Llorar por tí


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La celebración pública por el cumpleaños de Kodachi había sido un éxito. Las diferente figuras de su círculo habían publicado al respecto en sus redes sociales, resaltando cada detalle de la recepción. Sin embargo, aquella era una cortesía para las personas con las que trabajaba, la verdadera cena para su cumpleaños se llevaba a cabo con su familia y pocos invitados.

—Tendo, bienvenidos —Taichi Kuno recibió a uno de sus camaradas más queridos dentro del mundo empresarial. Soun acompañado por dos damas vestidas con exquisitos atuendos se presentó en la mansión del primero con algunos obsequios a cuestas—. Adelante, adelante.

—Disculpa la intromisión Kuno.

—Ja, ja, ja. Es un placer que estén aquí, ninguna molestia.

El padre de Kodachi y Tatewaki era un caballero algo excéntrico, no tenía el estilo de un remilgado hombre de negocios; en realidad tenía afición por los pantalones cortos y las camisas floreadas gracias a su larga estadía en Hawái, incluso solía cargar un ukelele cuando recién regresaba a Japón. Además su acento había sido influenciado fuertemente por el inglés, provocando una pronunciación agraciada.

—Buenas noches señor Kuno —Karuta saludó cuando Soun se movió hacia adelante.

—Bienvenidas, bienvenidas ¡Ah! ¿No es ésta la pequeña Akane? —entonó observando a la chica. El director Kuno había empezado su trabajo en Furinkan, la escuela donde Akane, Ranma y su hijo Tatewaki cursaron la preparatoria —. Kodachi me mostró las fotografías y videos de la fiesta. Gracias por siempre apoyarla con eso.

—Ha sido un placer señor Kuno.

—Pasa, pasa. Todos están ya en la sala.

Ante sus palabras, la de cabello azul de sintió ligeramente asustada. Su padre no era el único que solía venir a esta celebración; también lo hacía la familia Daimonji, por consecuente Sentaro estaba presente. Algo inquietante se removió dentro de su pecho empezando a sofocarse. Desde que se estableció la fecha para la boda de él con su prometida, al parecer no iba sin ella a ninguna reunión importante. Se preparó mentalmente para verlos juntos porque lo presentía.

La familia Tendo arribó a la sala de estar encontrándose con rostros familiares de hacía muchos años—. Daimonji, Shiratori —Soun no tardó en estrechar las manos con ambos hombres. El padre de Azusa y el padre de Sentaro también realizaron negocios con él anteriormente, eran un círculo de empresarios allegados que compartían su tiempo libre en el campo de golf. Ambos hombres eran acompañados por sus respectivas familias.

Los recién llegados intercambiaron reverencias con los presentes. Tal como predijo Akane, Sentaro venía acompañado por su prometida, oprimiéndole el pecho por la intimidad con la que la trataba, no podía negar sus pequeños celos haciendo mella en su mente. Intentó hacer oídos sordos enfocándose en Kodachi a quien su padre ya estaba felicitando.

—Gracias por la invitación. Espero que el obsequio te guste, Kodachi. Feliz cumpleaños.

La chica recibió la caja con ambas manos, sonriendo hacia el mayor—. Miles de gracias señor Tendo. No era necesario.

—Por supuesto que lo es. Eres como de la familia para mí. Disfrútalo mucho hija.

Akane y Karuta también se adelantaron entregando sus presentes, la menor abrazó fuertemente a su amiga. Posterior a ello, Akane saludó a la generación más joven durante el encuentro—, Azusa —ambas se besaron la mejilla antes de que la castaña le abriera un espacio en el sofá—. Hola Satsuki, Sentaro —cuando ellos devolvieron el saludo, empezó a repetirse constantemente.

Ahora tienes novio Akane, ahora tienes novio Akane.

Mientras se aferraba a ese pensamiento logró mantener su expresión controlada, no quería dar indicios de su situación a los presentes arruinando de esa manera la velada. Ni mucho menos dejar que ese sofoco la dominase.

A lado, Taichi ya se encontraba sirviendo licor a Soun al tiempo que el padre de Azusa bromeó—. Hombre, te veo y parece que jamás te pasan los años Tendo. Ni una sola cana.

—Son las magias del tinte para cabello Shiratori, deberías probarlo.

—¿Tinte para cabello, tú? Primero Daimonji hace un hoyo en uno.

El recién nombrado chascó la lengua sintiendo el agravio— Ya estoy cerca —se defendió sacudiendo su propio vaso de whisky.

Era inevitable que los temas de conversación no dividieran a los presentes. Cada círculo se enfrascó en sus propios intereses hasta la aparición de Tatewaki. El muchacho emergió del pasillo con rumbo a la puerta principal trayendo un maletín en mano—. Buenas noches, disculpen la interrupción.

Tatewaki era un hombre de corpulencia ancha y recta, su cabello de rizos rebeldes lo hacía lucir incluso más alto a su de por sí destacable estatura. Además tras graduarse de la Universidad había adquirido el porte de un hombre empresario usando trajes hechos a medida y zapatos lustrosos, contrastando a su padre amante de la ropa casual.

—¡Hermano! —Kodachi salió a saludarlo. Ella le adoraba a pesar de que no se veían regularmente, pues él figuró como tutor en muchas situaciones cuando su padre estaba en el extranjero y su madre había fallecido.

—Kodachi. La cumpleañera más hermosa —Tatewaki abrazó a la menor robándole una sonrisa—. Perdón por llegar tarde, tuve un poco de trabajo urgente que atender. —Su hermana minimizó el asunto mientras ordenaba a las mucamas servir la cena.

Los presentes fueron invitados a la mesa donde ya les esperaba una copa de vino. Taichi tomó la delantera del lugar flanqueado por sus dos hijos, a lado de Kodachi quedó Akane, Karuta y Soun; seguidos de Azusa, su padre y su madre. En paralelo estaban Tatewaki, el señor Daimonji, su esposa, Sentaro y Satsuki.

La conversión inició con preguntas esporádicas de los mayores. La mayoría acerca de sus respectivos empleos. Una inundación de risas ocasionales, choques de copas y recuerdos flotando alrededor durante la mayoría de la cena. Al terminar sus alimentos continuaron más rondas de vino sacando a relucir el compromiso de Sentaro. Akane creyó tener suficiente preparación mental para enfrentarse a la jovial atmósfera respecto a ese asunto, desgraciadamente parecía no haber mentalizado ni un poco sintiéndose cada vez más incómoda con las frases llegando a sus oídos.

Se aferró a la idea de su propia relación, cantó el nombre de Ranma en su cabeza intentando no interesarse demasiado en la plática. Después de todo, su novio -su prometido- tenía que tener un lugar apropiado en su corazón. Un poco menos afectada reflejó una sonrisa observando al resto.

Casi delante de ella estaba Tatewaki, sin perder un solo detalle de sus facciones; a pesar de tener el visaje controlado, sus ojos rehuyendo de la pareja no pasaron completamente desapercibidos y se cuestionó qué era lo que la ponía tan incómoda.

No tenía ninguna intención de ocultar sus sentimientos por ella. Desde la preparatoria había sido tan claro al respecto sin importarle aquel compromiso preestablecido por la familia Tendo y los padres de Saotome. Sin importar que nunca obtuvo una respuesta favorable a sus confesiones, tampoco parecía haber una verdadera relación entre Ranma y ella, eso lo dejaba bastante tranquilo; quizá, algún día notara sus puntos buenos y querría conocer más de él.

Sin embargo era otro asunto si ella estaba interesada en alguien que no fuera Saotome. No pensaba obligarla a verlo pero tampoco soportaría si pasaba simplemente de él, no era alguien tan poco memorable ¿Verdad?

Una vez se terminó la reunión, los invitados se fueron simultáneamente provocando un mar de despedidas y nuevas felicitaciones para Kodachi. Momento que Tatewaki aprovechó para acercarse a la hija de Soun—. Gracias por organizar la fiesta de mi hermana.

Akane parpadeó, no era tan densa como para no saber sus intenciones—. No es nada. Azusa fue quien ayudó para la mayoría.

Él se encantó al verla responder. Pocas veces podían charlar dándole una invaluable oportunidad—. Estoy convencido de que también te esforzaste. Siempre has estado para Kodachi y sé que eres importante para ella —hizo una pausa intentando ser más contundente—, eres importante para toda esta familia. Para mí.

La joven nunca se sintió cómoda con sus confesiones, sobre todo porque a veces rayaban lo exagerado y la dejaban en una posición difícil delante de otras personas. Él había cambiado para bien mermando su actitud escandalosa con los años, desafortunadamente la impresión que dejó en ella permanecía como recordatorio—. Somos amigos desde que éramos pequeños. Ustedes también son valiosos para mi familia —devolvió el cumplido trayendo consigo al resto de forma intrínseca.

Tatewaki notó la barrera impuesta con sus palabras y decidió averiguar un poco más sobre sus sospechas—. Es grandioso saberlo. Si algún día necesitas algo; no sé, como un acompañante para la boda de Sentaro, solo dime y estaré a tus órdenes.

Akane no quería ser grosera con él, su propia etiqueta y educación le limitaba las acciones que podría emprender al respecto. Intentando hallar una forma sutil de cortar cualquier intento de acercamiento inesperadamente notó lo útil que era estar en una verdadera relación—. Ja, ja, ja. Gracias, pero no creo poder asistir a la ceremonia. Aunque si asistiera, mi novio podría acompañarme.

Continuará…