Residencia Tachibana.
Las cosas en el matrimonio Tachibana no andaban del todo bien, ya que habían pasado varias cosas las cuales pusieron todo tenso, y todo empezó por unos mensajes.
Tamamo parecía mantener conversaciones con un compañero, pero estas no parecían ser las típicas de compañeros de trabajo y ahí cuando la locura empezó.
- ¿Me puedes explicar de que son estos mensajes? – Ángel había revisado el celular de Tamamo en una de esas en donde le cayeron mensajes, uno de estos decía: "Hola, ¿Cómo has estado el día de hoy?"
- No es lo que piensas, la verdad es que yo…
- ¿Desde cuándo un compañero de trabajo te manda un corazón al final de este mensaje?
- No es lo que piensas…
- ¿Por eso has estado llegando tarde a casa? ¿Por eso es que llegas más cansada? – el cosmos de la peli blanca se elevó – ¡¿desde cuándo me ocultas secretos?!
- ¡A ver, a mí no me grites de ese modo! – Tamamo también se calentó por la conversación – ¡¿Me incriminas porque guardo secretos?! ¡¿Cuántos secretos tienes guardados que nos ocultas a todas?! ¡No eres quien para decirme esas cosas!
- ¡¿Y tú sí?!
- ¡Y si hablara con Arata-kun es mi problema! ¡Tú haces lo mismo con tantas mujeres que no tengo idea! ¡¿Por qué demonios me reclamas por cosas que haces tú también?! – la conversación se tornó más fuerte, pero decidieron que se calmarían debido a que el tono de voz despertó a muchos de los de ahí.
- ¿Qué ocurre? – Rosia llegó de inmediato al igual que muchas de las mujeres de la demonio.
- No pasa nada – Tamamo salió de ese cuarto con molestia en su cara, las demás solo vieron a Ángel quien también lucía molesta.
- Puellae, me paulisper relinquunt, nolo molestari (Chicas, déjenme sola un momento, no quiero que me molesten) – Ángel les había enseñado el idioma que hablaban en su tierra por lo que las demás comprendieron lo que les dijo.
Tamamo y Ángel llevaban días sin hablarse, la peli rosa solo hacía su almuerzo, la comida de las niñas y cuidado de sus pequeños y se iba a trabajar, pero si de por sí esto era estresante, la cosa aumentó cuando pasó el incidente con Shiki.
Shiki y Ángel tenía a Soji como hijo único, no obstante, con el paso del tiempo parecía que esta relación se enfriaba poco a poco, contando también de que la peli azul pasaba tiempo con sus inventos y encontró alguien que accedió a usarlos.
Franco era como el conejillo de indias de la inventora, aunque no le molestaba ya que pasar tiempo con esta era tranquilo, aun así, esto no pudo evitar en Shiki el despertar de sentimientos diferentes a la amistad con el peli azul, esto a lo largo de un año.
Y parecía que las cosas solo empeoraban para la peli blanca quien decidió tomarse unos días en su reino, aunque no fue sola.
- Vamos a descansar un poco en Kólasi ¿no Arkab-chan? – una de las mini Amazon iba con ella resultando ser Arkab la cual era la más apegada a su madre yendo con ella a las aventuras más peligrosas y locas que había.
Arkab y ella estaban en la habitación en el palacio de Ángel, la pequeña jugaba con una sonaja con una llama negra que le encantaba. La reina de los demonios tenía la cabeza hecha un lío pensando en todo lo que había ocurrido en este último tiempo.
- De nada sirve esforzarme si las cosas siempre acaban así… o tal vez Tama-chan tenga razón, yo les oculto secretos, no debería enojarme porque les oculto yo también, además, me he ido por un buen tiempo muchas veces – susurraba esta mirando al techo de su cuarto – ¿Qué mierda tengo que hacer?
En ese momento, el cabello blanco de Ángel cambió de color pasando a ser negro, este era tan oscuro como la noche misma y cuando se levantó, su mirada cambió también.
- Mi otra yo realmente la tiene difícil, es una tonta por confiarse con las personas que posee alrededor – esta persona resultó ser como una contraparte de la tucumana que se manifestó por los malos sentimientos que había en su corazón y esta debía ser una parte maligna de Ángel, sin embargo, las cosas eran diferentes.
- Mami – la pequeña Arkab fue a la cabeza de esta a descansar un poco.
- Hola Arkab-chan, mi aventurera debe estar muy bien y con energía ¿no? – la actitud inocente de la pequeña, así como el amor que esta le daba, hicieron apaciguar el odio y sentimientos oscuros de la peli negra y quería más que todo cuidar de la mini Amazon.
- Chi.
- Ay Arkab-chan, realmente eres una incógnita por cómo eres así de cariñosa, pero por eso es que se te quiere – Asura decía, pero esta sintió algo extraño en su mente y fue cuando de nuevo, su cabello cambió de color pasando a ser un rubio ceniza, sus ojos también cambiaron de color pasando a ser otra persona diferente.
Esta resultó ser Galas, de las tres personalidades de Ángel, esta era puro maldad y solo quería destruir a todos los seres inferiores a ella, tal y como había hecho en un pasado con demonios y demás personas que no podían con ella. Considerada como la más peligrosa de las tres, hubo alguien que también ayudó en su cambio.
- ¿Dónde estoy? ¿Y por qué siento que algo me pesa en la cabeza? – susurró esta levantando su fría mirada y al tocarse la cabeza, notó a la culpable de eso.
- Mami.
- Oh, Arkab-chan, ¿Cómo estás? – Galas bajó a la pequeña y la abrazó de forma cariñosa – ¿Quién ha sido una buena niña? ¿Quién? Pues tú, ¿Quién más?
Galas continuó con su forma cariñosa hacia su pequeña quien solo reía por eso, Arkab al ser apenas una niña que ya tenía un poco más de 2 años no distinguía la diferencia entre las personalidades de su madre, por eso a todas las llamaba mami, pero esto no les molestaba.
Galas y Arkab decidieron salir un momento a ver algunas cosas en la Tierra, siempre la mini Amazon iba en su cabeza.
- Primero, quiero ver cómo es que la esposa de mi otra yo le está poniendo el cuerno, así podré asesinarla y ayudarla en que siga adelante sin esa perra.
- Mami – Arkab movía su cola de lado a lado sin entender nada.
- Vamos a ver a la esposa de mi otra yo – Galas voló rápidamente hasta el puesto de trabajo de Tamamo. Desde que se casó con la argentina comenzó a trabajar en una agencia de ventas en donde ya era directora ejecutiva por lo que poseía un puesto alto dentro de la institución.
Era la hora del almuerzo y ahí se dio cuenta de que la peli rosa de orejas de zorro charlaba con un compañero con el cual Galas dedujo que era la persona con la que Tamamo se hablaba.
- Vamos a matarlo entonces, así mi otra yo se liberará de ese peso muerto que tiene su esposa – susurró esta y sin más su cosmos de oscuridad se elevó bastante mirando la escena.
- Mami – Arkab simplemente dijo eso moviendo su cola, Galas se detuvo un poco.
- Es cierto, solo veré un poco más para ver que es – esta decidió escuchar un poco de lo que hablaban ambos.
- Entonces ¿las cosas no van bien en casa?
- No, mi esposa desconfía de mí y bueno, sé que no soy la mejor esposa tampoco, pero no entiendo porque ella dice esas cosas de mí – la peli rosa decía – dime una cosa Arata-kun, ¿Cómo van las cosas con tu relación?
- Por el momento bien, con las cosas que me has dicho que le diga podemos decir que he logrado que vayan las cosas bien, aunque parecíamos una pareja mandándonos chats calientes.
- Sí, creo que por eso mi esposa me dijo de muchas cosas y no me dejó explicarme esto, pero bueno, supongo que eso pasa cuando los ánimos los tienes calientes – susurró esta mirándose el anillo de casada – bueno, a lo mejor me disculpo con ella si también está dispuesta a disculparse.
- La tienes difícil Tamamo, pero te deseo lo mejor, estaré apoyándote, así como hiciste con mi relación – Galas se quedó callada un momento.
- Entonces su esposa no le engañaba con otra, simplemente ayudaba a ese humano con sus cosas estúpidas de humanos, pero que seres tan extraños son – la rubia ceniza empezó a reír con Arkab quien solo movía su cola de lado a lado.
- Mami.
- Tienes razón mi pequeña demonio aventurera, es mejor ir a ver qué otras cosas me ofrece este mundo – la parte maligna de Ángel sacó sus alas y se fue volando con Arkab en su cabeza llegando a una tienda en donde justo estaba Franco entrando, pero no iba solo.
- ¿Segura que no tendrás problemas? – decía este al lado de Shiki la cual negó con la cabeza.
- Solo venimos a comprar ¿no? Quiero comprar algunas cosas para mis inventos, además, ¿no te molesta que ella esté encima de ti?
- Ignórala – este decía con Askella acostada en su cabeza.
- Tío.
- A este punto siento que ya no me importa que ella viaje en mi cabeza como si fuera un taxi – susurró este, pero sin más siguieron con las compras, Galas estaba ahí mirando con Arkab.
- Mami.
- Lo sé, ese humano es el que se ha llevado a esa mujer que es de mi otra yo ¿no? – justo en ese momento, el cabello de la demonio cambió de color pasando a ser negro.
- Mami.
- Uf, he vuelto a despertar – ahora era Asura, la oscuridad, quien miraba la escena – hm, puede que Galas no haya hecho nada, igual no me interesa si esa humana que está con mi otra yo, solo iré por ahí a ver que más cosas hay.
Sin más, Asura salió volando de ahí con la pequeña en su cabeza y sin más, logró llegar a Honduras en donde iría a la casa del esposo de esta y llegando se encontró justo a su hija.
- Mamá, no dijiste que vendrías – Asuka decía – además, ¿Por qué te pintaste el cabello?
- Este… ejem, me quedó mejor el cabello negro, representa mi elemento de oscuridad – decía esta entrando a la casa.
- Nee-chan – la mini Amazon bajó a donde estaba la peli gris.
- Hola Arkab-chan, ¿Cómo estás? – esta movió su colita – creo que Ramón está en el patio, puedes ir a verle.
- Bien – la peli negra fue hacia el patio en donde se encontró con el peli celeste entrenando con Claudia y ahí fue cuando la demonio llegó.
- Abuela – la peli naranja fue hasta esta saludándola.
- Este… hola pequeña, ¿Cómo estamos? – Asura no poseía el nombre de las personas que conocía Ángel – por cierto, podríamos dejarnos solos con tu padre ¿por favor?
- De acuerdo – la mini Kanon se fue de ahí.
- Ángel, ¿has vuelto a tener otra transformación?
- No soy ella demonio Amazon, soy Asura – decía esta.
- ¿Asura?
- Verás, la persona que conoces como Ángel, Suikyo o como quieras llamarla, es solo una de 3 que somos, esta que estás viendo y hablando soy yo, Asura, aquella que domina la oscuridad y que quiere que todo se inunde de penumbras… al menos eso quería.
- A ver, entonces, eres como otra Ángel, pero ¿independiente?
- Sí, cada una de nosotras tiene consciencia y muchas cosas más que no comprenderías, además, la otra yo es más peligrosa – de nuevo, su cabello cambió de color volviéndose blanco siendo esta Ángel.
- ¿Eh? ¿Cuándo vine aquí?
- Ángel, ¿en serio lo que dijo Asura es verdad? – al decir eso, la argentina se quedó en silencio, pero debía hablar ya que no tenía opción.
- Sí, veo que conociste a Asura. Verás Ramón, somos 3 personalidades, esta que vez que soy la principal, Asura que es la dominación de la oscuridad que nació de mis sentimientos negativos que tuve en mis años en el Kólasi. Y la última es la más peligrosa de todas, Galas.
- ¿Galas?
- Sí, es la personificación del caos y destrucción, ella quiere causar estragos en todos lados y asesinar a cuanto ser se le pone en frente, aunque creo que salió no hace mucho, no entiendo cómo es que no mató a nadie – susurró esta.
- ¿Siempre has tenido esas personalidades?
- No siempre, pero a lo largo del tiempo se fueron formando dentro de mi ser hasta que se volvieron poderosas, además, gracias a estas cometí un pecado del cual me estoy arrepintiendo al día de hoy.
- ¿Y qué es? – Ángel se quedó callada un momento antes de responder.
- Por hacer una buena obra… causé lo que al día de hoy es la maldición que azota a Sacchan, Blair-chan, Salem-chan y tal vez lo hagan Paradox-chan y Toki-chan – esta simplemente miró al cielo antes de responder, el hondureño unió algo de cabos y comprendió un poco.
- Espera, cuando dices una maldición sobre ellos, ¿te refieres a…?
- Sí… la maldición de los Géminis fue por culpa mía.
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Continuará…
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Y hasta aquí el capítulo de hoy.
Sé que a lo mejor es algo confuso el capítulo, pero es algo que quería mostrar de una forma resumida. Debido a los problemas con Tamamo y Shiki, Ángel ha despertado sus otras dos personalidades, Asura y Galas.
Además, gracias a eso, tenemos sabido de donde pudo provenir la maldición de los Géminis, aunque como dijo Ángel, no fue con malas intenciones, fue por hacer una buena obra, queda saber qué fue lo que pasó.
Tengo decir que este capítulo no lo iba a publicar debido al estado de salud en el que me encontré, creo que a Yuzu fue a la única que no le comenté eso, pero créanme, estuve a nada de irme con Hades por esa maldita diarrea y fiebre, de suerte sigo aquí jeje.
Sin más, este ninja se despide.
Bye.
