Aclaraciones: Todo el contenido reconocido pertenece a la saga de Harry Potter. Inspirada además en los doramas: Destinado a Amarte y La realidad está aquí.
Advertencia: Contenido +18 a veces xd
Notas: Tengo muy adelantado este fanfic a este punto solo me queda corregir. Gracias a Adrit126 por comentar uwu
CAPITULO 4
︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿
La mañana se colaba por la ventana, pero ella no quería levantarse, para su buena suerte tenía el día libre porque se sentía terriblemente mal, no podía siquiera cocinar pues el olor de la comida le provocaba nauseas, se mareaba y por la falta de alimento se sentía débil y con dolor de cabeza, no quería decirle aún a nadie de su situación, ni siquiera a sus padres ¿cómo podría?
Si, tenía 27 años, un trabajo estable, dinero suficiente para mantenerse, pero…
Sería madre soltera.
Y ese nunca fue el plan, Hermione tenía su vida planeada.
Conseguir un puesto relevante en el Ministerio de Magia, hasta que se sintiera satisfecha profesionalmente.
Casarse.
Tener hijos.
Una casa cómoda con jardín a su nombre...
Envejecer con su media mitad a la que por supuesto no conocía aún…
Rodeada de nietos.
Una mujer soñadora. Esa era ella.
Y todo se truncó…
Suspiró acostada en el sofá de la sala, tenía frío, con la bata del pijama como única prenda, pues no había nadie ahí a quien pudiese incomodar ni quien le pudiese alcanzar algo con que cubrirse.
Se hizo un ovillo sobre el sofá abrazando un peluche con forma de gato que le recordaba a su mascota fallecida Crookshanks, deseando que el tiempo aliviase su ansiedad y desesperación.
Sentía la pesada carga comprimida en su pecho, doliendo.
La noche anterior había llorado por horas, sus ojos estaban hinchados por las lagrimas, tan perdida y solitaria.
Patética.
Acariciaba su vientre donde no había indicios aún de lo que crecía en su interior.
¿Podría sentir culpa?
No. Él o Ella no tenía la culpa de sus decisiones.
Se permitiría ese brote de debilidad, ahogarse en su miseria por unos días, después se levantaría y pensaría que hacer… Después.
De pronto, alguien llamó a su puerta, Hermione no esperaba a nadie, no quería ver a nadie por lo que decidió ignorarlo, hasta que volvieron a tocar, a la tercera vez se levantó a tropezones ajustándose la bata se puso sus pantuflas y fue hacia la puerta, su aspecto no era precisamente aceptable, pero le importaba una mierda.
Abrió sin fijarse en quien llamaba y cuando lo vio le cerró la puerta en la cara de un portazo apoyándose contra la madera, había olvidado como respirar, el corazón le latía en los oídos como su un ave aterrorizada aleteara en su cerebro. Debía ser una alucinación, se había vuelto loca.
Pero volvieron a tocar
toc toc toc
¿Cómo había entrado al edificio?
–¿Granger vas a abrir o abro yo la puerta? – Lo escuchó al otro lado, temblando, quería llorar ¿Qué hacía él ahí? ¿Cómo coño sabía dónde vivía? Respiró dos veces intentando calmarse, pero no había nada que pudiese calmarla en ese momento.
NADA
Abrió lentamente lo suficiente para asomar a penas los ojos por la rendija.
–¿Necesitas algo? – Soltó en voz baja..
–Hablar contigo… – Draco parecía impaciente e irritado. Sus ojos mercurio eran filosos, se estremeció, no lo dejaría pasar.
–¿Sobre qué? –
–Tú sabes que… – Un escalofrío recorrió su espalda.
–No, no lo sé… –No podía saberlo, no le había dicho a nadie. A menos que..
No, no podría tener tan mala suerte, no recordaba que Theodore y Draco fuesen amigos en Hogwarts, según ella solo eran conocidos…
Se aterró de pensar que la noticia ya se hubiese disperso tan rápido, a penas el día anterior se había enterado.
–Será mejor que hablemos dentro así que ¿por qué no abres la puerta y me dejas pasar? –Su voz aterciopelada fue una orden que la hizo temblar de nervios ¿qué se supone que le diría? Él se iba a casar. Quizá solo quería advertirle para no interferir en su boda.
¡Antes muerta!
–No tengo nada que hablar contigo Malfoy, si me disculpas estoy muy cansada… –Quiso cerrar, pero él fue más rápido metiendo su mano en la rendija, Hermione pudo ver sus dedos trapazando el espacio horrorizada hizo fuerza, pero él obviamente era más fuerte que ella, abrió con suma facilidad traspasando el umbral, la mujer tuvo que dar unos pasos hacia atrás para no chocar contra él, de pronto se sintió muy desnuda, ajustó su bata con pudor rehuyendo a su mirada.
Su departamento era un desastre en ese momento, no porque fuese desordenada sino más bien porque se sentía demasiado mal incluso para arreglarlo con magia.
Todo en ella era un desastre y él, perfectamente vestido con sus cabellos peinados hacia un lado de forma despreocupada parecía tan fuera de lugar, era como una celebridad, su sola imagen los hacia ver tan disparejos, incluso pensarlos juntos resultaba en una escena ridicula.
–¿Qué quieres? – Chilló Hermione, quería sacarlo de su casa, pero se sintió mareada de nuevo todo quería dar vueltas en su cabeza por lo que se apoyó en la pared respirando entrecortado, cerró sus ojos deseando que él no lo notara pero Draco lo percibió enseguida.
–¿Estás bien? – La mujer se veía mal, estaba pálida y una ligera capa de sudor cubría su frente, parecía bastante enferma, se acercó para comprobar su temperatura con una de sus manos en su frente, Hermione se sintió demasiado débil para forcejear así que lo dejo ser.
Ya estaba ahí y no parecía querer irse.
–No, quiero descansar… ¿Podrías irte por favor? – Pidió ella con poca paciencia.
–¿Hay alguien contigo? –
–No– Mordió su labio, no quería verlo… Él no debía estar ahí, se iba a casar pronto.
–Tienes fiebre –Señaló Draco.
–No es asunto tuyo… – Insistió, Hermione caminó débilmente hacia su sofá imponiendo distancia al no sentirse capaz de mantenerse de pie por más tiempo, se acostó y se hizo un ovillo ignorándolo.
Draco la siguió por el departamento, lucia desordenado pero acogedor, paredes color crema y un gran ventanal permitía que la luz entrase iluminando toda la estancia, se agachó frente a ella observándola a detalle.
–¿Ya comiste? – Preguntó, Hermione abrió los ojos frunciendo el ceño en torno al rubio, condenadamente guapo, con esos ojos color mercurio viéndola con elgo parecido a la preocupación… ¿Qué pretendía?
–¿Qué haces aquí? –
–Tu ya sabes que hago aquí… – Hermione se mordió el labio.
– Si viniste a decirme que aborte no lo haré – Soltó ella perdiendo la paciencia – Y no, tampoco voy a interferir en tu boda así que puedes irte… –Volvió a fundirse abrazando a su gato de peluche – No es asunto tuyo así que vete… –
Draco se quedó callado unos segundos y se levantó. Hermione por un momento pensó que se marcharía, pero él fue directo a su cocina después de repasar la casa con la mirada. La castaña levantó el rostro incorporándose a penas en el sofá. Escuchó que hacía algo, removía trastes, quiso levantarse, pero no se sentía en condiciones.
Después de unos cinco minutos el rubio regreso con una bandeja, unas tostadas con jugo y huevos estaban dispuestos en un plato. El olor no le provocó nauseas, de hecho, olía bien y su apetito dijo "hola" cuando su barriga sonó avergonzándola más si es que eso era posible, Draco acercó una mesita donde colocó la bandeja ofreciéndole un tenedor.
–Come – Ordenó como quien habla a un perro, ella frunció el ceño irritada, pero fue más su hambre, titubeando cogió el tenedor.
Draco Malfoy le había preparado el desayuno.
No, seguramente estaba soñando….
Pero sabía bien y su estómago lo agradeció, así como su cuerpo, ya no se sintió más mareada cuando terminó de beber el jugo.
Aun así, no podía siquiera verlo de la vergüenza.
–Gracias… – Murmuró ella a penas audible, Draco la observó comer sentado en un sillón, como si fuese dueño del departamento, se veía tan fuera de lugar con sus ropas elegantes, sus cabellos su apariencia, tan ajeno a lo que ella era.
El mago se inclinó hacia enfrente, apoyando los codos en sus rodillas. Comprobando que efectivamente, pese a su penosa situación Hermione era una mujer muy hermosa y ella parecía no notarlo, que lastima.
–Tengo una propuesta para ti – Empezó, Hermione entonces levantó el rostro, había curiosidad en su mirada, curiosidad y temor.
¿Qué le diría?
–¿Qué propuesta? – Preguntó.
–Cásate conmigo – La mujer parpadeó dos veces como sino hubiese entendido, después empezó a reír pero él seguía serio, muy serio. No podía leer que pretendía en esas facciones afiladas.
–¿Qué? –
–Cásate conmigo, le daré mi apellido a nuestro hijo y tendrán la vida asegurada –
–Tu estás comprometido ¿de qué hablas? –Chilló ella como si él se hubiese vuelto loco. Su corazón latía con fuerza, de verdad debía seguir dormida o aquello era una broma de muy mal gusto por su parte.
–Mi compromiso con Astoria es una situación complicada, con tu ayuda puedo librarme de él. Por eso te estoy pidiendo que te cases conmigo, nos podemos divorciar después de tres meses y seguir cada quien con nuestra vida – Ofreció, ella no entendía a que se refería – Granger lo que te estoy pidiendo es un matrimonio falso, solo el papel. Sin importar que el matrimonio sea falso yo cuidaré del bebé le daré el apellido y me aseguraré que no le falte nada – La duda se asomó en sus ojos avellana, pensando frenética.
Un matrimonio falso…
Su hijo podría tener una vida tranquila...
–¿Por qué tres meses? –
–Es el tiempo que pide el ministerio para hacer del matrimonio algo "oficial" – Remarcó Draco.
Ella meditó unos momentos y antes de pensarlo siquiera habló.
–¿Serás su papá? – Sonrojándose en el acto – Me refiero… A… tu.. sabes… – Titubeó pasando la mano nerviosa por sus cabellos – Bueno… no quisiera que creciera sin una figura paterna… – Se mordió en labio cerrando los ojos, no quería siquiera ver su cara.
–Si – Draco se veía bastante seguro cuando contestó, por lo menos eso percibió cuando se atrevió a mirarlo de nuevo.
–¿Puedo pensarlo? –
–No tengo mucho tiempo… – Dijo, se notaba impaciente.
–No quisiera arruinar el matrimonio de otra mujer – Hermione jugueteó los bordes de su bata, ella realmente no era así, no quería interferir en la felicidad de otra persona, no era así de egoísta.
–Créeme, le haces un favor – Hermione no entendió y frunció el ceño –Es un matrimonio arreglado, yo no la quiero, ella lo sabe y aún así insiste en continuar… – Ella se sorprendió, abrió la boca para decir algo, pero no se le ocurrió nada.
–¿Los magos aún hacen ese tipo de cosas? – Preguntó finalmente.
–Las familias como la mía sí..–
–Bueno, tú eres mayor de edad, podrías simplemente negarte... –Razonó la castaña.
Draco casi suelta una carcajada.
–¿No crees que ya lo hubiera pensado? – Preguntó, Hermione se miró las manos avergonzada. Supuso entonces que era una situación complicada para él y no se sentía con la confianza de preguntarle.
–Lo pensaré – Concluyó.
–¿Cuándo tendré una respuesta? – Hermione dudó.
–Dame un par de días… No es un tema fácil... –
Draco asintió entonces, poniéndose de pie, miró los alrededores y movió su varita, las cosas empezaron a moverse lentamente para acomodarse en su lugar, Hermione lo miró entre confundida y avergonzada – No siempre está así… Es porque me siento mal. –Él emitió una sonrisa enigmática sin mirarla por si es que pudiese avergonzarla un poco más.
–Te creo –Musitó Draco acercándose a la chimenea, comprobando que tenía polvos flu –¿Puedo? – Señaló, de usarla podría volver ahí cuando quisiese.
Hermione asintió, dándose cuenta de lo que había hecho cuando el atravesó el fuego verde. Joder.
Pero estaba muy cansada, demasiado, no tardó mucho tiempo en quedarse dormida en el sillón siquiera le importaba que el frío erizara su piel, la noche anterior no había dormido casi nada entre la preocupación y el llanto. Su cuerpo se venció al poco rato de que él se fue.
︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿
Al despertar se descubrió envuelta en una manta, acostumbro sus ojos a la luz de la habitación antes de incorporarse ligeramente, no recordaba haberse cubierto con ella y entonces al enfocar su mirada en la mesita que tenía enfrente vio un par de bolsas junto a una nota.
Se levantó y la cogió entre sus manos, una caligrafía pulcra y alargada se leía sobre el papel.
Los frascos color naranja te ayudaran con las nauseas
Las tabletas son vitaminas. Toma una al día.
Tienes cita en San Mungo mañana a las 7 de la noche (Ya está pagado)
Atte. D. Malfoy
No supo cómo sentirse al respecto, pero algo vibró en su corazón, un sentimiento dulce. No recordaba haberse sentido cuidada alguna vez, ella era la que procuraba a la gente, con Viktor por ejemplo, tenía que orbitar alrededor de él siempre a su ritmo, siempre a su disposición. Esto era nuevo, diferente, que alguien se apareciese a tu puerta, la alimente y ahora un pequeño gesto como este.
"Es por el bebé" Pensó inevitablemente, si… Nadie pensaría en ella más que ella misma.
Se llevó la mano al vientre – Parece que me equivoque con tu padre… – Murmuró ella y se sonrojó de inmediato. Ahora hablaba sola, bueno, no estaba del todo sola en realidad.
︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿
Yo hubiera dicho que si de una
Hermione sino lo quieres yo si TuT xDDDD
