-No...No. Aléjate. Déjame en paz.

Denahi estaba encadenado al techo, semidesnudo, solo, en esa fría y oscura bóveda. La única luz era la del pequeño foco colgante en medio de ese cuarto.

-Hola muchacho-dijo una voz desde la oscuridad.

Denahi vio con horror a Keldysh salir a la luz, trató de liberarse pero era inútil. Estaba muy debilitado y tenía frío.

-Aléjate de mí-le dijo aunque su voz delataba su miedo.

-Aún no he terminado contigo.

Denahi miró muy asustado el cuchillo que Keldysh llevaba en su mano.

-No. Por favor. No. ¡NO!

Denahi despertó de golpe gritando, estaba bañando en sudor y jadeando. Pero se tranquilizó al ver la realidad: su esposa estaba durmiendo a su lado, sus hijas frente a ellos, también en un sueño profundo. Denahi se levantó de su cama y salió para tomar aire, se sentó en un tronco frente a su tienda para contemplar el cielo estrellado y la luna llena.

-¿Estás bien?

Volteó para ver a Chayo en la entrada de su hogar.

-La misma pesadilla, ya van seis noches.

Chayo se sentó al lado de su esposo y colocó su brazo alrededor de sus hombros.

-¿Crees que...sea un espíritu maligno?

Pero Chayo negó con la cabeza.

-De donde vengo...se le llama TEPT, trastorno de estrés postraumático. Es una enfermedad mental que puede desarrollarse después de un evento traumático. Incluso años después de este. Como yo cuando nos conocimos.

Denahi miró a Chayo con amor, tomó gentilmente su cabeza con sus manos, sólo para darle un beso en los labios. Chayo respondió dejando que la lengua de su esposo jugase con la suya.

...

Como lo había prometido, a la mañana siguiente se realizó el viaje Padre e Hija. Aleu se había quedado en casa para también pasar tiempo con su madre. Denahi y Meztli estaban navegando por el río en busca de un buen lugar para pasar el día. Incluso habían llevado a Jet, quien en un momento comenzó a ladrar hacia una orilla perfecta para desembarcar.

-Buen chico Jet- dijo Meztli.

Denahi y Meztli remaron hasta la orilla, la primera en tocar tierra fue Meztli ya que ella estaba al frente del kayak mientras que su padre estaba en la parte de atrás.

-Ay por fin, ya se me estaban durmiendo las piernas- Meztli

-A mí tambien.

Denahi comenzó a caminar hacia el bosque.

-¿A dónde vas?

-A buscar leña, tu comienza a montar el campamento. Volveré enseguida.

-Ten cuidado.

Denahi se adentró en el bosque, no muy lejos del río para poder vigilar a Meztli. No tuvo problemas para encontrar la leña que necesitaba, así que formó un gran paquete de ramas, lo ató por ambos extremos y lo colocó en su hombro. Cuando escuchó una rama partirse, como si algo o alguien la hubiera pisado.

-¿Hola?

Se escuchó el mismo ruido otra vez.

-¿Meztli eres tú?

En eso vió una figura entre los árboles, parecía ser un hombre. Pero se le heló la sangre al ver que sacó una especie de cuchillo, Denahi no tenía ningun arma para defenderse así que se preparó para correr. Hasta que la extraña figura desapareció corriendo en el bosque. Denahi no lo pensó dos veces y volvió al río, Meztli estaba empezando a armar el campamento cuando vió a su padre regresar tan pronto.

-Sube al kayak.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Recoge todo y vámonos.

-¿Pero por qué?

-Meztli-dijo Denahi tomándola firmemente de los brazos pero sin lastimarla-No te pongas a discutir conmigo y haz lo que te estoy pidiendo.

Meztli vió en los ojos de Denahi que algo había pasado, eso fue suficiente para hacer lo que su papá le había pedido. Una vez todo estaba listo Denahi ordenó a Meztli de subir al Kayak, la chica dió orden a su perro de seguirla y una vez ambos dentro Denahi empujó el kayak al agua para después subir y comenzar a remar lo más rápido que pudo.

Después de una media hora lograron encontrar un lugar incluso mejor que el anterior, aunque se habían alejado un poco más de casa. Denahi y Meztli habían hecho una pequeña fogata y estaban comiendo carne de venado. Pero Meztli remarcó la expresión en el rostro de su padre, una que no le agradaba.

-¿Estás bien papá?

-¿Ah? Oh, sí solo...estaba pensando.

-...Es por lo de hace rato, ¿Verdad?

-Había un hombre en el bosque, no me dió buena espina y no iba a ponerte en peligro.

Pero era más que eso, Meztli lo sabía.

-Pa, ¿Puedo hacerte una pregunta sin que te enojes?

-¿Por qué habría de enojarme?

-Anoche te escuché hablar con mamá, escuché algo sobre...una enfermedad o algo así. ¿A qué se referián con eso?

Denahi recordó en ese momento ese episodio de su vida, el que lo comenzó a acozar desde hace varios días en sus sueños. Denahi vió que su hija estaba preocupada por él, así que le sonrió y le acarició la cabeza.

-Hija...¿Recuerdas las historias que solíamos contarte cuando eras niña?

-Sí.

-Pues...no te dijimos toda la verdad en ese entonces porque eras muy pequeña para entender.

Meztli comenzó a preocuparse más.

-Papá...¿De qué estás hablando?

-Pues, ¿Recuerdas la historia de cuando fui prisionero?

-Sí, te separaron de mamá y fuiste capturado junto al tío Koda. Después mamá te encontró y te rescató.

-Sí, solo que omitímos una parte de la historia. Cuando fuimos separados...asesinaron a tu madre frente a mí. Luego me llevaron a su guarida y...ahí descubrí lo que un hombre es capaz de hacerle a otro. No voy a darte detalles porque es muy doloroso para mí recordarlo pero...lo que te puedo decir es que...fui torturado física y mentalmente e incluso...

Denahi no pudo continuar y desvió la mirada.

-¿Incluso...qué?

Pero Meztli dedujo la respuesta al ver a Denahi cerrar sus piernas con fuerza. Su rostro cambió a horror, sólo cerró a su padre en sus brazos tratando de darle algo de consuelo. Denahi le devolvió el abrazo mientras que ambos podían sentir las lágrimas en sus ojos.

-Papá lo siento, no sabía que-

-Shh, tranquila hija. Tranquila.

...

Al día siguiente los cuatro hermanos fueron de cacería, pero también habían llevado a Meztli y Aleu. Esta era la primera cacería de la pequeña, lo cual explicaba sus nervios pues a ella le desagradaba la violencia. Habían encontrado un caribú, un macho enorme y fuerte, perfecto para aprovicionar carne. Sitka y Koda fueron los que asustaron al animal, Denahi y Kenai lo estaban llevando a una trampa, entonces de los arbustos salió Jet, quien atacó al caribú del cuello para que después Meztli le arrojara su lanza al estómago. Los muchachos llegaron a tiempo para sujetar a su presa, Sitka y Denahi de las patas delanteras mientras que Kenai y Koda sujetaban las patas traseras. Jet seguía mordiendo el cuello del animal pero no era suficiente para asfixiarlo, así que Aleu debía darle el golpe final. Su hermana le entregó su cuchillo de piedra.

-Hazlo rápido Aleu, para que no sufra- Meztli

Aleu levantó el cuchillo en el aire, estaba lista para matar al caribú. Pero encuanto vió sus ojos vió el sufrimiento de ese pobre animal, sus gritos y gemidos la hacían dudar, pero lo peor fue la presión que comenzaba a surgir de los demás.

-Vamos Aleu-Sitka

-Aleu ya mátalo-Denahi-No podemos sujetarlo más.

-No lo pienses, solo hazlo-Kenai

-Aleu rápido-Koda.

La niña entró en pánico, no sabía que hacer, se había quedado petrificada.

-No...no puedo. No puedo hacerlo.

-Aleu, Aleu-Meztli

La mayor miró a su padre, su rostro lo decía todo. Meztli retomó su cuchillo y terminó matando al animal de un movimiento limpio y rápido. Aleu salió corriendo al bosque, Denahi fue quien la siguió mientras que los demás se quedaban con la presa. Después de correr una pequeña distancia finalmente la alcanzó.

-¡Aleu detente! ¡Detente!

Aleu volteó a ver a su padre con lágrimas en los ojos esperando un regaño, pero Denahi sólo se bajó a su nivel para no verse intimidante.

-Papi lo siento, no pude hacerlo. No pude-

-Oye, oye, respira.

Aleu comezó a relajarse más.

-Bien, ahora, dime lo que te pasó. No estoy enojado contigo, pero me preocupaste cuando saliste corriendo así.

-No pude matarlo papi, no pude, estaba sufriendo mucho. No me gusta cazar papi, no me gusta ver a los animales morir. Por favor disculpame.

-Ay nena, ven aquí.

Aleu abrazó a su papá.

-Te amo Aleu, lo sabes, ¿Verdad?

Ella asintió con la cabeza. Después de un rato de calmarla ambos regresaron con los demás, los muchachos ya estaban terminando de preparar al animal para transportarlo. Sitka y Denahi al ser los mayores serían quienes llevarían al animal primero, después cuando ellos estubieran cansados sería el turno de Kenai y Koda. Incluso Meztli quería ayudar, pero su padre y sus tíos decidieron que no porque era demasiado pesado para ella. Aunque después de insistir varias veces Denahi cedió pero cuando ya estubiesen llegando a la aldea, para Meztli fue suficiente.

Llegaron a la aldea después de una hora de caminata, Meztli y Koda fueron a dejar su presa con algunos hombres mientras que Denahi llevaba a Aleu a casa.

-Hola, ¿Qué tal les fue?- Chayo

-Aleu se privó en la cacería-dijo Meztli entrando como si nada a su tienda.

Esto hizo sentir mal a su hermanita, Denahi tampoco aprovaba la actitud de su hija mayor hacia Aleu. Lo que explicó su mirada severa a Meztli.

-No me gusta cazar mamá. No quiero matar animales.

Aleu esperaba decepción de la parte de su madre, pues sabía que ella había sido una gran guerrera cuando sus padres se conocieron. Su padre era uno de los mejores cazadores de la aldea y su hermana mayor había nacido para luchar. Todos estos factores ejercían una gran presión sobre la niña, sobre todo porque ella era todo lo contrario, odiaba la violencia y le temía al peligro, no se veía a si misma como una persona valiente o fuerte. Sorprendentemente su madre sólo la envolvió en un abrazo y le dió un beso en la cabeza.

-Te entiendo Aleu. No te creas, matar la primera vez no es fácil. Lo digo por experiencia, pero debemos hacerlo por supervivencia.

Aunque Chayo esperaba que sus hijas nunca debieran quitarle la vida a alguien en defensa propia. Como ella lo había echo tantas veces.