¡Hola! Estas historias, a mi parecer no ameritan una historia larga, así que las subiré aquí. Adoro a la pareja, pero también el YohxAnna, sin embargo me concentraré en Haox Anna
Anna
Song-fig
Música: Luis miguel - te desean
Hao y Anna
La mujer caminaba balanceando sus caderas, hipnotizando con su sensual andar. Cada hombre volteaba a verla, seguramente observando su hermosa figura. Podía saber lo que pensaban ¿y quién no? Seguro deseaban tocarla, aunque sea una noche, tocarla como solo ella lo merecía.
Te desean...
Claro que sí, que te desean
como yo te deseaba
antes de que mía fueras
Te desean...
Esos hombres que la veían embobados, perdiéndose en sus piernas, en su generosa delantera, y babeando por ella. Le daban lástima. Esa mujer no era para ninguno.
Te desean...
Claro que sí, que te desean
quieren invadir tu cuerpo
como invade el sol la tierra
Te desean...
—Esa mujer es preciosa—dijo un hombre. Ese sujeto estaba con otros dos más, mirando fascinado aquella criatura que paseaba por la playa.
—Quiero una noche con ella— declaró otro. Mordió sus labios, seguro imaginando cómo sería besarla.
Él negó con la cabeza y volvió a recostarse en la suave superficie de arena. No le encantaba el sol, pero descansar de ver en cuando no le haría mal.
Oyó más suspiros por ella, y más palabrería de cómo conquistarla.
Esa misma noche, hubo una pequeña reunión, que de pequeña no tenía nada. Había música, comida y mucho alcohol como para olvidarse del mismo nombre.
La playa estaba repleta de gente. Él no se sentía tan complacido, no gustaba de aglomeraciones, sin embargo la comida lo atrajo, y Anna, para qué negarlo, era la única razón en realidad.
Un poco más lejos de donde estaba, escuchó el suave cantar de una mujer, un dulce canto de sirena. Se olvidó que también había Karaoke, y que algunos valientes se acercaban a pedir una canción.
Pero conocía esa voz. Era inconfundible, nadie podía poseer tan dulce cantar, así que la buscó con la mirada. La distinguió fácilmente entre la multitud, su melena rubia no podía ser menos vistosa entre tanta gente común.
¡Te desean!
Cuando cantas, cuando bailas
cuando tú playas descalza
sobre espuma, sobre arena
Cuando cruzas con malicia
tu mirada con la vida
y yo sé que tú lo sabes
porque sé que te das cuenta.
Ella lo sabe. Sabe el efecto que tiene en los hombres. Conoce que sus encantos no pueden ser ocultados, menos por su carácter. Ella es una exquisita tentación para cualquier hombre. Sin embargo:
— ¿Ellos saben que eres inteligente, Anna? Mucho más que el promedio. Que amas el olor a manzana, y comer algo dulce en la mañana. — sonrió— que lees cada noche un cursi libro de fantasía, y que gustas de tomar té en los días de lluvia.
Si supieran...
que eres mucho más que fuego
mucho más te desearían
pero saben que es un sueño
atracar en tú marea.
No lo saben. Porque si fuera el caso, te desearían más ¿quién no desearía a alguien tan especial como tú? Tu sonrisa puede iluminar el día más oscuro, y dormir en tus brazos es un placer. Escucharte hablar de mitología griega, tus sueños de niña, de tus miedos, pesadillas. Eres divina en todo sentido, pero no todo es sol en ella, también puede haber oscuridad.
La vio bajarse del improvisado escenario, la gente aplaudía y más de uno la rodeaba para pedirle el número. Pero ella se negó, con algo de rudeza pero lo hizo. Entonces, cuando él creyó que Anna se iría al hotel, lo sorprendió haciendo todo lo contrario, se acercó a la barra, cerca de donde estaba, le regaló una mirada significativa, y pidió una bebida.
— Bonita canción —se mofó. Llevó su bebida a los labios, pero antes de dar un sorbo, ella se lo quitó.
— Cállate Hao —dijo Anna, se bebió todo el contenido. Antes de girarse, el hombre tomó su brazo delicadamente, la acercó lo suficiente para besarle el pelo.
No hubo objeción, ni reproche. La rubia solo suspiró, y se alejó con paso firme.
Que me amas... que te amo
y todos ven que aún todavía
nos deseamos, vida mía... vida mía.
Ella se fue. Él no se lo reprochó, porque no tenía nada que reprocharle, ambos eran una pareja, sin embargo eso no quería decir que eran dueños del otro. Además que, confiaba plenamente en ella. Anna era un pájaro libre, no podía cortarle las alas. No podía privar al mundo de su belleza, de su encanto. Aunque los hombres la devoraban con la mirada.
Te desean...
de norte a sur, de pie a cabeza
no te miran, te devoran
leen tu cuerpo letra a letra
Te desean...
Sabía muy bien, que al final del día, la rubia estaría en su cama, en sus brazos. Él sería quien besé sus labios, escucharía su risa. El único en verla dormir, mientras acariciaba su pelo.
Te desean Anna, pero yo te amo.
