¡Saludos, queridos lectores!

Hoy correspondía la actualización de Dimensión espejo, pero debido a que no pude completar el capítulo y que antes de ocuparme, este capítulo ya lo tenía muy adelantado, decidí subir esta historias para no dejarlos sin actualización este fin de semana.

Como mencioné en Inexperiencia, no contaré con mucho tiempo para escribir durante un tiempo, pero haré lo posible para poder actualizar Dimensión espejo la próxima semana. De no poder completarlo, es muy probable que actualice Apuesta XL, ya que es un capítulo que casi tengo completado.

Espero no haber decepcionado a nadie, aunque sé que Dimensión espejo es de las actualizaciones más esperadas. Sin embargo, habrá una temporada en que me mantenga con un poco de caos en mis actualizaciones.

Sin más hacer más larga la introducción, los dejo con el capítulo de hoy n.n


Hiashi hizo parar la música e hizo un llamado a sus invitados desde la cima de las escaleras acompañado de sus dos hijas y su sobrino mientras los sirvientes entregaban copas a los invitados a toda prisa.

—Bienvenidos mis muy distinguidos invitados a la fiesta anual de nuestra familia Hyuuga. Deseo que estén teniendo una agradable velada y se estén divirtiendo —hablaba con voz firme— Esta noche es muy especial, ya que hemos sido honrados con la presencia de la Duquesa de Kūki del Reino de Uzushio —los invitados comenzaron a aplaudir mirando a la pelirroja— Duquesa, sepa que el esmero de esta fiesta, es en honor a usted ya que pronto seremos familia, una vez que su primo despose a mi hija. Esperamos que también nos honre con su presencia cuando venga de visita.

—Agradezco su amable invitación —respondió la pelirroja sabiendo de antemano, que Hiashi quería hacer público que había una relación entre ella y su familia.

—Por supuesto, usted será nuestra invitada más distinguida en la boda. Nos encantará verla allí.

—Por supuesto que no me perdería la boda de mi querido primo —aseguró Karin un poco indignada, porque pareciera que sin la autorización de ese hombre, ella no podría estar en dicha ceremonia. Por supuesto, esto no dejó del todo bien a Hiashi.

—Y estoy seguro que su primo no podría celebrar su boda sin su presencia, Duquesa —intervino Neji para salvar la cara de su tío— Una boda es un evento para compartir la felicidad de los novios con sus seres más queridos.

—Una de mis mayores felicidades, está en ver a mi hija casada con un distinguido caballero y sin duda, no pudo encontrar mejor caballero que el hijo del Duque de Ōku —Hiashi recuperó la palabra tomando una copa de la charola que un sirviente detrás de él cargaba y sus hijas y sobrino hicieron lo mismo— Es por ello que me gustaría hacer un brindis, en agradecimiento a Dios por permitir que mi hija encontrara el amor en un hombre tan respetable, que, aunque no esté presente en este momento, sé que amará y cuidará a mi hija —miró a la pelirroja— También brindo por la Duquesa de Kūki, quién nos honra con su presencia y le deseo la misma fortuna que a mí hija, y por ustedes mis invitados, a los que les deseo una agradable velada. Salud.

Los invitados levantaron sus copas diciendo "salud" antes de beber del vino que les habían repartido y después aplaudieron a su anfitrión.

—¿No bebe, Duquesa? —Itachi le preguntó a la pelirroja que al fin había podido acercarse a ella.

—Sí lo hago, pero el vino se me sube rápido, así que lo beberé lento.

—Por favor, sigan disfrutando de la velada —concluyó Hiashi e hizo una señal a los músicos para que volvieran a tocar.

—No tiene que beberlo si no quiere —Itachi dejó su copa vacía en la charola de uno de los sirvientes e hizo un gesto con la mano para invitar a la pelirroja a hacer lo mismo aún si había líquido en su copa.

—Quiero beberlo —aseguró Karin dando un trago más a la bebida y casi de inmediato, se vio rodeada nuevamente de los invitados.

—Buenas noches de nuevo, Duquesa. Quiero reiterar mi invitación a bailar, ya que no recibí respuesta —el joven que se había presentado como Rock Lee se había acercado de nuevo a ella con su exagerada formalidad, pero enseguida, hubo más caballeros que repitieron sus invitaciones.

—Señores, por favor, al menos esperen la respuesta de la Duquesa —intervino Itachi.

—Ella bailará conmigo —se oyó la voz de Sasuke que, con mucha dificultad, había logrado acercarse de nuevo.

—Yo…

—Me parece que la siguiente pieza, la Duquesa me la ha prometido a mi —Neji apareció y Karin no pudo evitar confirmar sus palabras mirando su carné, aunque no pudo confirmarlo del todo, ya que no conocía el nombre de todas las canciones de moda en el país del Fuego.

Al levantar la vista y ver todos esos rostros impacientes por saber si ese joven había mentido o no, comenzó a agobiarse. Sólo pensar que cada pieza de baile se vería rodeada de todos esos hombres, no le era nada grato, y al ver a Sakura queriendo acercarse a Sasuke, sus celos despertaron.

—Señores, agradezco mucho sus invitaciones, pero me temo que todas las piezas de baile, excepto una, ya las tengo prometidas a los señores Uchiha o al señor Hyuuga —respondió la pelirroja y se apresuró a seguir hablando antes de que comenzaran a pelear por ese único baile libre— El baile se lo concederé al señor Lee, ya que fue el primero en hacerme la invitación y fue interrumpido dos veces antes de yo poder contestarle.

La mayoría de los hombres querían protestar, pero en su lugar, comenzaron a invitarla a caminar al jardín, ir al salón de juegos o platicar entre cada pieza de baile para poder convivir con ella. Cualquier excusa era buena para tratar de acercarse a ella.

—¿Vamos a la pista? —Neji se acercó a la pelirroja ofreciendo su brazo y Karin dudó al principio, pero aceptó con una sonrisa.

Todos los varones ahí quedaron descontentos con ello, pero los más molestos con la escena, eran Itachi y Sasuke.

—Parece ser que ha tenido una noche complicada —Neji abrió tema de conversación poco después de iniciar con los primeros pasos.

—Diría yo que más bien han sido unos meses complicados.

—¿Hay algo en lo que pueda ayudar?

—Mientras no se comporte insistente como el resto de los asistentes, ya es una gran ayuda —respondió la pelirroja— Con el tiempo, el resto desistirá poco a poco, pero me gustaría que eso ocurriera más rápido.

—Prometo no ser insistente. No es mi estilo, pero admito que me sorprende que viviendo en casa de los Uchiha, prefiriera darle la mayoría de sus bailes a ellos —comentó Neji mientras iban y venían en el baile— Si le soy sincero, todos en Konoha pensábamos que intentaría socializar con más personas, ya que se ha extendido el rumor de que está buscando esposo.

—¿Y usted quiere proponerse como opción? —preguntó Karin riendo, algo que confundió a Neji, pues no era esa la forma en que las mujeres de Konoha solían comportarse. Incluso se puso nervioso.

—Yo…

—No tiene que mentir. Si todos aquí piensan que busco marido, sé que me rodean con atenciones por los beneficios que pueden obtener de mi si me convierto en su esposa —respondió la pelirroja— Pero tengo una mala noticia para todos los caballeros aquí: me voy a casar por amor, no por beneficios y me temo que un hombre del Fuego no es mi mejor opción.

—Entiendo que esté molesta por la insistencia, pero si se diera la oportunidad de conocer a algunos, como el Señor Lee, se daría cuenta de…

Karin comenzó a reír, llamando mucho la atención de Neji, aunque al mismo tiempo se sentía ofendido porque parecía que ella se burlaba de él.

—Lo siento, no esperaba que me diera una buena recomendación de algún hombre de aquí que no fuera usted mismo o un familiar —comentó la pelirroja— Pero mi renuencia a elegir marido aquí, es que no encajo en los estándares de su gente y ustedes no lo hacen en los estándares de la mía.

—Puedo reconocer sin problemas, los méritos de los demás, por ello menciono al Señor Lee —respondió Neji aún ofendido de que ella lo pensara como alguien que hablaría mal de otros— Y tiene razón al decir que no encajamos mutuamente, pero le recuerdo que a los Condes de Ōku les funcionó.

—Mi tía se crió la mayor parte de su vida aquí, así que no es de extrañar.

—Si nos tiene en tan baja consideración a todos los hombres del país del Fuego, le recuerdo que su tío y su primo se ven incluidos —reprochó Neji.

—Yo no dije que no hubiese hombres interesantes en este país o que los menospreciara, sólo dije que no me veo casada con uno de ustedes por su forma de pensar sobre las mujeres —protestó Karin— Sé que aún mi tío o mi primo, podrían dejarse llevar por sus costumbres donde querrían manejar mis bienes y yo quiero que mi marido respete mi independencia económica.

—Si dice eso en voz alta frente a sus pretendientes, es muy probable que muchos la dejen en paz.

—Lo hice, pero en su vanidad masculina, no me escuchan.

—¿Y acaso los señores Uchiha son diferentes? Parece que con ellos se siente más cómoda.

—¿Por qué dice eso? —preguntó Karin alarmada y tratando de disimular su inquietud.

—Porque en lugar de conocer a otros hombres, prefirió llenar su carné con el nombre de ellos —señaló Neji dándole una vuelta a la joven para las últimas notas de la pieza.

—Son mis anfitriones, así que son más pacientes al hablar conmigo.

—No dude que quieran conquistarla como el resto —él hizo una reverencia para agradecer el baile, mientras la pelirroja hacía lo mismo.

—Nunca bajo la guardia —respondió ella y dió media vuelta para retirarse de la pista.

Tan pronto como dió el primer paso fuera de la pista, tuvo de nuevo a su alrededor a mucha gente queriendo invitarla a otras actividades, pero cuando la pieza prometida a Lee estuvo por empezar, él se acercó a invitarla a la pista.

—¿Me permitiría está pieza? —preguntó ceremoniosamente, pero exagerado.

La Duquesa aceptó la invitación para salir de la multitud y mientras caminaba de regreso a la pista, notó que Sasuke llevaba al mismo baile a Sakura.

—Lamento mucho mi franqueza, Duquesa, pues aunque es un placer bailar con usted, admito que esta invitación es porque me gustaría pedirle dos favores —habló Lee mientras llevaba a Karin.

—¿Qué favores? —preguntó la pelirroja distraída, porque miraba a Sasuke bailar.

—El primer favor, no es para mí, sino para los niños huérfanos de la ciudad. Verá, el invierno pasado hubo una gran nevada que afectó el orfanato, y aunque mucha gente ha donado para repararlos, no logramos conseguir lo suficiente para hacer las reparaciones y reemplazar todo lo que se arruinó —explicaba Lee— Sé que usted cuenta con un capital elevado y me gustaría pedirle que haga una donación para poder terminar de reconstruir el orfanato y renovar los muebles. Por supuesto, debido a que ya he recolectado algunas donaciones, no es necesario donar la cantidad que se presupuestó, pero si lo hiciera…

—¿El Duque de Sōsu hizo alguna donación? —preguntó Karin, quién había puesto un poco más de atención a las palabras de su pareja, pero no despegaba la vista de Sasuke y Sakura.

—Claro. Fue muy generoso, pero no ha sido suficiente.

—¡¿No fue suficiente?! —preguntó incrédula llamando la atención de los invitados, pero enseguida siguieron bailando.

—Por supuesto no podemos esperar que el Duque dé todo su patrimonio, también requiere de recursos para vivir —respondió el joven llevando a su pareja de baile.

—No necesita el dinero que usó para esta fiesta para vivir y tampoco necesita organizar una fiesta tan lujosa si podía hacer un mejor uso de los recursos —Karin respondió mirando a su pareja de baile, pues brevemente, mirar al azabache había perdido relevancia al oír las palabras de Lee— Estoy segura que únicamente el dinero destinado a todos esos adornos, velas, candelabros y manteles de seda, sería suficiente para reparar el edificio.

—Concuerdo con usted, Duquesa, pero me temo que no hay forma en que yo pueda presionar o convencer al Duque de Sōsu para donar más, por eso tengo que buscar en otros sitios.

—¡Ay! —se oyó un grito que hizo voltear a todo el salón. Había sido Sakura que había tropezado, lo que la hizo parar a los brazos de su pareja de baile.
Karin, al ver la escena, sintió sus celos subir a un nivel diferente, de modo que su boca comenzó a secarse y el olor de la sangre de todos los presentes se hacía más distinguible bajo su nariz.

—Entiendo muy bien su molestia, pero espero que eso no sea un impedimento para que pueda ayudar a los niños —respondió el joven que había mirado con una sonrisa triste la escena de la pelirrosa en brazos del azabache— Se lo suplico. Incluso, si duda del uso de los recursos, puedo invitarla a conocer a los niños y a los encargados del orfanatorio.

La joven pelirroja apenas podía entender lo que su pareja de baile le decía, pues el ansia de la sangre se estaba volviendo incluso más grande que los celos que le despertaba ese instinto, pero tuvo la suficiente razón para que tal situación le recordara el plan que tenía con Doa para conseguir el libro de magia de los Hyuuga.

Fue muy difícil aferrarse a la razón para poner en marcha el plan, pero cuando pensó que, además de darle tiempo a su sirvienta de buscar el libro, la distracción rompería la atmósfera entre Sasuke y esa chica, se apresuró a hacerlo.

—No me siento…

Y justo en ese momento, Karin fingió un desmayo que llamó la atención de todos los presentes que, para tratar de interactuar con ella, se acercaron a auxiliarla. Por supuesto, el primero en estar ahí en su auxilio había sido Lee que la llevaba en el baile, pero mientras la pelirroja mantenía los ojos cerrados fingiendo su inconsciencia, pudo notar que alguien más la cargó en brazos.

Ella deseaba que se tratara de Sasuke, pero en realidad era Itachi que había llegado primero. Eso sí, por el olor de la sangre, ella sabía que aquél que la hacía suspirar estaba muy cerca, pero no ayudaba en nada que la tal Sakura estuviese junto a él.

—Llevémosla a una sala de descanso, sígame —se oyó la voz de Neji, y aunque la pelirroja no podía ver nada, sabía que había mucha gente que intentaba colarse a dicho cuarto porque "estaban preocupados por ella".

Itachi llevó en brazos a Karin hasta la sala a la que Neji lo guió, y por detrás, Hinata, Lee, Sasuke y Sakura entraron al lugar y el único motivo por el que no entró más gente, fue porque los jóvenes Hyuuga había solicitado a los sirvientes no dejar pasar a nadie más.

—¡Traigan las sales! —Neji ordenó a uno de los sirvientes que no tardó en acatar la orden.

El mayor de los Uchiha recostó a la pelirroja en uno de los sillones que allí había y en cuanto el sirviente volvió con el encargo, pasaron el frasco con el contenido por debajo de la nariz de la joven.

La sed que Karin tuvo a causa de las emociones fuertes, disminuyó un poco a sabiendas que había interrumpido el momento de cercanía entre Sasuke y Sakura, pero no por ello dejaba de percibir el aroma de la sangre de todos los invitados. Empero, el olor de él llamaba su atención por sobre el de los demás.

—Le diré a uno de los sirvientes que llame al doctor —comentó Hinata apurada.

—¿Qué fue lo que pasó? —Sasuke se acercó a Lee con cierta hostilidad.

—Estábamos hablando, y me temo que la hice enojar sin quererlo, pues fue cuando se desmayó.

—¿Qué le dijo? —el azabache frunció el ceño.

—Sasuke-kun, no creo que él tuviera la intención de…

—Señorita Haruno, sé que fue culpa mía hacer enojar a la Duquesa tanto como para que se desmayara —habló Lee muy formal— Es verdad que no fue mi intención que esto ocurriera, pero no me deslindo de mi responsabilidad.

—Usted debió…

—Ahora mismo, eso no importa demasiado, Sasuke. Es preocupante que ella no despierte —intervino Itachi, quién intentaba despertar a la pelirroja con las sales, pero ya que ella estaba tratando de distraer a la gente, fingía seguir inconsciente— Si no despierta, tendremos que esperar a que el doctor llegue. Espero que no tarde demasiado.

—¿Qué pasó? —Mikoto, Fugaku y Hiashi entraron a la habitación, pues aunque inicialmente se habían apresurado para seguir a sus hijos, los sirvientes de los Hyuuga les habían impedido el paso, hasta que su señor apareció.

—Parece ser que tuvo un disgusto muy fuerte. Lo preocupante es que no despierta con las sales —respondió Itachi.

—¿Quién la hizo disgustar? —preguntó Fugaku mirando a sus hijos con dureza, pues como él había estado en la sala de juegos, no había visto que la joven bailaba con alguien más.

—Fue mi culpa, señores. Lo lamento mucho —Lee no dudó en hablar.

—Quizá sea mejor que deje la habitación. Si ella despierta y recuerda su disgusto, podría ser contraproducente —sugirió Neji dirigiéndose al pelinegro educadamente.

—Quizá nosotros también deberíamos salir de aquí Sasuke-kun. Somos demasiados en el cuarto y pronto la estarán atendiendo —Sakura le murmuró al aludido.

—No creo que haya sido un disgusto provocado lo que realmente la haya hecho desmayarse —comentó Itachi— Toda la noche ha estado rodeada de gente, y ha mencionado en varias ocasiones que eso la agobia fácilmente —el mayor dió un paso atrás— Sugiero dejarla descansar en lo que llega el médico y disminuir el número de personas de la habitación.

—Yo me quedaré —Sasuke se apresuró a decir.

—Si no fue por un disgusto, también me gustaría quedarme, después de todo, era yo quien bailaba con ella cuando todo ocurrió —habló Lee bajo su sentido de responsabilidad, y casi de inmediato, Hiashi se arregló la voz.

—Nosotros, siendo los anfitriones de la fiesta, debemos estar al pendiente —comentó Neji entendiendo la indicación.

—Nosotros somos sus anfitriones en el país, así que debemos asegurarnos de que esté bien —siguió Fugaku.

—Seguimos siendo muchos. ¿Por qué no dejar a las chicas a cargo? —sugirió Itachi refiriéndose a Hinata, Sakura y su madre.

Los cabecillas de las familias no parecían querer aceptar la sugerencia, pero tampoco se verían bien insistiendo en permanecer allí si eso realmente afectaba a la Duquesa.

—Cuida de ella —Fugaku le indicó a su esposa y optó por salir.

—Quedas a cargo —Hiashi le indicó a su hija e hizo una señal a su sobrino para que lo siguiera.

—Vamos, Sasuke, madre se hará cargo.

Poco contento, Sasuke accedió a irse después de ver que Itachi salía detrás de su padre y los varones Hyuuga, ni siquiera volteó a ver a Sakura, pero sí echó una mirada al joven con el que la pelirroja había estado bailando antes de desmayarse y se quedó parado en el marco de la puerta.

—Lamento las molestias —Lee se inclinó ante las féminas y se dirigió a la salida.


¿Karin podrá controlar su sed? ¿Hiashi tendrá éxito en que Karin se vea interesada en Neji? ¿Doa habrá podido conseguir el libro de magia que se oculta en la casa de los Hyuuga? ¿Qué otras dudas les han nacido al leer el capítulo?

Me encantará leer sus teorías y dudas en los comentarios n.n

Soy consciente de que esta es una de mis historias que muy pocos seguidores tiene, y desgraciadamente es de las que más fácil me ha resultado sacar actualizaciones, pero trataré de enfocarme un poco más en las historias que tienen más público para no hacerlos esperar más de lo que por desgracia, me veo obligada a tardar.

Por ahora me despido, esperando que los pocos fans de esta historia hayan quedado satisfechos con la actualización de hoy n.n

¡Hasta la próxima actualización!