Siguió diciéndole palabras tranquilizadoras mientras ella temblaba sobre él, rozando sus labios en su frente con besos suaves.
Bella intentó acariciar su mejilla, pero cuando él sujetó su mano antes de que tocara su piel, le besó la palma y la volvió a colocarla en su cuello, se dio cuenta de que también él estaba llorando y que no quería que ella lo supiera para no hacerle más daño.
Incluso en ese momento… siempre ahí, su mejor amigo, su protector… su compañero.
Bella levantó el rostro y supo que tal vez estaba cometiendo un error, uno tan grande como el que había cometido el día de la batalla, pero fue incapaz de controlarse cuando, mirando aquellos hermosos ojos oscuros cuajados de lágrimas, se pasó la lengua por los labios resecos y le dijo
—Bésame Jake… por… por favor… necesito saber… solo necesito…
—Shhh —él limpió sus mejillas con la yema de los pulgares y sujetó su cara para que sus ojos se encontraran — Está bien, tranquila cariño —susurró calentando los labios de Bella con su aliento —lo que necesites —dijo hablando contra su boca.
Entonces, con una suavidad y una ternura que no habían estado allí en el único beso que habían compartido con anterioridad, unió sus labios en un beso mullido y ligeramente húmedo por las lágrimas de ambos. Fue un beso tentativo, un beso de dos bocas que se reconocen e intentan entender la forma de encajar la una con la otra, un beso perfecto en su imperfección porque, encerrado en ese efímero y casi casto contacto, había una miríada de sentimientos escondidos, de palabras sin decir, de anhelos temerosos de ser descubiertos.
Jacob sujetó el rostro de Bella entre sus mano ligeramente callosas y pasó el pulgar por su barbilla, instándola a abrir la boca para él y ella lo hizo susurrando su nombre una sola vez en el mismo instante en que la lengua de Jake lamía su labio superior y su garganta dejaba escapar un ronco gemido ante el contacto.
Ambos se miraron a los ojos al mismo tiempo, jadeando, paralizados en ese segundo, como si necesitaran confirmar que estaba ocurriendo y que iban a dejar que continuara pasando.
Un momento después volvieron a buscarse pero en esa ocasión la delicadeza pareció salir por la ventana.
Jacob sujetó el cuello de Bella con sus palmas sobre su nuca para mantenerla cerca de él y ella apoyó sus pequeñas manos en las mejillas de su compañero, acariciando sus orejas y su cuello antes de hundirse en su pelo y atraerlo hacia su boca.
El beso se volvió frenético y húmedo, sus lenguas se enredaban como dos serpientes unidas en una danza sensual, se buscaban, tentándose, acariciándose, siguiéndose la una a la otra.
Bella mordió el labio inferior de Jacob y después lo soltó, gimiendo mientras se subía sobre su regazo y rodeaba su cintura con las piernas para pegarse a sus cuerpo
El ronco gruñido de Jake al sentir cómo entraban en un contacto tan íntimo calentó la sangre de Bella que hizo aún más profundo el beso.
De pronto Jacob la apartó y se levantó con ella del sofá.
Con la respiración acelerada, la levantó en brazos y subió la escalera hasta su habitación, entrando en el momento en el que la puerta de la casa se abría y la voz de Charlie retumbaba en la planta baja.
—¿Bells? —preguntó cerrando tras él —¿Estás en casa?
Ella se apoyó en la espalda de Jacob que permanecía tras ella en silencio dándole el sostén que necesitaba en ese momento y se aclaró la garganta.
—Sí —dijo intentando que su voz no temblara demasiado —iba a darme una ducha —añadió esperando que eso mantuviera a su padre abajo el tiempo suficiente.
Los brazos de Jake la rodearon y ella se giró para mirarle. La incomodidad o el arrepentimiento que esperaba no llegaron, él simplemente la alzó y ella volvió a rodearle con las piernas para abrazarle. Los corazones de ambos palpitaban al unísono golpeando sus cajas torácicas con fuerza y sus respiraciones se mezclaron mientras se contemplaban sin apenas parpadear.
—Será mejor que me vaya —susurró Jacob sin moverse
—Sí —respondió ella igualmente inmóvil
Ninguno de los dos quería decir demasiado, asustados de lo que había ocurrido, de lo que podía ocurrir.
—Me quedaré vigilando la casa— miró sus labios y se lamió los suyos, como si quisiera buscar los últimos retazos de su sabor en ellos.
—Deberías dormir
—Lo haré… después.
—Bella —La voz de Charlie volvió a escucharse retumbando en la escalera — cuando termines ¿Puedes bajar y ayudarme?
—Claro papá —respondió rapidamente.
Jacob sonrió y la dejó resbalar hasta que Bella quedó de pie frente a él.
—Creo que no usaré la puerta — dijo abrazándola de nuevo como siempre
—Será mejor que no — el se giró para irse y ella sujetó su mano antes de que diera un paso —¿Volverás luego a contarme qué ha pasado con los ancianos?
—Sí —respondió sin perder la sonrisa antes de saltar por la ventana.
Bella se asomó justo a tiempo de ver cómo se daba la vuelta para mirarla y echaba a correr hacia el bosque con celeridad.
En cuanto se quedó sola se tocó la boca con las puntas de los dedos y trastabilló hacia el baño. Cerró la puerta, se apoyó en ella y miró el reflejo que le devolvía el espejo.
Estaba despeinada y tenía los labios inflamados y tan enrojecidos como sus mejillas.
—Dios mío — susurró a la Bella que la miraba desde el otro lado de la estancia — eso fue… —resopló y se lamió el labio.
Había esperado arrepentirse… pero todo en lo que podía pensar era en repetirlo de nuevo.
Sabía que debería sentir culpabilidad por hacerle algo así a Edward pero era incapaz de encontrar nada malo en lo que había ocurrido entre los dos. Se sentía… correcto, natural.
Con un suspiro se metió en la ducha y dejó que el agua caliente la envolviera.
Quiso besar a Jacob de nuevo porque la vez anterior lo hizo por las razones equivocadas y quería comprobar cómo sería hacerlo por todas las correctas.
Pensó que podría ser un error porque podía llevar a Jake a tener esperanzas pero se equivocó, no había sido un error porque había descubierto algo muy importante en ese beso, algo que podría cambiarlo todo para siempre.
—¿Has terminado?
Charlie volvió a llamarla y ella frunció el ceño enrollándose en una toalla
—¿Qué pasa papá? —preguntó asomando la cabeza
—Bueno yo… — se pasó la mano por el pelo con gesto incómodo — invité a los Clearwater a cenar y quería que me ayudaras un poco
Bella alzó una ceja y sus labios se alzaron en una pequeña sonrisa.
—¿Así que invitaste a Sue, eh? —preguntó recordando su conversación con Leah
—Sí, quiero decir no… a todos, a Sue, a Leah y a Seth claro. Había pensado que quizás podríamos invitar Billy y a Jake ¿Está bien, verdad? Tú y Jacob…
—Le llamaré — Bella se metió un mechón de pelo detrás de la oreja y fue a su dormitorio — no te preocupes, la cena estará lista.
—Oh, bien, bien, eso está bien.
Bajó las escaleras mientras Bella ahogaba una risita. Se acercó a la ventana y se asomó intentando ver algo entre la espesura.
—¿Jake? —susurró esperando que con su audición mejorada pudiera escucharla —¿Jacob?
Hubo un movimiento detrás de una arboleda y poco después él salió colocándose los pantalones.
—¿Qué ocurre? ¿Estás bien?
Durante una milésima de segundo Bella sintió un ramalazo de timidez al verle seguido de un hormigueo de anticipación en el estómago, después él sonrió con esa sonrisa que daba luz a su oscuridad y se encontró devolviéndole la sonrisa.
—Sí, todo bien
—Cuidado —dijo sujetando la rama baja del árbol —voy a subir.
Bella se miró, dándose cuenta de pronto de que seguía tapándose únicamente con la toalla, pero antes de poder decir nada él ya estaba dentro sacudiéndose los pantalones.
—¿Qué ocurre? —fue hacia ella, la tomó de los brazos sonriendo, como había hecho tantas veces antes y, al darse cuenta de su sonrojo, se fijó en ella y se sonrojó también —Oh —abrió y cerró la boca un par de veces sin dejar de mirarla — yo… esto tú…
Bella rompió a reír al ver su tartamudeo y su incomodidad.
—Está bien, no pasa nada, estoy bien tapada.
Jacob solo podía pensar en lo desnuda que estaba debajo de esa toalla y sintió que se le secaba la boca.
— Puedo… volveré a bajar y tú puedes… —la señaló por todas partes
—Solo gírate Jake
El lo hizo y al girarse no pudo evitar ver el espejo que había en frente de él donde pudo ver el reflejo de Bella en el mismo instante en el que dejó caer la toalla.
Estuvo a punto de tragarse la lengua y además, aunque quiso cerrar los ojos y dio la orden a su cerebro, este iba por libre y sus ojos permanecieron completamente abiertos, bebiendo de esa bendita imagen. Su espalda, sus redondeadas nalgas, sus largas piernas cremosas… se giró para coger la camiseta y pudo ver el perfil de uno de sus pechos coronado por un pezón enhiesto y sonrosado.
Gimió y se dio cuenta de que estaba temblando y contenía la respiración.
—Ya está —Bella se acercó de nuevo y se puso frente a él
Jacob no habló. No podría hablar ni aunque su vida dependiera de ello, simplemente la miraba y ella pudo ver como su nuez subía y bajaba al tragar y cómo se dilataban sus fosas nasales.
—¿Jake?
Él apretó las mandíbulas y volvió a respirar tratando de reaccionar de alguna forma y sintiéndose un completo idiota.
—Estoy bien —graznó
Bella rió de nuevo
—Soy yo la que debería estar avergonzada
—¿Por qué me llamaste?
—Ah eso. Charlie ha invitado a Sue, Leah y Seth a cenar y quiere que vengáis Billy y tú también ¿Vendréis?
—Claro —respondió con celeridad
—¿Puedes contarme lo que ha ocurrido cuando has ido a la Push?
—No demasiado, pensé que quizás habría más problemas pero Billy pareció tomárselo bien, el que Seth, Leah, Embry y Quil hayan dejado la manada de Sam y se hayan venido conmigo ayuda, él ha perdido mucha fuerza, aunque no está contento.
—Además todos saben que soy el alfa natural —se encogió de hombros — suena importante ¿No?
—Has nacido para ser un líder —dijo ella con voz grave
Él fingió que se estremecía
—¿Quieres hablar de lo que ocurrió antes?
Bella sonrió al escucharle. Jake no era de los que se escondían o evitaban una conversación, no señor, Jacob Black cogía al toro por los cuernos y no dejaba que nada se enquistara.
—Sí — se mordió el labio inferior mucho menos incómoda de lo que suponía que estaría — ¿Qué te parece si esta noche hablamos de ello? —le miró con las cejas arqueadas — ambos sabemos que piensas pasar la noche allí abajo.
—De acuerdo entonces —se acercó para darle un beso en la frente y volvió a la ventana —Bells… —dudó, mirándola encaramado al alféizar.
—Sé que no significa y no voy a cometer el mismo error dos veces pero…
—Shhh —en aquella ocasión fue ella quien se acercó para poner los dedos sobre sus labios — hablaremos esta noche Jake.
Él solo asintió, dejó un beso apenas perceptible en las yemas de sus dedos y saltó.
Unas horas después la casa de los Swan era una alegre algarabía. La televisión estaba puesta de fondo con un partido de baseball y Bily y Charlie bebían cerveza mientras discutían en voz muy alta sobre la última jugada de los Sox. Seth daba la tabarra a Jacob intentando que jugara con él una partida de damas mientras Leah, Bella y Sue se sentaban a la mesa picoteando unos pasteles que los Clearwater habían llevado.
—Lo de chocolate están ricos — estaba diciendo Sue que, con su nuevo corte de pelo parecía más joven.
—No le hagas caso —Leah masticaba con fruición un pastelito redondo —los de nata son los mejores.
—Si traes de estos más a menudo tendrás a mi padre a tus pies antes de que llegue Navidad —dijo Bella mirando con una pícara sonrisa a Leah.
—Oh, mamá, ¿Tal vez quieras traer unos cuantos más mañana?
Sue se atragantó y Leah y Bella rompieron a reír alegremente sin darse cuenta de que Seth y Jacob las miraban asombrados mientras que Billy parecía contento y Charlie casi extasiado.
—¿Alguien quiere pasteles? —Preguntó Sue con las mejillas sonrosadas.
—¿Charlie? —ofreció Leah con la cara completamente seria mientras que Bella intentaba contener una risotada.
El resto de la velada pasó entre risas y conversaciones relajadas.
Cuando Bella se levantó a recoger Leah fue tras ella hasta la cocina.
—Quería saber si estabas bien —preguntó en voz baja cuando estuvieron solas
—Sí —Aunque pudo sentir el sonrojo en sus mejillas no bajó la mirada — creo que fue… ¿Cómo lo llaman? Catártico. Supongo que necesitaba llorar y necesitaba decirle todo eso pero…
Ella hizo una mueca
—Sí, yo también pensé que necesitaba oírlo…
—Sabías que estaba ahí ¿Verdad?
—Al principio no, pero cuando le oí llegar yo… solo trataba de ayudar —se encogió de hombros — a mi manera, creo.
—También fue revelador.
—No te preocupes, en cuanto Jacob entre en fase lo sabré todo… ya te dije que su filtro… no, dejémoslo en que no tiene filtro.
Poco después todos se fueron y, cuando Charlie se metió en su habitación, Jacob subió hasta la de Bella por la ventana una vez más.
—Estás cansada — dijo al verla tumbada en la cama mientras se sentaba en el borde para tocarle con cuidado un mechón de pelo —podemos hablar mañana si quieres.
—No
Se medio incorporó bostezando y Jacob se rió al verla
—Túmbate —la empujó con suavidad y la arropó con la sábana.
—Túmbate conmigo —ella señaló el lugar a su lado y Jacob se recostó pegándose a ella para darle calor —eres como una estufa Jake —se giró para agarrarse a su hombro y apoyó la cara en su brazo. Al instante Jacob lo levantó para rodearle el cuerpo y dejar que se recostara sobre su pecho —mucho mejor —Suspiró y cerró los ojos — ahora podemos hablar —dijo sonriendo sobre su piel.
Sintió como se movía al reírse y se apretó contra él.
—Está bien, hablemos.
—Estás…asustado y algo triste, puedo sentirlo Jake
—Lo siento —acarició su brazo con movimientos circulares — es un acto reflejo, supongo. Solo me preparo para el golpe —rió sin humor, apoyó la cabeza en la pared y cerró lo ojos.
Bella se dio cuenta de que no trataba de hacerla sentir culpable o incómoda, simplemente exponía una realidad y no pudo evitar la tristeza al darse cuenta de lo mal que lo había pasado por su culpa.
Recordó las palabras de Alice y su conversación con Leah.
—Sabes que te quiero —dijo dándole las palabras que sabía que anhelaba oír.
Sintió cómo se tensaba y de nuevo una punzada de dolor y angustia. Se apretó contra él pasando el brazo sobre su abdomen para abrazarlo.
—Claro que lo sé —su voz sonaba ronca pese a que intentó sonar alegre —yo siempre lo he sabido ¿Recuerdas?
—Escuchaste todo lo que le dije a Leah.
—Sí
—Todo era cierto Jake. Todo —sintió una lágrima derramarse por su mejilla y la limpió —Estar contigo, así… tenerte aquí… cuando estamos juntos me siente en casa.
Él seguía completamente tenso y no decía nada.
—Sé que dije que aunque te quería a él le quería más, en realidad dije muchas cosas… escúchame — se incorporó y se sentó en la cama para mirarle mientras él permanecía recostado en la misma posición — No era cierto Jacob —espetó a bocajarro —en realidad estaba completamente aterrorizada y hecha un auténtico lío. No es que ahora esté mejor pero he sido tan injusta… me sentía dividida en dos, creo que aun me siento así la mayor parte del tiempo. Me gustaría poder decirte por qué lo elegí, pero la verdad es que no lo sé — resopló — o sí… verás no habla muy bien de mi, pero cuanto más lo pienso más creo que lo hice por puro egoísmo —se mordió el labio pensativa — odio analizarme porque lo que encuentro no me gusta demasiado pero tú mejor que nadie sabes que siempre me he sentido fuera de lugar… como si no encontrara un sitio para mi y con los Cullen me siento bien ¿Sabes? Como si… como si cambiar pudiera darme lo que siempre he sentido que me falta —tragó en grueso — Edward podía darme la inmortalidad y un sitio en esa familia a la que he llegado a querer. Quería tanto, tanto esa vida que creo que eso fue lo que inclinó la balanza y no está bien —enfatizó sus palabras con la cabeza — no fue justo y no me di cuenta hasta que… bueno, hasta que te fuiste.
—Bella está bien —se sentó también y la abrazó — no quiero que vuelvas a llorar ¿Vale?
—No lo entiendes…
—Sí, sé que me quieres Bells, lo entiendo.
—No, no lo entiendes porque ni yo misma lo entiendo —rió apoyando la frente en el pecho de Jake.
Él besó su cabeza y le acarició los brazos.
—Ahora también me siento así con la manada… con tú manada —concretó — esta mañana… con los chicos, incluso con Leah —rió sin humor — no me sentí fuera de lugar.
—Nunca estarás fuera de lugar conmigo, Bella.
— Me gustó besarte —susurró ella un rato después —se sintió correcto
—Bueno, todo chico sueña con que sus besos sean correctos, gracias Bells, has inflado mi ego hasta el infinito.
Ella rió y le golpeó
—Eres un idiota —él había conseguido aligerar el ambiente pero Bella volvió a hablar — también se sintió caliente
Nada más decir eso se mordió el labio inferior y agradeció a Dios o a quien fuera que no pudiera verle la cara en ese momento.
¿De verdad había dicho eso en voz alta? No sonaba tan mal en su cabeza, pero ahora… Dios santo, realmente había sido caliente en más de un sentido.
Rezó porque la tierra abriese un agujero bajo sus pies y se la tragara pero no ocurrió y el silencio denso que pareció rodearlos no ayudó demasiado a su vergüenza.
De pronto Jacob habló de nuevo
—¿Quieres que vuelva a besarte Bella? —susurró con los labios pegados a la parte alta de su cabeza
Ella tragó saliva y pese a que se sonrojó más aún, asintió despacio.
—Mírame Bells —dijo él en el mismo tono apenas audible
Ella lo hizo, levantó la cabeza y Jacob sujetó sus mejillas con suavidad, alzándole el rostro hasta que sus miradas se encontraron.
—¿Quieres que vuelva a besarte? —volvió a preguntar con sus labios apenas a un suspiro de ls de ella —dímelo Bella.
—Sí —murmuró ella respirando con pesadez dando el primer paso para juntar sus bocas de nuevo.
Impacto
Dicen que un impacto es un golpe emocional producido por un acontecimiento o una noticia desconcertantes.
Bella descubrió que también podía ser producido por un beso.
El primer beso que habían compartido fue brusco y sorprendente, el segundo tierno y caliente, pero el tercero… el tercero fue absoluta y completamente carnal
En esa ocasión no hubo dudas, ni titubeos, ni besos previos tentativos o caricias pausadas, sus bocas se conocían ya y se buscaron con ansia y con un deseo que ninguno de los dos había probado con anterioridad. Bella trepó sobre él y se ancló rodeando su cintura con las piernas como una enredadera y atrapando su cabeza entre los brazos hasta que sus cuerpos quedaron completamente pegados el uno al otro. Por su parte Jacob agarró su cintura, empujándola hacía sí hasta que sus enormes manos sostuvieron sus nalgas. Bella gimió echando la cabeza hacia atrás cuando Jacob rompió el beso y dejó un rastro húmedo por su mejilla hasta morder su cuello antes de volver a su boca y buscar su lengua una y otra vez.
Se devoraron, sus lenguas lucharon con voracidad, lamiéndose, tentándose, encontrándose en el camino y volviendo a empezar el juego sin descanso. Fue un beso de bocas abiertas, hambrientas, insaciables.
Bella sujetó las mejillas de Jake y le miró jadeando sobre sus labios, perdiéndose un instante en aquellos ojos vidriosos y oscurecidos de primitivo deseo antes de besarle una vez más, mordisqueando sus labios gruesos y deslizando su lengua entre ellos hasta que volvieron a gemir al unísono.
Jacob parecía no tener bastante y, aunque sus manos no se movían, su boca bebía de ella como si fuera el único alimento a su alcance para no morir de inanición.
—Jake…
Él aprovechó el gemido de Bella para hundir la lengua aún más profundo, acariciando el cielo de su paladar y perfilando sus dientes perfectos con una sensualidad que la confundió por completo.
Ella sabía que Jacob tenía tan poca experiencia como ella y que fuera capaz de despertar sus instintos más básicos con un beso tan lascivo y perfecto la descolocó, aunque no tuvo tiempo de pensar mucho más porque de nuevo empujó su lengua, tentándola, animándola a que le siguiera y no pudo más que volver a perder el sentido del tiempo y el espacio mientras se olvidaba del mundo y se deleitaba con su olor y su sabor a partes iguales.
Jacob olía a bosque, tierra y masculinidad y besándole así únicamente podía pensar en noches de luna llena y sábanas revueltas, en hogueras, familia y hogar.
Al cabo de lo que podían haber sido minutos u horas, rompieron el beso con las frentes pegadas, respirando pesadamente uno contra el otro.
—Eso si fue caliente —Murmuró Jacob con un brillo pícaro en él ojos
Bella no pudo evitar reír con sus tonterías como siempre. Se lamió el labio y sintió cómo ese simple gesto afectaba a Jake porque, no en vano, estaba sentada justo encima de sus piernas y él parecía haber crecido proporcionalmente por todas partes.
— Lo último que quiero es volver a hacerte daño — susurró Bella dibujando círculos en su pecho distraídamente — y no estoy segura de nada ni de si seré capaz de dejar de estar dividida alguna vez o ser lo que mereces que sea — frunció el ceño intentando concentrarse — es egoísta e injusto porque te mereces mucho más pero yo…
—No voy a pedirte nada Bells —dijo él con repentina seriedad —que estes aquí, que estes viva y segura… es mucho más de lo que esperaba tener —Sonrió alzando las cejas — aunque claro, si puedo conseguir más besos de estos igual si puedo empezar a pedirlos — río entre dientes.
— Solo necesito tiempo. Alice me dicho que tengo que encontrar a la Bella de Bella y creo que necesito hacerlo antes de seguir avanzando.
— ¿La Bella de Bella?
— Llevo mucho tiempo sintiéndome dividida, la Bella de Edward y la Bella de Jacob — sonrió al decir la última frase, dándose cuenta de que cada vez era más fácil aceptar esa parte de ella que tanto le había costado — necesito encontrarme a mi misma
— La verdad es que tiene sentido. ¿Me avisarás cuando la encuentres?
Ella rio
— Claro
—Bien, ahora va siendo momento de dormir.
—¿Por qué no te quedas aquí? — preguntó abrazándole de nuevo — no hace falta que estés abajo, no será la primera vez que duermo contigo
Se acomodó porque nada iba a impedirle aceptar una oferta como aquella. La acurrucó contra él y cerró los ojos.
—Buenas noches Bells
—Buenas noches Jake
