—Anda, ven a comerte esto conmigo —aparta una silla para él.
Gales se acerca, yendo a sentarse y pensando que lleva AÑOS jactándose de ser el menos imbécil de sus hermanos y el más serio y maduro, y todo esto que ha pasado hoy es como exactamente lo opuesto. Se sonroja un poco más al sentarse.
Ya te ha perdonado, en serio, no te machaques.
—¿Qué has hecho hoy? —pregunta y parte el merengue en dos. Le da el trozo más grande.
—Desayunar, elegir los libros de tu biblioteca que lo he leído... Ir por la ciudad es muy bonita... y-y los libros interesantes. Mañana quiero ir a la Biblioteca Nacional —Le explica, tomando el trozo que le da
—Hace años que no voy ahí... ¿al final sí te han interesado las cupcakes?
—Nah—se ríe un poco—. Pero tienes... literalmente todos los libros que he visto en mi vida de un tal Lambert Schlechter... que no conocía hasta hoy —saca un libro, de hecho, el que estaba leyendo, y lo pone en la mesa—. Ese no lo he secuestrado. Ha venido solo.
—Vaya, así que leer en francés también sabes...
—Más... Ehm... o menillos —Se sonroja un poco.
—A Vincent le gustará saber eso.
—No creo que a Vincent le guste saber nada... palideció cuando le pedí las llaves del coche.
—Ya me imagino. Me escribió para decírmelo y le dije que tenías permiso —se ríe—. Así que... no me riñó, pero estuvo cuestionándome bastante intensamente. Discúlpale si te ha dicho algo que no debía, solo es un poco... sobreprotector.
—De hecho... es... la verdad le entiendo. Salí de ningún sitio y él parece una persona mucho más convencional que yo.
—¿Te parece convencional?
—Más de alguna vez tuve un mayordomo que se le parecía un poco. Metódico. Serio. Eficiente. Odiaba a mis hermanos porque iban ahí y desordenaban todo, se robaban cosas, vomitaban la casa.
—Yo le aprecio mucho. ¿En serio?
—Bueno, lo justo nada más... Ya sabes cómo son. Estirado me llaman ellos. Es decir... voy a decirte que yo soy por mucho el mejor portado de la familia.
—Pues como deben ser los demás —levanta las cejas.
—Tuvimos una infancia... interesante.
—Aunque... Belgique siempre dice que Ecosse es muy divertido y France no para de hablar de Angleterre.
—Probablemente también soy el más aburrido de todos —Gales sonríe de lado.
—Y Sey opina que sois adictivos, ya te lo dije.
—Mis hermanos tienen mucha suerte. Los tres —Gales se ríe un poco con eso, comiéndose el merengue con bastantes ganas—. Bueno, la justa para ser británicos.
—Bueno, venga, vendrán tiempos mejores para ti también —intenta animarle un poco—. ¿Ha sabido de ella?
Le sonríe un poco y niega con la cabeza
—Voy a ver a France mañana, le preguntaré.
—Ella va a estar bien... uy...
—Quoi?
—A ver qué te dice... no está muy feliz conmigo. Toda la tarde me llamó Galles —porque si, lo ha notado.
—¿Eso es algo malo?
—Bastante terrible. No pasa nada, era de esperarse. Si puedes contarme lo que te diga, sobre todo de cómo está, sería... tranquilizador. Espero
—¿Así que Cymru es de buenas y Galles es para reñirte? —asiente igualmente.
—Pues es que... viniendo de France si es casi como si Alba me llamara Wales.
—¿France es como si fuera tu hermano?
—Buff... últimamente lo veo hasta como si fuera mi hijo —aprieta los ojos
—Ah, por ella, claro... qué raro debía ser eso. Uf... estaba esto súper dulce. Vamos por un café —añade acabándose el merengue.
—La realidad es que crecimos con él... siendo todo lo idiota y molesto y... guapo y seductor que es. Pero crecimos con él... y... yo tuve digamos un amor ciego infantil una época, serios... con él. Y si... luego me casé con Galia. Vamos a decir que a France lo he visto como hermano, como amante, como hijo... vale, vamos por un té.
—Supongo que todos pasamos por una época así con él tarde o temprano —se levanta.
—Seh, creo que si... —se levanta también mirando al Tintín de reojo. Luxemburgo lo recoge de encima de la mesa y se lo tiende
—Lo siento, creo que voy a estropear vuestra cita siendo la tercera rueda.
Gales se ríe un poco, tomándolo y tocándole todos los dedos mientras lo hace y le hace sonreír más.
—Como por lo visto yo voy a estropear la tuya... ¿el viernes? ¿Qué ha pasado con Mónaco?
—Quería que fuera ayer. Supongo que si hubiera estado trabajando hubiera ido.
—¿Y no estabas trabajando?
—Ayer... pues no mucho, por tu culpa.
—Ugh... no me hagas sentir peor —aprieta los ojos
—Creo que volveré a llamarla luego— suspira—, ya que hoy salimos pronto. Pero bueno.
—Era domingo... los domingos puedes estar con la familia —ahora somos familia.
—Ya... claro —le sostiene la puerta de su despacho.
—Además, vas a decirme lo que quieras, pero no te lo pasaste mal en el día. No sé si lo pasaste tan bien como con ella, pero de que lo pasaste bien, lo pasaste bien.
—Ese argumento no es válido.
—¿Por?
—No hay un motivo especifico... —se encoge de hombros.
—Que lo hayas pasado bien me hace sentir menos culpable.
Luxemburgo se va a la cafetera que debe ser una de esas de capsulas, desde luego, que no sé si debe tener capsulas de té, la verdad.
—Creo que nadie aquí toma té.
—Ca-Café está bien —Uy... creo que nadie nunca le ha visto tomar a él un café.
—¿Seguro?
—Sure, sure... —Vas a tenerlo con caffeine rush...
—¿Cómo te gusta el café? —pregunta mientras se prepara el suyo.
—Umm... ¿con... azúcar?
—Ya, pero... largo, corto, intenso, descafeinado...
—Corto.
—¿Con leche?
—Y-Yes —Gales intentando parecer cool.
Así se lo hace. Se acerca a él con la tacita, sonriendo y el británico le sonríe un poco de vuelta.
—Thank you —Extiende la mano y va a volverle a tocar los dedos, bloody hell, ¡Gales, para!
Luxemburgo le mira a los ojos porque es la segunda vez que hace eso. Es que... eso debe ser culpa de Galia. Ejem. Se sonroja. O sea, chico, en serio ¡DEJA DE HACER COSAS RARAS!
Y el problema es que el vasito quema un poco así que tiene que separar la mano. Gales se sonroja con eso... aprieta los ojos y gira la cara
—E-Ehm... bueno. Lo que puedo o-ofrecerte...
—¿Aja?
—Ehm...
—Quoi? —sonríe
—Vas a trabajar aún?
Luxemburgo mira a su ordenador en la mesa
—Te ofrezco un trato. Trabajas una hora sin que te interrumpa una sola vez... y te invito a cenar.
—Una hora —le mira de reojo de nuevo,
—Una hora y media.
Luxemburgo se ríe
—Es que crees que no puedo interrumpirte... pero una hora y media si me dura este libro.
—Vale... vale. Una hora y media —le señala los sofás para que se siente mientras se va a su mesa. Gales sonríe, le da un trago a su café y la cara de horror que pone.
—Es increíble que beban ESTO.
—¿Por? ¿No te gusta?
—Es... coffee
—Bueno, oui.
—Hace decenas de años que no tomaba uno —le sonríe —. Shush, no me interrumpas.
—¡Pero si eres tú el que se está quejando!
—Tú eres quien me está interrumpiendo —Gales se ríe.
—Voy a poner el temporizador y hasta que no suene no quiero oír ni una respiración —le advierte.
—Necesitaría alcohol... —Gales se ríe, le mira, y le guiña un ojo
—¿Para estar callado una hora y media?
—Creo que he bebido poco en las últimas veinticuatro horas. ¡No hables!
—Pensaba que el libro era lo bastante interesante.
—Lo es... ¡cómo me quites lo alcohólico! —levanta las cejas.
—¿Yo?
—¡Si! Eres perfectamente capaz —entrecierra los ojos.
—Ni siquiera sé de lo que hablas. Y ahora shhhh —le muestra el teléfono y le da a activar poniéndose un dedo frente a los labios.
Gales sonríe sin responder, girándose a su libro.
Él deja el teléfono ahí encima y se vuelve al ordenador sonriendo también.
Gales se gira al libro y la verdad... es que si se concentra lo bastante. O sea, se pasa casi cuarenta minutos sin siquiera moverse.
Puede que Luxemburgo hasta se olvide que está ahí. Tengo que decir que tiene un Capitán Haddock en su escritorio.
Gales se mueve un poco después de un rato, cambiando de posición y tosiendo un poco. Y la verdad, a Luxemburgo le suena el teléfono de que le llaman haciendo que Gales pegue un saltito y le mire. Es que en serio, Lux, dale libros y puedes callarlo bastante efectivamente.
Luxemburgo contesta rápidamente sin más ceremonia hablando un rato con alguien sobre donde someter unos documentos y cuando van a estar listos. Cuelga y sigue a lo suyo.
Gales le mira y sonríe de lado observándole unos segundos.
Y tengo que decir que el tramposo ha puesto el temporizador a dos horas.
Gales... es que no se va a enterar. Tan felices todos.
So... igualmente suena cuando pasan las dos horas. Gales pega otro salto y Luxemburgo lloriquea un nooooo.
—Espera, espera, ¡solo acabo este capítulo!
—Cinco minutos, ¡tengo esto a medias! —Ok, chicos, esto es ridículo.
—Yes, yes... thank you.
—Oui —se vuelve al ordenador.
Gales sigue leyendo, lo más rápido que puede y así es como cinco minutos se convierten en cincuenta. No, como a los veinticinco es Gales el que acaba el capítulo.
—Ya está
—Non, non esperaaaaa —lloriquea otra vez.
—Voy al baño...
—Tienes que ir al sótano, al de mantenimiento, el resto los cierran por la noche —miente.
—O puedo ir a esta puerta de aquí y esperar a que acabes —se ríe.
—¿Eh? ¿A qué puerta?
—¿No es esa puerta un baño? —la señala.
—Nop. Eso es un armario.
—Bueno, nadie va a enterarse de que fui al baño ahí —bromea.
—¡No vas a mearte en mi armario!
Gales se ríe.
—¿Qué guardas en ese armario? —se recarga en el escritorio con las manos
—Dinero —le mira de reojo—. Oro. Soy dragón, ¿recuerdas? Necesito tenerlo cerca para no ahogarme.
—No tienes idea de lo que me gustan los dragones —GALEEEEES
—Me tomaré eso como un cumplido —se ríe y el británico se sonroja
—Pues tu e-estás...metiéndote a... ¡mi animal nacional es un dragón! Mira mi bandera.
—Ah, oui? Pues no parece que tu tengas mucho oro para atraerlo.
—Eso… Quizás no —Gales entrecierra los ojos.
—¿O los atraes de otros modos? —se ríe de nuevo—. Bueno, sí, claro, no que qué te pregunto si eso ya lo he visto
—¿Qué has visto?
—Pues como me atraes a mí, al menos —le mira.
—T-Te... ¿l-lo hago? —vacila. Luxemburgo se ríe y se vuelve al ordenador
—Me han reñido por reírme en mitad de una reunión y me han dicho que me iban a quitar el móvil Monsieur... Galles.
—No sé quién es ese para usted, pero yo no me he presentado así.
—Me han dicho que te llame así cuando te portas mal así que...
—El único que se está portando mal eres tú... ¿dónde está el baño?
—En el sótano —insiste.
—Si me pierdo ya no te puedo ni llamar, mi teléfono lo tiene batería —lo saca, mostrándoselo.
—¿Y no has traído un hilo?
—¡Le hice ese chiste ayer a Vincent! —sonríe.
—Que va, es mío, completamente original—niega y Gales se ríe.
—Voy y de regreso más vale que estes —le señala. Luxemburgo levanta las manos en señal de inocencia y rendición.
Y ahí se va... a buscar un baño, no el del sótano.
La verdad, Luxemburgo está bastante contento porque aunque no ha acabado todo lo que quisiera, sí que ha dejado hecho todo lo urgente y ahora solo estaba avanzando.
Alguien canta afuera del despacho.
Alguien... como si hubiera tanta gente. ¿Qué canta?
Creo que el muy idiota está cantando "Can't help falling in love" de Elvis. O sea, no quisieras ser más pinche OBVIO.
Cuando vuelva estará sonando en YouTube.
Gales se sonroja cuando entra, al oírla y Luxemburgo sigue como si estuviera en silencio.
—¿Bailas?
Luxemburgo se ríe con eso.
—¿Sabes o no?
—Tienes muy buena voz, eso no me lo esperaba.
—Eire tiene mejor voz —se sonroja un poco y sonríe.
—Eire no está aquí —se encoge de hombros. Gales sonríe un poco y... ahí va...
—Like a river flows. Surely to the sea... Darling, so it goes, Some things are meant to be...
Luxemburgo baja un poco el volumen para oírle mejor a él y sonríe
—Recuérdame que NUNCA vayamos a un karaoke.
—¿No cantas bien?
—¡Y menos comparado con esto!
—Venga ya, no te creo —se le acerca.
—Noooon nooooon noooon —ya se está riendo, negando con la cabeza y las manos.
—Quiero oirteeee... —sonrisita. Él se tapa la cara con las manos y niega—. Bueno, yo canto... ¿sabes bailar?
—Es que además en inglés... uf. Oui, claro que se bailar.
—Puedes cantar en francés... —mueve la mano para que la tome—. Demuestra que sabes bailar.
—Solo quieres reírte de mí—igual se la toma porque bailar no es tanto problema—. Aunque en francés lo hago mejor.
—Que va —tira un poco de él. En serio. ¿¡EN SERIO vas a bailar con él en el día 2?!
—¿Qué quieres que ponga? —se levanta aunque le pide que se espere.
—Lo que sepas cantar... y bailar.
—Anda yaaa —se ríe. Quiero decir que Mónaco, si estuviera viendo esto, aún no se podría creer que esto fuera posible aquí un LUNES.
—Pues... ¡yo qué sé!
—Vale, vale... igual vas a reírte de mi así que... que sea bien —busca en YouTube "Je veux" de Zaz.
Dios MÍO ¡QUIERES MATARMELO!
Es que además Luxemburgo se va a morir de la risa a media canción de la cara que pone.
Es que... la cara que pone. En efecto. Gales... es el día dos. De verdad, no te me pongas así de absolutamente idiotizando en el día DOS.
—Lo hago muy mal, ya lo sé, ya lo sé —se ríe después del primer estribillo.
—Lo haces bien —no, no lo haces tan bien, tampoco tan mal. Pero es... es que está encandilado. Está más pendiente de lo que dice la canción. Sonríe un poco intentando bailar. Torpe, como siempre, sin saber dónde poner las manos.
Vuelve a reírse y baila con él un poco moviendo las caberas y los brazos, tomado de la mano de él porque no es exactamente una lenta pero esta canción le gusta y le divierte.
Gales... trata de seguirle, mirándole bastante sonrojado y atontado... cómo está. Atontado del todo. Siguiéndole un poco. Quiere esta canción YA.
Y además hace una vuelta y luego le hace dar una a él, medio cantándola aun, medio riéndose.
Las da... sí que las da.
Bueno, yo diría que como un... cuarenta - sesenta. Talvez treinta - setenta
Gales se ríe. Es lo único que le queda hacer. Reír y mirarle con ojos de corazón porque lo está pasando bien y canta no tan bien, pero está bailando con él en su oficina y... Es divertido.
Vale, si además se ríe estamos en un veinte - ochenta para la última repetición.
—¡Eso no es cantar! Protesta un poco Fales, muerto de risa
—Pueees... —ni siquiera tiene casi aliento para protestar, creo que se deja caer en el sofá.
Gales se tira al lado suyo, riéndose aún.
—Ay... —se limpia un poco los ojos—. Creo que soy yo quien necesita ir al baño ahora.
—Uy... hay unos abiertos más cerca del sótano...
—Oui? ¿Me esperas sin robarte nada?
—Hmmm... —le mira, sonriendo.
—Anda yaaaa —se ríe otra vez.
—Vaaaale, vale.
Se levanta y se va al armario... que no es un armario, desde luego.
—EHHHH! Eso ha sido vil!
Muere de la risa otra vez. Le saca la lengua y cierra la puerta.
Gales se ríe, pasándose las manos por el pelo y pensando que... cielos.
Pregúntale a Irlanda como descargarte la canción cuando tengas batería.
¡Ni siquiera sabe que canción es!
¿Demasiado nueva para ti? Solo es de hace diez años.
Creo que se acerca a su computadora y trata de buscar cuál es. Va a decirle a Irlanda así en plan "es una canción que dice más o menos así..."
Irlanda Shazam.
Seeeh. Va a estarla tarareando toda la noche sonriendo tontamente. Mierda.
Lo siento, Gales, demasiado perfecta.
No, es perfecta. O sea que sepas que vas a oírla además ahora en todos lados.
Ah, seguro. Bueno, ahí sale del baño. Gales se peina un poco el pelito despeinado y le mira, sonriendo imbécil.
—Ya estoy —le sonríe de vuelta.
—Eso es bajo.
—Puedo hacerlo más grave —finge una voz gruesa. (Si serás estúpido) Gales se ríe
—¿A ver?
—Ya estoy —repite con esa voz haciéndole reír.
—Tú también me llamas la atención... —confiesa riendo, como si no fuera obvio. OBVIO. Probablemente más de lo que nadie, nunca... piensa para si.
—Buenooo... ¿Cómo no? —sonríe tan confiado y se pasa una mano por el pelo.
—Ya, ya... —ojos en blanco —. Ni te creas tanto.
Vuelta a reírse y va a recoger sus cosas para irse... sin que siquiera hayas tenido que arrancarlo de aquí. Ni lloros, ni gritos, ni discusiones
—¿Dónde quieres ir, entonces?
—A... ¿Hay algún lugar de aquí donde no hayas ido y que quieras ir...? Vamos porque quizás no has ido a la casa de putas y gracias. Paso. No que quieras ir con las putas —Gales aprieta los ojos sintiéndose Irlanda.
—¿Estás como... súper nervioso por algo? —Levanta las cejas con todo ese discurso.
—No, no estoy... no —se sonroja y se ríe un poco—. No conozco ningún sitio. ¿Donde te parece buena idea?
—Creo que... hay algo que debo confesarte.
—What? —Gales levanta las cejas
—No me gustan... NADA esos restaurantes caros de platos enormes y raciones escasas. Ya sé que es lo que se lleva y no es que no pueda yo ir a una o cien mil experiencias gastronómicas pero... suelen decepcionarme bastante.
—Oh... ya. Yo tengo que admitir que mis papilas gustativas no son muy hábiles, así que... en esos sitios solo me quedo con hambre.
—Yo también. O sea, sí que me gustan los platos y todo eso, pero ¿por qué no pueden hacer una ración normal?
—Supongo que son como hambruna... tienes que ver Good Omens.
—¿Qué es Good Omens?
—Ya te expliqué... seguro no ves nunca una serie porque no tienes tiempo. Es una serie de un libro. Trata de un ángel, como tú, y un demonio, como yo.
—Oh, ¿Aja? —Que están enamoradooooos.
—Uno trabaja para el cielo, obviamente y otro para el infierno. Se encargan de los asuntos de la tierra y se, Ehm... hacen amigos. Hasta el punto de que en realidad solo...
Toma su bolsa, escuchándole mientras apaga las luces.
—Bueno, terminan teniendo un vínculo más importante que con el cielo o el infierno.
—¿Por?
—Porque son amigos y realmente pueden confiar entre sí. Podríamos verla estos días que estoy aquí.
—Ah... si quieres... aunque te advierto que siempre acabo viendo el teléfono mientras veo la tele.
—Hmmm... puedo contártela mejor. O leerte el libro —sonríe—. Aunque sospecho que leyendo el libro también vas a leer el teléfono. Creo que... vamos a tener que empezar a hacer actividades con el teléfono.
—Como quieras... —se encoge de hombros—. ¿Actividades como cuáles?
—No sé, ponerte a leer a ti de ahí.
—¿Un libro sin dibujoooos?
—Yes, sir. Estamos creciendo —Gales se ríe un poco.
—No tanto, no tanto.
—Pero ya resolveremos esto luego. ¿A dónde vamos? —risita.
—Hasta donde sé, al coche.
—¿Al que yo traje? ¿O tú trajiste a uno con uno de tus esbirros golpeadores?
—Non, a mí me trajeron aquí y desde luego, después se volvieron a casa.
—¿Acabaste lo que querías? —le sonríe un poco.
—Non...
¡Pero que mentiroso!
¡Pues no acabó todo lo que quería! Acabó lo... importante, pero no lo que quería.
—¿Acabarás algún día todo lo que querrías? —Gales entrecierra los ojos.
—Eeeeh...
—Then. shut up —se ríe
—Oh, pero perooooo
—¿Ya has pensado a donde vamos a ir que no implique platos gigantes con porciones miniatura?
—No... iba a hacerte una... propuesta indecente.
—Te escucho... —le mira de reojo y sonríe pensando que sea lo que sea no será lo bastante indecente. Chan Chan chaaaaaan.
—Que tal si... vamos a un lugar de comida rápida de mierda. Ya sé que es un lugar de mierda y que... no es lo que... o sea... es que hace de verdad TANTO que no voy a uno.
—Ah, vale... vamos a dónde quieras, de verdad. De hecho, hace bastante que no voy yo mismo a uno —se ríe un poco —. Supongo no es el tipo de lugares que Monsieur Luxembourg debe visitar... oh, espera. ¿Qué significa exactamente ir a un restaurante de estos para ti?
—Pues... no lo sé, es que... obviamente pues nadie quiere nunca... alguna vez he comido en un McDonald's y no... y no es que fuera yo a decir que quisiera comer todos los días ahí. De hecho, fue una vez así... un poco accidentada con opciones limitadas.
—Me refiero a que... quieres ir ahí y disfrutar la experiencia completa ¿o la idea es ir y que yo baje a comprar y luego ir a casa a comerlo con cubiertos de oro?
—N-No... no lo sé. ¿Tú qué crees que sea mejor? ¿Tú vas muy a menudo?
—No, no en realidad. Cuando voy suele ser eso, una de esas veces con opciones un poco limitadas, pero si he comido ahí bastantes veces... me sorprende que te las hayas arreglado para ir solo una vez, niño rico —Gales se ríe —. Por un lado, votó por la experiencia completa, pese a las mesas pegajosas porque no... no quiero ir a tu casa aún. Aunque podríamos compararlo y comerlo por ahí...
—¿Comerlo por ahí?
—Pues en un parque o... A orilla del Río.
—Vale, vale —se ríe—. Es más discreto.
—¿Discreto?
—¿Podemos ir al de pollo? Ni siquiera sé cómo se llama, me han dicho que hay varios... pues más discreto que ir ahí y comer en... publico.
Gales parpadea con eso de la discreción y le mira de reojo. Da algunos saltitos porque las cosas idiotas que le emocionan.
—Claro que podemos ir a... donde quieras en realidad —Gales se ríe un poco—. De pollo frito, dices, ¿no? Busca dónde es qué hay uno...
—¡Si le dices a alguien que hemos ido y que fue mi idea lo negaré todo!
Gales parpadea con eso, si... ahora iba a pasar a ese punto de la discreción.
—Igualmente nadie te va a creer porque yo no iría nunca a un sitio así de todos modos. De hecho, es increíble que me estés OBLIGANDO a esto.
—¿Y qué temes además? ¿Que haya paparazzis que nos fotografíen y salga mañana en los periódicos? —pregunta un poco en burla.
—Nah... no creo, más bien es gente con el móvil.
—¿Me estás tomando el pelo?
—¡Non! Esas cosas pasan y luego acabas en las revistas de sociedad.
—¿Por Ir a comer pollo frito? —le señala el coche.
—Con las "celebrities" especialmente si además voy con alguien con quien no me han visto nunca, empiezan así de... intentarán saber quién eres y porque vamos, de todos los lados posibles, a por pollo frito. Y empezaran a hacer preguntas raras sobre cómo afectará esto a las relaciones diplomáticas con el Royaume Uní y tendré que tener una sesión en el gabinete para explicar... y van a asediarte a ti, claro. Si debe pasar también a menudo contigo.
—Si qué pasa... una vez cada diez años y England se pone muy pesado y te riñe hora y horas... ¡no por comer pollo frito! Tienes que hacer algo gordo o pasa el día que te casas, como Alba...
—Non! Aquí no puedes ir a... casi ningún sitio. O sea, no me pasa con Mónaco porque a estas alturas todo el mundo ya sabe de nuestra relación y no hay más escándalo, tal vez que sobre... qué ropa llevábamos o en qué coche fuimos. Pero... esto es como en esa película de Julia Roberts. Pero a lo bestia porque tú también eres un personaje público, además.
—¿Me estás diciendo que si yo me detuviera aquí y te… —carraspea. Por supuesto el... sonrojo —. Besara apasionadamente contra el coche alguien se enteraría?
—Bueno... Yo me enteraría, desde luego —carraspea un poco por la idea—. P-Pero non, no creo porque aquí no hay nadie.
—Ah, vale... no es que te sigan todo el día a buscarte una foto...
—Non, a no ser que se enteren que está pasando algo interesante.
—Por un momento me preocupaste... aun así me hace gracia que alguien leyera que has ido por pollo frito conmigo y les parezca interesante.
—¡Seguiría culpándote a ti de eso! —es que por lo visto esto es un guilty pleasure o así
—Aceptaré la culpa si quieres. ¿Hay alguno aquí caminando?
—N-No... No lo sé, ¿cómo se llama? —saca el teléfono para buscarle
—Hum... creo que Kentucky Fried Chicken —explica y Luxemburgo lo pone en google maps.
—Hay que ir a la frontera con France
—Vale, si nos gusta ya sabemos una posible buena inversión... —bromea un poco. El flamenco se ríe.
Este coche además, tan pequeñito... Hace que le tenga tan cerca.
Ahora no le gusta.
¡No! Si justamente... Es lo que le gusta. Aunque, yo no sabía, es un coche Español. De ahí las quejas.
