la escuela y el resto del tiempo rio de las bromas que Daidouji y Hiragizawa hacen, casi siempre dejando en ridículo a Li, ahora entiendo porque siempre anda a la defensiva, con amigos así, es para estarlo, ¿no?

—Deberíamos participar en el concurso de talentos de la ciudad —dice Eriol quien se devoró la comida que Li le entregó.

—Habla por ti, y además, ¿con qué fin? Si ya tenemos a la ganadora —agrega mi tutor, quien se recostó apenas terminó de comer y lo veo bastante cómodo aprovechando los minutos que quedan antes de volver a clases.

Miro hacia Daidouji quien niega rápidamente con su cabeza.

—Este año no participaré.

—Oh, vamos, es nuestro último año, deberías, todos los años ganas, estoy seguro que este año lo logras nuevamente—la alienta Hiragizawa.

—No, esta vez quiero estar tras bambalinas, ayudar a quienes participen, en la escenografía, las luces, vestuario y en la promoción del concurso, a ver si más chicos y chicas se animan.

—¿Los requisitos son los de siempre? —pregunto curiosa.

—Sí… —responde Daidouji—. ¿Vas a participar, Kinomoto?

Mi mente viaja rápidamente hacia los ensayos con mis amigas, que son más que nada una forma de distraernos y tocar canciones de bandas que nos gustan, y es por esto que nuestras performances con suerte han visto la luz de una pequeña ventana que hay en el sótano de mi casa y no sé si estemos preparadas para atrevernos a salir de ahí.

Pero es nuestro último año, ¿debería pensarlo aunque sea un poco?

—Solo preguntaba —comento atropelladamente.

Hiragizawa me sonríe, Daidouji asiente con su cabeza y Li simplemente me observa con una mirada que no puedo interpretar, pero que corta rápidamente, volviendo su atención hacia el lindo árbol de cerezos que nos da sombra.

OoooO

—¡Sakura!

Pego un salto del susto porque claramente iba sumida en mis pensamientos y ni me fijé que mis amigas estaban cerca. Tras el almuerzo con el trio dinámico me retiré dando mil gracias por la invitación y al ver que no tenían planes aún de volver a clases opté por despedirme y más al percatarme que solo faltaban 15 minutos para el fin del receso.

—Hasta que apareces, ¿dónde diablos estabas? —me pregunta Chiharu, quien tiene sus brazos cruzados a la altura del pecho en su clásica pose de fastidio.

—Pero si les mandé un mensaje al grupo.

—¿Qué mensaje? —me pregunta mi amiga.

Saco mi celular para mostrarles que sí les avisé pero, oh no, al parecer tuve la intención de enviarles un mensaje avisando que almorzaría con ciertas personas bastante llamativas de la escuela, pero obviamente el mensaje quedó ahí y nunca lo envié.

—Al parecer nuestra amiga olvidó apretar "enviar" —comenta tras mío Rika, quien tiene su vista pegada en mi celular.

—Lo siento.

—¿Así que almorzaste con ellos?

—¿Con quiénes? —pregunta curiosa Chiharu. Emprendo rápidamente rumbo al baño ya que nos queda poco para entrar a clases y quiero alcanzar a cepillar mis dientes.

Obviamente mis amigas vienen tras mío.

—¡Rika, dímelo o moriré de curiosidad! —ruega Chiharu lo que me hace reír, como si fuera algo tan importante.

—Daidouji, Hiragizawa y Li.

Mi amiga ahoga un grito y yo suelto un bufido.

—¡Los perfectos! ¿Cómo es posible? Si ellos están en otro nivel.

—Chiharu, hablas como si en esta escuela hubieran estatus —agrego haciendo lo posible por pronunciar teniendo en cuenta que estoy en la misión de cepillar bien mis dientes.

—¿Acaso no lo hay? A ver, ellos son una especie de trio hermético inseparable, durante estos 3 años de preparatoria, ¿alguna ha visto que alguien más se una ellos?

Rika y yo negamos.

—Okey, además de eso y siendo súper objetiva, son como el típico grupo popular, o sea, son guapos y talentosos. Li es el capitán del equipo de futbol, además, es tutor de varias asignaturas, el chico es un genio antisocial, pero un genio. Hiragizawa es el presidente del centro de alumnos además, salió como el mejor jugador de ajedrez de Tomoeda, y va a representarnos en Tokio, y por si fuera poco, toca el piano desde que era un feto —casi escupo la pasta de dientes con este comentario, Rika comienza a reír—, ¿y acaso debo describir a Daidouji?

—Entiendo tu punto, pero pese a todo eso son chicos comunes y corrientes y eso lo demostraron hoy invitando a almorzar a nuestra amiga, ¿no es cierto?

Asiento a las palabras de Rika aunque sí puede haber algo más allá que solo un interés por invitarme a almorzar, recordando lo que me dijo Li y ahora también nuestro trato.

—Okey, yo solo sigo sorprendida, y si te vuelven a invitar tienes que contarnos —asiento a las palabras de mi amiga y continuo en mi misión de terminar de cepillar mis dientes.

Mis amigas comienzan a hacer lo mismo y terminan justo en el momento en que la campana de la escuela comienza a sonar avisando el fin del receso.

Regresamos al salón y cuando estaba por tomar asiento, Rika se me acerca y me hace una pregunta que tarde o temprano sabía que iba a aparecer.

—¿Cómo te fue el viernes en la fiesta? No nos has dicho nada, de hecho siento que has evitado el tema.

Sonrío algo nerviosa antes de responder.

—El miércoles les doy los detalles —veo en los ojos de mi amiga preocupación, y si hay alguien que tiene el sexto sentido más desarrollado de este planeta es mi mejor amiga—. Tranquila, estoy bien.

La veo asentir muy poco convencida de mis palabras, pero no pregunta más.

Hoy las clases terminan a eso de las tres y media, pero mi día aún sigue, tengo práctica con el equipo de porristas y tenemos que ensayar una nueva rutina que la profesora nos empezó a enseñar hace una semana.

Me despido de mis amigas quienes me recuerdan por décima vez que el miércoles haremos una video llamada con otra de nuestras amigas, Naoko, quien no ha venido a clases a causa de una gripe fuerte que le dio, pero que ha insistido en hablar aunque sea de forma online ya que quiere contarnos algo. Y bueno, aprovecharé la instancia de hablar sobre Yue, sé que no puedo seguir evitando el tema.

Centro mi atención al presente y me dirijo a paso rápido a los camarines para cambiarme de ropa para la práctica, reviso en uno de los espejos que mi ropa esté bien acomodada y vuelvo a salir a los pasillos del instituto, acelero los pasos para no llegar atrasada, pero detengo mi misión al escuchar la voz de cierta persona.

—Estoy algo apurado.

De reojo veo un par de siluetas que están en el descanso de la escalera que lleva hacia el segundo piso del instituto. Tomo cuidado de no ser vista y opto por pegarme a la pared del pasillo.

—L-lo siento.

—Te escucho.

—Yo, bueno, y-yo quería decirte que, bueno, ehh

—Tengo una tutoría que comienza en cinco minutos, así que…

—¡Ten! —alcanzo a ver que la chica le entrega una especie de carta que Li abre rápidamente y ¡arrgg! No puedo ver su reacción desde donde estoy.

—No estoy interesado… —su voz resuena fuerte y estoy segura que está intentando recordar el nombre de la chica quien al parecer intenta declararse a Li—. Disculpa, no recuerdo tu apellido.

Ruedo mis ojos.

¡Por favor, Li, es nuestra compañera desde los 15!

—Kimura —dice casi en un susurro.

—Ah sí, Kimura... debo irme —Li le devuelve la carta y continua su camino hacia el segundo piso dejando a nuestra compañera en completo silencio.

¡Ay, dios!

Suelto un largo suspiro y me acerco a las escaleras, intento demostrar naturalidad y que no tengo la menor idea de lo que acaba de pasar.

Comienzo a subir rápidamente, de reojo veo a Kimura mirar la carta que le había regresado Li con tanta frialdad y siento una punzada de dolor al verla secar sus ojos intentando disimular que estaba llorando.

—¡Nos vemos mañana, Kinomoto! —dice apenas descubre mi presencia.

—Nos ve… —veo a mi compañera terminar de bajar las escaleras rápidamente y doblar hacia el pasillo desapareciendo de mi vista por completo.

¡Y maldito seas, Li!

Corro buscando darle alcance y alcanzo a divisar que entra a un salón que está al final del pasillo del segundo piso.

Mi enojo aumenta con cada paso que doy y mis deseos de actuar desde ya como amiga de Li son tan grandes que no me importa entrar a la sala interrumpiendo su tutoría.

—¿Kinomoto?

Miro a mi alrededor y por suerte aún no llega nadie.

—Mañana a las 07:30 en el salón de clases.

—¿Qué?

—Lo que oíste, nos vemos mañana y por favor, si se te acerca hoy otra chica temblando casi como una jalea, sé un poco más amable y al menos no le devuelvas de esa manera algo que seguramente le tomó bastante valor hacer, ¿okey?

Li me mira con sorpresa y la verdad me importa un carajo que se vaya a molestar con lo que acabo de decirle y más aún que mis palabras reflejan que lo estuve espiando.

Pero vamos, es mi deber como amiga ser honesta, ¿no?

¡Y este chico necesita con urgencia de mi ayuda!

—Okey.

—¡Okey! —abro mis ojos a más no poder al darme cuenta que Li me respondió y además, obedeciendo a mis palabras—. ¿Qué?

—07:30am —escucho la puerta abriéndose seguido de voces de algunos chicos del instituto—. Hasta mañana, Kinomoto.

Li me hace una seña hacia la puerta, asiento lentamente y salgo de la sala aún confundida.

Esperaba ver su entrecejo fruncido, su mirada de odio a todo el mundo y hasta su indiferencia, pero no, Li simplemente me hizo caso.

¡Me hizo caso!

Vuelvo mi vista hacia la puerta del salón como asegurándome que lo que acaba de pasar fue real y sí, definitivamente lo fue.

Y sonrío porque hay esperanzas, ¡las hay!

Estoy segura que lograré que Li sea un rompecorazones aunque sea con un poquito de corazón, porque vamos, ¿qué tan complicado puede ser?


Notas de Caris:

¡Hola, hola! ¿cómo están?

Sí, actualización rápida y ni yo me la creo 😂

Debo agradecerle a mi resfriado que me ha dado el tiempo que necesitaba para finalizar el tercer cap de esta historia y con punto de vista de Sakura.

Un capítulo con apariciones de otros personajes lo que me lleva a preguntarles algunas cosas:

¿Qué opinan del trio de la perfección jajaaj? (en wattpad puse una foto de portada de este cap haciendo un guiño esto, eso sí falta un personaje en la imagen)

¿Y del almuerzo? Hubo ahí algunos diálogos con nuestros protagonistas.

¿Y se sorprendieron con la reacción de Shaoran al final?

¡Y pobre Kimura! 💔

Espero se animen a comentar, de verdad hacen que mi motivación e inspiración aumente un montón *-*

Me despido dando mil gracias por leer y apoyar esta historia que recién comienza, sus comentarios son siempre muy bienvenidos. Agradezco también los votos que me han dejado en wattpad 💖(me pueden encontrar como CarisBleu) y también los favoritos y alertas acá en FF.

Les mando un abrazo grande y espero que su finde vaya súper.