Día 7: Amor Maduro

Sentía ganas de devolver.

Miraba el reloj que estaba colgado de la pared con desespero. Nunca había sido una persona que rebosara en paciencia, pero siempre había intentado mantener la calma. Ese era uno de los principios que le habían enseñado cuando impartía artes marciales y, aunque cierta persona conseguía que perdiera los nervios con gran rapidez, había madurado lo suficiente como para montar un numerito en el hospital.

—Se pondrá bien —La voz aniñada y dulce de su hija resonó a su derecha. Observó sus ojos azules y su cabello negro azulado. Una calca exacta de ambos progenitores—. Tío Tofu dice que se recuperará pronto.

—Gracias cariño —agradeció, besándole la mejilla—. ¿Quieres que te lleve con tus primos y tu hermano? Te divertirás más que aquí.

—Quiero esperar contigo —dijo obstinada.

Suspiró y la subió a regazo, sentándola sobre sus piernas. Aunque apenas tenía siete años, pero su pequeña Suzume había crecido muy madura para la clase de padres que tenía. En muchos aspectos, le recordaba a la rectitud bondadosa de su madre.

—El hombro derecho estaba dislocado, pero por suerte, no tiene costillas rotas —dijo Tofu cuando salió del consultorio con una sonrisa tranquila—. Relájate, no es bueno para ti estresarte. Aunque la próxima vez que avise justo después del campeonato. Ya no tiene veinte años.

—Se lo diré, gracias Tofu —contestó. Se giró hacia su hija para ponerla en el suelo—. ¿No querías preguntarle a tu tío cómo funcionaba un estetoscopio? —Ante la pregunta, los ojos de la niña se iluminaron a la vez que su cuñado la miraba asombrado y maravillado. No era de extrañar, de los tres niños que había tenido, ninguno quería saber nada de medicina.

—Estaré encantado de hablar sobre eso. Sígueme —contestó con una sonrisa.

Se levantó viendo como su pequeña iba feliz de la mano del médico. Sin embargo, su sonrisa desapareció al recordar porque estaba allí.

Su marido era imbécil.

No solo había participado en un gran torneo de artes marciales cuando tenía el hombro dislocado de la última batalla con un loco de turno, sino que, además, después de la última pelea del torneo, había acabado con un dolor punzante e intenso en el costado y no dijo nada.

Akane se encaminó decidida hacia la puerta cuando sintió un aura extraña, algo que hacía más de quince años que no sentía. Abrió con cautela para observar que ocurría, impactándose al descubrirlo.

Una figura dracónica de diferentes colores azules estaba suspendido en el aire delante de la cama de Ranma. Asustada, buscó algo poder golpear a aquel ser mosntruoso para darle un poco de tiempo a su marido para poder huir.

—Nos volvemos a encontrar, Saotome. —Un momento… ¿conocía a Ranma?—. Esperaba verte en mejores condiciones, pero los años no pasan en balde para los mortales.

—¿Qué haces aquí, Ryūjin? —preguntó Ranma.

—Es sorprendente que, después de treinta años, sigues sin mostrar respeto a los dioses —contestó decepcionado—. Hoy acaba el festival de Kioto y esperaba que me visitaras.

—Tenía pensado ir, pero las cosas se han torcido un poco.

—Ya no eres joven —agregó con una sonrisa burlona. Chasqueó los dedos y el ser se transformó en una mujer anciana—. Ya que estoy aquí, explícame las buenas nuevas.

—¿Eres un dios y no lo sabes? —preguntó arrogante. Akane maldijo en su mente, su marido no podía ser más irrespetuoso—. Me ha ido bien.

—No eres tú quien me importa —dijo la anciana, sentándose en una silla—. Quiero saber cómo le va a tu joven prometida.

—Ya no es prometida —dijo con una sonrisa socarrona—. Nos casamos hará ocho años y tenemos dos hijos Suzume y Mao. Después de aquel día en la playa, mi suegro decidió, junto a mis cuñadas, darle plenos poderes a Akane sobre el dojo, por lo que empezamos a impartir clases.

—Resolviste el tema de la herencia, nunca lo hubiera imaginado —asintió complacida—. Y los locos que os seguían ¿qué ha sido de ellos?

—Su vida no ha cambiado mucho. Como en el pasado, Kodachi se fue a Corea, Ukyo se casó con un cocinero que acabó dejando y Shampoo acabó casada con el pato ciego. De Rentsu, no sé nada desde aquel día en la playa.

—Su vida es miserable —agregó la anciana—. Después de quedar inconsciente fue llevado al hospital, pero la ambulancia sufrió un accidente donde quedó herido de gravead, paralitico por la eternidad. Así como él imposibilitó a tu mujer, el destino ha decidido el mismo castigo para él.

—No puedo decir que no me alegre.

—¿Y la mayor de las Tendo? —Akane, detrás de la puerta, sintió una punzada en el pecho, saltándosele las lágrimas—. ¿Por qué estás tan serio, Saotome?

—Kasumi está a salvo, gracias a la rapidez de la medicina. Sin embargo, la mayor de sus hijas ha desarrollado una leucemia severa de la que parece, no hay cura. —Escuchó el suspiro de su marido. Akane intentó contener las lágrimas—. No puedo evitar pensar que podría haber hecho algo para cambiarlo.

—La oportunidad que tuviste de volver atrás fue una anomalía que ocurrió gracias a un dios caprichoso. Sin embargo, el destino no puede ser conocido por los humanos igual que no puede ser cambiado. —Se quedó en silencio por un momento—. Esos ojos, me recuerdan al hombre que entró en mi tienda hará treinta años.

—El destino no va a vencer a un Saotome. Quiero hacer un nuevo trato contigo Ryūjin.

—Los tratos con los dioses nunca salen como los mortales quieren.

—Soy un mortal que ha vivido quince años más que el resto y no me he aprovechado de nada, solo en conseguir que la única persona que me importa, sea feliz. Y esa felicidad la ha compartido conmigo. Tengo una familia que no me había atrevido a desear. Por eso quiero hacer el trato.

—Habla, yo decidiré.

—Toma parte de mi vida para dársela a Saori. —Akane se impactó al escucharlo. Intentó moverse o chillar para detenerlo, pero no pudo hacer ninguna de las dos. Por primera vez observó que su cuerpo estaba rodeado por una energía azulada—. Déjame vivir hasta que mis pequeños sean independientes y poder organizar las cosas. Entonces dale lo que resta a Saori para que pueda vivir una vida sin preocupaciones.

—¿Quieres darle parte de tu vida a tu sobrina? —preguntó sorprendida—. Es una petición que nunca hubiera pensado. Pero ¿crees que Akane será feliz? Te obligué a viajar en el tiempo para hacer su vida más feliz, si mueres ¿crees que ella podrá seguir adelante?

—Lo entenderá. Suzume también nos mantuvo en vilo cuando le hicieron las pruebas. Por suerte, mi heredera no tiene posibilidad de desarrollarlo. —Escuchó un suspiro cansado—. Recordar aquel pasado, intentar no hacer las estupideces que hice, es agotador y es muy posible que algo haya sido movido por mi mano egoísta. Sé que Kasumi tuvo hijos, pero ninguno desarrolló ninguna enfermedad.

—Podríamos hacerlo de otra manera —dijo la anciana, sonriendo de forma tétrica—. Ya que yo te metí en este lío, puedo mirar de arreglarlo. Paradójicamente, estamos en el mismo momento que cuando empezamos y el portar está abierto. Podría devolverte a aquella vida que tan perfecta era y tomar parte de esa energía para poder devolverte a tu espacio. Volverás a ser el exitoso campeón Saotome Ranma. Volverás a ser asquerosamente rico. Y, vivirás una larga y plena vida.

La mujer estaba desesperada. ¿Qué era todo aquello? Viaje en el tiempo, vida paralela… ¿Ranma tenía una vida lejos de ella? Por un momento el pecho se le oprimió, como si le estrujaran el corazón. ¿Podría decir que no a una oferta tan buena como aquella?

—¿Estás de coña, verdad? —preguntó él con ironía. La anciana alzó una ceja—. De aquel trato, yo salí ganando. Antes de volver atrás en el tiempo, vivía porque mi cuerpo se había negado a respirar. Volver allí sería más un castigo que un favor. Soy un maldito egoísta, lo sé. Por todo lo que le hice en el pasado, merezco una vida igual de miserable que Renstu. Pero no puedo evitarlo. Estoy enamorado de esa mujer desde que tenía dieciséis años y no puedo evitar querer aprovechar hasta el último de mis días con ella.

—De verdad me sorprendes, Saotome. —La anciana movió la mano haciendo aparecer la pulsera verdosa que alguna vez le había visto a Ranma—. Si contestabas bien a esta respuesta, esta pulsera podría conceder el deseo que quisieras, incluso eliminar tu maldición.

—¿Tiene tanto poder? ¿Puede conceder cualquier cosa?

—Si todo salía bien, la última perla era para ti, para que pudieras pedir aquello que más anhelas. Y sí, concede cualquier deseo que quieras de corazón. —Akane observó como el objeto viaja hacia la mano de Ranma—. Te lo has ganado Saotome. El amor te sienta bien.

—Gracias Ryūjin-sama.

—Increíble, la primera vez que oigo llamarme con respeto —dijo moviendo la mano con soltura. Akane sintió que las ataduras desaparecieron y que la puerta se abrió de golpe, revelando su posición a su marido—. Un consejo, los secretos no son buenos —agregó con una sonrisa y le guiñó el ojo mientras desaparecía en un torbellino de luz azulada.

—¿Akane? —preguntó sorprendido al verla entrar—. ¿Por qué lloras? ¿Ocurre algo? —Ella corrió hacia él y lo abrazó, sin poder controlar las lágrimas de sus ojos—. Eh… Akane…

—Creo entender que hace quince años viajaste al pasado y cambiaste mi destino, el de mi hermana y… —empezó a decir a trompicones, intentando organizar sus ideas—. ¡Parece una locura!

—Cuatro días antes de lo que ocurrió en la playa, me desperté con los recuerdos de toda una vida sin ti, la tristeza, la angustia, mi vida en sí era un suplicio sin ti —dijo cogiéndole las manos—. Kasumi murió de leucemia y tú… —se interrumpió mordiéndose el labio—. Cuando me encontré con esa salamandra con aires de grandeza, ibas a ser desconectada por tu marido, Rentsu.

—¿Me casé con ese imbécil? —preguntó acariciando el labio magullado.

—Volver fue lo mejor que me ha pasado en la vida. Siempre me arrepentí de no tenerte a mi lado y cuando el dragón me dio la oportunidad, acepté sin dudarlo.

—Por eso parecías más seguro… Es increíble, pero tu cambio ayudó mucho a mi autoestima.

—Es que, este Saotome es el mejor —comentó con una sonrisa pícara, acercándola a la cama y obligándola a tumbarse con él—. Me siento mejor después de decírtelo, me molestaba tener ese pequeño secreto guardado para mí.

—No eres el único con secretos. —Él la miró, extrañado—. De aquí a siete meses, vamos a estar muy ocupados —cogió la mano de él y la posó sobre su bajo vientre—. Ahora sí no hay ningún secreto entre nosotros.

—Estamos jodidos —contestó con toda la sinceridad del mundo. Sin embargo, soltó una risa alegre y sincera—. Bienvenido a esta familia de locos —susurró cerca de su barriga. Después, la besó con ternura—. Gracias, por aguantar mis locuras, Akane.

—Es la consecuencia de quererte, idiota —agregó ella acurrucándose a su lado—. Por cierto… ¿Qué harás con la pulsera? —preguntó señalando la muñeca vacía.

—¿Qué pulsera? —preguntó Ranma con una sonrisa enigmática.

Antes de que pudiera preguntar nada, su hija apreció por la puerta chillando de alegría, subiendo a la cama y aplastando a su padre sin ningún tipo de compasión. Ranma, lejos de enfadarse, la agarró y la sentó en su regazo, haciéndole cosquillas.

—Chicos, lo siento, pero tengo que irme —Tofu apareció en la habitación para coger un par de documentos, tropezándose con todo lo que encontraba—. Cerráis vosotros ¿verdad?

—¿Ocurre algo? —preguntó Akane asustada. Ranma y ella se levantaron, preocupados—. ¿Qué necesitas?

—Han llamado del hospital, ya tienen los resultados del último examen de Saori —Se acercó a Betty y le puso su abrigo, comportándose como antes de casarse —dicen que, que… —se interrumpió, con lágrimas nublándole los ojos.

—¿Qué dicen? —preguntaron desesperados ambos adultos. Tofu se giró hacia ellos, despertando de su letargo, llorando a lágrima viva.

—Dicen que mi niña está limpia —sonrió entre el llanto, sorprendiendo a ambos—. No hay ninguna célula dañina en su cuerpo y, aunque quieren estar seguros, es posible que salga del hospital.

—¿Entonces la prima Saori va a estar bien? —preguntó Suzume esperanzada.

—Sí, se ha curado por arte de magia —contestó el traumatólogo—. Tengo que llamar a Kasumi mientras voy al hospital.

—No vas a conducir así —se opuso Ranma quitándole las llaves—. Yo te llevo.

—Iré a buscar a Nabiki para que se quede con los niños y me llevo a Kasumi al hospital —aportó Akane—. Recoge lo que necesites, nos vemos abajo.

—Gracias —agradeció Tofu, saliendo de la consulta. Akane miró a Ranma con toda la intención.

—¿Qué? Dijiste que no te importa que Ranko siguiera por aquí.

—A mí me gusta mucho Ranko —agregó su hija, con una sonrisa genuina.

—No podía esperar más de nuestra heredera.

Ambos salieron de la habitación dirección ante la atenta mirada de la Tendo. Suspiró y en voz baja, rezó al dios dragón para darle las gracias por bendecirla de aquella manera. No creía que se lo mereciera, pero si un dios había decidido tenerla bajo su ala a ella y a su familia, no era quien para desestimar tal regalo.

Porque la vida así, merecía la pena vivirla.

Fin.


¡Hola!

No me lo creo, a principio de semana lo veía imposible, pero al final he podido llegar hasta aquí. Me siento muy orgullosa de mi misma (aunque queda mal que lo diga XD) teniendo en cuenta que no suelo escribir mucho sobre esta pareja. Con todo, muchas gracias por todo el apoyo y las buenas palabras que me habéis brindado desde el fandom, sois un gran apoyo.

Como siempre, pasemos a los agradecimientos:

Benani0125: Sí, al menos no podía hacer este tipo dinámicas bien sin poner un lemon xD. Muchas gracias por el apoyo y por haberle dado la oportunidad. Espero que este final también te agrade.

gatopicaro831: Me alegro que te gustara. Sí, quería darles un momento de privacidad entre ellos para que realmente pudieran decir lo que sentían. Gracias de verdad por pasarte a leer esta pequeña locura y dejar tu huella. Espero que este capítulo final también te guste.

Roxbonita: Muchísimas gracias. Me alegro que te gustara. La verdad es que la pareja da mucho de sí. Me ha gustado mucho escribir sobre estos dos. En fin, gracias por acompañarme durante esta semana y espero que este capítulo final haya valido la pena.

Sandy: Aunque es una tendencia que va cambiando, ver en una historia romántica que la mujer tome el mando es algo raro, o al menos que intente iniciar la relación- y la verdad es que Akane para mí es un personaje fuerte que, como tú dices, al superar sus inseguridades, podría comportarse de esta manera. Muchas gracias por tus bellas palabras y por estar ahí. Espero que este final también te guste.

AnyaShezar: ¡Yo también! Si alguien quiere hacer un fanart yo encantada. Pero si lo hago yo, no se diferenciará de los dibujitos del juego del ahorcado xD. Sí, la verdad es que las primeras veces pueden ser especiales, pero perfectas, cuando los dos son primerizos no es muy realista. Me alegro que te gustara esta Akane más envalentonada, porque al fin y al cabo es una Tendo con su orgullo y su carácter. Así que aquí dejo el final de esta historia. Muchas gracias por pasarte todos los días y dejar tu huella. Espero que nos veamos más seguido por aquí.

Como siempre agradecer a AkaneTendo2610, Akanita87, AnyaShezar, Benani0125, Ishy-24, Jatobita, Jiyuu Akabane, Kaysachan, Pame-Chan CR, PatryPW97, Rankosaotendo1957, Roxbonita, Sakurita24, Tinetta1982, gatopicaro831 y 23 por todos los likes y/o follow que tiene la historia. Muchísimas gracias por darle la oportunidad y haber dejado la huella.

Y también a todas aquellas personas que, aunque no hayan dejado su huella, al menos le han dado la oportunidad. Espero que lo hayáis disfrutado tanto o más que yo escribiéndolo.

¡Nos vemos pronto!