Umi llegó hasta su antiguo hogar en donde se encontró con algunas personas las cuales formaron parte de su pasado, unas personas quienes hacía reír a los huérfanos del dojo Kurosawa.

Ruby sabía de ellos, así como los días que pasó alegremente con ellos quienes traían felicidad a su vida, algo que solo se igualaba cuando estaba con su hermana y amigas, momentos que jamás olvidarían.

No obstante, gracias a la locura de Umi por la obtención de la Cinta Número 2, pasaron cosas muy horribles y estas personas que eran de corazón noble, pasaron a ser rencorosas y con un único deseo en sus corazones: acabar con la samurái de cabello azul, todo en nombre de Ruby.

La peli azul la tenía difícil ya que peleaba con bio-máquinas quienes tenían el objetivo de acabar con su vida, el líder de estos sacó una espada.

- Aquí es donde morirás.

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Con la peli roja, estaba seguía mirando la cápsula con líquido verde en donde el cuerpo del padre de Umi estaba casi completo.

- Profesor.

- ¿Qué desea mi señora? Por favor relájese un poco, la recuperación del padre de Ao Samurái está en su etapa final – decía este – esta es la etapa más difícil y sensible, un mínimo error que se cometa y todo nuestro esfuerzo se podría ir a la basura.

- Se han ido.

- ¿A qué se refiere?

- Nunca hacen nada si no les doy ordenes, ¿Qué has hecho? – preguntó la peli roja sabiendo que algo pasó con sus subordinados.

- Tal vez fueron a la ciudad.

- ¿Qué quieres decir? – Ruby decía.

- Lo más probable es que estén peleando contra Ao Samurái sin ti – el profesor decía mientras seguía examinando los datos del padre de Umi – no temas, a lo mejor pueden salir victoriosos contra esa patética samurái.

- … - sin decir nada, la peli roja fue elevando su espada.

- Después de todo, se sorprendería del buen número de interesantes de inventos que llevan conectados en sus cuerpos, además de la droga que les inyecté – antes de que siguiera, la peli roja lo abrazó de lado y el científico se sonrojó al sentir los pechos de la chica.

- Hagamos esto más fuerte – susurró esta apretando un botón el cual daba la orden de aumentar la capacidad regenerativa del experimento.

- Mi señora, ¿acaso ha acelerado el proceso? Pero si aún no está todo… - antes de que siguiera, Ruby le clavó su espada en su cuello causando que un chorro de sangre saliera disparado de ahí.

- Ha hecho un excelente trabajo, querido profesor, hiciste todo lo que te pedí, así que por todos los planes y logros… le ofrezco mis agradecimientos – esta decía estas palabras mientras más clavaba su arma blanca – ya es hora de que vaya a un sitio mejor. Buenas noches profesor.

La herida fue mortal por lo que el científico no tardó nada en caer al suelo envuelto en un charco de su propia sangre. Ruby miró hacia la cápsula la cual se estaba vaciando para revelar como el padre de Umi estaba recuperado, pero este no parecía tener consciencia propia ya que sus ojos eran blancos como la nieve.

- El otro verdugo está a punto de despertar.

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De vuelta con Umi, esta seguía en su batalla contra los tres sujetos quienes la tenían en una situación difícil, estos poseían muchos trucos que la hacían retroceder un poco.

Cuando creyó que a la mujer del grupo le había dado un golpe certero en la nuca, esta se levantó usando los propulsores de sus pies que le daban una velocidad superior a la de Umi, pero de suerte sus reflejos evitaban un golpe directo.

El más bajo, así como el líder de estos usó su espada con una fuerza sobrehumana atravesando la vaina de la peli azul que la usaba como modo de defensa y casi es acuchillada en el cuello, pero usando su espada logró cortar el brazo robótico de este.

En ese momento, apareció la mujer quien usando sus piernas la apretó de su cabeza y la lanzó contra el suelo, el más grande del trio lanzó varios misiles hacia Umi quien con su espada logró evitar golpes de estos, pero no pudo evitar ser golpeada en la espalda por la mujer.

Este fue un corte con su arma y fue justo ahí, además de que la lanzó haciéndola caer hasta unos árboles en donde pegó con varias ramas hasta de dar con el suelo de espaldas, los 3 se pararon frente a ella.

- No importa tus intenciones, hay cosas que jamás permitiremos que hagas – susurró el líder de estos a la peli azul, la herida de su espalda comenzaba a sangrar bastante – nosotros no dejaremos que la señorita Ruby se hunda en el camino de la oscuridad, ella es una bella dama, no dejaremos que pierda su pureza, en lugar de ella, nosotros vamos a ser los pecadores, así que alístate a…

- Cállate – de golpe, la samurái se levantó atravesando con el mango de su espada, el cuerpo del sujeto, así como hundir su mano en su estómago sacándole múltiples cables de su interior.

- ¡Maldita! – el más grande de estos tomó a la peli azul llevándosela volando con él, aun así, esto no calmó el ansia de Umi de salir victoriosa de esto y sin más, con su espada logró rebanarle la máscara de león que funcionaba como su cabeza yéndose ambos a estrellar a una de las casas más grandes de la ciudad abandonada.

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Con Ruby, esta estaba con Dia, ambas observando al padre de Umi que salió de ahí, su cuerpo completamente recuperado.

- Solo quería que Ao viera la ciudad que destruyó, deseaba mostrarle las consecuencias de su pecado antes de cortarle la garganta, pero posiblemente mis vasallos estén muertos en estos momentos – esta solo cerró los ojos con algo de tristeza – esos tontos fueron a donde los ángeles no se atreven a entrar.

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Umi poseía una herida sangrante en su espalda, aun así, esto no le impedía seguir batallando contra el sujeto que poseía una cabeza de león, el cual ahora solo era una máquina parecida a un perro que tenía un sensor de calor. Al sentir a Umi, este sacó una ametralladora y comenzó a disparar, estas balas fueron esquivadas por la samurái.

Aun así, los dos otros dos vasallos llegaron y la mujer fue hacia la chica tomándola y con sus brazos mecánicos empezó a ejercer presión en su cuello, el más grande le apuntaba con su arma.

- ¡Michael, dispárale ya! – la mujer decía, aunque este no se atrevía a hacerlo a pesar de que la fémina estaba teniendo problemas ejerciendo esa presión y sus brazos se estaban rompiendo – ¿Qué estás esperando? ¡Hazlo!

- Ella ya está muerta, hazlo por la señorita Ruby – esas palabras hicieron que el tipo entendiera y comenzaría a disparar, no obstante, Umi fue rápida y con dos de sus dedos, atravesó las cuencas oculares de la mujer, se la quitó y la usó como escudo ante las balas, despedazándola casi por completo, sin más, la peli azul la lanzó al aire y terminó explotando – no puede ser, Tomoe.

El más grande del grupo fue el siguiente ya que fue cortado por la mitad por Umi, ambas partes cayeron lejos de donde estaban explotando y acabando también con este, solo quedando el líder de los 3.

Este se lanzó al ataque usando el arma de su compañera caída, aunque poseía muchas desventajas ya que solo tenía un brazo y había sido privado de muchos cables que le ayudaban en su movilidad, por lo que solo bastó con una atravesada de su espada y una patada para dejarlo casi fuera de combate. A pesar de que estaba derrotado, el sujeto tomó de la pierna a Umi.

- Ao Samurái, sabía que tarde o temprano este día llegaría… moriré contigo – a pesar de las intenciones de este, la oji avellana le dio otra patada arrancándole la cabeza y tirando su cuerpo lejos de ella y acabó explotando.

Umi solo miró de reojo lo que quedó de los cuerpos de los 3 sujetos, aun así, esta solo se fue para encontrarse con Ruby y de una vez acabar todo y regresar los restos de su padre a su tumba.

Eta seguía con la herida en su espada la cual bajaba con la sangre llegando a los pies, se mostraba con cada paso que daba en donde dejaba la huella de su geta con algo de sangre.

Esta iba recordando un poco los viejos tiempos en donde creció en ese pueblo, aun así, su mente solo tenía el pensamiento de batallar por última vez, aunque no se esperó lo que vería y es que estaba su padre ahí, exactamente como cuando lo mataron ese trágico día.

Sin embargo, las hermanas Kurosawa aparecieron, aunque la mayor de las dos estaba con su traje de dragón.

- Ruby, Dia – susurró la peli azul, en su rostro se miraba algo de cansancio, posiblemente sumado a las batallas que tuvo y la pérdida de sangre. Además, al ver a su progenitor, estaba decidida a batallar – no hay duda, es mi verdadero padre.

- Estoy feliz de que lo hayas logrado, si es lo que quieres escuchar – la peli roja decía mientras Umi se acercó lo suficiente al trio, aunque se notaba como es que esta le costaba un poco de caminar por sus pies con sangre. Ruby notaba las condiciones en las que se encontraba la peli azul.

- He venido por mi padre y por la Cinta Número 1.

- Vaya sorpresa, pero ¿podrás hacerlo realmente con lo destrozado que está tu cuerpo? – Umi se distrajo mirando a su padre que no se dio cuenta cuando Dia fue hacia ella dándole un fuerte golpe en el estómago que la tumbó en suelo dejándola sin aliento – vamos a torturarte, la muerte vendrá lentamente.

Umi cayó en desmayo, no obstante, su mente le dio una especie de sueño en donde nada más abrir sus ojos, pudo ver la imagen fantasmagórica de su padre frente a ella, vistiendo la misma ropa que siempre llevaba, además de poseer la Cinta Número 1 en su frente.

- ¿Por qué no llevas la Cinta Número 1? – le decía la voz del hombre, Umi no se podía levantar, solo lo vio desde donde estaba.

- Y-Yo solo… quería vengarte.

- Sea cuales fueran las razones que tenías, tenemos que soportar el destino de aquellos que deciden ponerse la Cinta Número 1, eso deberías saberlo ya – el señor Sonoda hablaba con calma, pero con un tono tétrico – conviértete en la Número 1 y no podrás escapar al ciclo de la sangre. El Número 1 mata o es matado, tú no puedes darte el lujo de decidir la sangre que derramas. Por eso, recupera la sangre, no temas hija.

- Padre – esta miró como el samurái se estaba alejando de ella, pero Umi no se podía levantar – padre… ¡espera padre!

Segundos después, Umi se despertó y se levantó, pero a duras penas y se notaba a leguas como es que se tambaleaba, le costaba ponerse en pie y lo primero que vio fue a su padre o, mejor dicho, la creación que hizo Ruby.

El señor Sonoda poseía los ojos de color rojo como la sangre y antes de que Umi se acomodara del todo, con una velocidad anormal, le logró dar una fuerte patada en el estómago que le hizo vomitar sangre, pero eso no fue todo ya que la tomó de la cabeza y sin medir palabras, le dio un rodillazo con fuerza en el estómago de vuelta.

Parecía que las cosas no podían ir a peor ya que este poseía una fuerza abismal, Umi estaba en el piso tratando de ponerse de pie cuando fue tomada del cabello y como si fuera un juguete fue azotada varias veces en el suelo dejándole múltiples heridas que sangraban mucho, además de que parecía no poder de pie de nuevo.

Parecía que Umi no quería luchar con su padre, aun así, su forma de decir eso no reflejaba sus acciones, cosa que era un deleite para la peli roja.

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Continuará…