Disculpen enormemente la gran demora espero les guste este capítulo.
Cómo siempre los personajes no me pertenecen, solo los ocupo sin fines de lucro.
Capitulo XII. Imperdonable Pt. III
"¿Saben quién fue?" Fue la suave voz de su madre la que la hizo alzar la mirada.
Pero solo pudo encogerse de hombros.
"Hay muchas cosas volando en el aire en este momento, hay rumores pero no creo que nadie que realmente sepa que sucede lo diga abiertamente"
La mano de su padre viajo por encima de la mesa hasta llegar a ella. Sabía que al igual que todos, no entendía como reaccionar, solo seguían sus instintos, y posiblemente el más primordial el de querer comprobar que seguían ahí para apoyarse unos a otros.
"¿Entonces decías algo sobre visitar Francia?" Pregunto Sirius, la ira no había desaparecido de sus ojos, sin embargo pareciera que no quería presionarlas aún mas con preguntas, aunque posiblemente el más que nadie se las merecía.
"Mis padres han invitado a todos a ir, en esta época solemos ir a la Marsella, y ya que somos un poco mayores podemos ir a Mónaco a pasear unas cuantas semanas" contestó Fleur con aparente tranquilidad, pero sin soltar su mano.
"Entonces supongo que mañana va a ser un día ajetreado si queremos tener todo listo antes de irnos" la calma de su madre casi le hizo sonreír, en momentos como aquél agradecía lo parecida que era a sus padres.
Su madre al igual que ella solía planear todo, para sentir cierto sentido de orden sobre las cosas, le había dicho hacia mucho que casi nunca las cosas suceden tal cual se planean, pero se puede prevenir para estar preparados para un imprevisto, y así paso a paso, uno a uno, avanzar.
OwO.
Después de despedirse para pasar la noche, se recostó en su cama, sus libros seguían estando en su librero, su escritorio seguía estando junto a el, de una extraña manera todo parecía igual y al mismo tiempo tan diferente que ni siquiera podía precisar que era lo que le molestaba, se recostó sobre su cama y cerro los ojos durante un segundo, queriendo poder sentir la calma que solía asociar a su hogar, quería sentir que todo desapareciera y por una vez más todo fuera como antes.
El sonido de su puerta abriéndose no le importo lo suficiente como para abrir sus ojos, ni siquiera al sentir como su cama se hundía por el peso ajeno le hizo reaccionar.
La mano que acaricio su cabello casi le hizo llorar, su mamá no podía decirle cómo hacerle frente a lo que sentía, y sin embargo ahí sentada a su lado solo pudo sentir como una vez más todo volvía a unirse para dejarle sentir su corazón gritar, y el dolor en su garganta le hizo saber que no había logrado quedarse en silencio.
Berreo y lloro abrazando la única ancla que sentía en ese momento, en el mar de emociones que la agitaban y la sacudían de un lugar a otro sin misericordia.
"Eso es, solo déjalo salir"
Y fue lo que hizo, dejo que el dolor que había tratado inútilmente de ocultar saliera a la luz, que la impotencia que sentía, la ira que la consumía, se liberarán, por qué simplemente no era justo.
Pero en los brazos de su madre, la promesa de que todo estaría bien, le hizo creer en ella.
OwO.
Fleur se quedó sentada viendo a los dos hombres frente a ella, escuchando como el llanto de la que consideraba ya una de sus mejores amigas rompía un poco más los corazones de todos quien lo escuchará.
La impotencia parecía ser solo uno de los sentimientos que podían sentirse en ese momento, no solo el hecho que un joven habia sido la primer víctima de una guerra que presagiaba tiempos aún más difíciles en el horizonte.
Ella había sido muy joven para comprender completamente lo que había pasado durante la primera guerra de sangre, pero aún recuerda la irá de su madre cada vez que alguien habla sobre la pureza de sangre, más cuando se refieren a ellas como criaturas, la guerra no había logrado cruzar el canal de la mancha hacia el continente, y sin embargo muchos "acólitos" de la gran guerra habían aprovechado el caos que se había vivido en aquella época para atacar aquelarres de Veelas, pues aún después de cincuenta años, los seguidores de Grindelwald seguían odiando a aquellos que no se habían unido a su cruzada, unidos a aquellos que consideraban a todos aquellos que no eran "puros", inferiores, la sangre habia manchado a su pueblo como hacia ya tantos años. Ahora solo podía imaginar lo que se avecina, el ataque al callejón Diagon, solo podía sacar a relucir lo poco preparados que todos estaban para una guerra, si Harry no hubiera actuado como lo había hecho, no sabía cuántas víctimas habría en ese momento.
"¿Tu eras amiga de Harry?"
Su ensoñación fue interrumpida por la pregunta del mago a su lado, y tardo un poco en reaccionar, puesto que en realidad la poca interacción que había tenido con el joven azabache había sido todo menos amigable durante la mayor parte de su instancia en Hogwarts, y sin embargo había algo que le había hecho imposible siquiera pensar en decir la verdad, era un sentimiento desagradable en la boca de su estómago, habia dejado que su lado más desagradable viera la luz cuando pensó que aquel joven había logrado engañar a un artefacto tan poderoso como el Cáliz de Fuego, que viéndolo en retrospectiva era sumamente estúpido, pero en aquel momento lo único que podía pensar era que si había sido capaz de hacerse participe del torneo, solo podía significar que era alguien lo suficientemente capaz para superar las tareas que les serían encomendadas, con relativa facilidad, lo irónico era que en aquella suposición no se había equivocado.
"Algo así" dijo en su lugar.
"Se que no es justo preguntarte esto." Dijo de nueva cuenta Sirius, pero la desesperación por respuestas se lograba escuchar en su voz tan palpable que no tuvo que terminar de hablar para saber que quería decir.
Y comenzo a contar la historia de aquel joven que habia logrado lo imposible, solo para ser arrojado a las llamas de la guerra una vez más.
OwO.
Las llamas verdes de la chimenea se encendieron, la túnica de su maestro de pociones parecían bailar con el fuego, había estado hablando con su viejo amigo Alastor sobre los sucesos que habían tenido lugar en la tarde de aquel día y lo que significaba.
El silencio era aprensivo, casi asfixiante, y sin embargo los ojos negros del hombre que arriesgaba su vida se veía una determinación que muy pocos eran capaces de dar.
"El señor tenebroso sabe la verdad" le comunico, por supuesto que había sido arriesgado el dar aquella información, pero necesitaban que confiara en Severus para poder intervenir en la guerra, y solo poca información podría ser lo suficientemente valiosa como para hacerle ver a Tom Riddle lo indispensable que era el mago para el.
"Fue una jugada estúpida, sería más sencillo amarrarla y dejarla en callejón para que la capturará, así nos ahorramos tiempo" dijo hoscamente el ex-auror, su ojo prostático viajaba por toda su oficina, un pequeño detalle que dejaba ver lo nervioso que se encontraba, aunque el resto de su semblante era tan frío como siempre había sido.
"Ya tenía sus sospechas, alguien la reconoció como..." Un suspiro frío, calmado, una promesa que debían de cumplir. "Lily Potter"
"Entonces no se ha dado el tiempo de recuperarse como habiamos pensado que haría" dijo por primera vez, el saber que los seguidores del señor oscuro se volvían a unir a el, era desalentador, aunque no sorpresivo.
"El pensar que había logrado matar al chico le habrá dado valor." Dijo Alastor. "No creo que esperará que su pequeña rabieta le costará tantos hombres."
"Esta enojado si, pero no creo que vaya inmediatamente tras de Potter." Se comunicó sorprendiendolos a ambos, pues era sumamente difícil de creer que una ofensa como la que había vivido no sufriera consecuencias, claro que la sorpresa debió ser obvia puesto que Severus hablo para contestar la pregunta tácita. "Cree que fue culpa de sus seguidores el no estar lo suficientemente preparados para el ataque"
La risa de su amigo fue inesperada y bastante desagradable, al saber sobre lo que habían estado hablando.
"La niña mato más de veinte de sus hombres y ¿cree que fue solo pura suerte?" El bastón que tenía sujeto hizo un ruido sordo al golpear la madera del suelo y hacer que su portador se levantará de su silla. "Tres maldiciones"
Sus ojos siguieron el andar de su viejo amigo, mientras se paseaba frente a el.
"Tres jodidas maldiciones... Dos de ellas no se han visto en casi un siglo"
Las palabras de Madame Bones resonaron en su mente.
"Fue capaz de manejar el Nigreos vorteci sin hacer que todo se fuera al carajo, y el aliento de dragón, ambos..."
"Utilizados durante la primera guerra mundial."
Dijo la última de sus acompañantes, madame Bones salió de la chimenea con la calma y gracia que solo alguien de su estatus era capaz de dar.
"No creo que eso sea algo que deba se ser de conocimiento público" dijo viendo a Severus como si quisiera poder observar las verdaderas intenciones del profesor.
"No creo que nadie lo crea de todos modos, solo fueron hechizos que fueron conjurados con eficiencia, y se puede decir que con pura suerte, dadas las circunstancias, no creo que nadie en realidad supiera lo que estaba sucediendo en realidad" dijo Moddy, eligiendo por una vez ser la voz de la razón. "¿Bones que haces aquí?"
"Lo mismo que tú, tratando de hacer que la historia no se repita"
"Entonces creo que podemos dar por iniciada la primer reunión de la orden del Fénix" dijo con calma.
