Capítulo tres
Mientras la habitación se llenaba de tensión, un joven de lentes y una joven castaña también con gafas ingresó justo cuando el gerente se retiraba al ver que esto se volvía un asunto familiar.
―Gabriel, como estas campeón.
―tío Stel, tía Paty, ―con gran alegría el niño fue a abrazar con cariño a los recién llegados.
―buenos días, ―saludó Paty, ―Gabriel te parece si vamos a buscar un helado.
―noooo, no me voy a alejal de mi papi, acabo de encontlalo, ―casi grito el niño volviendo hacia Terry y abrazándose a su pierna.
―no tengas miedo hijo, ―el castaño se agachó a abrazar al niño, ― pueden ver televisión en el cuarto extra de la suite, quieres, en lo que conversamos tus tíos y yo, ¿estaría bien eso?, ―se volvió preguntando a Paty.
―eso sería perfecto, ―respondió la castaña, tomando al niño de la mano y llevándolo a la habitación.
―pelo no te ilas, ¿veldad?
―no lo haré, ve a ver televisión un ratito, no tardaremos, ―aseguró Terry, dando un beso en la frente del niño, quien abrazo nuevamente a su padre y se fue a tomar la mano de Paty, no sin antes darle un beso en la mejilla al castaño.
―traten de hablar con calma, recuerden que hay oídos sensibles, ―recomendó Paty antes de salir con Gabriel.
Los adultos esperaron a que la castaña, junto al niño estuvieran dentro de la habitación para comenzar a hablar.
―podría alguien explicarme que es lo que pasa, ¿Terry?, ―casi exigió Eleonor.
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―no se Annie siento una gran ansiedad, no comprendo.
―conste Candy, que por eso nos venimos a buscarlos, aunque me parece exagerado, para mí que incluso ya se fueron, no creo que tardaran tanto en desayunar.
―pero Archie no responde al teléfono, aun así, el guardapelo de Gabriel lo ubica dentro del hotel, así que no deben haberse ido.
―mira allí está un botones, voy a aprovechar a preguntar.
―gracias Annie.
―buenos días, mi esposo y sobrino vinieron a desayunar al restaurant del hotel y sé que aún no se han ido, ¿podría usted ayudarme?
―con gusto señora, si me dice usted los nombres y alguna descripción.
―por supuesto, mi esposo es el Licenciado Archibald Cornwell y mi sobrino Terrence Gabriel, tiene tres años, mire aquí tengo sus fotografías, ―informó la joven mostrando el teléfono.
―ah, el joven estaba buscando al niño que se había perdido.
― ¿Cómo?, ―preguntó angustiada Candy, ―mi hijo.
―calma señora, por favor no se angustie, hasta donde se ya se le encontró, es más mire allí viene el señor gerente, él puede darle más información.
El botones preocupado de haber metido la pata, hizo señas al gerente, quien se acercó, más que todo por ver de cerca a las bellas mujeres que seguramente necesitaban alguna información, pero al saber que era la madre del pequeño, le pidió al joven botones que la llevara a la habitación en donde había dejado al resto de su familia, solo cruzando los dedos para que no se hiciera un problema para el hotel.
Annie apenas y lograba calmar a la rubia pecosa, quien iba apurando al pobre botones, desesperada por ver a su pequeño y asegurarse de que este se encontraba bien.
Al llegar a la habitación tocaron la puerta, dentro solo se escuchó una queja de una voz masculina, ― ¿y ahora qué?
Candy no espero ni siquiera a saludar, nada más Stear abrió ella entro como alma que lleva el diablo, buscando a su hijo, pero se encontró de frente con el pasado.
― ¡Terry!
El joven castaño no emitió palabra, simplemente se abalanzó a la joven, envolviéndola en un apretado abrazo.
―pecosa, lo vi pecosa, no tengo palabras, ―el castaño no podía ni hablar de la emoción y ella se encontraba igual.
―hay no, a este paso no voy a saber nunca cómo es que soy abuela, ―se quejaba Eleonor, ―bueno, al menos puedo suponer que esta linda joven es la madre de mi nieto.
―en efecto señora Grandchester, ella es Candice Andrew, mi hermana y la madre de Gabriel, ―respondió Albert.
Terry llevó a Candy al sofá y sin soltarla comenzó a calmarse, los recuerdos iban y venían en cascada, sorprendiéndolo, Candy lo miraba conmocionada, sus esmeraldas bañadas en lágrimas.
―ella siempre te defendió, ―dijo en tono de reclamo Archie, ―todos queríamos tomar cartas en el asunto, pero ella se negó a darnos tu nombre.
―no es que no llegáramos a atar cabos con el paso del tiempo, ―aporto Annie, tomando la mano de su esposo.
― ¿fue en el crucero de año nuevo verdad?, ―aseguró Stear.
― ¿Cómo pudiste ser tan cruel?, sabias que ella te llamó, te ha escrito infinidad de veces, incluso fue a buscarte a tu departamento con Gabriel apenas de días en brazos y ¿Qué hiciste tu?, mandaste a decir con el conserje del edificio que se marchara o llamarían a la policía, ―reclamo un furioso Archie.
―por todos los cielos, ―exclamó Eleonor, ―Terry no haría algo así, nunca.
―eso no es posible, yo nunca supe nada de eso, ―respondió un alterado Terry, ―pecosa, no fui yo, te lo aseguro, si hubiera sabido…
―shhh, ―lo cayó Candy tapando sus labios con sus dedos, ―lo sé, al igual que sé que tú no fuiste quien ignoró mis cartas y llamadas, ni mucho menos me envió esa horrible carta, supuse que alguien estaba detrás de eso y ¿cómo es que tú sabes eso Archie?
―en serio pensaste que nunca lo sabríamos Candy, ―respondió Archie.
―la única razón por la que no te demandamos, fue porque ella no lo permitió, ella insistió en que eso dañaría tu carrera, realmente Graham, ¿fue justo?, ―preguntó un serio Albert.
―no, no lo fue, créeme pecosa, mi carrera no podría importarme menos, si con eso yo hubiera podido saber lo que pasaba.
―obviamente nosotros no sabemos todos los pormenores de lo que sucedió, este sería un buen momento para que nos cuente, ―intervino Stear.
Continuará…
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Hola, aquí les traigo un capitulo mas de este minific.
Muchas gracias por los comentarios, son invaluables para mi, muy feliz día, bendiciones.
