Capítulo 40: Escape
*** Rin ***
Había algo dentro de mi cabeza que me hacía doler, la voz de este hombre era como un fuerte golpe, pero aun así por más esfuerzo que hiciera no podía recordarlo. Era como si un miedo fuera creciendo poco a poco, hasta dejar mi mente hundida en una profunda oscuridad y aunque yo quisiera tratar de ver aunque sea un poco de luz, la voz de este hombre se hacia cargo de que eso nunca pasara.
Cuando nos regresaron a la habitación solo había silencio entre nosotras, yo estaba tratando de luchar con aquella oscuridad y Kagome parecía estar en shock después de que vio aquel hombre. No sabía bien si acercarme a ella o que debería de decirle, mi cabeza no dejaba de doler, norma Kagome era la fuerte y verla en ese estado me hacía mismo sentir que no había ni una pizca de esperanza y por lo tenía mucho miedo de hacerle preguntas.
El tiempo paso, no tengo idea si fueron minutos o horas, pero mi mente estuvo de vuelta cuando escucho los sollozos de Kagome, se había acostado en la cama y su cuerpo temblaba, tanto por los espasmos como por el miedo. Así que a pesar de que yo también me encontré de la misma manera, me acerque a ella y lo único que se me ocurrió fue abrazarla.
-Lo siento tanto- dijo entre sollozos- todo esto es mi culpa…es mi culpa…mi culpa- su cuerpo no dejaba de temblar y yo lo único que podía hacer era abrazarla más fuerte. Ella me tomo de la mano y no me soltó hasta que se quedó dormida, la verdad no se si dejo de llorar en algún momento o simplemente había caído rendida por todo lo que había pasado. Yo me desperté cuando escuché la puerta abrirse y rápidamente me enderece, de alguna manera me puse en frente de Kagome en un intento algo ridículo de protegerla, ya que sabía que nunca podría hacer algo en contra de ellos.
-Vaya que si quedo noqueada- el hombre que entro era uno de los que nos secuestró, era el mismo hombre que había aparecido atrás de Kagome- no me hagas pasar por lo mismo que tu amiga, por favor- no tenía idea de a que se refería, pero aun así no me quite de donde estaba, el hombre soltó un pesado suspiro y después levanto el maletín- Soy Suikotsu y gracias a mi tu cabeza ya no sangra, ¿contenta?- se me había olvidado el golpe de mi cabeza , tal vez por eso eran los terribles dolores. Me quedé observándolo unos momentos mas y después vi a Kagome, ella aún se encontró profundamente dormida- tengo que checarlas, ¿me dejaras hacerlo?- tenía muchas dudas y el miedo aún se perdió en mi cuerpo, aun así quise confiar en este hombre y asentí mientras me levantaba de la cama. Suikotsu sonrió y se acercó hasta donde estaba Kagome, la acomodo boca arriba y me sorprendió que ella no se despertara- este golpe ya se ha hinchado, le dije que su piel era delicada- lo decía como si estuviera preocupado por ella. Saco una pomada del maletín y comenzó a aplicarla en la mejilla de Kagome- Entonces era cierto cuando dijeron que no hablaron- me estremecí y tuve que luchar demasiado contra el miedo, de alguna manera detestaba verme así de débil, mucho más en esta situación en la que Kagome se encontraba inconsciente.
-Solo lo hago cuando es necesario- mi voz salió casi como un susurro, pero para mí fortuna al menos se entendía y no había ninguna distorsión en ella.
-Espero y sepas mantenerte llamada cuando sea necesario o terminaras como Kagome- sabía que eso no me lo había dicho para asustarme, podía darme cuenta por su tono de preocupación. ¿Este era el mismo hombre que nos había secuestrado?
-¿Por qué no despierta?- sabía que no estaba dormida, después de tanto movimiento lo normal era que despertara, definitivamente se encontró desmayada, tal vez el golpe de su cabeza había sido muy duro. Tal vez ya no va a despertar. ¿Y si no lo hace? ¿Qué va a pasar con Kagome? El pánico estaba empezando a apoderarse de mi cuando sentí un pequeño pinchazo en mi dedo.
-De nada sirve que entre en pánico. Ella despierta en unas horas, solo se encuentra en estado de shock- lleve mi dedo a mi boca, estaba claro que lo había hecho para sacarme de mis pensamientos. Volvió a soltar un pesado suspiro y después me volteo a ver- ahora sigues tú, al menos no fuiste golpeada- me hizo sentarme en la cama y checo con cuidado mi herida- ¿Has presentado dolores de cabeza?- yo asentí y tomo una jeringa de su maletin para despues llenarla de un liquido
-¿Qué es?- después de todo lo que me había pasado ya no confiaba en ningún medicamento, al menos que me dijeran que era. Antes de contestar vi una pequeña sonrisa asomarse por su rostro
-Es solo paracetamol, al menos que quieras seguir con el dolor de cabeza, ¿eso quieres?- la verdad era que me dolía mucho, así que estaba segura de no poder soportar más tiempo, si lo que quería era cuidar de Kagome, no podría seguir teniendo este dolor. Asi que lo deje que me inyecte.
-¿Acaso te piden que no trate así?- vi un poco de confusión en su rostro, como si no comprendiera del todo mi pregunta- parece como si te preocuparas por nuestra salud- se arrugo un poco su frente para después agitar su cabeza, como si estuviera despejando algo.
-Te daré un solo consejo, Rin, si en verdad quieres que Kagome reciba el menor daño posible, has todo lo que te pidan- guardo las cosas en el maletín mientras que yo sentí un pequeño escalofrió recorrer mi columna
-¿De qué hablas?
-En unas horas vendrán a buscarte, no te resistas- me señalo a Kagome- hazlo por ella, protegerte y eso solo le causara dolor, ¿entendiste?- me quede observándola y supe exactamente a lo que se refería, así que solo asentí - en la mesa deje unos emparedada dos, has que coma- sin decir más se fue dejándonos de nuevas solas en la habitación.
Algo me decía que no era del todo malo, aunque no podía olvidar el hecho de que por él y los demás hombres estamos aquí. Aun así, se veía preocupado por Kagome, hasta podría arriesgarme a decir que sentía cierto cariño por ella, no tengo idea de si eso era algo positivo, pero, es lo poco que pude percibir de él. Comí un poco, ya que al estar en esta situación mi cuerpo no toleraba la comida, casi tuve que obligarlo diciéndome una y otra vez que era necesario, cuando sintiera que no había esperanzas, no podía darme por vencida. No podía hacerlo. Rato después Kagome se despertó y tal como había comentado Suikotsu su mejilla se veía enorme, aun con la crema que le había puesto la hinchazón no había dejado del todo.
-Tienes que comer Kagome- en cuanto se había asegurado de que estuviera bien, sus ojos se habían vuelto vacíos, definitivamente se encontró aun en shock y estaba segura de que no hacía nada para salir de ahí. Aun así, acerqué la comida y le puse el emparedado en la mano, ella lo sujeto pero seguía viendo al vacío- por favor, come un poco- me puse en su campo de visión y por unos breves segundos quiso regresar a la normalidad aunque inmediatamente unas cuantas lagrimas rodaron por sus mejillas.
-Lo siento tanto Rin- fue lo único que dijo mientras que comenzaba a hundirse de nuevo, en un intento de que no lo hizo la abrace.
-No lo hagas, tenemos que mantenernos fuertes Kagome, solo pensamos en cómo sobrevivir a esto, por favor- yo no era fuerte, desde siempre había sido chillona, frágil, tímida y hasta podría decirse que torpe. Pero ahora tenía que tratar de soportar por ella, ya que si Kagome se daba por vencida yo no sabría qué hacer, no quería perder las esperanzas de salir de aquí- hazlo por mí, ¿quieres? Mantente aquí conmigo- de pronto sentí como me regresaba el abrazo y me apretaba con fuerza.
-Lo hare- me separe de ella y limpie sus lágrimas- voy a comer- le dedique una sonrisa y ella trato de hacer lo mismo, pero aun con todo su esfuerzo solo sus ojos fueron los que se relajaron un poco.
-Ahorita me vendrán a buscar- había pasado unos minutos desde que ella comenzó a comer, tenía muchas dudas si debería de decirle o no, pero, si quería evitar más dolor para ella tenía que decirle las cosas. Me volteo a ver en seguida con un pánico evidente, yo tomé su mano y pude notar que temblaba- Si no queremos más problemas tenemos que hacer caso, tu mismo lo dijiste
-Pero él…- su mirada se oscureció y yo aprete su mano para que volteara a verme
-Voy a estar bien, solo tengo que hacer caso y si nos oponemos solo resultaremos más heridas Kagome- su mejilla había comenzado a ponerse morada y yo muy adentro de mi tenía mucho miedo, tal vez la próxima vez no sería solo la mejilla.
-Está bien- su cuerpo se había relajado un poco, aunque aún se podía notar que estaba alerta a cualquier cosa. ¿De qué otra manera estaría nuestro cuerpo en estas circunstancias?- ¿De dónde lo conoces?- su pregunta me tomo por sorpresa- A Naraku, ¿de dónde lo conoces?- sentí una enorme punzada en mi cabeza al escuchar ese nombre y sentí como si mi mente de nuevo fuera tragada por aquella oscuridad
-Yo…- en ese momento la puerta se abrió y las dos nos sorprendimos al mismo tiempo que nos poníamos a la defensiva.
-Rin, muévete, que el señor quiere verte- a pesar de saber que esto iba a pasar no pude evitar sentir un escalofrió que me recorría todo el cuerpo. Tenía mucho miedo, ya que no tenía idea de que era lo que me iba a pasar, pero aun así caminé hacia la puerta, de pronto sentí la mano de Kagome en mi brazo.
-Voy a estar bien Kagome- no tenía idea de donde habían salido esas palabras, mi cuerpo entero me decía que era una mala idea, me decía que me quedara aquí con Kagome, que no me alejara de su lado. Que a su lado era el unico lugar que iba a estar a salvo.
-¡Vamos muévete!- el hombre se acercó a nosotras y estuvo a punto de jalar a Kagome, pero yo me interpuse
-Eso hare… eso hare, así que por favor, no le hagas nada- aunque mi voz salía con más naturalidad todo el resto de mi cuerpo temblaba y tenía muchas ganas de llorar. Como pude bastante la mano de Kagome y comencé a caminar hacia la puerta.
El hombre me escolto hasta la habitación a la que habíamos ido antes, donde se encontró Naraku. Esperamos unos segundos mientras abrían la puerta y mi miedo lo único que hacía era ir creciendo más y más. Cuando la puerta se abrió el hombre prácticamente me empujo para que entrara y yo estuve a punto de caerme al suelo. Cuando levante la vista estaba ahí Naraku, solo estábamos él y yo en la sala. Me observaba sentado desde uno de los sillones mientras que mi mente comenzaba a entrar en pánico de nuevo.
-No temas querida, solo quiero hablar- la voz de Naraku golpeó mi cabeza y de nuevo sentí un fuerte dolor- ven y siéntate- a pesar del dolor hice caso y me senté con miedo en uno de los sillones más alejados de él- ¿ Quieres algo de tomar?- yo negué con la cabeza y él se levantó a servirse un trago para después volver a sentarse en el mismo sillón de antes- Veras Rin, entendiendo que de alguna manera nosotros nunca hemos hablado oficialmente, pero, tú y yo tenemos una larga historia ¿sabes?- de nuevo sentí un escalofrió a través de todo mi cuerpo
-¿De dónde me conoce?- desde que habíamos sido secuestradas sentimos que la única manera de seguir con vida era usando mi voz, aun cuando saliera de esta manera.
-Creo que la manera más fácil de decir esto es que tu sepas quien es mi hija- ¿Su hija?- Kagura- al mencionar ese nombre mi estomago se revolvió y bastaron unos segundos para entenderlo todo
-¿Hace esto por el compromiso? ¿Por Sesshomaru?- vi la cara seria de Naraku cambiar por una carcajada y yo volví a estremecerme
-Lo siento, lo siento. ¿No crees que suena muy tonto todo esto? Hacer todo esto solo por un compromiso, eso sí es de risa- Naraku le tomo a su bebida y yo no estaba entendiendo nada- No Rin, yo no haría esto por mi hija y mucho menos por el compromiso con la familia Taisho
-¿Entonces por qué?- él se quedó viendo unos momentos el líquido de su vaso como si estuviera analizando lo que fuera a decir.
-Yo siempre termino mis trabajos Rin- de nuevo sentí los escalofríos recorrer mi columna y luego el dolor en mi cabeza- Siempre he hecho esta clase de trabajos, al principio no tenía el poder que actualmente tengo, eso lo debo de admitir- volvió a tomarle a su bebida mientras que yo esperaba algo nervioso lo que seguía- Siempre aspiraba en tener todo esto, pero para llegar aquí tuve que hacer muchas cosas. Alianzas, mas bien. Pero debo de serte sincero, jamás pensé que mi alianza con Irasue Taisho duraría tantos años- sentí un nudo en la garganta antes de hablar.
-¿Irasue? ¿Te refieres a la mamá de Sesshomaru?- De nuevo note una sonrisa de satisfacción en su rostro
-No recuerdo la cantidad de trabajos que he hecho en su nombre. Hasta criar al hijo bastardo de Inu No Taisho- Inuyasha contaba muy pocas veces algo referente a su crianza, de hecho la mayoría de las cosas las sabia por Sesshomaru, entonces él era el hombre al que había llevado a Inuyasha cuando aún estaba pequeño.
-¿Entonces estoy aquí por ella?
-Si…y no- este hombre era demasío extraño parecía que todo el tiempo hablaba con acertijos, como si yo fuera a entender a que se refería. Me imagino que se dio cuenta de eso porque continúo hablando- Yo ya no trabajo para ella, desde que su querido hijo Sesshomaru rompió el compromiso con mi hija Kagura, nuestra asociación quedo terminada- ¿Cancelo la boda?- ¿No lo sabias? Pues vaya, creo que acabo de darte una buena noticia ¿cierto?- en estas circunstancias eso era lo que menos importaba, aun cuando me interesara saberlo, solo podía pensar en cómo salir de aquí o cual era el futuro que nos esperaba a Kagome ya mi- Ya tendrás tiempo para celebrarlo, antes me había preguntado si estabas aquí por ella y para eso tendría que responderte con uno de mis primeros trabajos- se levantó de nuevo,
Veras, Irasue siempre ha sido una mujer algo… ¿Paranoica? Creo que esa es la palabra que mas se le acomoda en estos momentos. Cuando recién nos conocimos, recuerdo que me contrato para investigar a su esposo, al principio creí que solo era una mujer más, una esposa rica desesperada por un poco de atención de su esposo. Los primeros meses fueron aburridos, Inu No Taisho era una persona correcta y honesta, solo trabajaba día y noche sin descanso. Nada fuera de lo normal.
Estaba a punto de dejar la investigacion, no habia nada. Pero entonces fue donde apareció aquel hombre, ¿Cómo se llamó?- se quedó pensando unos momentos y yo sentí que de alguna manera mi corazón comenzaba a latir con más insistencia- Era algo como "Yo"… ¿Yoshio?- en el momento en el que escuché su nombre mi cabeza comenzó a dolerme demasiado y no pude evitar mostrar una cara de dolor- Era la mano derecha de Inu No Taisho ¿Lo recuerdas Rin?- las lágrimas comenzaron a salir mientras que yo capturé de todas esas imágenes. Aunque no pude lograrlo, su cara gentil, su sonrisa y su voz dulce resonaban en mi cabeza. Se transportó de mi padre- En cuanto lo vi me di cuenta de que él era la clave de todo. Si en realidad Taisho estaba escondiendo un amorío él lo tenía que saber,
-¿Qué les hiciste?- de nuevo mostro una sonrisa con todos los dientes, definitivamente el maldito estaba disfrutando cada segundo de esto.
-No Rin, no me arruines todo. Mejor te diré que fue lo que encontré… no fue nada más ni nada menos que Izayoi y su pequeño hijo Inuyasha, después de meses por fin los había encontrado, por fin tenía una prueba clara de que Taisho tenia otra vida. Así que fui directamente a informarlo a Irasue, pensé que hasta ahí llegaría mi trabajo, primer gran error de mi parte- al menos al enfocarme en su voz podía disipar un poco los dolores- Obviamente Irasue se volvió loca y lo siguiente que me pidió fue deshacerme de ellos, no estaba en contra del asesinato pero… creo que podrás entenderme que nunca es fácil hacerlo-estaba loco, definitivamente este hombre estaba loco.
Aun así, necesitaba el dinero, así que reuní a unos cuantos hombres y fuimos a la casa donde los había visto. Segundo gran error- No quería escuchar lo siguiente, no quería hacerlo. Trate de levantarme pero Naraku me detuvo de los hombros para que no lo hiciera- ¿Sabes lo que pasa cuando cometes un asesinato Rin? Tienes que huir, esconderte, pensar en tu siguiente paso. Ahora imagínate que pasa cuando te das cuenta de que a las personas que asesinaste no eran las indicadas- mi mente estaba comenzando a ponerse en blanco y sentí que en cualquier momento todo se pararía- Esa casa, Inu No Taisho se la había prestado a Yoshio y su familia vivía ahí, recuerdo que intento detenernos. Pero lo supimos al instante, si los dejábamos vivos ellos hablarían y seria cuestión de tiempo para que ella cayera y después seguiría yo. No podía permitirlo.
-No más… por favor- mi voz salía casi como un susurro y ya ni podía ver su rostro, todo estaba empezando un verso borroso
-Cuando matamos a todos, jamás me imaginé que una pequeña niña se escondiera en un closet, créeme que pensé en ir a terminar el trabajo, pero después vi en las noticias de que la niña no recordaba nada, ni siquiera podía hablar ¿No crees que eso fue demasiada suerte? Aun así jamás olvide que fuiste un trabajo que no termine y cuando apareciste en la vida de Sesshomaru, pensé que había sido el destino
-Por favor- quería irme de ahí, quería escapar. No podía pensar, no podía sentir, no había nada más que dolor y que la sensación de vacío que iba creciendo más y más.
-Aunque debo de agradecerte Rin, gracias a ti Sesshomaru desistió de casarse con Kagura y por fin puedo ser libre- soltó una carcajada- Tal vez no deba decirte esto, pero, tómalo como un regalo de mi parte- sentí donde se acercó hasta mi oído y yo no dejaba de temblar- fue fácil traspasar la seguridad de Sesshomaru y cambiar esas pastillas- yo voltee a verlo rápidamente- Que fácil ha sido engañarte pequeña, la verdad pensaba matarte con eso, pero debo de admitir que ahora me estoy divirtiendo más - de nuevo quise levantarme pero no me había dado cuenta de que habían entrado a la habitación y rápidamente fui detenida de los brazos- Solo recuerda esto Rin- dijo antes de que me llevaran afuera de la habitación- Kagome será mía y tu formaras parte de un simple recuerdo en la vida de Sesshomaru. Los Taisho pagaran por cada segundo de mi vida perdida.
Cuando llegue a la habitación donde se encontró Kagome me deje caer en el suelo y comencé a llorar tendidamente. Llore tan fuerte que sentí raspar mi garganta, ni siquiera me d cuenta de cuando Kagome estaba tratando de tranquilizarme. Lo único que tenía en mi mente eran mis padres, mi hermano y Sesshomaru. En todas aquellas personas que habian perdido y que ahora si estaba segura de que no volveria a ver nunca mas. También había mucho enojo y frustración, de cómo caímos en la trampa de él, como desde un principio estaba detrás de nosotros viendo en qué momento iba a ser más probable atacar.
Cuando por fin estaba más tranquila como para poder hablar le conté todo a Kagome, cada parte de la plática con Naraku, bueno, no le conté lo último que me dijo. Ella estaba ya lo suficientemente asustada como para aumentarlo con esas palabras inútiles. Aun así estoy seguro de que esas palabras ella mismas las esperaban, ya que poco a poco fue perdiendo el brillo. Aun así en un absurdo intento estamos las dos tratando de reconfortar a la otra. Aun cuando no hubiera ninguna esperanza.
Pasaron semanas, no sé bien cuantas, tal vez ya llevábamos más del mes con ellos. Aun cuando nos alimentaran y perdierann de algún modo vivas, la verdad era que con más días que pasábamos aquí íbamos perdiendo más y más brillo.
Algo que si había notado era que cada ciertos días nos cambiaban de lugar, nunca nos dejaban ver a donde íbamos, pero, pareciera que no querían quedarse por mucho tiempo ya que podrían encontrarnos, todo eso solo hacía que perdiéramos poco a poco las esperanzas.
Lo peor de todo esto era Kagome, los últimos días apenas y habló. Naraku la mandaba a hablar de vez en cuando, ella nunca platicaba lo que le hacía, pero siempre volvía con golpes nuevos, en algunas ocasiones escuchaba a Suikotsu regañarla diciéndole que simplemente hizo lo que le pedían, cuando intente preguntarle ella no dijo nada simplemente sonrió y se recostó. Yo de alguna manera quería mantenerme fuerte por ella, pero la verdad todos los días me carcomía el miedo de ser yo a la que Naraku llamara, aun así a pesar de todos estos días no lo ha vuelto hacer, pareciera que era más interesante lo que quería obtener de Kagome o tal vez se divertía martirizándome. Aun así no podía evitar preocuparme por Kagome, ella cada vez se veía más muerta, simplemente se estaba dejando morir,
Yo cada vez estaba más preocupada por ella me había quedado a su lado tomándole de la mano ya que ella se encontraba dormida.
-Por favor Kagome, no me dejes aquí sola… por favor no lo hagas- me recargue en su brazo y no me di cuenta cuando me quede dormida.
***Kagome***
Cuando desperté sentí lo mismo que había estado sintiendo desde hace unos días, un enorme vacío. He leído y escuchado que los momentos antes de tu muerte pasa toda tu vida en frente de ti, en un intento por notar todo aquello bueno y malo que hiciste. Una última oportunidad de hacer las paces con tu pasado y poder pasar pacíficamente al otro lado. Pues, desde que había llegado aquí ese momento se repite una y otra vez a tal grado de llevarse todas mis energías. Cuando voltee a ver porque sentí mi brazo tan pesado me di cuenta de que Rin estaba profundamente dormida sujetando mi brazo, me enderece un poco y cuando estaba quitando mi brazo note como en sus ojos había lágrimas.
-No te ha querido soltar- voltee hacia el origen de la voz, era Suikotsu ya me había acostumbrado a su presencia, casi siempre estaba aquí- ¿Piensas seguir preocupándola?
-No hay nada más que hacer, él no obtendrá lo que quiere. Así que lo único que queda es que él lo termino o me deje terminarlo a mi- Vi una cara de molestia en Suikotsu, la misma cara que hacía últimamente cuando hablaba conmigo
-Entonces… ¿Piensas dejarla sola?- me señalo a Rin y yo sentí un dolor en el pecho, ella era el único motivo por el cual yo seguía aquí. Aun cuando sufriera por el dolor físico y mental al que me sometía Naraku, ella seguía siendo ese único rayito de luz.
-Quiero que me ayudes Suikotsu- en cuanto escucho mis palabras hizo un gesto de negación, ya estaba preparado para esa respuesta- sé que nos van a cambiar pronto, el mismo Naraku me lo dijo. Así que quiero que la ayudes a escapar-me quito el suero de la mano y sentí un ligero ardor, de haber estado con más humor me hubiera dado risa que algo tan simple me causara molestia cuando había golpes aún más graves en mi cuerpo.
-No lo hare Kagome- comenzó a recoger todo- no puedo ir en contra de las decisiones de mi hermano
-Se que no quieres hacernos daño y también sé que no podrás irme de aquí aunque quiera. Pero, Suikotsu, podemos hacer algo por ella- se quedó observándome un momento, tal vez se detuvo en los morados de mi rostro, en como de alguna manera estaba mostrando señales de seguir aquí.
-No tienes idea de lo que puede pasar si ella escapa- claro que la tenía, pero, ya no había nada que pudiera perder
-Hazlo ver como que fue idea mía, solo dale una oportunidad Suikotsu, por favor- tomo una crema y puso un poco en mi cara
-Tendrás que actuar rápidamente y si pierdes esta oportunidad no volverán a tener otra- sin más tomo sus cosas y se fue de la habitación.
Este sería mi último intento, al menos quería que Rin se salvara. Ella merecía salir de aquí, ella merece vivir.
*** Rin ***
Unos días después nos avisaron que nos moverían, así que ayudarían a Kagome a ponerse el antifaz, ya que ella tenía lastimado un brazo o más bien, no podía levantarlo bien sin sentir dolor. Suikotsu nos aseguró que no era una fractura, pero si un tendón el que había sido lesionado, de nuevo me quede con la duda de no saber qué fue lo que ocasiono esa lesión, pero la verdad, no era tan difícil de imaginarme. Yo tenía golpes leves, algunas ocasiones tomaron de evitar que se llevaran a Kagome y los morados, a pesar de ser pocos, aun así se encontraron en mi cuerpo.
El tiempo que hacíamos hacia la nueva ubicación casi siempre era el mismo, no nos deteníamos en ningún lado. Pero ahora fue diferente, cuando estábamos a mitad del camino el carro se detuvo en seco y tuve que sostener a Kagome para que no se golpeara, escuche una puerta abrirse y después otra.
-Rápido Rin, no tenemos mucho tiempo- escucha que me dijo Kagome. Quité el antifaz de mi cara y tuve que acostumbrarme unos segundos a la luz
-¿Qué?- Kagome me tomo del brazo y me empujó para que saliera por la puerta abierta
-Tienes que apresurarte Rin, ellos vendrán rápido- volvió a empujarme, a la vez que me dejaba un papel en mi mano y yo sin saber bien lo que estaba pasando salí del carro, volteé para ayudarla a salir pero ella siguió en su lugar
-Kagome, vamos- ella negó con la cabeza y vi unas lagrimas por sus ojos- pero
-Solo te retrasare Rin, así que vete, rápido- trate de regresar pero ella rápido cerró la puerta- ¡Vete Rin!- trate de abrir la puerta pero no pude y comencé a ver hacia la calle a lo lejos vi unos carros acercándose
-Volveré por ti Kagome, te lo prometo- fue lo último que le dije antes de empezar a correr.
Corrí y corri hasta que sentí el aire dejar mi cuerpo, mis piernas temblaban y mis oídos no escuchaban más que mi corazón acelerado. Cuando me sentí lo suficientemente lejos me detuve y dejé que el aire volviera, para después comenzar a ver el lugar en el que estaba. Era una calle donde había distintas viviendas y de pronto vi el nombre de una de las calles.
-Estoy en corea- solté como un suspiro, todo este tiempo estuvimos en corea. ¿Por qué no me había dado cuenta? Si los había escuchado hablar el idioma, pero jamás pensé que siguiéramos aquí. Tenía que pensar rápido y pedir ayuda, tenía que ayudar a Kagome.
Me dirigí a la única dirección que mi mente pudo pensar, lo único que ocupaba mi mente era el rostro de Kagome, en que tal vez pude haberla traído conmigo, aunque la estuviera arrastrando. No podía imaginarme lo que le haría por haberme escapado, tal vez solo era cuestión de horas para que siguiera con vida.
Cuando toque el timbre de la enorme casa sentí como una eternidad en que alguien abriera la puerta y cuando por fin lo hicieron lo primero que observe fue aquellos ojos dorados mirarme con una mezcla de asombro y dolor.
-Rin- mis piernas comenzaron a fallar, tal vez mi cuerpo había usado lo último de energía en llegar aquí, así que no se bien si fui yo la que se lanzó a sus brazos o él me tomo de la manera que ya lo había hecho antes.
-Tienen que salvarla, por favor- le dije a Sesshomaru entre sollozos- por favor… sálvenla- fue lo último que recuerdo decir antes de que la negrura me tragara por completo…
***Notas de autor***
Se que este capítulo es un poquito más largo de lo normal y que además es un poco fuerte… lo que es este capítulo y los próximos dos estarán llenos de dramas, dolor y sufrimiento uu es el momento más crítico de esta historia así que seamos fuertes .
Cuando estaba comenzando a escribir el capítulo, llegue a un acuerdo conmigo jaja estaré actualizando mínimo una vez al mes, al menos puedo asegurar que eso pase. Espero tener tiempo para poder actualizar más, pero por si las dudas, al menos les tendré un capítulo al mes.
¡Estaré como siempre atenta a sus comentarios y espero leernos pronto!
Saludos :*
