Día 5: Pasatiempo para dos

Fanficker

Ranma Saotome estaba demasiado cansado para estudiar más, tenía un parcial de historia del derecho japonés. Aunque nadie había apostado nada por él, un golpe de suerte tal vez lo había puesto en la carrera que su madre siempre había querido y no le iba del todo mal, tampoco era el mejor de su clase, ese puesto estaba reservado para Tendo, la mujer perfecta por la que media universidad suspiraba. Ranma se sacudió, sorprendido por estar tan distraído pensando en ella.

—Suficiente por hoy, lo que ha de ser, será — zanjó cerrando el libro.

Justo en ese momento asomó la cabeza la señora Saotome.

—hijo, espero que ya hayas terminado de estudiar todo.

La madre de Ranma se abrió paso con una bandeja con café negro y algunos bocadillos.

— Mamá, ya es muy tarde— dijo Ranma preocupado mirando el reloj de pared que marcaba la una de la mañana.

— Ranma hijo, tú dedícate a estudiar qué yo te apoyaré en lo que pueda.

El joven vio, arrepentido, el libro que acababa de cerrar. — tomaré un descanso— dijo tomando la bandeja— y luego estudiaré un poco más.

—¡Así me gusta hijo! No esperaba otra cosa de ti.

— No te preocupes mamá, ahora anda, ve a dormir.

La señora Saotome sonrió. Al quedar viuda hacía algunos años, cuando Ranma tenía apenas doce años, le había jurado a su esposo en el lecho de muerte que haría de Ranma un hombre entre los hombres, lo cual incluía cultivar el cuerpo, pero también la mente.

Ranma se aseguró que su madre ingresara a la otra habitación y cerró la puerta. Se tiró en la cama con un bocadillo en la mano, con la otra desbloqueó el celular. Un mensaje en su correo electrónico llamó la atención.

—¡Es una nueva historia! — dijo emocionado, pero en el volumen mínimo para no ser escuchado por su madre. — por fin, llevaba años sin escribir, pensé que se había vuelto escritora profesional o algo así.

Supongo que puedo darle un vistazo…cinco mil palabras, está bien, mientras me tomó el café.

Comenzó a devorar el fic. Comenzaba ambientando la historia en la universidad, vaya, qué coincidencia, aunque no era nada raro en las historias de A-chan19.

Inuyasha era un estudiante de intercambio que llegaba a la universidad de Tokio y se encontraba con Kagome.

Ranma se atragantó con el café y tosió con violencia.

El único amigo de Inuyasha, un joven alto, de ojos azules, (lo cual ya de por sí le había llamado la atención), había realizado un ejercicio en el gimnasio de la universidad, no parecido o con algunos movimientos iguales, sino exactamente igual al que él había realizado el día anterior.

Ranma se levantó de un salto y escarbó en la canasta de la ropa sucia.

—es la misma.

El personaje de Raiden tenía exactamente la misma ropa que él había llevado, su traje de entrenamiento también era igual.

Bahh es una tontería, estoy imaginando cosas.

Terminó de leer el capítulo con una sonrisa y decidió continuar un rato más con el estudio.

.

La semana se le antojó eterna, con algunos exámenes no tuvo ningún problema y otros los pasó en el mínimo posible. Por fin descansaría y tendría de nuevo tiempo para entrenar de verdad, no solo rutinas rápidas.

Sus amigos habían propuesto ir a divertirse al karaoke y Ranma había aceptado, más por distraerse que porque le gustara ese tipo de lugares.

—¡Mamá, voy a salir con unos amigos! — anunció en la puerta ajustándose la chaqueta de jean.

La señora Saotome, salió dando pequeños pasos, ataviada con su habitual kimono. Lo miró de arriba a abajo y se aproximó para sacudirle la camiseta.

—Por qué no te pones la camiseta nueva, la que te regalé.

Ranma iba a protestar, pero recordó que esa precisa camiseta sí le gustaba.

— Está bien, mamá.

.

.

El karaoke estaba cerca de la universidad, para llegar solo le hacía falta tomar un tren y bajarse en la segunda estación.

Afuera ya se encontraban varios de sus compañeros, las chicas todavía no habían llegado, al parecer se iban a reunir en alguna casa para llegar todas juntas.

—¡Oh por Kami! Ya viste a Tendo— lo codeó Yohichi, un amigo de la infancia que también estudiaba para ser abogado.

Ranma se enfocó en la mencionada, quien venía a la mitad de la cuadra, justo en el centro de todas las compañeras de clase. La falda corta tableada de color negro dejaba al descubierto sus largas piernas, cubiertas solo por unas pantimedias de transparencia negras. El joven fue víctima de una fiebre inexplicable, parpadeó enfocándose en el rostro de ella que parecía algo diferente, se había maquillado sutilmente, pero tenía que admitir que se veía todavía más hermosa.

Akane estiró la blusa rosa, pensando si debió haberse puesto mejor un vestido, sus amigas iban mucho más atrevidas, en tacones altos y llenas de brillo, pero ella no se sentía cómoda de esa manera.

Saludo a sus compañeros y entraron juntos al karaoke.

Por azares de la vida Ranma terminó sentado junto a Akane, no habían hablado más de algunas frases ocasionales en el salón, de hecho era la primera vez que estaban juntos en una reunión social.

Los jóvenes compartieron una cerveza, Ranma no acostumbraba a tomar y el líquido le ocasionó una oleada de calor. Se quitó la chaqueta y la dejó en el asiento.

—¡Ey, Ranma! — lo llamó Yoichi desde el otro lado de la mesa, por encima del ruido.

Se tomó la camiseta señalando con insistencia el bolsillo donde estaba el símbolo Uzumaki.

Ranma entendió perfectamente, se miró su propio bolsillo donde tenía bordado el símbolo Uchiha, de una de sus series favoritas y rio divertido.

— ¿Te gusta el anime?

La voz de Akane en su oído lo tomó fuera de lugar, enrojeció hasta las orejas y tartamudeó su respuesta —Sí, digo, no, bueno, algunas series.

Akane sonrió hasta que sus grandes ojos chocolate se volvieron más pequeños. Ranma se quedó con la boca medio abierta, por unos segundos le pareció que había abandonado su cuerpo, tanteo la mesa hasta dar con su bebida y dio un largo sorbo.

Era un idiota, seguramente Akane estaba pensando que era un chico raro que se la pasaba encerrado días enteros sin bañarse leyendo mangas y viendo series y análisis de capítulos en internet.

— ¡Yo si me baño! — escupió sin pensar.

Akane alzó una ceja —¿Y quién dijo que no lo hacías?— respondió Akane indignada por el tono que había utilizado con ella.

— Solo decía que me gustan algunas series de anime, no soy un otaku.

—Ya.

Demonios, yo y mi bocota.

Akane giró la silla levemente hacia su amiga Kiki y empezó una conversación animada sobre los temas del último examen.

Ranma puso los ojos en blanco y atacó el plato lleno de maní, llenándose la boca de un manotón. Había arruinado la oportunidad.

Una de las chicas que los había torturado con una canción romántica desentonada bajó del escenario sonriente y apuró su vaso de cerveza.

—Por favor no tomes más— suplicó Yoichi con las manos juntas — me duelen los oídos Oyuki.

La chica le encajó un codo en el estómago a Yoichi.

—¡Bruta!— dijo casi sin aire — Mejor que cante Ranma, anda Ranma, sube al escenario.

Yoichi se paró y rodeó la mesa hasta llegar donde su mejor amigo.

—Anda, demuéstrales que las clases de canto a las que te mandaba tía Nodoka cuando eras un niñato sirvieron para algo.

—¡¿Qué?!, No, no seas idiota, ¡Cállate!

—¡Ranma! Ranma, Ranma— Yoichi comenzó a animar a todos sus compañeros para que empujaran poco a poco a Ranma hasta el escenario.

—con ustedes ¡Ranma Saotome! Estudiante de primer año de derecho— anunció Yoichi acercándose al micrófono — soltero por si hay alguna candidata interesada.

—¡Esta me la pagas!— amenazó Ranma.

Yoichi se encogió de hombros, sabía que su amigo era incapaz de hacerle algo, le tiró el micrófono y Ranma lo atrapó en el aire.

.

.

.

— Ranma, ya está listo el desayuno.

El muchacho dio un bostezo que por poco le desencaja la mandíbula.

Ya sabía que era inútil pedirle a su madre que lo dejara dormir un poco más, consultó el reloj, ya eran más de las diez de la mañana. ¿Desde cuándo Nodoka Saotome se había vuelto tan flexible?

—¿Mamá?

—Al fin despiertas hijo, ¿sabes cuantas veces te llamé?

—Lo siento…

Ranma se sentó con las piernas dobladas en el comedor tradicional, puso el teléfono a un lado de su plato y vio una notificación que le llamó la atención.

Actualizó, al fin.

—Nada de teléfonos en la mesa— ordenó Nodoka.

Ranma dio un respingo y guardó el dichoso aparato en el bolsillo.

Comió a grandes bocados y se tomó el té en dos sorbos quemándose la lengua.

Nodoka se aclaró la garganta — espero que todo esté afán se debe a una linda chica que pronto me vas a presentar.

—¡¿Qué?! No mamá, de que hablas.

Nodoka perdió la sonrisa y se dispuso a limpiar la mesa.

Ranma regresó a su cuarto y cerró la puerta, sacando el teléfono apresuradamente. Comenzó a leer y se tiró en la cama sin despegar los ojos de la historia.

—¡¿Quéééééééééé?!— gritó arrepintiéndose al instante y tapándose con la mano libre la boca.

—Ranma, ¿va todo bien?— preguntó Nodoka desde la cocina.

— Sí, mamá, no pasa nada.

Esto ya era demasiada coincidencia, ¿Cómo era posible que Raiden cantara la misma canción que él había cantado anoche el karaoke?

Sería posible que alguna de sus compañeras fuera A-chan19. ¿Pero cuál?

—Aiko, Azame, Ayame, Aoi— comenzó a enumerar Ranma —¿Akane?...nahh sacudió la cabeza.

¿Por qué tenía que tener tantas compañeras con nombres por A? Debía averiguar, ¿Pero cómo? Ni muerto pensaba confesar que le gustaba leer fics de Inukag. Una idea se le cruzó por la mente, siempre cabía la posibilidad que A-chan fuera un hombre, no era raro que algunos hombres se hicieran pasar por mujeres en redes sociales. Ranma levantó la cabeza con los ojos muy abiertos ¿Yoichi? Yoichi era el único al que le encantaban las series de anime, tenía una gran colección de manga, incluso la colección completa de Inuyasha y por último y más importante, Yoichi era el único que lo había acompañado aquella noche en el gimnasio.

Ranma se apresuró a teclear

¿Yoishi estás en casa?

Apenas despierto, creo que

no debí tomar tanta cerveza

Me mata el dolor de cabeza

Idiota

Pero me divertí y mucho

Y a qué no adivinas

¿Qué?

Tengo el video completo de

tu serenata

Bórralo

Pensé que querías que lo

subiera al grupo de la univer

sidad

Ah, así que quieres

morir joven.

Ja, ja,ja, admítelo no podrías

vivir sin mí

Me las arreglaría

T.T qué malo eres Ranma

Ya deja de bromear

Puedo pasar en una hora

?

No es nada, es solo que…

Luego te digo

No me digas que terminaste

Enredado con alguna de las

Chicas

Nada de eso, nos vemos

Espera Ranma

Ranma

Ranmaaaa

.

.

.

Yoichi se atragantó con uno de los panes que Ranma le había llevado, mientras su amigo se paseaba por los estantes llenos de funkos y figuras coleccionables.

—Este es nuevo— dijo Ranma señalando una figura de Yiraiya.

—ummju, eshe es edishion limitada— respondió con las mejillas llenas.

— ¿y este?— apuntó a una figura de una chica voluptuosa.

— Mi diosa, mi reina, sí, mi Bulma es nueva.

Yoishi guardó uno de los panes al vapor en la caja y la cerró — pero no viniste a hablar de figuras coleccionables ¿No?— se ajustó las gafas en un gesto automático que hacía cada que se ponía serio, porque Yoichi podía ser un bromista, amante del anime, pero al ser descendiente de una familia de abogados muy reconocidos, era uno de los mejores de la universidad y también podía ponerse bastante adusto cuando la situación lo requería.

Ranma tragó saliva, no estaba seguro de querer enfrentarse al interrogatorio de Yoichi. Movió los ojos inquieto por toda la habitación.

—¿No que tenías mucha hambre?— Ranma sonrió de lado, lo tenía.

—Ah, sí, pero, guardaré este para más tarde.

—Ajá y qué me dices de esas dos botellas vacías.

— Tenía mucha sed.

Ranma caminó hasta el mesón del pequeño apartamento y pasó el dedo por el borde de la botella —¿ y me vas a decir que ahora usas labial?

Yohichi miró hacia el cuarto y se llevó un dedo a los labios— ¡shhh!

Ranma ahogó una carcajada.

—¡Shhh!— repitió angustiado Yoichi— ¿Qué era eso tan urgente a lo que venías?

—Ah, no, no es nada, solo quería salir de casa, mi mamá estaba dándome un sermón acerca del alcohol y los artistas marciales…te dejo para que atiendas como es debido a Oyuki.

Yoichi palideció y se hundió en el sofá —¿Cómo supiste?

— Era obvio, con tantas peleas iban a terminar así.

Ranma se dirigió a la salida pero antes de irse se giró hacia su amigo — oye, últimamente estoy viendo muchos anuncios de una cosa llamada Fan…— Ranma hizo cómo que no recordara bien el nombre —¿Fanfiction?, ¿Tú sabes que es eso?

Yoichi mudó el gesto a uno sombrío —herejía

—¿Qué?

— Solo lo que escribe y dibuja el autor original es canon, el resto es una herejía, cosas que se inventan los fans para satisfacer sus deseos.

— Ahh, ok, supongo que pediré que no me envíen más publicidad como esa.

—Es lo mejor que puedes hacer Ranma.

— ok, adiós Yoichi y …cuídate, ya sabes, no quiero ser tío tan joven.

Ranma salió justo a tiempo para que un libro grueso no se estampillara en su cabezota.

Estaba claro, no era Yoichi, él podía bromear acerca de todo, pero cuando se metían con sus adorados mangas podía ser peligroso, una vez terminó en la cárcel por pelearse en una convención de anime.

.

.

.

Esa semana Ranma se dedicó a las labores de investigación, visitó a Aiko en el trabajo que hacía en sus días libres en la heladería, la chica estaba interesadísima en los grupos de k-pop, pero nada que le diera indicios de ser una fanfiker. Invitó a Azame a un café, durante toda la conversación no hizo si no criticar a una pareja que llevaban chaquetas a juego de shingeki no kyojin. Descartada. A Ayame, le pidió prestado el celular para enviar un mensaje a su madre, haciéndole creer que el de él lo había olvidado, en una rápida revisión se encontró que a la joven solo le interesaban las promociones de ropa. Con Aoi tuvo la suerte de quedar en un grupo para una tarea de la clase de investigación, en el descanso la invitó a la cafetería de la escuela, la joven solo hablaba de perros, gatos, hamster, tarantulas, parecía que su pasatiempo solo incluía mascotas. Descartada también, solo quedaba una persona...

.

.

.

Ranma llegó tarde ese día a clase, se escabulló entre los asientos agazapado hasta encontrar un espacio vacío.

—perdón — susurró al tropezar los pies de alguien.

Unos ojos color chocolate lo miraron al sentarse.

—Ah, hola, Akane.

—Ranma— respondió Akane sin dejar de prestar atención al profesor de derecho penal.

Estaba perdido, no debió haberse sentado sin mirar. Akane copiaba en el cuaderno sin perder detalle, tenía una caligrafía impecable, no como la de él, no veía nada que delatara que pudiera ser amante del anime, ni un solo sticker, su celular tenía una carcasa de un solo tono y el fondo de pantalla era al parecer el que venía por defecto, tal vez era nuevo.

—Si no copias nada, ¿cómo vas a poder estudiar luego?— susurró Akane.

—Ah, yo, sí…— Ranma se apresuró a sacar cuaderno y lapicero.

Garabateó unas cuantas palabras, después le diría a Yoichi que lo pusiera al día.

Un mensaje iluminó la pantalla del celular de Akane. Ranma no quería, pero le pudo más la curiosidad.

Ryoga

Akane-chan, te gustaría ir a

comer algo después de clase?

¿Ryoga? , Podría ser ¿Ryoga Hibiki?. El peleador de artes marciales con el que casi siempre se enfrentaba en los torneos. No, ese idiota no podía ni hablar con una chica sin sonrojarse. ¿O sí?

Sintió una pesadez en el pecho que subió hasta quemarle la garganta, lo masacraría en el próximo encuentro.

De nuevo la pantalla se iluminó.

Kuno idiota

Hermosa dama, acepta

mis disculpas no fue mi intención

abrazarte tan fuerte, es él

fuego del amor que me obliga...

El mensaje de seguro era más largo, pero era todo lo que se podía leer desde la notificación. Sabía perfectamente de quién se trataba, el imbécil de segundo año que andaba detrás de cuanta falda existiera en la universidad. Resopló murmurando incoherencias en su asiento.

—Señor Saotome, ¿le incomodan mis clases?— dijo el profesor mirándolo directamente y ocasionando que todas las miradas se clavaran en él.

—No, profesor, lo siento—Ranma se levantó para hacer una reverencia.

— Lunes a las siete de la mañana, en mi escritorio, ensayo de diez páginas, el tema…— el profesor sonrió de manera siniestras— se lo enviaré a su correo.

—Sí, sí, sí, señor.

Genial, ahora tendría que olvidarse del asunto del fic, al menos hasta el lunes.

Ranma ahogó otro gruñido al ver como llegaba un mensaje más.

Shinno

Akane, sé que estás ocupada

pero podemos vernos en el

receso de mitad de año, te

invito a la cabaña de mi abuelo.

Ranma tuvo que poner atención el resto de la clase porque el profesor no paraba de preguntarle a cada minuto algo diferente.

—Señor Saotome— dijo por tercera vez el profesor — Recuérdeme en que año se aprobó el derecho penal en Japón.

— En…en…en el año de …

—1907— susurro Akane escondiéndose de la mirada del docente.

—¡1907! Profesor— respondió Ranma a la carrera.

—Muy bien…señorita Tendo.

Akane dio un respingo en el asiento.

— A pesar de mi edad, tengo muy buen oído y muy buena vista también, tal vez le gustaría acompañar al señor Saotome en el ensayo, de treinta hojas.

—¡Treinta! — exclamó Ranma.

— Sí, treinta, ahora que son dos, pueden hacer algo mejor, ¿no lo creen?

—¡Sí, señor! — respondieron al tiempo los jóvenes.

Para alivio de Ranma la clase terminó pronto. Empezó a guardar todo en su maletín, de reojo pudo ver que Akane desbloqueaba el celular, con el mensaje de Hibiki, sonrió nerviosa, con el de Kuno puso cara de asco y con el del tal Shinno simplemente tecleó algo rápido que Ranma no pudo ver.

—Oye… Akane, lo siento, no quería que te castigaran a ti también. Gracias por la ayuda.

— Está bien, no hay problema, ¿podrías enviarme el correo con el tema cuando te llegue? Por favor.

—Sí, claro, dame tu correo.

Ranma sacó el celular del bolsillo — y tu número también, así podemos cuadrar cuando nos vamos a reunir.

—Sí, claro…espera un momento, el número es nuevo y siempre me confundo— Akane deslizó el dedo por la pantalla y justo antes de buscar el número, Ranma creyó ver algo interesante, era azul, una F quizá. ¿Podría ser?

.

.

.

Faltaban dos días para que Ranma se reuniera con Akane, ella había sido enfática, no quería por ningún motivo reunirse en la casa de ella. Principalmente, porque sabía que su familia era un poco alocada y que si llegaba con un muchacho a la casa quién sabe que se imaginarían. Ranma le había comentado que vivía con su madre, así que le pareció buena idea hacerlo en la casa de él.

.

Llegado el día, Nodoka Saotome se había despertado temprano y de inmediato había ordenado a Ranma poner la casa en orden.

—Solo es una compañera de estudio, mamá.

—¿Seguro? Yo te veo muy nervioso hijo, ¿no será que has estado así raro por la señorita Tendo?

—¡¿Qué?! No, no, no, eso no es cierto.

La señora Nodoka sonrió, Ranma era un pésimo mentiroso. — Está bien hijo, cálmate y ve a cambiar las sábanas.

—¿Las sábanas?

— Pero sí, hoy no es sábado.

—No importa, tú ve — ordenó mientras pasaba por tercera vez el plumero por las figuras de cerámica que tenía sobre la mesa.

Muy puntual a las diez de la mañana, Akane estuvo de pie frente a la puerta. Se alisó una arruga invisible en su vestido amarillo de flores en el borde y tomando aire toco tres veces la puerta. Escuchó unos pasos acercarse y su corazón se aceleró.

Ranma vestía unos jeans y camiseta blanca, tan sencillo y aun así se veía tan guapo, le sonrió y la invitó a pasar, ella se retiró los zapatos y los dejó en el mueble destinado para ello a un lado de la puerta.

—Señorita Tendo, es un gusto tenerla aquí, mi nombre es Nodoka Saotome.

— Es un gusto conocerla — Akane devolvió el saludo.

Qué mujer tan hermosa y educada pensó Akane admirando la elegancia de la madre de Ranma.

Ranma sacó el computador y Akane hizo lo mismo. Era evidente que el profesor los quería hacer sufrir, pues el tema estaba muy por encima de sus conocimientos.

Akane suspiró y se apoyó en las manos mirando hacia el techo.

La señora Nodoka puso unos provocativos bocadillos en la mesa.

—Bueno, chicos, los dejó solos, tengo que hacer algunas diligencias en el centro.

—Se, se va a ir Señora Nodoka.

—llámame Nodoka, Akane querida y no te preocupes, mi muchacho es todo un caballero y si no lo es, puedes usar mi katana— señaló un arma que colgaba de la pared, muy bien conservada para ser herencia familiar antigua.

—¡Mamá! — chilló Ranma avergonzado.

—Es broma, es broma, Akane querida, Ranma hasta ahora no me ha presentado ni una sola novia, creo que es un poco lento, así que no te preocupes.

—¡Mamá!— volvió a protestar inútilmente Ranma.

Akane absolutamente abochornada, hundió la cabeza en el computador.

La señora Saotome tomó su bolso y se marchó.

Ranma resopló — Mi mamá solo quería molestarme.

—Entonces, ¿no es verdad que eres un caballero?

—Claro que lo soy.

Akane se rio divertida y Ranma no pudo más que observarla embelesado.

—Tu madre es una persona muy agradable.

—Sí, seguro.

Continuaron trabajando con escasos descansos para llamar a Yoichi y pedirle que le preguntara a su padre o a sus tíos o a sus abuelos, básicamente cualquier abogado de la familia.

—Ya falta poco— dijo Akane estirándose.

Se acercó a la pared y vio una foto de Ranma más joven sosteniendo un trofeo.

—¿Sigues compitiendo?

Ranma se giró para ver a lo que se refería Akane — Ah, sí, eso fue en China, justo antes de entrar a estudiar, este año no empezaré con el equipo de la Universidad.

— A mi papá le encantaría conocerte.

—¿Ah sí?

— Sí, él también práctica el arte.

Por la forma en que Akane miraba la foto, Ranma supo que a ella le apasionaba el asunto.

—¿Tú también…

—Sí, mi padre me enseñó, competí durante años, pero ahora estoy dedicada a mis estudios.

—Podrías hacer las dos.

—¿Tú crees?

— Sí, estoy seguro, pareces en forma.

—Solo corro en las mañanas, debo estar oxidada.

—¿Quieres intentarlo?

—¿Qué? ¿Aquí? No, pero tengo un vestido.

—Ah, no, no, no digo aquí, sino otro día.

—¿De verdad?

—Sí, el viernes podríamos utilizar el gimnasio de la universidad, ese día casi todos se van de fiesta y está solo.

—Entonces el viernes, ¡Es una cita! Digo no una cita, cita, una cita para entrenar— Akane tartamudeo y pidió permiso para utilizar el baño.

Ranma se quedó sentado frente al computador, la tentación era muy grande, se mordió el labio, solo un vistazo, solo un vistazo se repitió mentalmente. Giró para asegurarse que Akane seguía en el baño.

Con un movimiento rápido puso el computador a su lado, en una búsqueda rápida en los documentos encontró una carpeta en especial.

Capítulo 3 El chico de intercambio.

Ranma boqueo por aire. La puerta sonó y Ranma en un veloz movimiento puso el aparato en su lugar.

—Entonces… ¿Tú terminas la presentación y yo las conclusiones y lo reunimos todo el domingo?

—Sí, sí, está bien.

—¿Pasa algo? Estás pálido.

— No, es solo que…estoy algo cansado.

Akane asintió — creo que es mejor que me vaya— dijo viendo el repentino cambio de humor del muchacho.

—Te acompaño — se ofreció él poniéndose de pie.

—No, no es necesario, vivo muy cerca.

— Mi madre no me lo perdonaría.

La puerta se abrió de repente —¿Qué exactamente no te perdonaría hijo?

—Mamá, ah, no, nada, Akane no quiere que la acompañe a casa.

—Ah, no, eso sí que no, Ranma ponte una chaqueta que ya está refrescando y préstale una a tu amiga.

.

.

Caminaron en silencio, Ranma se sorprendió de saber que ella vivía a tan solo cinco minutos de su casa.

—¡¿Tienes un dojo?!

Akane miró el gran portón —Bueno, sí, algo así.

Intentaba decir que hacía muchos años que no estaba funcionando como tal.

—y… ¿No prefieres que entrenemos aquí? En lugar del estrecho gimnasio del campus.

—Es que… Bueno, podría ser el sábado en la mañana.

Que no está Nabiki, ni mi papá.

Ranma se mordió la lengua, ahora tendría que esperar un día más para verla, no era como si en la universidad no se fueran a ver, pero allá era diferente, estaban sus demás compañeros, las clases y en fin.

—Entonces… nos vemos el sábado en la mañana.

.

.

.

Los días faltantes Ranma se encontró poco con Akane, un par de saludos de lejos y nada más, supuso que ella estaba tan ocupada como él y lo dejó estar. El sábado temprano le escribió para asegurarse de la hora.

hola

Akane tardó más de cinco minutos en contestarle

hola

¿nuestra cita es a las 10?

Nos vemos a las 10 PARA ENTRENAR

Está bien, fuiste tú la que dijo que era una cita

para entrenar

ok, nos vemos a las 10.

qué seca, ¿pasará algo?

Un minuto antes de la diez, Ranma ya estaba de pie frente a la puerta, tocó con fuerza el aldabón, pues no estaba seguro de ser escuchado al interior de esa casa tan grande. Lo que no sabía es que Akane lo esperaba del otro lado, hacía un buen rato y que, por pura decencia, esperó un minuto exacto para abrir.

— Ranma— saludó con una corta reverencia.

—Akane.

La chica le indicó que pasara directamente al dojo. Ranma se sintió ligeramente decepcionado de no poder dar un recorrido por aquella casa al estilo antiguo. Akane ya estaba lista con su ropa deportiva, por lo cual Ranma pidió permiso de ir al baño a cambiarse, al menos así pudo conocer un poco de aquel lugar.

—Bueno, muéstrame lo que tienes— pidió Ranma, pensando que Akane se sabría algunos movimientos básicos de su escuela, por lo cual lo que sucedió a continuación lo tomó por sorpresa.

De pronto el mundo daba vueltas, sintió el golpe seco en la espalda y atinó a elevar un poco la cabeza para no darse tan duro contra el suelo. Akane lo miraba desde arriba con el ceño fruncido.

— ¡¿Ey?!— reclamó aireado.

— pero, sí, tu mismo lo pediste— se defendió Akane.

Ranma se puso de pie con un brinco adoptando postura de defensa, a quien engañaba, le había encantado saber que Akane Tendo era fuerte. Debía ir con cuidado si no quería que ella lo lastimara. Y lastimarlo era lo que Akane tenía en mente. Ella se lanzó sin previo aviso y ambos mantuvieron una pelea que solo sería posible de ver en un campeonato. Después de dar y esquivar algunos golpes se separaron agitados, Akane más que Ranma trataba de recuperar el aliento.

— Bueno, te diré— dijo Ranma relajando la postura —eres buena, pero te falta entrenamiento, dejas muchos vacíos que cualquier oponente podría aprovechar, además te falta precisión, yo creo que...

Akane se pasó la mano por la cara y suspiró, sin pensar mucho, barrió con el desde abajo cuando todavía estaba haciendo análisis de la situación.

Ranma se apoyó en los codos para levantar un poco el cuerpo —¡tramposa!— gritó indignado — ¡¿qué te pasa?, no ves que estoy tratando de decirte algo!

Akane que había pensado que podía tomar todo aquello de manera profesional, se cruzó de brazos haciendo un puchero. — será mejor que te vayas — dijo recogiendo una botella de agua que se terminó en dos tragos.

— pero...— Ranma se levantó nuevamente, esta vez con parsimonia— si tú misma dijiste que querías entrenar...

Él estaba confundido, acaso había hecho algo, ¿se había equivocado al pensar que tal vez a ella no le era del todo indiferente?. Tomó sus cosas de mala manera y se dirigió a la puerta.

— estás loca, ¿sabías?

Akane giró la cabeza al lado contrario, indignada — no pienso ser una más de tus citas de un día.

— ¿Cómo dices?— Ranma desanduvo los pasos volviendo a quedar junto a ella.

— Lo que escuchaste— respondió acercándose hasta poder verlo a los ojos, aunque por la diferencia de altura tuvo que elevar la cabeza.

— de verdad que no entiendo nada Akane.

— ¿Entonces me vas a decir que no invitaste un helado a Aiko?

— Bueno, sí, pero...

— y ¿a Azame a un café?

—Sí también pero...

—y a Aoi a comer en la cafetería de la Universidad.

—Sí, pero no es lo que tú piensas.

—¿Ah no? Mujeriego

— déjame explicarte...

Akane se lanzó con una combinación de golpes que Ranma esquivó por poco, interceptó su mano derecha, luego la izquierda y la envolvió en un abrazo, Akane forcejeó con fuerza, con tan mala suerte que la mano de Ranma se deslizó en el movimiento y le rozó el seno. El muchacho saltó lo más lejos posible.

—perdón, perdón fue sin querer.

— ¡pervertido!, te voy a matar— amenazó Akane tomando una de las espadas de madera que a veces utilizaba para entrenar.

—oye, oye, baja eso.

Akane había descubierto en los cotilleos de la universidad el nombre de Ranma, y no había tardado en darse cuenta de las citas que había tenido con sus compañeras, las cuales estaban por no decirlo de otra manera, decepcionadas de no haber vuelto a saber nada de él. Era una idiota por haberse ilusionado con una cita con ese imbécil, mujeriego, pervertido.

Akane gritó, presa de su enojo, y se fue a la carga contra él.

— ¡yo solo quería descubrir quién era A-chan19!— gritó Ranma ante el inminente golpe dirigido a su cabeza.

Abrió los ojos que había cerrado esperando el golpe y la vio allí, temblando de arriba a abajo, tan pálida como si se fuera a desmayar. —¿Qué dijiste?

—Solo estuve investigando un poco a todas las compañeras cuyo nombre empezaba por la A, Aiko, Ayame, Aoi...

—¿revisaste mi computador?... ese día en tu casa, ¡revisaste mi computador!

—Bueno, sí, no tenía otra forma de saber...

—¡¿cómo te atreves?!

Ranma apretó los dientes — ¿Cómo te atreves tú a escribir sobre mí? Y además me espiaste en el gimnasio.

Akane sintió el corazón darle un vuelco y los colores huirle del rostro — tú-tú-tú, ¿lees fics?— preguntó incrédula.

—¡no!— gritó a la defensiva, pero se dio cuenta de que era inútil tratar de ocultarlo— bueno, solo algunos, cuando los personajes son fieles al original y además que querías que pensara al saber que Raiden era yo, era obvio que sintiera curiosidad.

—Yo-yo, yo nunca pensé que tú... además solo era una inspiración, los escritores hacen eso todo el tiempo y en el gimnasio, fue solo una casualidad, yo, pasaba por ese lugar y te vi desde la ventana ¡no te estaba espiando!

— ¿inspiración? Pero si viste igual a mí, canta lo mismo que yo, hasta es igual de idiota que yo a veces.

Akane dejó a un lado la espada y suspiró, todo había sido un malentendido — entonces... ¿Tú no andas teniendo una cita de un día con todas las chicas de la universidad?

—por supuesto que no— se defendió ofendido.

— y dime una cosa Ranma, ¿te gustan mis historias?

La pregunta lo tomó desprevenido, así que solo asintió con la cabeza.

—En ese caso... ¿Por qué nunca has dejado un comentario?, qué no sabes que no debes ser un lector silencioso, al menos déjame un comentario o crítica.

—Bu-bueno, es que no sabría qué decir, no soy bueno escribiendo.

Akane soltó el aire de los pulmones— ¿Qué opinas del final de "Amores y odios"?

— No debiste matar a Seshomaru.

—Tenía que hacerlo, si no, no hubiera tenido sentido.

—Eres mala Akane.

Akane se rio por las ocurrencias de Ranma.

—Akane— Ranma se acercó más, sabiendo que ya no sería golpeado, o tal vez sí, pero valdría la pena el riesgo —hay algo que me gustaría que mi personaje hiciera.

—Ah, sí… Entonces tengo tu permiso para escribir a Raiden.

—Por supuesto.

—¿y quieres que haga Raiden?

Ranma tomó el rostro de Akane con ambas manos y depositó un tierno beso en sus labios.

FIN

NOTAS: no seas como Ranma, no seas un lector silencioso jajja, una indirecta muy directa.

aclaraciones: las camisetas que llevan Ranma y su amigo, tienen un pequeño símbolo en el bolsillo delantero, son de Naruto (uzumaki) y Sassuke(Uchiha).

las figuras que nombra Yoichi son jiraiya ( de Naruto) y Bulma (de Dragon ball).

¿alguien pensará como Yoichi? qué los fanfic son herejía jajajja ojalá que no

al final terminé escribiendo un one shot de más de 5000 palabras, yo solo quería escribir uno cortito, pero bueno la vida es así, espero lo hayan disfrutado.

Creo que este será la ultima historia que publique en este reto, lo mio no es trabajar bajo presión jajaja. gracias a todos los que han leído.