Después de pasar toda la tarde en el mundo muggle buscando un vestido de novia, por fin había encontrado Tonks su vestido: Era un poco largo, pero no lo suficiente para que el día de la boda tropezara con él, de encaje y mangas cortas, se ajustaba a su figura perfectamente. Cuando Nymphadora se vio con el vestido puesto, apenas podía creerlo, se veía diferente a lo que ella acostumbraba, sus jeans y camisetas de sus bandas musicales favoritas. Se preguntaba si a Remus le gustaría el vestido y casi pudo imaginarse la cara que tendría en cuanto la viera, posiblemente tenga la misma expresión que ella.
Ya en casa de su madre, Tonks dejó su vestido en su antigua habitación y se puso a pensar nuevamente en lo que sucedería en poco más de una semana, estaría casada con Lupin, no lo podía creer, pero estaba emocionada, aunque claro, lo atribuyó a qué con esto lograrían molestar a la Cara de Sapo y a los fanáticos de la Sangre Pura. Momentos después, su madre la llamó para cenar. Cuando se acercó al comedor, su padre también se encontraba ahí.
- La cena está lista Nymphadora – dijo su madre mientras le servía un plato con espagueti.
- Gracias mamá y es Tonks – su madre ignoró esa parte.
- ¿Preparada?- preguntó su padre – en casi una semana estarás casada.
- Creo que lo estoy.- dijo Tonks después de masticar – fue inesperado pero creo que todo estará bien.
- No te has arrepentido ¿Verdad?- preguntó su madre.
- No, por supuesto que no – dijo Nymphadora.
- Es solo… ya sabes- comenzó su madre con duda, sabía que si mencionaba la licantropía de Remus, ponía de mal humor a su hija – su condición.
- ¿Qué tiene?- Nymphadora se comenzaba a molestar – creí que ya todo estaba bien.
- No te enojes con tu madre – intervino su padre – sólo está preocupada.
- ¿Preocupada? ¿De qué? ¿De qué él me muerda en luna llena? ¿Qué me convierta? Si eso llegara a pasar, que es muy poco probable ¿Me van a rechazar ustedes?
- Nymphadora ¡Basta! – su madre comenzaba a molestarse – nos preocupa tu futuro ¿Y si te quedas sin trabajo? ¿Qué harás? Aun en el mundo de la magia, hay mucha discriminación, principalmente a los hombres lobo.
- Mi futuro está seguro ¿Acaso preferirían que me hubiera casado con un Mortífago? Saben que me mataría en cuanto le de un hijo. Peor si es ese Carrow, ya lo intentó y es una sangre pura y no tiene ninguna condición, excepto ser un maldito enfermo depravado. Remus es diferente, es lindo, caballeroso, amable y gentil, se preocupa más por otras personas que por él mismo.
- De acuerdo hija – su madre se rindió – no intervendremos más. Sigue adelante con esto.
- Claro que seguiré – dijo ella molesta- sin duda es el único hombre decente que he conocido, que desde el primer momento que supo que yo era metamorfómaga, jamás me ha pedido que transforme alguna parte de mi cuerpo para él.
- ¿Y ese chico? ¿Con el que fuiste al concierto muggle? – dijo su padre - ¿Adán? ¿Alberto?
- Addam- dijo Tonks con un suspiro triste - solo quiso ir conmigo porque quería que me transformara en su ex novia.
Recordaba esa noche, el tipo realmente le gustó a ella, cuando la invitó a salir, ella no dudó en decir que si, fueron a un concierto muggle, unas bebidas alcohólicas, unos cuantos besos y una propuesta de sexo que durará toda la noche. Todo iba bien, hasta que llegaron a un callejón solitario y le pidió que se transformara en la que hace un par de días había sido novia de aquel sujeto. Cómo resultado, Addam terminó con dos golpes en la mandíbula y la ropa interior llena de gusanos. Desde ahí, jamás se aceptó otra propuesta.
- No quiero hablar de eso – dijo Tonks finalmente.
Apenas hace unos meses había salido de Hogwarts cuando salió con él, después de eso pensó que el siguiente sería diferente, cuál sería su sorpresa al darse cuenta de que no, todos querían lo mismo: Que ella se transformaría en las fantasías que ellos tenían .
- De acuerdo Nymphadora – dijo su madre – aunque yo la verdad dudo que Lupin fue quien te pidió matrimonio.
- Tienes razón – dijo Tonks, ya no tenía caso fingir – yo se lo pedí y él no quería porque estaba preocupado por el futuro, igual que ustedes, pero después de que Carrow entró a mi apartamento, se convenció de que él podía ayudarme. Estoy seguro de que aún tiene sus reservas, pero creo que lo superaremos.
- Y ¿Qué hay con el otro asunto?- Andrómeda – me refiero a sus hijos ¿Qué harán ahí?
- Pues tener sexo, mamá – dijo Tonks- rodando los ojos - ¿De qué otra manera se hace un bebé?
- No me refiero a esa parte Nymphadora – dijo Andrómeda – quiero decir ¿No heredarán su condición?
- La sanadora nos aseguró que la licantropía no es hereditaria, solamente se transmite por mordedura mientras está transformado, así que no hay ningún riesgo. Aunque si eso llegara a suceder, que nacieran hombres lobo, la verdad no me importaría ¿A ustedes si?- los miró mientras las puntas de su cabello se comenzaban a poner rojas.
- Tienes que entendernos hija- dijo Ted – es algo extraño, no tenemos cincuenta años todavía y dentro de algunos meses seremos abuelos, te vas a casar cuando decías que nunca lo harías y además será con un hombre lobo.
- ¡Basta!- Tonks estaba molesta – quiero que entiendan una cosa, me casaré con Remus Lupin así ustedes y cualquier imbécil del Ministerio se niegue y aunque Lupin no quiera y huya, lo buscaré y me casaré con él, así lo tenga que atar de manos y pies, no me casaré con un maldito Mortífago que me matará en cualquier momento. Sirius nos apoya, Harry nos apoya ¿Por qué ustedes no?- lo dijo con tristeza.
- Solo queremos lo mejor para ti – dijo Andrómeda, ella sabía que en esta guerra había perdido contra su hija- ¿Esto es lo que quieres?
- Si mamá – dijo ella segura – estaremos bien ambos, él tendrá su trabajo en Hogwarts, Dumbledore se comprometió a supervisar que él tome su poción, tendremos un lugar donde vivir, sé que ambos nos cuidaremos.
- Está bien hija – dijo Andrómeda – no nos opondremos, podemos ver qué estás muy segura, cómo cuando elegiste ser Auror. Los necesito mañana aquí a las 5 de la tarde para seguir organizando la boda.
- Si mamá – dijo Nymphadora más tranquila – en unos pocos días, Kingsley se casa con Hestia y la próxima semana Remus y yo.
- ¿Te quedarás a dormir?- preguntó su padre más tranquilo de que ambas mujeres no discutieron gravemente.
- No papá, regresaré a casa de Sirius. Es más, creo que ya debería de irme.
- Solo ten mucho cuidado – dijo Andrómeda – me refiero por los Mortífagos- dijo al ver la mirada que mostró Tonks.
- Tendré cuidado- dijo- mañana Remus y yo estaremos aquí.- se despidió de sus padres y salió de la casa, caminó rápidamente hasta el punto de aparición y después desapareció.
Apareció una cuadra de la casa de Sirius, caminaba rápidamente con varita en mano, afortunadamente no había nadie siguiéndola, tocó la puerta y Harry abrió.
- Hola Tonks – saludó Harry.
- ¿Qué tal, Harry?- le sonrió al chico - ¿Cómo les fue en su día de compras?
- ¡Fue genial!- dijo mientras la dejaba entrar, se veía feliz – nunca había ido de compras al mundo muggle, mis tíos nunca me llevaban con ellos, normalmente me daban la ropa usada de mi primo.
- Bueno, ahora que vives con Sirius, estoy seguro de que las salidas serán muy seguidas- dijo mientras caminaban a la sala.
- Yo espero que si- dijo- Sirius me dijo que irías por tu vestido de novia.
- Si, eso hicimos mi madre y yo, afortunadamente ya lo conseguí, me encantaría molestar a Umbridge usando lo muggle.
- Debe ser alguien realmente desagradable.
- Lo es, es de lo peor, odia a los nacidos de muggles, a los que ella considera criaturas oscuras como gente del agua y también hombres lobo, espero que nunca tengas la desgracia de cruzar palabra con ella.
- Yo también lo espero – Harry no conocía a la tal Umbridge, pero estaba seguro de que le desagradaba. Principalmente por todos los problemas que le ha provocado a Lupin después de dejar Hogwarts con respecto a la búsqueda de un trabajo digno.
- Cambiando a temas más agradables – Tonks quería hablar de otra cosa que no fuera Umbridge - ¿Dónde están Sirius y Remus?
- Abajo – dijo Harry en voz baja y una mirada preocupada.
- ¿Abajo?- Tonks no entendió - ¿Abajo? ¿En el sótano? ¿Por qué?
- Luna llena – fue lo único que dijo, Nymphadora no quería hacer otra cosa más que golpearse la cabeza.
- ¡Es verdad! No lo recordaba y Sirius lo hizo ir así a comprar, él está muy cansado antes y después de la luna ¿Sabes si tomó la poción?
- Sí, lo hizo – respondió Harry – dijo que se sentía bien.
- Eso espero – dijo Tonks preocupada, sabía que en cuanto estuviera casada con él, las transformaciones serían cosa de cada mes, le preocupaba que no supiera como cuidarlo después de la luna llena ¿Y si lo lastimaba?
- Tonks – escuchó la voz de Sirius - ¿Sucede algo?
- Estaba pensando ¿A qué hora entraste?
- Hace unos segundos.
- ¿Cómo estuvo la transformación de Remus?- preguntó preocupada.
- Estuvo tranquila, la poción le ayuda mucho – Sirius – dijo no le disminuyendo el dolor pero dice que se siente más humano.
- ¿Podría verlo? – preguntó sin pensarlo.
- Creo que lo mejor es que no- dijo Sirius – el lobo aún no te reconoce, tal vez tomó la poción, pero aún así puede ser peligroso, te recomiendo que lo veas mañana, cuando sea humano.
- Está bien – dijo ella, aunque no estaba de acuerdo - ¿Lo dejaste solo?
- Se quedó dormido – dijo Sirius- normalmente estoy con él para evitar que se lastime y vigilar que la poción si funciona. Con ayuda de esa poción, no me necesita como Padfoot.
- ¿Quién le prepara la poción?
- Quéjicus- respondió – afortunadamente por ordenes de Dumbledore, no lo ha envenenado.
- ¿No cree que está siendo un poco cruel con Snape?- dijo Tonks – sé que es un idiota y no me agrada, pero está ayudando a Remus nuevamente, tal vez lo hace por obligación. Creo que no deberías estar en su lado malo.
- Pero Tonks- fue Harry- por su culpa, él tuvo que dejar Hogwarts, era el mejor profesor de Defensa que hemos tenido.
- Lo sé Harry – Tonks se puso a la defensiva- pero recuerdan que Snape es un agente doble y puede ser peligroso, sobre todo para Remus.
- Tal vez tienes razón Tonks- dijo Sirius de mala gana- ya no insultaré a Queji… digo, a Snape.
- Creo que lo mejor es que vayamos a dormir – Tonks - ¿Él estará bien?
- No te preocupes – la tranquilizó Sirius – estará bien, posiblemente duerma toda la noche, en cuanto salga el sol, él regresará a su forma humana.
Harry, Sirius y Nymphadora fueron a la cama, Tonks estaba sin poder dormir, por su ventana podía ver a la luna, no la veía hipnotizada cómo lo hacía hace algunos años, ahora la veía con tristeza y un poco de enojo, sabía que en cuanto la luna brilló completamente, el hombre más amable que conocía sufría dolores y una terrible transformación.
Lo que ella más quería en ese momento, era estar con él y curar sus heridas, aunque sabía que ella haría eso mes con mes después del matrimonio ¿Por qué sentía esa necesidad con un hombre que no tenía mucho tiempo de conocerlo? Con una última mirada a la luna, se recostó en su cama y poco a poco se quedó dormida con esas preguntas en su cabeza.
Al día siguiente, Tonks se despertó temprano, miró el reloj que había en la habitación, eran las 6:15 de la mañana, posiblemente la transformación ya había terminado, se levantó de la cama, se puso su bata y bajó hacia el sótano, escuchó unos pasos lentos y se acercó. En la puerta del sótano, Remus se encontró (apoyado por Sirius) pálido y débil, sin pensarlo, Nymphadora se acercó a ellos para ayudar.
- Vamos a su habitación – dijo Sirius a Tonks.
- No se preocupen – dijo Remus débilmente – puedo subir.
- Claro que no puedes – dijo Tonk- te ves muy débil, así que no protestas y deja que te ayudemos.
- ¡Vaya! Todavía no se casan y ya lo dominas- se burló Sirius, Tonks lo ignoró mientras ambos ayudaban a Lupin a subir las escaleras, Tonks abrió la puerta y lo recostaron en la cama.
- Gracias a los dos- dijo Remus.
- Te dije que necesitabas ayuda – dijo Tonks- ahora hay que revisar esas heridas.
- No es necesario – respondió – yo… yo solo puedo curarlas.
- No te preocupes, Moony – dijo Sirius alegremente – yo te curaré tus heridas.
- Ni te atrevas – lo detuvo Lupin – ¿Recuerdas aquella herida de James en el hombro que supuestamente le curaste? terminó peor y recibió un regaño de Pomfrey, creo que me siento más seguro con las heridas abiertas.
- ¡Ingrato!- dijo Sirius con una expresión herida– en ese caso, mejor que tu futura esposa te cure. Adiós – sin decir otra palabra, Sirius salió de la habitación dejando sola a la pareja.
- ¿Enserio es tan malo para curar heridas?- preguntó Tonks.
- En su mayoría de las veces – respondió – demasiado salvaje e impaciente para curar.
- ¿Y tú cómo aprendiste a curarte?- preguntó Tonks.
- Dos mujeres me enseñaron – dijo con la mirada perdida – una de ellas fue Madame Pomfrey, me decía que pociones tomar y como colocar los vendajes, la otra fue una mujer que amé demasiado, estuvo conmigo mucho tiempo, pero ahora ya no lo está .
- Lo lamento – dijo Tonks, aunque por dentro sintió fuego por pensar en quién sería esa mujer misteriosa de la que hablaba. - ¿Puedo ayudarte?- ni siquiera sabía porque sentía enojado tras escuchar lo último.
- No tienes que hacer esto – le dijo.
- Tal vez, pero recuerda que en unos días, seré tu esposa y quiero saber cómo puedo ayudarte. En la carrera de Aurores nos enseñan lo básico en curaciones, así que creo que no estaré tan perdida.
- ¿Segura?- preguntó algo inseguro.
- Claro que sí, quiero ayudarte. Solo dime qué debo hacer.
Por primera vez miró atentamente y se dio cuenta de algo que no había notado, él estaba completamente desnudo, únicamente estaba cubierto por una sábana que pudo colocarse, debido a que se encontraba débil para ponerse su ropa.
- Si… si te sientes incómodo o sientes dolor, solo dilo ¿De acuerdo?- dijo con nerviosismo mientras apartaba la sábana de su pecho, en el que pudo observar demasiadas cicatrices.
- Lo sé- comenzó Lupin al ver y malinterpretar la mirada de Tonks– soy feo.
- No seas idiota – lo regañó – claro que no lo eres, empezaré a curarte.
Mientras limpiaba sus heridas, podía notar que, aunque él era muy delgado, podía sentir músculos fuertes, sabía que por su condición y pobreza, no podía permitirse comidas decentes varias veces al día, pero ella confiaba que, en cuanto él recuperara su puesto en Hogwarts y con su matrimonio, su cuerpo tomaría más fuerza.
Mientras sus manos recorrían su pecho, algunos pensamientos comenzaron a inundar su mente ¿Cómo se pasará en vuelta en sus brazos? ¿O moviéndose encima de ella? Apartó esos pensamientos al darse cuenta que sintió calor en varias partes de su cuerpo. Inconscientemente comenzó a quitar la sábana de su cintura, pero unas manos la detuvieron.
- Yo… yo creo que de esta parte me ocupo yo. – las manos de Nymphadora no le eran indiferentes a su cuerpo, mucho menos si ella se encontraba vestida con solo una bata de dormir tan delgada.
- Si… Perdón – dijo Tonks con el cabello rojo al igual que su cara.- te ayudaré con tu espalda ¿Puedes darte la vuelta?- asintió y giró para dejar su espalda descubierta. Su espalda no tenía muchas cicatrices, excepto por una marca de un golpe. - ¿Cómo te lo hiciste?
- Cuando empezó la transformación, el lobo quiso pelear y me golpeé contra la pared. – Nymphadora lo curaba hasta que nuevos pensamientos llegaron, ella debajo de su cuerpo, mientras sus manos y uñas recorrían su espalda. Sacudiendo la cabeza, Tonks siguió curando.
- Ya… ya está- dijo Tonks, Remus giró sobre su espalda para mirarla - ¿Cómo te sientes?
- Me siento mejor... Gracias, te lo agradezco mucho- dijo sinceramente- pero creo que quiero dormir un poco, espero no te moleste.
- Claro que no me molesta- respondió – duerme el tiempo que necesites, hoy tengo que ir al Ministerio, así que nos veremos más al rato. Descansa – sin saber porqué, besó su mejilla y salió de la habitación.
Nymphadora entró a su habitación mientras buscaba ropa para ponerse para ir al trabajo. Con su ropa lista, se dirigió hacia el baño. Mientras el agua caliente recorría su cuerpo, comenzó a recordar los pensamientos que llegaron a su mente mientras curaba a Remus.
- ¿Qué demonios me pasa?- se preguntaba- ¿Qué es esto que siento?
