Llegó al fin! El capítulo Final de esta Historia. Agradezco a todas las que se tomaron el tiempo de leerla. Estoy muy feliz porque pude subir y terminar mi primera historia. Recibo comentarios de todo tipo y trato de ver el lado positivo para mejorar. Estoy pensando en hacer una historia como continuación de esta, pero con Gretta y Woobin como personajes principales. Recibo opiniones. Gracias nuevamente! Y para las que están leyendo mi historia "La viuda Negra", debo decirles que ahora actualizaré más rápido. Ya que tendré más tiempo. Quería terminar esta bien. !ah! Y no me olvide de la boda. Esa vendrá en el epílogo. Así que con eso sabrán si tendrá continuación o no. Las quiero!
CAPÍTULO XXI
Ya habían pasado varias horas desde que Jihoo se había ido a buscar a Junpyo. Con un pañuelo le secaba el sudor a su Prometido que seguía inconsciente. Se veía tan indefenso conectado a esos aparatos. Le acaricio el cabello y le dio un beso en la frente.
-Tienes que recuperarte. No me vas a dejar sola con todos los preparativos ¿verdad? Mucha gente está esperando la gran fiesta. – su voz se quebraba y las lágrimas salían poco a poco. – Jihoo se va a enojar si no estás presente en el lanzamiento de su vino. Me dijo que en nuestra boda sólo se servirá vino de su Viña. ¿Puedes creerlo? El Mejor vino producido en Toscana, será el que se sirva en nuestra boda.- tomó un pañuelo húmedo y comenzó a limpiarle los brazos. – Quedan pocas horas para saber si estás fuera de peligro. Se que vas a lograrlo. Te amo. No voy a moverme de aquí hasta que abras los ojos. – La puerta se abrió y Jandi entró por ella. Iba vestida con ropa cómoda y traía una bolsa con ella y una manta. Se acercó a Gaul.
-¡Hola!, Te traje ropa. –
-¡Gracias!- dijo y tomó el paquete.
-Cómo sigue?-
-Igual, pero pronto sabremos si ya está fuera de peligro. ¿Has sabido algo de Sunbae?- Jandi negó con la cabeza. Su preocupación era evidente. Gaul le sonrió y puso una mano sobre su hombro.
-Seguro que hará que Junpyo Sunbae entre en razón. Él volverá pronto. – Jandi afirmó con la cabeza.
-Eso espero. Yo, quisiera que nada de esto estuviera pasando. No sé por qué Junpyo está actuando así. Lo desconozco totalmente. –
-Woobin fue buscarlo ¿no?-
-Si, Lorenzo, el capataz de Jihoo, le dijo que su auto tenía un GPS para localizarlo. Así que podían ubicarlo fácilmente. Ambos fueron para apoyarlo y creo que se llevaron a más Hombres de la Viña. –
-Entonces todo estará bien. Seguro Pronto tendremos noticias. ¿Y Gretta?-
-Se quedó en la viña con Riccardo, para esperar a Jihoo. Igual está acomodando nuestro equipaje en los cuartos que nos asignaron. Además en la Viña tienen una Clínica Privada con todo el equipo necesario para atender a Yi Young. Igual fue a preparar su estancia cuando lo traslademos. –
-Ella ha sido muy amable ¿no?-
-Si, es una chica muy admirable. Si quieres, puedes ir a cambiarte, yo te espero aquí. –
-¡Gracias Jandi! No voy a tardar. – Jandi vio salir a su amiga y suspiró. Un viaje que se supone sería placentero, se estaba convirtiendo en una pesadilla para todos. Esperaba que Jihoo pudiera detener todo este caos y volviera la tranquilidad. Pero, a cómo se había comportado Junpyo, no estaba segura de que las cosas salieran muy bien. De pronto, sintió una opresión en el pecho. Se puso de pie y sentía unas inmensas ganas de llorar. Algo no estaba bien. Se apoyó contra la pared para ver si podía dejar de sentir esa incomodidad, pero seguía allí y cada vez más fuerte. El miedo la invadió, sus manos comenzaron a sudar y entonces lo tuvo claro, su rostro se desencajó y dijo en voz alta: -¡No, Jihoo!-
Woobin había salido de la Viña acompañado de Lorenzo, ambos hombres aún tenían vendas por las recientes heridas de bala, pero ninguno estaba dispuesto a dejar solo a Jihoo, probablemente Junpyo no estaría sólo, así que llevaron sus armas para protegerse. Gretta había querido acompañarlos, pero Woobin le dijo que era peligroso, y que era mejor que ella se quedara por si Él regresaba antes. Varios Hombres se les unieron en otros vehículos. -¡No dejaremos solo al Patrón!- habían dicho. Y Tomaron antorchas, palos y machetes para acompañarlos. Por el Pueblo se corrió la voz de lo que estaba pasando y la gente decidió ir a la viña para apoyar a Gretta. Las Mujeres, comandadas por la abuela Emma, preparaban comida para todos incluyendo los amigos de Jihoo, acomodaban los cuartos y las maletas. En la Clínica los doctores de turno preparaban la llegada de Yi Young. El único que pudo ver esto fue Woobin, hasta el momento, y se impresionó de la lealtad que mostraba esa gente hacia Jihoo. El no había podido contactar con sus Hombres para que viajaran a Italia a apoyarlo, pero al parecer, no iba a ser necesario. Pronto llegaron al camino de tierra, la oscuridad de la noche quitaba visibilidad, pero pudo ver a lo lejos los dos autos obstruyendo el camino. Al mismo tiempo, otros vehículos se acercaban por el otro camino, seguramente era el personal de seguridad de Junpyo. Woobin preparó su arma alertando a Lorenzo, quien era el que estaba frente al volante, por lo que aceleró al máximo para llegar antes que ellos. Frenaron de golpe y Woobin inmediatamente se bajó del vehículo, llegando justo cuando se escuchó una detonación de arma de fuego. Su rostro se horrorizó al ver cómo caía el cuerpo de Jihoo sobre el camino de tierra.
-¡Noooo! -Gritó a todo pulmón. Se acercó a ellos y le arrebató el arma a Junpyo, quien yacía sobre el suelo y estaba hipnotizado. -¿Qué has hecho? ¿Qué demonios has hecho? – Lorenzo que había bajado también, apuntó a este con el arma. -¡No te muevas!- escucho que le dijo. El levantó a Jihoo que yacía inconsciente, poniéndolo sobre su regazo. -¡No! Yiyo! ¡Despierta!- Le tomó la mano para verificar el pulso. El Alma le vino al cuerpo cuando sintió un débil latido.
-¡Aun tiene pulso! -Dijo en voz alta- Rápido hay que llevarlo al hospital.-
Los demás Hombres de la Viña y algunos del pueblo estaban enfrentándose al cuerpo de seguridad de Junpyo. Woobin no podía quedarse, salvar a su amigo era prioridad en estos momentos. Un Hombre Fuerte se acercó a él para ayudarlo. Entre los dos lo subieron al auto en el que llegó con Lorenzo. Mientras El sostenía a Jihoo en brazos, el otro hombre aceleró el vehículo al Hospital más cercano. Woobin no discutió. Vio cómo Lorenzo levantaba a Junpyo, quien seguía como en trance, y lo subía a otro vehículo, mientras era protegido por los demás Hombres, quienes ya tenían sometidos a los de seguridad y eran amenazados. No sabía que harían con ellos, pero eso no le importaba ahora. Sabía que la obsesión de Junpyo no terminaría bien. Primero Yi Young y ahora Jihoo. Su amigo había cruzado los límites de la locura.
-¿A cuánto tiempo está el Hospital más cercano?- le preguntó al Hombre.
-El Hospital Santa María está a 10 minutos de aquí. Puede llamar por teléfono para que lo reciban de inmediato. Todos conocen a Rafael, no tendremos ningún problema para ingresarlo. El teléfono lo puede buscar por el GPS. -
Woobin se extrañó del nombre con el que nombró a Jihoo, pero no iba a preguntar . Rápidamente busco el teléfono del Hospital.
-Dígale que es Rafael, de los Viñedos Yoon de Gimignano. – le indicó el hombre.
Woobin obedeció, agradeció que ni siquiera le preguntaran algún dato, solo querían saber cuál era la emergencia. Los recibirían sin ninguna objeción. Una vez más se dio cuenta, que Jihoo era alguien muy importante y querido por toda esta gente. Su amigo había dejado una huella imborrable y eso lo hizo sentir orgulloso. Porque la gente lo respetaba no porque fuera millonario o alguien con Poder, sino porque se había ganado el corazón de todos como la persona amable que solía ser. El Hombre, que se había presentado con él como Casimiro, estacionó el vehículo frente al Hospital, en donde ya tenían una camilla preparada para recibir a Jihoo. De inmediato un cuerpo de médicos se lo llevó indicándole que ahora ellos estaban a cargo. Se quedó en la sala de espera y empezó a dar vueltas. ¿Cómo le diría a Jandi lo que había sucedido? Él le había asegurado que todo estaría bien. Pero, había llegado tarde. Ya suficiente tenían con el estado crítico de Yi Young y ahora, como iban a soportar también lo que estaba pasando con Jihoo. En un día, todo se había convertido en un caos. El F4 se había desmoronado en tan solo unas cuantas horas. Lejano estaba el día en que pudieron reunirse en la tienda de Gachas, para darle la Bienvenida a Jihoo. En ese momento, no parecía que algo como lo de este día fuera a suceder. Estaba pensando en ello cuando su celular comenzó a sonar. Suspiró, había olvidado la conexión inexplicable que Jihoo y Jandi tenían desde los años escolares, en donde ambos sabían cuando el otro se encontraba mal. Tomó aire y respondió la llamada.
Gaul regresó de cambiarse y se asustó cuando encontró a Jandi pegada a la pared con la mano en el pecho y a punto de llorar.
-Jandi, ¿Qué te pasa?-
-¡Oh regresaste! Voy afuera, necesito hacer una llamada.
- ¿Estas bien?- volvió a preguntarle
- No lo sabré hasta que no haya llamado -. Y disculpándose salió de la habitación.
Marcó el número de Woobin, tenía que saber que El estaba bien, pero su corazón no mentía. Algo le había pasado a Jihoo, algo malo y ella lo presentía.
-¡Hola?-
-Woobin! ¿Lo encontraste?-
- Si, Jandi. Lo encontramos- Jandi escucho la voz de Woobin cansada. Luego silencio.
- ¿El… está bien? No vayas a ocultar nada-
…. Silencio
-¿Woobin?-
-Jihoo fue herido, lo están atendiendo en un Hospital que está cerca de donde ocurrió. – Jandi se llevó las manos a la boca para contenerse.
-¿Dónde estas? Necesito verlo, estar con él.
-Le dire a Lorenzo que pase por ti. ¿Estas en el Hospital o en la Viña?-
-En el Hospital-
-Espera ahí. Y… Jandi. ¡Perdóname! No llegué a tiempo. – dijo con la voz entrecortada.
-¡No es tu culpa! Es un alivio que hayas llegado. Te veo pronto. – Colgó la llamada. Sus manos temblaban. se sentó en el suelo del Hospital pegando su espalda a la pared. Enterró la cabeza entre sus brazos y dejo que las lágrimas fluyeran libremente. Todo lo que estaba sucediendo sentía que era su culpa. Nada habría pasado si ella hubiera enterrado sus sentimientos. Si no lo hubiera besado esa noche bajo la luz de la luna. El ya era Feliz, como le dijo Junpyo. Y ahora… ahora podría perderlo para siempre.
Lorenzo no tardó mucho en llegar. Se subió a la camioneta con la vista perdida. La noche era muy fría pero ella no sentía nada.
-Tenga Patrona! – Le dijo Lorenzo. – podría enfermarse. - Jandi tomó la manta con desgano y apenas si se cubrió. Escuchó raro que él la llamara así. Así que le dijo.
- Puedes llamarme Jandi-
- ¡Lo siento! Pero Usted es la Mujer del Patrón y todos tienen que respetarla. Él se enojaría si no lo hiciéramos. Apenas ayer nos dijo que usted vendría y que sería junto con él, la nueva dueña de estas tierras. Así que, cualquiera que la conozca debe saber que usted no está disponible. –
- Entiendo- contestó Ella. Jihoo era tan respetado por sus trabajadores. Se le hacía increíble que ese chico amable, fuera el jefe de todos estos Hombres rudos. Arribaron al hospital y Jandi no quería esperar un segundo más.
- Patrona! – la llamo Lorenzo. – Tenga este radio comunicador. Si necesita algo… solo pídalo. Yo tengo que regresar a la viña y pasar a la comisaría a rendir mi declaración.- Jandi había olvidado que Junpyo estaba detenido, ya preguntaría después por él. En estos momentos solo quería ver a Jihoo.
Woobin la recibió en la entrada.
-¿Dónde está?- preguntó .
- Está en quirófano. Aún no salen los Médicos. No me han dado informes de nada. –
Una hora después salió un Médico preguntando por los familiares de Jihoo. Woobin y Jandi se pusieron de pie de inmediato.
-La bala atravesó el estómago pero no dañó ninguna a arteria. Tuvimos que suturar y extraer la bala. Necesita descansar, podrán verlo pero es posible que no reaccione hasta mañana. Se pondrá bien con el cuidado adecuado. – luego dirigiéndose a Woobin dijo: - Le felicito por traerlo a tiempo. Unos minutos más y no hubiéramos podido hacer mucho por él-
-Entonces.. ¿ya está fuera de peligro?- le pregunto de vuelta.
-¡Aún no!- Hay que esperar esta noche. Pero creemos que con la atención recibida es probable que pase pronto el peligro. Lo tendremos en observación. Lo van a pasar a Hospitalización, les avisarán cuando puedan verlo. Eso sería todo por ahora. ¡Buenas noches, con permiso!-
-Buenas noches, doctor! Y Gracias! – dijeron ambos a la vez. Jandi soltó el aire que estaba conteniendo y se sentó en la silla de la sala de espera. Las lagrimas empezaron a salir involuntariamente. Woobin se sentó junto a ella y le puso una mano en el hombro.
-Antes de que llegaras…- le habló Woobin- recibí una llamada de Gaul, Yi Young despertó y se encuentra fuera de peligro- Jandi dejó caer más lágrimas, se giró y se abrazó a él dejando salir toda su angustia y el dolor que estaba conteniendo. Él la abrazo de vuelta sabiendo que necesitaba igual un consuelo, a pesar de tener que ser el mas fuerte. Ambos amigos se dieron consuelo por saber que sus seres queridos habían estado a punto de morir. El alivio de saber que no los perderían, hizo que fluyeran las emociones. Reían y lloraban al mismo tiempo. Al fin todo volvería a la normalidad.
Al poco rato, les avisaron que podrían verlo, Jandi fue la primera en entrar. Jihoo estaba durmiendo, tenía conectado un suero y unas mangueras en su nariz para ayudar a su respiración. Se veía tan pacifico y pálido. Pero ella sabía que pronto se repondría. Ansiaba el momento en que El abriera los ojos y le brindara esa sonrisa suya que lograba desarmarla y hacer que aletearan mariposas en su estómago. Se acercó a él y le movió el cabello que caía sobre su rostro, siempre le tapaba un ojo. Sonrió para si. Ese flequillo rebelde era una característica que ella amaba. – ¡Mi Bombero! Tratando de rescatarme saliste herido. ¿Tenías que ser tan arriesgado? ¡Eres un tonto!- le decía mientras acariciaba su cabeza. – Recupérate pronto ¿si?. Se que prometimos algo, pero creo que eso nos ha hecho más mal que bien. Necesito que vuelvas si no, no podré hacerlo. – después de decir esas palabras le besó la frente. Se puso de pie para salir un momento y darle espacio a Woobin que también quería verlo. Ella no se movería de ahí hasta que Él despertara.
Después de unos días, Jihoo fue dado de alta y podía regresar a casa. Yi young estaba más delicado así que fue trasladado a la Clínica Privada de la Viña Yoon, en donde estaba recibiendo mejores atenciones y era más cómodo para Gaul. Las atenciones por parte de los empleados y de la gente del pueblo, no se hicieron esperar. Todos llegaban a ayudar en las labores y a llevarles alimento. Ellos se dieron cuenta de lo mucho que la gente quería y respetaba al dueño de los viñedos Yoon. Jandi ya era conocida como la Patrona y todos se dirigían a ella con respeto. La abuela Emma se convirtió en la abuela de todos, y era tan cariñosa y amable, que rápido le tomaron aprecio. Woobin estaba pasándola genial en la viña, haciendo labores que El voluntariamente se ofreció a hacer, para que Jihoo pudiera recuperarse con más tranquilidad. Lo que incluía apoyar a Gretta en los preparativos del lanzamiento, que se había retrasado debido a los acontecimientos. A ella le molestaba el andar despreocupado de Woobin, pero debía admitir que era de gran ayuda. Junpyo permanecía detenido, pero El no había hecho nada por salir o llamar a Corea para que ofrecieran una fianza. Su estado era deplorable. El día que Jihoo iría a rendir su declaración llegó y Jandi quiso acompañarlo, además tendría una audiencia con Junpyo y eso los ponía a todos nerviosos. Woobin y Gretta también irían. Jihoo aún no estaba del todo recuperado, además de que tenían temor de su reacción al enfrentarse de nuevo con Junpyo. Era momento de que se vieran cara a cara después de ese fatídico día.
Jihoo se vestía con ayuda de Jandi. La herida aún estaba fresca y sentía mucho dolor.
-¿Te duele mucho? ¿Quieres que te ponga un paño tibio?- le preguntaba Jandi.
-Está bien!- le decía mientras le tomaba la mano para que no se fuera. – es normal. Ya pasará. Solo.. debo ponerme la camisa. –
-Voy por ella- dijo. Pero Jihoo no le soltó la mano y en cambio tiró de ella y la acercó a él.
-No te he dado las gracias por todo lo que has hecho por Mi. – la Abrazó y le acarició la mejilla, haciendo su cabello suelto hacia atrás. –
-Sabes que no tienes que agradecerme nada. Lo hago porque Te amo. Estoy aquí por ti. – le contestó. Él la acercó más y le dio un beso profundo. Se acercaron más y el beso se volvió intenso. Jihoo enterró sus dedos en el cabello de ella y la tomó de la nuca con las dos manos. Jandi lo besaba con pasión y sus manos fueron a su pecho desnudo. El bajo las manos a su cintura para pegarla más a él, quería sentirla. Pero en ese momento sintió un dolor intenso en el abdomen e hizo una mueca.
-¡auch!- exclamo, y se dobló un poco.
-¡Lo siento!, ¿te lastime?- preguntó ella preocupada. El sonrió.
-¡No! No lo hiciste. ¡Maldita sea! Ya quiero que sane esta herida. Quiero volver a tenerte entre mis brazos y besarte y acariciarte.- le decía mientras le acariciaba el rostro. Ella se alejó de él y comenzó a buscar en su closet.
-Pronto estarás bien, pero por ahora, hay que cuidarlo Doctor Yoon. Debemos esperar, aunque yo también estoy muriéndome de ganas por sentir tus caricias. – dijo mientras le daba un beso corto en los labios y lo ayudaba a ponerse la camisa que había elegido. Unas voces discutiendo se escuchaban fuera de la habitación. Ambos sonrieron al mismo tiempo. Jandi abrió la puerta.
- ¿Cómo puedes estar tan tranquilo después de que le dijiste a Lorenzo que se tomara el día y aún no hemos terminado de sacar la cantidad de botellas para el primer lote?- decía enojada Gretta con una mano en la cintura y señalando con la otra a un sonriente Woobin.
Últimamente discutían por casi todo. Pero parecía que a él le gustaban esos enfrentamientos. Lo que a ella la irritaba más.
-Mira preciosa. A parte de que te ves linda toda acalorada y enojada. Debes saber, que hoy nuestro jefe, tiene una cita importante a la que tú y yo iremos a acompañarlo. Así que no estaremos aquí, y las labores no podrán ser supervisadas. Si algo sale mal, seremos culpables por no haber estado presentes. ¿Entiendes eso lindura?- le contesto mientras le pasan la mano por la barbilla. Gretta le dio un manotazo. Resopló haciendo que un mechón de cabello que se le había desaliñado se levantara un poco. Lo que a ojos de Woobin se vio demasiado sexy. Cruzo los brazos y le sostuvo la mirada sonriendo.
-Parece que no han podido mejorar su convivencia.- Les dijo Jihoo acercándose a ellos. Gretta suavizó su mirada.
-¿Necesitas ayuda?- le dijo enseguida.
-Estoy bien-, le dijo, y le acarició la cabeza. – Gracias por preocuparte. Y con respecto a lo que discutían, Woobin tiene razón. Es mejor que por hoy, se detengan las labores. No podemos darnos el lujo de que algo salga mal. Recuerda que debemos cumplir el contrato de Kun Hee. – Ella suspiro y cruzó los brazos mirando de reojo a Woobin que sonreía con suficiencia. Lo que hizo que ella volteara los ojos y resoplando de nuevo dijera: - voy por la camioneta, yo manejo- y salió dando grandes zancadas. Woobin la siguió con la mirada. Luego volteó hacia Jihoo.
-¿Cómo te sientes Bro?-
-Aún tengo mucho dolor. Pero estoy mejor. – luego mirándolo fijamente le dijo – Ella no es como una de tus conquistas. Es especial y única. Además, de que no está sola, aún me tiene a Mi.- Woobin sonrió al escucharlo.
-¡De eso ya me di cuenta! Es una Mujer excepcional. Y entiendo que quieras protegerla. Descuida, no haré nada que ella no quiera. –
Jandi llegó junto a ellos ya cambiada y después de haber dejado en orden la habitación.
-¡Estoy lista!-
-¡Pues vámonos!- dijo Woobin ayudando a Jihoo para que no hiciera mucho esfuerzo.
-¿Les avisaron a Gaul y Yi Young?- preguntó Jandi.
-Les dije en la mañana. La abuela Emma va a quedarse con ellos.- respondió Woobin.
-¡Entonces, todo está bien!- dijo ya más tranquila.
Junpyo se hallaba en la celda con la misma actitud con la que llegó. Cabizbajo y sin ninguna emoción. Era como un muerto en vida. Las paredes húmedas y malolientes le daban un aspecto todavía más deprimente.
-¡Gu Junpyo!- llamo el guardia. El apenas si levantó la mirada. Frente a él estaba su abogado. El guardia abrió la reja de la celda para que saliera, estaba esposado y arrastraba los pies. El abogado se acercó a él.
- No he contactado a nadie por petición suya, pero sería más fácil si usted accediera a hablar con alguien. La audiencia de Hoy puede ser contraproducente. Será cara a cara con la víctima. No puedo estar presente, pero estaré viéndolo por la cámara. No conteste nada que lo ponga contra las rejas. Si hay algo que no quiera contestar, solo guarde silencio y diga que lo dirá solo en mi presencia. – Junpyo solo escuchaba mientras avanzaba con dificultad.
Llegaron a un salón sin puertas ni ventanas, solo había una mesa con dos sillas, una frente a la otra y un gran espejo en la pared. Una de las sillas ya estaba ocupada. Solo podía ver su espalda, pero lo reconoció enseguida. Su caballera dorada era inconfundible aunque la trajera atada en una coleta. El guardia se alejó, dejándolo ahí de pie y cerrando la puerta detrás suyo. Siguió caminando hasta llegar a la silla vacía y se sentó frente a quien fuera su Mejor Amigo. Él lo miraba entre sorprendido y decepcionado. No podía soportar eso, así que solo bajo la cabeza para evitarlo. Detrás del espejo se encontraban los abogados de ambos, los policías y los tres acompañantes de Jihoo. Jandi los veía y sentía un dolor en su corazón. Ellos, que siempre se habían tratado como hermanos, ahora se encontraban frente a frente como enemigos. Podía sentir la angustia de Jihoo al ver a su amigo después de que intentó matarlo. Una vez más sintió esa sensación de culpa.
-Creo que Él lo perdonará, debería dejar que se hunda en la cárcel – hablo en voz alta Gretta. –
-Sé cómo te sientes, pero para nosotros que crecimos juntos, es difícil asimilar una situación así. Pero pienso que Junpyo necesita recapacitar y debe ser castigado por lo que hizo. Aunque coincido contigo, Jihoo siempre ha sido benevolente.-
Jandi no decía nada. Pero sabía que ambos tenían razón. Pensaba en cómo había amado al Hombre de cabello oscuro. Y ahora se le hacía un total desconocido. Sentía enojo hacia él por haber atentado contra el amor de su vida. Quería golpearlo y reclamarle, pero al mismo tiempo, le daba tristeza verlo así, derrotado, sin rastro de la arrogancia que lo caracterizaba. Sentía algo parecido a la lástima.
Jihoo miraba a Junpyo, que mantenía los ojos en cualquier parte menos en él. Las manos las mantenía sobre la mesa mostrando las brillantes esposas. Vestido con un overol naranja y una placa en su pecho con el número 781. Aún no concebía la idea de ver a quien hasta hace poco consideraba su hermano, en esa situación.
-¿Cómo está Yi Young?- pregunto aún sin verlo
-Recuperándose- Le contestó a secas. Luego ambos se quedaron en silencio.
-¿Vas a decir algo? No tengo mucho tiempo disponible Ermitaño- Jihoo no le quitaba la mirada de encima y eso lo ponía muy incómodo.
-Solo quiero saber… ¿Por qué lo hiciste?- Junpyo hizo una mueca y de repente hundió su cabeza entre las manos. Se agarraba el cabello con fuerza que parecía que se estaba lastimando.
-Quería… solo quería que desaparecieras. Estando tu, todo se volvía más complicado.- Jihoo apretó la mandíbula y sintió un escozor en los ojos.
-Entiendo lo difícil que es para ti aceptar la realidad. Yo te quité a la única mujer que has amado y me culpo por eso. Porque yo te orillé a hacer lo que hiciste. Tienes todo el derecho de odiarme.Y… lo que pasó, lo entiendo, y puedo decir que lo merezco. – Suspiró y luego volvió a hablar. – No voy a presentar cargos, mereces una segunda oportunidad, los dos merecemos una segunda oportunidad. Ojalá algún día volvamos a ser lo que éramos. El amor puede transformarnos, para bien o mal.
-¿Vas a dejarme ir? ¿No tienes miedo Ermitaño?-
-¿Te arrepientes? O Lo volverías a hacer. –
-Me arrepiento de que Yi Young haya salido herido en este embrollo. Pero.. si volviera a tener la oportunidad, volvería a dispararte. – le dijo mirándolo fríamente.- sólo que … si lo hago, Jandi va a odiarme de por vida, y no ganaría nada con ello. –
-¡No puedo creer lo que acaba de decir ese idiota!- dijo Gretta enojada. Woobin estaba estupefacto. Junpyo ya no era el amigo que conocía. Estaba lleno de odio y de rencor. Jandi sintió escalofríos al escucharlo. Jihoo aún no estaba a salvo. De repente sintió miedo.
Jihoo le sostuvo la mirada. – No creo que vuelvas a tener suerte la próxima vez. Si estoy siendo benevolente, es por la amistad que una vez tuvimos. Pero, eso se terminó desde el momento en que jalaste el gatillo. A diferencia de ti, no te odio, tu vida ahora para mi, es indiferente. – Junpyo mantenía la mandíbula apretada y lo miraba de una manera indescifrable.
-¿Crees que me interesa lo que sientas por mi?-
-¡No lo sé! En algún momento pensé que podríamos retomar nuestra amistad, pero ahora, no quiero que te cruces en mi camino o en el de cualquiera de las personas cercanas a mí y eso incluye a Jandi.-
-¿Y qué harás? ¿Vas a matarme?-
-No soy como tú. Pero créeme que preferirás no haberlo hecho –
-¿Es una amenaza, Ermitaño? ¿Olvidas que yo era líder de los F4?-
-Considéralo una advertencia. Y Si fuiste el Líder de los F4, fue porque te dejamos ser el Líder. No te sientas único e invencible.-
Ambos se miraban fijamente, un remolino de pensamientos cruzaban por sus mentes.
-Si en algún momento te lastimé – continúo Jihoo- o sentiste que traicioné nuestra amistad, considera mi deuda pagada. Ya no te debo nada. Vuelve a tu vida. Esta será la última vez que nos veamos. Porque ni tu estarás en mi vida, como yo tampoco estaré en la tuya. Adiós Junpyo. – dicho esto se puso de pie y fue hacia la puerta de salida. Le abrieron los guardias y sin mirar atrás, salió de allí. Dejando a Junpyo con la mirada fija hacia el lugar donde él estuvo sentado. Una lágrima salió de los ojos del ExLider de los F4. Y otras más siguieron sin que pudiera detenerlas. Había querido pedir perdón, pero su orgullo no lo permitió. Y ahora, era demasiado tarde.
Durante el trayecto a la Viña, nadie le preguntó ni le comentó nada a Jihoo. Estuvieron en silencio para dejar que viviera su duelo. Sabían que para él había sido difícil el momento que vivió con Junpyo. Woobin lo entendía perfectamente porque él se sentía igual. Junpyo era parte importante de sus vidas, pero para Jihoo era esencial. El no solo había perdido a un amigo, había perdido a su hermano,a alguien que consideraba su familia. Bajaron del vehículo y entraron a la casona. Jihoo fue recibido por la abuela Emma con su característico delantal.
-¡Hola mi Niño! Al fin volviste. – y dirigiéndose a todos les aviso. - La comida está servida, lávense las manos y vengan a la mesa que se enfría!- Todos sonrieron en agradecimiento y obedecieron la orden de la anciana. Luego dirigiéndose a Jihoo le dijo en voz queda; - Te prepare tu Pastel de Moras, puedes comerlo a la hora que gustes.- Jihoo sonrió de medio lado y le dijo un débil- ¡Gracias!- Ella le bajo la cabeza hasta su altura y le dio un beso en la coronilla.
-¡Mi Niño! No estás solo. Siempre puedes contar con nosotros.- seguido de sus palabras lo abrazó. Jihoo dejó caer las lágrimas que había estado conteniendo. Perder a Junpyo había sido lo más doloroso que había experimentado, pero los brazos de la anciana lo estaban reconfortando sobremanera, se sentía querido y cobijado. Agradecía a la vida haberse encontrado con estas personas. Ahora sabía que el hecho de que él llegara a esa Viña había sido estrategia de Junpyo para alejarlo de Jandi. Tenía que agradecerle que su egoísmo había hecho que el encontrara una nueva familia. Su vida en ese pueblo lo había hecho renacer y le dio la fortaleza necesaria para seguir adelante y no decaer. Encontrar a Gretta y a la abuela Emma fue la mejor recompensa que pudo recibir. Los brazos de la anciana le dieron calidez a su corazón, lo que lo ayudaría a sanar este episodio.
-¡Gracias abuela!- le dijo. Ella sacó del delantal una toalla y comenzó a secarle las lagrimas.
-¡Ya no llores! Se te van a hinchar esos ojos tan bonitos que tienes. ¡Anda! Lávate las manos y ven a comer. Prepare Pasta. Se que te gusta mucho.
-¡Esta bien abuela! - Y dándole un beso en la frente se retiró para hacer lo que ella le había pedido.
Jandi junto con Gretta y Woobin, miraba la escena con lágrimas en los ojos. Cuánto necesitaba ese abrazo Jihoo. La Vida le había arrebatado a todos sus seres queridos y el odio le había quitado a quien consideraba su hermano. Pero estas personas, lo estaban acobijando y le estaban dando lo que él necesitaba. El amor y el apoyo de una familia.
Gretta volteó hacia donde estaba Woobin y vio que se limpiaba una lágrima.
-¿Estas llorando?- le preguntó, pues nunca pensó que el chico despreocupado e insolente, fuera tan sensible.
- ¿Cómo crees lindura? Es que una basura se me metió en el ojo. Ella no le creyó y en cambio sonrió por su respuesta. Luego cambiando de nuevo a su característico modo conquistador le dijo, - ¿Te preocupa? Entonces no soy tan indiferente ¿eh? ¿Quieres darme un abrazo?- le dijo extendiendo los brazos. Gretta resoplo y volteó los ojos.
-¡ash! Ni siquiera lo pienses. Dijo y se alejó de él.- lo que provocó la risa de Woobin. Jandi se acercó a él ya más relajada.
- Creo que no será fácil para ti. – le dijo dándole unas palmadas en la espalda. – Recuerda que ella no es como las mujeres que sueles conquistar-
-¡Lo se! -Dijo Woobin. Y eso precisamente es lo que más me tiene loco. Jandi sonrió. Ojalá su amigo lograra encontrar el amor por fin, pero la tenía muy difícil debido a que escogió una Mujer que no cedería tan fácil a sus encantos, además de que ella aún seguía enamorada de Jihoo. Pero tal vez, con el tiempo podría, doblegar su corazón.
Al fin se sentaron todos a la mesa. Los acompañaban la abuela Emma, Lorenzo y para sorpresa de todos Gaul y Yi Young que al fin podía ponerse en pie. Jihoo al verlos a todos se sintió realmente feliz . Todas las personas que eran importantes para él estaban juntas en un solo lugar y agradeció a la vida por ello. No pudo evitar tomar la palabra y dirigirse a ellos.
-Quiero decirles, que me siento muy honrado por el apoyo que he recibido de cada uno de ustedes. Como todos saben, perdí a todo mi parentesco, pero aunque no compartamos lazos sanguíneos, ustedes son mi familia ahora y siempre estaré cada vez que me necesiten. No puedo sentirme mas feliz y reconfortado de tenerles aquí conmigo y al amor de mi vida, dijo volteando la mirada hacia Jandi, me siento muy bendecido. Hoy fue el último día de ver caras largas. A partir de hoy, dejemos la tristeza y los malos momentos atrás. Empecemos a mirar hacia un futuro lleno de nuevas metas e ilusiones. Seamos felices y vivamos un día a la vez. - y levantando su copa e invitando a todos a hacer lo mismo, pronunció, -¡Salud!- todos respondieron- ¡Salud!-
Después la mesa se llenó de aplausos y risas. El ambiente se volvió más agradable y todos convivían con gran algarabía.
Jihoo se retiró primero pues se sentía cansado y tenía dolor en el abdomen. Se despidió de todos, no sin antes agradecer a la abuela Emma por la comida. Jandi lo acompañó a su recámara para ayudarlo. Entraron en la habitación y ella lo recostó en la cama. Le quito la camisa y reviso el vendaje.
-¡Voy por tu medicina!- le dijo y regresó con un vaso de agua y unas pastillas. Lo ayudó a sentarse acomodándole unas almohadas.
-¡Toma!- le ofreció extendiendo la mano para que él las tomara. Jihoo obedeció.
-¡Gracias!- Ella iba a levantarse pero Él le tomó la mano.
-¡No te vayas! ¡Quédate conmigo!- le pidió. Ella sonrió y dejó el vaso en la mesita de noche. Él le hizo espacio y ella se acomodó con él en la cama, quedando de frente. Ella le quito el cabello rebelde que le cubría el ojo derecho. Y el cerró los ojos al sentir el contacto.
-¡No sabes las veces que desee besarte cuando dormíamos así en la época de la Universidad!- le dijo él abriendo los ojos y acariciando su rostro. Ella se acercó y lo beso tiernamente.
-¡Yo también lo deseaba! Pero sentía que no estaba bien y que podías rechazarme. El sonrió.
-Es bueno saber que ya puedo hacerlo libremente. - Y la acercó a él tomándola de la nuca para besarla más profundamente.
-¡Te amo! Jandi.- le dijo cuando se separaron y mirándola a los ojos.
-¡Yo también te amo, mi Alma Gemela!
Y se abrazaron sabiendo que les esperaba una vida juntos, sin ataduras y sin remordimientos. Al fin su amor era libre y solo quedaba disfrutarse mutuamente. La vida les había quitado cosas y personas amadas, pero les había recompensado con otras mejores. Aún quedaban cosas por resolver, sobre todo porque cada uno había hecho su vida en lugares diferentes, pero en estos momentos, solo podían regocijarse de la Mutua compañía. Ya tendrían tiempo de arreglar las cosas. Lo que importaba ahora, era que al fin estaban juntos. Como siempre debió haber sido desde el principio. Ellos se pertenecían desde el momento en que se encontraron por primera vez en ese camino de árboles, pues sus almas se conectaron en ese preciso momento en que sus miradas se cruzaron. Una conexión que nunca se rompió, a pesar de los altibajos que les presentó la vida. Ellos eran Uno solo. Y siempre Fue así.
Fin
