PORCELAIN PRINCESS

DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.

...

Paso siete.

Cocción Final.

Las piezas esmaltadas se someten a una temperatura aún más alta, generalmente entre 1200-1400 °C. Durante este proceso, el esmalte se fusiona con la pasta de porcelana, creando una superficie vidriada y duradera y también proporciona fuerza y estabilidad a las piezas.

┈┈┈┈∘*┈୨୧┈*∘┈┈┈┈ ┈┈┈┈∘*┈୨୧┈*∘┈┈┈┈ ┈┈┈┈∘*┈୨୧┈*∘┈┈┈┈ ┈┈┈┈∘*┈୨୧┈*∘┈┈┈┈

Cuando Sasuke se enteró que Madara se había atrevido a ir a buscar a Sakura, se arrepintió enormemente de haberlo contactado para que se uniera a la rebelión de Naruto.

Aunque, en su defensa, la idea no había venido de él sino de Kakashi, lo que al final no importaba porque de todas formas sería el Uchiha quien lidiaría con las consecuencias.

O eso creyó, por que terminó siendo Sakura quien se encargó del hombre, ya que su esposo llegó a su hogar con dos horas de diferencia, comparado con el indeseado invitado.

Al arribar se encontró con Shizune espiando a su señora y a su acompañante desde la cocina y cuando quiso acercarse a irrumpir en la extraña sesión de té que compartían en el jardín, la cuidadora lo detuvo y le indicó que se quedara a escuchar desde ahí, pues la pelirrosa estaba "poniendo en su lugar" al hombre, con una firmeza que resultaba peculiar viniendo de ella.

—No sé si se puede confiar en alguien que les oculta a todos que está casado, incluso a sus propios amigos — Madara, un hombre enorme de cabello y ojos oscuros y cuya expresión se asemejaba a un aterrador león nocturno, comentó con una mueca de falsa lamentación.

—Yo no sé si Sasuke puede confiar en alguien que lo estuvo espiando por semanas y es por ello que se enteró de mí — Sakura respondió hábilmente mientras le daba un sorbo a su bebida.

—Entonces está de acuerdo en que sería complicado mantener una buena relación como socios — concluyó airadamente, aunque ella no dudo en negar con la cabeza.

—No exactamente, vera... Usted tiene asuntos pendientes en Konoha que le serían facilitados si hace una alianza con mi esposo, mientras que él obtiene de usted un simple apoyo verbal, ya que lo único que pide es que proclame ante todos que está del lado del verdadero heredero, Naruto Uzumaki — ella apuntó observándolo con cautela y al mismo tiempo dejando fascinado al hombre por la propiedad con la que hablaba —. Mientras cada uno le sirva al otro pueden colaborar bien.

—¿Y si él me traiciona? — él apoyó su codo sobre la mesa al tiempo que dejaba descansar su barbilla en su mano.

—Igual que Sasuke hace con usted, tendrá que arriesgarse a esa posibilidad a cambio de conseguir lo que quiere, aunque puedo asegurarle que mi esposo es totalmente confiable y transparente, no tiene que preocuparse por algo así — Madara sopesó lo que le decía mientras entre ambos se libraba una guerra de miradas que el hombre aprovechó para inspeccionar a la dama.

—Me siento tentado a creer que es un hombre virtuoso dado que está casado con una mujer como usted.

—¿Una mujer como yo? — a pesar de que Sakura era normalmente tímida y reservada, había algo con ese tipo que la tenía a la defensiva y en alerta, por lo que luchó por no inmutarse cuando él le acarició un mechón de cabello que le cruzaba el hombro.

Desde su escondite, Sasuke hizo ademan de ir a interferir en la conversación, enojado por el gesto de Madara, pero fue detenido por Tsunade, quien apareció detrás de ellos y estaba muy interesada en ver como su señora resolvería esa situación.

—Es muy hermosa Sakura, de buena familia, notablemente inteligente y sobre todo leal — de forma sugerente el hombre se acercó hacia su rostro, haciéndola entrecerrar los ojos con cautela, pero sin apartarse de él —. ¿Es Sasuke merecedor de tenerla como esposa?... ¿Podría ser que la oculta por miedo a que le señalen que no?

—Sasuke-kun se merece todo en este mundo — la joven fue rápida al responderle, consiguiendo con éxito imprimirle desdén a su voz —. Ha sufrido mucho y trabajado aún más por conseguir lo que quiere, no porque sirva a un propósito egoísta que solo vele por sus intereses, sino porque está sirviendo a una causa legitima y justa, con la que traerá un bien mayor para incontables personas.

El Uchiha en su papel de espectador quedó impresionado por la firmeza con la que su normalmente delicada esposa se dirigía a su acompañante, no dejándose amedrentar por su temible apariencia y hablándole como si fuera una autoridad sobre él.

—¿Está segura de que no finge ser ese hombre honorable que usted cree que es? — él enarcó una ceja, queriendo plantear una duda que pudiera desestabilizarla, aunque al final consiguió el efecto contrario.

—Váyase de mi casa — Sakura se levantó de su asiento observándolo con enfado, una emoción que su esposo nunca la había visto demostrar y que por un momento le hizo preguntarse si acaso tendría repercusiones en su estado de salud.

—¿No se suponía que íbamos a conversar para convencerme de unirme a su esposo, mi señora? — Madara también se puso de pie y altaneramente intentó intimidar a la joven con su altura, plantándose frente a ella a una incómoda cercanía.

—Puede olvidarse de eso, bajo ningún motivo dejaré que Sasuke se relacione con usted — pero aun así ella no se alejó de él y lo miro con reto inscrito en sus grandes ojos —. Lo que mi marido necesita a su lado es gente honorable y sobresaliente como él, no murciélagos acechándolo, a la espera del momento perfecto de chupar su sangre.

El Uchiha analizó el duelo que se desarrollaba frente a él, captando como Madara se tomaba la libertad de contemplar cada rasgo de su esposa sin disimulo. Desde su largo cabello, sus brillantes orbes verdes, sus voluptuosos labios y su delicado cuerpo e incluso deteniéndose en la extrañamente hipnotizante cicatriz en su rostro.

Enfureciéndose cuando encontró auténtico deseo y fascinación por parte del invitado dirigido a su esposa.

Sakura por su lado intentó no flaquear en su propósito de mostrarse firme, pero el hecho de que su acompañante se mantuviera en un extraño silencio al tiempo que la escudriñaba con una tétrica sonrisa se lo estaban haciendo un poco difícil.

—Discúlpeme Sakura... Pero realmente no puedo intimidarme por usted cuando, a pesar de estar molesta, su voz sigue siendo un suave canto de sirena — Madara estaba enormemente tentado a inclinarse y besarla, importándole poco que estuviera casada o que él le doblará la edad, pero al final desistió por los problemas futuros que eso le traería —. Que lástima que ya decidió que me quiere lejos de su marido, porque con tal de convivir un poco más con este tesoro que tiene por esposa, le hubiera ayudado a conquistar el mundo entero.

—Espero los próximos hombres que busque para asociarse sean solteros y yo tenga que ser la última mujer que soporte su compañía — para ese punto Sakura había enrojecido levemente debido a la indignación que el tipo le producía y, decidida a terminar con ese encuentro, extendió una mano frente a ella —. Asi que permítame acompañarlo hasta la salida para que pueda marcharse.

La joven estaba por comenzar a caminar para sacarlo de su propiedad y Madara a punto de protestar para conseguir más reacciones de hostilidad de su parte, pero fueron detenidos por Tsunade, quien salió en auxilio de su señora y encaminó al invitado fuera de su vista.

Sakura ni siquiera se molestó en disimular el alivio por finalmente tenerlo fuera de su vista, a pesar de que, mientras se marchaba, el invitado seguía observándola por encima del hombro, satisfecho por haber conocido a la misteriosa y bella esposa de Sasuke Uchiha.

Una criatura tan fascinante que entendía bien que su esposo escondiera, si acaso era un hombre celoso.

Con su acompañante por fin habiéndose ido, la pelirrosa se palmeó las mejillas en repetidas ocasiones para disipar sus negativas emociones, al tiempo que el conocimiento de lo que acababa de hacer era internalizado en su cerebro.

—Tonta, se suponía que debías convencerlo de ayudarlo ¿Qué vas a hacer si se enoja contigo por arruinar esto? — se dijo a sí misma con aflicción.

—Tu ya lo dijiste, no necesito a alguien como él conmigo — su marido apareció detrás de ella y la sorprendió rodeándola por los hombros en un cariñoso abrazo mientras le hablaba con voz orgullosa —. Confío completamente en tu juicio para decidir qué es lo mejor para mí.


Los últimos días en la resistencia habían sido bastante tensos y ocupados para Sasuke, sobre todo tomando en cuenta que desde su pelea con Naruto aquella noche, el joven rubio le había asignado varias tareas y pedido muchos favores para probar que aún seguía de su lado.

Sin embargo, cuando a sus oídos llegó la noticia de que Nagato Haruno, luego de un año de no dar señales de vida, había sido declarado oficialmente muerto, decidió dejar de lado sus deberes un par de días e ir a ver a su esposa, sin siquiera molestarse en poner una excusa.

"Un emisario llegó aquí con el mensaje hace una semana y desde entonces mi señora no ha tenido ánimos para levantarse" Shizune le comunicó a su llegada.

Por ello, aun cuando Sakura estaba débil debido lo poco que se había estado cuidado y alimentando los últimos días, decidió llevarla a un lugar que conseguiría revivir la chispa en su corazón al ser uno de los destinos que nunca imaginó que llegaría a visitar en la vida.

Resultó que había una playa a una no tan considerable distancia de su hogar si tomaban una desviación y, en cuanto arribaron al lugar, la pelirrosa se bajó a toda prisa del caballo y corrió para apreciar el mar de cerca.

Importándole poco que aún no contaba con energía suficiente para caminar o que estaba haciendo una considerable ventisca que le enredaba el cabello en la cara.

Estaba tan asombrada y conmovida por la belleza de la inmensa concentración de agua, que hizo caso omiso a las indicaciones de su marido de no quitarse los zapatos por el incontenible deseo de sentir la suave arena bajo sus pies y las relajadas olas que se mecían en la orilla.

—Criatura traviesa... — Sasuke llegó a su lado, siendo ignorado olímpicamente por ella ya que estaba demasiado concentrada en su tarea.

Aun así, el Uchiha tomó el chal de algodón azul que Tsunade había empacado para su señora y lo puso sobre su cabeza, amarrándolo bajo la barbilla para cubrir sus oídos del fuerte viento que azotaba la playa ese día.

Luego la imitó, descalzándose y metiendo los pies a la orilla del agua, lo que consiguió por fin llamar la atención de su esposa, así como el que ella le regalara una preciosa sonrisa, agradecida por haberla llevado ahí.

Aun con la piel pálida y los ojos cansados por lo débil de su estado, Sakura seguía siendo la doncella más hermosa del mundo para él, lo que se multiplicaba por diez cuando estaba feliz.

—Siempre pensé que yo sería la primera en irme, no la última — ella le comentó mientras estaban sentados y abrazados en la arena, observando como el sol comenzaba a caer en el horizonte, luego de haber pasado mucho tiempo disfrutando del agua salada hasta que su piel se arrugó.

—El curso de las cosas es realmente inesperado, pero creo que tus hermanos siempre supieron que su estilo de vida los llevaría a eso — él le comentó mientras se inclinaba para acariciarle los pies con ambas manos con el propósito de calentarlos y prevenir que se enfermara —. Al final, la existencia de un soldado solo tiene dos resultados y no está en nuestras manos decidir en cuál terminaremos.

—Tú tienes prohibido arriesgar tu vida o ponerte en peligro Sasuke-kun... — la joven sonaba autoritaria, aunque también suplicante—. Tienes una vida por delante llena de propósitos que cumplir.

—Pensé que dirías que ibas a extrañarme si moría — él intentó aliviar el ambiente con una broma, pero ella no sonrió ni un poco.

—Si algo te llegara a pasar... No me va a dar tiempo de echarte de menos, porque iré tras de ti inmediatamente — la manera tan profunda en que lo observaba a los ojos probaba que hablaba en serio, pero, demasiado conmovido para hablar, él no pudo responder nada, lo que ella aprovechó para explicarse —. Hace mucho que sentí un tirón en el alma indicándome que finalmente era la última que quedaba de mi familia, pero, cuando recibí la confirmación de que Nagato había muerto... No fue como cuando mis otros dos hermanos murieron... Sí, estaba la tristeza y el enorme desconsuelo de saber que les habían arrancado la vida en la guerra y que no podía darles un entierro digno, pero ahora había algo más... Eras tú.

—¿Yo? — la pregunta genuinamente llena de confusión salió de la boca del Uchiha al tiempo que la cargaba para posicionarla entre sus piernas y la recostaba en su pecho para que pudiera seguir contemplando el mar frente a ellos.

—Me di cuenta de que mi hermano murió en una guerra parecida a la que tú quieres librar en Konoha y comencé a perder la cordura pensando en que también te podría perder — Sasuke no la estaba viendo, pero sintió como en el brazo que la sostenía por la cintura comenzaban a caer gruesas gotas de agua, por lo que adivinó que su esposa estaba llorando —. De verdad te quiero demasiado y no soportaría saber que tú... Que te han...

—No me va a pasar nada — él le respondió al ella estar demasiado sensible y temerosa por esa posibilidad como para completar las oraciones —. Tú lo acabas de decir, tengo mucho por lo que vivir todavía y entre los motivos más grandes para hacerlo estas tú — al escuchar eso ella se giró para verlo a sus espaldas, lo que su esposo aprovechó para limpiarle las lágrimas.

—¿En serio? — su voz se quebró en aflicción y esperanza.

—En serio... Ahora no solo vivo para perseguir el sueño de darle justicia a mi familia sino también para ti — como ella seguía contemplándolo con atención, Sasuke tomó la oportunidad de besarla en la frente y posteriormente en los labios, en una caricia lenta, suave y cariñosa que dio por terminada la conversación.

Aunque una vez que fue hora de irse y de pie frente a la belleza del rosado atardecer mezclándose con su cabello, Sakura decidió pedirle que reafirmara la promesa sobre la que estaba cimentado su matrimonio y que a su vez garantizaría que él seguiría con vida al menos hasta que ella la perdiera.

—¿De verdad vas a estar conmigo cuando sea hora?


Kakashi y Naruto guardaron silencio y esperaron pacientemente a que Sasuke tuviera el valor de abrir la puerta.

A un metro de distancia de él, podían escuchar como su acelerada respiración evidenciaba el conflicto que estaba pasando mientras apretaba la llave entre sus temblorosos dedos.

Tenía mucho miedo de cruzar el muro y llegar a su hogar, pero tenía que hacerlo, solo que al final fue su maestro quien con delicadeza guio su mano hasta la cerradura y giró la llave, permitiéndoles así cruzar.

Naruto no dijo nada e intento no mirar a la cara al Uchiha mientras regresaban al carruaje y reanudaban el viaje, sin embargo, conforme se acercaban a la vivienda cuya fachada estaba en completa sintonía con la primavera, sintió que su amigo estaba a nada de explotar.

Al llegar fueron recibidos por un par de mujeres, ambas con los rostros adoloridos y cansados, apenas teniendo la energía para saludar a Naruto con la propiedad que un rey se merecía antes de dirigirse al Uchiha.

—Bienvenido mi señor — ambas se inclinaron respetuosamente ante el perdido hombre de cabellos negros y, aunque Sasuke tenía intenciones de responder, fue interrumpido por un llamado desde el piso de arriba.

—¿Sasuke-kun?

En cuanto la voz femenina y a leguas evidentemente débil llegó hasta a sus oídos, todos giraron la mirada al pie de las escaleras y el rubio Uzumaki apenas tuvo un par de segundos para observar al fantasma de cabello rosa que intentaba bajar los escalones, vestida en una larga bata blanca y sosteniéndose un grueso suéter de lana contra el pecho, antes de que Sasuke corriera hasta ella y la atrapara en sus brazos para evitar que cayera.

—Mi señora... — Shizune se echó a llorar y se marchó a la cocina, no queriendo observar cómo después de días sin poder levantarse de la cama, Sakura había hecho el esfuerzo de ir a recibir a su esposo.

Conmocionado, Naruto observó como Sasuke temblaba mientras apretaba contra su pecho a la joven que lloraba audiblemente al mismo tiempo que con la voz rota le agradecía que hubiera llegado a tiempo. No podían verlo, pero Kakashi estaba seguro de que su alumno también estaba derramando silenciosas lágrimas sobre la cabeza de Sakura, por fin soltando todo el sufrimiento que se había estado aguantando todo el camino, lo que lo hizo bajar la mirada al suelo con tristeza.

El Uchiha pareció decirle algo al oído para conseguir que ella se tranquilizara y luego, con más cuidado del que alguna vez lo hubiera visto actuar en toda su vida, cargó a su esposa en sus brazos para regresarla a su habitación.

Lo último que el rey de cabellos rubios vio antes de que desaparecieran por el pasillo fue un par de grandes y cansados ojos verdes, brillantes por las lágrimas, analizándolo con curiosidad.

...

NOTAS FINALES:

Vengo a entregar muy tarde, vean nada más la hora, perdón ajjaja.

Es que de verdad tuve muchas cosas que hacer hoy y fue inevitable que me demorara.

Lo bueno que el capítulo ya está aquí. ¿Qué les pareció? Ay espero les gustara más de lo que me están escribiendo que lxs está haciendo sufrir, estaban advertidxs de lo que se encontrarían desde la premisa de la historia jajaja.

Como en cada ocasión quiero agradecer a quienes siguen y comentan esta historia, Lxs quiero mucho por estar aquí y estarme brindando su apoyo, por favor sigan aquí lo poco que falta para que esto termine y mil gracias por todos sus lindos comentarios.

.

Sin más por agregar, nos leemos pronto. BYE!